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En este mismo terceto, Hernandez muestra como ha sentido la muerte: repentina, incesante, invisible, como
un rayo, un empuion brutal. No se trata pues de una elegia a una muerte lenta y pesada sino todo lo contrario.
Esto lo consigue a través de una adietivacion pesimista, con lo que consigue también la aceleracion del ritmo
poético.
El poeta muestra, creemos, su maxima condolencia en el verso quince, en el que a través de una paradoia
hiperbolica dice: y siento mas tu muerte que mi vida.
El autor hace una metaIora de la muerte con rastroios de diIuntos en el sexto terceto.
En el séptimo y ultimo terceto de esta primera etapa encontramos uno de los pleonasmos mas Iamosos de la
poesia española: temprano madrugo la madrugada,...
Ademas, se produce en toda la estroIa una anaIora o, como en el cuarto terceto, un paralelismo en la
estructura.
En el verso veintiuno observamos una curiosa y satirica alegoria para reIerirse a la muerte prematura de
Ramon: temprano estas rodando por el suelo.
En esta estroIa habla de lo ioven que se llevo la muerte a su gran amigo.
En esta primera parte, el autor reIleia la duracion del dolor a partir de la combinacion de dos tiempos verbales:
del Iuturo (versos del uno al siete) al presente (versos del ocho al veintiuno).
Segun esta otra estructuracion, la segunda parte, rebelion, iria desde la estroIa ocho hasta la once. En ella, el
autor presenta un estado de emocional de rebelion ante la inevitable muerte en un tono de desesperacion.
Miguel Hernandez esta ya mas enoiado que triste. Ya no tan desolado, sino que muestra su caracter luchador y
revolucionario.
En el terceto numero ocho hay un paralelismo (o simplemente una anaIora) como en la estroIa anterior. En
este terceto encontramos una escondida personiIicacion de la muerte y una antitesis con la vida.
En el noveno terceto es deducible una intencion de Iuria y Iiereza a partir de una aliteracion mediante las
palabras: levanto, tormenta, piedra, rayo, hacha, estridente, sedienta, catastroIe y hambrienta.
Es impactante la rabia y el dolor contenido del poeta cuando dice: Quiero escarbar la tierra con los dientes, /
quiero apartar la tierra parte a parte / a dentelladas secas y calientes. En esta misma estroIa (diez) hay un
paralelismo (o anaIora) entre el verso veintiocho y veintinueve. El testimonio del hermano del poeta aclara
esta situacion: Se consideraban como hermanos. Miguel y Siié se habian iurado, inclusive, que si uno de ellos
llegaba a morir, el otro deberia cavar la tumba del amigo desaparecido. Siié murio muy ioven, a los veintidos
años. Al saberlo Miguel, vino a Orihuela con la intencion de cumplir su promesa. Cuando llego, Siié ya habia
sido enterrado. Miguel, Iurioso, pretendio exhumar a su amigo y cavarle una nueva sepultura. Nos costo
muchisimo disuadirlo de cumplir su proyecto..."
Se dice que esta promesa es la que desencadena tal Iuria en Miguel y de ahi la aspereza de esta publicacion
tan Iantastica e intensa.
Del odio pasa a la esperanza sin Iundamento, creyendo en la idea utopica y obsesiva de querer liberar a su
amigo Siié de la muerte: Quiero minar la tierra hasta encontrarte / y besarte la noble calavera / y
desamordazarte y regresarte. Aqui Siié ya no se muestra conIormista, sumiso, ya no acepta que esta muerte
repentina haya sucedido. En el verso treinta y tres hemos encontrado un polisindeton, es decir, la repeticion
innecesaria de la coniuncion ··y~~.
La tercera parte es la llamada de sublimacion o resolucion del conIlicto anterior. En ella, el poeta se expresa
con muchisima mas sutileza y delicadeza, casi de un modo angelical: por los altos andamios de las Ilores /
paiareara tu alma colmenera. // de angelicales ceras y labores. / Volveras al arrullo de las reias / de los
enamorados labradores.
El poeta abandona el odio y adopta una triste sensacion de esperanza y nostalgia: Volveras a mi huerto y a mi
higuera:
Hay una alegoria muy bonita en el catorceavo terceto, en el que usa la expresion la sombra de mis ceias para
expresar su tristeza.
En las dos ultimas estroIas, Miguel Hernandez alude a los almendros. Esto se debe a la continuidad con que
Miguel y Ramon visitaban los almendros en otoño. Asi lo explica el mismo Miguel en una carta a Carlos
Fonoll (el panadero): "Quiero ir cuanto antes por ahi: ya estaran los almendros de nuestros campos
resplandecientes... Por este tiempo ibamos Siié y yo el año pasado a verlos iuntos, por este tiempo corria yo
por la sierra de un lado a otro tirando piedras y bañandome en los barrancos y ahora estoy a esta maquina de
escribir que se rie de mi."
En el verso cuarenta y seis, las rosas toman personalidad a modo de metaIora y el ultimo verso es un verso de
cierre que, mediante un apostroIe, se despide deIinitivamente de su amigo.
El poema esta plagado de encabalgamientos suaves, aquellos en los que el sentido del verso encabalgante
necesita todo el verso siguiente para completarse, por eiemplo, en el primer y segundo verso: Yo quiero ser
llorando el hortelano / de la tierra que ocupas y estercolas,
Sin embargo, destacaremos unicamente los encabalgamientos abruptos. Hay varios de ellos: el verso siete
enlaza el segundo terceto con el tercero y el verso treinta y seis une el duodécimo soneto con el treceavo.
