Sunteți pe pagina 1din 43

Facultad de Derecho - Escuela de Derecho

Sede Punta Arenas

LA CORTE PENAL INTERNACIONAL

Cátedra: Modulo Integración III


Profesor: Mario Elgueta Saldivia

Alejandra Díaz Proboste


Nicolás Barría Naipil
Víctor Olavarría Sepúlveda
Guillermo Pérez Vega

Punta Arenas, Abril 2011


INDICE

Introducción 4

La Corte Penal Internacional 5


Orígenes y Antecedentes de la Corte Penal Internacional 5
Fines de la Corte Penal Internacional 8
Órganos de la Corte Penal Internacional 10
La Presidencia 10
Las Cámaras 10
La Oficina del Fiscal 10
La Secretaría 11
Los Jueces 11
Naturaleza Jurídica, Facultades y Funciones 12
Competencia de la Corte Penal Internacional 12
Principios Aplicables a la competencia 12
Competencia y Crímenes 14
Situaciones en los que no es admisible un caso 14
Investigación y Enjuiciamiento 15
Penas y Cumplimientos 15

Derechos y Principios aplicable por la Corte Penal Internacional 16

La Jurisdicción de la Corte Penal Internacional 21


Concepto 21
La Jurisdicción de la Corte Penal Internacional 23
Principios básicos de la Jurisdicción 24
Diferencias señaladas por la ONGs. 26

Página 2 de 43
El Derecho Chileno y la Corte Penal Internacional 27
Relación del Derecho Interno y el Derecho Internacional 27
Aplicación del Derecho Internacional en el ordenamiento Jurídico Chileno 28
La remisión expresa del Derecho Interno al Derecho Internacional 29
La incorporación automática del Derecho Internacional 29
La incorporación de Tratados Internacionales al Derecho Interno 30
El Derecho Penal Chileno ante el Estatuto de Roma 31
La insuficiencia del Derecho Penal Chileno 32
Problemas del Código Penal 32
La Sentencia del Tribunal Constitucional sobre Estatuto de Roma 33
Ley N° 20.357 del 18 de Julio 2009 “La Implementación a la Ley Chilena” 36
La Jerarquía de los Tratados Internacionales y Jurisprudencias 36

Conclusiones 38

Anexos 16
Gráfica –Estructura de la Corte Penal Internacional- 16
Gráfica – Procedimiento ante la Corte Penal Internacional- 20

Bibliografía 40

Página 3 de 43
INTRODUCCIÓN

El presente informe de investigación trata sobre la Corte Penal Internacional, es


importante esbozar que la Corte es un órgano de justicia internacional que sanciona una serie de
violaciones graves a los derechos humanos, terminando en el futuro con la impunidad de estos
crímenes. En palabras del nuestro ilustrísimo Tribunal Constitucional; la sanciono como el
"órgano jurisdiccional permanente de carácter internacional destinado a hacer efectivas las
responsabilidades penales individuales de los autores de determinados y graves delitos contra la
humanidad"

Nuestro país, ratifico el tratado el 29 de junio de 2009, casi 11 años después de que Chile
suscribiera el Estatuto de Roma, previa reforma constitucional que permitiera a Chile reconocer
definitivamente la jurisdicción de la Corte Penal Internacional. Hasta de abril 2011 la Corte Penal
Internacional reúne a 114 Estados parte – de los casi 200 que existen en el mundo-, con notables
ausencias tales como Estados Unidos, China, Rusia e India y los países islámicos.

El presente documento abordará a la Corte Penal Internacional, señalando sus orígenes,


antecedentes, organización, fines, crímenes, atribuciones, los derechos y principios aplicables, el
procedimiento ante la corte, la jurisdicción finalizando la relación de la Corte Penal Internacional
con el Derecho Chileno, el fallo discutido en su época de nuestro Tribunal Constitucional,
ejemplos de la jurisprudencia de la materia, y el valor de los tratados internacionales en nuestro
Derecho y finalizando con una conclusión de los autores de este informe.

Página 4 de 43
LA CORTE PENAL INTERNACIONAL

I.- Orígenes y Antecedentes de la Corte Penal Internacional.

Los orígenes y antecedentes de la Corte Penal Internacional (Corte Penal Internacional),


abarca más de un siglo de sucesos. El llamado “Camino a Roma” fue largo y a menudo
contencioso entre los Estados partidarios y opositores a la iniciativa. Aunque la Corte tiene sus
raíces en los inicios del siglo XIX, la historia se inicia firmemente en el año 1872 cuando Gustav
Moynier, uno de los fundadores del Comité Internacional de la Cruz Roja, propuso la
conformación e instauración de una corte permanente con carácter Penal en respuesta a los
crímenes cometidos en la guerra Franco-Prusiana.

El siguiente llamado serio vino luego de la I Guerra Mundial con el Tratado de Versalles
de 1919. Quienes formularon el tratado concibieron una corte internacional ad-hoc para juzgar al
Kaiser y a los criminales de guerra alemanes, pero esto no llegó a suceder.

Después de la II Guerra Mundial, los aliados establecieron los tribunales de Nuremberg y


Tokio para juzgar a los criminales de guerra de las potencias del Eje, de esta forma se decía
“nunca más” al conocer los efectos del holocausto. El llamado para que una institución
internacional juzgue a los individuos responsables de los crímenes más graves resonó a través del
mundo, por lo que muchos creían que la fundación de las Naciones Unidas acercaría más al
mundo a la creación de una corte permanente, pero tuvieron que pasar más de 50 años antes de
que los líderes mundiales se reunieran para elaborar un tratado estableciendo una Corte Penal
Internacional permanente.

En 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Convención sobre la


Prevención y el Castigo del Crimen de Genocidio, en la cual se llama a los criminales a ser
juzgados “por los tribunales penales internacionales que tengan jurisdicción” e invitaron a la
Comisión de Derecho Internacional a “estudiar la posibilidad de establecer un órgano judicial

Página 5 de 43
internacional para juzgar a las personas acusadas de genocidio.” Mientras que la Comisión de
Derecho Internacional elaboró un borrador del estatuto a principios de 1950, la Guerra Fría acalló
las intenciones y la Asamblea General abandonó sus esfuerzos hasta acordar una definición del
crimen de agresión y el Código de Crímenes Internacionales.

En junio de 1989, motivados en parte por un esfuerzo para controlar el tráfico de drogas,
Trinidad y Tobago revivió la propuesta ya existente del establecimiento de una Corte Penal
Internacional y la Asamblea General de la ONU le solicitó a la Comisión de Derecho
Internacional a retomar el trabajo de elaborar el estatuto de esta corte.

Los conflictos de Bosnia-Herzegovina, Croacia y Ruanda a principios de los 90 y la


comisión masiva de crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y genocidio llevaron a que
el Consejo de Seguridad de la ONU estableciera dos tribunales ad hoc temporales para juzgar a
los individuos responsables de la comisión de estos hechos, resaltando de esta manera la
necesidad de establecer una corte penal internacional permanente para dar respuesta en estos
casos.
En el año 1995, la Comisión de Derecho Internacional remitió un proyecto de estatuto
para una corte penal internacional a la Asamblea General y recomendó que una conferencia de
plenipotenciarios fuera convocada para negociar el tratado a fin de promulgar el estatuto. La
Asamblea General estableció un comité ad-hoc sobre la Corte Penal Internacional para revisar el
proyecto de estatuto, el cual se reunió en dos oportunidades ese mismo año.

Luego de considerar el informe del Comité, la Asamblea General de la ONU creó el


comité preparatorio sobre el Establecimiento de la Corte Penal Internacional para preparar un
texto borrador consolidado. De 1996 a 1998 se llevaron a cabo seis sesiones del Comité
Preparatorio de la ONU en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, en las cuales las ONG
aportaron su opinión a las discusiones y participaron en las reuniones, bajo el auspicio de la
Coalición de ONG por una Corte Penal Internacional. En enero de 1998, la Mesa y los
coordinadores del Comité Preparatorio llamaron a una Reunión entre sesiones en Zutphen, Países
Bajos, para consolidar técnicamente y reestructurar los artículos en un borrador final.

