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cuaderno 2
El silencio en la oración
oración
El significado de la
Hesiquía

Kallistos Ware,
Obispo de Diokleia
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cípulo de Antonio (siglo IV): «Porque habían


practicado primero la profunda hesiquía, po-
seían el poder de Dios inhabitando en ellos; y
después Dios les envió en medio de los hom-
bres.» E incluso si muchos solitarios no están,
de hecho, enviados al mundo como apóstoles
o startsi, sino que continúan la práctica del si-
lencio interior toda su vida, totalmente desco-
nocidos por los demás, eso no significa que
su contemplación escondida sea inútil o su
vida desperdiciada. Sirven a la sociedad no
con trabajos activos sino con la oración, no por
lo que hacen sino por lo que son, no exterior-
mente sino existencialmente. Pueden decir con
las palabras de San Macario de Alejandría:
«Estoy vigilando los muros.»
Monasterio de San Juan, Patmos

© FRAMONPAZ, 2007
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Póntico dice: «Un monje es alguien que está


separado de todos y unido a todos.» El
hesicasta hace un acto de separación -exter-
namente al retirarse en la soledad; interiormen-
te, al «descartar los pensamientos»- sin em-
bargo el efecto de esta huida es acercarle a
los hombres más íntimamente que antes, ha-
cerle más profundamente sensible a las nece- La verdad divina no está en hablar sino en el
sidades de los demás, más fuertemente cons- silencio, en permanecer dentro del corazón por
ciente de sus posibilidades escondidas. Esto el largo sufrimiento.
se ve de forma más notable en el caso de los El Libro de los Pobres en el Espíritu
grandes startsi. Hombres tales como San An- ...Jesucristo, la Palabra que salió del silencio.
tonio de Egipto o San Serafín de Sarov vivie- -San Ignacio de Antioquía
ron durante décadas enteras en silencio total y
aislamiento físico. Sin embargo, el efecto últi- Una de las historias de los Apotegmas de
mo de este aislamiento fue conferirles claridad los Padres del Desierto describe una visita de
de visión y una compasión excepcional. Preci- Teófilo, Arzobispo de Alejandría, a los monjes
samente porque habían aprendido a vivir so- de Scetis. Deseosos de impresionar a su au-
los, podían identificarse instintivamente con los gusto invitado, los hermanos reunidos rogaron
demás. Era capaces de discernir inmediata- al Abba Pambo: «Dile algo al Arzobispo que
mente las características profundas de cada pudiera ser edificante.» Y el anciano contestó,
persona; quizás les dijesen sólo dos o tres fra- «Si no le edifica mi silencio, no será edificado
ses, pero esas pocas palabras eran en ese por mis palabras.» Esto es una historia que
caso particular exactamente lo que esa perso- indica la gran importancia que da la tradición
na necesitaba que se le dijera. del Desierto a la hesiquía, la cualidad de la
San Isaac el Sirio dice que es mejor ad- quietud o el silencio. «Dios ha elegido la
quirir la pureza del corazón que convertir na- hesiquía por encima de las demás virtudes»,
ciones paganas enteras. No desprecia el tra- se afirma en otra parte de los Apotegmas de
bajo de los apóstoles; quiere decir simplemen- los Padres del Desierto. Y San Nilo de Ancyra
te que a menos que uno haya adquirido alguna insiste: «Es imposible que un agua embarra-
medida de silencio interior, es improbable que da se vuelva clara si se la agita constantemen-
consiga convertir a alguien. Este punto lo clari- te; y es imposible llegar a ser monje sin
fica menos paradójicamente Ammonas, el dis- hesiquía.
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Hesiquía significa, sin embargo, mucho Un hombre que mira el cristal


más que simplemente abstenerse de hablar. Es En él sus ojos quedan;
un término que puede interpretarse a muchos
niveles diferentes. Intentemos distinguir los sen- si a través quiere pasar,
tidos principales trabajando desde el exterior y ver el cielo, puede.
hacia el interior.
El mismo doble efecto se produce por
1) Hesiquía y Soledad. Según las prime- hesiquía. La oración del silencio interior no nie-
ras fuentes, el término «hesicasto» y su verbo ga el mundo, le da un abrazo. Permite al
se refieren muy frecuentemente a un monje que hesicasta mirar más allá del mundo hacia el
vive en la soledad, un ermitaño, como opuesto invisible Creador; y, de esta forma, le capacita
a un miembro de un cenobio. Este sentido se para volver al mundo y mirarlo con una mirada
encuentra ya en Evagrio de Ponto (siglo IV) y nueva. Viajar, se ha dicho a menudo, es volver
en Nilo y Palladius (principios del siglo V). Tam- al punto de partida y ver nuestro hogar de nue-
bién se encuentra en los Apotegmas de los vo como si fuera la primera vez. Esto es el ver-
Padres del Desierto, Cirilo de Scitopolis, Juan dadero viaje de la oración, lo mismo que de
Moschus, Barsanufius y en la legislación de otros viajes. El hesicasta, mucho más que el
Justiniano. Hesiquía continúa siendo usada con sensual o el materialista, puede apreciar el
este significado por autores posteriores tales valor de cada cosa porque cada una de ellas
como San Gregorio del Sinaí (1346). A este la ve en Dios, y ve a Dios en cada una. No es
nivel, el término se refiere principalmente a la coincidencia que, en la controversia Palamita
relación en el espacio de un hombre con otros del siglo XIV, San Gregorio y sus adeptos
hombres. Este es el más externo de los dife- hesicastas se preocuparan especialmente de
rentes sentidos. defender las potencialidades espirituales de la
2) Hesiquía, la Espiritualidad de la Cel- creación material y, en particular, las del cuer-
da. «Hesiquía,» dice el Abba Rufus en los Apo- po físico humano.
