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orificial
Cap ítulo V
INTRODUCCION
Los abscesos y las fí stulas ano recto perineales son entidades nosológicas que se
presentan con frecuencia en la consulta proctológica y a pesar que la historia es rica en
anécdotas en cuanto a diagnósticos y tratamientos, no existe universalidad de criterios y
varias son las alternativas quirúrgico terapéuticas para combatir estos procesos. Sin duda
en esta patología se cumple el hecho que la medicina no solo es una ciencia sino también
un arte pues siguiendo consideraciones espec íficas y respetando estructuras anatómicas,
el tratamiento del absceso y sobre todo de la fístula siempre será controversial.
Los abscesos y las fí stulas ano recto perineales básicamente pueden ser de dos
tipos: A) Específicos: secundarios a otros procesos como: enfermedad de Crohn ,
proctocolitis ulcerativa de localización baja que entre sus múltiples complicaciones se han
presentado con lesiones abscesales y fistulosas peri anales, carcinomas anales,
actinomicosis anorrectales, tuberculosis intestinales de localización baja, procesos
leucémicos en etapas avanzadas, linfomas , osteomielitis, enfermedades venéreas
anorrectales como el linfogranuloma, enfermedad de Verneuil, fístulas post radiaciones o
secundarias a traumatismos que van desde la simple complicación de una cirugía ano
rectal hasta traumatismos originados por maderos, armas blancas y de fuego. Figuras N° 1
Estas premisas suponen que el tratamiento siempre quirúrgico de esta patolog ía pueda
ser realizado tanto en la etapa aguda del absceso como en la crónica de la fístula y deber á
por lo tanto tener el sustento de un correcto conocimiento anatómico de la región, la
experiencia para elegir la mejor técnica y el cuidadoso manipuleo de los tejidos inflamados
para evitar una de las peores complicaciones que existe en la medicina que es la
incontinencia anal por causas iatrogénicas.
ANTECEDENTES HISTORICOS
El Papiro de Edwin Smith menciona los tratamientos de las enfermedades anales así
como también de las buco dentales y nombra al médico Ivry quien era llamado el “guardian
del recto real” , esto demuestra que hace cinco mil años ya exist ía un especialista de la
región ano rectal. Luego el papiro de Chester Beatty que data de los Siglos XII y XIII a.C.
se constituye en una verdadera monografía que da gran importancia a las enfermedades
ano rectales, en ella por ejemplo se considera que el ano no solo es la puerta de salida del
contenido intestinal sino que además es uno de los puntos de encuentro de los vasos
sanguíneos que tienen su origen en el corazón, por esto en el antiguo Egipto exist ían
recetas usadas tanto para tratar el ano como el coraz ón. (24)
El célebre Hip ócrates cuyos preceptos médicos se propagaron entre los Siglos VI al I
a.C., detalla la preparación del enfermo que va a ser intervenido, su posición, la
iluminación necesaria, el instrumental, la función de los ayudantes en relación a la técnica
del tratamiento quirúrgico de las hemorroides y las fístulas, incluso se menciona el método
hipocrático de suturar las f ístulas para evitar las incontinencias.
Sabemos por historia que el cirujano francés Ambrosio Paré en la era del renacimiento
trataba con cierto éxito las fístulas mediante el método de la “apolinosis” que no es otra
cosa que la ligadura con hilo de algunas fístulas, aunque era un procedimiento que ya se
empleaba en Alejandr ía en el Siglo III utilizando para ello en lugar de hilos de lino, clin de
caballo ; hoy en día se siguen realizando “fistulotomías indirectas” en fístulas altas,
lógicamente con otros materiales quirúrgicos.
Pero existe además un hecho relacionado con el tratamiento quirúrgico de las fístulas
anales que definitivamente revolucionó la historia de la medicina y su éxito alejó
definitivamente de la práctica médica a los curanderos, charlatanes y barberos , para que
sea realizada solo por personal especializado, me refiero a la operación realizada a Luis
XIV, el Rey Sol, un 18 de Noviembre de 1686 por Felix de Tassy y Bessieres, quienes
emplearon el método de Acquapendente con un bisturí llamado “Siringotomo” que siendo
de borde cóncavo se continuaba con un estilete que hacía las veces de guía, es el ahora
llamado “Bisturí Real” . La curación de su majestad supuso el pago de los honorarios
médicos más altos que se hayan cobrado en la historia de la medicina, el cirujano recibió
en aquella época : mil millones de francos viejos, un título nobiliario y un Castillo en la
región de Molineaux, además, cada año el 18 de Noviembre recib ía una bonificación
económica por haber curado a su Majestad de una dolencia de catorce años de evolución
en la que se había probado sin éxito todas las alternativas terapéuticas posibles.
En el sexo femenino los segmentos altos del recto en su pared posterior se relacionan
con la cara anterior de la matriz en el fondo de saco de Douglas, espacio donde suelen
coleccionarse procesos infecto productivos relacionados con entidades como: apendicitis o
perforaciones intestinales de diferente etiología. Los segmentos inferiores tienen una
relación directa con la vagina de la que unicamente la separa el tabique recto vaginal que
es una estructura de consistencia fibrosa aunque muy fina, zona importante en la
reparación de la fístula recto vaginal, en cuyo tratamiento se deberá diferenciar la
localización de la comunicación siendo de mejor pron óstico cuanto más superficial y baja
se encuentre.
