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UNIDAD X
LAS EMOCIONES
Las emociones son respuestas normales y adaptativas del organismo para adecuarse a
las exigencias y demandas del medio interno o externo.
El término emoción proviene del latín (e intensivo + moveré, mover) y las emociones
realmente nos mueven.
La emoción se caracteriza por una activación fisiológica y por cambios en las
expresiones faciales, los gestos, la postura y los sentimientos subjetivos.
Primero, el cuerpo presenta activación física que nos hace decir que nos sentimos
"movidos" por una obra teatral, un funeral o un gesto de amabilidad. Segundo, a menudo nos
sentimos motivados —o movidos— a hacer algo por emociones como el miedo, la ira o el gozo.
Muchas de las metas que buscamos nos hacen sentir bien. Muchas de las actividades
que evitamos nos hacen sentir mal. Nos alegramos cuando tenemos éxito y entristecemos
cuando fracasamos.
Las emociones están ligadas a muchas conductas de adaptación básicas: agredir,
escapar, buscar comodidad, ayudar a la gente, reproducirse.
También es evidente que tienen negativos. El pánico escénico o el bloqueo en los
deportes pueden empañar una ejecución. Odio, ira, deprecio, repugnancia y miedo alteran la
conducta y las relaciones, pero muchas veces las emociones también favorecen la
supervivencia.
Los latidos intensos del corazón, las palmas sudorosas de las manos, las "mariposas" en el
estómago y otras reacciones orgánicas son un elemento fundamental del miedo, la ira, la
alegría y otras emociones. Estos cambios fisiológicos incluyen alteraciones en la frecuencia
cardíaca, la presión sanguínea, la sudoración y otras reacciones; casi todas ellas causadas por
la adrenalina, hormona que producen las glándulas suprarrenales.
La actividad del sistema nervioso simpático hace que fluya adrenalina hacia la corriente
sanguínea. Las personas a quienes se han extirpado esas glándulas por causas médicas
muestran mucha menor emotividad.
Las expresiones emocionales, o signos externos de lo que se siente, son otro elemento
importante. Por ejemplo, cuando tenemos mucho miedo, nos tiemblan las manos, el rostro se
arruga y adoptamos una postura tensa y defensiva.
La emoción también se manifiesta en cambios notables del tono de voz o de la modulación.
Estos tipos de expresiones son importantes porque comunican la emoción entre la gente.
Un sentimiento emocional (experiencia privada de una persona) es el último elemento
importante, es la parte de la emoción con la que estamos más familiarizados.
CEREBRO Y EMOCIÓN
Las emociones primarias que hemos descrito pueden subdividirse en dos categorías:
positivas y negativas. Por lo regular pensamos en ellas como opuestas, pero no es así. Los
humanos experimentamos emociones positivas y negativas al mismo tiempo. ¿Cómo es
posible?
Los registros de la actividad cerebral muestran que las emociones positivas son
procesadas principalmente en el hemisferio izquierdo mientras que las emociones negativas
son procesadas en el hemisferio derecho.
El hecho de que ambas provengan de la actividad de diversas áreas del cerebro explica
por qué podemos sentirnos contentos y tristes al mismo tiempo.
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La amígdala recibe información
sensorial de forma rápida y directa,
sin pasar por la corteza cerebral. En
consecuencia, nos permite responder
ante un peligro antes de que en
realidad sepamos lo que está
sucediendo. Esta respuesta primitiva
de temor no está bajo el control de los
centros cerebrales superiores. La
función de la amígdala en las
emociones explica por qué quienes
sufren una fobia o una ansiedad
paralizante sienten miedo a veces sin
saber por qué. La amígdala se
especializa en causar miedo.
Una lesión de la amígdala causa "ceguera" ante las emociones. Un ladrón armado podría
sostener una pistola contra la cabeza de la víctima sin que ésta sintiera miedo. Estas personas
no pueden "leer" ni entender las emociones de los demás. Muchas pierden la capacidad de
relacionarse normalmente con amigos, parientes y compañeros de trabajo.