tegmas de los Padres del Desierto, «es per- Tal es, en resumen, la contestación a los
manecer sentado en tu celda con temor y co- que ven el hesicasmo negativo y dualista en su
nocimiento de Dios, absteniéndote enteramen- actitud hacia el mundo. El hesicasta niega para
te de todo rencor y vanagloria. Tal hesiquía es reafirmar; retira para devolver.
la madre de todas las virtudes y protege al
En unas palabras que resumen la relación
monje contra las fieras flechas del enemigo.»
entre el hesicasta y la sociedad, entre la ora-
Rufus continúa conectando la hesiquía con el
ción interior y la oración externa, Evagrio
recuerdo de la muerte, y concluye diciendo:
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las montañas y las piedras, sobre cada tallo de «Vigila tu propia alma.» Hesiquía es asocia-
hierba. En el interior de esta luz que es... la glo- da de esta forma con otro término clave en la
ria divina, la misma gloria inseparable de dios, tradición del Desierto, nepsis, sobriedad es-
todas las cosas adquieren una intensidad de piritual o vigilancia.
ser que no podrían tener de otra forma; adquie- Cuando hesiquía está vinculada de esta
ren una realidad en plenitud que sólo pueden forma con la celda, el término se refiere aún a
tener en Dios.» En el otro icono «la vestidura la situación externa del hesicasta en el espa-
de Cristo es plateada con sombras azules, y cio, pero su significado es al mismo tiempo
los rayos de luz que caen alrededor son tam- más interior y espiritual. El hesicasta, en el sen-
bién blancos, plateados y azules. Todo produ- tido de alguien que permanece vigilante en su
ce una impresión de intensidad mucho menor. celda, no necesita siempre ser un solitario sino
Luego descubrimos que todos estos rayos de que puede igualmente ser un monje que vive
luz que emanan de la Divina Presencia... no dan en comunidad.
relieve sino transparencia a las cosas. Se tie-
ne la impresión de que estos rayos de luz divi- El hesicasta, entonces, es alguien que
na tocan las cosas y se sumergen en ellas, las obedece el requerimiento de Abba Moses:
penetran, tocan algo en su interior, de manera «Ve y siéntate en tu celda y tu celda te lo ense-
que desde el núcleo de estas cosas, de todas ñará todo.» Recuerda el consejo que Arsenio
las cosas creadas, la misma luz refleja y brilla dio a un monje que deseaba hacer obras de
desde dentro para afuera, como si la vida divi- misericordia. «Alguien dijo a Arsenio, ‘Mis pen-
na acelerara las capacidades, las potenciali- samientos me turban diciéndome: Como no
dades, de todas las cosas y las hiciera a todas puedes ayunar o trabajar, por lo menos ve a
alcanzarla. En este momento, la situación es- visitar a los enfermos porque esto también es
catológica se realiza y, en palabras de San una forma de amor.’ El anciano, reconociendo
Pablo, ‘Dios es todo y en todo.’» la semilla sembrada por los demonios, le dijo:
‘Vete, come y bebe y duerme sin hacer ningún
Tal es el doble efecto de la gloria de la trabajo con tal de que no abandones tu celda.’
Transfiguración: hacer que cada cosa y cada Porque él sabía que permanecer pacientemen-
persona destaquen muy distintamente en su te en la celda lleva al monje al verdadero cum-
esencia única e irrepetible; y al mismo tiempo plimiento de su vocación.»
hacer transparente a cada persona y cada cosa
para revelar la divina presencia más allá y den- El vínculo entre hesiquía y la celda se ex-
tro de ellas: presa claramente en un dicho famoso de San
Antonio de Egipto: «Los peces se mueren si
se demoran en terreno seco; y de la misma
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forma los monjes, si se quedan mucho tiempo villoso. Los árboles, la hierba, los pájaros, la
fuera de su celda o pasan el tiempo con los tierra, el aire, la luz, todo parecía decirme que
hombres del mundo, pierden la intensidad de ellos existían para el hombre, que eran testi-
su hesiquía.» El monje que permanece dentro gos del amor de Dios para el hombre, que todo
de su celda es como la cuerda de un instru- era la prueba del amor de Dios para el hom-
mento bien afinado. Hesiquía lo mantiene en un bre, que todas las cosas oraban a Dios y can-
estado de alerta; si se queda mucho tiempo fue- taban su gloria. De esta forma llegué a enten-
ra de la celda, su alma se hace débil y blanda. der lo que la Filocalía llama ‘el conocimiento
La celda, entendida como el marco exte- del habla de todas las criaturas.’... Sentía un
rior de hesiquía, se considera sobre todo como amor ardiente por Jesucristo y por todas las
un taller de oración incesante. La actividad prin- criaturas de Dios.»
cipal del monje, mientras permanece quieto y De la misma forma, la Invocación del Nom-
silencioso dentro de su celda, es el recuerdo bre transforma la relación del Peregrino con sus
constante de Dios acompañado de un sentido semejantes: «Volvía a empezar mis andadu-
de compunción y lamento. «Permanece senta- ras. Pero ahora ya no andaba como antes, lle-
do en tu celda,» dice Abba Ammonas a un an- no de preocupación. La Invocación del Nom-
ciano que se proponía adoptar alguna forma bre de Jesús alegraba mi camino. Todo el mun-
ostentosa de ascetismo. «Come un poco cada do era amable conmigo, era como si todo el
día y ten siempre las palabras del publicano en mundo me amara... Si alguien me hace daño,
tu corazón. Así puedes salvarte.» Las palabras sólo tengo que pensar: ‘¡Qué dulce es la Ora-
del publicano, «Señor, ten piedad de mí, peca- ción de Jesús!’ y el daño y el enfado se esfu-
dor» (Lucas 18, 13) son muy similares a la fór- man y olvido todo.»