Tanto en el hombre como en la mujer la región posterior del recto esta vecina al sacro y
cóxis en su cara cóncava interna, en este espacio recorren los vasos venosos y arteriales
sacros y el nervio simpático pélvico. En la pared lateral se localiza la rama anterior del
nervio sacro, los vasos hipog ástricos y el ureter en su segmento superior. En la mujer es
de importancia a este nivel la presencia de ovarios y anexos.
Las fracciones inferiores el recto a nivel de la aponeurosis sacro recto genital siguen
relacionadas con vasos y nervios que son ramificaciones del tronco hipogástrico y con los
ureteres, terminando luego con su envoltura que la constituyen el sistema músculo
esquelético compuesto por: la aponeurosis pélvica, los elevadores del ano y el complejo
esfinteriano externo.
b) La otra capa muscular constituye las fibras longitudinales del recto que se diferencian
del resto del colon por estar configuradas en una superficie unida y no repartidas en forma
de bandas. En el sexo masculino, y en la unión pélvico-perineal son la base del músculo
recto ureteral, en la porción posterior la formación de los elevadores del ano y caudalmente
el complejo esfinteriano externo con sus porciones profunda, superficial y subcutánea de
dentro afuera. En el sexo femenino, en la zona pélvico perineal del recto sus fibras son el
inicio del músculo recto vaginal en la pared vaginal posterior, luego y en igual forma es el
inicio de los elevadores del ano, importantes en la continencia anal y en la diferenciación
de abscesos y fístulas altas, luego y de arriba hacia abajo configuran el esfínter anal
externo que es un músculo estriado, voluntario y responsable de la continencia anal junto
con el pubo rectalis y los elevadores del ano.
Por ser un espacio en el que tenemos inervación sensitiva son procesos con gran
sintomatología dolorosa lo que obliga al paciente a una consulta rápida, en este caso
normalmente no tenemos pacientes que se presentan con grandes colecciones de días de
evolución como es el caso de los izquio rectales. Este espacio en forma casi constante es
atravesado por la musculatura del has subcutáneo del esf ínter externo, sin embargo no lo
consideramos como un absceso inter esfintérico pues es dependiente de esta zona
superficial de la región anal en la cercanía a la union muco cutánea. (Figura N° 3)
Figura N°3 Absceso y Fístula Peri Anal
Su proyección caudal termina en la unión muco cutánea o región peri anal, sin
embargo su proyección craneal a través del espacio sub mucoso representa mucha
dificultad para el diagnóstico oportuno, en estos como en otros casos es de importancia el
tacto rectal y con este procedimiento diagnóstico también se han conseguido
ocasionalmente drenajes, constituy éndose en este caso un procedimiento también
terapéutico.
Los abscesos sub mucosos son de difícil solución mediante drenaje más fistulotomía
directa, la dificultad para realizar este procedimiento o una posterior fistulectomía hacen
que se transformen en padecimientos que pueden recidivar si no son bien drenados.
Ubicado entre los esfínteres anales interno y externo, es un espacio donde los
abscesos cripto glandulares en alg ún momento de su evolución presentan pequeñas
colecciones de tayectos simples, en pocas ocaciones es probable que se localizen en
porciones altas que pueden confundir el diagnóstico con un sub mucoso llegando incluso a
abrirse hacia el recto y si no hay maniobras intempestivas no es probable que estos
abscesos puedan progresar hasta la zona pélvica. Sin embargo cuando se diagnostican
abscesos grandes generalmente han transpuesto estas estructuras es decir que se ha
afectado el espacio inter y trans esfintérico, pueden también proyectarse caudalmente
hacia la zona peri anal y en forma craneal hacia las paredes laterales del recto, por esto
decimos que abscesos y fístulas grandes y complicados dentro de su evolución han
cursado con la etapa de localización interesfinteriana que es donde hubo la colección que
luego se diseminó.
Los abscesos inter esfintéricos son de fácil diagnóstico y tratamiento sean estos altos o
bajos (Figura N°4), solo cuando existen extensiones altas y ciegas causan dificultad
terapéutica si no son evaluados y tratados dentro del quirófano donde podemos cateterizar
trayectos en tejidos relajados y con un paciente quieto, los trayectos secundarios y las
iatrogenias se producen en gran medida cuando estas recomendaciones no se cumplen.
