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Cultura de la informacion

Antonio Abraham Romo


Isidro Sanchez Macip

Sicopatología del delincuente

Universidad de las Américas


Nuestro proyecto es de cómo deben ser juzgados los delincuentes con
enajenamiento mentales en México. Pues hay muchas personas sanas que se
hacen pasar por enfermos mentales para obtener una pena menos severa y
viceversa.
La psicología y el derecho trabajan de manera conjunta para poder llegar
a un acuerdo de cómo deberían ser tratados y juzgados estas personas que
cometen un delito y sufren de alguna enfermedad mental de la manera más
justa y sana para el delincuente y para la sociedad, aplicándole una pena lo
mas justa posible, y así lograr una condena que beneficie al enajenado mental
como a las personas no enfermas.
Según Yadeum, S., de Leon, C., Colin, A., & Consuelo, T “El enfermo
mental que delinque o que viola la ley, ha salido a la luz desde hace veinte
años, y aunque es un hecho que los individuos con trastornos mentales son
más vulnerables de ser detectados y arrestados, no se puede afirmar que todos
los enfermos mentales sean delincuentes ni que todos los delincuentes sean
enfermos mentales, pero en muchas ocasiones la enfermedad mental es un
factor desencadenante en la comisión de delitos, que va de los simples robos
hasta los homicidios inmotivados. Es necesario reflexionar en torno a la
complejidad de la impartición de justicia cuando se junta la psicopatología y el
crimen. En nuestro país, resulta difícil homogeneizar los criterios para aceptar
el fallo del juez en los casos de enfermedad mental o inimputabilidad, pues al
parecer, las decisiones finales sobre las consideraciones psiquiátricas no
resultan ser lo suficientemente claras y, por lo tanto, no son contundentes.
Pesa más el desconocimiento de la enfermedad mental por parte de los jueces,
quienes se basan en la dinámica del crimen y en los aspecto legales por lo que
otorgan sentencias de tiempo variado para un mismo delito y, por lo general,
muy largas, que lejos de favorecer la evolución de la enfermedad mental del
sujeto propician que se exacerbe día a día, con el consecuente deterioro del
enfermo mental.”1
Este tema es de gran impacto en la sociedad pues Marcelo Bergman
afirma que “existen aproximadamente, en México, 200,000 personas
encarceladas y lo que es más curioso es que, a diferencia de otros países en
américa latína, la mayoría de los internos ya estan sentenciados y no en
proceso. Y entre estos 200,000 internos hay 9.800 discapacitados, más de
6,900 indigenas, 1,800 son de origen extranjero, y de acuerdo con las
estadísticas oficiales, hay 2,832 enfermos mentales e inimputables”. Es por
todo esto que intentaremos llegar a una reforma del código de defensa social

1
Yadeum, S., de Leon, C., Colin, A., & Consuelo, T. (1998, May). Implicaciones del delito en el enfermo mental.
(Spanish). Salud Mental, 21(3), 39. Retrieved October 3, 2007, from Academic Search Complete database.
para lograr un juicio más justo para las personas implicadas en los distintos
casos2.

1.- Trastornos Mentales


Es frecuente, para los legos en salud mental, creer que la frontera entre
la condura y la locura es muy nítida y que todo aquel que no sea un “enfermo
mental declarado” cuando delinque debería ser enviado directamente a la
cárcel. Sin embargo, existen muchos casos en los que los límites entre lo que
es y no es enfermedad mental son borrosos.
En este tema nos ocuparemos de aquellos delincuentes que presentan
una intensa desconexión con la realidad y en los que su actividad delictiva se
ha producido como consecuencia de dicha alteración:

• Los esquizofrénicos (en sus distintas manifestaciones).


• Aquellos que sufren un trastorno bipolar.
• Los que están afectados de trastornos depresivos graves.

Son los llamados “enfermos mentales” y popularmente “locos”.


