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El proceso de transición a la democracia y la constitución de 1978.

Elecciones de 1977.

Analiza el resultado de las primeras elecciones democráticas y explica


brevemente la ideología de los diferentes partidos:

En la primavera de 1977, los partidos de la izquierda que habían organizado la


oposición al régimen de Franco (PSOE, PCE...) se prepararon para la celebración
de elecciones generales. A la derecha, el veterano político Manuel Fraga creó un
nuevo partido, Alianza Popular, de carácter conservador, representante del
franquismo sociológico aunque no ultra, fundado en su mayoría por ex ministros
franquistas y falangistas. En 1989 se refundó con otras formaciones políticas
conservadoras dando origen al Partido Popular.
Desde el gobierno se constituyó la Unión de Centro Democrático, cuyo líder era
Adolfo Suárez, partido que aglutinaba las fuerzas democristianas y
socialdemócratas del país.
Las elecciones generales se celebraron el 15 de junio de 1977. La jornada
electoral transcurrió con absoluta normalidad y una alta participación. El triunfo
fue para UCD, que consiguió 166 diputados quedando el PSOE, partido de
ideología socialdemócrata y fundado en 1879 por Pablo Iglesias, en segundo
lugar, con 118 diputados, liderado por Felipe González. Después vendría el PCE,
partido político marxista que se había distinguido por la lucha contra el
marxismo y que liderado por Santiago Carrillo obtiene el tercer puesto con 19
diputados; Alianza Popular con 16 diputados y, por último, el PSP del profesor
Enrique Tierno Galván concurre a las elecciones con varios partidos que habían
formado parte de la Federación de Partidos Socialistas, bajo el nombre Unidad
Socialista, y obtiene 6 escaños.
La Federación de la Democracia Cristiana, liderada por Joaquín Ruiz-Giménez se
estrella en las elecciones. La ultraderecha no obtiene ningún escaño.
Ninguno de los tradicionales partidos republicanos -con la excepción del por
entonces influyente Partido Comunista-, ni sus herederos (Izquierda Republicana,
Acción Republicana Democrática Española, Esquerra Republicana de Catalunya)
pudieron participar en estas elecciones, pues no se les concedió la legalidad hasta
unos meses después de las elecciones.
Varios partidos nacionalistas, destacando los catalanes y vascos, obtienen
representación parlamentaria. Las Cortes resultantes de estos comicios son las
que redactarían poco después la Constitución de 1978.

Los Pactos de la Moncloa:


Los Pactos de la Moncloa fueron los acuerdos firmados en el Palacio de la
Moncloa durante la transición española el 27 de octubre de 1977 entre el
Gobierno de España de la legislatura constituyente, presidido por Adolfo Suárez,
los principales partidos políticos con representación parlamentaria en el
Congreso de los Diputados, con el apoyo de las asociaciones empresariales y el
sindicato Comisiones Obreras (excepto algunas secciones sindicales del mismo)
y el rechazo de la Unión General de Trabajadores y de la CNT, con el objetivo de
procurar la estabilización del proceso de transición al sistema democrático, así
como adoptar una política económica que contuviera la galopante inflación que
alcanzaba el 47%. En 1977 la situación económica es explosiva:

• En un país en el que el 66% de la energía es importada, la crisis


petrolífera de 1973 ha pasado desapercibida, es decir los últimos
gobiernos de Franco no han tomado ninguna medida frente al barril de
petróleo que pasa en doce meses de 1,63 a 14 dólares.
• Las exportaciones cubren el 45% de las importaciones, el país
carece de recursos para mantener sus intercambios con el exterior y pierde
100 millones de dólares diarios de reservas exteriores, acumulando entre
1973 y 1977 14.000 millones de dólares de deuda exterior, lo que
representa un importe superior al triple de las reservas de oro y divisas del
Banco de España.
• La inflación, como ya hemos indicado anteriormente, está a niveles
altísimos: del 20% de 1976 se pasa a mediados de 1977 al 44%, frente al
10% de promedio de los países de la OCDE.
• Las empresas tienen deudas de centenares de miles de millones de
pesetas lo cual contribuye a que el paro empiece su largo crecimiento: ya
se sitúa en 900.000 personas de las cuales sólo 300.000 reciben subsidio
de desempleo.

