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Proyecto 16857, Creación artículos en la

Ley 7600
ASAMBLEA LEGISLATIVA DE LA
REPÚBLICA DE COSTA RICA

PROYECTO DE LEY

CREACIÓN DEL ARTÍCULO 41 BIS DE LA LEY N.º 7600, DE IGUALDAD


DE OPORTUNIDADES PARA LAS PERSONAS CON
DISCAPACIDAD, DE 2 DE MAYO DE 1996

ÓSCAR LÓPEZ ARIAS


DIPUTADO

EXPEDIENTE N.º 16.857


DEPARTAMENTO DE SERVICIOS
PARLAMENTARIOS

PROYECTO DE LEY

CREACIÓN DEL ARTÍCULO 41 BIS DE LA LEY N.º 7600, DE IGUALDAD


DE OPORTUNIDADES PARA LAS PERSONAS CON
DISCAPACIDAD, DE 2 DE MAYO DE 1996

Expediente N.º 16.857

ASAMBLEA LEGISLATIVA:

Mediante directriz DM-1330-IZ-07 de 13 de febrero de 2007 del Ministerio de Salud extendida a


directores centrales y regionales de ese Ministerio, se procede a emitir la siguiente interpretación acerca de la
Ley N.º 7600 de Igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad y su Reglamento que
textualmente dice:

“Por lo anterior y con base en el Principio de Legalidad contemplado


en los artículos 11 de la Constitución Política y 11 de la Ley General de la
Administración Pública, procedan las autoridades de salud a fiscalizar el
cumplimiento de las disposiciones de la Ley 7600 y su Reglamento, solo
en trámites de aprobación de planos, permisos de construcción y de
remodelación o similares”. (Lo destacado no pertenece al original)

Dicha directriz interpreta que las disposiciones de la Ley N.º 7600 en


cuanto a otorgamiento de permisos sanitarios de funcionamiento y certificaciones
de habilitación de establecimientos de salud y afines no son aplicables a
establecimientos que ya poseen permisos anteriores, esto con base en una
resolución de la Sala Constitucional dictada a las 12 horas nueve minutos del 19
de enero de 2007.
Esta directriz afecta seriamente a la población con discapacidad, pues la
interpretación del voto constitucional, excluye arbitrariamente la obligación de
fiscalización de ese Ministerio sobre aquellas edificaciones privadas que impliquen
concurrencia y brinden atención al público ya existentes y a los que la Ley otorgó
plazos específicos ya vencidos, para adaptarse al cumplimiento de los
requerimientos técnicos que tanto la Ley N.º 7600 como su Reglamento
especifican claramente.

Resulta asombroso para el suscrito Diputado que la Sala Constitucional,


por medio de la jurisprudencia emanada a lo largo de tantos años de vigencia de
la Ley N.º 7600, el mismo Órgano supra jurídico que ha insistido en que el
principio de accesibilidad se encuentra estrechamente ligado al de equiparación
de oportunidades, principio que de por sí es de carácter universal y transversal es
decir requiere que “... todos los aspectos en que está organizada la sociedad
deben de encontrarse libre de obstáculos que impidan la incorporación al
entorno...”

Por esa razón mediante oficio de mi despacho N.º 171-07 solicité explicaciones a la Ministra de Salud,
específicamente lo siguiente:

1.- Criterio (s) del Departamento Legal del Ministerio con respecto a la
directriz y si lo hubiere de la interpretación del fallo constitucional en el que
se basa la directriz.
2.- Oficio (s) con el detalle que corresponda de las consultas si las
hubiere que se realizaron tanto a la Procuraduría General de la República
como al Consejo Nacional de Rehabilitación y Educación Especial en su
condición de ente rector de las políticas estatales en materia de
discapacidad.

Mediante oficio N.º 1717-07 de 26 de marzo de 2007, la señora Ministra


contestó a mis requerimientos de la manera que textualmente transcribo:

“Valga señalarle que según resolución de la Sala Constitucional de la


Corte Suprema de Justicia Nº 200700678 de las doce horas y nueve
minutos del diecinueve de enero de dos mil siete, dictada en recurso de
amparo Nº 06-013749-007-CO interpuesto por ESP contra este Ministerio
y la Municipalidad de San José por la no aplicación de la Ley 7600, en la
parte dispositiva se contempló lo siguiente:
Se declara con lugar el recurso contra el Ministerio de Salud.
Se ordena a María Luisa Ávila Agüero, Ministra de Salud, o a quien
ocupe su cargo, girar las instrucciones necesarias, dentro del marco
de sus competencias, en el plazo de un mes, contado a partir de la
notificación de esta sentencia, para que en las dependencias
correspondientes de ese órgano se dé cumplimiento a lo previsto en
los artículos 41 de la Ley # 7600 y 103 de su Reglamento, al
autorizar planos de construcciones nuevas ampliaciones o
remodelaciones de edificios..." El subrayado no es propio del criterio
original.

