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“¿Procede bíblicamente el cristiano que ora por la conversión de los

pecadores?”
B. Algunos líderes espirituales alegan que la iglesia no está logrando
la conversión de un número mucho mayor de pecadores porque no
se ora por su conversión.
1. Entre ellos hay quienes organizan seminarios para enseñar a las
congregaciones cómo orar por la conversión de los pecadores.
2. Aconsejan y exhortan de la manera siguiente: “Si usted no sale, o no
puede salir para evangelizar a las almas perdidas, lo menos que puede
hacer es orar por su conversión. Piense en un ser querido, un amigo o un
compañero de trabajo inconverso, a quien quisiera usted que viniera a los
pies de Cristo. Ore insistentemente por esa persona para que se convierta
al Señor. Presente su nombre a Dios una y otra vez, suplicando por su
conversión.”
3. En Estados Unidos de América, un grupo de hermanos estableció “El
Colegio de la Oración,” con el propósito de enseñar a los demás líderes
espirituales , y, por ende, a la hermandad , cómo orar .
a. Se implica que el liderato actual no sepa orar.
b. Se implica que las generaciones de líderes que nos precedieron...
(1) No supieran orar, en particular, por los inconversos...
(2) Ni instruir a la hermandad de su época en “el ministerio de la oración”...
(3) Ni adiestrar a las nuevas generaciones de predicadores, evangelistas,
maestros y ancianos para referido “ministerio.”
c. Estimado líder espiritual de la iglesia, ¿no sabe usted cómo orar? ¿No
hay quién le enseñe? ¿Está fracasando en la evangelización de las almas
porque no sabe orar por su conversión? ¿Está fracasando su
congregación en su misión de evangelizar porque los hermanos no saben
orar por la conversión de los pecadores? ¿No sabe usted adiestrar a la
congregación en “el ministerio de la oración por los pecadores?” Quizás le
haga falta matricularse en “El Colegio de la Oración”, para que aprenda a
orar por la conversión de los pecadores, y se llene su congregación de
almas ganadas a través del “ministerio de la oración.”
II. Cómo evangelizar a los pecadores según Cristo y los apóstoles.
A. Algunos textos pertinentes del Nuevo Testamento.
1. Marcos 16:15-16 . “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no
creyere, será condenado.”
a. Cristo no manda: “Id por todo el mundo, orando fervientemente por la
conversión de los pecadores.”
b. De cierto, ¡no hay que IR a ningún lugar, si los pecadores podemos
salvarlos a través de la oración! No será necesario salir de la casa, o del
lugar de reunión, si podemos atraer y salvar a los pecadores a través del
“ministerio de la oración.”
2. 1 Corintios 1:21 . “Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no
conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes
por la locura de la predicación .”
a. Subrayamos: “Agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la
predicación.” Que conste: no por la predicación y también por la oración
como instrumento de salvación, sino solo por la predicación .
b. “La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” ( Romanos 10:17 ).
Ningún pecador puede salvarse sin oír la palabra de Dios. Mi oración por
él, su oración por él, no le salvará si no oye la palabra de Dios. Usted
puede mencionar su nombre mil veces a Dios en oración, suplicando al
Señor que lo salve, pero si no oye la palabra, ¿cómo se salvará? ¡Ni
siquiera puede creer, con la fe inteligente y espiritual que conduce a la
salvación, si no oye la palabra de Dios! Mi oración, su oración, no puede
hacerle creer.
(1) El que ora por la conversión del pecador, sin predicarle el evangelio,
¿qué pretende? ¿Qué Dios lo mueva a creer, sin que escuche el evangelio?
El soberano Dios todo lo puede hacer, pero tiene un plan para la
conversión de los pecadores, y estamos convencidos de que no lo
suspenderá para nadie, aunque le lleguen mil peticiones, pues él no hace
acepción de personas .
(2) Pero, se argumenta: “¡Ah, pero si yo oro por la conversión de mi vecino
pecador , ciertamente, Dios puede, respondiendo a mi plegaria, intervenir
providencialmente en su vida, manipulando las circunstancias ,
inquietando su mente y espíritu, quizás castigándole con alguna dura
prueba, para que recapacite, crea, se arrepienta y busque la salvación.”