mula de la Oración de Jesús, como se encuen- Otra prueba de que hesiquía intensifica
tra a partir del Siglo VI en Barsanufio, la Vida nuestra visión de la naturaleza se encuentra en
del Abba Filemón y otras fuentes. Volveremos la gran importancia que dan los hesicastas al
en su momento al tema de hesiquía y a la Invo- misterio de la Transfiguración. El Metropolita
cación del Nombre. La clausura de la celda Anthony Bloom da una impactante descripción
monástica y el nombre de Jesús están explíci- de dos iconos de la Transfiguración que vio en
tamente vinculadas en una declaración de Juan Moscú, uno pintado por Andrei Rublev, el otro
de Gaza acerca de su compañero ermitaño por Teófano el Griego. «El icono de Rublev
Barsanufio: «La celda en la que él está ence- muestra a Cristo en la brillantez de su deslum-
rrado en vida como en una tumba, por el Nom- brante vestidura blanca que proyecta luz alre-
bre de Jesús, es su lugar de reposo; ningún dedor. Esta luz cae sobre los discípulos, sobre
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ble permanecer en su propia casa sin renun- demonio entra allí, ni siquiera el príncipe de los
ciar a sus posesiones y, sin embargo, practi- demonios. Es un santuario porque contiene la
car la meditación continua. En el mismo senti- morada de Dios.»
do, San Simeón el Nuevo Teólogo insiste en Para el hesicasta, por tanto, la celda es
que «la vida más alta» es el estado al que Dios una casa de oración, un santuario y lugar de
nos llama a cada uno personalmente: «Mucha encuentro entre el hombre y Dios. Todo esto
gente canoniza la vida eremítica; otros la vida se expresa de forma impresionante en el di-
en una comunidad monástica, otros la del go- cho: «La celda del monje es el horno de
bierno, la instrucción, la educación o la admi- Babilonia en el que los tres jóvenes encontra-
nistración de la iglesia... Sin embargo, no pre- ron al Hijo de Dios; es la nube desde la que
fiero ninguna de ellas a las demás; tampoco Dios habló a Moisés. Esta noción de la celda
querría exaltar una de ellas y despreciar otra. como un foco de la shekinah se refleja en las
Pero en cada situación y actividad, es la vida palabras de un ermitaño copto contemporáneo,
para Dios y según Dios la que Dios bendice.» Abuna Matta al-Maskin. Cuando le pregunta-
El camino de hesiquía, por lo tanto, está ron si había pensado alguna vez en ir en pere-
abierto para todos: lo único que se necesita es grinación a los Santos Lugares, contestó: «Je-
el silencio interior, no el exterior. Y aunque este rusalén Santa está aquí de verdad, dentro y al-
silencio interior presupone «apartar» las imá- rededor de estas cuevas; porque qué otra cosa
genes en la oración, el esfuerzo final de esta es mi cueva sino el lugar donde reposó Cristo
negación es afirmar con limpia intensidad el mi Salvador; qué otra cosa es mi cueva sino el
valor último de todas las cosas y de todas las lugar de donde él resucitó gloriosamente de
personas en Dios. El camino de la renuncia es, entre los muertos. Jerusalén está aquí de ver-
al mismo tiempo, el camino de afirmación to- dad, y todas las riquezas espirituales de la Ciu-
tal. Este punto aparece muy claramente en El dad Santa se encuentran en este wadi.
peregrino ruso. El anónimo campesino ruso En todo esto nos movemos firmemente
que es el héroe de este cuento, se da cuenta desde el sentido externo de hesiquía hacia su
de que la repetición constante de la Oración sentido interior. Si interpretamos esta palabra
de Jesús transfigura su relación con el mundo según la espiritualidad de la celda, significa no
exterior a su alrededor, cambiando todas las sólo una condición externa y física sino tam-
cosas en un sacramento de la presencia de bién un estado del alma. Denota la actitud de
Dios y haciendo estas cosas transparentes. alguien que está en su corazón ante Dios. «Lo
«Cuando... oraba de todo corazón -escribe él- principal -dice el Obispo Teófano el Recluso
, todo a mi alrededor parecía delicioso y mara- (1815-1894)- es estar ante Dios con la mente
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y el corazón y continuar estando ante él ince- zado: la vida en una gran comunidad se consi-
santemente, hasta el final de la vida.» Eso es dera demasiado poco recogida para la prácti-
precisamente lo que la quietud y el silencio de ca intensa de la oración interior.
la celda significan para el hesicasta. Pero, aunque el ambiente del skete se
3) Hesiquía y «Volver dentro de uno mis- considere ideal, pocos llegarían a afirmar que
mo.» Esta comprensión más interior de disfruta de un monopolio exclusivo. El criterio
hesiquía está ampliamente explicada en la clá- se refiere siempre al estado interior de la per-
sica denominación del hesicasta ofrecida por sona y no a sus condiciones de vida. Ciertos
San Juan Clímaco (+ hacia 649): «El hesicasta ambientes externos pueden ser más favorables
es el que lucha para confinar su ser incorpóreo que otros para el silencio interior pero no hay
dentro de su casa corporal, por más paradóji- ninguna situación en la que este silencio inte-
co que parezca.» El hesicasta, en el verdade- rior se haga del todo imposible. San Gregorio
ro sentido de la palabra, no es alguien que se del Sinaí, como ya hemos visto, envió a sus
ha ido físicamente al desierto sino alguien que discípulo Isidoro otra vez al mundo; muchos
ha emprendido un viaje interior en su propio entre sus más íntimos compañeros del Monte
corazón; no es alguien que se desliga física- Atos y del desierto de Paroria llegaron a ser
mente de los demás cerrando la puerta de su patriarcas y obispos, líderes y administrado-
celda, sino una persona que «vuelve a sí mis- res de la Iglesia. San Gregorio Palamas, que
mo», cerrando la puerta de su mente. «Entró enseñó que esta oración continua es posible
en sí mismo», se dice del hijo pródigo (Lc 15, para todo cristiano, terminó su vida como ar-
17); y esto es lo que también hace el hesicasta. zobispo de la segunda más importante ciudad
Responde a las palabras de Cristo: «El Reino del Imperio Bizantino.