Es precisamente de acuerdo con el concepto emanado por la Sala Constitucional de la Corte Suprema
de Justicia, que se confeccionó la circular interna que consta bajo el N.º DM-1330-IZ-07 de fecha 13 de
febrero del 2007.

No obstante lo anterior, este Despacho también solicitó a la Dirección de


Asuntos Jurídicos de ese Ministerio, el criterio jurídico con respecto a la aplicación
de la supracitada Ley, el cual fue emitido mediante oficio No DAJ-IZ-3269-06 de
fecha 23 de noviembre del 2006, suscrito por la Licda. Isabel María Zúñiga
Gómez, abogada destacada en esa Dirección, del cual me permito adjuntar
fotocopia de fecha 13 de marzo de 2007 (fotocopia que acompaño) suscrito por el
Dr. Fernando Castillo Víquez, procurador constitucional, quien en lo que interesa
concluye:

"La labor de fiscalización del Ministerio de Salud en cuanto a la


aplicación de la Ley No 7600 y su reglamento se limita a lo que dispone el
numeral 103 de este último, excluyendo lo relativo a los permisos
sanitarios de funcionamiento y los certificados de habilitación." (El
subrayado no es propio del criterio original)

Asimismo, este Despacho por medio del oficio N.º DM-8743-IZ-06 de fecha
19 de diciembre de 2006, solicitó el criterio a la Procuraduría General de la
República sobre la labor de fiscalización por parte del Ministerio de Salud en
aplicación de la Ley N.º 7600, criterio que fue emitido mediante oficio
N.º C-077-2007.

En vista de la respuesta ofrecida por la señora Ministra de Salud solicité al Consejo Nacional de
Rehabilitación y Educación Especial, debido a que es el único ENTE ESTATAL AUTORIZADO PARA DICTAR
LINEAMIENTOS REFERENTES A LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DE DISCAPACIDAD, se sirvieran
pronunciarse respecto a la directriz del Ministerio de Salud, en el tanto se opone a postulados
constitucionales, de Derecho internacional plenamente ratificados por Costa Rica y al artículo 103 del
Reglamento a la Ley N.º 7600, por lo cual, transcribo el pronunciamiento de ese Consejo Rector:

“Si bien la Ley 7600 no establece una obligación expresa para el Ministerio de Salud en
cuanto a la fiscalización de los principios de la Ley de Igualdad de Oportunidades y su Reglamento
al momento de emitir permisos sanitarios de funcionamiento y similares, lo cierto del caso es que
dicha Ley de orden público se sustenta en una serie de principios superiores de igualdad y
accesibilidad que establecen diversas obligaciones diversas para el Estado Costarricense.”

En ese sentido el artículo III de la Convención Interamericana para la Eliminación de Todas las Formas
de Discriminación contra las Personas con Discapacidad establece:

"Artículo 111.- Para lograr los objetivos de esta Convención, los Estados parte se
comprometen a:

1.- Adoptar las medidas de carácter legislativo, social, educativo,


laboral o de cualquier otra índole, necesarias para eliminar la
discriminación contra las personas con discapacidad y propiciar su
plena integración en la sociedad, incluidas las que se enumeran a
continuación, sin que la lista sea taxativa:

a) Medidas para eliminar progresivamente la


discriminación y promover la integración por parte de las
autoridades gubernamentales y/o entidades privadas en la
prestación o suministro de bienes, servicios, instalaciones,
programas y actividades, tales como el empleo, el transporte,
las comunicaciones, la vivienda, la recreación, la educación, el
deporte, el acceso a la justicia y los servicios policiales, y las
actividades políticas y de administración;
b) Medidas para que los edificios, vehículos e
instalaciones que se construyan o fabriquen en sus territorios
respectivos faciliten el transporte, la comunicación y el acceso
para las personas con discapacidad.
c) Medidas para eliminar, en la medida de lo posible, los
obstáculos arquitectónicos, de transporte y comunicaciones
que existan con la finalidad de facilitar el acceso y uso para las
personas con discapacidad; y
d) Medidas para asegurar que las personas encargadas
de aplicar la presente Convención y la legislación interna sobre
esta materia, estén capacitadas para hacerlo...".

