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Prioridades para la conservación de la biodiversidad

Prioridades para la conservación


de la biodiversidad en la frontera
norte de México

Patricia Koleff, Andrés Lira-Noriega,


Tania Urquiza y Eduardo Morales

La biodiversidad en la frontera norte de M éxico

P
ese a la imagen tan difundida de desiertos inhóspitos y sin vida, la región
más norteña de México, que tiene su frontera con los Estados Unidos de
América (EE.UU.), corresponde a una zona con gran diversidad de espe-
cies y ecosistemas entre los que destacan los desiertos Sonorense y Chihuahuense,
y los humedales como el Delta del Río Colorado y la Laguna Madre.
El Convenio de La Paz, firmado en 1983, estableció que la franja fronteriza
del lado mexicano se extiende desde la frontera internacional Mexico-EE.UU.
hasta una línea imaginaria ubicada a 100 kilómetros al sur de la misma EE.UU.
(Chávez y Suárez 1998). En esta zona se tienen registradas hasta la fecha en el
Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad (SNIB) 4,052 especies
de plantas, de las cuales 3,874 son plantas vasculares, que representa alrededor
de 18% de la flora vascular conocida para México (Villaseñor 2003). Además,
se han registrado 44 especies de hongos, 454 especies de invertebrados, prin-
cipalmente crustáceos, 260 especies de peces y 1,870 especies de vertebrados
terrestres (44 anfibios, 184 reptiles, 1,467 aves y 175 mamíferos). Esta biodi-
versidad es extremadamente alta aún cuando existen sesgos importantes en
el conocimiento más detallado de la región (mapa 1).
Por la biodiversidad que alberga la zona, y en particular los altos niveles de
endemismo de diversos grupos de organismos, se han decretado importantes

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Mapa 1. Registros georreferenciados de ejemplares en la frontera México - EE.UU. para diferentes
grupos taxonómicos en el SNIB (entre paréntesis se indica el número de registros): hongos (223);
plantas: algas (491), briofitas (20), pteridofitas (248), gimnospermas (328), angiospermas (15,874);
invertebrados: artrópodos (642), crustáceos (723), otros invertebrados (176); vertebrados: peces
(3,411), anfibios (1,554), reptiles (8,212), aves (8,340), mamíferos (3,678). Del número total de
especies registradas 68 son endémicas y 235 se encuentran enlistadas en alguna categoría de
riesgo en la NOM-059-Semarnat-2001

áreas protegidas (AP), como las del Alto Golfo de California, El Pinacate y
Gran Desierto de Altar, Laguna Madre y Delta del Río Bravo, Maderas del
Carmen, y Cañón de Santa Elena, entre otras. La biodiversidad documentada
en las AP en la franja fronteriza reporta 85 especies de plantas y animales en
peligro de extinción, así como 450 especies raras o endémicas, y otras 700
especies migratorias neotropicales; podemos citar como ejemplos al pez ca-
chorrito del desierto (Cyprinodon macularis), el águila real (Aguila chrysaetos)
y las culebras endémicas Natrix erythrogaster transversa y Coluber constrictor
stnegerianus (Chávez Alzaga et al. 1998).
En el contexto de la biodiversidad de la frontera del norte (FN) de Méxi-
co, el área se extiende a lo que Rzedowski (1991) denominó “Megaméxico
1”, que abarca todo el territorio nacional e incluye además las zonas áridas
sonorense, chihuahuense y tamaulipeca que se extienden en los EE.UU., y que
corresponde a un intento por describir de manera integrada la riqueza, los
endemismos y los procesos biogeográficos en donde los procesos evolutivos
han dado origen a una flora moderadamente rica y de formas biológicas es-
pecializadas. Este concepto resulta útil para entender el fenómeno de combi-

132 Ecosistemas
Prioridades para la conservación de la biodiversidad

nación de efectos boreales y meridionales, tanto en la flora como en la fauna


en términos de diversificación de especies y en la determinación de taxones
de distribución restringida. Esto significa que se comparten muchas especies
en la frontera de México-EE.UU. dado que la distribución de éstas no está
asociada a divisiones políticas sino a las condiciones fisiográficas, climáticas
y edáficas, entre otras.