de Dios está entre vosotros» (Lc 17, 21), y bus- El laico Nicolás Cabasilas (Siglo XIV), fun-
ca «guardar su corazón con total vigilancia» (Pr cionario del Estado y cortesano, que fue ami-
4, 23). Reinterpretando nuestra definición ori- go de muchos hesicastas de primera fila, afir-
ginal del hesicasta como un solitario que viven ma con mucho énfasis: «Cada uno debería vi-
en el desierto, podemos decir que la soledad vir según su arte o profesión. El general debe-
es un estado del alma, no una ubicación geo- ría continuar mandando; el granjero, trabajan-
gráfica, y que el verdadero desierto está den- do la tierra; el artesano, practicando su oficio.
tro del corazón. Les diré el porqué: No es necesario retirarse
El «volver dentro de uno mismo» es des- al desierto, comer alimentos desagradables,
crito finalmente por San Basilio el Grande (+ cambiar su vestuario, arriesgar su salud o ha-
379) y San Isaac el Sirio (Siglo VII). «Cuando cer algo imprudente, porque es del todo posi-
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la del tercer monje interpretada por ellos sig- la mente ya no está disipada en medio de las
nificaba que la acción social no basta por sí cosas externas -escribe Basilio- ni tampoco
sola. A menos que haya un centro apacible en dispersa por el mundo a través de los senti-
medio de la tempestad, a menos que un hom- dos, vuelve a sí misma y por sus propios me-
bre en el centro de todo su activismo proteja un dios asciende hacia el pensamiento de Dios.»
aposento secreto en su corazón donde él se «Estate en paz con tu propia alma -insiste
mantenga en soledad ante Dios, perderá todo Isaac-, entonces el cielo y la tierra estarán en
sentido de dirección espiritual y se sentirá des- paz contigo. Entra con ansia en la casa del te-
pedazado. Sin duda la conclusión que la ma- soro que está dentro de ti, y verás las cosas
yoría de los lectores del Siglo XX tendrían ten- que están en el cielo porque la entrada a am-
dencia a sacar es que todos nosotros debe- bas es única. La escalera que lleva al Reino
mos, hasta cierto punto, ser ermitaños en el es invisible dentro de tu alma. Huye del peca-
corazón. Pero ¿era esa la intención de la his- do, sumérgete en ti mismo, y encontrarás en tu
toria? Probablemente no. Es mucho más pro- alma los peldaños que te llevarán arriba.»
bable que esa intención fuera abogar por la vida En este punto de nuestro argumento nos
eremítica en su sentido más literal y geográfi- ayudará hacer una breve pausa y distinguir con
co. Y esto plantea inmediatamente la pregunta mayor precisión entre el sentido externo y el
acerca del aparente egoísmo así como del as- sentido interno de la palabra hesiquía. Tres ni-
pecto negativo de este tipo de oración veles son indicados en un famoso apotegma
contemplativa. ¿Cuál es entonces la verdade- de Abba Arsenio. Mientras era todavía tutor de
ra relación del hesicasta con la sociedad? los niños imperiales en el palacio, Arsenio oró
Debemos admitir para empezar que, lo a Dios: «Enséñame cómo salvarme.» Y una
mismo en el movimiento hesicasta del siglo XIV voz le vino: «Arsenio, huye de los hombres y
como en el renacimiento hesicasta del siglo serás salvado.» Él se retiró al desierto y se hizo
XVIII y en la ortodoxia contemporánea, los cen- solitario; luego oró otra vez con las mismas
tros principales de la oración hesicasta han palabras. Esta vez dijo la voz: «Arsenio, huye,
sido los pequeños sketes, las ermitas que alo- guarda silencio, permanece en quietud, porque
jaban sólo a un puñado de hermanos que vi- ésas son las raíces de la ausencia de peca-
vían como una pequeña familia monástica, pro- do.»
fundamente integrada y escondida del mundo. Huye de los hombres, guarda silencio,
Muchos autores hesicastas expresan con de- estate quieto: son los tres grados de hesiquía.
terminación su preferencia por el skete com- El primero es espacial, «huye de los hombres»
parado con el cenobio perfectamente organi- externamente y físicamente. El segundo es aún
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exterior, «guarda silencio», desistir del hablar ser ilustrada con una historia de los Apoteg-
externo. Ninguna de estas dos cosas puede por mas de los Padres del Desierto acerca de tres
sí misma hacer que un hombre sea un verda- amigos que se hicieron monjes. Como tarea
dero hesicasta, porque podría vivir en una so- ascética el primero elige ser hacedor de paz
ledad externa y mantener la boca cerrada y, sin intentando reconciliar a aquellos que llevan sus
embargo, estar interiormente lleno de inquie- desavenencias a los tribunales. El segundo
tud y agitación. Para alcanzar el verdadero so- cuida de los enfermos, y el tercero va al de-
siego es preciso pasar del segundo nivel al ter- sierto para vivir en soledad. Después de algún
cero, de hesiquía externa a la interior, de la mera tiempo, los dos primeros se cansan y se des-
ausencia del habla a lo que San Ambrosio de corazonan totalmente. Por más que luchan, son
Milán llama negotiosum silentium, silencio ac- física y espiritualmente incapaces de satisfa-
tivo y creativo. Los mismos tres niveles son dis- cer todas las demandas que se les hacen. Casi
tinguidos por San Juan Clímaco: «Cierra la desesperados van a consultar al tercer monje,
puerta de tu celda físicamente, la puerta de tu el ermitaño, para contarle sus dificultades.