Jurídicamente lo más significativo es que con frecuencia tienden a ser
considerados inimputables. Para ello hay que demostrar que el trastorno
mental estaba influyendo sobre la conciencia y voluntad del sujeto en el
comento de cometer el delito. En estos casos los enfermos son procesados y
en lugar de aplicárseles, en su caso, una pena se les impone una medida de
seguridad y se les ingresa en un centro asistencial (casi siempre en régimen
cerrado) para ser tratados de su trastorno mental.
Posiblemente el manejo de este tipo de delincuentes, especialmente
cuando abandonan el centro penitenciario, después del cumplimiento de la
medida de seguridad, necesite un mayor apoyo en medios materiales y
humanos. Evaluar delincuentes con trastornos mentales supone integrar 2
tareas:
• Analizar la peligrosidad del individuo atendiendo al riesgo de
reincidencia.
o Estudiando su conducta, afectividad y cogniciones.
o Perfilando una serie de objetivos de tratamiento.
o Revisando periódicamente la administración del programa.
• Valorar el trastorno mental y los problemas asociados para tratarlos.
o Evaluando la intensidad, duración de la sintomatología, grado de
afectación, secuelas, deterioro.
o Analizando las características del individuo y como se relacionan
con su conducta violenta3.
2
Marcelo Bergman (2004). PRISONS IN CRISIS: Understanding Latin America’s Most Explosive Problem.
Recuperado en internet en: 2 de Octubre del 2007.
Disponible en http://www.uoregon.edu/~caguirre/bergman_mexico.pdf

3
Departamento de Psicología de la Salud. (2006) Enfermedad mental y delito. Recuperado de Internet
el 10 de noviembre de 2007.
1.1.- Trastornos mas comunes en los delincuentes

Esquizofrenia
Es un trastorno fundamental de la personalidad, una distorsión del
pensamiento. Los que la padecen tienen frecuentemente el sentimiento de
estar controlados por fuerzas extrañas. Poseen ideas delirantes que pueden
ser extravagantes, con alteración de la percepción, afecto anormal sin relación
con la situación y autismo entendido como aislamiento. El deterioro de la
función mental en estos enfermos ha alcanzado un grado tal que interfiere
marcadamente con su capacidad para afrontar algunas de las demandas
ordinarias de la vida o mantener un adecuado contacto con la realidad. El
psicótico no vive en este mundo (disociación entre la realidad y su mundo), ya
que existe una negación de la realidad de forma inconsciente. No es consciente
de su enfermedad.

La actividad cognitiva del esquizofrénico no es normal, hay


incoherencias, desconexiones y existe una gran repercusión en el lenguaje,
pues no piensa ni razona de forma normal.

El comienzo de la enfermedad puede ser agudo, es decir, puede


comenzar de un momento para otro con una crisis delirante, un estado
maníaco, un cuadro depresivo con contenidos psicóticos o un estado confuso
onírico. También puede surgir de manera insidiosa o progresiva4.

Trastorno Bipolar

Se llama trastorno bipolar o trastorno afectivo bipolar a un trastorno


depresivo de larga evolución, en el que los episodios depresivos se ven
interferidos por la aparición de otros episodios caracterizados por un estado de
ánimo elevado (euforia excesiva), expansivo (hiperactividad anómala) o
irritable. Las fases de exaltación, alegría desenfrenada o irritabilidad y grosería,
alternan con otros episodios en que la persona está con depresiones intensas,
con bajo estado de ánimo, incapacidad para disfrutar, falta de energía, ideas
negativas y, en casos graves, ideas de suicidio.

El periodo de exaltación se llama “episodio maníaco”, de una palabra


griega, “mania”, que significa literalmente “locura”. El nombre de afectivo se
refiere a las enfermedades de los afectos, nombre genérico que se da a los
trastornos depresivos, en general, y al trastorno bipolar. Indistintamente lo
nombramos como trastorno bipolar, o como trastorno afectivo bipolar. Por lo
tanto, un trastorno bipolar es una enfermedad en la que se alternan tres tipos
de situaciones5:
ocw.ua.es/Ciencias_Sociales_y_Juridicas/psicopatologia_del_comportamiento_delictivo/Tema_3.pdf -