Entre las fuerzas políticas es unánime la preocupación por esta situación y el


Gobierno siente la necesidad de elaborar una solución que ponga de acuerdo a
todo el arco parlamentario, es decir aplicar en este sentido una "política de
concentración". Es Enrique Fuentes Quintana quien redacta el documento base,
haciendo suya una declaración de un político republicano de 1932: «O los
demócratas acaban con la crisis económica española o la crisis acaba con la
democracia». Durante el mes de agosto el Gobierno se reúne con los sindicatos
para convencerlos de la necesidad de la moderación salarial para acabar con la
inflación, en septiembre Fuentes Quintana discute con el resto del Gobierno su
documento base y en octubre se redacta el texto final con los demás partidos
políticos. El día 25 de ese mes firman los Pactos de la Moncloa los representantes
de los principales partidos políticos, incluidos Santiago Carrillo y Manuel Fraga,
aunque éste no subscribe, lógicamente, el pacto sobre cuestiones jurídicas y
políticas (derecho de reunión y asociación, reforma del Código Penal y
reorganización de las fuerzas de orden público).
Los pactos son aprobados por el Parlamento el día 27 y su contenido se divide en
medidas urgentes (contra la inflación y el desequilibrio exterior) y reformas
necesarias a medio plazo para repartir los costes de la crisis. Las medidas de
saneamiento a corto plazo son:

• Una política monetaria que frene la expansión de la masa monetaria.


• Una política presupuestaria que reduzca el déficit público.
• La fijación de un cambio de la peseta realista que reduzca la deuda
exterior.
• La obligación de incrementar los salarios en base a la inflación prevista y
no a la pasada, con el objetivo de que los salarios no aumenten más de un
22% como promedio en 1978 respecto a 1977: se pide pues a los
trabajadores que no mejoren su nivel de vida durante ese año.
• Contra el paro se presentan una serie de normas que permiten la
contratación temporal, sobre todo de jóvenes que no han accedido nunca a
un puesto de trabajo.

Las reformas a estudiar son:

• La fiscal y la de la administración tributaria para que todos los ciudadanos


paguen sus impuestos.
• La aplicación de un control real a la liquidez y solvencia de los bancos y
cajas de ahorro.
• La reforma en sentido flexibilizador del mercado laboral: en tiempos de
Franco el despido era prácticamente imposible.

Los efectos de los Pactos de la Moncloa son positivos en algunos sentidos y


menos en otros: la inflación acaba el año en el 26,4% contra las previsiones del
80% y cerrará 1978 en el 16%, las reservas de divisas duplican y las cuentas de
las empresas empiezan a mejorar y emprenden el camino hacia los beneficios.

Comenta el
texto.

a)

Establece qué tema trata cada uno de los artículos y resume su


contenido. Compara esta Constitución con la de 1931 y señala
algunas similitudes y diferencias.
El artículo 1 trata sobre la Soberanía Nacional y los valores del Estado. Este
artículo implica la constitución de un Estado social y democrático de Derecho,
concepto que fusiona tres ideas de distinto origen histórico, que el texto
constitucional considera unidas e independientes. También define la soberanía
nacional, que es el ejercicio de la autoridad que reside en un pueblo y que se
ejerce por medio de sus órganos constitucionales representativos. Por último,
señala que la forma política del Estado español es la monarquía parlamentaria.
Así pues, la forma de gobierno mencionada implica que el Rey es el Jefe del
Estado, pero no controla el poder ejecutivo, sino que éste está sometido al control
parlamentario.

El artículo 2 trata sobre la unidad de la Nación y garantiza los derechos de las


autonomías. Este artículo reconoce el derecho a la autonomía de las distintas
nacionalidades y regiones, relacionando el principio con la unidad de la Nación
española y solidaridad entre las comunidades autónomas que la compongan.
Confiere la potestad legislativa en exclusiva a la representación popular.

El artículo 3 proclama el castellano y otras lenguas españolas como oficiales.


España es una nación formada por varias nacionalidades, lo que implica la
existencia de una pluralidad de naciones y lenguas, siendo el castellano la lengua
oficial común.