lengua al habla, y la puerta interior a los malos Éste, al principio, guarda silencio. Después de
espíritus.» un rato, vierte agua en un tazón y dice a los
Esta distinción entre los niveles de otros: «Mirad.» El agua está turbia y turbulen-
hesiquía tiene importantes implicaciones para ta. Esperan unos minutos. El ermitaño dice:
las relaciones del hesicasta con la sociedad. «Mirad otra vez.» El sedimento ahora está su-
Un hombre puede llevar a cabo la visible y geo- mergido hasta el fondo y el agua está clarísi-
gráfica huida al desierto y permanecer en su ma; ven sus propias caras como en un espejo.
corazón en la ciudad y, al contrario, un hombre «Eso es lo que ocurre -dice el ermitaño- a al-
puede continuar viviendo físicamente en la ciu- guien que vive entre los hombres: a causa de
dad y, sin embargo, ser un verdadero hesicasta la turbulencia no ve sus propios pecados. Pero
en su corazón. Lo que importa no es la situa- cuando aprende a estar en calma, sobre todo
ción espacial del cristiano sino su estado espi- aquí en el desierto, reconoce sus propios erro-
ritual. res.»

Es verdad que algunos escritores del Así termina la historia. No nos dicen cómo
Oriente cristiano, más notablemente San Isaac los dos primeros monjes aplicaron la parábola
el Sirio, han estado a un paso de afirmar que del ermitaño. Quizás volvieron ambos al mun-
hesiquía interior no puede existir sin soledad do, retomando su trabajo previo pero, al mis-
externa. Pero este punto de vista está lejos de mo tiempo, llevando consigo algo de la
ser universal. Cuentan los Dichos de los Pa- hesiquía del desierto. En ese caso, la parábo-
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sino en no aceptarlas.» Como insiste San An- dres del Desierto que existen laicos muy com-
tonio, el hombre «debe esperar ser tentado prometidos en una vida de servicio activo en
hasta su último suspiro», y con la tentación está el mundo, y a estos laicos los comparan con
siempre la auténtica posibilidad de caer en pe- ermitaños y solitarios; un doctor de Alejandría,
cado. «Las pasiones permanecen con vida - por ejemplo, se considera como espiritualmen-
dice Abba Abraham-, pero están atadas por los te igual al mismo San Antonio el Grande. San
Santos.» Cuando un anciano clama;: «He muer- Gregorio del Sinaí rehusó tonsurar a uno de sus
to al mundo», su compañero replica amable- discípulos llamado Isidoro, pero le envió des-
mente: «No estés tan seguro, hermano, hasta de el Monte Atos a Tesalónica para vivir allí
que abandones tu cuerpo. Puedes decir ‘He como ejemplo y guía de un círculo de laicos.
muerto’, pero Satán no ha muerto.» Gregorio habría podido difícilmente obrar de
En los escritores griegos desde Evagrio esta forma si hubiera considerado la vocación
en adelante apatheia está íntimamente unida de un hesicasta imposible en una ciudad. San
al amor, lo que indica el contenido positivo y Gregorio Palamas dice muy claramente que el
dinámico del término «desapasionamiento». mandato de San Pablo «Orad sin cesar» (1 Ts
En su esencia básica, es un estado de libertad 5, 17) se aplica a todos los cristianos sin ex-
espiritual en el que el hombre es capaz de ten- cepción.
der los brazos hacia Dios con ardiente anhelo. En este contexto recordemos que, cuan-
No es «una mera mortificación de las pasio- do los escritores ascéticos griegos tales como
nes físicas del cuerpo sino una nueva y mejor Evagrio o Máximo el Confesor, utilizan los tér-
energía»; «es un estado del alma en el que un minos «vida activa» y «vida contemplativa», la
ardiente amor hacia Dios y el hombre no deja «vida activa» no significa para ellos la vida de
sitio para las pasiones egoístas y animales.» servicio directo al mundo -predicación, ense-
Para describir su carácter dinámico, San ñanza, trabajos sociales y cosas semejantes-
Diadochus utiliza las expresivas palabras: «el sino la lucha interior para subordinar las pa-
fuego de apatheia.» Todo esto muestra el abis- siones y adquirir virtudes. Si se utiliza esta ex-
mo entre hesicasmo y quietismo. presión en el mismo sentido, se puede decir
Para llegar ahora a la segunda pregunta: que muchos ermitaños y muchos religiosos que
el aceptar que la manera hesicasta de orar no viven en clausura, están aún preocupados so-
es «quietista» en un sentido sospechoso y he- bre todo por la «vida activa». De la misma for-
rético, ¿hasta qué punto es negativo en su vi- ma hay hombres y mujeres plenamente com-
sión del mundo material y antisocial en su acti- prometidos a una vida de servicio en el mundo
tud hacia los hombres? Esta dificultad puede que practican la oración del corazón; y se pue-
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de decir de ellos con justicia que viven la «vida Es verdad que el hesicasta, igual que el
contemplativa». San Simeón el Nuevo Teólogo quietista, no utiliza la meditación discursiva en
(+1022) insiste sobre el hecho de que la visión su oración. Pero aunque hesiquía implica un
de Dios es posible «en medio de las ciuda- «dejar ir» o «apartar» los pensamientos e imá-
des» así como «en las montañas y celdas». genes, esto no implica por parte del hesicasta