FISIOLOGÍA DE LA EMOCION
Un nativo africano aterrorizado por un león y un habitante de la ciudad aterrorizado por
un malhechor reaccionarán en forma muy parecida. Estos incidentes suelen causar tensión
muscular, latidos acelerados del corazón, irritabilidad, resequedad en la garganta y en la boca,
sudoración, "mariposas en el estómago", micción frecuente, temblores, inquietud, sensibilidad
a ruidos fuertes y muchos otros cambios corporales. Estas reacciones son casi universales
porque son innatas. En concreto, las produce el sistema nervioso autónomo (SNA) (sistema
que conecta el cerebro a los órganos internos y las glándulas). Su actividad es automática, no
voluntaria.
El sistema parasimpático reacciona con mucha mayor lentitud que el simpático. Por eso el
latido cardiaco, la tensión muscular y otros signos de excitación no desaparecen sino hasta 20
o 30 minutos después de una emoción intensa, como el miedo. Más aún, después de un fuerte
choque emocional puede sobrerreaccionar y reducir demasiado la presión sanguínea. Esto
causa mareos o desmayos después de ver algo impactante como un accidente horrible.
CAMBIOS HORMONALES EN RESPUESTA A LA EMOCION
1) TEORIA DE PAPEZ
Papez creía que la información sensorial que llega al tálamo se dirigía hacia la corteza
cerebral y el hipotálamo.
La información que salía del hipotálamo daba lugar a las respuestas emocionales de
control del cuerpo y, por último, la información que salía de la corteza daba lugar a los
sentimientos emocionales. Los trayectos seguidos hasta la corteza se llamaban «canal del
pensamiento».
Papez propuso una serie de conexiones desde el hipotálamo hasta el tálamo anterior y
hasta la corteza cingular (parte de la corteza media evolutivamente antigua).
Las experiencias emocionales tienen lugar cuando la corteza cingular integra las señales
recibidas desde la corteza sensorial (parte de la corteza lateral evolutivamente nueva) y desde
el hipotálamo.
La información que sale de la corteza cingular hacia el hipocampo y, desde aquí, al
hipotálamo permite que los pensamientos que tienen lugar en la corteza cerebral controlen las
respuestas emocionales.
McLean, creador del modelo del cerebro triuno, ubica físicamente las áreas del cerebro
típicas de un reptil dentro de la zona más baja del cerebro humano, contando esta con zonas de
desarrollo características de un reptil. Luego ubica la de los mamíferos y al final la de los seres
humanos.
Tomando en cuenta la evolución de las especies, Paul Mclean observa que tal como un
árbol con el tiempo añade capa sobre capa de corteza, el cerebro ha ido añadiendo capas a lo
largo de la evolución que va (generalizando) desde los reptiles hasta el ser humano.
Sistema Límbico: Constituye el asiento de la emociones (Miedo, amor, rabia, tristeza, alegría),
de la inteligencia afectiva y motivacional. Trabaja en sintonía con el reptil. Toda información
sensorial es filtrada por este sistema antes de pasar al neocortex. Promueve la productividad,
la satisfacción en el trabajo y en el aprendizaje.
Neocortex: Es el cerebro humano más evolucionado. Sperry, Gazzaniga y Bogen, consideraron
su división en dos hemisferios (izquierdo y derecho) con funciones específicas. Su contribución
es significativa para la praxis educativa.
Hemisferio izquierdo: Asiento de la inteligencia racional, es consciente, secuencial, lineal,
paso a paso. Posibilidad de razonar y relacionar los pensamientos en forma secuencial y lógica.
Analítico, aritmético, ejecutivo, agresivo, escritor, dominio de la actividad de la mano derecha.
Hemisferio derecho: Inteligencia asociativa, creativa e intuitiva. Es inconsciente, simbólico,
afásico, agráfico, capaz de sintetizar, establece relaciones espaciales, intuitivas y geométricas.
