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Nikanor Molinares

OBSCENA

LITERATURA
FUERA DE
ESCENA

Ediciones de La Polla Literaria


Santiago de Chile, diciembre de 2010

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Obscena, Literatura Fuera de Escena - Nikanor Molinares
Primera Edición, Santiago de Chile, diciembre de 2010
Los primeros 50 ejemplares están numerados y firmados por el autor.

Diseño: Adrián Barahona


Fotografía de Portada: Nikanor Molinares, “Onomatopeya”,
dibujo en pastel. Montevideo, 1994.

Se autoriza la copia exacta y la distribución indiscriminada de


este libro por cualquier medio, sin fines de lucro y citando clara-
mente la fuente.

Ediciones de La Polla Literaria


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Nikanor Molinares

OBSCENA

LITERATURA
FUERA DE
ESCENA

Ediciones de La Polla Literaria


Santiago de Chile, diciembre de 2010

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Obscena es tan sólo una onomatopeya
¡Un grito! ¡Un gesto! ¡Un viaje gutural! Un bolo lleno
de significados desesperado por estallar, nuestro alarido es
devastador... vivo, viandante, vagabundo... ¡el viaje debe
continuar!... ¡ARRIBADEMENCIA!
Dedicado a todos los Dementes ¡ArribaGente! ¡A toda esa
generación insana!... A todos aquellos que creen que a través de
la locura se puede volver a ser ser humano.

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PREFACIO

Hay que entender a Obscena tan sólo como el nacimiento


de un nuevo espectáculo. Una recopilación de inicios sueltos.
Una nueva iniciativa en búsqueda de la plástica de las ideas.
Así que no hay que confundirse, nada ha terminado, nada ha
concluido, sólo quedará la mala sensación de que algo quedó
inconcluso ¡Stand By! ¡Oso! que falta por resolver el enigma,
de cada asunto, de cada relato, de cada formato... ¡Ojo al
Cristo! Todos tienen la intención de seguir creciendo, de dar
el salto mortal, de llegar a un final. Todo es posible, pero esta
vez, nos someteremos a la angustia, a la angustiosa espera
de lo que vendrá. Daremos el tiempo y la posibilidad al inicio.
Sólo daremos a conocer el principio, la piedra angular de cada
formato, la esencia de cada idea... Sólo estamos dando el punto
de partida de algo ¡Algo que no sabemos si funcionará!
Les entregamos, estimado aburrido, puros cabos sueltos,
una madeja, embalajes, tallarines sin final. ¡Nada todavía!
Nada más que la puntita ¡solo la cabecita! Todo lo
demás lo penetraremos con el tiempo, suavemente, con un
esfuerzo de placer, sintiendo el roce, suavemente como todo
un gentleman.
Confiamos en el devenir del tiempo, pero tenemos la
insana urgencia de comenzar. No sé lo que se quiere, pero se
quiere ya... ¡Es una pulsión!... ¡Un no aguantar más!... ¡Un querer
mandar todo a la mierda!... ¡Un conflicto de la gran puta!...
Así que inventamos un pretexto por donde comenzar y le
construimos una lógica teatral. Todo crecerá por autonomasia,
por ganas de crecer... Daremos la libertad, le entregaremos la
independencia, confiaremos en el impulso y su correspondiente
necesidad. Cada idea crecerá por anarquisia ¡como un ángel o
como un cáncer! ¡Da lo mismo, es lo mismo! Se dará a entender
por si solo.
La idea está iniciándose ahora mismo ¡Ahora esperemos
que funcione y que les parta el alma! ¡Funcionará!

Nikanor Molinares

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REPUBLIKA
REFLEXION URBANA “LOS FAMOSOS PARES”
MARZO 2007

Este escrito es tan solo una reflexión urbana inocente sin


mala intención –no exageren por favor– más que la de remecer
los duros corazoncitos de aquellos que han dejado de sentir
un gran malestar por este profundo dolor que circunscribe
a nuestro desarrollo cultural y de esa manera contribuir a
optimizar las energías, los recursos y la creatividad. Todo con
la sana intención ¡IPSO JURE! de colaborar con la expansión
cultural.
La pena es tan grande que uno tiene un sentimiento
adentro tan extraño, tan incómodo, tan pesado, tan doloroso,
todos los días, que uno tiene la sensación de ponerse a llorar a
mares y sentarse en una cuneta de nuestra gran ciudad y vaciarse
en lágrimas. Quedarse llorando por siempre ahí sentado frente
a la estatua insultada de Bello, por tanto tiempo, que uno se
va petrificando igual que él, convirtiéndose en un monolito,
un mojón, un insignificante lomo de toro, un aplastado paso
de cebra, una estatua humana con sangre congelada, en un
fósil viviente, un llanto pétreo en dos patas, un triste epitafio
mojado lleno de dolor.
La verdad que nos dan ganas de llorar toda esta
concentración cultural en la que estamos reflexionando,
sobre este sistema actual, sobre esta gente que lo domina, los
grandes artistas, los grandes héroes culturales, esta especie de
seres humanos extraños, demasiados formales, tecnócratas
e insensibles, que no entienden, que están ciegos, que nos
ocultan, que no participan, que no lloran, que no se sienten
mal, que no les duele toda esta gran pena que uno siente por
toda esta gente que quiere levantarse y no tiene la más mínima
oportunidad.

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¿Qué pasa que nadie de ellos se siente agobiado?
Sería épico que a todos nos doliera por igual. La sola
imagen de toda una comunidad cultural profundamente
sentida llorando en las calles por su gente –como en un acto de
crucifixión– es poderosa y fecunda.
Hasta cuándo uno va a creer que no hay creativos
poderosos en el montón. Cómo uno va aceptar –aún por
conveniencia– que sólo en el grupo circuito cerrado de los
winners se va encontrar gente calificada para progresar.
Esta pregunta me parece esencial: ¿Soy realmente yo el más
adecuado de ser merecedor de esta beca de la REPUBLIKA
sabiendo que hay otro profesional que postuló con el mismo
promedio que yo, pero no cuenta con la importante influencia
gubernamental de la que sí disfruto yo?
Nos han bombardeado con tanta basura, con tanta
violencia, con tanta arrogancia, con tan ignorancia. Han llenado
nuestras almas con tantas mentiras, con tanto resentimiento,
que ahora ya no nos queda un horizonte donde aferrarnos.
Han cerrado tan brutalmente nuestros destinos que estamos
totalmente asfixiados, que necesitamos urgentemente que
abran las ventanas para tragarnos una bocanada de aire sano.
Hemos permanecido tanto tiempo en la oscuridad
después de la luz prometida. Nuestras mentes esperanzadas
fueron obscurecidos por el egoísmo y la arrogancia de una
especie social que simplemente se olvidó que entre ellos vivían
otros creativos humanos. Pero sabemos que nunca podrán
detener los resultados del cansancio y el agotamiento, nunca
podrán aniquilar el instinto de vida del creativo. Podrán tratar
de apagar todas las luminarias, los faroles de las calles, los
apliques de los pasillos, podrán dejar de vender ampolletas
y tubos fluorescentes, podrán subir los impuestos del valor
agregado. Podrán inventar sistemas sobre sistemas, estatutos
sobre estatutos, programas sobre programas, fondos sobre
fondos. Podrán gestionar todos los cambios sociales artificiales
y promocionarlos por televisión, dentro de los malls, en
gigantografías, con actores atrofiados de sentimiento, se
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podrán volver todos buena onda caminando en procesiones
publicitadas besando cariñosamente las manos a todos
los ciudadanos. Podrán inventar todo en la cámara de los
diputados, podrán hacer mucho más de lo que hasta ahora no
han logrado hacer.
Podrán hacer todo lo que quieran. Pero la necesidad
cultural expansiva del creativo no se puede detener. La
expansión cultural es una necesidad y una obligación como una
vez lo fue la abolición, el sufragio y la bella alfabetización. Hay
que volver a impulsarla y luchar por ella. Tenemos que volver
a bailar sobre el charco ¡ArribaGente! Tenemos que volver a
cantar el himno de la creación. ¡Levantemos la REPUBLIKA
Gente!
Lo interesante no está en que lo realice el hijo del
intendente o el nieto consentido de la abuela del ex presidente,
menos el hijo de la mano derecha del presidente. Lo interesante
radica en la capacidad de buscar, encontrar y admitir a esta
bomba creativa que anda desperdiciándose por ahí.
Cuando una persona de pocos recursos económicos y sin
influencia realiza la misma gestión que otra persona que cuenta
con todos los recursos, esto sólo significa que esa persona se
ha multiplicado ejerciendo una increíble proeza de gestión,
creativa, con fortaleza, maniáticamente decidido, con coraje y
liderazgo. Significa simplemente en términos técnicos que este
creativo optimizó creativamente todos los recursos. Es un error
en todos los sentidos no darse cuenta de ello.
Las autoridades culturales tienen que recibir
voluntariamente en audiencias a todos los gestores culturales
independientes. Tienen que volver a conversar y a escuchar
las nuevas propuestas optimizadas que han creado los
innovadores. No vale la pena perder tanto tiempo, gente, en
ensayo y error, inventando nuevos sistemas culturales si ya
hay tantas propuestas e ideas creadas y totalmente probadas.
Sólo hay que tener el ingenio y la generosidad de entregarles la
oportunidad.

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Por el bien de la salud mental de este, nuestro país,
tenemos que entregarles más mecanismos de desarrollo y
expansión a las PYMES CULTURALES, dirigidos por gestores
culturales independientes que son en todos los casos, al igual
que las pymes industriales, las que generan la mayor cantidad y
calidad de la actividad cultural.
¿Qué pasa cuando la comunidad artística oficial
y politizada de un país se olvida del leiv motiv que se le
encomendó defender y se hunde en el más despiadado
despotismo cultural ignorando que su actitud está sepultando
una cantidad importante de grandes creativos libres con
herramientas burocráticas, fondos concursables, sindicatos
falsos, hermandades insoportables, premios truchos, todo con
el fin –que es un secreto a voces– de anularlos ante la sociedad
ávida de libertad y protegerse entre ellos mismos para no verse
al espejo y abominarse por la libertad que hace mucho tiempo
perdieron? Ahora sólo pueden crear mintiéndose. Creyéndose.
La REPUBLIKA no está hecha para desperdiciarla. La
hemos parido para enamorarnos de ella y verla crecer fuerte
y poderosa, para que nos estimule a proteger la libertad y vivir
satisfechos dentro de su gran útero cálido y fecundo donde
todos tenemos un lugar primordial.
¡Cuidado, Guacho! Cuando una comunidad artística se
politiza y no puede mantenerse al margen de lo políticamente
correcto, y juega al niño bonito, al artista consagrado, amigos
de sus pares, operadores culturales ¡Mierda! Estamos ante un
peligro.
Cuando ellos mismos se creen el cuento que pueden
determinar y ser la máquina registradora infernal que margina,
censura, y define quién es merecedor de esto y aquello, y son
capaces de tachar con una cruz medieval a los tildados como
creativos, supuestos conflictivos, sólo por el hecho de ser
independientes, de tener pensamientos autónomos, de que
no quieren participar de la élite cultural, sino que quieren abrir
un espacio independiente, donde no tan sólo ellos se puedan
desarrollar.

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Para la cúpula de la comunidad cultural son creativos no
necesarios. ¿Para qué subvencionar con los recursos públicos
a estos energúmenos conflictivos, geniales, extraordinarios,
no manipulables, no censurables, auténticamente libres,
maniáticamente decididos, incansables, luchadores, que
lo entregan todo…? ¡Uuuu!... ¡Pero como les jode esa
independencia a los asegurados!
Toda aquella comunidad cultural artística que no
sea capaz de entender que son ellos mismos los que deben
preservar la independencia de la política y luchar por no
censurar ni discriminar a nadie que está trabajando durante
años en sus proyectos e ideas, como animal. Porque si no son
ellos los que se alejan de la política, la política nunca lo hará. Si
ustedes siguen comportándose así y conservan la definición de
creación sólo bajo sus parámetros consentidos, están dejando
de crear REPUBLIKA, y cuando uno se olvida de generar en su
tierra la libertad de descubrir y difundir los trabajos –llamados
conflictivos, que son en realidad efervescentes y geniales como
por ejemplo los de San Genet– estamos perdidos.
¿Qué pasa cuando estos tipos de mentes individuales
geniales le hacen el contrapeso a toda una comunidad
intelectual al pedo y son intencionalmente –por pura
arrogancia y envidia– desterrados, puestos fuera del camino,
marginados, desechados, exiliados del campo creativo vía
manipulación, llevados a un límite de desesperación, de
angustia, de impotencia, de una rabia tan profunda que el
GENIUS IRRITABLE se acrecenta y se vuelve aun más poderoso,
inestable, radioactivo, destructivo, una bomba de tiempo,
GENIUS IRRITABLE, y comienzan a crear una nueva libertad en
búsqueda de una nueva belleza del pensar?
Hay unos cuantos de cientos dando vuelta por ahí. Sólo
hay que abrir los ojos y encender la luz.
Maldita comunidad cultural oficial pseudoasesina que
sólo está a la espera que el mismo tiempo –que pasa lento e
intolerable– reviente al GENIO los nervios, le tensen las carnes,
se pudra por dentro, y termine vociferando un gran grito tan

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desvastador que lo revienta. Los detritus de la carne podrida
en hilachas colgados de las cornizas sucias de nuestra sociedad
serán la comida para los nuevos degenerados oportunistas que
vendrán.
Lo más extraño es que la clase cultural snob cuática
lo idolatra post morten, se masturban con sus obras, las
mistifican, las adoran, las montan en sus teatros egolíticos,
se visten a su semejanza se vuelven re–putos y drogadictos,
se hacen a la idea de militar en las Panteras Negras, súper
clandestinos… ¡Ya muerto cualquier cosa!… Y aún con todo
este atributo muy sentido y sensible y profundo, sin embargo,
no reconocerían hoy día una mente brillante como la de Jean
Genet aunque se parara al frente y se los demostrara ¡Maldición
de Malinche! ¡Amor por el gringo! ¡Amor por el cuico! ¡Amor
por el rucio! ¡Aduladores! ¡Amor por el Jefe! ¡Chupa de medias
al imperio! ¡Cerca del poderoso! ¡Inclinándose a la derecha!
¡Siempre postrada cerca del trono! ¡Wiskyizquierda traicionera
igualada, que sólo quiere salvarse a si misma! La arrogancia es
la peor de las cegueras. No hay peor arrogante que el que no
quiere ver. Tan arrogante como la ceguera de la iglesia católica
que nunca reconocería a Jesús a su regreso –y es lo mismo– si
es que ya no volvió mil veces, y cansado y aburrido desapareció
para siempre.
Una comunidad artística debería preocuparse de que si
a uno de sus integrantes creativos de reconocida trayectoria
y capacidad se le está segregando, cansando, cagándosele en
la cara, aniquilándolo con métodos políticos cobardes por no
afiliarse a las estructuras coyunturales y levantar la bandera del
silencio y la omisión, por no querer participar de la democrática
cacería de brujas, buscando a los fieles, a los que no joden, a los
que no les molesta ser promiscuos e incestuosos y revolcarse
en la vanidad entre todos.
Esto fue lo que nos descubrió a Jean Genet, si no hubiera
libertad, Sartre no lo hubiera santificado, muchacho.
¡OJO! Y si aún así uno tuviese divergencias políticas con
estos creativos, no debería influenciar la no protección de su

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trabajo creativo. Cuando los artistas reconocidos u oficiales
cometen esta misma discriminación que ellos “supuestamente
detestan” se convierten en la enfermedad. Nuestra comunidad
cultural está enferma, está debilitada, está fuera de si, ya no
entiende mucho, se desequilibra, vuelve, hace intentos de
pisar la tierra, son muchos años de buenos ratos, gozando la
abundancia. Ya embriagados durante tantos años el cerebro se
ha secado, sólo sirve para reir, ser feliz, festejar, se tiran eructos
y pedos, se imponen títulos honoríficos, under y alternativos,
e importan grandes muñecas gigantes de países que hacen
todo lo contrario de lo que ellos proclaman. Aquí nunca podrían
haber nacido muñecas gigantes, preciosas ideas que tienen
su génesis justamente en todo lo que estamos hablando, el
cansancio, la traición a un sistema moribundo, teatro de sala
burgués, entonces, este creativo de barrio, de suburbio, de
la clase normal y ordinaria se sale de sus cabales y crea un
sistema nuevo, busca la calle, una revolución individual, un
funcionamiento creativo que expande su visión social, y lucha,
y gesta, y se alimenta, crece, se nutre, envejece, crea una
institución cultural con profundos cimientos de pedagogización
cultural. Sin embargo, sus esfuerzos de chico alucinado fueron
paulatinamente reconocidos y potencializados. No fueron
castrados por los mismos pares en fondos concursables. Se
dieron el tiempo de escuchar y darle su oportunidad. A la PYME
CULTURAL se le ayudó. El esfuerzo, la tosudez, esta energía
interior, esta fortaleza animal, este accidente que procura el
síndrome del maniáticamente decidido debería ser la única
vara de medición cultural.
A este creativo –que le costó ser maniáticamente
decidido– no se le derribó en nombre de la protección contra
el círculo cerrado burgués, la gran familia, los muchachos
bien delicados, los teatros rojos llenos de aplausos pegajosos
y sonrisas maché; siempre los mismos de siempre, los nunca
nuevos, la vieja adinerada revolucionaria estirada que nunca
realmente lo fue, pero que desde unos cuantos años se engañó
y los engañó y ahora sí siempre lo fue. ¡Qué infamia! ¡Qué
bazofia! ¿Cómo no se cansan de ser siempre los de siempre?

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¡Cómo se repiten, qué insistencia de estafa macabra, la derecha,
la izquierda, la WISKYIZQUIERDA! ¡Y VAMOS! ¿Dónde MIERDA
está la independencia? ¿Qué tiene que ver el arte, la creación,
la metafísica de la vida, con las manos sucias de la política?
¡REPUBLIKA!
Se arrogan de ser los precursores del under, los más
duros. Ni ese privilegio se lo entregan a los que se lo merecen. Se
quedan con todo. Ya ni siquiera a las guachacas se le preservará
ser las guachacas. FORCH, TOMICIC, SWENSON, súper
guachacas, ¡qué fuerte! Los cuicos no son cuicos. Los ricos son
pobres. Los pobres son cada vez más ricos. Los acomodados
subvencionados. Los adinerados becados. Los empresarios
condonados. Los revolucionarios no son los revolucionarios. El
rock no grita. El periodismo oculta. La medicina enferma. La
educación resiente. Lo que es no es. Y estos son tan sólo unos
ejemplos de los cientos de casos que hay. Gente, ¿cómo lo
soportan? ¿Nadie se desespera? ¡Este país es sicopático!
Todos adulan las medidas que impulsan los pobres
cuicos, pero nadie de ellos las utiliza ¡Totalmente sicopático!
Lo terrible y pronosticable es que uno sabe que ya se
viene la copia de la muñeca gigante, la libertad importada, y
no hablo de copiar a cuerpo y semejanza la obra importada
sino que la oportunidad de ejecutarlo se le dará justamente a
un creativo que nunca ha tratado de hacerlo por sus propios
medios, endeudándose hasta las narices, sacrificándose,
poniendo todo al servicio de su obra, una apuesta a muerte,
maniáticamente decidido, contra todo.
Lo malo es que así no será. Los PARES designarán
al creativo a su antojo y posición. Los aplausos chorrearán
toneladas de esa brea pegajosa chovinista encima de un
muchacho loco, descarrilado e intransigente, de cuna de
oro, nuevos ricos, cuico flaite, bien reventado, under total,
bien posesionado, abuela, tío, tía, diputado, secretario,
subsecretario, director ¡huah! cinco carreras a medio terminar,
un despilfarro de plata monumental, un artista desde niño, se
metió en mil locuras increíbles, varias veces preso por manejo

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en ebriedad, unas cuantas mochas, nunca preso, un buen cabro
loco, buenos antecedentes, una seguridad que mata, sin miedo
a nada, todo el futuro listo, nada de que preocuparse, todo tan
perfecto que el muchacho es un pan de dios genial. Todos lo
quieren, nadie lo odia. Es el perfecto. Él es. Él será el nuevo
creativo fetiche que impondrá el gobierno a nivel nacional. Y
vamos otra vez. El carrusel. El tiovivo. NEPOSTISMO. EL CLUB.
Con esta convicción egoísta, cobarde y política de nuestra
actual comunidad WHISKYIZQUIERDA cultural, que no ha sido
capaz de cuidar y potencializar su patrimonio creativo, que vive
trabajando hoy en nuestra gran ciudad, no es de extrañar que
aquí nunca exaltaremos a un pederastra de si mismo como Jean
Genet, a un abyecto Louis Ferdinand, un iconoclasta Henry
Miller, una libidinosa Anais Nin, un oscuro Knut Hamsun o un
destructor como Tadeusz Kantor.
Y nosotros nos conformamos hace unas cuantas décadas
con un sólo escritor –parecido a ellos mismos más encima–
aburrido, que arrastra las palabras como un moribundo, que
de verdad ya no calienta a nadie. La nueva generación necesita
escuchar nuevos cantos, versos poderosos como un ciclón que
revienten las persianas ¡aire nuevo, por favor! Necesitamos
prosas gotas frescas como un antídoto para este veneno que
nos está carcomiendo y luego salir corriendo por las calles y
conquistar las paredes, subir a las torres, cruzar a un anuncio,
ver todo desde lejos y saltar mortalmente sin miedo sobre las
micros, un salto mortal y a caminar silbando por los cables,
comer una biblioteca, hacerse una transfusión de información,
peinarse en un charco de aceite, sacudirse los problemas con
conocimientos, queremos correr tan lentamente que sabemos
que llegaremos más temprano que tarde a morfarnos un chica
rica vacilona llena de belleza e independencia, que nos deja
una profunda y olorosa posibilidad para el siguiente mañana.
Queremos fumar de la buena ¡De la mejor! La vamos a cultivar.
Sin embargo, seguimos celebrando todos sus aniversarios.
Pero no tan sólo el fallecimiento y natalicio, sino que el asunto
lo exageran y vamos con el casamiento, el onomástico, el
primer discurso, el segundo pedo, la tercera vez, la cuarta