4
PsicoActivia (2007) Esquizofrenia. Recuperado en Internet el 10 de noviembre de 2007.
http://www.psicoactiva.com/esquizof.htm

5
Rorneu I Bes, Joan. (2007) TRASTORNO BIPOLAR (TRASTORNO AFECTIVO BIPOLAR) Y
CICLOTIMIA. Recuperado en Internet el 10 de noviembre de 2007.
Trastornos depresivos
Constituyen un grupo de trastornos mentales habitualmente
caracterizados por un conjunto coherente de síntomas que son la expresión de
la afectación de diferentes funciones psicológicas: afectividad (tristeza),
cognición (desesperanza), psicomotricidad (inhibición) y conducta
(hipoactividad). El síndrome depresivo es extraordinariamente heterogéneo en
relación a sus causas (desde factores biológicos a factores psicológicos), su
evolución (desde la remisión ad integrum hasta la cronicidad o el suicidio), o su
intensidad (desde estados próximos a la normalidad o con repercusión casi
exclusiva en la esfera subjetiva, hasta cuadros muy graves con incapacitación
en todas las áreas de funcionamiento personal).
Por otra parte, hay que reconocer que los límites de la depresión son
difusos, y la depresión puede ser conceptualizada alternativamente como
síntoma, síndrome, enfermedad, o incluso, como una forma de reacción normal
del ser humano ante acontecimientos de la vida. Esto hace que cuestiones
como la definición, diagnóstico y clasificación de la depresión planteen serios
problemas teóricos y prácticos (terapéuticos) aún no resueltos completamente.
Estos problemas se reflejan en las principales denominaciones empleadas para
definir estas condiciones. La palabra depresión es la más utilizada tanto en
ambientes médicos como popularmente, sin embargo, es demasiado genérica
e inespecífica y además implica que todas las depresiones son iguales, lo cual
no es cierto; con el término plural de las depresiones se enfatiza su
heterogeneidad clínica, el término de trastorno(s) depresivos(s) refleja que la
condición es clínicamente relevante; y el término de enfermedad depresiva se
emplea para aquellos casos más graves con síntomas endogenomorfos y de
fundamento más biológico que clásicamente han constituido el núcleo de las
definiciones de trastorno depresivo6.

2.-Procedimiento legal para enfermos mentales.


Todas las personas estamos sujetas a juicios y a cumplir penas por
delitos que podamos cometer, pero las personas que se encuentran enfermas
mentales cometen estos delitos, muchas veces, sin darse cuenta o sin estar
concientes de lo que están haciendo. Es por esto que las personas que se
encuentran enfermas mentalmente no pueden ser tratadas de la misma forma
que las personas que no se encuentran enfermas.
Estas personas son juzgadas por un juez, tienen derecho a un abogado
y la pena es la misma que la de una persona no enferma, pero el lugar para el
cumplimiento de la pena no es el mismo. Las personas enfermas tienen que
cumplir su pena en centros especializados para sus enfermedades.
México tiene hoy en día una tasa de 183 presos por 100 mil habitantes
mientras que, hace once años, tenía una de 104 por 100 mil. Existen
aproximadamente, en México, 200,000 personas encarceladas y lo que es más
curioso es que, a diferencia de otros países en América latina, la mayoría de
los internos ya están sentenciados y no en proceso. Y entre estos 200,000
internos hay 9.800 discapacitados, más de 6,900 indigenas, 1,800 son de
http://drromeu.net/trastorno_bipolar.htm#Concepto

6
Peralta, V. y Cuesta, M.J. (s.a.) Psicopatología y clasificación de los trastornos depresivos.
Recuperado en Internet el 10 de noviembre de 2007.
http://www.cfnavarra.es/salud/anales/textos/vol25/sup3/suple2a.html
origen extranjero, y de acuerdo con las estadísticas oficiales, hay 2,832
enfermos mentales e inimputables7.

2.1.- Juicio para los inimputables.


