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Proyecto 16469, Identificación de medicamentos para personas

ciegas

ASAMBLEA LEGISLATIVA DE LA
REPÚBLICA DE COSTA RICA

PROYECTO DE LEY

LEY DE IDENTIFICACIÓN DE MEDICAMENTOS


PARA PERSONAS CIEGAS

VARIOS SEÑORES DIPUTADOS

EXPEDIENTE N.º 16.469

DEPARTAMENTO DE SERVICIOS
PARLAMENTARIOS

PROYECTO DE LEY

LEY DE IDENTIFICACIÓN DE MEDICAMENTOS

PARA PERSONAS CIEGAS

Expediente N.º 16.469


ASAMBLEA LEGISLATIVA:

Según se desprende de la resolución de la Sala Constitucional N.º 2006-


012236, actualmente no existe una normativa que regule la obligatoriedad de
entregar por medio de algún método alguna identificación en los medicamentos
para las personas ciegas.

Leyéndose parte del mismo de la siguiente manera:

“(..) la Sala aprecia que desde hace algún tiempo, la Farmacia del Hospital
San Juan de Dios emplea el sistema de braille en el etiquetado de medicamentos,
en el caso de personas no videntes que le manifiesten al médico prescriptor su
deseo de recibirlos en esas condiciones, y actualmente, la CCSS está en el
proceso de implementar dicho método a nivel nacional. En concordancia con este
sistema utilizado por la CCSS, la sala considera que es precisamente el médico
tratante, al elegir el tratamiento que el paciente requiera, a quien corresponde
indicar cuál es el nombre de cada uno de los medicamentos prescritos, y la
dosificación particular, aspectos que deben ser revisados por el farmacéutico al
momento de su entrega, a efecto de garantizar el derecho a la salud del paciente”.

En otras palabras “(..) las autoridades de la Caja Costarricense del Seguro


Social aseguran que los Servicios de Farmacia Institucionales sí pueden hacer -y
de hecho algunos de ellos ya lo están haciendo, dentro de sus programas de
Atención Farmacéutica,- el etiquetado de los medicamentos por medio de la
escritura Braille. Ejemplos de esto es el programa desarrollado en la Farmacia del
Hospital San Juan de Dios, donde se ha implementado un programa etiquetado de
medicamentos por el sistema Braille, que consiste en: a) entrevistar al paciente no
vidente y se le pregunta si lee la escritura braille, y si cuenta o no con redes de
apoyo (familiares y amigos), que le ayuden a cumplir con el tratamiento
medicamentoso; b) se le explica al paciente que sus medicamentos van a salir de
la farmacia rotulados, tanto en escritura normal, como en escritura braille, c) Se
utiliza una regleta y papel para escritura braille, en una hoja completa se le rotula
el nombre genérico (completo) del medicamento y su fuerza, además de todas las
indicaciones para utilizar el medicamento; d) A la vez se le escribe en braille el
nombre genérico completo del medicamento y la fuerza y éste se lo pega a la caja
(empaque secundario) del medicamento, junto a la etiqueta normal que la farmacia
siempre utiliza; f) posteriormente, el o la farmacéutica le entrega los medicamentos
rotulados con el nombre en braille y las hojas ( escritas en braille) con las
indicaciones para el uso de cada uno de ellos; g) El o la farmacéutico (a) junto con
el o la paciente revisan y aclaran cualquier duda”.

A pesar de ello, “(..) si bien nadie duda de la importancia que el Braille


-sistema de lectura y escritura táctil para personas con discapacidad visual-,
representa para los no vidente, no es el único método que existe para ese
propósito, pues existen otros como el texto electrónico y otros sistemas auditivos,
que permiten el acceso de estas personas al lenguaje y la escritura. Asimismo, el
Braille no es utilizado por todas las personas que tienen dicho padecimiento, sino
que en realidad, un porcentaje muy reducido lo utiliza. Aún cuando los datos
varían de país en país, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud y
otros organismos mundiales, cerca del 10% de la población no vidente en el
planeta utiliza el sistema Braille”.

Por ello, es necesario “(..) buscarse la implementación de métodos o


sistema que permitan a cualquier persona ciega identificar los
medicamentos que le sean prescritos, y su dosificación, de manera que
exista un beneficio para todas las personas con esa discapacidad.