Holístico, libre de expresar los sentimientos, se relaciona con el mundo de las sensaciones y
emociones más que con los códigos verbalmente lógicos. Percibe la totalidad de una escena.
El espacio familiar y educacional refuerzan el uso de las tendencias cerebrales, de los
hemisferios izquierdo o derecho. Así observamos personas inflexibles o flexibles, rígidas o
permisivas, impositivas o participativas.
El sentido común nos dice que sentimos miedo al ver un oso, nos excitamos y corremos
(sudamos y gritamos). Pero ¿es ése el orden verdadero de las cosas? En la década de 1880, el
psicólogo estadounidense William James (el funcionalista) y el psicólogo danés Cari Lange
propusieron que el sentido común presenta las cosas al revés. Para ellos, la activación corporal
(el aumento de la frecuencia cardiaca, por ejemplo) no sucede a un sentimiento como el miedo.
Por el contrario, el sentimiento sucede a la activación corporal. Así, al ver un oso corremos, nos
excitamos y luego sentimos miedo al percatarnos de nuestras reacciones orgánicas.
Para fundamentar sus ideas, James señaló que a menudo no experimentamos una
emoción sino después de reaccionar. Suponga que conduce un automóvil. De repente otro
automóvil aparece frente a usted. Frena y patina deteniéndose abruptamente al lado de la
carretera. Sólo después de detenerse se da cuenta de que su corazón palpita, de que respira
rápidamente y de que sus músculos están tensos. Se percata entonces de su miedo.
La Teoría de Cannon-Bard (1927)
Walter Cannon (1932) y Phillip Bard rechazaron la teoría de James-Lange. Desde su
punto de vista, los sentimientos emocionales y la activación corporal ocurren al mismo tiempo.
Suponían que el tálamo del cerebro se activa al ver un oso. El tálamo, a su vez, alerta a la
corteza y al hipotálamo para que entren en acción. La corteza produce la conducta y los senti-
mientos emocionales. El hipotálamo provoca una cadena de procesos que activan al organismo.
Por tanto, si vemos un oso de aspecto peligroso, la actividad del cerebro producirá simul-
táneamente excitación corporal, carrera y miedo.
Teoría Cognoscitiva de Schachter (1971)
Las teorías anteriores se centran fundamentalmente en las reacciones físicas. Sin embargo,
Stanley Schachter se dio cuenta de que los factores cognoscitivos (mentales) también inter-
vienen en la emoción.
Stanley Schachter y George Mandler fueron los primeros en proponer una teoría
fisiológica-cognitiva de emoción que se basa en la interacción entre la activación fisiológica y
la evaluación cognitiva de la situación.
Desde su punto de vista, la emoción ocurre cuando aplicamos un rótulo particular a una
activación física general. Suponía que, al ser excitados, los seres humanos necesitamos
interpretar nuestros sentimientos. Suponga que alguien se desliza a nuestras espaldas en un
callejón oscuro y nos grita "¡Buh!" Sin importar quién sea esa persona, se activará nuestro
cuerpo (corazón palpitante, palmas de las manos sudorosas, etc.). Si se trata de un extraño,
interpretaremos esta excitación como miedo; si es un amigo íntimo, la llamaremos sorpresa o
alegría. En la etiqueta que apliquemos (ira, miedo o alegría) influirán las experiencias pasadas,
la situación actual y las reacciones de otros.
La teoría cognoscitiva tiene el apoyo de un experimento donde los sujetos veían una
película cómica. Antes de mirarla, una tercera parte recibía una inyección de adrenalina, otra
tercera parte recibía una inyección de placebo y el resto tomaba un tranquilizante. A los su-
jetos que habían recibido adrenalina la película les parecía muy cómica y fueron los que más
se divirtieron durante la exhibición. En cambio, los que tomaron tranquilizantes fueron los que
menos se divirtieron. El grupo que recibió placebo caía en un punto intermedio.