Con fundamento en dichas normas y de conformidad con el principio


constitucional de igualdad establecido en el artículo 33 de nuestra Carta Magna, la
Ley N.º 7600 define una serie de obligaciones que debe procurar el Estado
costarricense, a saber:

"Artículo 4.- Obligaciones del Estado para cumplir con la presente ley, le corresponde
al Estado:

a) Incluir en planes, políticas, programas y servicios de sus


instituciones, los principios de igualdad de oportunidades y
accesibilidad a los servicios que, con base en esta ley, se presten;
así como desarrollar proyectos y acciones diferenciados que tomen
en consideración el menor desarrollo relativo de las regiones y
comunidades del país.
b) Garantizar que el entorno, los bienes, los servicios y las
instalaciones de atención al público sean accesibles para que las
personas los usen disfruten.
c) Eliminar las acciones y disposiciones que directa o
indirectamente. promueven la discriminación o impiden a las
personas con discapacidad tener acceso a los programas y servicios.
d) Apoyar a los sectores de la sociedad y a las organizaciones
de personas con discapacidad, con el fin de alcanzar la igualdad de
oportunidades.
e) Garantizar el derecho de las organizaciones de personas con
discapacidad de participar en las acciones relacionadas con la
elaboración de planes, políticas, programas y servicios en los que
estén involucradas.
f) Divulgar esta ley para promover su cumplimiento.
g) Garantizar, por medio de las instituciones correspondientes,
los servicios de apoyo requeridos por las personas con discapacidad
para facilitarles su permanencia en la familia.
h) Garantizar que las personas con discapacidad agredidas
física, emocional o sexualmente, tratadas con negligencia, que no
cuenten con una familia o se encuentren en estado de abandono,
tengan acceso a los medios que les permitan ejercer su autonomía y
desarrollar una vida digna.” (subrayado es nuestro).

Es decir, la obligación del Estado costarricense de procurar la accesibilidad


arquitectónica en las edificaciones de atención al público ha sido ratificada por la
Sala Constitucional en diversas sentencias, entre ellas la 00-02305 de las quince
horas con dieciocho minutos del quince de marzo del dos mil, la cual dispone:

"...A juicio de este Tribunal, la tutela efectiva de los derechos de las


personas discapacitadas consagrados constitucionalmente, es uno de los
medios por los cuales este grupo de población puede tener una vida lo
más independiente y normal posible, de manera que su integración a la
sociedad sea plena.

Es claro que uno de ellos consiste en que la infraestructura de los


edificios especialmente a aquellos en que se brinden servicios públicos,
tengan revistas facilidades ara el acceso de las personas discapacitadas.
Tratándose de la administración de justicia, el ágil acceso al servicio es
trascendental para este grupo de personas, pues de ello depende que
puedan exigir el respeto a los derechos que tienen como ciudadanos y
denunciar si han sido objeto de algún tipo de discriminación. Es por ello
que la obligación del Estado y de la sociedad en general, consiste en
eliminar progresivamente las "barreras arquitectónicas" que les dificultan o
impiden el acceso a estos servicios...". (subrayado es nuestro).

Ahora bien, la fiscalización del cumplimiento de las obligaciones


establecidas en la Ley N.º 7600 y su Reglamento le corresponden al Estado
costarricense en representación de sus diversas entidades, cada una en
consonancia con su campo de competencia. Asimismo, corresponde al Consejo
Nacional de Rehabilitación y Educación Especial, en su condición de ente rector
en materia de discapacidad, fiscalizar que dichas entidades cumplan con las
obligaciones respectivas. Así está establecido en el artículo 5 del Reglamento a la
Ley N.º 7600, el que dispone:

"Artículo 5.- Fiscalización a cargo del ente rector

El ente rector en materia de discapacidad fiscalizará que todas las


instituciones del Estado, según su campo de competencia, ofrezcan las
oportunidades y condiciones necesarias para el cumplimiento de todos los
derechos y deberes de las personas con discapacidad.”