Tambi én llamado izquiorrectal, esta constituido por tejido adiposo que facilita que los
procesos supurativos se extiendan y formen colecciones que crecen por el gran espacio
anatómico que representa en comparación con el resto de espacios que venimos
estudiando. Su límite superior está dado por los elevadores del ano, por esta razón y a
pesar que se originan en criptas y que traspasan la musculatura se los considera como
abscesos trans esfinterianos bajos, dejando la denominación de abscesos trans
esfinterianos altos a aquellos que por cualquier causa, generalmente iatrog énica han
superado cranealmente la barrera de los elevadores y las colecciones se ubican dentro de
la cavidad pélvica con mal pronóstico y algunas dificultades terapéuticas. Por su interior
recorre el nervio y los vasos rectales inferiores y una parte de los vasos labiales de la
mujer y escrotales del hombre, este hecho puede ser causa de sépsis o complicaciones
como la gangrena de Fournier que tambi én es consecuencia de abscesos trans
esfinterianos complicados en pacientes diabéticos o inmuno deprimidos. Estos espacios
infectados se pueden comunicar entre sí y forman los llamamos abscesos trans
esfinterianos en herradura que tienen su inicio u orificio primario en la línea de criptas y
varios orificios secundarios a los dos lados del ano en la región posterior donde según la
“Ley de Goodsall”, los trayectos suelen ser curvos.
Los abscesos trans esfinterianos pueden ser tratados mediante drenaje mas
fistulotomía directa, solo en caso que se diferencien correctamente los orificios primario y
secundario y si estamos seguros que no existen colecciones supra diafragmáticas; en
casos de dudas es mejor realizar drenajes amplios dejando la fistulectomía para un
segundo tiempo cuando encontremos tejidos menos inflamados y campos más
diferenciables. (Figura N° 5)
Figura N° 5 Absceso Trans Esfinteriano
También llamado pelvirrectal, tiene como techo el peritoneo y hacia abajo el borde
superior de los elevadores del ano desde el pubo rectalis hasta la inserción ósea, hacia los
lados las paredes pélvicas y hacia adentro el recto en sus dos lados. De presentarse
abscesos a este nivel y ser de origen cripto glandular, muy probablemente se deben a
maniobras de drenaje mal realizadas de abscesos trans esfinterianos altos.
Es otro de los espacios que por su extensión puede causar colecciones muy grandes,
se ubica entre los dos tercios superiores del recto, el sacro y coxis por detrás, por esto que
hay autores que abscesos de esta localización no los consideren como de origen
criptogladular. Son procesos conocidos como trans esfinterianos posteriores puesto que
se ha comprobado la presencia del orificio primario en la cripta anal posterior.
Este segmento puede verse ocupado por procesos infecciosos cuando el espacio post
anal profundo de Courtney esta afectado y forma una comunicación en lo que llamamos
abscesos en herradura, no decimos con esto que siempre que existan abscesos y fístulas
en herradura este también afectado el espacio retro rectal, ni tampoco que siempre que
este se infecte lo tenga que hacer el espacio izquio rectal a través del espacio de Courtney
puesto que son anatómicamente dos espacios diferentes. Su tratamiento y drenaje deben
ser emergentes procurando que las heridas se mantengan abiertas la mayor cantidad de
tiempo para evitar cierres en falso. (Figura N° 7)
La inervación somática motora esta dada por ramas que se inician en las uniones de
S2-S3-S4, en lo que se conoce como el plexo pudendo, que, originado en el pudendo
interno da la rama anal que inerva el esfínter anal externo, el pubo rectalis y el elevador del
ano. En union de la rama perineal del mismo pudendo interno junto al nervio esfinteriano
anterior (de Quenu y Hartmann) y al esfinteriano posterior (de Morestin) son también los
responsables de la inervación del pubo rectalis y elevador básicos en la continencia anal.
Las glándulas anales vierten su contenido mucoso en las criptas de Morgagni que son
formaciones anatómicas que se presentan hasta en número de dos por cada conducto que
además le sirve de soporte. La corona interna que representa la presencia de estas
válvulas junto con las criptas anales es lo que llamamos: línea pectinada, línea de criptas,
zona cloacogénica ó línea anorrectal, no es otra cosa que una zona anatómica que en colo
proctolog ía tiene varias consideraciones a ser tomadas en consideración tanto en el
absceso como en la fístula anal de origen criptoglandular. La línea de criptas es la
estructura donde encontramos la papila anal que se taponó y comenzó a ser la causa del
acúmulo de moco que más tarde y en forma impredecible ocupara los espacios rectales y
para rectales en el inicio de la patología. Por esto que la intervención quirúrgica de la
fístula anal basa su éxito en la correcta identificación del orificio primario que no es otra
cosa que la papila anal hipertrófica localizada en la línea de criptas.
Aquella frase de: “fístula antes de los veinte años, muerte después de diez años” es
actualmente inaceptable, pero se la oía de labios de cirujanos de la antig üedad, el
conocimiento etiológico de muchas patologías ha hecho que los tratamientos hayan
mejorado y el pronóstico de supervivencia completamente superado en esta y en muchas
de las patologías que trata la especialidad.