Conforme a la teoría cognoscitiva, los sujetos que recibieron adrenalina experimentaban
excitación corporal, pero sin que pudieran explicarse lo que sentían. En consecuencia, se
alegraron cuando la película indicaba que su excitación se debía a la diversión. Este y otros
experimentos similares demuestran que la emoción es mucho más que una mera agitación del
organismo. La percepción, la experiencia, las actitudes, el juicio y otros factores mentales
influyen en ella. Así, la teoría de Schachter predice que nos excitaremos al ver un oso. Si el oso
no parece amistoso, interpretaremos esa sensación como miedo; si nos da la "garra",
estaremos contentos, sorprendidos y ¡aliviados!
Teoría de la Atribución
El investigador Stuart Valins (1967) agregó un aspecto interesante a la teoría de
Schachter. Desde su punto de vista, la activación puede atribuirse a varias fuentes, un proceso
que modifica las percepciones de la emoción. Para demostrar la atribución, Valins mostró a un
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Respuesta al Stress
De acuerdo con Hans Seyle, hay tres etapas en la respuesta del estrés:
Alarma: el cuerpo reconoce el estrés y se prepara para la acción, ya sea de agresión o de fuga.
Las glándulas endocrinas liberan hormonas que aumentan los latidos del corazón y el ritmo
respiratorio, elevan el nivel de azúcar en la sangre, incrementan la transpiración, dilatan las
pupilas y hacen más lenta la digestión.
Resistencia: el cuerpo repara cualquier daño causado por la reacción de alarma. Sin embargo,
si el estrés continúa, el cuerpo permanece alerta y no puede reparar los daños.
Agotamiento: Alteración producida por el estrés. La exposición prolongada al estrés agota las
reservas de energía del cuerpo y puede llevar en situaciones muy extremas incluso a la muerte.
El sistema
neuroendocrino y el
sistema inmune (SI) son
esenciales para
adaptación del individuo
al medio ambiente.
Cualquier
amenaza o estímulo
estresante es corregido o
contrarrestado por la
respuesta de adaptación.
El Sistema Inmune
es influenciado por la
cascada neuro-humoral
circulante en el plasma
generada por el estrés.
Definición
Trastorno de Somatización
Trastorno por dolor
Trastorno dismórfico corporal
Trastorno de Conversión
DEFINICION
Las personas con trastornos de este tipo presentan una serie de quejas y síntomas
físicos, pero las pruebas médicas realizadas no indican enfermedad orgánica alguna o, si hay
alguna enfermedad, no puede explicar sus síntomas, ya que el origen de dichos síntomas es
psicológico. La persona suele presentarse en la consulta médica convencidos de que sus
síntomas se deben a alguna enfermedad física y a menudo no aceptan la posibilidad de una
etiología psicológica. Los síntomas aparecen en periodos de estrés.
Muchas personas tienen a veces síntomas de este tipo sin que por ello padezcan un trastorno
somatomorfo. Para diagnosticar este trastorno es necesario que los síntomas sean lo bastante
graves como para interferir en la vida de estas personas (relaciones, trabajo, etc.) e impedirles
funcionar con normalidad.
Algunos autores piensan que ese trastorno se debe a un rechazo real o imaginado por parte
de personas significativas. Las continuas quejas de dolor o síntomas físicos tendrían la función
de obtener la atención de dichas personas y modificar su comportamiento, aunque esto se
realiza de un modo inconsciente. Sin embargo, las quejas prolongadas infundadas suelen
acabar suscitando más rechazo, el cual a su vez agravaría los síntomas.
Otras autores destacan el componente de aprendizaje de este tipo de trastornos. Se ha visto
que es más frecuente en personas cuyos padres o madres han padecido enfermedades físicas
(o trastornos somatomorfos) durante la niñez del paciente, sobre todo si obtenían algún
beneficio de dichos síntomas. De este modo, siendo niños aprenden un modo de comportarse
que consiste en utilizar los síntomas físicos para obtener atención, afecto, evitar situaciones
estresantes, etc.