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ocasión y vamos sumando tres celebraciones más por año y
esto ya está lleno de aniversarios que da la sensación de que no
nació ningún poeta durante cien años, que de hoy en adelante
tampoco nacerá ninguno más, que estamos cagados, y que
nos acostumbremos ya de una sola vez a recitar estos poemas
lánguidos y anticuados porque no habrá más. Así vamos ¿Y
Pablo de Rokha qué era?
Entiendan, gente, que la culpa no la tiene la cordillera, el
largo del país, la política coyuntural, la mala raza, el oportunismo
de los operadores, la ambición de los políticos de la cual no se
puede esperar nada honorable. Sólo se puede sospechar de las
grandes ansias de poder y de las grandes traiciones y apuñaladas
por la espalda que son capaces de ejecutar. Son mecanismos
operadores chacales muy peligrosos que uno nunca podrá
saber cuánta es la sangre que realmente los satisfacerá. Miles
de guerras, asesinatos, muertes, torturas, hambrunas, y ellos
como si nada, nada de nada. Esta tranquilidad beática que
irrita, lo comprueba. Al contrario de ustedes, mamarrachos,
la creación artística en ningún sentido ha aniquilado una vida
sólo si fuera en la ficción, aún tendiendo los pensamientos más
nihilistas y odiosidades más repugnantes.
Sin embargo, nada de esto tiene la real responsabilidad.
Esto es parte del paisaje de nuestra humanidad. Ellos son así.
Nunca cambiarán. Están hecho de una calaña genética que no
les permite evolucionar. La verdadera responsabilidad de falta
de libertad, de carencia de REPUBLIKA recae sobre la cobardía
y permeabilidad institucional y burguesa, que ha debilitado,
y mutado a nuestra comunidad artística e intelectual en
operadores políticos que ya no son capaces de recordar
el significado lleno de orgullo y maternidad de la palabra
generosidad.
Lo que mantiene la libertad y fortalece a la REPUBLIKA
en una REPUBLIKA es la comunidad creativa independiente.
De todos los demás se puede esperar cualquier cosa. Hay
que entender que si no fortalecemos la gestión cultural
independiente que reúne el 80% de la actividad cultural de

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este país, o de otros paises, no vamos alcanzar nunca esta
expansión cultural con la que estamos soñando. Sólo la entrega
de confianza a esta comunidad independiente –y olvidarse en
un momento de la comunidad oficial tan asegurada– puede
generar la activación de un circuito de PYMES CULTURALES en
cada una de las comunas que contenga, exalte, y potencialice
la actividad cultural local. Así lograremos en pocos años un
circuito cultural rico en diferencias e igualdad. Incentivaríamos,
por primera vez, el turismo cultural comunal. La competencia
que se generaría sería dura, productiva, pro activa, justa, y
orgullosa de verdad. Uno podría sentirse satisfecho de saber que
todo este movimiento de una industria cultural independiente
acrecentará nuestra calidad de vida y alimentará a nuestro
pueblo con vitaminas y conocimientos.
No podemos estar creando centros culturales oficiales
donde llega tan solo la creación que los FAMOSOS PARES
CULTURALES admiten. Ya no basta con la construcción de unos
centros culturales monstruosos de vidrio y aluminio en el centro
de nuestra gran ciudad, como monumentos al pseudoprogreso,
para vanagloriarse de nuestra grandeza ante la mirada atónita
del turismo cultural que no tiene la menor idea de la gran
falacia y discriminación en la que vivimos, y que más encima,
ignorantes aplauden al gobierno en curso por su gran espíritu
estadista cultural. Pero no tienen culpa.
Más tarde que temprano todos llegaron finalmente a
la conclusión, demasiados inocentes, que había una casta de
favoritos, una sagrada familia ¡vacas sagradas! una estirpe de
bacanes, una logia asegurada, ¡LOS PARES! ¡LOS FAMOSOS
PARES! Que se quedaban con todo, que extrañamente siempre
aparecían en todos los lugares, puestos, premios, celebraciones,
concursos, pegas, changas, pitutos, asesorías, consultorías,
cargos honoríficos, embajadas culturales, y toda la madeja de
posiciones y posibilidades para la concentración de la riqueza
cultural. ¿Qué extraño, se preguntaban los inocentes y crédulos,
qué extraño, por qué siempre son los mismos? ¿Por qué no hay
cambios? ¿Por qué esta persona pasa de esto a esto y después
a lo otro, y termina nueve años consecutivos de un lado para
otro? ¡Qué eficiencia! Se puede desempeñar en cualquier cargo
¡Es impresionante!

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Son los pares ¡los famosos pares! Son los famosos pares
los que deciden, seleccionan, distribuyen y otorgan. Son los
dioses. Y ellos mismos te dicen, no fuiste merecedor porque
tus mismos pares así lo designaron, y es un designio divino ¡Un
castigo divino! que uno no puede cuestionar. Es un absoluto
que hay que acatar. Una cruz que uno tiene que cargar. Un
Apartheid del 12 % que uno tiene que aceptar.
¿Y qué pasa cuando no son tus pares? No los conoces. No
sabes quienes son. No nacistes con ellos. No participas de su
conducta social. No compartes un espacio físico. Ellos viven en
otro mundo. Y el problema es ése: que tú no vives en su mundo.
Entonces estás re–cagado porque no eres uno de los pares ¿No
tienes pares, muchacho? ¡No tienes nada, muchacho! ¡Estás
cagado muchacho! ¡Cuentas con PARES o nada de nada! Grita,
patalea, trabaja, sácate la mierda, suda cabrón si quieres,
endéudate tarado si prefieres; se eficiente si te encanta; se
creativo a cagar si te emociona; demuéstranos todo lo que
quieras; consigue pruebas de tu capacidad; reune todos los
datos adjuntos que te promuevan; nada muchacho, nada de
nada, entiende de una buena vez, no insistas, no molestes,
escucha y admite y calla, son los pares ¡Los Famosos Pares! El
jurado, los evaluadores, los que te dan la oportunidad, los que
deciden tu merecido, tu delirio, tu porvenir. Así que ya no hay
nada más que decir. Si no eres PAR no eres nada. Dime con qué
PAR andas y te diré qué PAR eres. ¿Nominado? ¿Seleccionado?
¿Premiado? ¡Haz lo que quieras!
Entra en el círculo divino, muchacho, deja de no participar
de la farsa, no evites entrar en el quilombo, deja de creer que
el trabajo es lo suficiente, preocúpate de lo importante, crea
conexiones y relaciones, preocúpate del discurso, no descuides
la facha y la imagen, acuérdate de ser un chupa moco y chupa
media, adula y aplaude, se siempre un revolucionario de
izquierda al pedo, entra en el circuito del vicio y el progreso.
–¿Y si uno no puede?– pregunta perturbado, el inocente.
Así no funciona, papá. Con esa actitud, nada de nada. La
fórmula está impuesta. Así funciona.

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Entonces están creando hace rato certámenes oficiales
bien constituidos para darle una legalidad seudo consecuente,
para distribuir los recursos, para otorgar los premios, aplaudir
a sus mártires, engrandecer a sus genios, homenajear a sus
revolucionarios. Todo con la finalidad de limpiar las culpas, los
excesos, los vicios de la gula, el transtorno de la anorexia, la
psicopatía del demagogo. Grandes eventos televisados donde
asisten los FAMOSOS PARES, los nominados y los ganadores.
A todas luces una burla.
Y la cámara realiza un paneo a la feliz y exaltada audiencia
asistente ¡Es increíble! ¡Queda en evidencia! Todos lo saben.
Nadie lo comenta. Es triste el nivel de cinismo. Nadie puede
admitir que el 90 % de los PARES, NOMINADOS y GANADORES
sean de los mismos, la misma clase, el mismo colegio, la misma
familia, la misma comuna, los mismos partidos, los primos,
tios, sobrinos, cuñados, suegros, nueros ¡HUAH! Las mismas
getas, los mismo pelo liso de siempre, un tanto maquillados
algunos, con pinta de rebeldes los otros, son los beatniks de la
actualidad, los pobres residentes de lofts y pequeñas casitas
en los cerros. Son los intransigentes que odian el capitalismo y
la sociedad de consumo. Son los férreos luchadores contra las
diferencias sociales. Paladines contra la segregación. Son todos
humildes y hablan como sacerdotes cuando les preguntan.
Son unos monstruos geniales de acomodados siempre donde
calienta el sol.
Pero para no ser tan injustos y entregarles un crédito,
para que no nos tomen de resentidos, diremos con voz clara y
fuerte ¡Sabemos que el arte se da con mayor frecuencia en los
hogares de mayores recursos y posibilidades! ¡OBVIO! ¡Eso es
cierto! ¡Estamos de acuerdo! ¡La Cultura Burguesa! ¡La Cultura
de los BOBOS! ¡La Cultura WHISKYIZQUIERDA! ¡Pero creemos
que están exagerando canallas! ¡No da para tanto! ¡Algo
importante se debe generar en el otro lugar! ¡El populacho
creativo! ¡El obrero ratón de biblioteca que se la juega! ¡El niño
que es capaz de todo por su sueño! ¡¡No sean canalla, gente!!
¡Por lo menos reconózcanlo! Hay un tanto porcentaje de
gestión cultural que se lo debemos a los otros. Los que nunca.

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Los perdedores que a estas alturas ya se habían acostumbrado
a ser los no merecedores. Ya habían entendido que ellos no
podían ser merecedores de tan altos beneficios. Estaban
jodidos de antemano. La cuna los cagó. De alguna manera
después de la “revolución” consiguieron volarles con otro opio
el cerebro y los dejaron en la volada buena onda de la promesa
cultural que nunca llegó, hasta que terminaron cuestionándose
profundamente si es que realmente no había que pedirle nada
a los FAMOSOS PARES. Porque no valía la pena. ¿Para qué
mancharse? ¿Para qué entrar en el mismo juego? ¡Porque era
el Money del Estado! ¡Del sistema opresor! Entonces es mejor
no pedirle nada de nada. ¿Para qué solicitarle una subvención
a los FAMOSOS PARES? Que sean ellos MISMOS los que se
caguen. Después a realizar favores. Cumplir con el trato. Nunca
decir nada. Cero opinión. No existo. Todo está de maravilla.
No hay ninguna falla. No faltan espacios. Todo el mundo está
contento. Eres el único. Nunca hubo carencias. Todo funciona
de maravilla. Estamos a full. Recibimos a todo el mundo.
Nadie espera un año para una audiencia. A nadie que labura
se le deja de dar. Menos con trayectoria. Menos después de 10
años. Hacemos justicia. No importa quien sea. Cualquiera. Los
demás son puros resentidos ¿De qué desigualdad me hablas?
¿Racismo, clasismo, pitutos, chaqueteo, nepotismo, facismo,
una sagrada familia? ¿Dónde la viste?
Cuidado con el temor. Hemos crecido con miedo. Nos
han enseñado a ser temerosos. Nos engañamos demasiado.
Todos los días la misma cuestión. ¡Qué baja autoestima, por
dios!
Nadie bota basura por las ventanas. Nadie se hace el
loco. Nadie es fácil. Nadie se coloca en la cola. Nadie es poco
importante. Nadie es peor que el otro. Nadie se da cuenta
que somos ignorantes. Nadie escucha que hablamos mal.
Nadie tiene la culpa. Nadie es responsable. Nadie ve que nos
comportamos como animales. Nadie tiene baja la autoestima.
Nadie es winner. Nadie le dice nada al conductor. Nadie le dice
nada a la vieja de mierda barsuda. Nadie putea de corazón.
Nadie tiene miedo. Nadie reconoce que es de los mismos.

24
Nadie se aprovecha porque viene de arriba. Nadie utiliza sus
influencias para ubicar su voluntad. Nadie tiene familiares
influyentes. Nadie hace eso. Nadie hace lo otro. Nadie se da
cuenta que todos los que ocupan cargos son bien alimentados.
Nadie es pelo liso. Nadie es cuico. Nadie es Whiskyizquierda.
Nadie se pega con una piedra en el pecho. Nadie se pregunta
por qué todos los reponedores son negritos. Nadie reclama
porque no hay solución. Nadie percibe que no hay oportunidad.
Nadie admite por qué está donde está. Nadie justifica el
resentimiento que hay. Nadie ha visto injusticia cultural. Nadie
de ellos reconoce que la balanza está desequilibrada. Nadie es
un hijo de puta traidor. Nadie soporta que estés enojado. Nadie
entenderá por qué estás frustrado. Nadie permitirá que les digas
cómo es. Nadie se dejará calumniar. Nadie aceptará que hay
cosas evidentes que se sabe están mal. Nadie se merece algo
mejor. Nadie huele lo podrido que está. Nadie ha llorado como
la Violeta. Nadie habla de lo que pasó con Andrés. Nadie dice la
verdad. Nadie reconoce que el otro no puede estudiar. Nadie se
lastima porque el otro no tendrá jamás una oportunidad. Nadie
reconoce el triple esfuerzo de los demás. Nadie aplaude al que
grita la verdad. Nadie idolatra a los San Genet. Nadie lo puede
negar.
¿Nadie ve que es tan fácil generar contención?
El ignorante se dice orgulloso de si mismo. –“Que sean
ellos los que se endeuden y comprometan. Que sean ellos
los que se gasten nuestros morlacos cargados de injusticias y
desigualdad. Ese muerto no lo cargo yo”–. ¡Qué gran error! A
mí me sorprende esta línea de pensamiento.
¡Bueno guacho, uno puede llegar a cualquier grado de
estupidez!
Pero demos gracias al pulento que ahora ya entró una
pequeña bocanada de aire fresco en nuestra gran ciudad.
Comenzamos a despertarnos de nuestro letargo y a entender
lo que es un contribuyente, los impuestos, 19 %, ¡un pan y una
chela y flacata! ¡19 %! ¡Todos los días de tu vida! ¡Desde pendex!
¡Cuánto se habrá acumulado! ¡HUAH! ¡MILES DE MILLONES!

25
Ahora entendemos lo que significa, lo que nos pertenece, a
lo que contribuimos diariamente, lo que nos merecemos, lo
que estamos en derecho a exigir no importando quién esté
en el poder. La cultura debe ser una entidad independiente al
gobierno en curso. La independencia económica y estética de
la cultura debe ser un derecho constitucional. Estos morlacos
son de todos los que deponemos.
En su época, este lavado de cerebro al pueblo fue
un golazo de los PARES. Whiskyizquierda astuta y winner.
Lograron desincentivar las ganas. Frenar los impulsos. Nos
canzaron. Estábamos drogados. Manipulación sicológica.
Hicieron sentirnos culpables. Estrategia. Piolita se terminaron
quedando con todo. Casi todo. Bueno, hay que ser justos. Es
cierto. No seamos tan malos. Hay que decir la verdad. A su
favor. Ahí estamos. Es cierto. De vez en cuando escuchamos a
lo lejos que le entregan un premio a unos creativos que no eran
de los FAMOSOS PARES ¡INCREIBLE!
¡Señores, están cayendo olímpicamente en una
exageración enferma ¡huuu! y hace años, preocupante!
Entonces, todo queda aún más en evidencia, así que no
pueden salir tranquilos de las oficinas por el miedo que incita su
descaro. No saben lo que pasa en la calle. No tienen idea de las
ideas que se están generando. Su visión llega hasta el círculo de
los PARES. Si les preguntas qué opinión creen que le merecen
el gran porcentaje de la gente, te dicen que está todo bien, que
no es cierto eso de que la gente esté choreada. No es cierto que
el denominador común diga que todo se maneja por conexión.
Nada de eso lo han escuchado. Son puras palabrerías. Somos
todos unos mentirosos incitadores. Anarquistas. Rotitos
resentidos. Así que se encierran piolitas en grupos intelectuales,
unders, alternativos, teatro oficiales, el club de los FAMOSOS
PARES.
Toda esta fachada de revolucionarios chic tiene la próspera
intención de exportar a la calle una imagen de transparencia y
tolerancia. Los grandes benefactores culturales. Asistencialistas
de tomo y lomo. La caridad un fundamento, pero en el fondo

26
se están pudriendo y quebrando a pedazos. El engaño que
empezó con la primera modificación a la ley cultural. Desde
ese entonces, deja de contar. De todas maneras ya sabemos
que un día va a cambiar, porque las situaciones son cíclicas, y
no se aguanta más, pero aún son peores en su ambición que
nos conmueve, y alargan el chicle, dicen ellos que faltan cinco
años para que todo cambie, asignación directa, cada proyecto
se estudiará, los que trabajan se lo ganan, los duros son los
primeros, no importa de dónde provengas, cada propuesta
coherente se apoyará, pero como igual se puede alargar un año
más el apernamiento, que sean entonces mejor seis, es mejor,
hay que aguantar, lo más posible, aun se puede alargar un poco
más. Que se jodan los guachos rotitos. Si finalmente igual va a
cambiar, para qué apurarlo. No sueltan la teta ni cagando. Nika.
Van a esperar hasta que el ciclo metafísico social lo determine.
Por ellos, los cambios sociales son lentos, como dios manda.
No soltarían la teta jamás. Diez años, después quince años,
pasan diecisiete, hasta más no poder, para quedarse con todo
lo que puedan tragar.
¿Y dónde quedó ese afán de crecer, evolucionar, explotar
como un cometa, sentirse parte de un todo, la gran revolución,
la expansión de la idea, la simpleza de la existencia, esa
gran generosidad que conmueve al universo, dónde están,
muchachos?
Y esperen, que ellos mismos, los Revolucionarios Chic,
humillados y ofendidos, los pobres ricos, estarán muy luego
en los medios, luchando contra la exclusión, de todos los tipos.
Por supuesto, gilipollas. Y no faltaba una vuelta de tuerca,
nuevamente. Entonces, excluirán a todos los que de alma
estuvieron años contra la exclusión de verdad.
¿Y por qué recién ahora se proclaman al respecto?
Pregunta el conductor ¡mmmmmmm! ¿Teníamos confianza?
Confiesa un tanto avergonzado el inculpado.
¡BASTA YA! Hasta cuando no se reconoce que cualquier
compañía de teatro, danza, circo, performance, lo que sea,
tiene que estar dirigida o gestionada por un REVOLUCIONARIO

27
CHIC, FAMOSO PAR para contar con alguna posibilidad. ¿Estoy
mintiendo? Encuesten muchachos. Sólo hay que observar.
Miren a su alrededor. Es evidente.
Hay que volver a la piedra angular de la cultura. Hay que
volver a crear. Hay que volver a abrir los espacios culturales.
Hay que volver a conversar en las calles y en los bares. Hay que
volver a fortalecer los centros culturales comunales. Hay que
reivindicar la industria cultural independiente que resume al 80%
de la gestión cultural de cualquier país más o menos civilizado.
Hay que subvencionar las PYMES CULTURALES ¡ARRIBA
EL MOVIMIENTO INDUSTRIAL! ¡ARRIBA LA INDUSTRIA
CULTURAL INDEPENDIENTE! Hay que incentivar la iniciativa
y la buena gestión. Hay que crear una competencia cultural
real donde el que crea laburando más en la independencia
cultural no quede inmediatamente excluido. Hay que volver a
emancipar la creación de la sociedad. Tenemos la obligación de
lograr la creación de un circuito de centros culturales en todas
las comunas y generar espacios donde los jóvenes y maestros
puedan volverse a encontrar.
Y todos sabemos que va a cambiar tarde o temprano, y
ellos también lo saben, se comenta en los pasillos, es un secreto
a voces que ya nos se puede ocultar, todos murmullan que el
80 % de la gente creativa está cansada, apestada, aburrida,
emputecida. Así es. ¡Estamos cansados, apestados, aburridos,
emputecidos!
Y uno sabe de todas maneras que todo este malestar
lo provoca esta reflexión urbana, pero que finalmente servirá
para algo, que si no fuera por ella, nada hubiera variado en
otros lados, nada hubiera cambiado nunca. Y uno que ha
vagabundeado sabe que la historia se ha forjado así, con
una lentitud desesperante. Pero así tendrá que ser para ver
levantarse esta expansión cultural, esta alfabetización que nos
urge, esta REPUBLIKA que tendrá que volver a surgir.
Tenemos que lograr una re–invención de una
competencia cultural. Tenemos que generar la expresión de
todas las instancias y fortalecer la independencia de los centros

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culturales para que puedan generar una competencia cultural
sana e independiente. Hay que volver a escuchar. Tenemos que
encender la luz.