L os retos de la conservación transfronteriza

Las prácticas de conservación se deben realizar a nivel del ecosistema para


poder proteger a la biodiversidad de una manera más eficiente, por lo que es
necesario trascender los límites de las AP y las fronteras políticas (Zbicz 2003).
Específicamente, en la frontera México-EE.UU. se pueden citar varios ejemplos
en donde la cooperación binacional se vuelve imprescindible para la protección
de especies raras y amenazadas (Hernández et al. 2006, Wolf et al. 2006) ya
que se han registrado 31% de las especies enlistadas como amenazadas en los
EE.UU. mientras que México reporta 85 especies en peligro de extinción en
esta región; consecuentemente, la conservación en la FN representa un gran
reto (van Schoik 2005). Entre las amenazas que enfrentan estas especies se
encuentra el acelerado crecimiento industrial y urbano desde 1960 (Purcell
et al. 2005), tanto en ciudades fronterizas de México (e.g. Mexicali, Tijuana,
Ciudad Juárez) como en los Estados Unidos de América (e.g. San Diego, el
Paso, Brownsville). Esta frontera representa una zona de gran actividad eco-
nómica, la cual ha promovido un desarrollo muy importante para la región
incrementado el flujo de habitantes entre ambos países; sin embargo, asociado
a este fenómeno se han presentado impactos negativos sobre el ambiente como
asentamientos humanos irregulares, la contaminación de los mantos freáticos
y el consecuente impacto sobre los recursos naturales.
Otra grave amenaza la constituyen las especies exóticas invasoras. Particu-
larmente los ecosistemas áridos y semiáridos del norte han sufrido mayores
invasiones de especies exóticas en el país, tales como el zacate buffel (Penni-
setum ciliare), el cedro salado o tamarisco (Tamarix ramosissima) y diversas
especies de peces que han desplazado a poblaciones de flora y fauna nativas
(Chávez Alzaga et al. 1998, Glenn et al. 2005, Franklin et al. 2006).
Estas amenazas, aunadas a la propuesta norteamericana de construir un
muro fronterizo, generarán mayor fragmentación de los ecosistemas y traerán
consigo importantes deterioros en las comunidades de plantas y animales,
impidiendo el libre movimiento de poblaciones silvestres entre México y los

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EE.UU. (Cohn 2007) al eliminar corredores biológicos y ecosistemas, lo que
pone en estado crítico su conservación a largo plazo. Las barreras físicas ,como
los muros y los cercos, ponen en riesgo a muchas poblaciones de animales. Se
ha documentado, por ejemplo, que los cercos veterinarios que cubren miles
de kilómetros en Botswana han causado la elevada mortandad de animales
silvestres con reducciones importantes en las poblaciones en los últimos 20
años (Mbaiwa et al. 2006). También se ha demostrado una alta mortalidad en
aves a causa de los cercos (Baines et al. 2007), en particular para las no vola-
doras o aquéllas que usan estratos bajos de la vegetación. Más aún, el muro en
la frontera mexicana, además de fragmentar a las poblaciones bióticas, tiene
el potencial de afectar el comportamiento y ritmo circadiano* de animales
silvestres y la fisiología en plantas (Grigione et al. 2004, Rich et al. 2006) por
el efecto del alumbrado nocturno.

M étodos de identificación de sitios prioritarios para la


conservación en la frontera norte

Para identificar los sitios prioritarios en la FN se usó el programa marxan,


versión 1.8,, el cual con base en métodos de optimización, selecciona sitios
donde hay más especies y ecosistemas de interés para la conservación, consi-
derando simultáneamente las principales amenazas que enfrentan, en el menor
área posible (Ball et al. 2000). El análisis se llevó a cabo usando una rejilla
de unidades muestreales de 256 km2 a escala nacional, garantizando que se
cumplieran las metas asignadas para todas las especies y tipos de vegetación
seleccionados. Aquí se presentan los resultados de las unidades (n =1,087)
que intersectaron con la zona fronteriza de 100 km.
Para establecer las metas deseadas para la conservación in situ de cada es-
pecie y tipo de vegetación que deben ser prioridades se consideraron diversos
criterios que fueron discutidos en talleres con especialistas organizados por la
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio)
en los que se analizaron más de 2,546 coberturas y se seleccionaron 1,450 para
llevar a cabo los análisis. Para eliminar sesgos en los datos de colecciones (como
los descritos en la figura 1) se usaron coberturas de la distribución potencial
para especies de vertebrados terrestres y de plantas en la nom-059-Semarnat-
2001 (cuadro 1). Las metas de conservación se expresaron en proporción del

* Los ritmos circadianos son aquellos ritmos biológicos que tienen una frecuencia próxima a la diaria,
es decir, entre 20 y 28 horas.