A manera de ejemplo, actualmente otros países han desarrollado sistemas


que permiten la comunicación entre etiquetas y dispositivos móviles a través de
frecuencias de radio, permitiendo que los últimos reproduzcan la información de
manera audible”.

Esto es precisamente lo que busca esta iniciativa, por lo que, “En primer
término, es importante señalar que tanto la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, como la Constitución Política de Costa Rica, reconocen el
derecho a la igualdad, así como la prohibición de hacer distinciones contrarias a la
dignidad de la persona -artículos 24 y 33 respectivamente.- Adicionalmente, los
derechos de las personas con discapacidad están protegidos en instrumentos
internacionales como la “Convención Americana para la Eliminación de todas las
Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad”, aprobada por la
Asamblea Legislativa mediante la Ley N.º 7948 y en la “Ley de igualdad de
oportunidades para las personas con discapacidad” N.º 7600, publicada en el
diario oficial La Gaceta de 29 de mayo de 1996. La Convención define en su
artículo 1 la discriminación de la siguiente manera:

“El término discriminación contra las personas con discapacidad, significa toda distinción, exclusión o
restricción basada en una discapacidad, antecedente de discapacidad, consecuencia de discapacidad
presente o pasada, que tenga el efecto o el propósito de impedir o anular el reconocimiento, goce o ejercicio
por parte de las personas con discapacidad, de sus derechos humanos y libertades fundamentales”.
El mismo artículo define qué se entiende por discapacidad, de la siguiente
manera:
“El término “discapacidad” significa una deficiencia física, mental o
sensorial, ya sea de naturaleza permanente o temporal, que limita la
capacidad de ejercer una o más actividades esenciales de la vida diaria,
que puede ser causada o agravada por el entorno económico o social”.

Asimismo, consagrada la obligación de los Estados que la suscriben, a


adoptar:

“las medidas para eliminar progresivamente la discriminación y promover


la integración por parte de las autoridades gubernamentales y/o entidades
privadas en la prestación o suministro de bienes, servicios, instalaciones,
programas, actividades, tales como el empleo, el transporte, las
comunicaciones, la vivienda, la recreación, la educación, el deporte, el
acceso a la justicia y los servicios policiales y las actividades políticas y de
administración”.

Del preámbulo de dicha Convención y de la Conferencia Mundial de


Derechos Humanos, Declaración y Programa de Acción de Viene de 1993, se
desprende que todas las personas tienen el mismo derecho a la vida y al
bienestar, a la educación y al trabajo, a vivir independientemente, y a la
participación activa en todos los aspectos de la sociedad. Por está razón, se
considera que cualquier discriminación o cualquier trato discriminatorio negativo
de una persona con discapacidad es una violación a sus derechos. Finalmente,
reconoce que a las personas con discapacidad se les debe garantizar igualdad de
oportunidades, mediante la supresión de todos los obstáculos determinados
socialmente, ya sean físicos, económicos, sociales o psicológicos que excluyan o
restrinjan su plena participación en la sociedad. De ahí que ese instrumento
internacional consagra una obligación para los países signatarios de aportar las
medidas de carácter legislativo contra las personas con discapacidad y propiciar
su plena integración en la sociedad incluidas las siguientes, sin que la lista sea
taxativa:

“a) Medidas para eliminar progresivamente la discriminación y promover


la integración por parte de las autoridades gubernamentales y/o entidades
privadas a la prestación o suministro de bienes, servicios, instalaciones,
programas y actividades, tales como el empleo, el transporte, las
comunicaciones, la vivienda, la recreación, la educación, el deporte, el
acceso a la justicia y los servicios policiales, y las actividades políticas y
de administración;

b) Medidas para eliminar, en la medida de lo posible, los obstáculos


arquitectónicos, de transporte y comunicaciones que existan, con la
finalidad de facilitar el acceso y uso para las personas con discapacidad;
(…)” (En el mismo sentido se pueden consultar las sentencias 2001-12062
de las diez horas con veinticuatro minutos del veintitrés de noviembre de
dos mil uno y la 2003-09003 de las dieciocho horas cuarenta y siete
minutos del veintiséis de agosto de dos mil tres.

En este orden de ideas, la Ley de igualdad de oportunidades para las


personas con discapacidad, Ley N.º 7600, en sus artículos 31, 32 y 36 estipula:

“Artículo 31.- Acceso

Los servicios de salud deberán ofrecerse, en igualdad de


oportunidades, a toda persona que los requiera. Serán considerados
como actos discriminatorios, en razón de la discapacidad, el negarse a
prestarlos, proporcionarlos de inferior cantidad o no prestarlos en el centro
de salud que le corresponda.