(a) Replicamos: Si Dios puede hacer todo eso para que su vecino, o sea,
una sola persona, se salve , ¿por qué no puede hacerlo por todos sus
vecinos , y, por ende, por todo el barrio , luego por toda la ciudad , luego
por toda la provincia (estado), luego por todo el país , luego por todo el
hemisferio , luego por todos los pecadores en toda la tierra ? De cierto,
tanto la enseñanza bíblica como el sentido común de igual oportunidad
para todo ser humano , nos indican que ¡Dios tendría que hacer eso mismo
por todo pecador, pues él no puede ser parcial cuando de la salvación de
los pecadores se trata, favoreciendo a algunos con su intervención
providencial, pero a otros no! Repetidas veces, se proclama que “no hay
acepción de personas para con Dios” ( Romanos 2:11 ; Hechos 10:34 ;
Gálatas 2:6 ; Colosenses 3:25 ).
(b) ¿Salvar Dios a su vecino, o al menos facilitarle la salvación, porque
usted oró por él, no haciendo lo mismo por los demás pecadores porque
nadie orare por ellos? ¡Injusto! ¿Quién puede aceptar que Dios sea tan
injusto?
(c) Y, ¿ cómo podría usted ser tan parcial e injusto como para orar por la
conversión de un solo pecador, o de un grupito de pecadores, excluyendo
a todos los demás? ¿Orará por la conversión de sus familiares perdidos,
pero no por la de sus amigos o compañeros de trabajo? ¿Incluirá a éstos
pero no a los demás conocidos? ¿Incluirá también a éstos pero no a los
desconocidos?
(d) Lo cierto es que el Señor ya se manifiesta providencialmente en la vida,
no de unos pocos pecadores, nada más, y eso porque alguien haya orado
por ellos, sino que se manifiesta en la vida de todos , a través de su
grandiosa creación. También, en ocasiones, castigándolos (enfermedades,
tormentas, escasez) , para que le busquen . Él no está lejos de ningún
pecador ( Hechos 17:27 ), dándose a conocer imparcialmente a todos “por
medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” ( Romanos
1:20 ). Hace salir el sol o hace llover “sobre justos e injustos” por igual (
Mateo 5:44-48 ; Hechos 14:15-17 ). No quiere “que ninguno perezca, sino
que todos procedan al arrepentimiento” ( 2 Pedro 3:9 ), y no solo los por
quienes alguien haya orado.
3. Romanos 1:16 . “Porque no me avergüenza del
evangelio, porque es poder de Dios para salvación a
todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al
griego.”
a. El “poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” es el
EVANGELIO , y no la oración, o el evangelio combinado con la oración por
la conversión del pecador.
b. El fracaso evangelístico de la mayoría de los obreros y de las
congregaciones que no cumplen su misión, se debe no a la falta de oración
sino a la falta de ACCIÓN . La ACCIÓN de predicar el evangelio “a tiempo y
fuera de tiempo” ( 2 Timoteo 4:2 . La ACCIÓN de hablar “con denuedo la
palabra de Dios” ( Hechos 4:31 ). La ACCIÓN de no cesar “de enseñar y
predicar a Jesucristo... todos los días, en el templo (en los lugares
religiosos) y por las casas” ( Hechos 5:41-42 ).
c. ¿Cuántas almas alcanza para salvación el obrero sentado, o aun
arrodillado, en su oficina, orando, solo orando, por la salvación de los
pecadores? No se trata de orar él por sí mismo, sino de orar él por la
conversión de los pecadores. Si no se levanta, sale de su oficina, o casa, y
predica a las almas, ¿cuántas de ellas traerá a los pies del Señor? ¡A
ninguna! Aunque ore día y noche, valiéndose solo del instrumento de la
oración, no logrará la conversión de ningún alma. La oración no es un
imán místico o mágico que atraiga irresistiblemente a los pecadores al
Señor. La oración no es un instrumento dado por Dios para la conversión
de los pecadores. El instrumento divino lo es el EVANGELIO, “poder de
Dios para salvación.”
d. ¿Cuántas almas alcanza para salvación el obrero que organiza y
presenta “seminarios de oración por la conversión de pecadores”?
(1) Responde el tal obrero: “A mí no me corresponde nombrar a personas
ganadas por mí. Lo que yo hago es dar seminarios. Yo solo enseño. Los
alumnos aplican mis instrucciones y ganan almas.”
(2) ¿Así es el asunto? Entonces, resulta que no gana almas el seminarista,
ni tampoco sus alumnos. Solo orando, nadie gana almas para vida eterna.
(3) ¿No serán los “seminarios para enseñar a orar por la salvación de
pecadores” un mero sustituto por la auténtica, bíblica y productiva
ACCIÓN de salir y predicar a los pecadores el evangelio , el cual es el
verdadero “poder de Dios para salvación” ?