El artículo 6 habla de la libre creación de partidos políticos, estando estos, los


sindicatos y las fuerzas armadas entre las instituciones fundamentales del Estado,
cada uno con su función.

El artículo 7 establece la libre creación de los sindicatos de trabajadores y


asociaciones de empresarios, consagrando su papel como organizaciones básicas
para la defensa y la promoción de los intereses económicos y sociales.

En cuanto a la comparación de las Constituciones, podemos decir que la actual es


deudora en muchos aspectos de la constitución del 31. Así, como semejanzas
encontraríamos el estado de las autonomías, el tribunal constitucional, la
diputación permanente, los derechos colectivos o la limitación por interés común
de la propiedad privada.

No obstante, las diferencias son importantes. Mientras que la Constitución del 78


esta consensuada por todos los partidos políticos (excepto PNV), es abierta y
ambigua, dejando muchos elementos para disposiciones posteriores, la del 31 es
una constitución de izquierdas.

En este sentido podemos destacar, como diferencias, de la Constitución del 78 la


monarquía constitucional, la mención a la Iglesia Católica, la postergación a
leyes posterior de asuntos como el divorcio, el bicameralismo o la menor fuerza
del poder legislativo. La vigencia y la estabilidad otorgada al país por la
constitución del 78 pueden indicar que el éxito de esta Constitución se ha basado
en la adaptación a las circunstancias políticas, económicas, sociales y culturales
de ese momento.

b) ¿Qué significa la definición de España como “un Estado social y


democrático de derecho”?

El concepto de Estado social forma las bases político-ideológicas del sistema de


economía social de mercado. En términos más recientes, incorpora a su propia
denominación el concepto de Estado de derecho, dando lugar a la expresión
Estado social de derecho, y también, además, el concepto de Estado democrático,
dando lugar a la expresión Estado social y democrático de derecho. El Estado
social es un sistema que propone fortalecer servicios y garantizar derechos
considerados esenciales para mantener el nivel de vida necesario para participar
como miembro pleno en la sociedad, tales como la asistencia sanitaria, la salud,
la educación pública, trabajo y vivienda dignos, indemnización de desocupación,
subsidio familiar, acceso práctico y real a los recursos culturales (bibliotecas,
museos, tiempo libre), asistencia del inválido y del anciano, defensa del ambiente
natural y garantizar los denominados derechos sociales mediante su
reconocimiento en la legislación.

Provee la integración de las clases sociales menos favorecidas, evitando la


exclusión y la marginación, de compensación de las desigualdades, de
redistribución de la renta a través de los impuestos y el gasto público. Utiliza
instrumentos como los sistemas de educación y sanidad (en mayor o menor grado
públicos o controlados por el estado, obligatorios o universales y gratuitos o
subvencionados), financiados con cotizaciones sociales. Además, se tiende a la
intervención en el mercado y la planificación de la economía.

c) ¿Cómo se concibe la “nación española”? ¿Por qué habla de


“nacionalidades y regiones”? ¿Cómo se resuelve la cuestión de las
diversas lenguas que se hablan en España? ¿Qué significa “lengua
oficial”?

La Nación española se concibe como un sujeto político neto, soberano,


compuesto por individuos libres e iguales ante la Ley; un sujeto político que
arrincona la vieja idea del súbdito y del vasallo: Nación, pues, entendida como
conjunto de todos los españoles de una y otra orilla del Atlántico, de uno y otro
hemisferio, y organizada según el ejercicio de un poder público capaz de
fomentar y garantizar el libre desarrollo de la persona (del ciudadano) en la
sociedad.