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30
MANIFIESTO DE LA DEMENTIA 200
MANIFIESTO DEMENTE OBSCENA. NUEVO FORMATO
DE TRASPASO DE INFORMACIÓN DIRECTO A LA VENA

“No se explica todo con hechos, ideas y palabras. Hay


además, todo aquello que no se sabe y que no se sabrá jamás”
Louis Ferdinand Céline

Nos aferramos al teatro inmediato…


Estamos entrando en el arcano camino que conduce a los
secretos más íntimos... a las fobias, las manías, los traumas... a
todo lo oculto, lo que no sabemos, lo que desconocemos, todo
lo que realmente vale, fuera de lo que vemos, de lo que hasta
hoy en día conocemos... También es un fundamento estético
de lo que se pretende, en la plástica de las ideas, el concepto
central, la médula espinal, un lenguaje simbólico, un formato
tridimensional... virtual, terrestre, e inconsciente... ¡trinidad!...
Una ensalada ¡lechuga, pasto y elote! ¡Mmm! El manifiesto es
poderoso ¡bueno, rico y sustancioso!
Estamos satisfechos de poder transmitir –poco a poco–
esta aberración obscena... este conjuro... el hechizo, la magia...
Un nuevo formato de traspaso de información directo a la vena.
¡Ahora sí, estoy aquí! Estoy de regreso, he vuelto de la
travesía... Viajar es útil, hace trabajar la imaginación. El resto
no es más que decepción y fatiga. Nuestro viaje es enteramente
imaginario. De ahí su fuerza. Va de la vida a la muerte.
Hombres, animales, ciudades y cosas, todo es imaginación. Se
trata de una novela, nada más que una historia ficticia. Céline,
que nunca se engaña, lo dice. Y además, todos pueden hacer lo
mismo. Basta con cerrar los ojos. Ocurre al otro lado de la vida ¡sí
señor! ¡Así es! ¡Demencia se suma al reducido grupo de los que
buscan también la vida en el otro lado obscuro de la realidad!...
Por ahora, tan sólo unos segundos estoy con ustedes, después
vuelvo para allá. Ahora que estoy sobre escena, consciente y
no distanciado... ¡He vuelto! ¡Aterricé! vengo de la ficción, de

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un mundo re–inventado “Suspiria de Profundis” ¡Sí, un poco
perturbado! Pero he vuelto... ¡Deliré por un viaje en la idea! ¡A
decir verdad me mantuve como pude! Cuando uno anda en esos
lares siempre hay ocultos peligros mentales... ¡emocionales!...
¡conceptuales!... ¡morales!... ¡Siempre hay grietas y trampas
deliciosas y mortales que experimentar! ¡Sí, tuve miedo, pero
es parte!... Ahora tengo muy poco tiempo ¡fracciones!... luego,
en cualquier momento, vuelvo, al delirio deslizante, al caos
divertido, al no aburrimiento, en la idea, en la matriz, sobre el
tiempo, dentro de la memoria.
Los que sufren de esta enfermedad ¡el fucking
distanciamento! ¡alcanzando dimensiones! ¡uyuyuy!...
Funámbulos de las ideas ¡Eureka! ¡De las formas! ¡El
aniquilamiento de ellas y su génesis! ¡Autonomía! ¡Cada
fragmento, cada escena, anárquica! ¡Cada símbolo e imagen
viva por si misma! Finalmente todo el caos junto nunca se
detiene... ¡Se entiende gente! Y no es una pregunta sino
que una afirmación. No se esfuercen tanto por comprender
¡Emocionaos! Ablandad vuestros corazoncitos endurecidos,
¡Ablandad la razón!... ¡Qué extraño! ¡Y uno que enloquece
de impaciencia si no lo consigue! ¡Increíble!... ¡Asunto de
percepción!... ¡Porque ahí se encuentra la flor!... ¡La más
hermosa!... ¡La demencia, mi amor!
¡OK! Tranquilo, comencemos por no precipitarnos, sé
que no quedó claro... tratemos de entender, el concepto, la
gran idea, el epicentro, la traición, el caos, la demencia... –“el
teatro para ser vivo tiene que salir de si mismo, dejar de ser un
teatro”– como lo dijo el maestro Tadeusz Kantor.
Y nosotros agregamos –“Poseo la libertad porque poseo
la llave de la traición... y cómo enferma... y cómo duele... ¡Es el
precio que hay que pagar! ¡Es lo que vale! ¡Lo pagaremos con
creces!”–
Todo arte tiene que tener el valor de traicionarse. ¡Que se
entienda por favor! No estamos hablando de la traición piñufla,
cotidiana y social, asegurada y sin vergüenza, de cambiarse
de bando por conveniencias... hablamos de desligarse... de
amputarse de sus cadenas... de negarse... negarse de seguir
participando de la farsa ¡La oficial! ¡Payasos de la corte! Es una

32
operación quirúrgica, gente. Una separación de lo posible...
¡La fascinación del arte es la realización de lo imposible!
¡ArribaGente!
¡Ahora sí que sí! ¡Ahora viene lo bueno!
Los hechos y conflictos que contamos no están ordenados
cronológicamente, ni mucho menos coherentemente, ni
pensados racionalmente. Demencia se aferra a su demencia,
a la convicción insana y urgente de entender que la mente
ha alcanzado un grado tan alto de velocidad, que se vuelve
una empresa patética y decadente pretender transmitir la
información al espectador con la añeja forma tradicional de
ir relatando la historia –cualquiera sea– al método burgués:
presentación de los personajes, desarrollo de sus conflictos, el
desenlace de siempre, y, en algunos casos, aún más patéticos,
vomita la hibris su ácida moraleja para el gusto de los canallas
que gozan con jactarse de moralmente sanos... y se olvidan de
que la psiquis de todo humano, desde que entra en la máquina
social de la vida, ya es insano ¡Y no hay ninguna concesión,
nadie se salva! Moral infame que frena la expansión de la
idea, de la gran idea. ¡La demencia! Y lo gritamos. “Por loco se
entiende perder la razón, sin embargo hay muchos dementes
que han gritado verdades mientras los otros permanecen en
silencio” Demencia se aferra principalmente a la convicción de
que hay que abrir espacios, no tan sólo físicos, sino que también
mentales.
¿Es tan difícil de digerir que el humano, como un ser
energético tendrá en un momento que abrirse al concepto
que más que carne somos idea?... ¡Somos un significado! ¡Lo
importante es ser un significado! Llegará el día, que ya vendrá,
en que ya no haremos uso de nuestro disfraz y viajaremos en el
tiempo como el significado que somos.
¡Por la puta, me fui a la chucha! El meollo es que el
concepto enfoca que ya no hay necesidad de focalizar las
energías en la cronología aburrida del relato, menos en sus
viciosos dardos morales ¡Ya sabemos que todo lo demás es
una farsa! Basta de la asquerosa moraleja, de esa enseñanza
focalizada, ponzoñoza, dirigida, impuesta y disfrazada. El
arte no nace para pedagogo. La creación artística está tan

33
sólo para sugerir y detonar sus estados, símbolos e imágenes
en nuestras ideas y expandirlas con la certeza que se puede
alcanzar lo imposible ¡El arte es concreción de lo imposible! Nos
da la confianza creer en nuestras demencias. Si de ahí nace la
enseñanza ¡bienvenida sea!
La mente digiere actualmente con ferocidad la
información... ¡las imágenes, símbolos, estados!. De qué sirve
tomarse ni siquiera la molestia de decorar la información –tan
poderosa por si misma– con menajes de cuarta, decoraciones
de pacotilla que no sirven más que para ocultar el verdadero
significado y lo transfigura en la lacra de los significados. ¡Hiede
a pornografía! ¡Tan explícito y fácil! La pornografía, canallas,
no significa nada, no bendice a nadie, no hay comunión... Y no
hablo de la pornografía sexual, hablo de ocultar la información.
Todo guión preserva en si mismo ocultos significados que
si son bien amputados del contexto literario y liberados, pueden
concatenar nuevas escenas tan sólo cargadas de energía
significativa. Energía significativa que rompe violentamente la
barrera del pensamiento ordinario y penetra como un chute de
heroína directamente a los sentidos y los paraliza. Y es en esa
fracción donde realmente comprendemos el centro y miramos
estupefactos la demencia... ¡el caos!... y sabemos por fin que
podemos morir y volver a comenzar.
Los ocultos significados los percibimos en una u otra
parte del texto dramatúrgico, narrativo, plástico, fílmico, en
cualquier arte que sea. Por supuesto, el dramatúrgico sería
el mejor diseñado, diseñado con este fin de escena, porque
condensa conflictos y energías. Sin embargo, no podemos
omitir los significados, estados y símbolos que encontramos
en otros medios de expresión escénicas. No debemos contar
con el texto dramatúrgico como el único medio y más encima
relatarlo linealmente sobre la escena. Hay que aferrarse a la
idea primogénita que nos movió para realizar dicha producción.
Debemos rescatar de los textos, plástica, narrativa, cine, etc.
tan sólo lo que nos convenga para optimizar el significado que
queremos transmitir. Tal vez sólo nos baste un pequeño símbolo
que amputamos de un texto dramatúrgico para construir toda
una puesta en escena y tal vez hasta poder transmitir el centro

34
del conflicto real que quiso proponer el dramaturgo contando
una historia fácil para la atención de la gente. No es de ninguna
manera fácil llegar a los símbolos, estados, o significados
ulteriores que condensa una obra. Pero en eso radica el laburo
del creador: adaptar a su idea general todo el material que
pueda recuperar y formar así una nueva realidad. Una nueva
psiquis que mostrar.
El texto literario no es más que eso, literatura, un millar
de palabras que condensan significados, significados que están
a la espera de ser extirpados quirúrgicamente y ser incrustados
en la escena... momento donde el texto deja de existir y
nace un nuevo lenguaje: el lenguaje escénico. El texto no es
fundamento de lenguaje escénico, ni lo es tampoco la plástica,
el cine o la narrativa... el lenguaje escénico es la búsqueda del
formato más acertado y directo para transmitir el significado...
nuestra visión... ¡Nuestra idea!... ¡La gran idea!... ¡Y tiene que
llegar!... esa es la demencia... la gracia...
La disposición de las escenas no se realiza por la
exigencia de la historia, sino por el ordenamiento del ritmo y
de los contrastes. Sólo de esa manera la creación no se paraliza
ni finaliza, es contínua y viva, sale de si misma. Toda aquella
creación que se encuentra ob–scena, fuera de la escena, de la
ordinaria, de la tradicional, toda aquella creación que no puede
representarse en el escenario oficial tiene buenas posibilidades
de ser viva y por ende autónoma... anárquica... independiente.
En algún momento, todos los fragmentos, todas las
ideas, los pedacitos, todas las demencias, las que aún no tienen
un hilo conductor ¡que aún están destruidas! no terminadas…
¡Continuará, to be continued, unendlich! encontrarán su cauce,
se fusionarán y en ese momento se entenderá que las formas
desintegradas y sin conexión aparente, pueden crecer como un
sino vivo lleno de conflicto vital.
¡Demencia vomita y recoge el vómito... lo echa en una
puesta en escena y el resultado es explosivo!
La creación es multidimensional, lo que la hace
merecedora de lo imposible .¿Hay necesidad de decir que la
fascinación del arte es la realización de lo imposible?

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Hay que entender que el funcionamiento de la mente
se desprende de los hechos de la vida real y crea un sistema
autónomo donde conviven varias situaciones, muchas
imágenes en diferentes planos, dimensiones, con uno o más
conflictos. Profundidad de campo –y claro– cada cosa con su
peso y donde merece estar ¡en ese lugar! ¡He aquí lo fascinante!
Todo dentro de un solo escenario... un supuesto caos... pero
si no nos equivocamos todo tiene un significado. Finalmente,
desembocamos justamente en esto, en la concepción cada vez
más acabada de que hay una dimensión o una escena donde
coexisten todas las ideas y donde no hay más que eso ¡pura
y simple idea!, donde cada uno de nosotros tiene un lugar
primordial... donde realmente estalla nuestro significado y
nos revelamos como un símbolo preñado, al igual como en el
funcionamiento de nuestra mente que reacciona por estímulos
exteriores o de la activación de la información archivada en
nuestra memoria. Sin embargo, este funcionamiento de nuestro
pensar no se realiza de la forma tan ordenada como pretenden
demostrar. La ordenación de nuestros pensamientos, ya sea
estimulados del exterior, o del mismo interior, tiende a un
ordenamiento demencial, y, en muchos casos, caótico. Sin
duda alguna, el todo demencial y caótico es aún más lógico que
todo lo demás.
¿No sería, entonces, más lógico alimentarse directamente
con el mismo suculento brebaje de la demencia?
¡Demencia es una compañía que estudia todas las
demencias! Somos re-estudiosos ¡Nos quemamos el coco!
¡Nos hacemos cagar las neuronas! ¡Nos comemos el cerebro!
¡No paramos! ¡A la mierda con el cerebelo! ¡Estamos del
mate! Demencia estudia todas las demencias: ¡Literatura!
¡Plástica! ¡Escénica! ¡Fílmica! ¡Sonora! ¡Locución!... Las artes
son por esencia entes separados que se colaboran. Cada uno
es parásito del otro. Se permiten la promiscuidad, el incesto y
la obscenidad.
¡¡Estamos en guerra!!... guerra sin balas... guerrilla
urbana... expansionismo cultural... pedagogía absoluta...
¡enseñar a aprender!... anarquistas de corazón...
maniáticamente decididos... La demencia nos manda al

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pavimento... ¡a la calle! Levantamos la barricada en pleno
centro... bloqueamos el tránsito... asaltamos a los curiosos...
¡basta de ignorancia!... deseamos generosidad... urge la
sabiduría... luchamos contra la infamia de todo aquel que
oculta la información, los significados y los instrumentos....
¡Alfabetización! ¡Clínicas! ¡Pedagogía!
Llegó el escándalo... muy temprano... camión, guerrilla
aérea, fierros, metros de cuerdas, palancas, tecles y roldanas,
armamos nuestra trinchera... y el combo ensarta la estaca y
penetra la tierra... los rostros espantados se asoman por las
ventanas... se esconden tras los árboles... los viejos conversan
en el boliche... arman el cahuín que quedará flotando... en sus
estómagos... en el recuerdo... sobre la memoria... ¡No lo pueden
creer! ¿Qué será lo que están planificando estos delincuentes?
No, no entenderán nunca las cosas. Después, más adelante,
con el devenir del tiempo, caerán en cuenta que fue novedoso,
fue entretenido, nunca antes visto.
El teatro de la Demencia confirma y denuncia... la flojera,
el conformismo y la indolencia. La boludez que ha embriagado
no tan sólo al teatro, sino que la actitud cobarde en general. La
escena nacional ha quedado –sin dejar de contar un ejemplo por
aquí y otro por allá– aniquilada, sin fuerza, ni convicción. Los
creadores acomodados se encierran en grupos y celebran sus
fiestas y orgías. En la noche drogada de vanidad se aplauden su
cobardía. Saben el poco o casi ningún nulo esfuerzo. ¡La poca
decisión! La cero necesidad de riesgo... de inversión... ¡pero a
pérdida! ¡Luego, en el futuro, la ganancia!... Y no siempre tan,
pero tan asegurados. ¡Dios mío! ¿Cómo tanto?... ¡Demasiado!
Sin embargo, y hay que reconocerlo, cuando andan solos,
lejos del escudo protector que los inflama, fuera de la élite, sin
aliados, son capaces de escupirles a los que los contratan. No
son más que unos avergonzados, saben que saben. Sí, yo sé que
no estoy haciendo que valga la pena, me droga el dinero, babeo
por el éxito, soy un instrumento de un productor buscador de
fortuna. ¡Ellos saben, se les nota en la sonrisa y en la convicción
forzada en que todo vale!
–Pero tenemos que ganarnos la vida ¿De qué viviríamos,
entonces? ¡OK! ¡Cachai!– De acuerdo, lo entiendo, teatristas

37
oficiales, del centro, de salas convencionales ¡Sabemos lo que
significa ganarse los porotos! ¡Las chauchas! más bien. ¡Sí! ¡OK!
Nosotros entendemos que hay que entretener. ¡Entretención
carajo! ¡Mil veces entretención! Sí, realmente lo tenemos
presente, lo practicamos lo más seriamente posible, sin eso no
vivimos, es nuestra base, la acción central, que no se duerman,
que ni se te ocurra un bostezo, terrible, fuera de nuestro
entendimiento, hasta la saturación puede ser entretenida,
hemos logrado estar en el filo del ritmo y con ello dominamos
la entretención primaria y podemos centrar nuestro trabajo en
la idea. Al contrario, cretinos. Nuestra idea, boca abierta, que
babeen como deficientes. ¡Sacudirles el mate y revolcarles las
neuronas! ¡Emocionaos! que salgan perturbados... terapia de
shock... un combo a la piedra... lo imposible…
Demencia la tiene clarita, que sin acción no puede haber
teatro. La acción es el componente primogénito, el mojón, el
primer ladrillo, la piedra angular, el cimiento. Sin una mínima
acción no puede nacer la entretención ¡La entretención da la
cara cuando se activa la acción! Ni siquiera se necesitan los
servicios –ojo– de la contradicción, para que la acción conlleve
a una entretención verdadera, viva y dinámica ¡no pajera! Se
necesita de vez en cuando una contradicción ¡para girar el
rumbo y despertarnos! ¡ritmo y contraste! ¡tiempo y plástica!
Eso es en si mismo ¡ritmos y contrastes! ¡Esto es absoluto! ¡Está
todo! ¡La génesis! ¡La mater! ¡Teatro absoluto!
Aparte de contradicciones esporádicas que nos
hacen dominar el ritmo del tiempo con que trabajaremos los
contrastes de la plástica, de nuestra escénica, se sugiere un
conflicto central, poderoso, en la idea, tal vez un concepto,
pero no tan sólo un conflicto moral... ¡Un conflicto en la forma!
Un conflicto de la forma donde podemos coser, pegar,
soldar, remendar, amarrar ¡bricolage! unir todas las materias
–físicas o conceptuales– que nos interesen. Un espacio
metafísico donde todo alcance y donde nada se rechace.
Este conflicto central que realmente sería un espacio
metafísico nos debería activar la gran imaginería e impulsarnos
para crear nuevas formas de entregar las acciones, los conflictos,
un nuevo formato de traspaso de información al espectador.

38
Si partimos de esta base tan simple y a la vez difícil de
dilucidar y llevarla pragmáticamente a la escena, podemos
tener la certeza que se comienza por el inicio, y no como
muchos que empiezan por el final. Asegurando la ambición.
¡Locro, lucro, lacra!
¡OK, gente! Demencia entiende la llamada entretención,
lo que no acabamos de entender, habiendo todo un universo
oculto de formas ¿Por qué mierda siempre se escoge la misma?
¿Por qué mierda abusan de la entretención y desaprovechan las
ya endémicas ideas que pasan a ser un simple decorado de la
acción ofrecida –a cambio de unos morlacos– y la entretención
termina más vacía todavía? ¿Ni valor? ¿Ni riesgo? ¿Ni imposible?
¿Para qué entonces?
–“Hay que comer”– más bien. Entonces, hagámoslo
bien desde el principio y nada de obras pseudointelectuales
con mensajes sociales rebuscados ¡Denuncian la misma droga
que consumen! ¡Unos latigazos! ¡Una confesión al pedo!
¡Lágrimas de cocodrilos! ¡Basura, cretinos! ¡Vámonos directo
al cabaret! ¡De cabeza a lo chungalí! ¡Dale hermano! ¡Tetas
hermano! ¡Paquetes! ¡Plumas y lentejuelas! ¡Carne, músculos
y lubricante! ¡Al quilombo cara dura! ¡Juerga y calentura! ¡El
babeo descarado! ¡Dame filete y no se hable más! ¡Así de clarito!
¡Nada de andarse por las ramas! ¡Directo al meollo! ¡Nada de
andar mezclando!... ¡Teatro o cabaret!
Habíamos admitido muchas situaciones, ¡teníamos que
atenernos a las consecuencias! –¿De qué consecuencias hablas?–
¿De cuál? De toda la bazofia que trae consigo la investigación,
los riesgos del laboratorio, crear nuevos espacios, nuevos
conceptos, nuevos formatos, nueva pedagogía… ¡Teatro aéreo!
¡Espectáculos masivos! ¡Intervenciones obscenas! ¡Pedagogía
demente! ¡Clínicas! ¡Workshops! No gozando de privilegios, no
mamando, no necesitados de estar en el centro de lo oficial,
palmeando el hombro, del que te dije, del feudal, del patriarca,
la inquisición del arte, el que reparte las monedas de oro y las
migajas a los demás. Pero queda sobreentendido ¡Entre más o
menos palmaditas celebrando sus miserias, así más posibilidad,
de una tajadita o tajadota de la gran torta! ¡Nuestro error es no
haber nacido aduladores! ¡Ah, váyanse a la chucha!