(4) “Pero de cuando en cuando, en nuestros seminarios, alguien se
convierte.” ¿Solo por la oración, sin que nadie le instruya bíblicamente?
No hay conversión genuina sin instrucción bíblica. Antes de apresurarse a
justificar sus seminarios porque “de cuando en cuando alguien se
convierte,” el seminarista debiera evaluar objetivamente lo sucedido,
preguntándose: la persona que obedeció, ¿ya estaba encaminada a
bautizarse, y lo hubiera hecho aunque no se presentara ningún seminario?
Hay seminaristas y evangelistas que ganan mucho terreno en sus
ministerios mediante conversiones circunstanciales , es decir, por
casualidad están presentes, o están en el proceso de efectuar sus
ministerios, cuando algún alma obedece. No contribuyeron en nada a la
conversión del alma obediente, pues esta ya la habían instruido e
incentivado otros cristianos. Sin embargo, se atreven a atribuirse la
conversión, a informarla como fruto palpable de sus labores. Semejante
proceder es deshonesto. “No nos gloriamos desmedidamente en trabajos
ajenos ” (2 Corintios 1015). “Cada uno someta a prueba su propia obra , y
entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en
otro” ( Gálatas 6:4 ).
e. Qué nos enseñen sus frutos los que dedican mucho tiempo al
“ministerio de la oración por la conversión de los inconversos” pero poco
tiempo, quizás ni una hora, al trabajo legítimo, por ser bíblico, de
proclamar las buenas nuevas a los pecadores.
(1) “Ah, pero oramos mucho, y trabajamos en la obra, y llegan visitas y se
convierten.”
(2) Aclaramos: no estamos poniendo en tela de juicio la práctica de orar el
obrero por sí mismo, ni se cuestiona el trabajo hecho legítimamente en la
obra, sino que enfocamos particularmente la idea de pretender atraer y
ganar a los pecadores solo por la acción de orar .
B. Los ejemplos de conversión en el libro de los Hechos de los
Apóstoles nos enseñan a evangelizar mediante la ACCIÓN de
predicar el evangelio.
1. No hay ejemplo alguno de siquiera una conversión lograda mediante la
oración de un apóstol u otro obrero del Señor.
a. Hechos 2. Jerusalén. Tres mil convertidos a través de la predicación.
b. Hechos 8:1-15 . Muchos samaritanos obedecen. “Entonces Felipe,
descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo” (8:5).
“Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria
había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; los
cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu
Santo (8:14-15). No oraron por conversión, pues los samaritanos ya habían
recibido la Palabra, bautizándose (8:16). Bautizados, ya eran salvos (
Hechos 2:38 ). Pedro y Juan oraron para que los ya convertidos recibieran
los dones sobrenaturales del Espíritu.
c. Hechos 8:26-40 . El tesorero de Etiopía convertido. “Entonces Felipe,
abriendo su boca y comenzando desde esta escritura, le anunció el
evangelio de Jesús” (8:35). No hay mención alguna de oraciones.
d. Hechos 9:1-19 . Saulo convertido. Este fiero perseguidor de la iglesia no
recibe la salvación hasta que, levantándose, se bautiza (22:16). ¿Qué papel
juega la oración en su conversión? Tal cual los demás salvados de sus
pecados, Saulo debía oír lo que tenía que hacer para ser salvo.
e. Hechos 10. Cornelio obedece. Ya era hombre piadoso y oraba cuando
Pedro llega donde él con el evangelio de salvación. Ninguna oración de
parte de Pedro le lleva a la casa de Cornelio sino la intervención directa de
Dios. El Espíritu dice a Pedro: “Levántate, pues, y desciende, y no dudes
de ir con ellos” (10:20), es decir, de ir con los que le buscaban para llevarle
a la casa de Cornelio. Este centurión se salva cuando escucha y obedece
el evangelio.
f. El mismo patrón de conversiones logradas mediante la predicación de la
palabra de Dios, sin que juegue ningún papel alguna oración por
conversión, lo observamos en los demás ejemplos de conversiones
relatados en el libro de los Hechos de los apóstoles.
2. Contra argumento: Pablo oró por la conversión de Israel. “Hermanos,
ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para
salvación .” ( Romanos 10:1 ). No cabe duda: según su propio testimonio
Pablo oró por la salvación de Israel. ¿Qué debemos deducir? ¿Es preciso
concluir que es correcto orar por la conversión de un pueblo porque el
apóstol Pablo lo hizo? ¿Debemos concluir que Dios quiere que oremos por
la conversión de los pueblos porque Pablo oró por la conversión de Israel?