Además, en lo pertinente a la gestión, es menester indicar que el


Reglamento de la Ley N.º 7600 en su artículo 103 dispone lo siguiente:

"Artículo 103.- Fiscalización

El Ministerio de Obras Públicas y Transportes, el Ministerio de


Vivienda y Asentamientos Humanos, el Ministerio de Salud Pública, el
Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo, las Municipalidades y demás
entidades competentes de revisar planos y conceder permisos de
construcción. Y remodelación o cualquier otra autorización similar,
deberán controlar y fiscalizar que las disposiciones pertinentes contenidas
en el presente reglamento se cumplan en todos sus extremos."
(subrayado es nuestro).

El artículo citado señala que deberán fiscalizar el cumplimiento de las


disposiciones contenidas en el Reglamento de la Ley 7600, todas las entidades
competentes de revisar planos y conceder permisos de construcción y
remodelación o cualquier otra autorización similar. Al incluirse en la norma la frase
"cualquier autorización similar", la misma se establece en numerus apertus, toda
vez que la Ley no puede contemplar taxativamente todas las autorizaciones que
emiten las entidades estatales.

Al ser una obligación del Estado costarricense garantizar la accesibilidad


en el entorno, los bienes, los servicios y las instalaciones de atención al público,
considera esta Asesoría que el Ministerio de Salud debe verificar las disposiciones
de accesibilidad no solo en la aprobación de planos y permisos de construcción,
sino, en todas las gestiones de autorización que le corresponden de acuerdo con
su competencia, incluyendo el otorgamiento de permisos sanitarios. Dicha
fiscalización es el medio por el cual el Estado costarricense procura el
cumplimiento de los principios de accesibilidad en las instalaciones que brinden
atención al público. Para cumplir con dicho objetivo, el Ministerio de Salud debe
establecer los reglamentos y procedimientos internos que incorporen la
perspectiva de accesibilidad en sus diversas acciones y programas y obligaciones.
De esta forma lo establece el Reglamento de la Ley N.º 7600 en su artículo 60 y
en su Transitorio II.
Finalmente, es menester indicar que el arquitecto Mario Víquez Araya del
Equipo de Apoyo del CNREE coincide con el suscrito, en lo dispuesto en el
presente oficio y añade en cuanto a accesibilidad arquitectónica, lo siguiente:

"...Destaca en el texto citado por Francisco y correspondiente al


oficio DM-8749-IZ -06 de la Dra. María Luisa Ávila Agüero, la opinión de
que la obligación del Ministerio se limita a la extensión de permisos de
construcción y remodelación y no a la extensión de permisos sanitarios de
funcionamiento, la certificación o habilitación de servicios de salud., sin
embargo, es meritorio a aclarar que en los procesos de habilitación y
certificación, uno de los componentes de estos procesos es la revisión de
la planta física, por lo que el Ministerio está entrando en conocimiento de
primera mano de cuáles son las características del edificio inspeccionado.
Estas características, como es de conocimiento de todos nosotros, pueden
provocar situaciones de inaccesibilidad así como de inseguridad y por lo
tanto de riesgo para la salud pública.

De igual modo, apoyando lo expresado por el Lic. Azofeifa, explicar


que todos los miembros del CFIA, como ingenieros y arquitectos,
debemos como parte de nuestro deber ético profesional, dejar constancia
de cualquier aspecto técnico constructivo reflejado en una construcción
que vaya en detrimento de los derechos de las personas. Obligación que
también es de todos los funcionarios públicos que en su ejercicio
profesional y durante cualquiera las actividades de su competencia,
constaten alguna violación a la legislación nacional, aun más tratándose
de una ley de interés público con la Ley 7600 ..."

Ahora bien, en el Dictamen N.º C-077-2007 de 13 de marzo de los corrientes, la Procuraduría General
de la República, en contraposición a lo señalado por esta Asesoría señaló:

“...Así las cosas, podemos afirmar que la Administración Pública en


la sociedad democrática está sometida al principio de legalidad. Con base
en él, aquélla sólo puede realizar los actos que están previamente
autorizados por el ordenamiento jurídico. En efecto, señala el artículo 11
LGAP, que la Administración Pública debe actuar sometida al
ordenamiento jurídico y sólo puede realizar aquellos actos o prestar
aquellos servicios públicos que autorice dicho ordenamiento, según la
escala jerárquica de sus fuentes.”
Por su parte, la Sala Constitucional de Costa Rica en el voto N ° 44098, ha
sostenido la tesis de que en un Estado de Derecho, el principio de legalidad
postula una forma especial de vinculación de las autoridades e instituciones
públicas al ordenamiento jurídico. Desde esta perspectiva:

"...toda autoridad o institución pública lo es y solamente puede actuar


en la medida en que se encuentre apoderada para hacerlo por el mismo
ordenamiento, y normalmente a texto expreso -para las autoridades e
instituciones públicas sólo está permitido lo que esté constitucional y
legalmente autorizado en forma expresa, y todo lo que no esté autorizado
les está vedado-; así como sus dos corolarios más importantes, todavía
dentro de un orden general; el principio de regulación mínima, que tiene
especiales exigencias en materia procesal, y el de reserva de ley, que en
este campo es casi absoluto". (Véase el voto N° 440-98 de la Sala
Constitucional).

...

En síntesis, el principio de legalidad constituye un presupuesto


esencial del Estado de Derecho y, por ende, del sistema democrático.
Ergo, ningún ente ni órgano, que conforma la Administración Pública,
puede actuar si no existe una norma del ordenamiento jurídico que lo
habilite.

En el caso que nos ocupa, no encontramos ninguna norma jurídica,


en la Ley N.º 7600 ni en su reglamento que autorice al Ministerio de Salud
a exigir el cumplimiento de sus disposiciones cuando conoce la solicitud
de un administrado para que se le otorgue un permiso sanitario de
funcionamiento o un certificado de habilitación. Así lo reconoce la
Asesoría Legal del CNREE, cuando afirma que: ... si bien la Ley
N.º 7600 no establece una obligación expresa para el Ministerio de Salud
en cuanto a la fiscalización de los principios de la Ley de Igualdad de
Oportunidades y su Reglamento al momento de emitir permisos sanitarios
de funcionamiento y similares". (véase el folio N.º 1)

Ahora bien, las normas que se citan en apoyo a la tesis contraria a la que
proseguimos, concretamente el numeral 3, incisos b) y c) de la Convención
Interamericana para la Eliminación de Todas Formas de Discriminación contra
Personas con Discapacidad, donde los Estados se comprometen a adoptar las
medidas para que los edificios, vehículos e instalaciones que se construyen o
fabriquen en sus territorios respectivos faciliten el transporte; la comunicación y el
acceso para la personas con discapacidad y las medidas para eliminar en la
medida de lo posible, los obstáculos arquitectónicos de transporte y
comunicaciones existentes, con la finalidad de facilitarles el acceso, se obtiene
mediante la atribución del numeral 103 del Reglamento de la Ley N.º 7600,
aspecto sobre el cual no hay discusión tal y como se indicó supra. Un tanto
similar, habría que agregar a las disposiciones que se encuentran en el numeral 4,
concretamente en los literales b) y c). En la misma dirección se encuentra la
resolución de la Sala Constitucional, el voto N.º 2305-00, en el que se habla de la
infraestructura de los edificios, específicamente en aquellos en que se brindan
servicios públicos, y la eliminación progresiva de las "barreras arquitectónicas" que
dificultan o impiden el acceso a esos servicios.

Más bien, el tema que nos ocupa, hasta donde hemos podido indagar, no
ha sido considerado por la Sala Constitucional. Precisamente en el recurso de
amparo donde se cuestiona el punto, tramitado bajo el expediente judicial N.º 06-
013749-0007-CO, este alto Tribunal, en el voto N.º 678-07, al cual hemos tenido
acceso el día de hoy, pues se estaba en el proceso de recolección de firmas,
atribuye la competencia al Ministerio de Salud, para dar cumplimiento a lo previsto
en los artículos 41 de la Ley N.º 7600 y 103 de su Reglamento, al autorizar planos
de construcciones nuevas, ampliaciones o remodelaciones de edificio.

Véanse el por tanto y el considerando V de la citada resolución, no así en


relación con los permisos sanitarios de funcionamiento, aspecto que era el meollo
del recurso de amparo. Sin embargo, en honor a la verdad, resulta incomprensible
que la Sala Constitucional no haya dado un solo argumento para no incluirlos
dentro de lo que disponen los numerales supra citados, aunque debemos aclarar,
que compartimos plenamente el resultado final señalado del Tribunal
Constitucional.

