Sunteți pe pagina 1din 7

Diccionario crítico de términos del humor y breve enciclopedia de la cultura humorística

argentina

Grupo de Investigadores del humor

María Eugenia Almeida


María Ximena Ávila
Ana Beatriz Flores
Marcelo Alejandro Moreno
Stella Maris Navarro Cima
María Florencia Ortiz

Colaboradores invitados

Silvia Barei
Gustavo Blázquez
Andrea Bocco
Mabel Brizuela
Marcela Carranza
Jorge Dubatti
Laura Fobbio
Susana Gómez
María Amelia Hernández
Antonio Oviedo
Silvina Patrignoni
Elena Pérez

Cuidado de la edición

María Eugenia Almeida


Prólogo

“Diccionario, s. Artificio literario que con perversión


paraliza el desarrollo de una lengua, y le quita
conjuntamente soltura y elasticidad. Sin embargo,
el presente diccionario, es una obra útil.”

Ambrose Bierce: Diccionario del diablo

La idea de escribir este libro surgió a partir de algunas demandas (no masivas, por
cierto) de colegas, estudiantes, becarios, gente que confió inadvertidamente en que
pudiéramos aclarar algunas cuestiones en torno al humor, acercar bibliografía, opiniones. Se
nos presentó entonces el desafío de no defraudar esa confianza que depositaron en nosotros en
tanto nos auto instituimos como el GIH (sin reduplicaciones), Grupo de Investigadores del
Humor.
El GIH somos un equipo (de amigos) que en el marco de la Facultad de Filosofía y
Humanidades de la Universidad de Córdoba venimos trabajando desde hace un tiempo con los
discursos del humor y desde esa ocupación, decidimos que era hora de reunir la parte de las
investigaciones que teníamos al momento que es la que no apareció en nuestras publicaciones
grupales: el sustrato teórico de nuestras investigaciones sobre el humor en diversas
discursividades de la cultura argentina.
El grupo se inicia como tal en 1998. El primer proyecto que hicimos como equipo, en
ese momento dirigido por Silvia Barei y codirigido por Ana B. Flores, se llamó “Políticas del
humor en los ´90. Prácticas discursivas en la literatura, en programas televisivos, en
publicaciones periódicas y en la publicidad”. Nos propusimos armar un mapa con las
políticas de algunas discursividades de la cultura argentina humorística contemporánea. No
sólo porque es una zona de vacancia en el campo académico, sino porque el humor es una
lente privilegiada para el estudio de una cultura ya que se produce, precisamente, como una
respuesta no habitual, rupturista o cuestionadora de las reglas que la rigen: los discursos
hegemónicos y sus condiciones de posibilidad, de producción y de recepción, las reglas de
interacción social, de géneros discursivos, de lenguaje, de cierta racionalidad. La ruptura con
las reglas pone de manifiesto lo que está naturalizado, automatizado en una cultura. Las
diferentes culturas dentro de la producción argentina y cordobesa en particular (nuestro actual
proyecto) y los cruces, predominios, préstamos, usos, reelaboraciones, traducciones de
diversos discursos y de distintas formas del humor (comicidad, humorismo, sátira, parodia,
pastiche, chanza, ironía, juegos de palabras, etc.), en diferentes períodos históricos, construye
una usina de semiosis social inagotable. Comenzamos con la cultura literaria y mediática
contemporánea: el humor en el discurso publicitario, en la red, en la historieta de la cultura
juvenil, en literatura y televisión. En el bienio siguiente se agregan la caricatura y el humor en
la literatura infantil y juvenil, en el proyecto continuación del anterior que fue “Políticas del
humor en el 2000: Prácticas discursivas en la literatura, en medios (gráficos, radiales y
televisivos) e hipermedios (internet)”. La dirección de Silvia Barei coordinaba la
investigación en el marco de los estudios culturológicos. El equipo se reestructura en el año
2003 porque algunos miembros del anterior grupo siguieron con investigaciones en otros
campos y se incorporan nuevos miembros, decididos a centralizar sus estudios en la cultura
humorística. Surge así la actual conformación: Florencia Ortiz, Marcelo Moreno (Letras)
Stella Navarro (Lenguas), Ximena Ávila y Eugenia Almeida (Cs. De la Comunicación),
dirigido por Ana Flores (Letras).
Así, este libro que empezó siendo hijo de la economía, una forma de ordenar el bagaje
de nuestra incipiente experiencia, se constituyó en un fascinante viaje. Con un mínimo de
orden (por un lado las categorías teóricas y por el otro el análisis crítico de manifestaciones
del humor en la cultura argentina) nos fue mucho más fructífera y disfrutable la deriva que la
programación. Así, al comienzo pensamos sólo en la elaboración de un diccionario crítico de
términos de estudio del humor que reuniera, de una manera sistemática y de fácil manejo, las
definiciones más corrientes de las categorías con que se lo estudia. El estado de la cuestión
era el de un campo terminológico amplio, diverso y disperso, y por lo tanto, de difícil acceso.
No se pretendió seleccionar excluyentemente la “mejor definición”, en cuanto al nivel de
legitimación de autores o teorías, o en tanto síntesis de posturas diferentes, sino por el