134 Ecosistemas
Prioridades para la conservación de la biodiversidad

Cuadro 1. Ejemplos de especies de vertebrados terrestres en los sitios de alta y muy alta prioridad
para la conservación de la biodiversidad en la frontera norte de México

Grupo Nombre científico Nombre común

Anfibios Notophthalmus meridionalis salamdra


Urosaurus nigricaudus lagartija arbolera
Sauromalus ater iguana
Heloderma suspectum monstruo de Gila
Crotalus enyo víbora de cascabel
Crotalus exsul víbora de cascabel
Apalone spinifera tortuga de caparazón blando
Lepidochelys kempii tortuga golfina
Chelonia mydas tortuga verde
Caretta caretta caguama
Aves Crotophaga sulcirostris garrapatero pijuy
Spizastur melanoleucus águila blanquinegra
Thryomanes bewickii chivirín cola oscura
Salpinctes obsoletus chivirín saltaroca
Nucifraga columbiana cascanueces americano
Laterallus jamaicensis polluela negra
Euptilotis neoxenus trogón orejón
Colinus virginianus codorniz coutí
Colaptes auratus carpintero de pechera
Melospiza melodia gorrión cantor
Carpodacus mexicanus gorrión mexicano
Caracara plancus caracara quebrantahuesos
Cairina moschata pato real
Rhynchopsitta pachyrhyncha cotorra serrana
Amazona viridigenalis loro tamaulipeco
Ara militaris guacamaya verde
Ara macao guacamaya roja
Gymnogyps californianus cóndor de California
Mamíferos Panthera onca jaguar
Leopardus wiedii tigrillo
Leopardus pardalis ocelote
Ursus americanus oso negro americano
Ursus arctos oso plateado
Antilocapra americana berrendo
Canis lupus lobo gris americano
Erethizon dorsatum puerco espín
Tamiasciurus mearnsi ardilla de San Pedro Mártir

(Continúa)

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Cuadro 1. Ejemplos de especies de vertebrados terrestres en los sitios de alta y muy alta prioridad
para la conservación de la biodiversidad en la frontera norte de México (continúa)

Grupo Nombre científico Nombre común

Sciurus arizonensis ardilla gris


Leptonycteris nivalis murciélago
Geomys personatus tuza
Neotoma macrotis rata magueyera
Microtus californicus ratón
Scalopus aquaticus topo
Scapanus latimanus topo ciego

área geográfica de distribución del taxón o tipo de vegetación, y se definieron


criterios para establecer sus valores, tales como la endemicidad y tamaño del
área de distribución, categorías de riesgo en listas de especies amenazadas de la
nom-059-Semarnat-2001 o la UICN, o bien si son sujetas de protección por la
Convención Internacional de Tráfico de Especies Silvestres (CITES). Las metas
de conservación más altas fueron asignadas a los taxones y tipos de vegetación
con áreas de distribución más restringida o aquéllas con mayores amenazas; por
ejemplo, en la FN destacan el cóndor de California (Gymnogyps californianus),
la nutria (Scalopus aquaticus) y el matorral crasicaule y el bosque de táscate
primarios, que ocupan menos de 1% del territorio nacional (véanse detalles de
la metodología descrita en Koleff et al. en revisión).
Una de las ventajas de este análisis es la factibilidad para seleccionar sitios
viables para tratar de garantizar la permanencia de las especies y los ecosis-
temas. La factibilidad se evalúa mediante la cuantificación de amenazas a la
biodiversidad en cada unidad de muestreo y puede incluir la actual y futura
modificación de los paisajes en variables como uso de suelo, tasas de defo-
restación e infraestructura humana (Chan et al. 2006). Se seleccionaron 21
variables de amenazas a la biodiversidad que se jerarquizaron asignándoles
valores de acuerdo a su impacto (véanse detalles en Koleff et al. en revisión),
dando el mayor peso a los factores de cambio de cobertura, uso de suelo y
fragmentación de la vegetación primaria, que se han reconocido como las
mayores amenazas (Wiegand et al. 2005), alterando la diversidad y composi-
ción biótica, así como importantes procesos ecológicos como el reciclaje de
nutrientes y la polinización (Laurance et al. 2002).
Finalmente, se realizó un análisis de ordenación para comprender la re-
lación entre sitios de muy alta prioridad para la conservación con respecto a
la composición de especies, utilizando el programa pc-ord (McCune et al.