En los artículos 238 al 249 del código de procedimientos de en materia
de defensa social establece que cuando se sospecha que el acusado es
enfermo mental, el Juez debera ordenar que sea examinado por peritos
médicos para que estos dictaminen sobre el estado del acusado y la necesidad
de su reclusión en una casa de salud.
En caso de que los peritos dictaminen que el acusado es enfermo
mental, el Juez deberá terminar el proceso ordinario y se abrirá un
procedimiento especial en el cual queda a criterio y prudencia del Juez la forma
de investigar el delito y la participación del acusado teniendo en cuenta su
condición.
La persona responsable del cuidado del acusado tiene que dar informes
a las autoridades cualquier alteración psíquica que sufriere el acusado y así
poder tomarse las medidas convenientes.
Si la persona acusada se curara de su enfermedad mental, será
ingresado donde se encontraba recluido o donde debería haber cumplido su
pena reanudandose el procedimiento respectivo8.

2.2.- Aplicación de sanciones.


El código de Defensa Social del Estado de Puebla establece en artículo
57 que los enfermos mentales que hayan cometido algún delito serán
internados en casas de salud especializadas para su tratamiento.
Esta internación puede ser modificada o revocada según la evolución o
curación del enfermo mental basado en los dictámenes de los médicos legistas.
Si la persona sanara tendrá que ser ingresada o reingresada para que continúe
la sanción restándosele el tiempo que haya permanecido en la casa de salud.
La autoridad ministerial podrá entregar a los enfermos mentales a quien
o quienes legalmente corresponda hacerse cargo de él, y ellos son los
responsables ante terceros por los daños que causen así como la obligación de
tratarlos y vigilarlos9.

3.-Internación de enfermos mentales.


La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) denunció que
los reos que se encuentran en penales del país y que padecen alguna
enfermedad mental, enfrentan condiciones infrahumanas de vida. En un
comunicado, este organismo autónomo refirió que estas personas están en el
abandono de sus familiares y que las autoridades y demás internos suelen
violar sus derechos fundamentales. Además de que en algunos centros
penitenciarios del país los enfermos mentales son ubicados con el resto de la

7
Bergman Marcelo (2004). PRISONS IN CRISIS: Understanding Latin America’s Most Explosive
Problem. Recuperado en internet en: 2 de Octubre del 2007.
http://www.uoregon.edu/~caguirre/bergman_mexico.pdf
8
Gobierno del Estado de Puebla (2007) Código de procedimientos en materia de defensa social para
el Estado de Puebla. Editorial CAJICA. Primera Edición
9
Gobierno de Estado de Puebla (2007) Código de Defensa Social para el Estado de Puebla. Editorial
CAJICA. Primera Edición.
población carcelaria como si fueran delincuentes altamente peligrosos para la
sociedad10.

3.1.- Proceso de internación.


Si se comprueba la existencia del delito, y que en el tubo participación el
acusado el Juez ordenara el internamiento. Y el Juez podrá dar por terminada
la reclusión si no se comprobara que existió un delito y cuando habiendo un
delito no se haya comprobado la participación del acusado en ese delito.
Los enfermos mentales deben ser trasladados del reclusorio al hospital
para enfermos mentales en el mismo momento en el que se detecte alguna
enfermedad. Ademas que tendra que continuar con su tratamiento, la persona
enferma, aunque haya salido de la cárcel11.

3.2.- Rehabilitación y cumplimiento de sentencia.


Todos los enfermos mentales, después de ser declarados como tal por
peritos, tienen que ser internados en casas de salud especializadas en su
enfermedad. Si la persona pudiera tener cura tendrá que ser tratada en la casa
de salud y después de su recuperación ingresara al reclusorio restándosele a la
pena el tiempo que estuvo internado en la casa de salud.
Si la persona no tuviera cura será declarado incapacitado y se le
asignara un tutor legal, el cual se tendrá que hacer responsable de continuar
con el tratamiento del incapacitado además de todos los actos del enfermo
mental. Esto significa que si el enfermo mental cometiera otro delito el que
seria enjuiciado y el que cumpliría la pena seria el tutor legal, no el
incapacitado.

