Sunteți pe pagina 1din 2

06/09/2008

Amor... o apego
marfuerte @ 03:24
( de Isabel S. Larraburu)
No hace falta ser psicólogo para distinguir los amores verdaderos de los falsos. Con un poquito de
intuición ya se aprecia, lo vemos en nuestros congéneres. Pero el gran inconveniente es que lo
vemos con diáfana claridad en las otras parejas, pero no en la nuestra.
A veces nos empeñamos en que sobreviva un falso amor y luchamos por él hasta la extinción de
nuestras energías, convencidos de que vale la pena. Pero eso de que vale la pena sólo es lo que
creemos, una idea que creamos y creemos.
Lo que es verdadero se desenvuelve sólo, sin demasiado empeño, lo mismo que las mareas se
sincronizan, las flores brotan sin esfuerzo y el agua se evapora. No parece que estén batallando en
su desempeño.
Estamos tan inmersos en falsos amores que no es de extrañar que la estadística de divorcios ya
llegue a uno de cada dos matrimonios. Si a esto añadimos las separaciones y las incidencias de las
parejas de hecho, se podrían plantear preguntas desde todos los ámbitos de estudio.
Por suerte o por desgracia, ya damos por hecho que los amores no duran, y nadie se escandaliza al
ver pasar novios/as sucesivos/as por casa del vecino. Las relaciones se suceden intento tras intento,
con el fin de hallar alguna que pueda funcionar, entendiendo como funcionamiento la cualidad de
satisfacer por igual a las dos partes y además la capacidad de crecer en el tiempo.
La pregunta es obvia ¿esa adicción a ir besando sapos tendrá que normalizarse como estilo de vida
en nuestra sociedad? Parece que hubiera que conformarse con una vida afectiva consistente en ir de
relación en relación para asistir sin más a cómo se van abortando los sucesivos intentos de amar. No
debe de ser algo de usar y tirar hasta que aparezca algo bueno. Seguro que estamos haciendo algo
mal. Y es que resulta que eso de amar tiene su qué. No es tan facil como se cree. Es más, la mayoria
de las parejas que se forman no saben amar.
NO ES AMOR
Es muy facil confundirse. Lo que entendemos por amor con frecuencia tiene más elementos de no-
amor que lo que compone el amor verdadero. Es sorprendente la paradoja: peliculas, canciones,
prensa del corazón y nuestro mismo entorno utulizan hasta el desgaste la palabra amor para
denominar todo aquello que es inconmpatible con el amor. Por ejemplo, se cree que es amor
proteger a la pareja, cuidar de sus intereses o supervisar sus deseos, cuando esto podría ser
dominación. En el amor auténtico se da la tolerancia, la aceptación y falta de resistencia.
El apego es una falsa apariencia del amor y el gran responsable del fín de muchas historias
románticas.
DEPENDENCIA Y MIEDO
En el ámbito de la pareja el apego es muy dañino porque el mismo ímpetu que aglutina es el
responsable de provocar el mayor sufrimiento y el final de la relación. Es fácil dejarse engañar por
el apego porque en muchos aspectos se asemeja al amor de verdad. El sentirse apegado a las
personas, objetos o situaciones es parte del condicionamiento de todo ser humano hasta que este
empieza a ser consciente de sus necesidades y temores. En el momento que se da cuenta de que lo
que creía amor tenía que ver más con su necesidad es posible que esté preparado para pasar del
apego al amor.
Amar sin temor es algo que forma parte del crecimiento personal y de la certeza de que ya lo
tenemos todo dentro de nosotros. Tenemos lo suficiente para ser felíces. Ese apego surge cuando
nos identificamos con esa persona o situación y llegamos a convencernos de que la necesitamos
para ser felices.
El ego humano llega a planear cualquier cosa con tal de mantener a su objeto de apego dentro de su
esfera de influencia y control. La adicción a una persona u objeto conduce a conductas de
manipulación, abuso y hasta violencia. En su forma mas leve, el apego se manifiesta como atadura,
ya que trae consigo la idea de que el objeto de deseo nos aporta algo que no poseemos: felicidad,
seguridad, el sentirse amado, cuidado, importante, validado, etc. La perdida del objeto produce
dolor, rabia o depresión.
LA DIFERENCIA ES LA LIBERTAD
La diferencia primordial entre apego y amor es el factor libertad. El amor jamás restringe el libre
albedrío del otro. Estar apegado crea la falsa creencia de que el amado refuerza nuestra identidad.
Miedo y necesidad son las emociones que subyacen al apego. Miedo a estar en el presente, a
enfrentar lo desconocido o a perder el objeto del amor.
Se dice que si una relación fuera una cámara, el amor haría que cada uno estuviera bien enfocado.,
mientras que si hay apego, las partes se verían borrosas. Es un problema de excesiva proximidad.
Aprender a amar es trasnformarse en un ser amoroso que transmite amor. El amor no es un bien
escaso cuando se transforma en actitud. Tendríamos que sustituir el sustantivo por el verbo y pensar
en el amor como adicción. De este modo es imposible sentir soledad.
Tomado de: La Chincheta. 24 agosto 2008.

S-ar putea să vă placă și