Página 6 de 43
Tomando como base el borrador del Comité Preparatorio, la Asamblea General de la
ONU decidió llamar a la Conferencia Diplomática de Plenipotenciarios de las Naciones Unidas
sobre el Establecimiento de una Corte Penal Internacional para “finalizar y adoptar una
convención sobre el establecimiento. La “Conferencia de Roma” se llevó a cabo entre los días 15
de junio y 17 de julio en la ciudad de Roma, Italia, contando con la participación de 160 países en
las negociaciones. La Coalición de ONG siguió de cerca estas discusiones, distribuyendo
información en todo el mundo sobre los desarrollos de la misma, y facilitando la participación de
representantes de la sociedad civil y llevando a cabo actividades de manera paralela para más de
200 ONGs. Luego de concluir las cinco semanas de negociaciones, 120 naciones votaron a favor
de la adopción del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, 21 estados se abstuvieron,
cinco naciones votando en contra:
- Estados Unidos,
- Israel,
- China,
- Irak y
- Qatar
La oposición de algunos Estados al Estatuto de Roma se manifestó claramente en los
votos contrarios y las abstenciones durante la votación. Pero lo que diferencia a los Estados
Unidos del resto de opositores es su decidida y explícita voluntad de hacer que el proyecto de la
Corte Penal Internacional fracase.

Los aspectos más inaceptables para los Estados Unidos son los siguientes:

- La tipificación del crimen de guerra de transferencia de población de la potencia ocupante a


territorio ocupado (asentamientos) (Art.8.2.a, XIII);
- Que en virtud del Artículo 12.3, los Estados no Parte pueden llevar a la Corte crímenes
aislados y no situaciones generalizadas;
- Que no sea automática la suspensión de la actuación de la Corte Penal Internacional cuando el
Consejo de Seguridad se ocupe del mismo asunto; y

Página 7 de 43
- Que no se exija en todo caso que el Estado de nacionalidad del acusado sea Parte en el
Estatuto para que la Corte Penal Internacional sea competente.

En definitiva, no se acepta que ciudadanos de los Estados Unidos puedan verse acusados
y procesados por la Corte, por lo cual además despliega diferentes medidas, dentro de las cuales
se destacan;

a) Adopción anual, entre otras disposiciones legales, de la American Servicemembers’


Protection, llegando a autorizar el uso de la fuerza militar para liberar a cualquier
ciudadano de los Estados Unidos o de un país aliado que esté en poder de la Corte, en La
Haya

b) Además, establece que cesará cualquier asistencia militar a los países que ratifiquen el
Estatuto de Roma y restringe la participación de los Estados Unidos en operaciones de
mantenimiento de la paz a menos que se obtenga inmunidad de persecución.

c) En tercer lugar, en el marco de la campaña a favor de la inmunidad de los miembros de


las Fuerzas Armadas estadounidenses que participen en operaciones de mantenimiento de
la paz, los Estados Unidos vetan la continuación de la operación que se desarrolla en
Bosnia-Herzegovina.

II.- Fines de la Corte Penal Internacional

Las normas de Derecho Internacional lo que buscan es determinar la responsabilidad


penal de los individuos, además con esto se pretende “sustituir la venganza privada y socio –
política, aislar los más grandes perpetradores de crímenes internacionales…restablecer la
confianza entre las diferentes partes en un conflicto basados en la creencia de que la paz puede
alcanzarse, porque tiene su fundamento en la justicia”. “No hay paz sin justicia”.

Página 8 de 43
El objetivo de la Corte Penal Internacional de acuerdo con su Estatuto será “poner fin a la
impunidad de los autores de esos crímenes”. Al respecto la doctrina ha señalado que la corte
tendrá por finalidad, una garantía de no – repetición y un medio para las victimas para obtener
ciertos tipos de reparaciones.

El primero de los fines será la existencia de una Corte Internacional Permanente será un
disuasivo para las personas – desde los líderes políticos y militares hasta los soldados comunes –
que pretendan cometer uno de estos crímenes (genocidio, lesa humanidad, guerra). Para algunos
la Corte tendrá como efecto que al saber que si comenten este tipo de crímenes pueden ser
responsables penalmente, pensaran dos veces antes de cometerlos. Se parte de la premisa de que
muchos de los responsables de esta clase de crímenes los cometieron ya que creían que nunca
serian juzgados, o que sabían que era poco probable la creación de un tribunal ad – hoc por parte
del consejo de seguridad para juzgarlos y que cuentan con un amplio lapso de tiempo entre la
comisión de los crímenes y la comisión de los mismos para eludir la acción de la justicia.

El segundo fin de la Corte tiene relación con la persecución, juicio y castigo de los
responsables de los crímenes, lo que representa una garantía de la no – repetición, con lo que se
podrá restablecer la confianza de la permanencia de la paz y seguridad internacionales.

Otro fin consiste en que la Corte servirá como mecanismo, para auxiliar a las victimas y
recibir justicia, garantizaran el derecho de las mismas y permitirá obtener a las victimas y a sus
familias una reparación del daño. Además que con la individualización de la responsabilidad, se
podrá alcanzar la reconciliación entre los grupos que fueron parte en el conflicto.

El Estatuto señala que “La Corte establecerá principios aplicables a la reparación,


incluidas la restitución, la indemnización, rehabilitación, que ha de otorgarse a las víctimas o a
sus causahabientes”. El estatuto también establece las formas en que la Corte podrá garantizar
dichas reparaciones. La primera de ellas puede ser mediante una decisión de la Corte “contra el
condenado en la que indique la reaparición adecuada que ha de otorgarse a las victimas incluida
la restitución, la indemnización y la rehabilitación.” Así mismo cuando proceda, la Corte podrá

Página 9 de 43
ordenar que la indemnización otorgada a titulo de reparación se pague por conducto del fondo
fiduciario…” Dicho fondo será establecido por la asamblea de Estados Partes del Estatuto y se
nutrirá entre otros “por las sumas y los bienes que reciba a titulo de multa y decomiso”.

III.- Órganos de la Corte:

La Corte Penal Internacional se encuentra formada por cuatro órganos principales:

a) La presidencia:
Está compuesta por el Presidente, el primer y el Segundo Vicepresidente, quienes son
electos por mayoría absoluta de los jueces por un término renovable de tres años. La presidencia
es responsable por la administración de la propia Corte, con excepción de la Oficina del Fiscal,
aunque la presidencia coordinará y observará la concurrencia del Fiscal en todos los asuntos de
mutuo interés.

b) Las Cámaras:
Existen tres divisiones en la corte:
- División de Apelaciones: Se compone por el Presidente y otros 4 jueces.
- División de Juicio: No menos de 6 jueces.
- División de Pre-juicio: No menos de 6 jueces.

La División de Juicio y la de Pre-juicio se componen predominantemente de jueces con


experiencia en juicios criminales. Los jueces son asignados a estas divisiones por un período de
tres años y hasta el final de cualquier caso cuya audiencia haya comenzado

c) La Oficina del Fiscal:


El mandato de esta Oficina es conducir las investigaciones y persecución de crímenes que
caen dentro de la jurisdicción de la Corte (crímenes de genocidio, de lesa humanidad y de guerra,

Página 10 de 43
en un período posterior, y una vez que los Estados hayan acordado una definición para el crimen
de agresión, la Oficina podrá investigar y perseguir este crimen). A través de las investigaciones
y la persecución de tales crímenes, la Oficina contribuirá a terminar con la impunidad para los
perpetradoras de los más serios crímenes de interés para la comunidad internacional en su
conjunto, y así contribuirá a la prevención de tales crímenes.

d) La Secretaría:
La Secretaría es el órgano responsable de los aspectos no judiciales de la administración
de la Corte y de prestarle servicios (traducción, finanzas, personal y demás servicios exclusivos
para una Corte internacional).

La Secretaría es dirigida por un Secretario elegido por los jueces por un período de 5 años
y que ejercerá sus funciones bajo la autoridad del Presidente de la Corte. Un Secretario Adjunto
podrá ser elegido para servir si es requerido.

El Secretario también es responsable de establecer una Dependencia de Víctimas y


Testigos dentro de la Secretaría. Esta Dependencia, en consulta con la Fiscalía, adoptará medidas
de protección y dispositivos de seguridad y prestará asesoramiento y otro tipo de asistencia a
testigos y víctimas que comparezcan ante la Corte, y a otras personas que estén en peligro en
razón del testimonio prestado. La Dependencia contará con personal especializado para atender a
las víctimas de traumas, incluidos los relacionados con delitos de violencia sexual.

e) Los Jueces:
La Corte está integrada por 18 Jueces que son elegidos a partir de dos listas:

• Lista A: Consiste en candidatos con gran competencia en derecho penal y procesal, así como
la experiencia necesaria como juez, fiscal, abogado u otra labor similar en procesos criminales

• Lista B: Consiste en candidatos con gran competencia en áreas de derecho internacional, tales
como derecho humanitario internacional y la codificación de los derechos humanos, así como

Página 11 de 43
una extensa experiencia legal profesional que sea de relevancia para el trabajo judicial de la
Corte.