contrario, mostrar la diversidad en el tratamiento del humor desde diferentes posturas teóricas
y disciplinares. Por eso se trabajó en extensión las teorías de las que surgen los conceptos. En
ese sentido, este diccionario se acerca a un glosario, en tanto se propone presentar las
definiciones de los términos de uso más frecuente, sin pretensiones de univocidad ni de
exactitud. Antes bien, historiza los conocimientos, se propone mostrar un menú de
definiciones desde diferentes perspectivas teóricas y disciplinares, señalar el contexto
histórico-disciplinar del término, sus usos, comentarios críticos, las remisiones bibliográficas
que permitan una lectura más extensa y completa y remisiones intratextuales a términos del
mismo diccionario y enciclopedia que den cuenta de la red conceptual. La perspectiva teórica
es entonces interdisciplinaria, centrada fundamental, aunque no excluyentemente, en las
concepciones contemporáneas: pretendemos dar cuenta de las definiciones que sobre el
humor, la risa, lo cómico, el chiste, la parodia, la sátira, la ironía, el ridículo, los diferentes
tipos de risa, los diferentes tipos de humor, el calambur, el grotesco, etc. dan la filosofía, la
estética, la historia de la cultura, el psicoanálisis, la etnología, la lingüística textual, la
semiótica estructuralista, la sociosemiótica.
Al respecto, la hipótesis de trabajo con que nos manejamos es que las definiciones de
términos de estudio de la cultura humorística varían según la perspectiva disciplinar que las
elabore, las que a su vez, responden a diferentes momentos en la historia de la cultura que las
ha generado. Así, las de más larga tradición provienen de la filosofía, la retórica y la poética,
mientras que las más recientes se producen dentro de las perspectivas del psicoanálisis, la
etnología, la semiótica. A modo de ejemplo, si buscamos las definiciones de chiste, mientras
el psicoanálisis relaciona su producción con la economía del gasto psíquico, la semiótica lo
hace con la contraposición de dos isotopías diferentes en una misma situación enunciativa y la
narratología de raigambre lingüística estructural, lo hace por la combinatoria de diversas
figuras de articulación.
El trabajo con las categorías con que se estudia el humor, puso de manifiesto también
una relativa escasez y dispersión de estudios culturales e históricos del mismo. Si bien cada
término fue acompañado de ejemplos, y esto fue con lo que habitualmente nos encontramos
en la bibliografía consultada, eso no sustituye el estudio de particulares producciones
humorísticas de una cultura en sus diferentes estratos sociales, históricos, territoriales,
soportes materiales y medios de circulación, construcción de públicos, etc. Priorizando el
trabajo del bricoleur que hace su plan a medida que procede dándoles así oportunidades al
objeto, tomó cuerpo entonces la idea de una breve enciclopedia, construida sobre todo en
base a valiosas y generosas colaboraciones de colegas ajenos al grupo.
La necesidad de una breve Enciclopedia que acompaña al diccionario de términos
nace en la tensión entre el deseo de organizar aunque sea sucintamente las producciones
humorísticas argentinas que teníamos en mente mientras trabajamos los conceptos y el temor
a las exigencias de un saber erudito del que carecemos. Así que adoptamos dos estrategias
sedantes frente a esta empresa reduccionista: pedir colaboraciones a destacados especialistas y
subrayar que, al estilo macedoniano, esta enciclopedia está llena de vacíos. El carácter
fragmentario de la misma pide un lector crítico, activo, que elabore su propio armado, que teja
su propia red jugando con las remisiones que cada entrada provee, también con las
superposiciones y redundancias, enriquecedoras o desgastantes. La selección inevitable
reconoce como criterio prioritario la valoración por las producciones humorísticas no tan
comerciales, más liberadas del mercadeo, más inquietantes y productoras de innovaciones
estéticas, géneros “menores”, así como de prácticas cotidianas generalmente invisibilizadas.
Los que faltan como ausencias imperdonables, si bien muchos han sido tratados
colateralmente, son, en literatura Oliverio Girondo, Leopoldo Marechal, Conrado Nale
Roxlo, César Bruto (Warnes) Copi, César Aira; en la televisión los programas de Verdaguer,
Olmedo, Tato Bores, Gasalla, Juana Molina, Chachachá, Delikatessen, Todo por dos pesos,
Peter Capusotto y sus videos; en teatro una atención más específica a “Las gambas al ajillo”,
nombradas tangencialmente; en música Les Luthiers, que aparecen sólo como ejemplo; en
humor gráfico Quino, Landrú, Crist, Liniers, Langer, Rep, Caloi, tratados sólo en su conjunto;
algunos humoristas cordobeses apenas nombrados (doña Jovita, Los modernos), un lugar para
el humor en el cine argentino, la tradición del circo criollo. Y tantos otros igualmente
importantes: mejor sería no haber empezado a nombrarlos, pero así la deuda queda expuesta y
pendiente.
Para terminar, queremos hacerlo dejando abierta una invitación al lector al diálogo, a
la continuación con la recepción de otros aportes, a la revisión con la auto y hétero crítica.