Cree que personas casadas, con empleos se- una actitud de «completa pasividad» ni tam-
culares e hijos, apremiadas con las dificulta- poco una ausencia de «cualquier acción dis-
des inherentes al gobierno de una casa sola- tinta tal como... amor de Cristo». Abandonar
riega, pueden sin embargo subir a las alturas los malos o triviales logismoi durante la recita-
de la contemplación. San Pedro tenía una sue- ción de la Oración de Jesús y su sustitución
gra, sin embargo el Señor le llamó para que con el único pensamiento del Nombre, no es
subiese el Monte Tabor y contemplase la gloria pasividad sino en sí mismo un modo positivo
de la Transfiguración. El criterio no se refiere a de controlar nuestros pensamientos. La invo-
la situación externo sino a la realidad interior. cación del Nombre es ciertamente una forma
De la misma forma que es posible vivir en de «descansar en la presencia de Dios en pura
la ciudad y, sin embargo, ser un hesicasta, exis- fe», pero está al mismo tiempo marcada por
ten personas cuyas obligaciones implican ha- un amor activo por el Salvador y una profunda
blar continuamente pero que interiormente guar- añoranza para compartir siempre más plena-
dan silencio. Según las palabras de Abba mente en la vida divina. Los lectores de la
Poemen: «Un hombre parece guardar silencio Filocalía no pueden menos de ser impactados
pero si en su corazón condena a otros, habla por el calor de la devoción manifestada por los
sin cesar. Otro hombre habla de la mañana a la autores hesicastas, por el sentido de inmedia-
noche y, sin embargo, guarda silencio, porque ta y personal amistad por «mi Jesús». Este
no dice nada excepto lo que ayuda a los de- matiz de viveza personal aparece especial-
más.» Esto se aplica exactamente a la posi- mente en Hesichios de Vatos (siglos IX - X?).
ción de los startsi tales como Serafín de Sarov A diferencia de los quietistas, el hesicasta
y los padres espirituales de Optino en la Rusia no afirma estar sin pecado o inmune a la tenta-
del Siglo XIX; obligados por su vocación a re- ción. La apatheia o «desapasionamiento» de
cibir una oleada interminable de visitantes - la que hablan los textos ascéticos griegos no
docenas e incluso centenares en un solo día- es un estado de indiferencia pasiva e insensi-
ellos no perdían su hesiquía interior. De hecho bilidad, menos aún un estado en el que pecar
era precisamente esta hesiquía interior la que es imposible. «Apatheia -dice San Isaac el
les capacitaba para guiar a los demás. Las Sirio- no consiste en no sentir ya las pasiones
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las Personas divinas; el alma solamente des- palabras que decían a cada visitante eran pa-
cansa en la presencia de Dios en pura fe... labras poderosas porque venían del silencio.
Cuando un hombre ha alcanzado la altura de la En una de sus contestaciones, Juan de
perfección, el pecado es imposible.» Gaza marca claramente la diferencia entre el
Si esto es Quietismo, entonces la tradición silencio interior y el silencio exterior. Un her-
hesicasta ciertamente no es quietista. Hesiquía mano que vivía en comunidad y encontraba que
no significa pasividad sino vigilancia (nepsis), sus tareas de carpintero monástico eran cau-
«no la ausencia de lucha sino la ausencia de sa de molestia y distracciones, preguntó si
incertidumbre y confusión.» Aunque un debería hacerse ermitaño «y practicar el silen-
hesicasta pueda ya haber alcanzado el nivel de cio del que hablan los Padres.» Juan no estu-
theoria o contemplación, se le requiere aún lu- vo de acuerdo. «Como la mayoría de la gente -
char al nivel de praxis o acción, esforzándose dijo-, tú no comprendes el significado del si-
positivamente para adquirir la virtud y rechazar lencio del que hablan los Padres. El silencio
el vicio. Praxis y theoria, la vida activa y la no consiste en mantener la boca cerrada. Un
contemplativa en el sentido definido anterior- hombre puede decir diez mil palabras útiles y
mente deberían ser vislumbradas no como al- se las aprecia como si fuese silencio; otro dice
ternativas ni tampoco como dos etapas uno sola palabra innecesaria, y se la conside-
cronológicamente sucesivas -cesando una ra como una violación del mandamiento del
cuando empieza la otra- sino más bien como Señor: ‘Daréis cuenta en el día del juicio de
dos niveles interpenetrados de experiencia toda palabra inútil que salga de vuestra boca’
espiritual simultáneamente presentes en la vida (Mt 12, 36)»
de oración. Se requiere a todo el mundo para 4) Hesiquía y Pobreza Espiritual. El silen-
que luche al nivel de praxis hasta el fin de su cio interior, cuando se interpreta como una guar-
vida. da del corazón y una vuelta a uno mismo, im-
Esta es la clara enseñanza de San Anto- plica un paso desde la multiplicidad a la uni-
nio de Egipto: «La tarea principal de un hom- dad, desde la diversidad a la sencillez y a la
bre es ser consciente de sus pecados a la vis- pobreza espiritual. Para utilizar la terminología
ta de dios, y esperar la tentación hasta su últi- de Evagrio, la mente debe hacerse «desnuda».