IV.- Naturaleza Jurídica, Facultades y Funciones:

Su naturaleza jurídica es la de resolver crímenes que le competen a los individuos, pero que
afectan a los demás estados; trata de enjuiciar de manera individual, al contrario de la corte
internacional de justicia, que solo se ocupa de casos entre Estados sin enjuiciar a individuos.

La Corte funciona como un organismo autónomo de cualquier otro poder o estado. Sin
embargo, esto no obsta a que, en el cumplimiento de su deber, cuente con la colaboración de los
poderes públicos de cada país.

V.- Competencia de la corte penal internacional:

A) Principios aplicables a la competencia

El funcionamiento de la Corte se rige por una serie de normas y principios que lo


transforman en un tribunal especial, sólo para conocer casos realmente particulares. Los
principios aplicables son:

1. Complementariedad: Se rige por el Principio de Complementariedad en virtud del cual,


ésta sólo puede conocer de algún asunto, si no ha sido resuelto por los tribunales
nacionales de los Estados Parte, con la salvedad establecida en relación al Principio de
Cosa Juzgada.
2. Nullum crime sine lege: el crimen debe estar definido al momento de la comisión y que
sea competencia de la Corte;
3. Nulla poena sine lege: un condenado por la Corte sólo puede ser penado como ordena el
Estatuto;

Página 12 de 43
4. Irretroactividad ratione personae: nadie puede ser perseguido por la Corte por hechos o
delitos cometidos con anterioridad a su entrada en vigencia;
5. Responsabilidad penal individual: no serán objeto de la pretensión punitiva las personas
jurídicas, salvo como hecho agravante por asociación ilícita;
6. La Corte no es competente para juzgar a quienes eran menores de 18 años en el
momento de comisión del presunto crimen;
7. Improcedencia de cargo oficial: todos son iguales ante la Corte, aunque el acusado sea,
por ejemplo, jefe de Estado;
8. Imprescriptibilidad; y
9. Responsabilidad por cumplimiento de cargo: no es eximente de responsabilidad penal.

Puede asimismo ejercer su jurisdicción sobre ciudadanos de Estados No parte:

a) Por razón del lugar de comisión de crimen (Art 12.2 a):


Se trata de ejercer la competencia en virtud del principio de territorialidad, ya que la
Corte Penal Internacional puede perseguir a nacionales de Estados no parte que cometieran los
crímenes en el territorio de un Estado Parte.

b) Por razón de la nacionalidad del acusado (Art. 12.2 b); principio de nacionalidad;

c) Por aceptación de la competencia ad hoc (Art. 12.3): artículo 12.3 se habla de crimen
concreto.

d) Por imposición del Consejo de Seguridad (Art. 13 b): El artículo 13.b menciona que el
Consejo de Seguridad puede remitir una situación

Existe una limitación que afecta al Consejo de Seguridad. Éste no puede actuar más que
cuando exista una amenaza para la paz internacional, de conformidad con el capítulo VII de la
Carta de las Naciones Unidas, lo cual supone dos cosas: a) cierto nivel de actualidad y b) que la
medida sea propia para mantener y restablecer el orden.

Página 13 de 43
B) Competencia y Crímenes

Se encuentra la competencia por materia (artículo 5):

1.- La competencia de la Corte se limitará a los crímenes más graves de trascendencia para la
comunidad internacional en su conjunto. La Corte tendrá competencia, de conformidad con el
presente Estatuto, respecto de los siguientes crímenes:

a) El crimen de genocidio;
b) Los crímenes de lesa humanidad;
c) Los crímenes de guerra;
d) El crimen de agresión.

La Competencia temporal (Artículo 11):

Si un Estado se hace Parte en el Estatuto después de su entrada en vigor, la Corte podrá


ejercer su competencia únicamente con respecto a crímenes cometidos después de la entrada en
vigor del presente Estatuto respecto de ese Estado, a menos de que éste haya hecho una
declaración de conformidad con el párrafo 3 del artículo 12.

Situaciones en los que no es admisible un caso:

1. Que el asunto sea objeto de una investigación o enjuiciamiento en un Estado Parte,


salvo que:
a) Éste no esté dispuesto a llevar a cabo la investigación (art. 17.2), o
b) El enjuiciamiento no pueda realmente hacerlo (art. 17.3).

2. Que el Estado no haya incoado acción penal después de una investigación, salvo que:
a) La decisión haya estado basada en la indisposición de enjuiciar a la persona, o
b) No pueda realmente hacerlo.

Página 14 de 43
3. La persona ya haya sido enjuiciada, salvo lo dispuesto en el artículo 20, párrafo 3.

4. El asunto no sea lo suficientemente grave. (párrafo 10 del preámbulo y artículo 1)

Investigación y enjuiciamiento

La investigación de los hechos que fueran constitutivos de delitos se puede iniciar por tres
formas (Art. 13):
- Por remisión de un Estado Parte a la Corte de una situación particular;
- Por solicitud del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (donde se aplica el veto
invertido); y
- De oficio por el Fiscal de la Corte.

Una vez que el Fiscal maneje estos antecedentes, puede o archivarlos o presentar una
acusación que es revisada por la Cámara de Asuntos Preliminares, que revisa los antecedentes
hechos valer por el Fiscal. Si es procedente se acoge la acusación que pasa a ser conocida por la
Cámara de Primera Instancia, donde se realiza el juicio. Una vez absuelto o condenado, tanto el
Fiscal como el condenado en su caso, pueden apelar o casar ante la Cámara de Apelaciones.

Penas y cumplimiento

Las penas que puede establecer la sentencia puede ser de prisión por un plazo no mayor
de 30 años, o (por la gravedad de los crímenes) cadena perpetua, además de una multa y el
decomiso de las especies que sean de propiedad del condenado (art. 77).

El cumplimiento de la pena se puede llevar a cabo en el país sede de la Corte (Holanda) o


en otro de acuerdo con los convenios que se puedan establecer entre la Corte y otros países.

Página 15 de 43
DERECHOS Y PRINCIPIOS APLICABLE POR LA CORTE PENAL
INTERNACIONAL:

Según el artículo 21 del Estatuto de Roma, se establece un orden respecto a las fuentes de
Derecho, que serán aplicadas por la Corte Penal Internacional, y estas son:

- En primer lugar, será el Estatuto de Roma, junto con los Elementos de los Crímenes y las
Reglas de Procedimiento y Prueba. ( Art. 21.1.a)
- En segundo lugar, se aplicaran “ Los Tratados Aplicables y los Principios y Normas del
Derecho Internacional” (Art.21.1.b)
- Por ultimo, los jueces podrán aplicar “ Los Principios Generales del Derecho que derive
la Corte del Derecho interno de los sistemas jurídicos del mundo” (Art. 21.1.c)

Además de lo anterior, la Corte Penal Internacional, debe ejercer su jurisdicción y desarrollar


sus funciones conforme a los Derechos Humanos Internacionalmente reconocidos, sin
discriminación alguna como edad, genero, idioma, raza, color, religión, opinión política etc. Art.
21.3 del Estatuto de Roma.

Cabe tener presente, que el Estatuto de Roma, reconoce Derechos y Principios desde el
primer momento a una persona que ha sido acusada ante la Corte por un crimen de su
competencia. Por lo tanto, las personas gozan de Derechos a lo largo del proceso ante la Corte,
tanto en la fase de investigación, como en el procesamiento, y también al ser sentenciada. A
continuación se mencionan dichos Derechos y Principios.

La responsabilidad penal será individual; es decir, la Corte Internacional Penal, solo ejerce su
jurisdicción a personas naturales y por lo tanto no a Estados o entidades legales como
multinacionales o corporaciones. Art.25.1 del Estatuto de Roma

Página 16 de 43
La edad mínima para que una persona sea juzgada por la corte, es de mayores de 18 años al
momento de la presunta comisión del crimen. Art.26 del Estatuto de Roma. Además toda
persona acusada ante la corte, tendrá Derecho a que se presuma su Inocencia, por tanto, el fiscal
a cargo debe probar la culpabilidad del acusado y la corte para dictar sentencia condenatoria
deberá estar convencida de dicha culpabilidad. Art.66 del Estatuto de Roma

En el artículo 22 del Estatuto, se establece otro principio de gran importancia como es el de


“No hay Delito ni Crimen sin Ley” y que consiste en que nadie puede ser encontrado
responsable de algún tipo de crimen, si en el momento de su perpetración dicha conducta no
estuviere prohibida en una ley, que será interpretada de manera estricta y por tanto se excluye la
analogía. En relación a este mismo principio tampoco se podrá imponer a una conducta una
pena que no se encuentre establecida en el Estatuto o prohibida por el derecho, y que sancione
dicha acción, según lo señala el Artículo 23 de ER, que dice “quien sea declarado culpable por la
corte únicamente podrá ser penado por el presente Estatuto”.