136 Ecosistemas
Prioridades para la conservación de la biodiversidad

1999). Estos sitios fueron identificados por ecorregión N4 (INEGI-Conabio-


INE 2007) como un criterio de unificación ecológico para tratar de identificar
la existencia de asociaciones con dichas unidades.

Análisis de las prioridades de conservación en la frontera norte


Las AP en la franja fronteriza cubren 9.39% de su área; este porcentaje se
encuentra por debajo de 12% referido como la superficie que un país míni-
mamente debe tener en reservas ecológicas (Rodrigues et al. 2004).
El programa de optimización permitió identificar 208 sitios prioritarios,
de los cuales 85 son de muy alta prioridad, ya que en ellos hay elementos
únicos para poder alcanzar las metas de conservación y comprenden 7.82%
del total de las unidades muestreales en la franja fronteriza. El siguiente con-
junto corresponde a 123 sitios de alta prioridad que incrementan a 19.14%
la superficie prioritaria (mapa 2). Sin embargo, sólo 8.65% del total los 208
sitios prioritarios (1.65% del área total en la franja fronteriza) están bajo la
protección de AP federales, estatales y municipales.
Estos sitios se traslapan con las áreas de importancia para la conservación
de las aves (AICA, 19.13%,), las regiones hidrológicas prioritarias (RHP,

Mapa 2. Sitios de muy alta y de alta prioridad para la conservación de la biodiversidad en la frontera
norte de México. Se muestran las zonas con mayor cambio de uso de suelo (zonas de uso agrícola,
pecuario y forestal), las principales carreteras y las localidades de las principales poblaciones en la
frontera norte

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26.05%) y las regiones terrestres prioritarias (RTP, 43.46%) (mapa 3). La mayor
coincidencia se dio con las RTP, que reflejan amplias zonas de importancia
para la biodiversidad e integridad ecológica funcional. Por ejemplo, algunas
son regiones con endemismo florístico muy alto (RTP 10, 83), otras presentan
los últimos remanentes de tipos de vegetación restringida o amenazada (RTP
9,10, 12) o tienen la presencia de especies endémicas, en peligro de extinción
o de alto valor cinegético como el venado bura (Odocoileus hemionus), los
osos (Urus arctos y U. americanus eremicus), el castor (Castor canadensis) y
el águila real, entre otras especies (RTP 14, 41, 49, 72, 73, 83; véase Arriaga
Cabrera et al. 2000).
Por otro lado, los sitios de muy alta prioridad que no coincidieron con
ninguna AP, RTP, RHP o AICA también destacan por tener tipos de vegetación
primaria restringida o amenazada (e.g. chaparral, bosques de pino, encino
y táscate) y se caracterizan por la alta riqueza de grupos taxonómicos (e.g.
cactáceas, pinos, encinos y mamíferos endémicos) y la presencia de especies
raras, endémicas o amenazadas que alcanzaron valores muy altos de metas de
conservación, como el ciprés de Guadalupe y el cóndor de California.
En los sitios de alta y muy alta prioridad se identificaron 168 especies
de vertebrados terrestres que destacan por su rareza y endemicidad, ya sea
porque sus áreas de distribución son muy pequeñas en toda la extensión del

Mapa 3. Sitios de muy alta y de alta prioridad para la conservación de la biodiversidad en la


frontera norte de México y las áreas protegidas (AP), regiones terrestres prioritarias (RTP), áreas de
importancia para la conservación de las aves (AICA) y regiones hidrológicas prioritarias (RHP)

138 Ecosistemas
Prioridades para la conservación de la biodiversidad

Cuadro 2. Ejemplos de especies de plantas en los sitios de alta y muy alta prioridad para la
conservación de la biodiversidad en la frontera norte de México

