Control de plagas

CONTROL DE PLAGAS

Uno de los mayores problemas que se presentan en los establecimientos

elaboradores de alimentos, son las plagas urbanas.
Denominamos así a los roedores (ratas y ratones) y los insectos (moscas,
cucarachas, hormigas, gorgojos, entre otras).
Atacan a los alimentos tanto en la sala de elaboración como en los depósitos.

Se denomina Control de plagas a las intervenciones medioambientales cuyo

objetivo es una reducción en la incidencia de las plagas.
En los locales de manipulación de alimentos cuando hay plagas, existe un
riesgo grave de contaminación y alteración de los alimentos, de intoxicación
alimentaria y enfermedades de origen alimentario; ya que las plagas tienen
hábitos antihigiénicos por lo que estas deben ser controladas en primer lugar
para prevenir la diseminación de enfermedades; a fin de cumplimentar lo
exigido por la ley correspondiente, y también para impedir la pérdida de
alimentos por alteración de los mismos.

Plagas habituales vinculadas a la higiene de los alimentos

Las plagas más comunes que podemos encontrar en las plantas alimentarias
son:
- Roedores: ratas y ratones.
- Insectos: moscas, cucarachas, hormigas, gorgojos, polillas, etc.

Estos atacan los alimentos tanto en la sala de elaboración como en los

depósitos.

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La cucaracha:

Es uno de los insectos más difícil de eliminar, ya que en un año una pareja
puede reproducir 175.000 cucarachas
Las más comunes en nuestro ámbito son la cucaracha rubia o alemana y la
cucaracha americana.

Vía de ingreso a los establecimientos comerciales:

Junto con el ingreso de las mercaderías, en cajas de cartón, cajones o bolsas

de verduras, etc.
De allí se almacenan en los depósitos y posteriormente invaden la cocina.
Otro camino es a través de desagües, tubos de ventilación, instalaciones
eléctricas y recipientes de desperdicios.

Moscas:

Son atraídas a 500 mtrs. de distancia por el olor, y a los 60 mtrs. por el color,
finalmente por el alimento.
Es una de las especies que ponen sus huevos en la materia vegetal y animal
en descomposición, lo que las convierte en vectores de varias enfermedades.

Roedores:

La presencia de roedores es un gran problema cuando se presentan en

establecimientos elaboradores de alimentos, debido a los riesgos que puede
ocasionar en la transmisión de enfermedades tales como: tifus, peste bubónica,
salmonelosis, etc.
Generalmente se agudiza en la época otoño-invierno, principalmente debido a
la mayor movilidad que manifiestan en la búsqueda de alimentos y al
incremento de la fertilidad.
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Es importante conocer la especie del roedor, ya que tienen características

especiales que determinan la forma de combatirlos:

- La rata gris: es una plaga fundamentalmente urbana, aunque también se

las encuentra en áreas agrícolas. Habita en madrigueras, a orilla de los
ríos, canales, fosos, vertederos de basura; de esta maneras adquieren
agua y alimentos a su disposición.
- La laucha: es una plaga principalmente de almacenes de alimentos,
viviendas y criaderos de cerdos o colonias avícolas. En general
producen daños económicos importantes, como el consumo de
alimentos, destrucción de instalaciones, y sobre todo, contaminación.

Frente a una inspección bromatológica y al encontrar indicios de la presencia

de roedores (excrementos), se clausurará inmediatamente el establecimiento,
como medida precautoria, en resguardo de la salud de la población.

Lucha contra artrópodos y roedores

Los signos que revelan la presencia de plagas son:

- Sus cuerpos vivos, o muertos, incluyendo sus formas larvales.

- Los excrementos de los roedores.
- La alteración de sacos, envases, cajas, etc., causada por ratones y
ratas.
- La presencia de alimento derramado cerca de sus envases, que
mostraría que las plagas los han dañado.
- Las manchas grasientas que producen los roedores alrededor de las
cañerías.

Como el resto de las formas de vida, los animales-plaga necesitan alimento,

refugio y seguridad para poder sobrevivir. Actuando sobre estos tres factores
podemos impedir que las plagas alcancen los establecimientos.
Los dos modos más importantes de controlar las plagas de los alimentos son
impedir su acceso a los establecimientos y evitar que puedan obtener
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alimentos y refugio. Se deben establecer programas de limpieza y desinfección
completas y sistemáticas, tanto en los locales de manipulación de alimentos
como en las áreas colindantes. Lo mejor es impedir la llegada de plagas a la
planta, pero si esto ocurre se deben poner los medios físicos o químicos para
eliminarlas. Por ello lo más aconsejable es llamar a la oficina de control de
plagas, que proporciona ayuda especializada.

Manejo integrado de las plagas

El manejo integrado de las plagas es la utilización de todos los recursos

necesarios para disminuir los peligros ocasionados por las plagas. Es un
sistema que se anticipa, a través de distintas acciones al impacto negativo que
pueden tener las plagas en la producción de alimentos.
Se puede aplicar este sistema en un tambo, en una granja, en un depósito de
alimentos, en una cocina institucional, en una industria alimentaria, en los
canales de distribución y comercialización, y en el propio hogar de los
consumidores.
Las acciones deben ser racionales y organizadas, lo que se decida hacer debe
ser lógico y factible de llevar a cabo. Asimismo, las acciones desarrolladas
deben ser continuas, (es decir, sostenidas en el tiempo) y preventivas, lo que
significa que apuntan más a evitar la presencia de plagas que a destruirlas.
Los registros utilizados corroboran por escrito las operaciones que se hicieron,
los productos químicos utilizados y las capturas de plagas producidas. Esta
información escrita es de suma utilidad a la hora de analizar resultados, definir
nuevas estrategias de acción o auditar la metodología.
El MIP debe realizarse tanto en el interior de una granja, de una planta de
elaboración y de una cocina como también deben incluirse los espacios
exteriores. Al ser preventivo es importante actuar también sobre el entorno para
evitar la proliferación en los alrededores y el ingreso de las plagas

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Desinsectación y desratización

La elección de la empresa encargada de la desinsectación y desratización

debe ser la correcta. Esta debe estar habilitada por el organismo oficial
correspondiente y cumplir las exigencias que este organismo determine.
El director técnico responsable, emitirá un certificado del trabajo realizado en la
empresa y los elementos utilizados en esa tarea. Se deberá usar productos
aprobados por Salud Pública. La periodicidad en realizar el trabajo se estima
en 30 días.
No es aconsejable el uso de insecticidas domésticos (aerosol) y en caso de
una eventualidad, estos no deben guardarse en el sector de elaboración. En
esa circunstancia pueden almacenarse en una caja (escasa cantidad y mínimo
tiempo) en el depósito de elementos de limpieza.

La actividad del insecticida se ejerce de la siguiente manera:

- efecto de volteo en el ambiente (aerosol)

- poder de expulsión (las obliga a salir del escondite)
- residual, se mantiene entre 10 y 30 días (el más usado en cocina)

Antes de la aplicación

- limpiar la cocina lo más profundamente posible

- abrir las alacenas y depósitos
- cubrir con polietileno/plástico los cubiertos, platos, etc.
- Embolsar los alimentos ya abiertos

Finalizado el trabajo de desinsectación

- limpiar adecuadamente mesadas y superficies en donde se manipulen

alimentos
- también los utensilios expuestos con agua y detergente.

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