El principio de irretroactividad establecido en el artículo 24 del Estatuto de Roma, es otro


derecho que tiene toda persona, de no ser juzgada por una conducta anterior a la entrada en
vigencia del Estatuto o ley que la sancione. Sin embargo, excepcionalmente, toda persona
acusada o condenada tiene derecho a que se le apliquen las leyes más favorables, entradas en
vigencia con posterioridad a la conducta delictiva, y por tanto se aplica en dicho caso la
retroactividad penal.

También el Estatuto, reconoce a toda persona el derecho a no ser juzgada dos veces por el
mismo crimen, ya sea hubiese sido condenada o absuelto, por otro tribunal en primera instancia,
esto se conoce como “non bis in ídem” o cosa juzgada, Articulo 20 del Estatuto de Roma
Además agrega que la Corte no procesara a nadie por un mismo crimen de competencia de la
Corte, que ya ha sido procesado por otro tribunal, salvo que dicho proceso tenga por propósito
sustraer al acusado de su responsabilidad penal o no hubiese sido instruido en forma
independiente o imparcial conforme a las garantías procesales reconocidas por el Derecho
Internacional.

Página 17 de 43
En tanto, aquellas personas que han sido acusadas, el Estatuto les reconoce el Derecho, que
no se utilicen pruebas ilegales en su contra, y que sean obtenidas como resultado de una
violación al Estatuto de Roma, o a las normas de derechos humanos internacionalmente
reconocidos, en cuanto susciten dudas de su fiabilidad de las pruebas o su admisión atente
contra la integridad del juicio o en su desmedro. Art. 69 del Estatuto de Roma

Luego aquellas personas que han sido acusadas y sometidas a proceso, y que resultaron
absueltas por la Corte, tienen Derecho a ser puestas en libertad inmediatamente,
excepcionalmente el fiscal podrá solicitar a la Corte la privación de la persona en el proceso de
apelación, si existe peligro de fuga, si el crimen es de gran gravedad y si existen probabilidades
queden lugar a la apelación. Art. 81.3.C del Estatuto de Roma. No obstante, quienes han sido
acusados por la Corte, tienen el Derecho a la Apelación de las decisiones de esta, en los
siguientes casos: (Art. 81- 82 del Estatuto de Roma);

- En cuanto a la competencia o admisibilidad;


- Se niegue la libertad, dentro del proceso o enjuiciamiento;
- Si la sala de cuestiones preliminares decide actuar de oficio;
- Cuestiones que afecten significativamente a la justicia y la prontitud del proceso o de su
resultado, en opinión de la sala de cuestiones preliminares, en que una resolución
inmediata de la sala de apelaciones pueda acelerar el proceso;
- Que sean relativas a la reparación;

En tanto, aquellas personas que han sido acusadas y luego condenadas, por tanto han
obtenido sentencia condenatoria, podrá hacer uso de su Derecho de Apelación en los siguientes
casos:
- Haber vicios en el procedimiento;
- Haber error de hecho;
- Haber error de derecho;
- Haber otro motivo que afecte a la justicia o a la regularidad del fallo;

Página 18 de 43
- Se presente una desproporción entre el crimen y la pena.

El Derecho de la persona condenada a que se revise su fallo, Art. 84 del Estatuto de Roma la
persona condenada o luego de su fallecimiento, su cónyuge, sus hijos, padres o quien estuviera
vivo al momento de su muerte y tuviera instrucciones del condenado, o el fiscal en su nombre
puede solicitar a la sala de apelaciones de la Corte, que se revise el fallo definitivo o
condenatorio, por las siguientes causas:

- Se hubieren encontrado nuevas pruebas, que no se hallaban disponibles a la época del


juicio, y que sean suficientemente importantes que de haberse valorado hubiera dado
lugar a otro veredicto;
- Se acabare de descubrir que una prueba importante en ese entonces era falso o hubiere
sido adulterado;
- Uno o más de los magistrados que intervinieron en el fallo condenatorio, han incurrido en
una falta grave o han incumplido gravemente el Estatuto que justifique su separación del
cargo.

En cuanto a las personas condenadas y por cuanto privadas de libertad, tienen Derecho a que
se les trate como lo señalan las normas generales aceptadas, sobre el tratamiento de los reclusos,
sin embargo, dichas condiciones no serán ni mas, ni menos favorables que las aplicadas a las
personas privadas de libertad condenadas por delitos similares, en el estado de ejecución. art.106
del Estatuto de Roma.

El articulo 85 del Estatuto, señala el Derecho a la Indemnización por error judicial, respecto
a la persona que fue detenida de manera ilegal, asimismo respecto a la persona condenada que ha
cumplido su pena o la esta cumpliendo y que por hechos nuevos se demuestra que existió un
error judicial, por lo cual tendrá derecho a que su condena sea anulada y a recibir una
indemnización.

Página 19 de 43
Respecto a las Penas, la Corte no reconoce la Pena de Muerte, solo puede imponer una pena
máxima de 30 años de Reclusión o una pena de reclusión a perpetuidad, cuando se justifique la
gravedad extrema del crimen y circunstancias personales del condenado. Además la Corte podrá
imponer penas de multas y decomiso de los Bienes y Haberes. Art. 77 del Estatuto de Roma.

Respecto a los Crímenes que sean cometidos por personas que tengan una calidad militar el
Estatuto señala: En cuanto a la Responsabilidad de los jefes y otros superiores; el jefe militar o
el que actué como tal, o aquellos que actúen con autoridad y control efectivo, sobre
subordinados podrán ser juzgados por crímenes cometidos por sus subordinados, cuando:
- Hubiere sabido o debido saber que sus subordinados estaban cometiendo crímenes, dentro
de la jurisdicción de la Corte;
- No hubiere adoptado todas las medidas necesarias y razonables para prevenir o reprimir su
comisión.

Además, el Estatuto no reconoce como eximente, las ordenes de los superiores, que
subalternos puedan utilizar como de impunidad ,sin embargo de manera contraria al Derecho
Internacional vigente , el Estatuto de Roma contiene una excepción en el caso de los crímenes de
guerra; cuando una persona hubiere cometido dicho delito en base a una orden de un superior, la
persona puede ser eximido de responsabilidad penal, si se logra probar que estaba obligado por
ley a obedecer tales ordenes, o que no supiera que la orden era ilícita o no se manifestaba
claramente su ilicitud. Art. 32 del Estatuto de Roma.

El Estatuto de Roma será aplicable por igual a todos sin distinción alguna basada en el
cargo oficial de una persona, las inmunidades no son un impedimento, para que la corte ejerza so
competencia sobre una persona. Art. 77

Página 20 de 43
LA JURISDICCIÓN DE LA CORTE PENAL INTERNACIONAL

I. La Jurisdicción

La Corte Penal Internacional no ejerce jurisdicción universal. El título de la universalidad


es uno de los criterios para el establecimiento de la jurisdicción extraterritorial de los Estados,
pero no se aplica a tribunales internacionales o supranacionales, cuya jurisdicción deriva del
consentimiento de los Estados que los crean.

La Corte ha sido creada por medio de un tratado: el Estatuto de Roma de 1998. Su


jurisdicción deriva, en primer lugar, del consentimiento otorgado por los Estados parte en el
tratado. Adicionalmente, la jurisdicción de la Corte podría derivar de un consentimiento ad-hoc
otorgado por un Estado que no es parte del Estatuto pero que acepta la intervención de la Corte
en un caso determinado. Finalmente, existe también la posibilidad de que la Corte conozca de un
caso a requerimiento del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y, por lo tanto, podría
conocer delitos cometidos en el territorio de un Estado que no es parte del Estatuto. En este
último caso, el fundamento de la jurisdicción de la Corte se encontraría en el consentimiento que
el Estado del territorio hubiere otorgado a la Carta de las Naciones Unidas y, por ende, a las
funciones allí encomendadas al Consejo de Seguridad, incluido por cierto el capítulo VII en
virtud del cual anteriormente ya se ha entregado jurisdicción a tribunales penales como el
Tribunal para la ex Yugoslavia y el Tribunal para Ruanda.