4.- Ejemplos de casos


4.1.- Caso Mijangos

El caso de Mijangos, lamentable desde el lado humano y social, pero


sin duda interesante desde el punto de vista jurídico, porque por un lado se
concluyó fehacientemente la autoría de los tres homicidios, sin embargo, los
estudios periciales y científicos, determinaron sin ningún tipo de confusión la
alteración mental que sufrió Claudia Mijangos, al grado de calificar su acto
como inimputable, pues se encontraba bajo un momento incontrolable para ella
misma. Pastor López Cabrera, aceptó la invitación de Diario de Querétaro a
revivir uno de los hechos que conmocionó a la sociedad queretana en el siglo
XX: el crimen de tres niños a manos de su madre, ocurrido un día como hoy,
pero de 1989, un hecho que cimbró la tranquilidad del Querétaro de finales del
siglo pasado. El hecho impactó a propios y extraños, recordó Pastor Cabrera,
entonces coordinador de los Ministerios Públicos Adscritos, "quizá
principalmente porque quien cometió los asesinatos fue la propia madre de las
víctimas. El ahora director de Averiguaciones Previas de la PGJ del Estado,
trasladó su mente a ese inmueble de Jardines de la Hacienda, donde fue
testigo de varias diligencias.

10
s/a. "Denuncian que enfermos mentales reos viven en forma infrahumana".Recuperado de Internet
el 7/11/07 http://www.in4mex.com.mx/ip/Pverdoc.pl
11
Comicion Nacional de derechos humanos del distrito federal. Reglas mímicas para el tratamiento de
reclusos. Recuperado en internet el 11/11/07 http://www.cdhdf.org.mx/index.php?id=norrecluso
"El interior de la casa sugirió la forma como se llevaron a cabo los tres
crímenes en esas horas de la madrugada del 24 de abril de 1989". El hecho,
dijo, presentaba dos vertientes de interés para la autoridad encargada de
investigar y conducir el proceso: la primera verificar, establecer y comprobar la
autoría y dinámica de realización de los hechos por parte de Claudia Mijangos.

Por otro lado, agregó, ante la magnitud de los homicidios, se debía establecer
el estado de salud mental para saber si esta mujer había actuado con
conocimiento y previsión del hecho, o como finalmente se comprobó, que actuó
bajo una situación de anormalidad, al momento de cometer los crímenes, por
algún trastorno suficiente para causarle alteraciones que la hicieran actuar de
manera desnaturalizada. Precisó que en el primer caso, las evidencias fueron
contundentes, la escena del crimen, las armas, la misma apariencia de la mujer
y los antecedentes, concluyeron que el autor y único participante en las tres
muertes, fue la madre de los niños, Claudia Mijangos Arzac, de 33 años.

Sobre la segunda vertiente de investigación, ya en un principio el mismo


esposo de Claudia, Alfredo Castaños, apuntó que su mujer padecía de
alucinaciones con varios de sus sentidos. Claudia Mijangos, dijo, alucinaba
objetos, aromas, ruidos, lo que motivó a pedir apoyo de una psicóloga,
tratamiento al que se negó Claudia en todo momento. De tal manera que no se
tenía detectado a ciencia cierta algún desequilibrio mental, se tenía la idea de
que algo andaba mal, pero no estaba identificado ningún desequilibró
patológico.

Pastor López subrayó que en el proceso, fueron consultadas varias opiniones


expertas, tanto de la ciudad de Querétaro, como de otros estados, sobre todo
en materia de psicología y psiquiatría, para emitir opiniones técnicas
sustentadas en estudios que revelaran las verdaderas condiciones de la
señora. Los estudios, acreditados por la Procuraduría, fueron hechos por
separado y resultaron coincidentes. Una de las conclusiones a las que llegaron,
basados en una técnica en esos años muy novedosa, como lo fue la tomografía
computarizada, reveló que Claudia Mijangos presentaba un tumor en el
hemisferio izquierdo del cerebro, mismo que producía una afectación a ciertos
sentidos, como a la vista, al gusto, al olfato y al oído, de ahí la explicación de
por qué las alucinaciones de creer ver, escuchar y oler lo que no existía.
Incluso, apuntó, de acuerdo con las diligencias ministeriales, quedó asentado
que ella escuchaba voces que le indicaban lo que tenía qué hacer. No en vano,
aquella madrugada del 24 de abril, alrededor de las cinco horas, cuando
supuestamente ya había aniquilado a los niños, Claudia Mijangos habló a casa
de su amiga Verónica Vázquez, siendo atendida por el esposo de ésta, a quien
le dijo que había sacrificado a los niños "para salvarlos de este mundo lleno de
maldad". Además de este cuadro de epilepsia por tumor, para Pastor López la
autoridad también demostró un desorden psicológico que hablaba de una
esquizofrenia, motivada por acontecimientos muy particulares en la niñez de
Claudia.