En apoyo a esa línea argumentativa, conviene tener presente que en la


Ley N.º 8220, de 4 de marzo de 2002, se establece que todo trámite o requisito
que se le exige al administrado, debe estar respaldado por una norma del
ordenamiento jurídico; nunca otra cosa puede desprenderse del numeral 4 de la
citada ley, sobre todo cuando expresa que "todo trámite o requisito, con
independencia de su fuente normativa”, lo que supone la existencia de una norma
previa que le da sustento. Por otra parte, y tal y como señalamos supra, el
segundo párrafo del artículo 5 de esa Ley, señala en forma clara, que cuando un
ente, órgano o funcionario público establezca trámites y requisitos para el
administrado, está obligado a indicarle el artículo de la norma legal que sustenta
dicho trámite o requisito, así como la fecha de su publicación. Si bien esta
normativa, se refiere a los casos en los que la persona ejerce alguno de los
derechos de petición, información y acceso a la justicia administrativa;
consideramos que la necesidad de la norma previa también se aplica en los
supuestos que estamos comentando, de manera tal que la Administración Pública
solo puede exigir un requisito si este se encuentra en una norma del ordenamiento
jurídico.

III. - CONCLUSIÓN

La labor de fiscalización del Ministerio de Salud en cuanto a la aplicación


de la Ley N. 7600 y su reglamento se limita a lo que dispone el numeral 103 de
este último excluyendo por consiguiente lo relativo a los permisos sanitarios de
funcionamiento los certificados de habilitación... (subrayado es nuestro).

Respetuosos de la trascendencia de los dictámenes emitidos por la


Procuraduría y conscientes de su carácter vinculante según lo dispuesto en el
artículo 2 de la Ley N ° 6815, esta Asesoría Jurídica se aparta del criterio citado
por lo siguiente:

“1. La norma establecida en el artículo 103 del Decreto Ejecutivo


N.º 28631, sea el Reglamento de la Ley N.º 7600, debe interpretarse en
concordancia con las normas de rango superior que establecen la
obligación del Estado costarricense de garantizar que el entorno, los
bienes, los servicios y las instalaciones de atención al público sean
accesibles para que las personas los usen y disfruten. El Reglamento de
la Ley N.º 7600 establece una serie de normas técnicas y de carácter
instrumental que tienden a un fin público del que no puede sustraerse y
que es precisamente la igualdad de las personas con discapacidad en
idénticas condiciones que el resto de la población, para lo cual se deben
eliminar las barreras que atenten contra dicho derecho.

2. El Estado debe valerse de todas sus entidades para lograr la


equiparación de oportunidades de las personas con discapacidad, y para
ello debe ser, fiscalizador oportuno de las obligaciones que establece la
Ley, para el resto de la población. El artículo 103 del Reglamento a la Ley
N.º 7600 dispone que el Ministerio de Salud Pública y las demás entidades
competentes de revisar planos y conceder permisos de construcción y
remodelación o cualquier otra autorización similar, deberán controlar y
fiscalizar que las disposiciones pertinentes contenidas en el Reglamento
se cumplan en todos sus extremos. Con dicho enunciado se establece un
sistema de fiscalización previa que beneficia a la población con
discapacidad, ya que la fiscalización para que resulte efectiva debe ser
oportuna. En Costa Rica el sistema de fiscalización de la normativa en
materia de discapacidad ha recaído principalmente en la Sala
Constitucional, la cual ha sentado la base jurisprudencial para lograr la
igualdad y el desarrollo integral de la población con discapacidad, no
obstante, dicha fiscalización es posterior a los actos u omisiones que
atentan contra los derechos de las personas con discapacidad. Lo
procedente es que se evite la discriminación antes de que esta acontezca
y no cuando la misma resulta inevitable. Por esta razón, el ordenamiento
jurídico dota al Ministerio de Salud de la potestad para fiscalizar el
cumplimiento de las normas de accesibilidad al otorgar permisos de
funcionamiento y no solo al autorizar planos de construcción o
remodelación.

3. No objetamos que la Administración se encuentra sujeta al principio


de Legalidad y que únicamente puede actuar dentro de los márgenes que
la Ley expresamente le permite, sin embargo, en el caso que nos ocupa,
no hay omisión en el ordenamiento jurídico respecto a la obligación de las
autoridades de salud de velar por la aplicación de la Ley N.º 7600 y su
Reglamento al momento de emitir permisos sanitarios de funcionamiento o
certificados de habilitación; toda vez que ante la imposibilidad de
establecer un listado taxativo de todos los tipos de permisos,
autorizaciones y habilitaciones que emiten las autoridades públicas, el
Ejecutivo optó por incluir en el artículo 103 del Decreto Ejecutivo
N.º 26831-MP el enunciado: "y demás entidades competentes de revisar
planos y conceder permisos de construcción y remodelación o cualquier
otra autorización similar”. Con ello se pretende que las entidades públicas
observen los criterios de accesibilidad en todos los trámites de
autorización que les resulten propios.”

