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EL TEATRO GRIEGO: LA TRAGEDIA

El teatro griego nace como ritual para fiestas religiosas como las Grandes Dionisias,
en honor al dios Dionisio. En ellas, tres autores competían con tres tragedias y un
drama satírico cada uno; y un jurado, elegido a suerte en el pueblo, premiaba al
dramaturgo, al corego y a los protagonistas. La mayoría de las obras se basaban en el
ciclo tebano, es decir, en unos poemas que narraban los acontecimientos ocurridos en
la leyenda que tiene como eje central al personaje de Edipo y a la posterior guerra
entre tebanos y argivos.

La representación la ponían en escena dos grupos de personajes: el coro, compuesto


por doce “coreutas” que cantaban en la parte de la orquestra, el “director” de este coro,
“corifeo”, el que hacía de portavoz y entraba en diálogo con los actores y por último los
actores. Al principio era un varón; pronto, pasaron a ser dos. Podían hacer tanto el
papel de hombres como el de mujeres, puesto que a estas no les era permitido actuar.
Para diferenciarse, dar expresividad y ampliar su voz, llevaban máscaras de tela,
corcho o madera (claras para personajes femeninos y más oscuras para los
masculinos). Además, utilizaban largas ropas y conturnos (calzado con tacón y cuña
unidos) para realzar la figura ante el amplio público.

En el género teatral de la tragedia, los principales temas representados se apoyaban


en la mitología o en la épica y se centraban principalmente en el hado, las culpas, los
castigos divinos,…

Al ser tragedias, la acción era dramática con sufrimientos por un conflicto y la muerte
del héroe, o de algún familiar o amigo. Así que los personajes que aparecían eran
héroes (que representaban los valores humanos y se enfrentaban a los mayores
conflictos), o dioses.

La actuación del héroe, provocaba una catarsis en el espectador que sufría con él. Las
obras se representaban en teatros donde se desarrollaba la obra desde el prólogo, y a
través de episodios acababa en el éxodo.

Los principales autores griegos fueron Esquilo, Sófocles y Eurípides.

ESQUILO

Puesto que sus obras son las más antiguas, se le considera “el creador de la tragedia”.
Además aportó cambios como la introducción de un segundo actor (hipócrita), recurrió
a antiguos mitos (Medusa), creó la trilogía dramática (para los concursos); y empleó un
lenguaje solemne y un estilo majestuoso.
SÓFOCLES

Refleja su pensamiento en sus obras. Cree en la existencia de dos mundos: el de los


dioses que se tienen que respetar ante todo (ley divina) y que predestinan los
hombres; y el propio de lo humanos, quienes se caracterizan por el sufrimiento y la
posibilidad de error. Por lo tanto, si estos dos mundos se enfrentan, siempre ganará el
primero puesto que el segundo se verá obligado a someterse a la ley divina. El
estilo no es tan elevado, y el destino que arrastran los personajes no tiene una
explicación logia, y planea contantemente sobre la acción.

Introduce un tercer actor, incrementando su papel y restándoselo al coro, que además,


no adelanta la historia, sino que se limita a resumir lo ya ocurrido.

Sus tragedias principales fueron Electra, Filoctetes, Antígona y Edipo Rey. Estas dos
últimas se consideran paradigmas puesto que la única solución a los conflictos
presentados es la muerte del propio protagonista.

EURÍPIDES

Se enfrenta con los principios ideológicos tradicionales de Esquilo y Sófocles puesto


que tiene preferencia por los aspectos humanos no usuales en este tipo de obras. Así
que se acerca a la vida cotidiana para acercarse a personajes insignificantes en la
época como mujeres y esclavos, alejándose así de los grandes héroes. Además
acentúa el sufrimiento. En conclusión, mientras Sófocles muestra al hombre “como
debería ser”, Eurípides lo muestra “como es”, con sus desgracias y muy humano.
Probablemente por ello el público prefirió el primero.

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