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enamorados felices
y enamorados
fracasados?
PRIMERA PARTE
P. Antonio Alonso S. J.
PRIMERA PARTE
E
casarse.
S FRECUENTE la opinión de que son
enamorados fracasados los que no han logrado
a) La prueba de amor
¿Qué hay sobre la prueba de amor?
¿Puede la mujer ceder ante tal petición?
La cosa es bien clara: Dios prohíbe en el séptimo
mandamiento2 tales pruebas, pues, son actos
impuros para personas que aún no están casadas;
por tanto, una cosa prohibida por Dios, no se
puede permitir bajo ningún pretexto. Parece una
doctrina difícil, pero es una doctrina de Jesús,
que es Dios, y sabe lo que manda y lo que nos
conviene.
¿Qué pensar de las jóvenes que creen que si no
consienten en la prueba de amor, no se casan?
Dos son los resultados de esta prueba:
1. La mujer que cede en tener relaciones con su
enamorado, muchas veces paga las
consecuencias antes de casarse, pues el
enamorado que la engañó (pues no abusó por
amor, sino por pasión sexual) comienza a
mostrarse duro con ella, y luego, busca
pretextos para retrasar el matrimonio (en el
cual nunca pensó en serio) hasta que la infeliz
enamorada se entera que anda con otra, y ella
2
No cometerás adulterio.
se siente terriblemente fracasada.
Este caso es frecuente, pues, de ordinario, los
que se permiten tales libertades, no van con
buenas intenciones.
2. Otras veces, después de tales actos, logran
casarse. Algunos creen que por fin triunfaron
con su matrimonio.
¿Triunfaron o fracasaron?
Es muy frecuente que tales matrimonios
nazcan muertos. Son matrimonios fríos, ya
casi sin ilusiones, y por tanto, con muy pocas
probabilidades de éxito.
Por otra parte, el hombre que se ha
acostumbrado a proceder mal con su
enamorada antes de casarse, ha procedido más
por sensualidad que por cariño. Se ha
deformado su conciencia, pasando por encima
de ella.
Muy pronto se le presentarán ocasiones
para probar la fidelidad que ha prometido
a su esposa: como tiene la conciencia
corrompida, la pasión se impondrá a su
razón, y la fidelidad prometida caerá por
tierra.
La joven esposa sospechará primero, y se
cerciorará después de tales infidelidades, y
tendrá que llorar la soledad interior, y muchas
veces la exterior.
No es buen camino, para casarse bien, el ceder
ante peticiones prohibidas por Dios.
b) ¿Qué nos dice de los besos y otras
muestras de cariño?
Como estamos en la Primera Parte, de
enamorados fracasados, voy a hablar primero de
los besos y otras pruebas de cariño entre
enamorados que fracasan.
El beso es una manifestación del cariño
verdadero, pero también es una muestra de
la pasión sexual.
Los animales no se tienen cariño verdadero, sino
instinto sexual, y se besan y acarician. Los
hombre que besan y acarician no por cariño,
sino por pasión sexual, fracasan porque
proceden como animalitos.
Muchas veces dicen que no ven nada malo en
besarse y acariciarse, con tal de no llegar a lo
último.
¿Qué hay de eso? Es punto fundamental, pues,
por proceder incautamente en esto, suceden las
catástrofes morales.
Los besos y caricias, (expresiones de cariño
verdadero), mientras son tales, no son malos
(como explicaré un poco más detenidamente en
la Segunda Parte); pero esas manifestaciones de
cariño en todos fácilmente van pasando (por el
placer que produce) a satisfacciones sensuales. Si
no se controlan a tiempo van produciendo un
placer cada vez mayor.
La naturaleza animal va exigiendo besos y
caricias más íntimas, con mayor placer.
Llega un momento, en que la volunta se va
debilitando por el placer que recibe con tales
sensaciones. El placer aumenta, la voluntad
disminuye hasta tal punto que uno se siente
impotente para contrarrestar la fuerza del
instinto.
Un día, explicaba yo a una joven, el por qué no
se pueden permitir ciertas libertades que llevan a
estos extremos. “Tiene usted razón –me decía-
llega un momento en que se siente una como
anestesiada, sin fuerzas para resistir...”
4
Mateo (18:8-9)
Pues, si el carro de tu enamorado o el cuarto, o
cualquier otro sitio, te es ocasión de pecado,
déjalo.