La elegia entera esta escrita a modo de apostroIe ya que en todo momento se dirige a su amigo, aun estando
muerto, como si este ultimo Iuera a leerla.
Estructura externa
Este bonito poema es una elegia, como ya dice su titulo, cuya métrica corresponde a dieciséis tercetos
encadenados de arte mayor (endecasilabos) de rima consonante. Posee cuarenta y nueve versos, resultado
erroneo si la poesia Iuese matematica, pero no es asi porque incluye un verso Iinal que rima con el segundo
verso del ultimo terceto.
La estructura de los tercetos encadenados nos gusta mucho porque posee una musicalidad especial, en rimar el
primer verso con el tercero, y el segundo con el primero del siguiente (ABA/BCB/CDC)
Tema
Dolor, tristeza y rebelion.
Estas tres palabras son las que, para nosotros, prenden del poema. Es una de las elegias mas tristes que hemos
leido, llenas de sentimientos contradictorios y pasion. Es, posiblemente, el mayor elogio a la amistad. Sin
embargo, debido al caracter revolucionario del autor, la elegia nos ha sugerido también un sentimiento de
lucha en grandes dosis.
Estilo
El poema que estamos tratando es de estilo muy sencillo.
Miguel Hernandez escribe este poema en un momento en que los sentimientos brotan puros, por lo tanto no
escatima en buscar palabras de diIicultad alguna, todo lo contrario. Miguel en este poema quiere transmitir
proximidad con un léxico claro y cercano ya que el poema esta escrito como la ultima carta que miguel no
pudo enviar a su amigo. Esta es una de las causas por las cuales el poema resulta tan Iacil de leer, o mas bien,
de comprender. El hecho de que esté escrito con la intencion de carta hace que el poeta escriba las cosas tal
como las siente, sin ninguna intencion de querer demostrar en ningun momento cualquier dominio léxico.
Todas las palabras que usa Miguel solo quieren llevar a una sola cosa: a introducir al lector en un mundo un
tanto tenebroso, en el que la sombra de la muerte cobra importancia. Segun la tendencia de la época, el
realismo empapa el poema de una manera bastante peculiar. Intenta encontrar la belleza a través de la imagen.
Por eso encontramos diversas comparaciones que hacen que el sentimiento que quiere expresar Miguel lo
podamos imaginar a partir de una imagen. Un eiemplo es la siguiente imagen: En mis manos levanto una
tormenta / de piedras, rayos y hachas estridentes / sedienta de catastroIes y hambrienta.
En ella podemos encontrar lo que antes comentabamos, la expresion de un sentimiento a partir de una imagen,
en este caso el caos que le ha producido esta muerte a Miguel la compara o lo intenta expresar con la imagen
de una tormenta, en la que el viento, las nubes y el caos que hay dentro del Ienomeno natural arrasa con todo
lo que coge. La muerte de su amigo para el es un simil ya que su muerte ha arrasado aquella ilusion que el
poeta tenia por vivir, esa muerte ha hecho que pierda la estabilidad y el poeta se ha hundido en el caos o
desorden mental.
Conclusion
Este trabaio nos ha servido para descubrir diversas cosas. Hemos investigado la vida de una persona que no
conociamos, y la reaccion que tuvo delante de la muerte de un ser querido. Esta introduccion en la vida del
poeta nos ha hecho comprender cada Irase del poema, un poema lleno de tristeza y dolor. Cada vez que
descubriamos un hecho mas de su vida entendiamos un verso nuevo. Asi, entrando en la biograIia del poeta, y
sobretodo el momento que vivia cuando lo escribio, hemos entendido el porqué de esa sencillez.
Al principio, la Irase que mas nos asustaba era la de: Yo quiero ser llorando el hortelano / de la tierra que
ocupas y estercolas, / compañero del alma, tan temprano.
Porque no conseguiamos encontrar ningun porqué a esa Irase, y cuando encontramos mas inIormacion sobre
Ramon y su relacion con Miguel conseguimos darle un sentido.
Los dos nos dimos cuenta de que no nos costo nada encontrar el poema, por lo que pudimos deducir que es un
poema bastante importante dentro de la obra de Miguel Hernandez, y no es de extrañar, ya que es un eiemplo
de elegia en todo su esplendor: cada palabra nos lleva a lo que nos ha de conducir una elegia, el recuerdo de
una persona y el luto. Recordarnos que la persona a la que estamos dedicando esos versos ya no se encuentra
entre nosotros, y sobre todo Miguel nos hace ver el amor, la inmensa amistad que les unia, que es este el
sentimiento clave que hace que la elegia tenga Iuerza, ya que hacer una elegia de alguien a quien no
conocemos y ni siquiera hemos amado, no tiene Iuerza, ya que el sentimiento de dolor esta Ialto de base. En
esta elegia, el dolor y el sentimiento de vacio que nos ha hecho sentir el autor viene dado por una intensa vida
iuntos.
La sensacion del autor de no poder cavar la tumba de su amigo es lo que hace de este poema una obra
maestra. Los dos hemos coincidido en este punto. Hernandez nos transmite la angustia que vivio de una
manera genial y a la vez espeluznante.