39
¡Nosotros sólo queremos el reconocimiento por nuestro
laburo y nada más, que nos permitan trabajar! Todo lo demás
es pura diplomacia, la que no sabemos dominar. ¡No es
nuestro oficio! Somos creadores y nuestro problema es que
estamos rompiendo códigos ¡sus códigos! ¡impuestos por
ellos! ¡facilistas y sin valor!... entonces venimos y proponemos
nuevos códigos, más vivos, más humanos, más juguetones…
¡Pero no les gustan! la vara demasiado alta, no les conviene,
los vas hacer trabajar ¡Alguien los comparará! Entonces todo el
mundo te señala, ¡Revolucionarios! ¡Terroristas! te maldicen...
Pero no lo dicen, se quedan callados. Entonces sabíamos que
nos adentrábamos a zonas peligrosas... peligros de guerra...
lupanares minados... aventuras inimaginables... territorios
desconocidos... teníamos que escalar las montañas de la
locura... caídas infinitas... riscos difíciles de cruzar... presión
sicológica... corremos riesgos, a sabiendas que habrá puertas
que no se abrirán... jugamos a perdedor... esfuerzos inauditos...
luchamos contra la intolerancia de un mundo indiferente...
nos proyectábamos como pioneros... ¡Pero uno puede ser
maniáticamente decidido! Dejaremos abierta una ruta por
donde escalar.
A decir verdad, viendo los tiempos que soplan, la
intolerancia, la indiferencia, Demencia está fuera de lugar.
Demencia se arriesga demasiado con el sondeo tan profundo e
inconsciente a la montaña de la mente, tan sólo para traeros de
aquellos campos santos, la viva imagen de los hechos, conflictos
y situaciones, de cómo lo vivimos, de cómo lo sufrimos. ¡Que
no es lo mismo! Nos referimos a la tensión de los nervios...
la ebullición y presión de la sangre... al dilatamiento de la
conciencia. Hablamos, o queremos dar a entender, que no vale
tan sólo vivirlo, o mejor dicho presenciarlo, imaginarlo, sino
que tiene que haber un grado de sufrimiento en nervio propio...
Creemos que “La belleza será convulsiva o no será”.
Es con esta misma tensión y presión, que Demencia
pretende vivir sobre escena –para entretenimiento del público
ávidamente expuesto a la innovación– ¡Un pequeño sopor! ¡Una
pizca de sufrimiento! ¡Un frenético diminuto sacudimiento a la
razón! Desde ya, nada será lo mismo, algo se desprendió. Algún
pedazo se soltó.

40
Admitamos que los secretos profundos que guardan
los conflictos son altamente explosivos. Dinamita pura como
para destrozar un castillo. Demencia no está jugando... nos
situamos en el filo... gozamos en el equilibrio... detonamos
la carga explosiva ¡destruimos! pero después estamos listos
para escenificar lo imposible... ¡Lo más brutal! ¡Lo más naif!
¡Sagrado y maldito! ¡Sacré! ¡ Sagrado y maldito!... ¡Sacré y
sacré! ¡Homófonos! ¡Precocious Madness!
Amamos ardientemente nuestra traición y estamos
dispuesto a dejarnos desgarrar defendiéndola.
Actuamos en los márgenes, fuera de escena, no entramos
en concesiones, nos mantenemos malditos y sagrados, somos
adoradores de la líbido y repudiamos el mórtido. Tenemos
miedo de contagiarnos de la indecencia sentimental. Hay
cierta especie de arte universal pegajoso que rehusamos a
experimentar ¡No nos queremos hacer responsables por la
ignorancia que generan!

¡¡Somos maestros en fantasmagorías!!


¡Manifiesto obsceno!
¡Manifiesto Demente Obscena!
¡Ayayay! ¡Uyuyuy!
¡Efervescencia Cultural!
¡Alfabetización!
La idea central es “Cómo a través de la locura volver a ser
ser humano”

¡To be continued... continuará... undendlich!

41
42
LA JUVENTUD FULMINADA. LA JUVENTUD CAGADA 199
CRÓNICA SOBRE LA DESESPERACIÓN, LA
VIOLENCIA... Y TODO LO QUE LA GENERA!

A decir verdad esta es una reflexión urbana sobre


toda esa juventud que se mece en la incertidumbre ¡Con la
sangre en el ojo!... ¡Maldiciendo!... ¡Hijos de puta!... ¡Cuándo
entenderán!... ¡El fulgor! ¡La sangre caliente! ¡La presión
de los acontecimientos! ¡Todas las ilusiones perdidas! ¡Las
tercianas que te vuelven loco! ¡La crisis de pánico que no se
cura! ¡La sangre! ¡La rabia insana! ¡Todo aquello que aterra!
¡Toda la bazofia! ¡La impotencia! ¡El puño constreñido! ¡El alma
ofuscada! ¡El estómago duro como una piedra!... ¡Qué pasa,
brother!... ¡Qué onda, pana! ¿Todo hasta que se nos enferme
toda una sociedad? ¿Para qué, man?
Muy pocos o ninguno de los señores que manipulan la
sociedad tiene realmente una pizca de generosidad. Tal vez
algún día los canallas reconozcan que cualquier contención les
interesa un piporte.
–¿Qué es un piporte, Nicanor?– Un mojón de este porte.
–¿Y por qué?– ¡Porque es demasiado obvio! No pueden
decir que no se dan cuenta. Se hacen los locos cuáticos que no
se enteran. ¡Son unos Miserables!... Para ellos siempre será
así… ¡Por la razón o la fuerza!... ¡Entienden la represión como
un método eficiente de contención! ¡Sí o sí! ¡Para vos, dos más
dos será cinco! ¿Sí? o te saco la chucha cabrón. ¡Chaca chaca o
la muerte! ¡Por la razón o la fuerza! ¡El gran eslogan! ¡La gran
miseria! ¡Fascistas de todo corazón! ¡Castigadores por árbol
genealógico! ¡Si no te gusta te largas! ¡Es que la represión se
les sale hasta por los poros! ¡Tú, ingeniero, tú, capataz y tú,
pordiosero! Te hacen llegar a creer que uno lo tiene que entender.
¡Sí o sí! ¡Son las leyes de dios! ¡Acostúmbrense a la idea! Hasta
te hacen llegar a comprender que con profunda abnegación,
con el poder de hacer, sometiendo en silencio, clandestino, por
el placer, por más poder y sin una gran razón más que lucrar
unos morlacos más, asegurarse, hasta el torturador encontrará
en su laburo el sentido y la belleza de colaborar.

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¡A ésto se le llama castrar! Es toda una forma excéntrica
y maquiavélica de pensar. Una doctrina. Una religión.
Estadísticas.
¿Nos debería enorgullecer?
Si fuera por ellos, te mantendrían estancado, llorando,
sin aliento, con la sangre en el ojo, pudriéndote, poco a poco,
volviéndote infame, todo un energúmeno, un hijo de mil putas,
un maldito; un ser resentido y embrutecido. Pero no vamos
a hablar del desgaste desde el principio. No entraremos a
enumerar todos los obstáculos. ¡Todos los malos ratos! ¡Los
portazos! ¡Todo aquello que uno se tiene que tragar! ¡Todo
el amor propio que uno se tiene que penetrar! ¡Y la dignidad
a la mierda! ¡El hombre que se engullía a si mismo! Pero ese
es también otro cuento. Más adelante se contará. Por ahora
comencemos con éste.
Un lunes por la mañana, me decidí. Me dije: “¡Nicanor!
¡Adelante, guacho! Cuéntales la historia de todos los días...¡La
miseria! ¡La violencia! ¡Toda la impotencia! Y todo lo que la
genera. ¡¡Date el valor muchacho!!
Así es como comienzan las cosas y sus cahuines. Poco a
poco. No te das ni cuenta y tienes la soga por el cuello, los ojos
desorbitados y cometiendo un crimen nefasto ¡¡Qué horror!!
¡¡Que se levante el culpable!!
–¡¡Buenos días, mi amor!!– bosteza hecho un cadáver...
Santiago... estirando las costillas... separando el esternón, de
mal humor... asunto de todos los días... –¡¡Qué tienen de buenos,
mi amor!!– ¡¡Es una pesadilla!!
Santiago se levanta exhausto a trabajar. El dispositivo
competitivo y asesino enciende las turbinas y se escucha el
rugir del motor. Los brazos fibrosos de los obreros manipulan
las maquinarias, los dentistas arrancan las muelas infectadas...
en la calle Compañía de Jesús venden zapatos ortopédicos...
el cirujano concentrado desliza el bisturí y cercena la carne...
la secretaria burocrática y mediocre coquetea con el jefe... los
artistas aplauden sus desgracias... el indiferente bosteza... etc.,
etc...
44
¡¡Fantástico!! Nada ha cambiado a simple vista. ¡¡Todo
bacán!! ¡¡Wendy total!!
Cualquiera que tenga el grado más mínimo de
sensibilidad lo presiente… ¡Está allí! En la respiración de la
sociedad, en el pulso psicótico, en su transpiración, la energía
hedionda, la pulsión asesina. Entonces, el sensible lo percibe.
¡Ve a su alrededor!... ¡Frunce el ceño!... ¡Echa un looking!...
¡Lo avisora!... ¡Lo entiende!... –¡Ojo al Cristo!– se dice ¡Estate
atento, muchacho!... ¡Ten cuidado!... ¡Hay un peligro! Una
bomba de tiempo... ¡¡Un tic tac que anuncia!! un cansancio
negro que vaticina... se siente en el aire, sobre la calle, en los
pulmones. Un contagio, una epidemia, un desastre. Un irse a la
mierda con todo. ¡Terrible! ¡El que sabe, sabe!
En la calle nos daremos cuenta que los rostros son
muy fuertes. Las facciones son profundas, caricaturescas. La
mezcla entre el maquillaje depresivo y expresionista es brutal.
Los semblantes transitan taciturnos ¡Escuálidos! ¡Los pasos,
perdidos! ¡Todos los muertos, resucitados! ¡Sin brillo en los
ojos! ¡Vacíos! ¡Estrujados! –¿Qué raro?– Como si arrebatada la
energía vital aún navegaran tan sólo con el impulso de la inercia
inicial. Y como si ya no importara hacia dónde, ni cómo, ni nada,
nada de nada. ¡¡Extraño!! ¡¡Muy extraño!! ¡Da miedo mierda!
No se equivoquen más al pensar que el agotamiento
negro que se contagia en nuestra gran ciudad, sea el cansancio
arrebatador de una jornada extenuante de trabajo. No. La
verdad que no. ¡Definitivamente que no! El trabajo nunca será
el problema. La enfermedad contagiosa es el no percatarse, en
lo más mínimo, y hacerse, más encima, los huevones, que el
pequeño brote de sensibilidad del que todos gozamos, se nos
está muriendo como un recién nacido en nuestro brazos. ¡Claro
que es terrible! –¡Más aún!– ¡Imperdonable, Gente!
Hemos ido envenenando paulatinamente todo lo que nos
vivifica interiormente, que sólo ha bastado el paso del tiempo
para ver como todo se hace pedazos a nuestro alrededor. Y no
quedarán más que ruinas y esa será nuestra cultura. Y no es
broma, gilipollas. Lo único bueno de todo esto es que nos ayuda
a comprender la negra y monstruosa poesía que el hombre
joven vomita para no volverse asesino.

45
Este pequeño brote de sensibilidad al que me refiero,
cuando logra su total germinación, el estallido de la flor, puede
llegar a ser tan poderoso... ¡ Ay, dios mío! ¡Tan llena de belleza...
¡Un equinoccio!... ¡Una hecatombe cargada de sustancia vital!
Explosión que en una fracción nos hará ver las cosas como
son: infinitas, ilimitadas en potencialidad (así lo predijo Blake
en uno de sus poemas). El fruto que de ahí se desprenda nos
lo comeremos con apetito voraz y nos sentiremos mucho más
satisfechos, y entonces, sí que nos podremos tirar de cabeza a
la gran ciudad y trabajar como Dios manda –es una forma de
decir– y erradicar la enfermedad. Volveríamos a sentirnos parte
de este continuo crecimiento, de esta expansión cultural que se
anuncia. ¡Se miente demasiado!
El pequeño brote que crece sí o sí en nuestro interior
–aunque uno no lo quiera porque es parte de nuestros datos,
nos pertenece, está allí inserto entre nuestros códigos , en el
genoma humano– es una pieza fundamental, la piedra angular,
nuestro leiv motiv. A decir verdad, se alimenta a través de sus
raíces de nuestro flujo sanguíneo, del que extrae todo tipo de
sustancias autónomas y vitales para crecer poderoso y exaltar
así su propia belleza y originalidad. De esta manera, fortalecer
el mundo que vive en nuestro interior y proyectarse al exterior,
pero no como un ser muerto, ni intrínsicamente enfermo y
neurótico, como el perro que se persigue rabiosamente su
propio rabo. Como nuestro flujo sanguíneo simplemente no
contiene estas vitaminas y proteínas, estamos a la merced
de infectarnos y procrear unos acontecimientos futuros
abominables. Seremos el ejemplo macabro del experimento
social. ¡Y qué experimento papá! Ya ni siquiera se le puede
concebir y evaluar como un experimento, sino que por sus
características predeterminadas raya y se acerca demasiado
al fascismo. Estaríamos entonces presenciando un genocidio
socio–cultural de toda una generación, que en estos momentos
¡atención! se mece ya frágil en la incertidumbre .¡Estamos re–
cagados!
Es increíble que después de tanto tiempo infértil, el
pequeño brote continúe con vida y abriéndose paso por entre

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las grietas de un alma desvastada. Alimentándose de las pocas
sustancias vitales, que fluyen desperdigadas por una sangre
ecológicamente –por así decirlo– muerta. Y nuestra sociedad se
asfixia –ojo– ¡Atentos! El que aún mantenga un hálito de vida
nos afirma que aún tenemos una inmensidad de posibilidades.
¡Es increíble! La sabiduría humana petrificada y en coma al
fondo del corazón mantiene siempre una posibilidad de surgir
con renovados latidos en los peores casos de aniquilación
¡Es impresionante nuestra configuración original! ¡Nuestra
anarquisia es completa! ¡Una bendición!
La falta de alimento decente trae consigo consecuencias
fatales que se degeneran. Aniquilan las defensas, traumatizan
el desarrollo, obstaculiza el crecimiento, se interrumpe el
abastecimiento, desnutrición de los sistemas. Se desorientan
las posibilidades. ¡Se debilita la estructura! ¡Nos acercamos
al derrumbe! ¡Se turba y desquicia la organización central!
¡Las conexiones están chamuscadas, atrofiadas y en ruinas!
¡La mente ya no aguanta más! ¡Finalmente se desequilibra y
colapsa!... La pregunta cae de cajón. ¿Y qué se puede esperar
de una mente enferma? ¿Mmm? ¡Esto está más que claro! ¡Eso
supongo, animal!
En todos los casos, los resultados suelen ser monstruosos.
El brote del que estamos hablando está siendo atacado
tan brutalmente por no contar con sangre sabia que lo
nutra, que cuando se produzca el milagro del estallido y su
correspondiente metamorfosis, nos trastabillaremos de terror.
–¿Ésto es lo que hemos generado?– nos diremos con
espanto.
Nuestra gran ciudad, tan ocupada en irrumpir en el
progreso, se olvida y hace la vista gorda a la enfermedad que
se genera. ¡Esa es la triste verdad verdad! ¡Y déjense de joder!
¡Basta de tanta bazofia! ¡Hasta cuando tanta palabrería y
opiniones de cuarta! ¡Ustedes se mienten demasiado, canallas!
¡Veinte bombas nucleares más no los haría cambiar de opinión!
¡Para ustedes siempre somos nosotros los que apretamos el
botón! ¡Qué manera de hablar! ¡Siempre se salvan! ¡La sonrisa
y la foto! ¡Mil ejemplos y aún así no tienen la razón!

47
La base se carcome, señores. Se escucha el crujir de los
cimientos. El edificio tambalea. La superestructura se sacude...
Los huesos se astillan... El sistema colapsa… El puente que
une, se debilita… Los palafitos se hunden… La conciencia
que se obscurece… Los músculos se desmayan... ¡Todo en
algún momento se vendrá abajo!… Toda la manga de pilares
y columnas que deberían sostener el porvenir. ¡Ay, canallas!
Apenas soportan su propias miserias. ¡Está que se desploma!...
¡Y no es broma!… ¡No estoy bromeando!... ¿De qué se ríen
canallas?... ¿Tengo cara de payaso, acaso?... ¡Yo no me estoy
riendo, tarado!... ¿Dónde está el chiste, marranos?... ¡¡Lo que
es legal, es legal!!... ¡¡Dense cuenta canallas!! Nuestra juventud
se enferma. No encuentra la salida. Tiene las manos atadas y la
mirada blindada. ¡Atinen, por el amor de dios! ¡Son sus propios
Hijos, malditos!
Hoy en día no hay hombres jóvenes. Nacen viejos, como
dice Céline. Estamos atrapados por una obsesión sadista–
masoquista y no habrá liberación –entiéndase bien– hasta
que no se nos elimine a todos. Agrega que Hitler no es nada
comparado con los asesinos que han de venir. Es la pulsión
de muerte, maldita sea, de la que hablan los psicólogos. ¡Los
grandes Come Cocos!
Sólo hay que detenerse e informarse para darle la razón.
Cada vez la ignorancia es mayor. Cada vez la violencia es más
compulsiva. Ya ni se sabe por qué uno es violento. ¡Uno lo es
simplemente! Y uno aprende a vivir así. ¡Maldito y asesino!
Cualquiera que tenga cuatro dedos de frente puede reconocer
que la ignorancia es el inicio de la violencia. El seno de nuestra
Mater nos está alimentando con este violento brebaje. “Es el
primer veneno”, me acuerdo que era el título de un afiche de
prevención de una campaña alemana donde salía la madre y el
niño en actitud de dirigirse al pezón a amamantarse. ¡Der erste
Gift! gritaba el anuncio. ¡Fuerte! ¡Nuestra Mater está infectada,
corrupta, degenerada!
No me acuerdo a qué tema se referían en la exposición.
Podría bien ser refiriéndose al contagio del sida, o a la
devastación de nuestra madre casa. No importa. De todas

48
maneras la imagen y su significado ulterior cae perfecto donde
uno le mire. Es un absoluto. ¡Es así! Me recuerda el desenfado
y aburrimiento del Pequeño Alex en la Naranja Mecánica de
Anthony Burg ess. Su afiliación a la belleza y la violencia. ¡De
qué manera los que conocemos el libro y la posterior película de
Kubrick nos fascinamos por su despectiva e insolente actitud!
Nos place encontrarnos en él. Nos sentimos orgullosos de
semejante espécimen. Es el síndrome violento que lo contagia
lo que nos embriaga. Su nihilismo nos impresiona. Nos sentimos
a gusto acompañándolo en su descarado vagabundeo. Nos
reímos solapados, con el labio torcido, cuando toda su pandilla
violenta a la pobre chica desnuda de las medias gomas en
la primera escena. Aplaudimos cuando él y sus drogos le
sacan la mierda a la otra pandilla. Nos fascina y comentamos
enardecidos la escena cuando destruyen la casa del escritor y
violan con una máscara con nariz de consolador a su primor.
¡Escuchen tarados! De alguna manera oculta, está dentro de
nuestros corazoncitos, de nuestro código secreto, de lo que no
nos damos cuenta que existe, de esos instintos generacionales
que crecen con el pasar de los tiempos ¡del alimento! ¡la
atmósfera! ¡los cambios climáticos!... ¡No sé! Como dije antes:
es el primer veneno. Ya nacimos infectados. Se nos escapa de
las manos.
¡La ultra violencia es nuestro nuevo juego, muchachos!
Se le agradece a Burgess el hecho de haber anticipado el
vacío, la ignorancia y el aburrimiento de los pendejos. Aunque
la Naranja Mecánica sea una ficción industrial de hace unas
cuantas décadas atrás nos colabora en la explicación de nuestra
idea.
El peligro de que nuestra juventud nazca avejentada es
un hecho inminente. Como menciono antes, la pobreza que
recorre nuestra sangre–alma, la que tiene la tarea de irrigar al
brote más humano con el que contamos, no preserva la sanidad
suficiente para engendrar la paz y la armonía en los jóvenes de
hoy. De ninguna manera ¡No señor! de ninguna manera. No.
El joven hará manifiesta la enfermedad que carga
infectándole el interior, comportándose iracundo, payasezco
y con violencia –¡No estoy ni ahí con toda esa mierda! ¡¡Valen
49
callampa!! ¡Por qué no se van un poquito a la mierda! ¡Hijo putas!
¡Chupa sangres! ¡Chupa picos! ¡Cerdos asquerosos! ¡Canallas!...
¡Salpica hueón!... ¡Te voy a sacar la chucha gil culeado!... ¡Ten
cuidado, cabrón!... ¡Vira hijo de puta!... ¡Chúpate ésta maricón! – y te
hará un gesto obsceno y se cagará de la risa en tu cara, escupirá
un gargajo asqueroso, se volverá a acomodar los genitales y los
despreciará.
¡Vamos, canallas! ¡Observen! ¡Analicen! ¡Miren! Si lo
vemos ahora bajo una comprensión más oscura y detallada,
este joven tendrá razón, y si no se trata de razón, al menos
tendrá un motivo; como ya lo veremos.
Es increíble que todo ha funcionado como una avalancha.
¡Todo se ha ido cumpliendo! ¡Todo ha calzado! ¡Los vaticinios
han dado en el clavo! Habíamos hecho este comentario ya hace
unos añitos atrás y cada vez se ha ido evidenciando la violencia
aún más. La calidad de ignorancia que estamos dando de comer
se nos devolverá como un bumerang. La gran ignorancia que se
estará presenciando vendrá cargada con una violencia brutal.
Habíamos dicho que nos rodearemos con seres
amargados, con la sensibilidad dura como el granito, y las
paredes de nuestra gran ciudad se tatuarán con obscenidades.
¡La monstruosa poesía viva de hoy! Como ya lo dije antes ¡Poesía
monstruosa de hoy para no volverse un asesino! Finalmente,
es lo único que aún nos está salvando de los tiempos de los
asesinos.
La gente ya no transitará tranquila por la calle. Todos
andaremos perseguidos, siempre desconfiados, con un miedo
espantoso. Tendremos que acostumbrarnos a convivir con un
susto constante y con un terror crónico que nos paraliza. Las
noticias siempre nos sorprenderán con un acto delictual: un
robo simple, un cruel asesinato, un asalto estupendo, una gran
y novedosa violación, un experimento delictual nunca antes
visto ¡Una mocha en el estadio que ni te cuento!... ¡Uyuyuy!...
¡Y las manchas de sangre ensuciaron el callejón! ¡El tiroteo de
película! ¡El balazo que viajó y se ensartó en la frente de una
inocente! ¡Y el ignorante salpicado de sangre levantará su arma