¿Debemos concluir que si podemos orar por la conversión de una nación,
también podemos, por consiguiente, orar por la conversión de cualquier
ciudadano particular de la nación? Al meditar sobre estas interrogantes y
sus implicaciones, surgen múltiples inquietudes y dudas. Considere:
a. Si Pablo oraba “a Dios por Israel... para salvación,” ¿oraba con el mismo
favor a Dios por los gentiles para salvación? Refiriéndose a Pablo (Saulo),
Dios le dice a Ananías: “Vé, porque instrumento escogido me es éste, para
llevar mi nombre en presencia de los gentiles , y de reyes, y de los hijos de
Israel” ( Hechos 9:15 ). Respecto a sí mismo el apóstol Pablo se identifica
como “ministro de Jesucristo a los gentiles , ministrando el evangelio de
Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el
Espíritu Santo” ( Romanos 15:6 ). ¿Oraba “el predicador, apóstol y maestro
de los gentiles” ( 2 Timoteo 1:11 ) por los gentiles para salvación?
(1) Si oramos por un pueblo para salvación, lógicamente debemos orar por
todo pueblo para salvación, pues no debiéramos hacer acepción de
pueblos o de personas , pidiendo en oración por la salvación de un pueblo,
excluyendo a otros, pidiendo en oración por un individuo para salvación,
excluyendo a los demás inconversos.
(a) ¿Oraremos por el pueblo puertorriqueño para salvación, no orando por
el pueblo dominicano? ¿Oraremos por el pueblo mexicano para salvación,
no orando por el pueblo colombiano?
(b) ¿Se salvará el pueblo ruso porque alguien orara por él para salvación?
¿Se perderá el pueblo chino porque nadie orara por él para salvación?
(2) ¿Debemos concluir que es correcto orar por todas las naciones en toda
la tierra y por todos los inconversos en todo el mundo “para salvación”?
Juzgue usted. De todos modos, es evidente que Dios no salva a pueblos
enteros, sino solo a los individuos de cada pueblo que hacen su voluntad .
Solo estos “llevarán la gloria y la honra de las naciones” a la ciudad
celestial ( Apocalipsis 21:24-27 ). “Las naciones que hubieren sido salvas”
( Apocalipsis 21:24 ) son las porciones de cada nación que obedecen el
evangelio y viven en santidad hasta el fin. “Los reyes de la tierra” que
“traerán su gloria y honor” a la nueva Jerusalén no son los reyes seculares
sino los reyes espirituales coronados en virtud de su acatamiento de la
voluntad divina. Todo cristiano fiel Dios lo hace rey y sacerdote (
Apocalipsis 1:6 ).
b. ¿Cómo podía Dios responder a la oración de Pablo por Israel para
salvación? Ya había hecho lo necesario para salvar a los judíos,
sacrificando en la cruz a su propio Hijo y haciendo proclamar en toda la
nación, y aun “a los expatriados de la dispersión” ( 1 Pedro 1:1 ), las
buenas nuevas de salvación. ¿Qué más podía hacer? ¿Intervenir otra vez
providencialmente para salvar a los judíos? Ya se había manifestado de
muchas maneras providenciales y también sobrenaturales para la
salvación de los judíos. De manifestarse de nuevo providencialmente al
pueblo, tendría que hacerlo por todo judío por igual, para no hacer
acepción de personas. ¿Y qué de los gentiles? ¿Favorecería Dios a los
judíos por encima de los gentiles, actuando más para la salvación de
aquellos que de estos? ¡Inconcebible! No pretendemos hablar de parte de
Dios en materias donde él no haya hecho revelaciones. Sin embargo,
comprendemos que Dios no puede hacer acepción de personas, que no
puede mostrar parcialidad cuando de la salvación eterna o de la
condenación eterna se trata, y que no puede contradecirse a sí mismo.
También, se sobrentiende que cualquier cristiano, hasta un apóstol, puede
pedir en oración lo que Dios no puede conceder, es decir, puede pedir mal,
puede pedir lo imposible ( Santiago 4:3 ).
c. A la luz de todas estas consideraciones, hay por qué concluir que el
apóstol Pablo orara por lo imposible al orar “por Israel... para salvación.”
(1) Al fin y al cabo, Pablo no era infalible. No todo lo que hizo armonizaba
perfectamente con la voluntad divina.
(a) Despreció una puerta abierta en el Señor. “Cuando llegué a Troas para
predicar el evangelio de Cristo, aunque se me abrió puerta en el Señor , no
tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado a mi hermano Tito; así,
despidiéndome de ellos, partí para Macedonia” ( 2 Corintios 2:12-13 ).