La Constitución Española de 1978 reconoce la existencia de regiones y


nacionalidades, y les concede la autonomía sin establecer diferencias
administrativas entre ellas. Se han venido considerando nacionalidades todas
aquellas Comunidades Autónomas que obtuvieron su autonomía por el artículo
151 de la Constitución Española de 1978, dada la coincidencia que durante el
proceso de constitución de las diversas Comunidades Autónomas se dio entre
aquéllas que gozaban de órganos preautonómicos reconocidos legalmente y
fuertes partidos nacionalistas y las que finalmente emplearon la vía de
constitución establecida en este artículo. De esta manera, Cataluña, País Vasco,
Galicia y Andalucía emplearon el procedimiento rápido regulado en dicho
precepto constitucional y se constituyeron en Comunidades Autónomas con un
alto nivel de competencias. El resto de Comunidades Autónomas (exceptuando a
Navarra, que lo hizo por un camino particular de acuerdo a su régimen foral) se
constituyeron por el procedimiento señalado por el artículo 143 de la
Constitución, que les impone la limitación temporal de 5 años para poder
reformar sus Estatutos y ampliar las competencias asumidas.

El tercer Artículo de la Constitución acepta varias «lenguas españolas», de las


cuales una es el castellano, como lengua oficial del Estado que todos los
españoles tienen el deber de conocer y el derecho a usar, y otras las lenguas
españolas que sean definidas como oficiales en las respectivas Comunidades
autónomas, de acuerdo con sus Estatutos. Es más, el reconocimiento de las
lenguas regionales es más generoso en la Constitución de 1978 que en la del 31,
puesto que esas lenguas españolas se declaran también oficiales en las
Comunidades de acuerdo con sus Estatutos, mientras que la Constitución de 1931
las aludía sólo indirectamente con una referencia a «los derechos que las leyes
del Estado reconozcan a las lenguas de las provincias o regiones», con la
salvedad importantísima de que a nadie se le podía exigir el conocimiento ni el
uso de ninguna lengua regional, «salvo lo que se disponga en leyes especiales».
Aún más, la Constitución actual considera que esas modalidades lingüísticas son
«un patrimonio cultural que debe ser objeto de especial respeto y protección».

Una lengua oficial es aquella que está especificada como de uso corriente en
documentos oficiales en la Constitución, u otro instrumento legal, de un país y
por extensión en sus territorios o áreas administrativas directas, es el idioma de
uso oficial en los actos o servicios de la administración pública o privada, y en la
justicia. También puede ser, sin que exista una definición legal, la lengua de
instrucción y enseñanza oficial en el sistema educacional nacional.

d) Enmarca esta Constitución en el momento histórico en que fue


promulgada. ¿Por qué decimos que fue una Constitución de consenso?
La Constitución se enmarca en el período histórico de la Transición, que supuso
para España el paso de la dictadura franquista a un régimen monárquico,
democrático y parlamentario.
El 22 de noviembre de 1975 se realizaba la investidura de Don Juan Carlos de
Borbón como Rey de España, el cual reinstauraba la monarquía. Sin embargo, la
sociedad no confía en el cambio. A pesar de todo, la transición se encuentra
estabilizada por el Soberano y la Monarquía, empezando a nacer la esperanza de
un futuro democrático. Adolfo Suárez será nombrado por el Rey primer
Presidente del Gobierno.
El 15 de diciembre de 1976 se realiza el Referéndum General para la aprobación
de la Ley de Reforma Política. Además, se legalizan todos los partidos políticos.
El 15 de junio de 1977 se convocan las Primeras Elecciones Generales mediante
voto libre y secreto. Se forma el primer Parlamento democrático con dos
Cámaras: el Congreso y el Senado. También se elige la comisión que redacta el
texto de la Constitución (con siete parlamentarios, uno de cada partido político)
Finalmente, el 6 de diciembre es aprobada y el 29 de diciembre, promulgada.

Decimos que fue una Constitución de consenso porque fue fruto del acuerdo de
una gran mayoría de las fuerzas políticas. Especialmente se solía identificar el
consenso con el entendimiento entre las dos principales: la gobernante (UCD) y
el primer partido de la oposición (PSOE), siendo los principales negociadores
Fernando Abril Martorell y Alfonso Guerra. A veces incluso existía un recelo por
parte de otras fuerzas políticas de que los asuntos venían previamente pactados,
lo que alteraría el mismo sentido de la expresión (con lo que pasó a recibir en
algunos ámbitos, sobre todo entre grupos minoritarios, un significado negativo)

Previamente a la Constitución se había conseguido, con el mismo espíritu, un


importante pacto consensuado en el terreno económico y social: los Pactos de la
Moncloa.

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