50
como un estandarte y se sentirá poderoso y entenderá que sí
puede llegar a ser alguien!... Socio, la guerra callejera sólo será
una pequeña bofetada de todo lo que vendrá.
Los adultos gobernantes maldecirán entonces a la
juventud. Dirán humillados que han hecho el mayor esfuerzo,
pero que aún falta mucho más. Y para protegerse de esta
infame violencia, que nadie sabe quién generó, se lavan las
manos pulentamente entre ellos, se las ingenian, la estudian
por todos lados, por adelante, por Detroit, se rascan las
lagañas, se chupan los mocos, se limpian delicadamente con
la servilleta el detritus del banquete que les cuelga del orto.
¡Son unos asquerosos! ¡Pero ya está! ¡Ellos! ¡Los únicos! ¡Los
perfectos! ¡La vieja timbuca! ¡El centro de la torta! ¡Todas
ellas entran en trance! ¡Qué difícil es todo eso! ¡Tenemos que
encontrar la solución, por dios! Y el estómago, inflamado de
vanidad a punto de estallar, los hace iluminar. –¡Ay, mi amor,
encontramos la gran solución!– Y aplauden hechas unas locas.
Así que la brillante solución a la que llegaron comiendo,
transpirando en el aire acondicionado, analizando, masticando
petit bouché como unas bestias y cagando todo lo comido en
catarsis colectiva es re–acomodarse. ¡Son unos monstruos!
Los grandes señores mandarán a aumentar, con nuestros
impuestos, la dotación de pacos en doscientos por ciento y los
GI Joe manejarán unas motos atemorizantes que asustarán
las malas intenciones; las señoritas pacas aprenderán defensa
personal, a doblarte el brazo y a disculparse; el guanaco ya no se
ocupará para torturar y lo pintarán de un verde olivo saludable
y por supuesto amable. Además, construirán rejas alrededor
de todos los edificios, para dar el ejemplo. ¡Grandes muros
con grandes púas ! ¡Grandes soluciones! ¡Muros electrificados
de alta contención puestos justamente aquí! ¡Este lado para
los santos y el otro para el antro! ¡No nos vayamos a mezclar!
¡Esa gente es mala y cochina! ¡Ah! No hay que olvidarse de los
grilletes ¡Hay que construir grandes reformatorios modernos!
¡Jaulas de alta seguridad! ¡Ojo, brother! ¡Entonces, llegarán las
más grandes y brillantes ideas! ¡Impondrán nuevas leyes! ¡Habrá
códigos impresionantes! ¡Reformas que nunca hubiéramos

51
imaginado!… ¡Nuevas sanciones perfectas!... ¡Castigos
ejemplarizadores para extirpar el mal!... ¡etc, etc, etc, etc.!
¡Qué fuerte!... ¡Y no pueden encontrar una mejor solución!...
¡Muy fuerte!... Viviremos escondidos, encarcelados, como en
una perfecta y claustrofóbica “Casa de los muertos” ¡Ayayay!
¡Uyuyuy! Nunca lo entenderán. Me dije ¡No escupas al cielo,
Nicanor! ¡Está bien! ¡Vamos a darle una nueva oportunidad!
¡Igual que canallas! ¡Y cómo se engañan! ¡Fuerte, muy fuerte!...
Pero sigamos.
La frustración con que vivirá la juventud, la hará ver las
cosas tan vacías y sin sentido, que asumirá un conformismo
tan absoluto, que rayará, lamentablemente, en lo asesino.
Estaremos frente a un brote masivo y compulsivo de fascismo.
¡Qué increíble lo delgada que es la línea que divide la bella y
creativa rebeldía anarquista, del más mortífero, neurótico
y poco tolerante fascismo! Pero de eso hablaremos en otra
ocasión ¡Ipso jure! “El poder del resentimiento”.
Es posible que si la degradación interior continúa más allá
de lo inimaginable, esta juventud fulminada logre alcanzar el
colmo del asesino, trasmutándose inevitablemente, en suicida.
¡La autoestima para el pico!
Digamos que al mismo tiempo que esta juventud se
infecta –sin quererlo realmente– del síndrome del asesino,
así mismo se van matando día a día, o seguramente ya están
muertos del todo. En general, no me refiero a una muerte
carnal. No. El hombre vivirá sus días con un alma muerta en el
interior y eso es peor aún. Ya estará muerto antes de estarlo.
La sociedad de los muertos vivientes. Zombis deambulando,
buscando carroña con que alimentarse, por la calle Huérfanos.
¡Es cierto! Es algo difícil de tragar. Una visión demasiado
fantasiosa, poética y complicada. Ahora entiendo, muchachos,
el por qué de la violenta pena de la gran Violeta cuando gritó en
un aullido feroz ¡Me duele Chile! antes de volarse los sesos en
mil pedazos.
Podríamos agregar esta socarronería “No podrán
matarme a no ser que ya esté muerto” como lo denunció

52
Rimbaud el poeta rebelde de “El tiempo de los Asesinos”,
retrato del mayor poeta urbano de todos los tiempos escrito
por el iconoclasta gringo y maestro Henry Miller.
Al nacer, generalmente somos inocentes, pero no hace
falta mucho para la corrupción ¡Joder! ¡A mala hora! Porque
el primer veneno lo recibimos de la teta... mala leche...
mala madre... infame sociedad... Madre ruin, interesada y
venial. ¡Puerca que se devora hasta sus propios marranos!...
¡Mater desprovista de afecto que te manda al matadero!...
¡Procreadora sin ética que pare críos a cagar y no toma luego
su responsabilidad!… ¡Máquina engendradora que por el placer
de fornicar se procura su propio alimento!... ¡Se come su propia
carne!... ¡Se sacia con su propia sangre!... ¡Engendra esclavos a
destajo en una maniobra caótica de protección y bienestar!...
¡No hay una planificación de ningún estilo!... ¡Organismo
central que no se procura la molestia de idear otro sistema de
subsistencia que no sea carnívoro, onanista y antropófago!...
¡Es la ley del más hijo de puta!... ¡Se han de tener que sacrificar
más de la mitad, cabrito; para que el otro cuartito tenga
la gran oportunidad!... ¡La mortandad es abrumadora!...
¡El aniquilamiento sistemático es devastador y el hedor
nauseabundo de los cadáveres en pudrición nos tiene a todos
somnolientos y asqueados!... ¡Es una perversión encubierta a
todas luces, señores!... ¡Una tragedia socio cultural moderna
de connotaciones masivas!... Hay gente creativa que no se la
traga.
¡OK! Al entrar en el flujo de la vida civil, nos damos cuenta
que todo funciona bajo el cálculo y la presión, la posición, el
escalafón social, el fastuoso apellido, la casta residencial, la
procedencia y el espeluznante escudo familiar. ¡Con la carta
de presentación perfecta! ¡Y una partida de nacimiento con
membrete y galardón!… Y no nos olvidemos del color, la altura,
el sexo y el aroma ¡Y hasta la religión, joder! ¡Cuidado! ¡Porque lo
peor es no tener! ¡Ateo ni lo quiera dios! ¡Agnóstico! ¡Por favor!
El código de barra te lo marcan con fuego ¡Estás manchado,
muchacho! ¡Tú, ingeniero, tú, capataz, y tú, pordiosero!
A la fecha, ya hay varios motivos para no nacer.

53
Encima de todo ésto, cualquier expresión original que no
entre en las conveniencias ganadoras, será castrada, reprimida,
rechazada, extirpada, resignando al muchacho a seguir con
un pedazo menos. A decir verdad, esto suele suceder con
demasiada frecuencia. Los resultados son desastrosos: ¡almas
mutiladas! ¡despojos humanos! ¡calamidades en dos patas!
¡Protervos, obstinados en la maldad!
Acordémonos que todo niño nace inocente; no pidió
haber nacido; no sabe donde vino; viene puro, en esencia. Toda
criatura nacida viene bendecida con este brote de sensibilidad
creativa en su interior y sin percatarnos de su actividad
clandestina, inconsciente, nos hace alucinar. Los cabros chicos
tienen la cualidad creativa de un mago. Sólo tienen que cerrar
los ojos ¡flash! para volverlos a abrir ¡flash! y estar en pleno
trance alucinados. Nuestro mundo infantil fue un cosmos que
nunca volveríamos a encontrar. Después de ser penetrados por
la sociedad andamos a tientas, desesperados. Tratamos, pero es
inútil, nos vamos atrofiando con el tiempo y dejamos de creer en
nosotros. Hay que entender –porque es de suma importancia–
que uno de los esfuerzos por conservar esta confianza de
magia lo aplicamos principalmente –inconscientemente, por
supuesto, en un último afán de conservar lo original– en el
camino hacia una plena juventud, donde la sensibilidad que
poseemos hace de las suyas en nuestro ser, y nos alienta y
nos empuja a que divaguemos fijamente alucinados en la idea
que queremos ser y la que nos hará estallar como ser humano.
Estallar significa:
“Que cada ser humano guarda una revelación y se la
debería obsequiar al mundo”
¿Pero qué pasa si el camino recorrido, a tan temprana
edad, ha sido tan hiriente, castrante y maligno, donde nada de
lo que nos hemos propuesto como seres humanos lo hemos
logrado? ¡Ojo! Y no porque no fuéramos capaces ¡no, señor!
¿Y por qué? ¿Ah? ¡Contesten canallas! ¡No se queden callados!
¡Tómense la molestia! ¡Córranse esa paja!
Encima de todo ésto, la falta de sangre sabia ha debilitado

54
los órganos de contemplación. Así que el joven marcha a ciegas,
ha perdido completamente su norte. La intransigencia de un
mundo indiferente lo ha desviado años luz de su dirección.
Camina a tientas y siente mucho temor. Ahora sí que está solo.
Un joven enfrentado solo al camino, que no haya
experimentado un estallido de su sensibilidad, se verá
enfrentado a encontrarla en la obscuridad, y como no conoció
en lo vivido el significado de la generosidad –porque nadie se
la entregó– puede caer en cualquier desviación ¡Aquí, señores
canallas, comienza lo aberrante! ¡Lo espeluznante! ¡Lo que
nadie de ustedes quiere admitir! ¡Lo que todos ustedes quieren
omitir! ¡Borrarlo! ¡Y olvidarse! Pero se les pregunta –antes de
que se hagan los ofendidos– ¿Qué se puede esperar de una
mente que ha sido sometida tanto tiempo a la obscuridad?
Para aclararlo al toque, ahora mismo, y no les quede la duda y
la posibilidad de no entender. ¡Señores Canallas! No estamos
hablando de la obscuridad real que se traga la luz ¡No, gilipollas!
La obscuridad de la que estamos hablando, se refiere a no haber
gozado de la oportunidad de aprender a manejar y dominar
todos los significados... ¡La información!... ¡Los símbolos!...
¡Los instrumentos y maquinarias!... El machete cabrón. El que
necesitábamos para desarrollarnos y alcanzar así nuestra más
íntima revelación ¡Educación animal! ¡Educación anormal!
¡Educación, Canallas! ¡Información! ¡La piedra angular!
¡Educación para todos de verdad! ¡La gran reforma!
–¿Para qué?– ¡Nadie de ellos tiene a su estirpe ahí! ¡Ni
un maldito ejemplo! Pero si les preguntas te dirán: –¡Claro que
creo! ¡Choriflay! ¡Súper súper!– Y entonces, si confían tanto y
se llenan la boca admirándose, deberían dar por lo menos el
ejemplo, mezclándose ¡Entren! ¡Vivan la deficiencia!
No quieren entender. Se hacen los locos. Míralos, dan
vueltas sobre si mismos buscando otra solución. La menos
adecuada, pero la que los engaña. Canallas, como si ellos no la
hubieran gozado . ¡Educación gratis! Sólo ellos y ellos y toda la
estirpe por siempre. ¡Don Jechu se debe estar revolcando en su
tumba! ¡Egoístas por árbol genealógico! ¡Eternamente avaros!
¡Siempre la limosna! ¡La gran caridad! ¡Asistencialismo! ¡El

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goteo! ¡El Circo de cuatro pistas! ¡Unas chauchas y todo bien mi
amor! ¡La acción del día fue la nueva solución! ¡Ahora me siento
mejor! ¡Qué asco!
¡Y con los otros, los mendigos, no tengo piedad! Como
lo vociferó en una canción Luca Prodan ¡Hay que aprender a
gritar! ¡ArribaGente!
¡Pero tranquilo! Nos estamos emocionando, mucha
pasión, Nicanor. ¡Tranquilo! No perdamos el norte nosotros
también. Concentrémonos y volvamos al carril. Sigamos dentro
del ring. Aquí vamos nuevamente a la idea central. ¡Adelante,
muchacho!
La dolorosa soledad en la que vive el Joven Fulminado
lo inicia en el abyecto camino del hombre que trata de
comunicarse de alguna manera con los demás. Él necesita –al
igual que todos– el afecto que nos entrega la comunicación con
los demás. Todo ser humano necesita de comunicación. Es un
fundamento. Somos seres sociales por concepción. Pero este
ser es frío y torpe como un metal. Sus principios se encuentran
tan distantes de los códigos de nuestra humanidad. –¿Qué
quieres decir?– Quiero decir que sus códigos humanos –con los
que más o menos nos regimos– están confundidos, enajenados
y deambulan perdidos por ahí. Lo que les quiero explicar es
que este ser, con su atormentada razón, no se daría cuenta si
comete un tormento, un suplicio, o una grosera maldad. En su
turbio y obscuro mundo es otro el significado del dolor. Es que
ya no siente nuestro dolor. Ya no siente. ¿Capicci?
Su alma sufre –como sufre todo ser humano– esa
maldición de no poder estar solo. Su instinto trata de
superarla. ¡Cueste lo que cueste! ¡Se le vuelve una obsesión! ¡La
necesidad es mayor! ¡La urgencia de comunicar sus atrofiados
sentimientos e ideas es una prioridad! Así que sale en busca de
la anhelada compañía y comprensión. Esta sola tarea será su
motivo de vida y luchará por ella. Pero los códigos que utilizará
para entablar esta comunicación serán egoístas y terribles.
Todos los esfuerzos se harán en función y con el propósito de
llenar ese vacío que se explaya como una lepra en su interior ¡La

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imagen que se ve al final del pasaje es de alto horror! ¡Es sangre!
¡Caleta de sangre siniestra estancada se arremolina como un
charco tenebroso empapando toda su información! ¡Su mundo
interior es un holocausto! Se ven las ideas flotando náufragas
por un piélago nauseabundo y fétido. Da un miedo metafísico
el solo pensarlo. Es una imagen dantesca como los cuentos de
horror orientales. Lovecraft se hubiera re–cagado de terror. Al
igual que yo.
Estamos hablando de una mente que ya está podrida...
¡Ay! ¡Un órgano demencial!... ¡Un mecanismo descompuesto!...
¡Todo mal!
Por un click incomprensible se activó la parte más
enferma de su cerebro... ¡Comienza el problema!... El sistema
no está funcionando bien ¡el reactivo! ¡Químicos que no se
deben encontrar hicieron combustión! ¡La zona está tan mal
cuidada que todo se inflama y estalla! ¡En un abrir y cerrar
de ojos comenzó todo! ¡El circuito colapsa! ¡La conciencia se
parte en dos, en cuatro, en ocho, en mil pedazos! ¡Las grietas
abren la placa madre! ¡El cataclismo es monumental! ¡Las
marejadas hirviendo se lo llevan todo! ¡Las burbujas condensan
el ambiente y se quema el oxígeno! ¡Se ahoga el cerebro! ¡Las
cosas dejan de estar en su lugar! ¡Las ideas caen destrozadas!
¡La información se calcina! ¡Las grandes grietas se tragan todo!
¡Es el Apocalipsis mental! ¡Maremoto, erupción, incendio,
temblor! ¡Todo el desastre al mismo tiempo y en una fracción!
¡Pero salgamos del cerebro y volvamos a la realidad!
Veremos por un momento el tambaleo mental. ¡Ahí está! Un
segundo y le vibran los párpados y se le electrifican los nervios
¡Es tan solo un tic! ¡Un gesto minúsculo! ¡La repetición de
una mueca!... ¡¡Atención!!... En una fracción incomprensible
¡así! llega a la loquísima convicción de que el mundo lo quiere
maltratar ¡Se persigue el hijo de puta! ¡Una profunda crisis de
pánico! ¡Le da mil veces vuelta al asunto! ¡Se autoconvence!
¡Lo da por sentado! ¡Es así!¡Le quieren robar a la madre! ¡Lo
quieren separar! ¡Es lo único que posee! ¡No tiene nada más!
La sola idea de que lo separen lo desequilibra, no lo soporta,
se desordena aún más. ¡Pela el cable pesado! ¡Está totalmente

57
desorientado! Y se cuestiona –¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué a
mí?– ¡Maldito mundo que no lo entiende! ¿Qué ha hecho él para
merecer esto?
Entonces inocentemente desequilibrado, secuestra a su
propia madre. La encierra para protegerse de los demás. Que
nadie la toque. ¡Es SU mamá! La persecución de las ideas en
su cabezota es infernal. La madre le trata de explicar –¡No está
bien! ¡Está un poco confundido! ¡Nadie los quiere separar! ¡Está
tenso! ¡Estás estresado! ¡No hay nada! ¡Todo está igual! ¡Entra en
razón, mi amor! ¡No se ponga así! ¡Te va a hacer mal! ¡Yo siempre
voy a estar a tu lado, mi amor! ¡Tranquilo! Ten confianza en mí.–
No hay caso, el martirio continúa...
El muchacho deambula apesadumbrado por la casa.
Como no puede entablar una comunicación normal, en
entendimiento, cae en un agujero psíquico, y en un acceso de
rabia descontrolada le quita violentamente la vida.
Totalmente enajenado, en plena obscuridad, sin un
destello de luz, continúa la persecución. Encarcelado en el
maldito delirio descuartiza el cuerpo avejentado de su madre,
lo zampa dentro de un jarrón gigantesco de leche y lo entierra
llorando como un niño en el patio de la casa, confirmándose
luego, con clarísima convicción, que todo lo ocurrido no está del
todo mal si contribuye a apaciguar su más profunda dolencia
interior.
Transcribo este arrebato criminal como un simple
ejemplo. Lo leí en un periódico, no me acuerdo cuál. ¡Filo,
porque da lo mismo! ¡ Estamos llenos de este mal! ¡Hay mil y un
casos! Podría haber sido cualquiera. Ahora que se publica esta
crónica ya han pasado varios años desde que se escribió. Por
ejemplo: podría haber citado el caso del Tila y haber detallado
su descalabro mental. Un alma extraña, creativa y brutal.
Un resentido maldito, fuera de serie. Un ser lleno de un odio
monstruoso hacia la gente. Una mente que tenía la capacidad
creativa de pintar, plasmar en pequeñas láminas el horror y
la desesperación de su mente, hacer un esfuerzo instintivo
y supremo de sanación. Pero sabemos que nunca resultó.