Grandes pasos se han dado desde aquella idea que la fístula anal era una entidad que
acompañaba casi obligadamente a una tuberculosis pulmonar, Macaux A., en 1947 en su
tesis doctoral “Patología y tratamiento de las fístulas Anales”, y Mielle F., que en 1948
presenta su tesis doctoral sobre “La Tuberculosis, Las Fístulas y los Abscesos de los
márgenes del Ano” (8-14) , no son sino la demostración que por aquellos a ños y en Europa
se veía con gran frecuencia esta asociación de entidades nosológicas, considerando que
en aquellos tiempos la enfermedad tífica era muy frecuente y como ahora sabemos,
existen enfermos en estados nutricionales carenciales que por diferentes causas presentan
abscesos y fístulas ano rectales como complicaciones adicionales. Sin embargo en
nuestro medio las seguimos observando y existen trabajos del Dr. Bolivar Moreno y Olimpo
Acosta que demuestran que en el Hospital Luis Vernaza de Guayaquil, se siguen
observando abscesos y fístulas de origen tuberculoso con relativa frecuencia. En el
Hospital Naval de Guayaquil las hemos comprobado en pocos pacientes, pero es una
complicación que agrava el pronóstico por el tratamiento sistémico anti tífico que se debe
iniciar en forma inmediata, sin embargo y en referencia a la asociación entre absceso y
fístula anorrectal con enfermedad tuberculosa incluso con cultivos que demuestren bacilo
de Koch en material purulento recogido de una fístula ano rectal, no confirman el
diagnóstico puesto que estos bacilos pueden ser de origen digestivo es decir que han sido
deglutidos por el paciente, no se puede negar sin embargo que aproximadamente un 5%
de pacientes que presentaban tuberculosis pulmonar activa tienen lesiones fistulosas peri
anales.
Las teorías en boga de infección glandular y papilar como causa de inicio de la patología
del absceso anorrectal ya fueron mencionada por Lockhart-Mummery (1929) en Inglaterra,
tomando luego fuerza en base a los hallazgos que se realizaban en Norteamérica autores
como Buie (1937) y Bacon (1949) tambi én demostraron el origen antes mencionado. Pero
no fue sino hasta los trabajos de Eisenhammer (1956) y Parks en (1961) que con un
respaldo histol ógico valioso señalaron que la primo inflamación y posterior infección de la
cripta anorrectal por cualquier causa, es la principal génesis del comienzo del absceso y
posterior fístula anorrectal no específica. (1-2-3-18-19)
ETIOPATOGENIA
Como hemos dicho, las glándulas de Hermann y Desfosses son las productoras de
esta secreción serosa que junto con el moco que se produce en el colon lubrican el
conducto anal y lo protegen de daños que ocurren a consecuencia de eliminación de heces
secas que pasan a través de mucosas frágiles, el múltiple y continuo micro trauma que
significa el esfuerzo y la eliminación de heces en el proceso defecatorio, conlleva a que en
cierto momento se puedan presentar fisuras anales que infectan las criptas y causan
micro abscesos, esto tiene su explicación fisiológica en el hecho que es la región anal
posterior la que en forma más frecuente presenta el orificio primario y ser la papila anal que
se encuentra a este nivel (con el paciente en posición genu pectoral) la que inicia el
proceso abscesal. Las fisuras anales en este caso serán entidades que pueden seguir
varias etapas a saber: fisura aguda, abscesada, fistulizada y cronificada.
Las pequeñas fisuras que forman abscesos y fístulas sub mucosas generalmante son
tratadas con el simple drenaje, asi la fístula que de formarse sería pequeña estaría
resecada al momento de incidir. A la clásica triada de Bodie: hipertrofia papilar, fisura anal
y hemorroide centinela, hay que añadirle otras caracter ísticas anatómicas evidentes y que
son: hiperton ía y espasmo esfinteriano, inflamación del lecho y fibrosis de los bordes de la
fisura, que son características anatómicas que estan presentes en estos procesos
fisurosos y que por las características de la regi ón no son raros que se infecten y puedan
progresar a otros espacios, ventajosamente el compromiso de la mucosa y piel peri anal
hacen que estas lesiones siendo muy dolorosas no sean graves. (6-7-8-9-10)
Hay fístulas que se desarrollan como complicación de suturas por episiotomías mal
realizadas, son las de localización anterior no profundas y que rara vez avanzan hasta los
espacios izquio rectales. Sin embargo, en maniobras inadecuadas y en compromisos
esfinterianos con cuadros sépticos, pueden avanzar hacia los espacios pelvi rectales. Los
granulomas que en estos casos se presentan como orificios secundarios son tan difíciles
de tratar como las fístulas recto vaginales de localización baja y también son eventos
secundarios a procesos gineco obstétricos realizados con maniobras desacertadas. Todas
estas eventualidades se presentan generalmente en pacientes con deterioro en su estado
nutricional que obliga a que el procedimiento deba realizarse en uno o dos tiempos
dependiendo de la profundidad del proceso y de su relación con los elevadores del ano y el
pubo rectalis.
