Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
CONCIENCIA EN EL PERU.
LA PARTICIPACION DE LOS MASONES, LIBERALES Y
ANARQUISTAS.
Hemos oído, que los masones tuvieron mucho que ver con la formación de las
corrientes políticas de fines del siglo XIX y los inicios del siglo XX en el Perú, los
masones y los liberales con su forma de pensar dieron el corpus ideológico
liberal-social e influenciaron en las luchas sindicales, en la luchas por los
derechos de la mujer y la formación de los nuevos líderes y sus consecuentes
partidos políticos.
Era un hecho que hacia fines del siglo (XVIII) y al transponerlo, la tendencia de la
época estaba indicando la secularización de mayores espacios de la vida cotidiana, a la
vez que un número creciente de medidas legales iban apuntando a eso que la jerarquía
llamaba la “descatolización del Perú”, el drama de los nuevos tiempos, o en palabra del
obispo Fidel Olivas de Ayacucho, “los signos malos de los tiempos”, Al lado de una
mayor convivencia con los extranjeros, de una mayor internacionalización del comercio
y la economía nacionales y del surgimiento de nuevos y vigorosos espacios sociales de
ideas sobre el país, diversas leyes que se iban dando encontraban un nivel de aceptación
que difícilmente se hubiera dado treinta o cuarenta años antes. El número de entierros
en cementerios laicos aumentaba, a la par que, al amparo de la ley de matrimonio civil
de no católicos, también éstos se incrementaban.
Ideas nacidas a la sombra del pensamiento liberal que las veía como lógica consecuencia
del libre desenvolvimiento de la razón y del espíritu humano, se habían convertido en
sostenes del ideal inmigracionista. Cuando se discutió sobre cementerios públicos se
puso bien en claro el componente de progreso e inmigración que traía consigo.
Curiosamente esta tesis fue también compartida por los elementos radicales de fines de
siglo (Gonzáles Prada, C. Palma), quienes expresaron que las medidas traerían al
inmigrante y la civilización, a los que se unieron diversos, instituciones, grupos
(protestantes, masones, etc.) que desde ángulos e intereses distintos también abogaron
en esa dirección. Al lado y enfrentados contra el orden existente y dispuesto a su
destrucción, grupos de anarquistas, los primeros de la hora al frente de los movimientos
de masas proletarias en Lima, creyeron ver igualmente el inicio del fin de la “dictadura
de la sotana” representante de una de las más nefastas de las esclavitudes del hombre: la
religión. (Fernando Armas Asin, Liberales, Protestantes y Masones: Modernidad
y Tolerancia Religiosa. Perú, Siglo XIX, PUC 1998, Pág. 186).
A fines del siglo XIX se funda en Lima “El Libre Pensamiento” (1896-1904),
iniciándose como bisemanario y posteriormente semanario, y se constituye en el
órganos oficial de la masonería Peruana; este durante sus ocho años de
existencia, fue dirigido por Christian Dam, que era masón y librepensador.
La finalidad de la publicación en su inicio fue el de ampliar la red de la
masonería a nivel nacional, recibiendo canjes de otros similares como “El
Ferrocarril” (Cajamarca), “La Prensa Libre” (Chiclayo), “El Eco” (Huancayo),
“El Padre Chueca” (Iquique), “El Heraldo Evangélico”(Valparaíso), “El Chira”
(Sullana), “El Porvenir” (New York) diario defensor de la causa cubana entre
otros.
Así “el libre pensador no se preocupa ya del cielo, del infierno, ni aún de la muerte, ni
menos de los días en que Dios creó el mundo, así sean tan largos como los días de la
indulgencia o jubileo universal. Lo que le preocupa es la vida; la justicia, no como, sino
como será, los derechos humanos, esos que están no solo en los libros, sino en las
necesidades del día”. (Mariano Torres, El Libre Pensamiento, 1900, Nº 232).
Volante de la U.P. Gonzáles Prada llamando a todos los ciudadanos libres del Perú a
movilizarse contra la consagración de la República al Corazón de Jesús. Fue repartido los tres
días anteriores al 23 de mayo de 1923.
No cabe duda el contenido anticlerical: “Convertida en el Perú la religión en
idolatría y el sacerdocio esa casta traficante que explota la sumisión fanática de la
mayoría del pueblo, privado de toda luz y de toda honda auténtica educación moral, el
catolicismo, después de cuatro siglos de imperio ilimitado no formó ni espíritu social y
fuerzas depuradoras ni erigió firmemente virtudes ciudadanas. La protección y el
amparo católico a las razas peruanas tienen el más cruel desmentido en los cuatro
millones de analfabetos con que cuenta el país, analfabetos que soportaron y soportan el
yugo secular de los “aranceles eclesiásticos”, de las limosnas obligadas y de los copiosos
diezmos sin tasa”.
Haya de la Torre se dirige a la multitud de estudiantes sanmarquinos, que luego marchan por
las calles de Lima, al grito de “Libertad. Muera el tirano”.
Los estudiantes fueron reprimidos a golpes de sable por la caballería.
24 de Mayo de 1923. Trabajadores y estudiantes toman la esquina del Teatro Colón protestando
por la muerte de Ponce y Alarcón. Leguía suspendió la ceremonia de consagración. (Revista
Mundial No.159, Junio de 1923)
Treinta mil personas salen a las calles al sepelio de los dos fallecidos en la
jornada de protesta. Ese mismo día el arzobispo de Lima anuncia que se
suspende la consagración del Perú al sagrado corazón de Jesús. El movimiento
de obreros y estudiantes había triunfado: el poder daba marcha atrás. Haya de
la Torre será arrestado en octubre de 1923 y haría una huelga de hambre de
protesta. El régimen leguiísta lo deportaría a Panamá para deshacerse de él.
Una multitud de 30mil personas acompañó a los féretros de los muertos en la jornada del 23 de
mayo.
Este es un hecho muy recordado por los apristas debido a que representa un
evento importante para la posterior fundación del APRA. De esta jornada
surgirían los dirigentes aurorales más importantes de este partido, dirigentes
que fueron masones.
Biblioteca Obrera de Bajo del Puente. Salon de Lectura. Leyendo de pie Manuel Pedraza, obrero
de construcción civil.
Sin embargo allí estuvieron los masones, por tanto es necesario romper el pacto
infame de hablar a media voz, y decir lo que sea necesario, para explicar la
presencia y participación de los masones, como en esta ocasión.
El 25 de mayo se realizan los funerales; después de tres días de huelga en protesta por
los hechos ocurridos, se levantó el paro; los discípulos de Lutero, Dr. Mackay, los
evangelistas y masones se frotaban las manos de contento por lo que pasaba.
En esa época dirigía él movimiento obrero la Federación Local. (El Anarco
Sindicalismo en el Perú, Ediciones Tierra y Libertad, México 1 D.F. 1961, Pág.
27).