Familia Nombre científico Nombre común

Pinaceae Pinus muricata pino obispo


Pinus catarinae piñón de Catraina
Pinus johannis piñón blanco
Abies guatemalensis abeto u oyamel
Cupressaceae Calocedrus decurrens cedro de incienso
Cupressus guadalupensis ciprés de Guadalupe
Zamiaceae Dioon edule palma de la virgen
Magnoliaceae Magnolia schiedeana magnolia
Lauraceae Litsea glaucescens laurel silvestre
Bixaceae Amoreuxia wrightii botón de oro
Cactaceae Echinocereus lindsayi órgano-pequeño de Jaraguay
Stenocereus eruca pitayo chirinola
Ferocactus viridescens biznaga-barril verdosa
Ferocactus chrysacanthus biznaga-barril de Isla de Cedros
Ferocactus johnstonianus biznaga-barril del Ángel de la Guarda
Palmae Brahea edulis palma de Guadalupe
Agavaceae Agave polianthiflora mescalito
Manfreda brunnea amole de huaco

territorio mexicano, porque tienen distribuciones limítrofes y apenas abarcan


una pequeña porción del territorio en el norte, o porque se encuentran en
alguno de los listados de especies en la nom-059-Semarnat-2001, la UICN o
CITES. Algunos ejemplos se muestran en el cuadro 2. Faltaría agregar varias
especies migratorias cuyo estado de conservación puede verse amenazado
fuertemente por los cambios en el paisaje en la zona fronteriza. Se ha señala-
do la importancia de trabajos de cooperación transfronteriza para asegurar
la conservación de muchas de ellas, como lo muestra el trabajo de Wolf et al.
(2006) sobre aves marinas en la costa oeste del borde. Algunas de las especies
críticas que aquí señalamos han sido reconocidas en otros trabajos por ser
especies que han recibido poca atención en su conservación (Ceballos et al.
1998, EPA-Semarnat 2005, Zamora-Arrollo et al. 2005).
Dentro del conjunto de las plantas en los sitios prioritarios destacan espe-
cies de diversas familias (cuadro 2) y varios tipos de vegetación como los bos-
ques de ayarín, encino, pino, encino-pino y táscate; el chaparral; los matorrales
crasicaule, espinoso tamaulipeco, rosetófilo costero, sarcocaule y submontano;
el mezquital; los pastizales halófilo y natural, la selva baja espinosa caducifolia

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y la vegetación de desiertos arenosos y halófila, que se encuentran en formas
primarias y secundarias, las cuales pueden ser importantes a considerar en
estrategias de conservación.
Por otra parte, se requiere información sobre el estado de las poblaciones
de la mayoría de las especies que aquí se enlistan para evaluar qué consecuen-
cias puede tener en el corto plazo la construcción del muro fronterizo sobre
la genética y viabilidad de las poblaciones. Indiscutiblemente, el cambio de
hábitat en la zona fronteriza representa una amenaza para la evolución de
los ecosistemas naturales. Se desconoce cómo pueden afectar los cambios en
los elementos del paisaje, por ejemplo, debido a la incorporación de especies
leñosas cuando existe la transformación de pastizales naturales a matorral o
por el impacto de especies introducidas que alteren la composición de insectos
u otros recursos para la fauna que depende de ellos (Hernández et al. 2006).
De acuerdo con el análisis de ordenación de los sitios de muy alta prioridad,
la composición de especies que albergan estos sitios prioritarios a lo largo
de la FN es diferente conforme nos movemos de este a oeste, y guarda una