En el borde inferior del esfínter anal interno y superior del anal externo, en su porción
mucosa encontramos la línea de criptas en cuya estructura se ubica el complejo glandular
de Hermann y Desfosses que es la zona submucosa donde se juntan los vasos
hemorroidales del sistema superior que antes de ir hacia la mesent érica superior y sistema
porta, forma verdaderos sinuosidades con las hemorroidales inferiores antes que estas se
dirijan hacia las pudendas internas, iliacas internas y cava. Estas sinuosidades en muchas
ocasiones forman verdaderas trombosis y hematomas que de no resolverse causan
inflamación e infección cripto glandular con el consiguiente absceso posterior si las
condiciones se dan para que esto suceda son componentes que sin embargo se presentan
en espacios superficiales submucosos bajos o peri anales de fácil acceso. Recordemos
que los principales paquetes hemorroidales se encuentran en los grupos anterior derecho,
posterior derecho y lateral izquierdo y son las glándulas y criptas anales de estas
localizaciones las que se ven con más frecuencia afectadas en los procesos abscesales,
esto nos demuestra que los grupos hemorroidales tienen importancia como factor
inflamatorio local en la etiolog ía de esta lesión, sin que esto signifique que siempre que
existan cuadros hemorroidales se produzcan abscesos. (20-21-22-23)
Los abscesos ano recto perineales como hemos venido señalando son colecciones que
dependen del taponamiento de las glándulas anales productoras de moco, por esta razón
la administración de antibióticos no es justificada, no se deben usar para madurar
abscesos ni tampoco una vez que estos han sido drenados salvo en condiciones
especiales de inmuno supresión del huésped, diabetes, valvulopatías, signos de celulitis o
confirmación por cultivos y antibiogramas de la presencia de gérmenes patógenos.
ESTRUCTURA DE LA FISTULA
En forma lógica es de suponer que las fístulas son formaciones que se producen luego
de presentar un abscesos y estos tienen sus límites de acuerdo a la extensión, sin
embargo cuando se han drenado y comienzan a granular las heridas son formaciones que
se reducen y la capa que cubre el absceso es luego el trayecto de la fístula, por esto tienen
características de ser fibrosas e identificables mediante procedimientos diagnósticos
sencillos. Las comunicaciones entre orificio primario y secundario es un túnel que
comenzando en la cripta anal luego se abre mediante uno o varios orificios secundarios en
la piel del peri ano o la región glútea. Debemos tener presente que hay pacientes que
presentan un orificio primario interno visible y canalizable pero en algunos casos es dificil
encontrarlo y se debe seguir para su identificación la ley de Goodsall que sugiere que en
un paciente en posición genu pectoral, los trayectos posteriores generalmente son curvos y
los anteriores rectos, independiente que existan uno o varios orificios secundarios en la
piel peri anal. La forma más común para que se presente esta variedad de fístulas es
cuando estas son específicas secundarias a la Enfermedad de Crohn o a la Enfermedad
de Verneuil.
Los abscesos peri anales son los más frecuentes y su localización es baja, son
fácilmente diagnosticados, de fácil tratamiento y los que menos recidivas presentan.
Los abscesos sub mucosos son menos frecuentes que los anteriores suelen ser bajos
fácilmente diferenciables o altos en cuyo caso el diagnóstico se puede complicar cuando
no llegamos a él con el tacto rectal, sin embargo en la actualidad con el eco, la tomografía
o la resonancia pr ácticamente se diagnostican todos.
Los abscesos trans esfinterianos, también llamados izquio rectales son colecciones a
consecuencia de acúmulos internos que se han profundizado, son de localización baja en
relación a los elevadores del ano, la localización alta de estos abscesos es conocida por
muchos autores como los abscesos pelvi rectales o pelvianos que si se los diagnostican en
la etapa aguda el drenaje primario puede realizarse en un primer tiempo y previo a una
posterior fistulectomía o si se realiza el drenaje más la fistulotomía directa esta deberá
hacerse progresiva utilizando sedas.
Los abscesos retro rectales no son frecuentes, se los conoce también como abscesos
trans esfinterianos posteriores, nosotros los consideramos como abscesos independientes
y se presentan muchas veces complicados con abscesos en herradura, es decir los que
se encuentren comprometiendo espacios trans esfinterianos derecho e izquierdo que
también suelen avanzar hacia los espacios retro rectales. ( Figura N ° 8)
Hemos encontrado abscesos retro rectales sin compromisos de las regiones laterales
que se comportan clínicamente diferente y que presentan grandes acúmulos de material
muco purulento con infecciones por gérmenes gram negativos. Por su ubicación
topográfica pueden alcanzar sitios sobre los elevadores pero es poco probable que a
través de ellos llegue una colección a la cavidad pélvica y cause peritonitis, evidentemente
son más frecuentes las localizaciones bajas cuando el proceso tiene corta evolución. Se
han encontrado abscesos que comenzando en el espacio retro rectal luego se diseminan a
espacios trans esfinterianos volviéndose abscesos en herradura que deben ser
ampliamente drenados. Los compromisos a otros espacios y la posibilidad de una celulitis
siempre esta presente por lo que los drenajes deben ser amplios para luego cubrir con
antibioticos toda la gama de g érmenes aerobios, anaerobios gram positivos y negativos.