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No fue lo suficiente. Los esfuerzos creativos de pintar eran
como los últimos estertores inconscientes de salvación. ¡Un
grito desesperado por escapar! ¡Me estoy yendo a la mierda!
¡Contención! ¡Necesito contención! ¡No tengo otra opción! ¡La
falta de oportunidad me enfermó! ¡El resentimiento me tiene
loco! ¡Fuera de mí!... ¡Ya no respondo por mí!...¡Ya no hay nada
que pueda ver! ¡Estoy perdido!... ¡I’m lost! ¡Please help me!
Como la canción desquiciada que canta Mike Paton.
Un día se tendrá que publicar “El Poder del Resentimiento”,
ese poder que hace crecer verdaderos monstruos creativos por
excelencia, pero admitamos de antemano que es realmente
difícil de controlar. Uno tiene que estar en la parada de no
dejarse sobrellevar por las miserias y saber tirarse –a uno
mismo– mucha mierda. Uno no puede ser condescendiente
consigo mismo. Así que uno se levanta todas las mañanas y se
saluda –¿Cómo estás, comemierda?–
No está en nadie saber quién lo dominará y quién no. Tan
sólo se puede nombrar que existe y que es una opción instintiva.
Tal vez podamos reconocer un esfuerzo en esta actitud.
Hay que recordar que el creativo siempre tiene una posibilidad
de redención. Estas pequeñas pinturas me hacían recordar a las
pinturas desgarrantes y retorcidas de la gran Frida Kahlo, que
justamente, pintaba para descongestionarse de su inmenso
dolor.
De todas maneras, no tiene mucha importancia, hay
una cantidad de ejemplos impresionantes. ¡Hay muchísmos!
¡Mucho más de lo que pensamos! ¡Falta infinita contención!
Pero no se queden con esta idea, acuérdense de que
hay grados y grados en todo. Y dimos –no al azar– uno de los
mayores descalabros mentales que hay: el matricidio.
Debo admitir que llegar a semejante extremo de ejemplo
para explicar un fenómeno social, teniendo cualquier ejemplo
mucho más común y cotidiano de destrucción, es un poco
exagerado y cruel de mi parte. Pero lo hago para demostrar mi
preocupación y abrir una posible y futura reflexión.

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Entonces, ahora estamos claritos que hablamos de uno
de los grados más elevados de desesperación que un alma
pueda alcanzar. Una soledad en el individuo que le hace sentir
un vacío tan grande “que aunque todos los muertos de todos
los tiempos resucitaran no lo llenarían”. Samuel Beckett.
El conducirlos a esta aberración tal vez sea la manera
más adecuada de llegar a entender el comportamiento de
esta masa que se mece en la incertidumbre, desde su mismo
nacimiento, hasta su último suspiro y desde esa perspectiva
de faro, asumir definitivamente que a nuestra juventud algo la
está encaminando a una vejez prematura.
¡¡Ojo!! Alcanzar con la vista desde lo más alto del faro,
los dos extremos... Los dos grandes excesos... La sanidad
e insania... pasar inevitablemente la mirada por todos los
acontecimientos que navegan extremaunciosos por entre los
dos, te da una perspectiva mucho más amplia de observación.
Después de todo, si uno reúne unos cuantos
acontecimientos aislados extraídos de la realidad, uno de acá
y otro de allá, haría –como dice André Gide– “un conjunto
monstruoso”.
Hay que asumir, con la mano en el corazón, que nuestro
mundo sufre de desórdenes mentales, desde la insania a la
neurosis, en una u otra forma. Los hospitales, los manicomios y
las cárceles, desbordan de gente. ¡Están todos enfermos! –¡vos
mismo!– y lo gritan!
El creador, o digamos mejor, el humano que ha podido
estallar su sensibilidad en variadas ocasiones, también vive
en este caos general. Pero se juega la vida, asume su soledad,
soporta la locura y se comunica con generosidad. La vomita.
¡Cuidado,Gente! Comunicación que puede llegar a ser tan
brutal como la del gallo fulminado. En este caso nos la entrega
un poco, sólo un poco más digerible, extraída directamente
de su ficción, con la pluma, el papel maché, unas pinceladas, o
unos decibeles. Un conjunto estético y no una acción sangrienta
contra su mundo. ¡Aunque eso quisiera! ¡Seguramente,
apretaría el botón!

60
Sin embargo, el artista siempre sabrá que la realidad es
inconfundiblemente más brutal. ¡Ni dudarlo!
Por sentido común se les pide a los que manipulan
desde la cumbre de la sociedad que no castren el ingenio de
la juventud. No agotad su sensibilidad en una lucha interior
innecesaria.
De todas maneras, yo también me siento cansado... Soy
uno más de los enfermos que va caminando… Con la mirada
distante... El cuerpo que no siente... Los reflejos que no se
activan... El alma entera que bosteza… Y la gran ciudad crece
ahí afuera como un cáncer y nosotros persistimos en vivir en
sus entrañas.
”Han creado leyes y códigos en tal cantidad que abrirse
paso entre ellos es más difícil que para un marinero contar las
estrellas! ¿Para qué, para qué?¡ –Preguntad al profeta– Preguntad
al profeta que espera sentado, que espera y ora por nuestra
destrucción, mientras alza la mirada al firmamento y contempla
en el universo a gusto el advenimiento de un nuevo periodo, el
nuevo signo zodiacal que se avecina... Acuario... En tanto sonríe a
sabiendas que la neurosis no es un fenómeno nuevo en la historia
de las enfermedades humanas, ni su flor más maravillosa, la
esquizofrenia. Ni que sea la primera vez que el suelo cultural, y
aún el subsuelo, han quedado exhaustos”.
¡Y lo vaticina ahora!

¡To be continued... continuará... undendlich!

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62
LAS MISERIAS DEL CEREBRO
EL VIAJE MISERABLE DEL CEREBRO!

Siempre sueño con lo peor


como cuando viajaba en un velero
con una tripulación desconocida
con el mar tranquilo
el piélago cada vez más misterioso
casi muerto
con el tiempo extremauncioso
el alma resignada
las velas negras
y un porvenir oculto...
y todos petrificados
sin parpadear
mirábamos aterrorizados en dirección del dolor...
sufrimiento que se nos contagiaba como una plaga...
¡¡Hija de puta esta maldición!!
¡¡Dios mío!!
La prognosis...
gozábamos del conocimiento anticipado de algún suceso
la previsión de los tiempos...
¡Sí! ¡Vaticinábamos!
cruelmente lo fatal
el destino funesto
su brutalidad
¡¡La realidad!!
... y todo lo demás.

¡¿Oye?!
¿Nuevamente la misma canción
la fatalidad
la miseria, Nicanor?

¡OK! ¡Está bien!...


Vamos a comenzar de cero
nadie nace perfecto
desperfectos
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un problema acá
una falla allá
y la vida aún funciona
con sobresaltos
estertores y a regañadientes
un poco decadente
pero funciona
¡Aleluya!
Vamos a comenzar desde cero
desde el mismo inicio
“equinoccio de los contrarios”
para que no se nos escape nada
y así lo entiendan
de una buena vez
¡¡Por fin!!
Y no se pierdan.

Vivo en un castillo
con pasillos estrechos como una tumba
catacumbas
mil cuartuchos vacíos
con fantasmas y monstruos
chicos y chicas
que ríen y cantan
como todos unos artistas
¡la farándula!
¡los tres farsantes!
¡los payasos!
Y su estrellita
tricolor
súper original
¡súper payasos!
¡súper poderosas!
¡súper, qué barbaridad!
¡¡qué impertinencia!!
Una calumnia tras otra
¡vale!
¡monicacos!
¡mentirosos, embusteros, engrupidos!

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¡charlatanes!
¡imitadores!
¡bufones de la corte!
¡cámara uno!
Nada más que una falsa comedia
¡denigrante rutina!
¡qué vergüenza!
¡y ajena!
Dicho y escrito.

Por lo menos estoy a salvo


¡debo decirlo!
me mantengo al margen
out–side
recluido
ob–scene
duermo en el altillo
lo más arriba posible
donde nadie deba llegar
desaparecido
bajo llave
con miedo
con transpiración
contemplando
desapareciéndome
con picaporte
pasador
cadena
contención
escapista
perseguido… ¡tranquilizándome!
¡pero siempre hay otro perdido que te encuentra!
¡¡pero que es increíble!!
no pierden la oportunidad
te disgustan
no los soportas
la comedia humana
tan poco humana
la mueca risueña y sus aplausos

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¡sí, señor!
¡la misma bazofia de todos los días!
!... ¡
¡qué dios los perdone!
¡¡qué la vida les haga mear sangre a los payasos!!
A esos payasos
a los que yo conozco
de los que huyo:
del sentimentalismo.

En las noches se escuchan gritos


y no es sólo eso, sino también los quejidos
los medianos suspiros
y como resoplan
les falta el aire
el catre retumba
los resortes chirrean
la válvula estalla
la orquesta se perfila
la música no descansa
y la penetración ataca y golpea...
¡plaf! ¡plaf! ¡plaf!
uno, doscientos, tres mil
y la señorita perra chilla
fuera de sí... ¡enloquecida!
con el demonio en el cuerpo,
insatisfecha
lo exige
bien perra
Suplica
¡¡Quiero más!!..¡más!... ¡más!...
¡Dale duro, mi amor! ¡¡Fuck me harder, motherfucker!!
¡Eso, mi cielo!
¡Así, mi amor!

Estamos fornicando
hay mucho pecado
mucho dolor
un rico mal olor

66
¡lo reconozco!
pero es justamente lo que nos embriaga
entre más degenerado mejor
sólo así nos volvemos locos
entrenados

y lo disfrutamos
con un poco de suciedad
intimidad
una puntita de perversión
¡Ay, qué rico, mi amor!

Ahora la tengo montada


como a una perra
y no aguanto más
ella también grita
se voltea
saca la lengua
babea
gira la cabeza varias veces
mueve el traste
y grita
me encanta.
Estoy hecho un animal
actúo entonces con un poquito de brutalidad
la trato de exorcizar
bombeo como dios manda
¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf!
¡Aparece, patán!
No paro de gozar
se me satura el corazón
la cuchara a full
El marcapaso también tira
se me viene la sabia
siento el bolo
el miembro divino inflamado
estamos hechos unos gemidos
no aguanto más
grito

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–¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaahh!!–
me vengo
eyaculo
sobre su espalda
¡Qué rico!
–¡¡Noooooooooooooooo!!–
Pero ya es demasiado tarde
–¡Chuta!– mala onda
No pude contener
y ella no pudo acabar
lo lamenta
lo lamento
–”No tiene importancia, mi amor”–
¡Ah no si no!

Así empiezan los problemas.


¡Sí, señor!
Bala pasada.

Todo este barullo proviene de abajo


de las piezas grandes
y yo que estoy solo me imagino cualquier cosa
la mente viaja
la fantasía no se agota
el líbido te empapa...

Se eleva la carpa
el medio mástil
¡Qué penca!
la imagino a horcajadas
¡Arre arre caballito!...
sobre el faloidáceo
cantaba
se reía a carcajadas
cuanto más se desgalillaba
¡más se cachondeaba!
recibiendo lo suyo
mueve que mueve
¡y cómo lo mueve!

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el “mambembe”
mi querida vecina
tan desnuda y pervertida
sangoloteando...

Sudo la gota gorda...


transpiro como un animal
¡¡ya no aguanto más!!
ventilo el miembro
miembro divino
ferviente me masturbo
participo del acto
consciente
siempre consciente mi señor presidente
¡¡la puta, también me encabrito!!
también suspiro
bufo a decir verdad
la cadena de la amistad
ahora somos tres los que gozamos
¡Es tan rica mi vecina!
y yo tan solitario y onanista
¡siempre ha sido así!

Tengo que aclararlo


Antes que me engañe
Mi única fantasía
es la sucia realidad que me rodea
bellamente manoseada
por la inocencia que me queda.

Aquel hombre
firme en la oscuridad
está enfermo
desesperado
se está tonificando para morir...
mientras tanto se masturba
es ambidiestro
ágil
como él solo

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sólo en la idea
un acróbata
volatinero
y emprende la pirueta
da el salto
busca el placer
en lo desconocido
dentro de lo imposible
en el linde
en los extremos
que lo llaman...
y lo precipitan
hasta enloquecerlo
un poco más.
Es posible... lo más seguro
que a cada eyaculación
en cada explosión
en cada coito
dicha onda expansiva
de placer de vicio
arrastre... reculando... al hombre
a este hombre
yo
cada vez más a lo hondo
hasta caer bajo el cenital
del escenario preciso.

No hay otra salida


El impulso es demasiado fuerte
¡Por favor! entiendan al hombre moderno
son los trámites de la soledad
intimidades degradantes que no se deberían contar.

No me dan ganas de salir


no tengo donde ir
Por ahora este castillo es mi universo
todo mi bendito cosmos
mi pequeño paraíso
un incesante infierno.

70
Ya llevo unos años viviendo en él
conozco sus entrañas
la tensión de los nervios
las películas y pesadillas
el tumor
los fantasmas
la risa de los espectros
actitud enfermante
la miseria humana
¡Ah! ¡Y los malditos mitos!
¡¡Que no son nada, por dios!!
¡¡Pero nada!!
con las realidades que les voy a contar
La calle siempre será más brutal.

Primero les contaremos las desgracias


luego
mucho más tarde
si es que el tiempo se mejora
entraríamos a ofrecer las gracias
Sonrío gracioso el perdedor.

Como todo se mantiene sin aliento


la ropa cochina
el cuerpo transpirado
el cerebro congestionado
la idea navegando
las miserias
las moscas revoloteando
la paciencia desgastándose
en la obscuridad
me digo
temeroso
desorbitado
–Mantente aquí, muchacho–
–¡Aquí estás seguro!–
¿Perdón?
¡Es que no soporto las preguntas!

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...
¿Por qué siempre tan callado?
¿Por qué siempre te estás rascando?
¿Por qué siempre andas tan sucio?
¿Por qué tienes cara de enfurecido?
¿Por qué tan oscuro?
¿Por qué tan negativo?
¿Por qué tan vengativo?
¿Por qué?
–¡Dios mío!– reclamé
¡¡Me cargan las explicaciones!!
¡¡Me hinchan las bolas la insistencia!!
–¿Qué estás hablando, tarado?–
¡A mí sinceramente me enferman!
¡Yo aún soy sincero!
No chupo sangre
No chupo pija
No lamo culo
¡Yo ya no me miento!

Estábamos en la guerra
Éramos enemigos
Nos tropezamos por el destino
Ellos me miraron
Yo los miré
Me sonrieron
y los maté.
Es la primera vez que lo cuento
Es la última vez que lo recuerdo
Tratábamos de matarnos unos a otros
Podíamos ver la conciencia disparando sus misiles
nuestro cielo amarillo, verde y bermellón
¡llorando de explosivos!
¡qué hermoso me pareció!
Es otra vergüenza
Es tan sólo una idea
–“Humanidad cuando la has tenido”–

72
Ahora, que han vuelto los buenos tiempos
que ya pasó la tormenta
comienzo a sacar la cabeza
cauto
silencioso como un refugiado
me presento sólo lo suficiente
desconfiado
malhumorado
¡Genius irritable!
Es que siempre queda el residuo
la mala leche
¡Estate callado, degenerado!
¡¡Cuéntales la verdad!!
–¡OK! ¡OK!...¡Está bien!–
Debo admitirlo
¡Ahora hasta logro brindar!
¡A vuestra salud, Canallas!
Empino el codo
¡Glug! ¡Glug!
¡A tu salud, Mamerto Culo Abierto!
¡Salud!

Ahora estoy mejor


pero hablo del pasado
y parece que vuelve
con la suciedad
el hedor
toda la desesperación
Las uñas ya las tengo sucias
largas
mal cortadas
La pobreza es hedionda y descuidada

Mientras escribo ésto salta una pulga


la trato de cazar
se me escapa
estoy atontado
no atino

73
la alcanzo
es toda mía
la torturo entre mis dedos
le entierro las uñas
y salpica la sangre
me mancha el dedo
con mi sangre.

Sangra bastante aún


negra y espesa
me alegro
una mueca
tiene consistencia
como el buen vino
¡Tinto, por supuesto!
¡ Ay, mamá!
Al tiro me dan ganas de chupar

Se me calentó el hocico
Se me hirvió la sangre
No voy a parar de tomar
no dejaré de vomitar
fuera del tiesto
al lado de la cama
sobre sus caras
Giles de cuarta
¡¡Tiquitiquití!!

¡¡Basta, degenerado!!
–¡¡Vale, Vale!!–
Lo que quiero es desahogarme con lo otro
lo denso
lo que me mantiene con las pupilas dilatadas
La fatalidad
La vida de los hechos

No tengo ducha
No hay cocina
No tengo un céntimo

74
ni un cobre
van tres meses
¡tengo hambre!
busco una solución
un parche sobre la mentira
salgo entonces y vendo un libro
“OBSCENA”
me dan una bagatela
no vale más que unas chauchas
luego, me como cualquier porquería
un asqueroso completo
¡Cochinada rica!
mientras me lo como me tiembla el pulso
me lo devoro enfebrecido
salpica la mayonesa
se chorrean las salsas
en la urgencia todo se vuelve delicioso
¡Guatita llena corazón contento!
Ahora se posa una mosca
¡Qué asquerosa!

De tanto vagabundear
conociendo los tugurios
¡¡Saltimbanqui que danza en los antros del mundo!!
cronista desvergonzado
chivo expiatorio
ejemplo macabro
maniáticamente decidido
masticando cahuines
regurgitando chismes
negros, asquerosos, aceitosos
bastante insanos
tan poco cristianos
¡¡Bastante blasfemos!!
¡¡Sí!! lo que grito, canallas
tengo con que sostenerlo
te escupiré pruebas extrañas
y posiblemente terribles.
¡Ya saben a qué atenerse!

75
¡¡Arriba las manos y calzones abajo!!
Canallas
Miserables
Chupasangres
bastardos huelepedos y chupamocos
–¡Cállate, desgraciado!... ¡Detente, inconsciente!–
¿Nadie lo soporta en verdad?
Siempre se quejan
¡nunca han sentido este tipo de dolor!
La venganza
No se equivoquen
–Es el hambre, papá–
la falta de oportunidad
depredadores...

No queda otro remedio más que gritar


ONOMATOPEYA
es la única arma que nos queda

¡Damas y caballeros!
estoy perdido
¡Acabado!
¡terriblemente confundido!
¿Qué hora es, caballero?

¡Tu cara, Nicanor!


¿Qué tiene mi cara?
¡Tus ojos, muchacho!
tu sonrisa
tienen un rictus
rabiosamente triste...
¿Tanto dolor, Nicanor?
–¡Qué horror!– ... me lloriqueó
Naif
ella fue.

76
Mi amor
–¿Sí?–
¿Qué tienes que me haces sentir tan feliz?
– No lo sé, Naif –
Es el tiempo
la inclemencia
el diluvio de la sangre
la tormenta que enloquece
y lo hace ver todo tan hermoso

Naif
la princesa
cuenta con una inocencia invencible
cómo explicarle todo sin lastimarle
Fuera de la burbuja
¡La jaula de oro!
¿Cómo explicarle la rabia impotente?
Mi resentimiento
¿Todo lo corrupto?
La infamia humana
Yo también soy sucio
un poco degenerado
descuidado
pero en el fondo
¡Bien al fondo!
soy sensible
¡Vibro!

Tal vez al principio ella me quería como era


sin tradición
errante
falto de dirección
pero se cansó de la miseria
de la incomodidad
de lo pordiosero
de toda esta maldita inestabilidad
de este caos que se zumba a mi alrededor.

77
¡Sí, mi amor!...
¡la vida es larga y peluda!
–Es una broma, mi amor–

Si no estuviera tan mortalmente urgido


tan quebrado
en bancarrota
con el culo a la rastra
el estómago pegado a las costillas
la deuda siempre presente.

Si no estuviera siempre en el mismo estribillo


la eterna melodía
no le pediría nada a nadie
¡Nada de nada!
¡Menos a los monstruos de mi familia!
¡¡Mierda!! ¡¡Mil veces mierda!!

Todo esto me ha dejado bajo la influencia del delirio


en la rabia
en el estado más criminal
traicionero y pendenciero
que el alma pueda soportar.

Uno sin querer se derrumba


te flaquean los miembros
se te llegan a poner turnios los ojos
¡turulato!
Ya lo dije
Esto no es más que un delirio
un fragmento de persecución
comic de pura acción
una pelada de cable
algo muy inestable
Y lo repito
hasta el cansancio

Cuando entro en trance


en el delirio deslizante

78
en la degeneración de la mente
con las pupilas dilatadas
los ojos eternamente abiertos
la mirada petrificada
el pulso en coma
estado alfa
parapléjico auténtico
y el cigarrillo que se consume
la mano que lo sostiene
el dedo que le teme
y la birra que se entibia
y la música destructiva insinuante
y el sonido interior...
¡¡Y las imágenes por dios!!
y nunca un punto final
¡¡El viaje por la memoria debe continuar!!
¡¡Aleluya!!
¡¡que se enciendan las maquinarias!!
¡¡que rujan los motores!!
¡¡que despierten los sueños!!
¡¡sigue soñando, Nicanor!!
¡¡Alucinado!!
¡¡Por favor!!

Yo ya no me puedo engañar
¡Esta es mi diversión!
¡Tan sólo una carcajada feroz!

¡ONOMATOPEYA!

¡Dale, Nicanor!
¡Sonríe, desgraciado!
¡Te estamos esperando!