Figura 1 (página siguiente). Análisis de ordenación (DCA) de los sitios de muy alta prioridad. Este análisis
permite ubicar los sitios de muestreo a lo largo de ejes cuantitativos con base en su composición de
especies. Los sitios que se encuentran cercanos en el diagrama tienen una composición similar. En el
eje 1, se aprecia un gradiente que representa un cambio en la composición de especies a lo largo de
la franja fronteriza de oeste a este. La mayor diferencia a lo largo de este eje se observa entre los sitios
que se encuentran en ecorregiones N4 (INEGI-CONABIO-INE 2007) del oeste y las del este del país. A
lo largo del eje 2 se aprecia una separación de los sitios que coinciden con zonas de planicies costeras
y humedales en el este de la franja (9.5.1.2 y 9.5.1.1) con respecto a las demás ecorregiones. Diez de
las 16 ecorregiones N4 fronterizas traslapan con los sitios de alta y muy alta prioridad; en orden oeste-
este son: 11.1.1.3 Lomeríos y planicies con matorral xerófilo y chaparral; 11.1.3.1 Sierras y Lomeríos
con bosques de coníferas, encinos y mixtos (de Juárez); 10.2.2.6 Desiertos del Alto Golfo (Altar, El
Pinacate, corredor Mexicali-San Felipe, cuencas de Asunción, Sonoyta y San Ignacio-Aribaipa); 12.1.1.1
Lomeríos y Planicies con matorral xerófilo, pastizal y elevaciones aisladas con bosques de encinos y
coníferas; 10.2.4.1 Planicies del centro del Desierto Chihuahuense con vegetación xerófila micrófilo-
halófila; 10.2.4.2 Lomeríos y sierras bajas del Desierto Chihuahuense Norte con matorral xerófilo,
micrófilo-rosetófilo ; 10.2.4.4 Elevaciones mayores del Desierto Chihuahuense con vegetación xerófila,
bosques de coníferas, de encinos y mixtos; 9.6.1.2 Lomeríos y sierras con matorral xerófilo y bosques de
encino; 9.5.1.2 Planicie Costera Tamaulipeca con vegetación xerófila o sin vegetación aparente; 9.5.1.1
Humedales de la Laguna Madre. Este ejercicio nos permite concluir que es indispensable considerar
los sitios de muy alta prioridad de cada una de de las ecorregiones para asegurar la conservación de
un mayor número de especies y de ecosistemas
Prioridades para la conservación de la biodiversidad

estrecha relación con las ecorregiones N4 (figura 1). Este resultado sugiere
que el enfoque de conservación no debe hacerse exclusivamente a través de
sitios puntuales, sino considerando regionalizaciones que consideren criterios
ecológicos y evolutivos para asegurar la continuidad de los procesos que en
dicha región se presentan. En este sentido, se enfatiza la necesidad de mantener
los flujos entre ecosistemas y ecorregiones libres de barreras artificiales.

A manera de conclusión
Enfrentamos grandes retos de conservación de la biodiversidad en México,
los cuales pueden acentuarse en la FN por la construcción del muro. En este

141
trabajo hemos mostrado que hay una gran diversidad en el norte del país que
requiere que se refuercen las acciones para su conservación; en particular
para numerosas especies que son exclusivas de esta región, pero también de
las ecorregiones que se extienden más allá del territorio nacional.
La cooperación internacional ha sido recurrente en muchos de los traba-
jos que aquí hemos citado para favorecer a la conservación de muchas de las
especies que se distribuyen en esta zona, algunas de las cuales han sufrido
drásticas reducciones en sus poblaciones en alguno de los dos países, por lo
que se enfrentan retos aún mayores para mantenerlas viables.
Este trabajo muestra que una parte importante de la biodiversidad de
México habita en la zona más norteña y que se requiere fortalecer su conser-
vación y manejo, para lo cual los ejercicios de planeación son de gran utili-
dad. Sin embargo, el muro no parece la solución más viable al problema de
migración ilegal a los EE.UU. y los problemas ambientales asociados (Cohn
2007), pero sí una amenaza más a las que ya enfrentan la flora y fauna de la
zona fronteriza de México.

Agradecimientos
Agradecemos a Rocío Esquivel, Ignacio March, César Cantú, Jorge Soberón,
Gerardo Ceballos, Adolfo Navarro, Óscar Flores, Leticia Ochoa, Víctor Sán-
chez-Cordero, Marcia Tambutti, Melanie Kolb, Pedro Díaz Maeda, Jesús Alar-
cón y a quienes han integrado la información básica que ha sido fundamental
para el análisis, especialmente a Juan Manuel Martínez, Elizabeth Moreno,
Cecilia Fernández, Susana Ocegueda, Diana Hernández, Rocío Villalón y
Ariadna Marín. También agradecemos al personal del SSIG de la Conabio
y el apoyo en todas las tareas logísticas para el desarrollo de los talleres de
Nubia Morales, Gloria Espinosa y Magali Santillán.

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