Los supra elevatorios, supra diafragmáticos o pelvi rectales, tienen su techo peritoneal
y su base en los bordes superiores del puborrectalis y los elevadores del ano. Pueden ser
de origen criptoglandular, pero generalmente se forman a consecuencia de maniobras
inadecuadas que han hecho de un absceso trans esfinteriano un pelvirrectal. Hay que
mencionar que localizaciones abscesales a este nivel pueden ser consecuencia o
primarios a procesos inflamatorios, infecciosos o neoplásicos de órganos pélvicos por
infecciones específicas, Enfermedad de Crohn, enfermedad inflamatoria pélvica, procto
colitis ulcerativa idiopática, diverticulitis complicada, salpingitis, procesos neoplásicos,
osteomielitis, f ístulas secundarias a post radiaciones, tuberculosis intestinal, traumatismos
o iatrogenias.
Existen fístulas extra esfinterianas que teniendo un largo recorrido desde un orificio
externo hacia el recto pasan por las fosas izquiorrectales, elevadores del ano o región del
pubo rectalis sin comprometer la integridad del complejo esfinteriano, estas no son de
origen criptoglandular y se presentan generalmente a consecuencia de traumatismos en la
región que causaron hematomas que evolucionaron hacia un absceso y posterior fístula, o
pueden ser secundarias a procesos como la enfermedad de Crohn, cánceres de recto
inferior o partes blandas, post radiaciones, secundarias a osteomielitis de la regi ón o
incluso secundarias a procesos infecciosos de la pelvis. Su incidencia es baja pero su
resolución terap éutica plantea problemas relacionados con: edad del paciente, sexo,
entidad nosológica, etiología, estado general y trayecto fistuloso. Para estos casos una
fistulografía es muy útil como método diagnóstico y pronóstico, todo unido a la habilidad y
experiencia del cirujano en el manejo de esta patología.
Cada vez más se discute a que tipo de f ístulas se les debe considerar “complejas”,
básicamente creemos que son aquellas recidivantes o que por mal tratadas en cuanto a
resolución y evolución los procesos de cicatrización no se cumplieron adecuadamente y se
permitieron cicatrizaciones en falso, las pelvirrectales, las extraesfinterianas con
compromiso de los elevadores y el pubo rectalis, las que tienen trayectos profundos y
paralelos al recto, las que cursan con miotonías de diferente etiología y que pueden ser
causa de incontinencias pasajeras o permanenetes, las de localización anterior y alejadas
del orificio anal. Es menester anotar que en manos no experimentadas el absceso y la
fístula aparentemente más sencilla se puede convertir en complicada en especial cuando
se realizan maniobras bruscas e intempestivas.
DIAGNOSTICO
El eco trans rectal, el eco de la pelvis y la región peri anal son parte de las
exploraciones que pueden utilizarse, sin embargo por el malestar que causan al paciente
que tiene una gran colección y mucho dolor, no se las debe realizar en forma rutinaria.
Existe en el diagnóstico de la fístula ano recto perineal una disposición anatómica que
se cumple en más del ochenta por ciento de los casos , la conocemos como “La Ley de
Goodsall” en ella se especifica que trayectos fistulosos posteriores tienen generalmente
recorridos curvos y trayectos fistulosos anteriores tienden a ser rectos, esto nos sugiere
además que cuando existen aperturas a los dos lados del margen anal en la región
posterior, el orificio primario puede ser único y ubicado en la línea media posterior. Las
aperturas externas sugieren abscesos inter esfintéricos, las localizaciones mas laterales
trayectos trans esfinterianos y as í cuanto mas alejado se encuentre del ano el orificio
secundario es de peor pron óstico y de difícil resolución por extenderse hacia espacios
superiores.
TRATAMIENTO
Todo absceso diagnosticado debe ser drenado lo antes posible, no se debe ni esperar
que madure ni enfriar el cuadro con el uso de antibióticos, el tratamiento en solamente
quirúrgico. La solución definitiva de la formación fistulosa antigua es tambien quirúrgica y
varias son las alternativas que vamos a mencionar de acuerdo a la etiología, edad , sexo y
enfermedades concomitantes.
Los abscesos infra diafragmáticos es decir los peri anales, sub mucosos, inter
esfintéricos, trans esfinterianos bajos, y retro rectales , pueden tratarse en dos tiempos
mediante drenaje primario para luego en un posterior abordaje quirúrgico realizar la
fustulotomía o una fistulectomía con tejidos menos inflamados, lesiones más circunscritas y
pacientes en mejor estado general. El tiempo entre uno y otro procedimiento varía de
acuerdo al paciente, la evolución de la enfermedad y la experiencia del cirujano, pudiendo
posteriormente realizarse fistulotomías en lesiones generalmente distantes al ano y que
compliquen las masa musculares profundas o fistulectomías en caso de lesiones
superficiales o cuando los tejidos se encuentren fácilmente diferenciables y no
comprometan los elevadores y el pubo rectalis. Sin embargo, abscesos peri anales o inter
esfintéricos en los que se realiza el drenaje, junto a este, prácticamente se ha hecho una
fistulotomía directa por lo que no será necesaria una nueva intervención quirúrgica.