El abuso físico y sexual en la infancia, así como una historia de secretos familiares suele ser
también un antecedente de estos trastornos. En estos casos suele darse una represión de las
emociones (por ejemplo, cuando una familia niega la existencia de los abusos y nunca habla de
ellos), de modo que los conflictos que no pueden ser expresados emocionalmente acaban
siendo expresados mediante síntomas físicos. A veces es también un modo de pedir ayuda sin
tener que hablar ni contar lo sucedido, como puede pasar en casos de abusos sexuales en la
infancia.
En una investigación se comparó grupos de personas sin enfermedad orgánica
(convulsiones no epilépticas y enfermedad del intestino irritable) con personas con síntomas
similares procedentes de enfermedades físicas (epilepsia y enfermedad de Crohn). Los
pacientes del primero grupo (con los dos tipos de síntomas) se asemejaban entre ellos en que
recordaban más abusos físicos y sexuales que el otro grupo. También eran similares respecto a
padecer más problemas emocionales y sociales y estar más orientados hacia la enfermedad
que los dos grupos con enfermedades orgánicas.
1) TRASTORNO DE SOMATIZACIÓN
DSM-IV indica eso para que un síntoma califique para el desorden del somatización, él tiene que
estar sin la explicación médica. Algunos de los síntomas numerosos que pueden ocurrir con
desorden del somatización incluyen:
• Vomitar
• Dolor abdominal
• Náuseas
• Hinchazón
• Diarrea
• Dolor en las piernas o los brazos
• Dolor de espalda
• Dolor común
• Dolor durante la micción
• Dolores de cabeza
• Shortness de la respiración
• Palpitaciones
• Dolor de pecho
• Vértigos
• Amnesia
• El tragar con dificultad
• Cambios de la visión
• Debilidad o parálisis del músculo
• Apatía sexual
• Dolor durante cópula
• Impotencia
• Menstruación dolorosa
• Menstruación irregular
• Sangría menstrual excesiva
Ejemplo de caso: Susana era una chica de 15 años que había padecido durante dos años los
siguientes síntomas: dolores corporales, fatiga, fiebre, dolores de cabeza, diarrea, náuseas,
dolor articular, dolor al orinar y menstruaciones irregulares. Los análisis médicos fueron
normales, no apareciendo ninguna enfermedad física. En un principio negó padecer una
situación estresante o haber sido víctima de algún trauma psíquico.
Sin embargo, más tarde se decidió a revelar una historia de abuso sexual por parte de su
hermano y la pareja de su madre y violencia doméstica durante años. Sus síntomas eran
debidos al intenso malestar provocados por los abusos y el ambiente de violencia que debía
mantener en secreto.
El síntoma principal es el dolor en una o varias zonas del cuerpo. Se trata de un dolor intenso
que afecta y dificulta el funcionamiento de estas personas en áreas importantes de su vida
(trabajo, relaciones, etc). A veces se trata de un dolor agudo, con menos de seis meses de
duración, aunque otra veces se acaba volviendo crónico.
Los lugares más habituales en los que aparece el dolor son: cabeza, abdomen, pecho y
espalda, aunque puede verse afectada cualquier parte del cuerpo. Pueden aparecer dolores
musculares, dolores articulares, dolor pélvico, etc. A veces hay alguna enfermedad médica
asociada que explica el dolor, pero no explica su severidad o incapacidad que provoca, y otras
veces el dolor aparece en ausencia de una alteración médica que pudiera explicarlo.
- El dolor suele estar asociado a un acontecimiento estresante; hacer que estas personas sean
consciente de este hecho puede aliviar los síntomas.