Para activar la jurisdicción de la Corte es necesario además que se cumplan algunas


condiciones;

En primer lugar, la jurisdicción debe ser activada a petición de uno de los Estados Parte
que remite al Fiscal una situación delictiva de competencia de la Corte, o por una investigación
iniciada por el Fiscal de conformidad con el artículo 15 del Estatuto. También podría activarse la
jurisdicción de la Corte por una remisión que hiciera el Consejo de Seguridad al Fiscal, como lo
señala el artículo 13(b).

Página 21 de 43
En caso que la jurisdicción de la Corte fuera activada por un Estado Parte o por el Fiscal,
la Corte sólo podrá ejercer jurisdicción, como lo señala el artículo 12, si al menos uno de los
siguientes Estados es Parte del Estatuto o ha aceptado la competencia de la Corte:

1. El Estado en cuyo territorio haya tenido lugar la conducta de que se trate, o si el crimen se
hubiere cometido a bordo de un buque o de una aeronave, el Estado de matrícula del
buque o la aeronave;
2. El Estado del que sea nacional el acusado del crimen.

Estos prerrequisitos no se aplican en caso de que la actuación de la Corte sea requerida


por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

II. Clases de Jurisdicción

Existen distintas clases de jurisdicciones y estas son;

1. Jurisdicción Territorial: los Estados tiene competencia para conocer de aquellos


crímenes que hubieren cometido en su territorio, entendido este en sentido extenso,
incluyendo buques, aeronaves, embajadas y consulados.

2. Jurisdicción referente a la nacionalidad: reconoce que los Estados pueden registrar su


sistema penal sobre sus nacionales que hayan cometido el crimen, o bien conocer de
aquellos crímenes de los cuales sus nacionales hayan sido victimas.

3. Jurisdicción por principio de protección: consiste en que los Estados pueden ejercer su
jurisdicción sobre aquellas personas que hayan cometido crímenes en el extranjero que
pueden ser perjudiciales a la seguridad o intereses de dicho Estado.

Página 22 de 43
4. Jurisdicción Universal: aquella que permite y que a su vez, en ocasiones exige, que los
Estados tengan competencia para juzgar ciertos crímenes internacionales cometidos
incluso fuera de su territorio, sin importar la nacionalidad del sujeto activo ni del pasivo, y
sin que medie la exigencia de que los delitos afecten los intereses o la seguridad de dicho
Estado.

En resumen la Corte podrá iniciar un juicio si los crímenes se han cometido;


- En el territorio de un Estado que haya ratificado el Estatuto (que la rige).
- Si el autor de los crímenes es ciudadano de uno de los países que ratificaron el Estatuto.
- Por un Estado que no ha ratificado el Estatuto, pero hace una declaración de aceptación de
competencia de la Corte Penal Internacional, sobre un crimen determinado o si
- El caso ha sido remitido a la Corte por el Consejo de Seguridad de la ONU (Art. 12, 13 y
14)

III. Principios básicos de la Jurisdicción

1. La Corte Penal Internacional no juzgara a Estados sino que establecerá la responsabilidad


penal individual incluyendo, cuando así corresponda, la de jefe de Estado (Arts. 25 y 27).

2. Su competencia se limita a aquellos crímenes cometidos después de su entrada en vigor,


es decir, a partir a partir del 1 de Julio de 2002 (Art. 11).

3. De acuerdo con el principio de la complementariedad, la Corte solo actuara cuando los


tribunales nacionales no tengan la capacidad o la voluntad de hacerlo (Art. 1).

4. Los crímenes de competencia de la Corte no prescribirán (Art. 29)

Página 23 de 43
IV. Diferencias señaladas por las ONGs

Uno de los puntos que creó más polémica entre los Estados miembros y que fue más
criticado por las ONG lo constituyó el hecho que la corte penal internacional no haya sido erigida
sobre el principio de jurisdicción universal sobre los casos que envuelven graves violaciones a los
derechos humanos. Es así como ésta no podrá intervenir en aquellos casos donde las conductas
alegadas involucren al territorio o los ciudadanos de un Estado que no ha ratificado el Estatuto y
tampoco se ocupará de los crímenes de lesa humanidad ni de los crímenes de guerra cometidos
con anterioridad a su entrada en vigor, pese a que ambos fueron declarados imprescriptibles por
una Convención aprobada por la propia ONU en 1968.

En segundo lugar, el hecho que el Consejo de Seguridad de la ONU puede solicitar la


suspensión de la investigación o del enjuiciamiento por un plazo de 12 meses (renovables
aparentemente de manera indefinida), si considera que afectan a la paz y a la seguridad
internacional. En la práctica, eso significa que el Consejo de Seguridad tendrá la facultad de
poner en movimiento o paralizar la Corte, de acuerdo a la apreciación política del Consejo, es
decir, la voluntad política de las grandes potencias.

Otra concesión grave es el establecimiento de una cláusula que autoriza a los países a
optar por no aceptar la competencia de la Corte sobre los crímenes de guerra por un período de
siete años a partir de su integración al Tratado. Eso supone la posibilidad de que los Estados, aún
habiendo aceptado la competencia de la Corte, se den una moratoria para cometer crímenes de
guerra durante siete años después de su adhesión.

También han sido señalados como deficiencias el hecho que aún no haya sido tipificado el
crimen de agresión y la no incorporación de situaciones graves como los crímenes ecológicos, el
tráfico de estupefacientes y el tráfico de órganos humanos.

Página 24 de 43
EL DERECHO CHILENO Y LA CORTE PENAL INTERNACIONAL

I. Relación del Derecho Interno y el Derecho Internacional

Como es sabido que el derecho es una necesidad social, y que dicha situación es capaz de
originar un ordenamiento jurídico lo suficientemente específico, como para distinguir entre las
necesidades originadas en las “sociedades estatales” y las que emergen en la “sociedad
internacional”

Siempre ha existido la interrogante de si la normativa internacional goza de un carácter


dispositivo directo, entendiéndose como que se basta a si misma para tener un carácter
obligatorio dentro de los límites del Estado, o si ésta es de carácter más bien indirecto, vale decir
para que el contenido de una norma internacional pueda tener aplicación dentro de un Estado es
necesario que ella se transforme en norma interna, o sea que el Estado cree un a norma interna
que admita o incorpore la norma internacional a su orden jurídico

Se puede decir que el derecho internacional no ha asumido una posición, en otras


palabras; a su vez no ha establecido una norma común acerca de la forma de hacer imperativa en
el derecho interno la norma emanada del Derecho Internacional dejando esto entregado a la
normativa doméstica de cada Estado. El Derecho Internacional se limita a establecer que los
Estados deben cumplir sus obligaciones internacionales, pero no entra a reglamentar la
manera en cómo aquéllos introducen la norma a su esfera jurídica propia.

Por otra parte; podemos señalar que existe una amplia jurisprudencia de tribunales
judiciales y arbitrales internacionales reconociendo que los Estados no pueden alegar las normas
o deficiencias de su derecho interno para incumplir sus obligaciones internacionales. Este
principio, acogido por los tribunales internacionales, se encuentra además acogido en el artículo
27 de la Convención de Viena “Una parte no podrá invocar las disposiciones de su derecho
interno como justificación del incumplimiento de un tratado”. Esta disposición no es una

Página 25 de 43
norma de jerarquía, no está diciendo que el Derecho Internacional tiene una jerarquía mayor al
derecho interno, sólo se refiere a la responsabilidad que le cabe al Estado.

Es importante destacar que un conflicto entre una norma interna y una internacional
no afecta necesariamente la validez de la primera en el plano interno, un acto interno
contrario a una norma internacional puede ser reconocido internamente como válido pero los
otros Estados no se encuentran obligados a reconocer sus efectos externos. Pero lo que nos
interesa en este informe de investigación es saber que es lo que ocurre en los tribunales
internacionales, en especial de la Corte Penal Internacional respecto de la aplicación de sus
normativas y atribuciones en el Estado Chileno.

II. Aplicación del Derecho Internacional en el ordenamiento Jurídico Chileno

Nuestro sistema constitucional, a diferencia del derecho comparado, no contempla una


disposición que incorpore expresamente el ordenamiento internacional (tratados, costumbre y
principios generales de derecho) al derecho interno chileno, vale decir no existe una
incorporación global, como es el caso alemán.

La Constitución chilena sólo regula en sus artículos 5, 32 N° 17 y 54; la incorporación


del Derecho Internacional convencional guardando silencio respecto a la costumbre y los
principios generales del derecho.