En todos los casos que sean tratados primariamente mediante drenajes, estos deben
ser amplios, oportunos y realizados en la sala de operaciones para poder manipular
correctamente al enfermo, realizar curaciones apropiadas, procedimientos adecuados y
sobre todo no cometer errores que lleven a abscesos no complicados bajos a constituirse
en altos generalmente complicados. El instrumental quirúrgico que se usa para el
tratamiento quirúrgico del absceso y la fístula ano rectal, es precisamente eso, material
quirúrgico que debe usarse con las debidas precauciones y en ningún caso es material de
diagnóstico en el consultorio, por tanto debe ser usado solamente en el quirófano y con el
paciente debidamente anestesiado.
Cuando tenemos un paciente con una fístula antigua que ha sido drenada previamente
por algún facultativo o que espontáneamente ha drenado a través de un orificio secundario,
es evidentemente que existe una alteración crónica con tejidos del anterior absceso que
han fibrosado, se tratará de trayectos que comunican el conducto anal con el exterior y por
tanto potencialmente pueden ser causa para que se produzcan nuevos acúmulos de
moco.
El uso de sedales es una indicación válida cuando las fístulas se ubican en segmentos
altos del esf ínter anal externo, en la vecindad del pubo rectalis con la porción profunda del
esfinter externo, por esto, ante cualquier duda para realizar el corte muscular siempre ser á
mejor pasar hilos en abscesos altos. El uso de alambre en lugar de sedas con el mismo fin
no es conveniente, el corte que se hace con el alambre es muy rápido y la capacidad y
tiempo para que se restituyan y suelden las fibras musculares profundas es muy corto.
Mientras m ás tarden en cerrar estas heridas mucho mejor para el paciente que tendr á
una zona que drene por más tiempo y la miotomía se pueda cumplir en tejidos menos
inflamados, existiendo además menos probabilidades de recidivas. Hay que recordar que
el paciente acepta mejor una nueva intervención que una incontinencia anal grave.
TECNICAS QUIRURGICAS
La esfinterotom ía, realizada en el tercio externo del esfínter anal interno junto con la
destrucción de la cripta anal vecina que provocó el proceso, es un recurso que se utiliza
cuando se encuentran fisuras anales puesto que ayuda a prevenir las recidivas al no
existir uno de los factores desencadenantes. Pero como bien dice Soullard en su libro
“Proctología” : “destruir la fístula y conservar el esfínter es resumido lo que significa la
cirugía de esta patología y lo difícil de lograrlo”
Las fístulas trans esfintéricas o izquio rectales merecen una consideración especial
puesto que iatrogenias graves derivadas de su mal manejo, pueden causar complicaciones
pélvicas de difícil tratamiento. El drenaje de los abscesos trans esfintéricos no deben
realizarse en los trayectos altos en relación al recto, es mejor utilizar espacios bajos y
cercanos al orificio anal. Si se hace una esfinterotomía directa es mejor utilizar un bisturí
eléctrico transistorizado, el bisturí armónico o un bisturí laser sin dejar drenes de gomas
entre las heridas por mas de setenta y dos horas.
Recordemos que cualquiera de los procedimientos que se hacen en dos tiempos deben
ir necesariamente acompañados de la escisión del trayecto inter esfinteriano hacia la
cripta, es decir corregir definitivamente el orificio primario interno como paso indispensable
para la curación del proceso y para diferenciar correctamente el trayecto se puede utilizar
azul de metileno (Figura N° 14). Existen autores que consideran que electrofulgurar una
cripta es contraproducente por cuanto se esta impidiendo el normal drenaje del moco y
aumentando el riezgo de formaciones posteriores de colecciones, es verdad, sin embargo
no se lo realiza en todas las criptas anales sino unicamente en la afectada que es el inicio
de la patología absceso-fistulosa.
Las fístulas que se conocen como extra esfinterianas con compromiso pelvi rectal y sin
que la infección primaria sea consecuencia de un proceso criptoglandular, se deben
diferenciar de todas aquellas que hemos venido mencionando puesto que son formaciones
que llegan al espacio pelvi rectal a través del espacio izquiorectal, son generalmente
secundarias a neoplasias de la región, enfermedad de Crohn de esta localización,
enfermedad de Verneuil, actinomicosis complicadas, entre las mas importantes.
Figura N ° 14 Pasos de una Fistulectomía en un segundo tiempo, luego de un drenaje
realizado anteriormente
En nuestro medio son más frecuentes todos los tipos de abscesos y fístulas en el sexo
masculino, excepción hecha de los supra elevatorios que siendo más graves afectan con
mayor frecuencia al sexo femenino. Esto guarda relación directa con dos aspectos: la
musculatura menos voluminosa y las iatrogenias por acciones generalmente obstétricas en
el sexo femenino.
Al igual que en los abscesos, en nuestro medio son más frecuentes las fístulas en el
sexo masculino, incidencia que se mantiene en todos los tipos de fístulas a excepción de
las supra elevatorias que por las mismas consideraciones hechas con respecto al absceso,
son más frecuentes en el sexo femenino.
COMPLICACIONES MENORES
El dolor importante dentro de las primeras horas que siguen a la cirugía, se observa
en algunos casos y es definitivamente una manifestación subjetiva mejor tolerada en
ciertos pacientes, en todo caso se supera con la administración analg ésica parenteral de
fármacos del tipo de la Dipirona, Diclonac Sódico, Ketorolaco o Tramadol.