Claudia Mijangos ante el Juez :


En ese tiempo había entrado en vigencia una reforma al Código de
Procedimientos Penales (que hoy sigue vigente) que contemplaba un
procedimiento ordinario para cualquier presunto delincuente, pero incorporaba
un procedimiento extraordinario para establecer que si una persona acreditaba
alguna alteración mental que la haya llevado a delinquir, pudiera considerarse
como inimputable. López Cabrera afirmó que al establecerse con alto grado de
certeza el desorden psiquiátrico y psicológico de Claudia Mijangos, y que el
juzgador tuvo la convicción del estado de inimputabilidad de esta persona, se
determinó cerrar el procedimiento ordinario y abrir el procedimiento especial
para considerar a Claudia Mijangos como inimputada, proceso que duró menos
de un año. Pastor López señaló que la pena máxima para lo que se
consideraba el delito de homicidio calificado era de 30 años, aún cuando se
tratara de tres homicidios. "En este caso recuerdo que el Juez decidió, una vez
que se había abierto el procedimiento especial para inimputables, una
sentencia denominada medida de seguridad de 30 años, pero no como pena,
sino para proveer de las medias suficientes para una persona que se encuentra
en un estado y reviste una situación de peligrosidad, no cauce más daños a
otras personas o a sí misma.

Por otra parte, dijo, la medida de seguridad lo que buscaba era que Claudia
pudiera salir de ese estado y que pueda alcanzar un estado de normalidad
donde ya no signifique un riesgo social y personal. Es así que se impuso por
parte del juzgador una medida de seguridad por 30 años, pero se solicitó
todavía una aclaración de sentencia por el MP, y el Juez Francisco González
de Cosío, decidió que la medida de seguridad de 30 años estaría sujeta a los
avances de la ciencia médica y consecuentemente se modificaría o concluiría
en forma provisional o definitiva, de acuerdo a la evolución que mostrara y de
acuerdo a los mismos avances de la medicina. Para una persona en estado de
inimputabiliad por padecimiento de una enfermedad de tipo mental, la misma
ley establecía en ese tiempo que debía recluirse en el anexo psiquiátrico del
penal. Sin embargo, el Centro de Readaptación Social no contaba con un
anexo psiquiátrico como para albergar en condiciones deseables a Claudia
Mijangos.

Fue así que la opción fue internarla en un hospital psiquiátrico en condiciones


de máxima seguridad, preferentemente una institución pública, para que la
medida de seguridad impuesta por el Juez no fuera burlada y se cumpliera
estrictamente dados los avances que la persona mostrara en sus condiciones
de salud, finalizó Pastor López Cabrera.

Esponda la sacó del Reclusorio:

El prominente abogado Julio Esponda Ugartechea logró a mediados de los


años noventa que Claudia Mijangos fuera trasladada a la clínica psiquiática
forense de la Ciudad de México (ex cárcel de mujeres de Tepepan). Más
adelante los familiares pidieron su intervención para poderla sacar de ese lugar,
pero el abogad los condicionó a conseguir una autorización de la autoridad
estatal para que se responsabilizara de Mijangos. Ellos nunca egresaron con el
litigante, hasta que supo que meses después Claudia había recuperado su
libertad.
5.- Propuesta
Hacer un reforma en el Código Penal de la Ciudad de Puebla para que
sean cuatro los peritos que tengan que tengan que aprobar cuando una
persona haya delinquido a causa de un trastorno mental.

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