Ana B. Flores
Agradecimientos:
A los destacados intelectuales que aportaron generosamente con sus valiosas colaboraciones
en la sección Enciclopedia; a los colegas del GIH que transitaron por él, compañeros de
trabajo en otras épocas; a la invalorable contribución de Eugenia Almeida en la edición; a
Eduardo Romano por su seminario sobre el tema, las conversaciones con el equipo y el
material que con generosidad nos dejó; a los humoristas cordobeses de quienes seguimos
aprendiendo y con quienes compartimos ciclos, charlas y fiestas; a nuestro Centro de
Investigaciones de la Facultad, espacio de trabajo, y a la Secretaría de Ciencia y Tecnología
de la Universidad Nacional de Córdoba por la acreditación del proyecto y financiamiento de
esta publicación.
Referencias de lectura

- La publicación consta de dos partes interconectadas por sus remisiones: la primera es la del
Diccionario crítico de términos del humor y la segunda de la Enciclopedia de la cultura
humorística argentina.

- Remisiones en el cuerpo de los textos a otras entradas o artículos: *negrita. Ejemplo:


En el interior de la entrada “Lo cómico”, la aparición de *parodia reenvía a la lectura de la
entrada “Parodia”

- Remisiones al final de cada entrada del Diccionario o artículo de la Enciclopedia: Aparece


la indicación “VER” y la lista de artículos o entradas con que se articula de alguna manera,
conceptualmente y que no están explícitos en el texto.

- Las citas bibliográficas tienen los datos (Autor, año: página) de la bibliografía general que
se consigna al final del libro

- Cada desarrollo lleva la firma de su autor al final del mismo.

S-ar putea să vă placă și