¡¡¿Y el espectáculo?!!

¡To be continued... continuará... undendlich!

79
80
MENSTRUACIÓN 199
LA NIÑA QUE LLORA POR SU SANGRE
INICIO DE NOVEL

Errando se me vino a la mente una gotita de sangre...


¡Bien roja!... ¡Bien espesa!... ¡La sangre de la memoria!... ¡La
sangre genera sangre!
Una gotita de sangre hirviendo me embriagó a la
divagación... ¡Adiós! ¡Por dios, Nicanor!... ¡Tanto consumo!...
¡Tanta alucinación!... Perdonen, así lo veo yo: blood and
destruction. Y no he sido sólo yo.
Esperamos, como desequilibrados, una batahola de
violencia ¡que ya está naciendo! que nos traiga, como por
herencia, un mar tormentoso, púrpura y nauseabundo que nos
bañe, nos limpie, purifique, y extinga ¡Sos positivo, Nicanor!...
¡Ah no, si no! ¡Más bien! Y no me lo creen... ¡OK! Entonces
presten atención. Y no bromeo. ¡Eso sí que no!
Vamos juntos ¡Todos juntos!... como preescolares, en
fila india... ¡Imagínenselo!... ¡Venga, vamos!... Nosotros vamos
de la mano de la profesora Violencia... ¡A saltitos!... con el
dedo en la boca, los brazos estiradocaídos, babeando, como
débiles mentales ¡Al matadero central! ¡A la carnicería! A que
nos deshollen y quiebren. Carne molida. Carne para los perros.
Sangre coagulada revuelta en ensalada y un poquito de pus ¡Y
nada más!... se acabó ¡That´s all folks! ¡Fin!
La memoria lo sabe... ¡Sabe que sabe!... La memoria no
se olvida de nada.
Venimos caminando hace mucho tiempo, sobre este
infinito, en la idea, en esta idea... ¡La única! ¡La energía!... Las
fuerzas antagónicas... Pero somos tan imbéciles que avanzamos
con la mente en blanco ¡Se nos olvida todo! ¡No recordamos
nada!... ¡Bueno! Casi nada. Nos dirigimos al génesis... Por la
puerta trasera... A la aniquilación... ¡Divino castigo! ¡Castigo
divino! ¡Bendita destrucción!... ¡El broche de oro!... El fin de

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este ciclo... ¡¡El nacimiento de un nuevo espectáculo!! Así que
vayámonos preparando... para cualquier cosa. Para la peor.
¡Que no os sorprenda el penúltimo día!
Una gotita de sangre nadie puede saber cuántos recuerdos
puede traer a la mente. La gotita sangrienta desborda el nivel,
permite la inundación... fertiliza la conciencia... catástrofe
de imágenes... hacinamiento de ideas, derrame cerebral...
Se rebalsa la represa de la memoria... chorrean recuerdos,
babeo de reminiscencias. ¡Una eyaculación memorial! Una
menstruación genial... el flujo cargado de información.
¡Todas estas imágenes en una milésima! En un castañetear
de los dedos ¡Así! ¡Puta la velocidad! Entonces no se confundan
por la extensión del relato... todo se ha desarrollado de otra
manera, con otro tiempo, a otra velocidad... ¡no tiene nada que
ver! todo está ubicado en un parpadear, en un cerrar de ojos,
una inconciencia, un lapsus, ya se entenderá.
¡Entiendan! Una miserable gotita de sangre de color rojo–
siniestro se vino desde el fondo... de muy atrás, demasiado
atrás, y se proyectó en mi mente... ¡Pantalla gigante!... ¡Estoy de
la mente! ¡Demente! Y me pongo a llorar... es por la infinitud...
¡por lo abismal!... la gran idea, la inicial, las cuatro letras... ¡Da
miedo, mierda! Me sangra la mente... Tanto y nada.
No es que ande profetizando porquerías por el mundo
¡No! No es eso ¡Definitivamente que no!
–“Y entonces por qué hablas tanta mierda, Nicanor... ¡Al
grano animal! ¡Sin tanto rodeo! Cuéntanos la historia y punto
final. Nada de filosofía barata, Nicanor. Por dios, no somos unos
imbéciles. Siempre tan altanero y repugnante. ¿Te crees la raja
culeado?– ” Así son, y no miento.
No, no es eso... se trata de otra cosa... va más allá...
es el fondo de la idea... la estructura general... aún no lo sé
explicar... la mente y sus avatares y distorsiones... la plástica de
mi pensamiento, del funcionamiento, del derrame, la fiebre de
la sangre... el dolor de las ideas que revienta...
Perdónenme si la historia está fragmentada, sin sentido,
fuera de control, enloquecida, en plena transformación... Es la
cabeza la que no funciona bien... el estado delicado de los pobres

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sesos... Si repito las acciones... si regurgito los cahuines... si
rayo la papa... si sigo diciendo mil veces lo mismo... si no tengo
nuevas palabras... ¡No tengáis cuidado en entenderme!... No
hay nada que entender... La infinita idea empieza en cualquier
lugar... por cualquier parte... Es que nunca ha terminado. Desde
el día en que se puso el primer signo no ha parado de crecer...
¡Como un cáncer, como un ángel!... como lo que sea... ¡Da lo
mismo, es lo mismo!... Se dará a entender por si solo. Es un
absoluto.
Caminaba en aquel entonces, medio sonámbulo e
idiotizado, sin ánimo, sin fuerzas. No veía perspectiva, no
pudiendo hacer nada más que caminar y caminar, sonambular,
errar. Entro a un bar, “El perro que fuma”, y me pongo a chupar
como condenado... y de repente en un ¡tak! ¡así! empiezo a
temblar, enfebrecido, a la velocidad de la luz, del pensamiento,
de la idea, si es que tiene... y me pongo a pensar justamente
sobre todo esto –¿Sobre qué, Nicanor?, –Sobre el pensamiento,
tarado... y los inviernos... y las heladas... –¿ Pero qué tienen que
ver las heladas? –Pero déjenme terminar. –¡OK! ¡OK!, dicen los
desalmados.
Hace frío, es invierno. Día de invierno. Confesiones
de invierno. Algo así por el estilo. Día azulado brumoso,
más bien gris, melancólico, melodramático, mal parido. Un
día intensamente frío como cualquier otro... abandonado,
silencioso, piel de gallina, erizado, con demasiado frío,
estornudando, resfriado, temblando...
Caminaba en aquel entonces medio sonámbulo e
idiotizado, sin ánimo, sin fuerza, sin perspectiva... no pudiendo
hacer nada más que caminar y caminar... ¡sonambular! errar...
y de repente en un ¡Tak! ¡Así! me pongo a pensar... ¡Justamente
sobre esto!... lo del invierno, las heladas, lo que significan
y simbolizan... ¡Dios mío!... El invierno es asesino para el
vagabundo... ¡El perdedor! Estación de muerte segura para los
sin hogar... se duermen y no amanecen. Es otra cruel verdad.
Entonces vengo yo y lo asocio conmigo y me digo
–¡Puta, Nicanor!– porque quizás yo también me muera de
frío, cristalizado. Tal vez acabe desplomado, postrado, como

83
en una campana de cristal, falto de aire, sin poder reaccionar.
Congelado, todo profundamente congelado. Sentir detenerse
las palpitaciones de tu fuerza vital y no poder continuar, aunque
uno lo quiera, es una pena, una pena fatal. Sería la última pena.
Tal vez algo milagroso después de todo.
¡Basta de quejas! ¡Hay que ser muy mamerto, culo
abierto!... Solamente subrayo las faltas y las desgracias y nada
más, pero adelante, que venga el porvenir... gocemos de las
pequeñas satisfacciones... los grandes alumbramientos... la
gran creación... lo absoluto y tangible... –¡Pero bueno, qué es
ésto, filosofía barata de nuevo; vamos al grano mijo, al ojo del
huracán! ¿De qué mierda estás hablando, Nicanor ?–... Tened
paciencia canallas, busco las pequeñas travesuras, las que aún
me traen satisfacción... el placer estelar... ¡¡uy uy uy!! ¡¡ay ay
ay!!... estar así, mmm, al lado de ella, con aquella, con fulana...
estar arrellanado manoseando una buena pierna... una yegua
de media pista... y verla de reojo... y atisbar una mirada, un
looking, entre sus senos... carnosos, jugosos, perversos...
¡Ay! Y contemplar, camino a la penetración, los volúmenes de
las carnes que se deslizan coquetas y calientes hacia abajo,
dirección humedad, lúbrico, todo chorreando, lo maldito...
¡carne y encajes y aromas y brebajes!... Y le chupas los senos,
te comes los pezones, y te enjuagas la cara en su vagina... y
te arden los ojos... y ves por fin la vida distorsionada.. y se te
confirma que el mundo es poderoso y perfecto; que parió
por fin su gran valor... que dio a luz el enigma... y entendiste
sin esfuerzo que la existencia de dios se materializa en estos
instantes de eyaculación...
¡¡Te amo Naif!! (¡¡Y cómo!!)
Amor, me encarcelas, te tragas las llaves, me condenas.
Naif me llama, me grita, me invita a celebrar el desastre que se
avecina. Mi amor es tan feliz como yo.
Exhalo un suspiro extasiado y roto la cabeza para sentir
el cosmos y sé que estoy vivo, más vivo que vosotros, hijos de
puta, que aún eyaculo, que bombeo como dios manda, penetro
enloquecido, que vuelo y despego y que puedo suspenderme

84
muy en alto ¡Ay ayayay! Me llaman telescopio: hago ver las
estrellas...
–“¿Te crees gracioso, no?”– .
Me dieron el don del payaso, de contar las desgracias con
un poco de gracia –“Tu gracia apesta, Nicanor. No harías reír ni
que pagaran. Sos nefasto... receloso, resentido e inmundo...” – La
paciencia que hay que tener.
Una teta, dos tetas, sus gomas, una vulva ¡todo el bendito
conjunto erótico! Y tienes ¡lo juro! por lo menos una parte de la
existencia soportada –“No seas degenerado, Nicanor”– ¡¿Ah, no
tengo razón?!
–“Es el modo, Nicanor, el modo. La forma, Nicanor, la
forma”–
No sean basura. Es sabido que el amor mistifica ¡Sí, sí,
sí!... Que el sexo te aliviana ¡Ah no, si no!... Y la fornicación te
purifica. ¡MÁS BIEN, CHIQUILLO! ¿Y entonces, gilipuertas?
Tengo o no tengo razón. –“Es el modo, Nicanor” – ¡Váyanse a la
puta que los parió!
–¿Cómo llegó al lado suyo, Nicanor?– preguntó
–¿Que cómo llegó?... ¿Que cómo llegué al lado suyo?–
¡Ay ayayay! Es la mediana historia... tanto caudal, tanta calle,
tanta masacre... ¡nos devorábamos! ¡Mama mía la putana!...
¡Qué exceso!... Como todo ésto me ha ido destruyendo poco
a poco...
Naif, la chica vacilona, la niña, la vagina infantil, la perra,
yegua de media pista, la que tiene pendejos en los pezones, la
que provocó nuevamente la impotencia en mí, ¡la que me metió
en unos líos!... la del monte de venus velludo, la que tiene el
vientre elástico, la que me ha dejado mil veces plantado, la que
me achata los cojones, la que me enerva... ¡A la que quisiera
matar y no puedo!
La princesa que se arrincona desnuda en un extremo
de la cama y me grita –“Sos un hijo de puta. Cochón, mariquita,
maricón. ¡Por qué no te vas un poquito a la mierda!”–

85
Todo esto empezó hace mucho, muchísimo. La verdad es
que esta relación se vino dando como una bomba de tiempo...
se fue cargando... pudriendo... ¡un día caí, y me caí feo, hondo!...
¡y quedó la cagada! No, sin comentarios. Más adelante.
Pero no era eso lo que les iba a relatar... ¡Me perdí
absolutamente, yo iba hacia otro lugar! ¡Buscaba otro archivo!
La mente, el asunto no funciona tan bien, lo admito, a mí
tampoco me agrada, es una pérdida de tiempo: corrigiendo,
ajustando, carburando, y aún así la maquinaria trastavilla,
queda atrofiada, como si no quiere la cosa, traumatizada,
pelando la papa, las historias no se despegan, se equivoca ... ¡a
otra cosa, mariposa! ¡Uyuyuy!
¡Qué fuerte!
¡Qué mazamorra!
Esto último lleva directamente a lo otro... Naif se
ha vuelto un vínculo dentro de la memoria... dentro de mí
memoria, un pasaje secreto... un impulso eléctrico que abre la
bóveda... la precisa, adelante:
Me encontraba ese día de invierno sentado con Naif en
el parque Portales.... Chile, Santiago, Barrio Brasil... parque
angosto, largo y corto, al fondo se divisaba Matucana y la muralla
que cercaba la “Quinta Normal” un parque extraordinario. Todo
era tan anticuado y roñoso, el liceo, las beatas resentidas y
amargadas y abrigadas, los árboles tenebrosos, el pasto casi
muerto... los juegos infantiles abandonados... las fachadas
sucias, la tierra mojada, y la neblina repentina que nos envolvía.
En aquella época yo estaba encantado... no había
despertado y entendido. Ahora lo veo todo a través de un filtro
de sangre... lo hermoso y lo horrendo... todo dentro de un mismo
saco... todos engrillados a la misma cadena... “Voy a todas las cosas
con la mano pesada, con la mano saturada de sangre. Quiero poner
la mano en todo y dejar la mancha”... La mancha cagada.
En ese entonces yo estudiaba en las cercanías y vivía en
una pensión. Conocía las pulgas, los chinches, las putas, y las
moscas. Todavía no había empezado lo peor. Lo mejor. Pero era
independiente ¡eso sí! lo había decidido, y me moría de hambre.

86
Tenía una recalada de sueños que estaba seguro cumpliría y
ahora seguía desgraciado, desesperado, pero tenía un coraje
salvaje y estúpido.
Nos habíamos sentado en un viejo escaño de hierro
forjado que a ella le encantaba. Estábamos en pleno agosto
y hacía un frío de la puta madre. De vez en cuando, una
ráfaga nos hacía tiritar. Estábamos volados... perdidos,
cuando escuchamos el ruido... Un poco más allá, un borracho
tambaleante sostenido a un árbol, dale que vomita; echa el
almuerzo... el desayuno caliente... los fideos, las espumas y
burbujas... todo por la boca morada, por las narices, los pedazos,
la bilis... Todo lo que salta a cada arcada va chapoteando en una
placenta verduzca y pegajosa ¡Ay, dios! También hay sangre...
pedazos de hígado ¡Trocitos de úlceras! ¡Por dios! Y más encima
se mea los pantalones.
–“¿Vamos, Nicanor ?”– me dice Naif con cara de asco.
–“Vamos”– le contesto. Vamos en busca, parque arriba,
rumbo Esperanza, de otro escaño verde, frío y agradable donde
sentarnos.
Es increíble el silencio y la comunicación que genera
un paseo en el invierno. Con Naif he alcanzado absurdos de
silencio que a la gente le aterroriza. La austeridad de sonido, la
bendición de la imagen, el entender el gesto... Tal vez, sólo con
una princesa se logra esta comunión ¡Maldición! No me hagan caso:
Es el Teatro de la Dementia
la acción perturbada
el ritmo que alucina
el niño que aún sueña
los pensamientos que se confunden
las ideas sin sentido
la memoria caótica
el cementerio fecundo
el símbolo preñado
el tiempo que no vale
la lógica que se muere de hambre
el espíritu que nace y la comunicación silenciosa
que nos embriaga
y el presente que por fin estalla

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–“¿A ésto le llamas poesía, Nicanor? Eres muy altanero...
¡Ególatra! Egoísta... Te crees el hoyo del queque, la puta más cara,
dictador... ¡Fascista, Nicanor, Fascista! Eso es lo que sos”– Qué
cara más dura. Cómo pueden decir eso... no me conocen ¡si me
lo ha dicho gente que nunca pensé!... Totalmente inverosímil,
fuera del entendimiento... Más encima, personajes del mismo
rubro, del mismo oficio... lo adjudican a la propuesta, tan
cerrados de mente... ¡¿Yo, fascista?! ¡No puede ser! ¡Qué se
creen! Uno no puede andar diciendo semejante barbaridad
por el mundo, es demasiado delicado y doloroso... ¡Cómo se
han equivocado! Pobres infelices, perdónalos, no saben lo que
dicen.
–“Si tú lo dices, Nicanor, ¡OK! Vamos a decir la verdad
con toda su monstruosidad, comencemos por definirnos
emocionalmente. ¡Dale, Nicanor! ¿Cómo sos? ¿Cómo eres?” ,
–¿Que cómo soy? Mi trabajo soy yo. –“¡Oye! Emocionalmente
hablando... Descríbenos el alma... lo esencial... los componentes
que te hacen funcionar ¡Dale, Nicanor! Un esfuerzo, una auto
evaluación, sé sincero”. –Bueno, a ver, el Nicanor es: generoso...
visceral... un tanto resentido, solitario... anarquista apasionado...
crónicamente insatisfecho... creativo... ¡Eso es!... ¡Bueno, basta,
es suficiente! Qué más se puede esperar. De todas maneras
me fastidian las preguntas. Y no quiero repetir la cantileja de
“Las Miserias” ¡Que por qué ésto, que por qué aquello! ¡¿Pero,
Fascista?! ¿Qué les pasa, ignorantes? ¡Uyuyuy! Hay que ver la
paciencia que uno tiene que tener. ¡Entiéndanlo! Yo sólo me
pregunto una cosa, ineptos ¿Cómo hacer para volver a disfrutar
la gran soledad... ¡la cósmica!... la soledad metafísica que
murmullan los seres que no piensan? ¡La paciencia que hay que
tener!
¡Joder, hombre, dale! Sigamos con el cuento, el relato, el
derramamiento, antes que se nos olvide por completo. Bueno,
veamos, cómo es. En el camino Naif descubre atemorizada
un grupo de palomas que nos persigue mendigando algunas
migajas. ¡Atención, gente! ¡Aquí comienza! El temor que
llega a sentir Naif por las palomas llega a una exageración tal
que tenemos que virar y tomar otro sendero para continuar y
alejarnos de las piojentas.
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¡Sí, aquí comienza lo que quiero contar!... me lo
menciono... lo había perdido... lo vuelvo a capturar.
Naif camina acelerada y aterrorizada delante de mí.
Mueve sus caderas ¡Así, así, así! Así me gusta a mí. La verdad
es que tiene un culo impresionante. Un culo y unas piernas
como dios manda ¡Prodigioso! ¡Es una yegua! Está destinada a
imitar a Venus en todas sus andanzas obscenas. A nadie le cabe
la duda. –“Sos afortunado, Nicanor: Petizo, chaparro, zorrullo,
muerto de hambre ¡con semejante mina! ¡el semejante culo! ¡el
culeado suertudo!”– ¡Concha de su madre!...lo dicen los picados
¡Uno tiene lo que se merece!
Ahora que ya esquivamos las palomas, Naif está
muchísimo más tranquila. –¿Por qué, Nicanor?– ¡Aaahh! Buena
pregunta, gilipuertas. Alguien dijo que la vida era arder en
preguntas. ¡Bueno, entonces, a arder, mierdas! A tambalear un
poquito. –“¿Hasta dónde vamos a llegar, Nicanor?”– Yo sé que
va a ser peludo. Amigo, sólo comience: bombee la memoria;
oxigene los conductos; sangre la mente...
¡¡Atención, amermelado!!
¡Aquí comienza, señores!
¡¡Así es!!
¡¡AQUÍ COMIENZA EL ESPECTÁCULO!!
Lo nefasto y lo inquietante.
Una mujer, un hombre, yo, ella, la mujer, sentados en un
escaño ordinario, embriagados, con dos litros de vino de pecho
a espalda... ¡un tanto alegres!... Caperana de la viña Canepa.
Bueno y barato. Nos lo tomamos en el Bar “El Machucao” de
nuestra Tía... ¡postiza por supuesto!... Maipú con Huérfanos...
Tía pacífica que terminó acuchillando encolerizada, por puro
celo... Salió en su tiempo en todos los diarios... La Segunda, La
Tercera, La Cuarta, El Merculo y el Metroporelano... conquistó
las primeras planas “Mala mujer apuñala a su cafiche” treinta
y tres estocadas... espalda, riñones y garganta... el medio
espectáculo, los clientes asombrados y salpicados de sangre,
sobre las mesas, el cafiche escapando, tropezando, solicitaba
ayuda de los clientes, un poco de solidaridad y comprensión,
de paso estropeaba todo el boliche, y pedía perdón con el

89
abdomen abierto y ya sangrando, por todo el local, y nuestra Tía
decidida y fría ensartando el puñal ¡chas, chas, chas! rompiendo
las carnes, costillas, longanizas y chunchules... todo obsceno y
macabro... a su joven patán gritando de dolor... tan, pero tan
mujeriego, vividor, culeador, un hijo de perra, mal nacido...
que la utilizó hasta el cansancio, sin miramientos, sin respeto,
turqueándola, estafándola, vergueándola... Y ella, lo único que
esperaba, siendo casi veinte años mayor, un poco de atención,
de afecto y un poco de acción, un polvito aquí, un polvito allá...
¡No sé! ¡Pero que se amaron, se amaron!
Él no tenía dónde caerse muerto y a ella le faltaba
una pierna... ella aprendió a ser la amante de un asesino, un
maldito, sangre fría... Lo conocía y no le importaba... Dicen que
lo conoció después de la violación... la atacó cruzando la Quinta
Normal, en la noche, agazapado, se estaba corriendo una paja
y ¡chas! la vio, apurada... en la penumbra... tambaleante... no
cachó la edad... y la mini falda con el caminar apurado mostraba
los calzones, el movimiento sangoloteado de las nalgas, las
arrugas y el calzón se le metía en la raja... ¡La eligió! Mientras
tanto, entre más se acercaba se la sacudía con más violencia, se
preparaba, una bestia... La otra, nuestra heroína, la tía postiza,
a sus cuarenta, exuberante... Venía un tanto entonada, alegre y
chispeante, igual preocupada y urgida...¡¡Hay que preocuparse,
con una vagina, en un parque obscuro, largo y peludo!! ¡¡Ah no,
si no!!... ¿¡Pero a quién se le ocurre!? ¡Mama mía!... Sin embargo
algo del sentido común que le sobraba la mandaba a apurarse,
a no estar tranquila. Las mujeres están expuestas, siempre
hay una posibilidad, el día preciso, el que siempre se espera,
el que nunca se olvida... ¡uyuyuy! Así que el muchachote se
le tira encima... la enviste con la penca, bien parada y dura,
arma punzante, doble filo, roja... Le zangolotea violentamente
la cabeza, boca tapada, las greñas electrizadas, le pega un
pencazo, la turba, queda choqueada... se tambalea, entonces
siente la mano desesperada fisgoneándole bajo la falda,
violentando el calzón... ¡unos segundos más tarde todavía peor!
ahora los dedos le penetran la panucha, le separan los labios, le
dan la pasada al envenado... y a ella le duele un poquito, pero
sin saberlo, lo goza...