El hecho que no se haga mención expresa, por parte de la Constitución, a la incorporación


de la normativa internacional consuetudinaria no significa que Chile se mantenga ajeno a ello,
menos si tomamos en cuenta las palabras del profesor Hernán Salinas: “En el actual modelo de
sociedad internacional, los Estados son los destinatarios por excelencia de las normas de
Derecho Internacional y, por tanto, son primordialmente ellos los que deben acatarlas y
cumplirlas”

Página 26 de 43
En Chile, los tribunales y los autores han reconocido, en general, que el Derecho
Internacional forma parte del derecho chileno. Desde el propio Andrés Bello en su obra
“Principios de Derechos de Jentes”, de 1891, se ha reconocido en nuestro país el Derecho
Internacional General: “Que en una nación y en un época dadas el Derecho de Jentes sea parte
de la jurisprudencia patria, no admite duda”.

Nuestros tribunales, aun a falta de mandato legislativo expreso no han dudado en aplicar
normas de Derecho Internacional Consuetudinario cuando se les ha presentado la ocasión. Más
aún, a veces han enunciado expresamente el principio de la incorporación automática; sin
perjuicio del Fallo del Tribunal Constitucional sobre la Corte Penal Internacional en cual
trataremos en su acápite pertinente.

Según la doctrina; la aplicación del Derecho Internacional, en Chile, se puede dividir en


tres situaciones distintas:

1. La Remisión expresa del Derecho Interno Chileno al Derecho Internacional:

Los tribunales deben aplicar las normas y principios de Derecho Internacional cada vez
que un precepto legal interno se remita expresamente a ellos. Algunos ejemplos encontramos en
los artículos 60 y 585 del Código Civil , 1, 637 y 647 del Código de Procedimiento Penal .

Vale decir, en los casos de remisión expresa los tribunales aplican el Derecho
Internacional por mandato de su propia ley.

2. La incorporación automática del Derecho Internacional Consuetudinario:

Como fue mencionado anteriormente, la doctrina nacional ha reconocido la incorporación


automática del derecho consuetudinario al ordenamiento jurídico interno. Por otra parte si bien es
cierto los tribunales chilenos, en gran medida, también reconocen esta incorporación, sería lago
aventurado afirmar que han elaborado una jurisprudencia constante sobre estos problemas.

Página 27 de 43
Entre las normas internacionales aplicadas, por los tribunales, podemos mencionar las
relativas a la inmunidad de la jurisdicción civil y a la inviolabilidad de lo agentes diplomáticos, la
inmunidad de jurisdicción de los Estados extranjeros, los deberes de un Estado respecto de
refugiados políticos y la inmunidad proveniente del Derecho de Angaria -facultad de requisar los
barcos mercantes extranjeros, previa indemnización- Fallo emblemático en el Derecho Chileno es
el caso “Lauritzen con el Fisco”.

3. Incorporación de los Tratados Internacionales al Derecho Interno:

El consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado se manifiesta formalmente en


el ámbito internacional mediante la ratificación o adhesión, seguida del canje de los instrumentos
de ratificación entre los Estados contratantes o del depósito del respectivo instrumento en poder
del depositario asignado. Desde la fecha de dicho canje o depósito el tratado es obligatorio para
el Estado que lo ha efectuado a menos que el tratado disponga otra cosa. Pero antes de manifestar
su consentimiento en obligarse por el tratado un Estado debe cumplir con las disposiciones
internas concernientes a la competencia para celebrarlos.

No hay desacuerdo en que el derecho chileno ha acogido el sistema de la incorporación


respecto del Derecho Internacional Convencional, el que adquiere vigencia en el ordenamiento
jurídico interno no automáticamente, sino a través de una acto expreso de incorporación
establecido en la Constitución Política, en el que intervienen tanto el Presidente de la República
como el Congreso Nacional (32 N°17 y 50 N°1).

La jurisprudencia chilena ha estimado que un tratado, aunque sea obligatorio para Chile
en el ámbito internacional, no tiene vigencia automática en el orden interno. Las reglas
internacionales creadas por el tratado no se entienden automáticamente incorporadas al derecho
interno, y por lo tanto, no pueden ser aplicadas por los tribunales mientras no se efectúe su
recepción o incorporación.

Página 28 de 43
III. El Derecho Penal Chileno ante el Estatuto de Roma

La incorporación de Chile al Estatuto de Roma implica el reconocimiento de la


jurisdicción de la Corte Penal Internacional, lo cual incluye su competencia para conocer y
juzgar comportamientos sometidos a la jurisdicción de los tribunales chilenos.

El derecho vinculante para la Corte Penal Internacional es, preferentemente, el


establecido en el Estatuto de Roma (art. 21-1-a). Luego, el reconocimiento del Estatuto de Roma
implica la aceptación de un cuerpo de derecho penal sustantivo como derecho aplicable a
comportamientos sujetos a la jurisdicción chilena, si esos comportamientos son juzgados por la
Corte Penal Internacional.

La incorporación de Chile al Estatuto de Roma no significa, por cierto, que las normas
penales establecidas en dicho Estatuto adquieran el carácter de derecho penal aplicable por
tribunales chilenos. El Estatuto es en esto inequívoco: las normas de su parte Especial determinan
la competencia de la Corte Penal Internacional ratione materiae (art. 5º), y las reglas y principios
de la Parte General del Estatuto son derecho aplicable para la Corte (art. 21). Así pues, respecto
de todo el universo de casos sometidos alternativamente a la jurisdicción de los tribunales
chilenos y a la jurisdicción de la Corte Penal Internacional existe una duplicidad de regulaciones
penales sustantivas: el derecho penal chileno y el derecho penal sustantivo contenido en el
Estatuto de Roma.

Ciertamente, se puede sostener que ambos regímenes jurídicos son complementados, al


menos subsidiariamente, por los principios del derecho internacional. Esto es explícito,
tratándose del Estatuto de Roma (Art. 21-1b), y puede sostenerse como consecuencia del
principio de la incorporación del derecho internacional al derecho interno, tratándose del derecho
chileno. Aquí se encontraría un común denominador. Sin duda que éste es un aspecto importante
de las relaciones entre ambos órdenes normativos convencionales. Pero no obsta a la existencia
de uno y otro como regímenes penales paralelos.

Página 29 de 43
Es importante señalar que la jurisdicción de la Corte Penal Internacional opera bajo el
principio de complementariedad, es decir, subsidiariamente a la jurisdicción de los Estados
(Art. 1º). Conforme al Estatuto, la admisibilidad del caso ante la Corte Penal Internacional
depende, entre otras condiciones, de que no se encuentre o no haya estado sometido ante los
tribunales de un Estado que tenga jurisdicción sobre él.

La insuficiencia del Derecho Penal Chileno

En el derecho penal chileno no existen normas que configuren supuestos de hecho


correlativos a los tipos configurados en los arts. 6º (genocidio), 7º (crímenes contra la
humanidad) y 8º (crímenes de guerra) del Estatuto de Roma. Por lo tanto, en la medida que se
sostenga la existencia de deberes de tipificación relativos a estos delitos en el Derecho
Internacional Penal exigibles al Estado de Chile, éste se encontraría en incumplimiento de esos
deberes.

Problemas del Código Penal Chileno

Por otra parte el Código Penal chileno requiere una drástica revisión de su Parte Especial,
es algo que no suscita mayores discrepancias. La adecuación al derecho penal internacional
permite identificar ciertas áreas como prioritarias. Aparte de la regulación de los delitos contra el
orden de la administración de justicia, que requiere ser introducida sistemáticamente por entero,
estas áreas prioritarias en encuentran en;

a) Los delitos contra la incolumidad personal: la regulación de los delitos de lesiones


requiere la simplificación de la tipificación de las lesiones gravísimas, incluyendo su tipificación
como delito resultativo para eliminar de raíz la debatida cuestión de las restricciones a los medios
o modos alternativos de comisión; requiere asimismo la adecuación de la penalidad de las
lesiones simplemente graves y la introducción de la comisión peligrosa como hipótesis de lesión
grave y como hipótesis calificada de lesión menos grave, es decir, calificaciones no por el