Artículo 32.- Procedimientos de coordinación y supervisión

La Caja Costarricense de Seguro Social establecerá los


procedimientos de coordinación y supervisión para los centros de salud
públicos que brindan servicios especializados de rehabilitación, con el fin
de facilitar el establecimiento de políticas congruentes con las
necesidades reales de la población.

Artículo 36.- Responsabilidad del Ministerio de Salud

Es responsabilidad del Ministerio de Salud certificar la calidad y el


estricto cumplimiento de las especificaciones de las ayudas técnicas que
se otorguen en las instituciones estatales o se distribuyan en el mercado.”
“(…) Sobre el derecho a la salud. De importancia para la resolución de este
asunto debe indicarse que esta Sala se ha pronunciado en numeras
oportunidades sobre el tema del derecho a la vida -y con él, el derecho a la salud-
siendo un ejemplo de ello la sentencia número 5130-94 de las diecisiete horas
treinta y tres minutos del siete de septiembre de 1994 que en lo conducente
señala:

“Doctrina y Filosofía a través de todos los tiempos han definido a la vida


como el bien más grande que pueda y deba ser tutelado por las leyes, y
se le ha dado el rango de valor principal dentro de la escala de los
derechos del hombre, lo cual tiene su razón de ser pues sin ella todos los
demás derechos resultarían inútiles, y precisamente en esa media es que
debe ser especialmente protegida por el Ordenamiento Jurídico. En
nuestro caso particular, la Constitución Política en su artículo 21 establece
que la vida humana es inviolable y a partir de ahí se ha derivado el
derecho a la salud que tiene todo ciudadano, siendo en definitiva al Estado
a quien le corresponde velar por la salud pública impidiendo que se atente
contra ella”.

En efecto, la preponderancia de la vida y de la salud, como valores


supremos de las personas, está presente y señalada como de obligada tutela para
el Estado, no solo en la Constitución Política, sino también en diversos
instrumentos internacionales suscritos por el país. De lo anterior, debe quedar
absolutamente en claro no solo la relevancia de los valores para los cuales
reclama tutela el recurrente, sino también el grado de compromiso que el Estado
costarricense ha adquirido en cuanto a acudir de manera incuestionable e
incondicional en su defensa. Al respecto, la Sala ha reiterado también el carácter
crucial, fundamental, de la misión encomendada por el constituyente a la Caja
Costarricense de Seguro Social. Precisamente el mismo fallo citado arriba indicó,
refiriéndose a la prestación de servicios de salud:

“En el caso particular de nuestro país, ha sido la Caja Costarricense del


Seguro Social la institución llamada a brindar tal servicio público, debiendo
en consecuencia instrumentar planes de salud, crear centros
asistenciales, suministrar medicamentos, dar atención a pacientes, entre
otras cosas, contando para ello no solo con el apoyo del Estado mismo,
sino además con el aporte económico que realiza una gran parte de la
población con las cotizaciones para el sistema”.
Por las razones anteriormente expuestas se presenta a conocimiento de la
honorable Asamblea Legislativa, el presente proyecto de ley.

LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DE LA REPÚBLICA DE COSTA RICA


DECRETA:

LEY DE IDENTIFICACIÓN DE MEDICAMENTOS

PARA PERSONAS CIEGAS

ARTÍCULO ÚNICO.- Todas las farmacias, sean estas de la Caja


Costarricense de Seguro Social o privadas, deberán brindar a todas las personas
con discapacidad visual parcial o total, la posibilidad de identificar los
medicamentos prescritos, su dosificación e instrucciones necesarias, por medio de
los métodos o sistemas adecuados o técnicamente definidos.

Rige a partir de su publicación.

Carlos Gutiérrez Gómez Lesvia Villalobos Salas

Orlando Hernández Murillo Federico Tinoco Carmona

Guyon Massey Mora José Manuel Echandi Meza


Bienvenido Venegas Porras José Ángel Ocampo Bolaños

Óscar López Arias

DIPUTADOS

17 de noviembre de 2006.

NOTA: Este proyecto pasó a estudio e informe de la Comisión

Permanente de Asuntos Sociales.

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