La cicatrización defectuosa observada en menos del dos por ciento de los operados,
generalmente tiene que ver con personas diabéticas, inmunodeprimidas o hipo
proteinémicas, sin embargo no es infrecuente que luego de esfinterotomías o
esfinterectomías cuando las heridas no han sido lo suficientemente cuidadas, se
produzcan cierres defectuosos que forzan a realizar nuevas incisiones para evitar que no
se pierda la arquitectura normal del ano.
La incontinencia pasajera a líquidos a causa de secciones más altas del esfínter anal
interno o de la porción sub cutánea y superficial del esf ínter anal externo, normalmente no
requieren de una nueva intervención para realizar plastias, solo la gimnasia esfinteriana y
el restablecimiento de la fuerza muscular es suficiente para superar la molestia, en casos
mas graves se deben realizar plastias esfinterianas con material reabsorbible.
COMPLICACIONES MAYORES
Partiendo de la premisa que los pacientes soportan mejor una recidiva que una
incontinencia, las recidivas entonces no deberíamos mencionarlas dentro de las
complicaciones mayores, sin embargo son alteraciones que obligan a realizar una nueva
intervención quirúrgica en una zona ya alterada, esto definitivamente causa malestar y
graves transtornos funcionales y psicológicos a los pacientes. Los reportes mundiales
aceptan recidivas que van desde el dos al doce por ciento del total de casos tratados,
incluso existen series donde es mayor, son alteraciones que cada vez más se relacionan al
manejo inadecuado del paciente en su primera consulta médica donde no es evaluado por
personal entrenado en la especialidad, al hecho que se efectúan drenajes en consultas
externas con exploraciones inadecuadas con instrumental que solo debe ser usado en
quirófanos con un paciente debidamente anestesiado o bloquedo según el caso, otro factor
es el hecho que personas sin la debida experiencia realizan intervenciones en un área a la
que no estan acostumbrados a intervenir y en zonas donde es indispensable conocer
perfectamente la anatomía y fisiología de los músculos que se van a incidir. (9-12-17)
Los resultados obtenidos en este sentido nos permiten ratificar que cuando se realiza
el drenaje más la fistulotomía directa del absceso la curación es mejor, se realiza una sola
intervención quirúrgica y las recidivas son menores en comparación al tratamiento que se
hace de la fístula que con una evolución más larga tendrá posiblemente un recorrido
diferente, que bien pudo haber sido drenada en su primer estadío de una manera
inadecuada o no fue bien valorada y se trató de una fístula de otras características.
Se debe mencionar que si este proceso no llega a afectar los genitales externos se
debe llamar simplemente celulitis del perin é, en todo caso los principios terapéuticos son
los mismos: estabilización del paciente, intervención quirúrgica rápida y agresiva con
correcta cobertura antibiótica para g érmenes gram positivos, gram negativos, aerobios y
anaerobios. Somos partidarios de la combinación de una cefalosporina de cuarta
generación (cefepime), un aminoglucósido (amikacina o gentamicina) y el metronidazol o la
clindamicina. (16) (Figura N°17 )
PRONOSTICO
De acuerdo a los resultados obtenidos vemos que las supuraciones anales delimitadas
por los espacios anatómicos, tendrán mejor pronóstico y menos posibilidades de recidivas
las que se presenten en espacios cercanos al ano y resueltos en una sola intervención
quirúrgica, drenaje mas fistulotomía directa.
Los abscesos y las fístulas son poco frecuentes en los niños, sin embargo en ellos se
deben mantener los mismos criterios terapéuticos de drenaje más fistulotomía directa en
localizaciones bajas y drenaje con aplicación de sedales en localizaciones supra
esfinterianas .
Las fistulectom ías amplias con esfinterotomías del interno se realizan en fístulas bajas
con lo que el pronóstico mejora por cuanto prácticamente ha sido retirado todo el tejido
fistuloso y tratado el orificio primario interno.
El uso de antibióticos en forma rutinaria no esta justificado, una vez drenados los
abscesos basta con realizar curaciones diarias hasta conseguir el cierre de las heridas.
Solo se utiliza antibióticos en caso de cultivos positivos, pacientes inmuno deprimidos,
diabéticos, con enfermedades cardíacas y valvulares o cuando es evidente el compromiso
de tejidos aledaños y la presencia de celulitis puede comprometer los genitales externos.
De usarse debemos cubrir la gama de gram positivos, negativos, aerobios y anaerobios.
Indudablemente esta demostrado que tienen mejor pronóstico los pacientes adultos
jóvenes sin enfermedades concomitantes, ni inmunodeficiencias o enfermedades
carenciales del tipo de las hipo proteinemias y que han sido diagnosticados y tratados
oportunamente por personal especializado. También mejora el pronóstico el tratar
abscesos y fístulas ano recto perineales de origen cripto glandular bajas y cercanas al ano,
mientras mayor distancia al ano y cuando han traspuesto la musculatura esfinteriana
empeora el pronóstico y el tratamiento se complica porque obliga a realizar grandes
resecciones que llevan a cicatrizaciones realizadas en períodos de tiempo más
prolongados.
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