Página 30 de 43
resultado de lesión sino por el resultado de peligro de muerte o por el empleo de medios
peligrosos (armas, veneno); finalmente, se requiere una regulación explícita del maltrato de obra
como delito doloso, incluyendo una regla especial para la producción de un resultado de lesiones
imputable a imprudencia;

b) Los delitos contra la autonomía sexual: la reciente reforma de los delitos de


violación, estupro y abuso sexual ha solucionado la mayor parte de las dificultades que
presentaba el Código Penal originario; espera todavía una regulación coherente, sin embargo, el
ámbito de los delitos de explotación sexual; particularmente importante en la configuración
consistente del delito de proxenetismo transnacional, sobre la base de la explotación de la
indefensión por la condición de extranjero y;

c) Los delitos contra la libertad: de todos los grupos de delitos contra intereses
personalísimos éste fue y sigue siendo con mucho el peor regulado en el Código Penal Chileno;
la recepción mediata del derecho penal internacional exige perentoriamente una regulación
consistente de los delitos de privación de libertad y coacción como horizonte de referencia; esto
incluye la redefinición de los supuestos de secuestro, toma de rehén y sustracción de menores, así
como de la fusión de las hipótesis de coacción violenta y amenazas condicionales en un solo tipo,
con la diferenciación de estas últimas y las amenazas simples; demás está decirlo, la regulación
satisfactoria de la coacción es una condición necesaria para enfrentar adecuadamente la cuestión
de la regulación correcta del tratamiento médico no consentido y la experimentación humana no
consentida;

IV. La Sentencia del Tribunal Constitucional respecto del Corte Penal Internacional

En opinión de don Humberto Nogueira Alcalá; “La sentencia del Tribunal


Constitucional de fecha 8 de abril de 2002, Rol N°346, que se pronuncia respecto de la
constitucionalidad del Tratado de Roma que determina el estatuto de la Corte Penal
Internacional, constituye un fallo controvertido y que muestra las falencias de nuestro texto

Página 31 de 43
constitucional en materia de tratados internacionales, lo que exige una normativa
constitucional explícita acorde con los cambios suscitados en el derecho público y su
dogmática, como asimismo, en la inserción de los Estados en el nuevo derecho internacional
de los derechos humanos, además de asumir los principios contenidos en la Convención de
Viena sobre Derecho de los Tratados de 1969, vigente en Chile, luego de su ratificación y
publicación en 1981”.

En síntesis según la mayoría del Tribunal Constitucional; concluyeron que la Corte Penal
Internacional es un "órgano jurisdiccional permanente de carácter internacional destinado a
hacer efectivas las responsabilidades penales individuales de los autores de determinados y
graves delitos contra la humanidad" asimismo sostuvieron que este órgano puede ser calificado
como "un Tribunal Supranacional"

Siguiendo este análisis la Corte Penal Internacional se diferenciaría de los tribunales


internacionales establecidos en tratados ratificados por Chile, como por ejemplo, la Convención
Americana de Derechos Humanos y el estatuto de la Corte Internacional de justicia de La Haya,
por el hecho de que estos últimos "no tienen una supervigilancia correctiva o sustitutiva de las
resoluciones de los tribunales nacionales".

El Tribunal Constitucional precisa que residiendo la soberanía en la nación, "las


únicas autoridades que pueden ejercitar soberanía son las que la Constitución establece", lo
cual se contrapone a la Corte Penal Internacional, siendo esta la base del fallo por
Inconstitucionalidad.

Otras inconstitucionalidades sentenciadas por el Tribunal Constitucional:

El Estatuto de la Corte no admite reservas, por lo tanto no podrían rechazarse sólo aquellas
disposiciones contrarias a la Constitución. Lo que implica la desaprobación en su totalidad, frente
a las siguientes disposiciones del tratado:

Página 32 de 43
1. En cuanto a los indultos y amnistías: El estatuto permite a la Corte desconocer indultos o
amnistías previamente concedidos por las autoridades nacionales competentes; lo que
infringe las normas constitucionales, pues, en esencia, coarta las atribuciones del
Presidente de la República.

2. En cuanto al fuero parlamentario y prerrogativas de los jueces: El estatuto prevé un


procesamiento directo ante la Corte; lo que es incompatible con las disposiciones de la
Constitución que establecen el fuero parlamentario y las prerrogativas penales de los
magistrados.

3. En cuanto a la función y atribuciones del fiscal de la Corte Penal Internacional: El estatuto


otorga al Fiscal de la Corte las facultades reservadas por la Constitución en forma
exclusiva y excluyente al Ministerio Publico.

Por último el Tribunal Constitucional señaló que son varios los países que, previa
aprobación y ratificación del estatuto, han debido reformar sus constituciones; entre ellos:
Francia, Portugal, Luxemburgo e Irlanda. Así también otros países no necesitaron modificar sus
constituciones, pues sus textos autorizaban expresamente la transferencia de soberanía, pudiendo
señalarse, a vía de ejemplo, Argentina, Austria, Holanda e Italia.

Con todo; al otorgarle el Tratado de Roma a la Corte Penal Internacional "jurisdicción


para eventualmente conocer de conflictos ocurridos dentro del territorio de la república, y que
deberían ser de competencia de algún tribunal nacional", se le está atribuyendo "potestad
jurisdiccional para ser ejercida por una autoridad no establecida por nuestra Carta", entrando en
"frontal colisión" con el artículo 5° inciso 1° de la Constitución, haciéndose "evidente su
inconciliabilidad"

En palabras de don Humberto Nogueira Alcalá “El fallo hace necesario que los órganos
que forman parte del poder constituyente instituido se activen para considerar una adecuada
normativa constitucional para participar en la vida internacional y supranacional, en lo cual

Página 33 de 43
nuestra Carta Fundamental no tiene ningún avance sustantivo desde hace un siglo, salvo en el
artículo 5° inciso 2°, lo que es absolutamente insuficiente, al generar inseguridad jurídica y una
jurisprudencia contradictoria de los tribunales, como hemos podido determinar.

Es necesario por seguridad jurídica constitucional precisar el trámite de aprobación de


los tratados internacionales en el Congreso Nacional; el procedimiento de entrega de
jurisdicción o competencia a organismos jurisdiccionales inter o supranacionales; precisar los
quórum de aprobación de los distintos tipos de tratados según las materias que aborden; asumir
que las normas de derecho interno, incluida la Constitución, no pueden generar obstáculos al
cumplimiento de las obligaciones internacionales libre y voluntariamente contraídas por el
Estado (cumplimiento de buena fe y sin oponer obstáculos internos, como lo exige la Convención
de Viena sobre Derecho de los Tratados); determinar la manera de ejecución de los fallos de los
Tribunales Internacionales o supranacionales de derechos humanos a los que se les ha otorgado
jurisdicción vinculante y el Estado se ha comprometido a ejecutar sus decisiones (obligaciones
de resultado respecto de los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos); la
aplicación de una interpretación de los órganos jurisdiccionales internos conforme con los
tratados de derechos humanos; constitucionalizar el principio hermenéutico de aplicación de la
norma interna o internacional que mejor favorezca el ejercicio de los derechos esenciales, entre
otras materias”

Página 34 de 43
V. Ley N° 20.357, “La Implementación a la Ley Chilena”

Para permitir que la aplicación del Estatuto, y en consecuencia, para que el sometimiento
de un asunto al conocimiento de la Corte Penal Internacional sea subsidiario, es necesario que
los delitos de competencia de la Corte hayan sido tipificados dentro del ordenamiento interno de
cada Estado. Es así como en Chile, en forma paralela al procedimiento de aprobación del
Estatuto, se dictó la ley 20.357, promulgada el 26 de junio de 2009 y publicada el 18 de julio del
mismo año. En ella se típico los crímenes de lesa Humanidad, de Genocidio y Guerra, y otras que
el legislados estimo necesario.

Esta ley no esta ausente de criticas jurídicas, algunas de ellas ser una norma innovadora
que puede traer colisión y tiene un carácter breve y poco precisa. Sin embargo cumplió su
objetivo como una norma implementadora del Tratado de Roma, pero es un avance al vacío legal
correlacionado el ordenamiento jurídico penal chileno al tratado internacional en estudio del
presente informe.

Página 35 de 43
VI. La Jerarquía de los Tratados Internacionales y su Jurisprudencia

Un tema discutido por la doctrina, es el alcance del Inciso Segundo del Artículo 5° de la
Constitución Política de la Republica de Chile, que señala;

“El ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales que
emanan de la naturaleza humana. Es deber de los órganos del Estado respetar y promover tales
derechos, garantizados por esta Constitución, así como por los tratados internacionales
ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.”

Sobre la base de la oración final del inciso 2º artículo 5º de la Constitución, una parte de
la doctrina argumentó que las normas de los tratados en materia de derechos humanos tendrían
jerarquía de Constitución material, argumentando que en caso de disparidad, la autoridad
nacional estaba obligada por el tratado internacional ratificado y vigente y no por la norma
constitucional.

Por otra parte recordemos que; desde la incorporación del inciso 2 al artículo 5 de la
Constitución por la ley 18.825 del año 1989, se han planteado distintas tesis acerca de la jerarquía
de los tratados internacionales que versan sobre derechos humanos, respecto de la constitución y
las leyes.