Señoras y señores diputados, la directriz supra indicada, ofende el artículo


33 de la Constitución Política que garantiza la igualdad de todas y todos los
ciudadanos. La llamada “discriminación positiva”, es hasta ahora el único
mecanismo jurídico conocido viable para garantizar la igualdad de oportunidades a
personas con discapacidad que por razones culturales y propias del subdesarrollo,
ha sufrido un serio rezago en la equiparación de derechos.

Por otra parte, la directriz ofende severamente el compromiso adquirido


por el Estado costarricense por medio de la ratificación de la Convención
Interamericana para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación de las
Personas con Discapacidad, cuyo artículo III inciso 1), sub incisos b) y c)
garantizan la adopción de medidas que eliminen los obstáculos arquitectónicos, de
transporte, y de comunicación con la finalidad de facilitar el acceso irrestricto e
independiente de las personas con discapacidad a los servicios públicos, y a la
vida en sociedad en general, valga decir, paradigma de discapacidad de este
siglo.

De la misma forma el artículo 4 de dicha Convención Internacional ordena


a los Estados Partes a garantizar que el entorno de bienes y servicios de las
personas con discapacidad sea totalmente accesible, así como la eliminación de
acciones directas o indirectas que promuevan la discriminación de acceso a
programas y servicios de esta sensible población mundial.

Así por ejemplo, la más reciente Convención Internacional sobre los


Derechos de las Personas con Discapacidad firmada por el Estado costarricense y
cuya ratificación se encuentra pendiente en este Congreso, que fue firmada por
más de 80 naciones el pasado 30 de marzo en la sede de la ONU en New York,
también establece obligaciones claras y progresivas para los Estados Partes que
deben de garantizar la accesibilidad del entorno físico a las personas con
discapacidad.

La misma Sala Constitucional, en muchas de sus resoluciones ha insistido


en que la infraestructura pública y aquella privada de uso público, debe prever el
acceso a las personas con discapacidad como una obligación progresiva del
Estado, nunca restrictiva. Además recordar a los señores diputados, que el
Consejo Nacional de Rehabilitación, es el único ente rector de las políticas
públicas de discapacidad y que en auténtica interpretación del espíritu de la Ley
N.º 7600, por medio del numeral 103 del Reglamento a dicha Ley, estableció
claras regulaciones para todas las entidades encargadas de fiscalizar el
cumplimiento de la ley en todos sus extremos que desgraciadamente se
incumplen, razón por la cual, en búsqueda de certeza jurídica y de cumplimiento
efectivo de los principios internacionales de no discriminación, es por lo que
someto a consideración del Plenario legislativo el siguiente proyecto de ley.
LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DE LA REPÚBLICA DE COSTA RICA

DECRETA:

CREACIÓN DEL ARTÍCULO 41 BIS DE LA LEY N.º 7600, DE IGUALDAD


DE OPORTUNIDADES PARA LAS PERSONAS CON
DISCAPACIDAD, DE 2 DE MAYO DE 1996

ARTÍCULO ÚNICO.- Créase el artículo 41 bis de la Ley N.º 7600, de 2 de mayo de 1996, para que en
adelante se lea:

“Artículo 41 bis.- Fiscalización

El Ministerio de Obras Públicas y Transportes, el Ministerio de


Vivienda y Asentamientos Humanos, el Ministerio de Salud Pública, el
Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo, las municipalidades y demás
entidades competentes de revisar planos y conceder permisos de
construcción y remodelación o cualesquier otra autorización similar,
deberán controlar y fiscalizar que las disposiciones pertinentes contenidas
en el artículo 41 de esta Ley se cumplan en todos sus extremos.

Igualmente previo al otorgamiento de permisos sanitarios de


funcionamiento o de certificados de habilitación de uso público, el
Ministerio de Salud deberá verificar, que el establecimiento cumpla con las
disposiciones del artículo 41 de esta Ley.”

Óscar López Arias


DIPUTADO

5 de noviembre de 2007.

NOTA: Este proyecto pasó a estudio e informe de la Comisión


Permanente de Asuntos Sociales.

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