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Ahora la turca arremete con velocidad, rapidísimo,
revoluciones por segundo, unos pistones que da miedo, arriba
y abajo, mete y saca... ¡qué repetición! y no satisfecho con
penetrar la panucha, intransigente y sin autorización ¡violador
señores! el dedo fisgonea humedecido la entrada posterior...
introduce el índice y la argolla se dilata... le dieron la pasada
por detroit... el cabezón está enfebrecido, suda y chorrea...
cada vez que penetra se infla aún más, todo un prodigio... ¡y
cómo terminó!... Donde eyaculó creció más tarde una flor.
La misma que crecía antaño bajo los cadáveres ahorcados.
Después de la última eyaculación nace una flor, hasta tiene un
nombre, pero no me acuerdo, en Delta de Venus lo mencionan.
Otro libro obsceno más, lleno de cuentos pornográficos que le
mandó a escribir un desconocido a Anaïs Nin a dólar la hoja.
¡Está buenísimo! ¡Muy califa! ¡Muy cachondo! (conseguidlo)
Finalmente había terminado siendo muy intenso.
Tanto para ella, como para él. Los dos, por igual, terminaron
exhaustos. A él se le doblegaron las rodillas, quedó gimiendo, y
ella, aunque no lo crean, se desmayó, totalmente enamorada.
Quedó tirada sobre un muro como una doncella encantada.
Créanlo o no, aquí comenzó el romance ¡Y cómo mierda no iba
a terminar mal! ¡Imposible!
De todas maneras, a ella le encantó, le alucinó la
arremetida, lo bruto, macho y duro. Ella era la amante de un
asesino. Lo sabía, lo conocía y no le importaba... al contrario,
le seducía, le provocaba. Después, ya conviviendo, le seguía
encantando, y le seguía seduciendo, lo provocaba, quería
más violación, la violencia... ¡ensártamela, mi amor! ¡Fuck me
harder, mother fucker!¿Quién lo entiende? ¡¡Women who love
killers!! Nada de sencillo.
Hay leyes que uno no termina por entender. Díganselo
a todo el mundo... Boca a boca... Así murió el “Machucado”.
Apuñaló y murió apuñalado.
Pero sigamos con lo pasado que aún no hemos
terminado... estamos desempolvando recién... ¡Vamos a lo
abismal! ¡A la idea central! entonces...

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Una mujer, un hombre, yo, ella, la mujer, aquí sentados,
Naif y Nicanor, embriagados, dejando que el vino surta su
efecto, volando, tal vez en otra dimensión, fuera del sentido
común, en silencio, en otra historia... Encontrarse suspendido
unos instantes, una frecuencia, en una migaja, en una ruptura
del tiempo, sobre la relatividad, en la memoria, es una sensación
vertical.
Aquí, allá, y más, y mucho más allá aún, lejos, pero aún
aquí, ahí, muy cerca uno del otro, percibiendo el pulso, sintiendo
el aroma vaginal, menstrual... Disfrutando la presencia de una
mujer que te llevará por el caminito embrujado, que busca y
quiere chuparte la sangre y arrebatarte la vida porque es una
vampiresa, una chupa sangre, una chupa pija, que se entrega
toda, por delante y por detrás, como en bandeja de plata. ¡Es
una asesina! ¡Te hipnotiza!... ¡Te hechiza!...
¿Cómo es verdaderamente esta mujer?
¿Ah?
¡Difícil!
¡Qué pareja!... qué complejidad... uno se pone a pensar,
filosóficamente, en imagen, repasa todas las maneras, las mil
y una desviaciones que hay, todas las enfermedades, todas
las insanías... ¡partamos de aquí! No hay nadie sano. Estamos
todos jodidos.
–“Naif, ella, la vagina infantil, recorre solitaria las calles de
noche y nos habla de la vida imaginaria que se desarrolla detrás
de la puertas cerradas; el otro, el Nica, Nicanor, tan afectado de
dolor y congoja por lo que ve, trata de crear de nuevo el cosmos
en términos de lágrimas y sangre, lo pone de cabeza abajo y sale
a pisotearlo cargado de odio y disgusto”–
Estamos descubriendo, junto con este viaje al final de la
memoria, una cantidad de nuevos significados y símbolos que
nos atemorizan con el sólo hecho de traducirlos a la palabra
y enfrentarnos definitivamente al horror. Tal vez el miedo o
su semejanza y crudeza se asemeje a los cuentos nerviosos
y tormentosos que nos susurra Lovecraft... detrás de libros

92
mohosos, mitos arquetípicos, sueños fantasmagóricos...
¡miedos innombrables! Un universo de locura que existe tan
sólo cuando cae la noche y nos adentramos con un candelabro
a recorrer los campos santos... los recuerdos muertos... el
cementerio fecundo y las fantasías desechadas.
¿Y ahora qué pasó?... Naif ha cambiado radicalmente de
actitud... ¡SU MIRADA! ¡Las pupilas!... ¡Dementia, está atenta,
en alerta!... Le vibran los ojos... ¡atención, atención!... Somete
todo a la redonda bajo su inspección. No hay un maldito detalle
que se le vaya escapar... El brillo de los ojos, dios mío ¡es
brutal!... me agarra el brazo violentamente...
–¿Qué te pasa, Naif?– le pregunto preocupado…
Me asusta la complejidad. Su mirada me afirma que algo
terrorífico sucede a mis espaldas. Lo leo perfectamente en el
brillo destruido de sus ojos. Le suelto la mirada atemorizado e
inmediatamente giro para encontrarme cara a cara con el éxodo
masivo de palomas hambrientas que se nos vienen encima.
Naif, cada vez más aterrada, se acerca a un estado
demencial. Está como loca, tiene espasmos, suda que suda,
tiembla y grita, necesita ayuda. Y las palomas vienen, por aire y
tierra, a tropel y decididas, como en una avalancha hacia aquí.
¡To be continued... continuará... undendlich! paciencia,
paciencita...

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IN ANIMA VILI 199
PEQUEÑA EPÍSTOLA SIN GRACIA # I

Dejando atrás una inolvidable noche de sexo… sucio,


degenerado y rico, desperté, me limpié el miembro, me colgué la
ropa como pude, vomité un pichintún, salí sin despedirme hacia
la calle Magallanes, caminé y seguía lloviendo. Estaba aún un
tanto mareado, desorientado y me embargaba la sensibilidad
de una princesa ¡Totalmente sensible! ¡Profundamente
sensible! A cada paso que daba sentía una corriente eléctrica
que me llenaba. Así que el bullicio y los sonidos industriales
de la mañana, sumado a la cantidad de gente transitando
desesperada, las descargas eléctricas recorriéndome el cuerpo,
las gotas ácidas de la ciudad de mi corazón descendiendo, todo
me borraba lentamente la amable actitud y el grato recuerdo
de placer enfureciéndome. ¡La provocación estaba dada!
¡Dada! Así nace habitualmente esta actitud agresiva de la nada,
del todo. Las palpitaciones sanguíneas en el cerebro iban in
crescendo, irrigando, alcanzando quiméricamente la parte de
mi órgano cerebral que –así lo cuenta la frenología– manipula y
rige la crueldad y el homicidio. ¡Esta es la forma en que el efecto
da la cara! ¡Estamos de acuerdo, socio! ¿ Y entonces?
Indiferentemente, los acontecimientos naturales seguían
su curso; tic tac, tic tac, amanecía. El viento putrefacto del alba
de la gran ciudad de mi corazón traía consigo las respiraciones
herméticas de tantos bostezos, que el fucking día empieza mal.
Me animo meticulosamente las hormonas para no
desalentarme tan temprano. Pero son todas estas enfermas
vértebras, que pululan como hormigas ciegas, las que me
ponen de mal humor, y me convierten “in anima vili”
(Tranquilo, Nicanor)
Las bambalinas de “la ciudad de mi corazón” han vuelto
descartable a la especie humana, y es por eso, que la gran

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ciudad apesta desde lejos y es en ese desconcierto donde el
artista debería buscar su inspiración ¡Es la idiosincracia del
desarrollo, señores!
Estos especímenes que andan erguidos en dos patas
y se proclaman conscientes, cargan su fecha de vencimiento
en la billetera, junto a la sabiduría del corazón mal usada,
casi olvidada, comprometiéndose directamente en pos de
una existencia artificial, entregándose obcecadamente a una
aniquilación prematura, anormal, estúpida, sin sentido ¡ayayay!
¡uyuyuy! ¡Hijos de putas! ¡Canallas! ¡Bastardos!
Compran la vida en pequeños frascos sellados, los
coleccionan, tienen la alacena atiborrada de pastillas,
inyecciones, supositorios, polvos... Los aspiran, los tragan, se
los inyectan... Cataplasmas, infusiones, sahumerios. Todo con
la próspera fantasía de conquistar la panacea para ser absueltos
de su pudrición. Y luego se repiten en sus caras –cual eslogan
moderno– “Yo pienso en el futuro, yo pienso en el futuro”
mientras se palmean y pellizcan los cachetes automáticamente
en el presente.
(Tranquilízate, Nicanor)
Mantienen las risas inhóspitas para no estirar más los
pliegues, pellejos y charchas, que les cuelgan desde las cejas. Las
arrastran cansados, despacio, como paquidermos enfermos,
por todas las oficinas y casilleros, hasta que las córneas se les
llenen definitivamente de suciedad y se engangrenen.
Ese mismo día me encontré con Sacaría, “Sacacaca” le
decíamos. Era un hijo de puta fastidioso. Venía por la esquina
cuando lo divisé. Yo estaba sentado en el “Perro que Fuma” un
boliche de cuarta enclavado en la aduana del puerto. Yo vivía en
esos entonces entre las calles Apocalipsis y Carnaval. Llevaba
una vida corrupta, desgraciada, apestosa y feliz.
Sacaría –el sacacaca– se acercaba recorriendo el muro,
trastabillándose, bufando, afirmándose como podía. Se veía

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que estaba para la cagada al igual que yo. Era misterioso. Algo se
traía. Algo había inventado. Siempre había que estar preparado.
Era parte del juego. Un flash. Estábamos caminando por la fina
cuerda tensa del desperdicio. Así que había que estar ahí. Pero
yo ya no entendía nada. Estábamos tan enajenados que nos
comunicábamos de otra manera. Habíamos creado sin querer,
por pura necesidad o instinto, un lenguaje imaginoforme,
lleno de símbolos arquetípicos, estados, emociones, signos,
consciente colectivo, mimo drama y teatro gestual. Habíamos
avanzado en la composición de una nueva cosmogonía de
comunicación no tan sólo verbal. Habíamos parido un nuevo
formato cotidiano de comprensión surrealista. Nosotros
éramos surrealistas ¡Y lo que la gente pensara se lo podía meter
bien profundamente en el culo!... Y LOS AYUDARÍAMOS.
Esto me dio oportunidad, sin dejarlo de observar, de
arrellanarme, servirme una chela y fumarme un cigarrillo
aplastado encontrado al fondo de la mochila.
¡Era increíble! ¡Estábamos muy locos! No lo dejé de
analizar hasta que llegó. Cargaba con un dolor inocente en
las rodillas y unas gafas plateadas e infranqueables. Fruncí el
ceño, como para entenderlo mejor, y terminé nuevamente
no entendiendo nada. Se sentó completamente agotado,
transpirando, con la respiración dilatada y bostezó un gemido.
Con esfuerzo saludó
–Hola–
–¿Qué onda, Sacarías?– le pregunté preocupado.
–¿¡Sabes!?... ¡Un accidente!... ¡Ayer se me cayó un ojo!”–
–¿Un qué, pelotudo?–
– No te rías, Nicanor–
–¡No, no, no!–
– Que lo busqué tanto, que se me comenzó a morir el otro–
–¡Foo!– me impresionó.
¡Qué fuerte! ¡El nivel de conversación poético que
sosteníamos nos pegaba! ¡Estaba buena! ¡Era una mierda!
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¡Estábamos siempre drogados en busca constante de una
cagada mayor! Nuestras vidas transcurrían degeneradas y
taciturnas. Éramos eso y nada más agradable.
¡Queríamos apretar el botón y destruir el mundo!
¡Buscábamos la clave!
¡Es lamentable! ¡Uyuyuy! Es lamentable analizar con
la mano en el corazón el proyecto humano, sólo lo ves y se
te contorsionan las tripas y escupes malos pensamientos.
Nos hemos convertido indiscutiblemente en cucarachas, y es
por eso que nos adaptamos tan fácilmente a estos cajones
que flotan en las alcantarillas acompañando a las alegres
deposiciones que cantan y ríen felices hacia el holocausto. Nos
han obsequiado una parte de la cartografía del universo y nos
hemos limpiado el recto con ella.
Sólo observen: detrás de cada ventana se refugia un
rostro espantado, inmóvil, finito. Han perdido completamente
la gracia de la sonrisa. Ahora sólo les cuelga una diminuta
cicatriz amorfa del mentón, que les salta de un lado a otro al
intento de comunicación.
Yo no soy diferente, y si lo soy, no lo noto aún. Yo, al
igual que todos, nací degenerado. Yo también pernoctaré bajo
este manto de arrugas perniciosas que desciende como telón,
de lo negligente y lo fácil, para siempre. ¡Maldición! ¡Trato de
escaparme a cada segundo de vigilia de esta malformación! ¡Es
tan difícil traicionarse! ¡Maldición!

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LAS CONTRADICCIONES 1995
PEQUEÑA EPÍSTOLA SIN GRACIA # II

A decir verdad fue hace tanto tiempo que ya no me


acuerdo. Pero lo siento como el viaje de un pesado sueño,
sólido, agitado y pulido, que transita por tus vías cerebrales sin
detenerse, fuera de control, descompuesto, que lastima. Son
los recuerdos que se me avalanzan.
La lluvia descendía del infinito vertical con circunspección,
templanza y mesura. Era como un largo descendimiento de
la nada. Las gotas rebotaban con un aletargado retroceso,
distorsionando los terroríficos fetiches religiosos ¡paganos!
colgados de la fachada.
Con una mano me sujetaba con caución y estabilidad
a uno de esos arquetipos forestales de nuestra flora, que han
sobrevivido a la bravura humana y hoy son protagonistas y
postergados.
Con la otra afirmaba cariñosamente mi órgano divino,
que se deshacía de placer en verter el contenido de la inflamada
vejiga.
Mientras meaba en la calle había frente a mí un
monumento nacional. Era una abandonada capilla que residía
en una calle desconocida, muerta y disecada, ensartada en el
fondo de la civilización ensordecedora. La lluvia producía, al
momento de estar mojando la silueta del templo, una renovada
insurrección de lo mugriento y lo sucio, lo oculto y lo siniestro,
para dar vida a la leyenda, al mito y a la fábula. La lluvia barría
con todo y nos descubría un mundo ya conocido en la infancia:
la magia.
La limpieza revelaba las tristes sonrisas de las tiernas
miradas de todas esas estatuas y símbolos tan tergiversados y
manoseados que dan lástima.
Sátiros, suspiros, vírgenes, gárgolas, fantasías, ángeles,
sueños, santos, risas, esperanzas, abrazos, amores, anhelos,

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locuras, religiones, filosofías, etc., etc. marchan todas juntas,
como en una eterna peregrinación a la hecatombe.
De todas maneras, sentía una gran protección del
universo. Estaba mojado, empapado y un poco ebrio, pero no
rematado ni jugoso. Rocié el último contenido que me sobraba
y me salpiqué los zapatos. Seguía fascinado contemplando
la bella construcción cuando me sangolotié la esperanza, el
miembro divino, con una violenta sacudida, pero con sumo
cuidado para no salpicarme la jeta.
Por un momento encontré prosaica la situación: tener la
capacidad de disfrutar de la buena arquitectura mientras gozas
del placer de mear ¿no es fantástico?
Más tarde, caminando ya, sentí un poco de vergüenza,
pero nada de que preocuparse. Luego me fui, pausadamente
bajo la lluvia y tremendamente satisfecho, con un panorama
incierto, un aire de duda y una interrogación.

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ÍNDICE

PREFACIO 7
REPÚBLIKA 9
MANIFIESTO DE LA DEMENTIA 29
LA JUVENTUD FULMINADA 41
LAS MISERIAS DEL CEREBRO 61
MENSTRUACIÓN 79
IN ANIMA VILI 93
LAS CONTRADICCIONES 97

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N I K A N O R
MOLINARES (1971)
escritor, director teatral
y multimedial funda
en 1997 la primera
compañía de teatro
aéreo chilena y grupo
creativo DEMENTIA
PRAECOX. Pedagogo
y teórico escénico
ha creado un nuevo
método de traspaso de
información de alcance
masivo. Promueve
el MOVIMIENTO
INDUSTRIAL que ha
gestado importantes
encuentros en torno
a espectáculos masivos de vanguardia, la música electrónica
industrial, la multimedia en tiempo real, y la investigación de
las nuevas tendencias.Desarrolla proyectos con innumerables
agrupaciones, colectivos, creativos, artistas, bandas, todo con
la intención de generar una industria cultural independiente
libre del status quo cultural oficial. Reconocida figura y gestor
independiente -dentro y fuera de Chile- del arte de vanguardia y
de la ocupación de espacios públicos y privados.

+ info : www.dementioteka.com

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Libros Publicados por La Polla Literaria o de Pronta Aparición:

Al Revés de los Cristianos, Poemas, de Marcelo Valdés


La Puta Gana, Novela, de Gustavo Bernal
Relatos Biolentos, Bolumen 1, Cuentos, de Adrián Barahona
Dolores de Cabezas, Relato, de Pepe Calderón
Radio Manini Remixes 2009, Antología, de Varios Autores
Obscena, Literatura fuera de Escena, de Nikanor Molinares
Los Hombres también son de Venus, Novela, de Danyela Castillo
El Asco, Relatos, de Bruno Genovesio
Ron al Seco, Fotografía, de Rufino Haag
El Libro del Camino Eficaz. Tao, Poemas, de Miguel Edwards
Rabiosa, Novela, de Gustavo Bernal
Antología del Realismo Cuático, Relatos, Varios Autores
Radio Manini Remixes 2010, Antologia, de Varios Autores

La Polla Literaria es un proyecto editorial autogestivo e independiente que


surge en marzo de 2009 a partir de algunas delirantes conversaciones entre
no menos deliriosos escritores. Era necesario editar, editar y seguir editando
porque el fin de un texto no es otro sino ser leído. ¿Y cómo pasar por encima
de la industria editorial? Después de horas de infructuosa ingesta alcohólica
la respuesta descendió sobre nosotros. Era fácil. Asociándose con otro
puñado de escritores y armando una Polla, La Polla Literaria.

Contáctanos : www.lapollaliteraria.cl

Consejo Editorial de la Polla Literaria (contacto@lapollaliteraria.cl): Adrián


Barahona, Gustavo Bernal, Marcelo Valdés, Pepe Calderón. Asistente
de Edición: Pablo Véliz. Diseño Gráfico, Diagramación y Web: www.
visualhost.cl. Encuadernación: Liliana Quevedo. Difusión y Ventas (ventas@
lapollaliteraria.cl): Rufino Haag, Pedro de Piedra, Radio Manini, Librería
Ciudad Letrada, Librería Comuna Literaria.

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