Las tesis sostenidas han sido las siguientes:

1. Tratados internacionales sobre derechos humanos de jerarquía igual o superior a la


Constitución.
2. Tratados internacionales sobre derechos humanos de jerarquía superior a la ley pero
subordinados a la Constitución.
3. Tratados internacionales sobre derechos humanos con jerarquía igual a la ley.

Página 36 de 43
El Tribunal Constitucional solucionando esta controversia doctrinaria, dictaminó en su
fallo que los tratados internacionales sobre derechos humanos, al igual que los demás tratados,
están sujetos al principio de supremacía de la Constitución y que por tanto no pueden modificar
las disposiciones de la Constitución. Como argumentos señaló lo siguiente:

1. La referida reforma del año 1989 no consagró que los tratados internacionales sobre
derechos esenciales tuvieran una jerarquía igual o superior a la Ley fundamental.

2. En la historia fidedigna de la norma se reconoció la procedencia del recurso de


inaplicabilidad por inconstitucionalidad respecto de este tipo de tratados, lo que implica
que ellos están subordinados a la Constitución.

3. Si en la aprobación de los tratados se deben respetar los quórum y procedimientos


señalados en la Constitución para las leyes, es ineludible la sujeción de estos a la Carta.

4. Si aceptáramos el rango constitucional de los tratados internacionales sobre derechos


humanos, implicaría reconocer su carácter modificatorio de la Constitución y por
tanto, remplazar el rígido mecanismo de reforma constitucional por el quórum y
trámites de una ley ordinaria.

5. Todos los tratados, sobre cualquier materia, están sujetos al control de


constitucionalidad del Tribunal Constitucional.

En todo caso hay que hacer notar que, el fallo del Tribunal Constitucional sólo resuelve que
los tratados internacionales sobre derechos humanos no tendrían jerarquía igual o superior a la
Constitución; pero no se pronuncia sobre su jerarquía respecto a la ley.

Página 37 de 43
Jurisprudencia del Caso Clodomiro Almeyda

En la sentencia recaída en el caso Almeyda el Tribunal Constitucional sostuvo la


supremacía constitucional, que a continuación citamos para un mejor entender; Clodomiro
Almeyda en su alegato ante el Tribunal Constitucional, el 30 de octubre de 1988: "La
circunstancia de que el pacto relativo a los derechos civiles y políticos no se encuentra publicado
en el Diario Oficial, a mi juicio no es obstáculo para que rija en Chile, porque parecería
absurdo que este documento no pudiera ser válido en este país, habiéndose promulgado en él,
por un hecho que depende sólo y exclusivamente de la voluntad del sujeto que libremente
suscribió el pacto. Creo que no cabe sostener que este pacto, por la sola circunstancia de no
haberse publicado por una omisión del Ejecutivo, pierda validez".

El Tribunal Constitucional señaló que dicho pacto carecía de fuerza vinculante respecto
de los nacionales, pues no obstante haber sido ratificado y promulgado por el gobierno de Chile,
se había omitido su publicación en el Diario Oficial. Al respecto, se ha dicho que la publicación
no es condición de validez del tratado ni en el derecho internacional ni en el interno, sino que es
una condición para la aplicación del mismo por los órganos internos.

Jurisprudencia en el Caso Convenio N° 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales


de países independientes.

El tribunal ratificó en la sentencia en el caso del Convenio N° 169 de la OIT, al ejercer un


control de constitucionalidad de un tratado que contenía numerosas referencias a derechos
esenciales que emanan de la naturaleza humana. Así, al utilizar como parámetro para ejercer su
acción de control la Constitución, ratificó su prevalencia frente a la norma externa. En palabras
del Tribunal Constitucional, “El Convenio Internacional tienen un carácter “programático”,
reflejan disposiciones que no son autoejecutables, sino que le corresponde al Estado dictar la
legislación nacional o adecuar la existente para que estos derechos sean exigibles”. Sin
perjuicio el tribunal en un segundo fallo N° 1050 de abril del 2008, mantuvo su postura en
materia de jerarquía de los tratados y convenios internacionales.

Página 38 de 43
En estas sentencias y/o jurisprudencias del Tribunal Constitucional; se abocó a dilucidar
el tema de la jerarquía de los tratados y citando el Informe de la Comisión Conjunta de la Junta
de Gobierno, de 12 de junio de 1989, indicó: “En relación con los tratados a que se refiere esta
norma, cabe señalar que su vigencia no obsta a la procedencia del recurso de inaplicabilidad
por inconstitucionalidad conforme a las reglas generales. Lo anterior nos permite afirmar que
no estuvo en la mente del Constituyente que los tratados no quedaran sujetos a la supremacía
de la Constitución ni menos que su jerarquía permitiera enmendar normas de la Ley
Fundamental, ya que si así no fuere carece de toda explicación lógica y jurídica que se hubiere
afirmado que era procedente el recurso de inaplicabilidad de una norma de un tratado por ser
contraria a la Constitución, habida consideración que dicho recurso reconoce como causa
inmediata, precisamente, la prevalencia de la Constitución sobre la ley o el tratado.”

Informe de la Comisión de Constitución, Justicia y Reglamento del Senado

Por otra parte el Tribunal Constitucional fundamentó su criterio en su propia


jurisprudencia anterior; En un informe de la Comisión de Constitución, Justicia y Reglamento
del Senado y en la doctrina, citando; para tal objeto las opiniones de los profesores Raúl
Bertelsen y Lautaro Ríos

El Tribunal Constitucional precisó sobre el particular:

“71º. Que, el sentido que debe darse a la frase agregada al artículo 5º de la Constitución, es
que el Constituyente quiere dar énfasis a las derechos fundamentales, señalando que es deber
para los órganos del Estado, respetarlos y promoverlos, no sólo los derechos asegurados en la
Constitución, sino que también los contenidos en tratados internacionales ratificados por Chile
y que se encuentren vigentes;

74º. Que, en suma, por lo expuesto y analizadas las normas constitucionales pertinentes con
un criterio armónico, sistemático y coherente, no es posible sostener que un tratado que verse

Página 39 de 43
sobre derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana enmiende la Constitución en
lo que sea contraria a ella o tenga igual jerarquía. De este modo, si dicho tratado contiene
normas contrarias a la Carta Fundamental, sólo podrá, válidamente, incorporarse al
ordenamiento jurídico interno, previa reforma constitucional;”.

Página 40 de 43
CONCLUSIONES

Después de haber abordado este documento, investigado y conocer más profundamente la


Corte Penal Internacional, creemos que la existencia de este tribunal internacional especial es
ciertamente loable y contribuirá en muchos casos a terminar con la impunidad siempre y cuando
exista cooperación en los Estados en materia de jurisdicción.,

FALTA

ANEXOS

Página 41 de 43
BIBLIOGRAFÍA

Página 42 de 43
¾ Consideraciones sobre el Fallo del Tribunal Constitucional Respecto del Tratado de Roma que
Establece la Corte Penal Internacional; Dr. Humberto Nogueira Alcalá.
¾ El Derecho Penal Chileno ante el Estatuto de Roma; Antonio Bascuñan Rodríguez; Revista de
Estudios de la Justicia; N° 4, año 2004.
¾ Guía de Derecho Procesal I; Universidad Autónoma del Sur; Escuela de Derecho; Rodrigo
Henríquez Moraga.
¾ http://www.iccnow.org/?mod=icchistory
¾ http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/jurid/cont/31/pr/pr4.pdf
¾ http://www.redsalud-ddhh.org/cortepenal.html#queesyporque
¾ La Jurisdicción Universal y la Corte Penal Internacional, Revista de Estudios Jurídicos, N° 4,
Ximena Fuentes Torrijo.
¾ La Jurisprudencia del Tribunal Constitucional en la sentencia relativa a la Corte Penal
Internacional; Dr. Teodoro Ribera Neumann; Revista de Derecho de la Universidad de Fines
Terrae, año V, N° 5; páginas 331 al 338.
¾ La Relación entre el Derecho Internacional y el Derecho Interno; Carlos Dettleff Beros; profesor
de Derecho Internacional, Universidad de Chile.
¾ Los Tratados Internacionales en el Ordenamiento Jurídico Chileno, Humberto Nogueira Alcalá,
Ius Et Praxis 2, paginas 9 a la 43
¾ Sentencia Tribunal Constitucional sobre el Tribunal Penal Internacional, Santiago 8 de Abril
2002.

Página 43 de 43

S-ar putea să vă placă și