mo suspiro... El que está sentado en el desier- Este aspecto de hesiquía se hace explícito en
to como un hesicasta ha escapado de tres gue- otra definición de San Juan Clímaco:
rras: oír, hablar, ver; pero debe pelear continua- «Hesiquía es apartar los pensamientos.» Aquí
mente contra una cosa: la guerra en su propio San Juan adapta una frase de Evagrio: «La ora-
corazón.» ción es apartar los pensamientos.» Hesiquía
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supone un progresivo vaciarse de sí mismo en esto egoísmo, un rechazo del valor espiritual
el que la mente se despoja de todas las imá- de la creación material y una evasión de nues-
genes visuales y de todos los conceptos hu- tra responsabilidad hacia nuestros compañe-
manos, y así contempla con pureza el reino de ros, los hombres? Cuando el hesicasta cierra
Dios. El hesicasta, desde este punto de vista, sus ojos y sus oídos al mundo exterior como lo
es alguien que ha avanzado desde praxis a hacía el hermano Silvano en su celda del Mon-
theoria, desde la vida activa a la vida te Atos, ¿qué servicio positivo y práctico está
contemplativa. San Gregorio del Sinaí compa- ofreciendo a su prójimo?
ra al hesicasta con el praktikos, y continúa ha- Consideremos este problema bajo dos
blando de «...los hesicastas que están conten- aspectos principales. En primer lugar, ¿es el
tos con orar a Dios solo dentro de su corazón, hesicasmo culpable de las mismas
absteniéndose de todo pensamiento.» Por lo distorsiones que el Quietismo de Occidente
tanto el hesicasta no es tanto alguien que se del Siglo XVII? Hasta ahora, hemos evitado
abstiene de hablar y de estar con la gente, sino deliberadamente traducir hesiquía por «quie-
más bien una persona que en su vida de ora- to», a causa del sentido sospechoso del tér-
ción renuncia a las imágenes, a las palabras y mino «quietista». ¿Está de hecho el hesicasta
razonamientos discursivos porque está «impul- sosteniendo el mismo punto de vista que el
sado por encima de los sentidos hacia el puro quietista? En segundo lugar, ¿cuál es la acti-
silencio.» tud del hesicasta hacia su medio ambiente, fí-
Este «puro silencio», aunque se llama tam- sico o humano? ¿Cuál es su utilidad práctica
bién «pobreza espiritual», está lejos de ser una para los demás?
mera ausencia o privación. Si el hesicasta su- Se ha dicho que «el principio fundamen-
prime de su mente, en lo posible, todos los con- tal del Quietismo es condenar todo esfuerzo
ceptos humanos, su meta en este anonada- humano. Según los Quietistas, el hombre, para
miento es sumamente constructiva -ser cons- ser perfecto, debe alcanzar una pasividad to-
ciente de la fuerza de la Inhabitación Divina que tal, aniquilando su voluntad y abandonándose
lo abraza todo. Este punto está muy bien ex- a Dios hasta tal punto que llegue a no impor-
presado por Gregorio del Sinaí: «¿Por qué tarle ni el cielo ni el infierno ni su propia salva-
hablar largo tiempo? La oración es Dios, que ción... El alma no sólo rechaza conscientemen-
hace todas las cosas en los hombres. La ora- te toda meditación discursiva por medio de
ción es Dios; no es principalmente algo que cualquier acto distinto tal como el deseo de
hago yo sino algo que Dios hace en mí- «...no tener virtud, el amor a Cristo o la adoración de
yo, sino Cristo en mí» (Ga 2, 20). El programa
22 15

luego bajaba su gruesa capucha monástica de hesicasta está descrito exactamente en las
lana sobre sus ojos y oídos. Aunque algunas palabras de San Juan Bautista referentes al
imágenes visuales se presentarán inevitable- Mesías: «Es preciso que Él crezca y que yo
mente ante nosotros cuando oremos, no se las disminuya» (Jn 3, 30). El hesicasta abandona
debe alentar deliberadamente. La Oración de su propia actividad, no para ser un perezoso,
Jesús no es una forma de meditación discursiva sino para entrar en la actividad de Dios. Su si-
sobre los incidentes de la vida de Cristo. Los lencio no es vacío ni negativo -una pausa en
que invocan al Señor Jesús deberían tener en blanco entre las palabras, un corto descanso
su corazón una intensa y ardiente convicción antes de volver a hablar- sino intensamente
de que están en la presencia inmediata del positivo, una actitud de atención alerta, de vi-
Salvador, que Él está ante ellos y dentro de gilancia, y sobre todo de escucha.
ellos, que Él está escuchando su invocación y El hesicasta es por excelencia alguien
contestando a su vez. La concienciación de la que escucha, que está abierto a la presencia
presencia de Dios no debería, sin embargo, ser de Otro: «¡Basta ya; sabed que yo soy Dios!»
acompañada por ningún concepto visual, sino (Sal 45 [46], 11). En palabras de San Juan
estar limitada a una simple convicción o per- Clímaco: «El hesicasta es el que grita clara-
cepción. Como dice San Gregorio de Nisa mente: ‘A punto está mi corazón, oh Dios, mi
(+395): «El Novio está presente pero no se le corazón a punto’ (Sal 56 [57], 8); el hesicasta
ve.» es alguien que dice: ‘Yo dormía, pero mi cora-
zón velaba’ (Ct 5, 2).» Volviendo a sí mismo, el
hesicasta entra en el aposento secreto de su
Oración y acción
propio corazón para que, permaneciendo de
pie ante Dios, pueda escuchar el lenguaje sin
palabras de su Creador. «Cuando oráis -ob-
Hesiquía, entonces, implica una separa-
serva un escritor finlandés ortodoxo contempo-
ción del mundo -ya sea una separación exter-
ráneo-, debéis estar en silencio; dejad que
na o interna, y a veces ambas al mismo tiem-
hable la oración» -más exactamente dejad que
po: externa por medio de una huida al desier-
hable Dios. «El hombre... debería siempre
to; interna a través del «retorno al interior de
guardar el silencio y dejar que sólo Dios ha-
uno mismo» y el «apartar los pensamientos».