Consiste en una gran preocupación con algún pequeño defecto físico real o imaginado. Si dicho
defecto existe, la preocupación y ansiedad experimentada por estas personas es excesiva, ya
que lo perciben de un modo exagerado. Por ejemplo, una nariz grande, aunque normal, puede
ser percibida como enormemente desproporcionada y provocar un gran malestar emocional y
rechazo en esta persona.
Suelen ser personas inseguras, sensibles, obsesivas, ansiosas, narcisistas, introvertidas y con
rasgos hipocondríacos.
casa sólo de noche o incluso pueden llegar a no salir en absoluto, lo cual dará lugar a
aislamiento social. Algunos han intentado suicidarse.
Las principales áreas corporales de preocupación son piel, cara, acné, genitales, arrugas,
dientes, pecho, nalgas, cicatrices, pelo fino, asimetría facial, bello facial excesivo, labios, nariz,
etc. En los hombres la preocupación principal suele centrarse en los genitales, mientras que las
mujeres suelen preocuparse más con su cara, pelo y pecho. No suelen revelar lo que les pasa
debido a que se sienten avergonzados y, como mucho, dicen que se consideran feos en un
sentido general, sin especificar el motivo.
4) TRASTORNO DE CONVERSIÓN
Se trata de uno o más síntomas que afectan al funcionamiento sensorial o motor y que
asemejan una enfermedad neurológica pero que no pueden ser explicados mediante ninguna
enfermedad física. Su aparición suele estar asociada a algún acontecimiento estresante. Los
episodios suelen ser breves, recuperándose totalmente en el plazo de un mes o menos. En la
mayoría de los casos no vuelve a repetirse, aunque en otras ocasiones los síntomas pueden
volver a aparecer al cabo del tiempo.
Los síntomas producen un malestar significativo o un impedimento social, ocupacional o en
otras áreas importantes de la vida.
Entre los síntomas típicos se encuentran los siguientes: problemas de coordinación o
equilibrio, debilidad o parálisis de un brazo o pierna, pérdida de sensibilidad al tacto o al dolor
en una parte del cuerpo, convulsiones (parecidas a un ataque epiléptico), pérdida de visión,
sordera, afonía, dificultad para tragar, sensación de tener un nudo en la garganta, retención
urinaria.
El nombre de este trastorno es debido a que estas personas están convirtiendo un conflicto
psicológico en una incapacidad para mover ciertas partes del cuerpo o usar los sentido con
normalidad. Por ejemplo, la persona que pierde la voz en una situación en la que teme hablar, o
el pianista cuyas manos quedan paralizadas cuando ha de actuar ante una audiencia y esta
situación le produce una gran ansiedad. Estos síntomas sirven para aliviar la ansiedad
(ganancia primaria) y para sacar a la persona de la situación estresante (ganancia secundaria).
Este trastorno puede ocurrir a cualquier edad. Se estima que hasta un 34% de la población
experimenta algún síntoma de conversión a lo largo de su vida, pero el trastorno suele ser más
frecuente en personas de bajo nivel educativo y cultural.
Hay que diferenciar entre la aparición de un síntoma de conversión y un trastornos de
conversión. La diferencia está en que para considerarlo un trastorno, ha de afectar
significativamente a la vida o estado psicológico de esta persona (por ejemplo, una afonía que
impida a un profesor dar clases durante un par de semanas).
Como ejemplo de un síntoma de conversión sin repercusiones se encuentra el caso de una
mujer de 19 años que tuvo problemas de visión consistentes en ver los objetos como si
estuvieran rodeados de un círculo de luz, con dificultades para ver el lado derecho de cualquier
objeto en el que fijase su vista. Este síntoma tuvo una duración de una media hora y reaccionó
ante él con relativa tranquilidad.
1. Desórdenes de la piel
2. Desórdenes de Músculo esquelético
3. Desórdenes respiratorios
4. Desórdenes cardiovasculares
5. Desórdenes genitourinarios
6. Desórdenes de la endocrina
7. Desórdenes del órgano del sentido especial - conjuntivitis crónica
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