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¿Sabías que dentro tuyo vive un niño o niña?, no importa la edad que tengas ahora,
porque en zonas profundas de tu ser, habita un(a) niño(a) y su
estado psicológico
determina emociones o sentimientos predominantes, formas de reaccionar,
importantes rasgos de tu personalidad y muchas experiencias que estás viviendo o
atrayendo, a tu vida de adulto.
Desde que estamos en el vientre de nuestra madre, en una profunda conexión vital
con ella, nuestro cerebro está almacenando impresiones emocionales y afectivas
que se guardan en un cerebro emocional o límbico. En el momento del parto se
produce nuestro primer shock emocional, por la salida a un mundo extraño y
amenazante, muy diferente a aquel tibio acuático y protegido, donde habitamos por
nueve meses.
Hasta los seis años de vida, que es cuando comienza nuestro proceso de
escolarización y el desarrollo del hemisferio izquierdo del cerebro, correspondiente a
la parte lógica, hemos estado usando predominantemente nuestra captación intuitiva
de los estados emocionales y afectivos de los padres, hermanos y las personas más
cercanas.
Situaciones de trauma pueden ser : violencia contra nosotros o contra seres que
amamos, abuso sexual, muerte de alguien cercano, abandono de alguno de los
padres, un accidente, hospitalización, etc. Sin embargo no siempre un trauma es
provocado por una situación grave, sino por eventos que afectan directamente la
sensibilidad de ese niño pequeño, y son permanentes en el tiempo, como el maltrato
verbal de los padres, un profesor, burlas de los compañeros de Colegio, viaje de
alguno de los padres, ciertos castigos, que sin ser hechos realmente graves, afectan
la sensibilidad infantil, cuando no se tiene la capacidad cognitiva para entenderlos o
defenderse adecuadamente.
Nuestro niño interno está conformado y definido por el ser esencial, la personalidad o
construcción social, todos los aspectos positivos y gratificantes que nos ha tocado
vivir, pero también por nuestros traumas, que pueden ocurrir desde el periodo de
gestación.
El niño interno tiene un parte sana y una parte herida, la parte sana aparece cuando
estamos despreocupados, alegres, actuamos en forma espontánea, decimos lo que
pensamos, damos y recibimos cariño físico, nos damos gustos, estamos presentes
en el ahora, conscientes de lo que somos,
retroceder en el tiempo
, conocer la situación que nos traumó y desbloquearla, generalmente a través de una
catarsis, que libera la
energía bloqueada
. La persona posteriormente puede recordar el hecho traumatizante, pero en forma
serena y sus efectos negativos desaparecen de la vida adulta.
EJERCICIO SUGERIDO :
sensación sanadora
que está ocurriendo dentro tuyo, agradece a tu sanador interno por esta experiencia.
Cruza tus manos en el pecho, vuelve a respirar profundo y repite tres veces con
fuerza y convicción “ Yo soy ……. (dí tu nombre), mi niño(a) y yo estamos
integrados(as) y sanos(as) ”.
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