(b) El Espíritu Santo le avisó que “no subiese a Jerusalén” ( Hechos 21:1-
16 ), pero el apóstol Pablo insistió en subir, lo cual hizo, quedándose
arrestado y encarcelado.
(2) Su oración “por Israel... para salvación” no armoniza, al parecer, con
todo lo que se sabe y se deduce por lógica sobre el plan de Dios para
salvar a los pecadores.
d. Comparemos la oración de Pablo por la salvación de su pueblo con la
plegaria de Cristo en la cruz cuando dice: “Padre, perdónalos, porque no
saben lo que hacen” ( Lucas 23:34 ), y con la de Esteban cuando “clamó a
gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado” ( Hechos 7:59-60 ).
(1) ¿Perdonó el Padre a los judíos que crucificaron a su Hijo porque el Hijo
se lo pidiera? Desde luego que no. En el día de Pentecostés, el Espíritu
Santo, a través de los apóstoles, sigue inculpándolos de la muerte del
Mesías, diciendo: “A éste... prendisteis y matasteis por manos de inicuos,
crucificándole” ( Hechos 2:23 ), e instándoles al arrepentimiento ( Hechos
2:38 ). Si el Padre les hubiese perdonado, ¿por qué decirles “Arrepentíos y
bautícese... Sed salvos de esta perversa generación” ( Hechos 2:38-40 )?
Cristo pidió perdón para ellos, pero no fueron perdonados hasta no
arrepentirse y bautizarse. Pablo pidió salvación por su pueblo, pero
ninguno fue salvo hasta no creer, arrepentirse y bautizarse.
(2) ¿Perdonó Dios a los judíos que apedrearon a Estaban, matándole,
porque Esteban exclamara “Señor, no les tomes en cuenta este pecado” ?
No sin que cambiaran de parecer, creyeran en el Cristo, se arrepintieran de
tan horrible pecado y se bautizaran para el perdón de pecados. Saulo
(Pablo), joven para aquel entonces, presenció la muerte de Estaban,
consintiendo. No fue perdonado hasta no creer, arrepentirse y lavar sus
pecados mediante el bautismo ( Hechos 22:16 ).
(3) Conclusión: opinamos que las exclamaciones de Cristo y de Esteban
son más bien de índole retórica . Evidenciaban la buena voluntad de
ambos hacia sus enemigos y el espíritu mismo de la nueva ley ( Mateo
5:43-47 ), pero no resultaron en el perdón incondicional e inmediato de los
culpables. Quizás pueda entenderse asimismo, es decir, como de índole
retórica, la expresión de Pablo cuando dice: “Mi oración a Dios por Israel,
es para salvación.”
e. Consideremos la expresión de Pablo: “el anhelo de mi corazón... por
Israel, es para salvación.”
(1) “El anhelo,” es decir, el deseo ferviente del corazón. Tal sentimiento es
muy noble. Debemos tenerlo para todo pueblo y toda persona. Pero, ¿a
cuántas almas salva el anhelo por sí solo? El anhelo, por ardiente que sea,
por sí solo no salva a nadie. Puede impulsarnos a predicar más el
evangelio, pero por sí solo no salva a nadie. Tampoco “la oración por los
pecadores para salvación.” El único poder espiritual que atrae
legítimamente a los pecadores a Cristo, haciendo posible su salvación, es
el evangelio puro.
(2) Ni el anhelo más ardiente, ni la oración más ferviente, resulta en la
salvación de los pecadores de cualquier nación, sino que se salvan solo
cuando oyen el evangelio, creen, se arrepienten, se bautizan y perseveran
en la doctrina de los apóstoles.
f. ¿ Que fue el resultado palpable de la oración de Pablo por la salvación
del pueblo judío? ¿Se salvó todo el pueblo? No. ¿Se salvaron más
individuos de la nación? Ninguno se salvó sin obedecer el evangelio.
III. Si no es correcto orar por la conversión de pecadores, entonces ¿qué
podemos pedir en oración que nos ayude en la misión de evangelizar?
A. Efesios 6;18-20. “Orando en todo tiempo con toda oración en el
Espíritu... por mí...
1. “a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer ...
2. “con denuedo el misterio del evangelio.”
B. Romanos 15:30-32 . “Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor
Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí
a Dios...
1. “para que sea librado de los rebeldes que están en Judea...
2. “y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta...
3. “para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios,...
4. “y que sea recreado juntamente con vosotros.”

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