ble.» Esto es lo que el hesicasta quiere alcan-
Citando los Dichos de los Padres del Desier-
zar.
to: «Hasta que un hombre diga en su corazón
‘Sólo yo y Dios estamos en el mundo’ no ten- Hesiquía, por lo tanto, denota la transición
drá reposo.» «Solo en el Solo»: pero ¿no es desde «mi» oración a la oración de Dios que
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obra en mí -utilizando las palabras del Obispo Diadoquio de Fotice (Siglo V): «Cuando he-
Teófano, desde la oración «intensa» o «labo- mos bloqueado todas las salidas de la mente
riosa» a la oración que «obra por sí sola» o por medio del recuerdo de Dios, necesitamos
que «se autoimpulsa». El verdadero silencio con apremio alguna tarea para satisfacer su
interior o hesiquía, en su sentido más profun- ansia de acción. Démosle entonces como úni-
do, es idéntico a la oración incesante del San- ca actividad la oración ‘Señor Jesús...’»
to Espíritu en nosotros. Como lo expresa San Tal es en líneas generales la manera con
Isaac el Sirio: «Cuando el Espíritu establece la que se puede utilizar la Oración de Jesús
su morada en un hombre, no cesa de orar, por- para establecer hesiquía en el corazón. Hay
que el Espíritu quiere orar constantemente en dos consecuencias importantes que vemos a
él. Entonces la oración no se acaba en su alma continuación. Primera: Para conseguir su pro-
ni durante el sueño ni cuando está despierto; pósito la invocación debería ser rítmica y re-
pero cuando coma y cuando beba, cuando esté gular, y en el caso de un hesicasta experimen-
acostado o cuando no haga ningún trabajo, in- tado -no de un principiante que necesita pro-
cluso cuando esté inmerso en el sueño, los ceder con prudencia- debería ser tan ininte-
perfumes de la oración exhalarán espontánea- rrumpida y continua como fuera posible. Las
mente en su corazón.» ayudas externas, tales como el uso de una
En otro lugar, San Isaac compara esta ora- cuerda de oración (komvoschoinion, tchotki)
ción que actúa por sí sola con un hombre que y el control de la respiración, tienen precisa-
pasa una puerta después de que la llave haya mente el propósito de establecer la regulari-
sido girada en la cerradura, y también el silen- dad del ritmo.
cio de los servidores cuando el amo llega en- En segundo lugar, durante la recitación de
tre ellos. «Los movimientos de la lengua y del la Oración de Jesús la mente debería, en lo
corazón durante la oración son llaves», escri- posible, estar vacía de imágenes mentales. Por
be él. «Lo que ocurre después es la entrada en este motivo, es mejor practicar la Oración en
la cámara del tesoro. En esta fase la boca y la un lugar donde hay pocos o ningún sonido ex-
lengua hacen silencio. El corazón, tesorero de terior; debería recitarse en la oscuridad o con
los pensamientos, la mente, gobernadora de los ojos cerrados preferentemente a estar ante
los sentidos, y el espíritu atrevido, ese pájaro un icono iluminado con velas, o una lámpara
rápido, junto con todos sus recursos y poderes votiva. El staretz Silvano del Monte Atos (1866
e intercesiones persuasivas -todos ellos deben - 1938), cuando decía la oración, solía colocar
permanecer quietos ahora: porque ha llegado su reloj en el armario para no oír su tic-tac, y
el Amo de la casa.»
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consciente nos presenta. Este «dejar ir» pare- Entendido con estos términos que se tra-
ce corresponder a lo que Evagrio tenía en la ta de entrar en la vida y la actividad de Dios,
mente cuando hablaba de la oración como un hesiquía es algo que, durante esta era, los
medio para «apartar» los pensamientos -no un hombres sólo pueden alcanzar hasta un grado
conflicto brutal, tampoco una campaña limitado e imperfecto. Es una realidad
despiadada de agresión furiosa, sino un sua- escatológica reservada en su plenitud para la
ve pero persistente acto de desprendimiento. Era Venidera. En palabras de San Isaac: «El
Tal es la psicología ascética presupuesta en el silencio es un símbolo del mundo futuro.»
uso de la Oración de Jesús. La invocación del
Nombre nos ayuda a enfocar nuestra persona-
lidad desintegrada en un punto único. «A tra- Hesiquia y oración de Jesús
vés del recuerdo de Jesús -escribe Philoteos
del Sinaí (siglos IX-X?)- recoge tu mente dis-
persa.» La Oración de Jesús debe considerar- En principio, hesiquía es un término ge-
se como la aplicación del segundo o método neral para la oración interior, y este término
indirecto de combatir los pensamientos: en lu- abarca una variedad de modos de orar más
gar de tratar de borrar nuestras imaginaciones específicos. En la práctica, sin embargo, la
corruptas o triviales por una confrontación di- mayoría de los escritores ortodoxos en siglos
recta, nos volvemos y miramos al Señor Jesús; recientes utilizan la palabra para designar un
en lugar de contar con nuestro propio poder, camino espiritual en particular: la invocación
nos refugiamos en el poder y la gracia que del Nombre de Jesús. De vez en cuando, aun-
obran a través del Nombre Divino. La invoca- que con menos justificación, se emplea el tér-
ción repetida nos ayuda a «dejar ir» y despren- mino «hesicasmo» en un sentido todavía más
dernos del incesante parloteo de nuestros restringido para indicar la técnica física y los
logismoi. Concentramos y unificamos una men- ejercicios respiratorios que se usan a veces
te superactiva alimentándola con un pensa- junto con la Oración de Jesús. La asociación
miento único, nutriéndola con un régimen espi- de hesiquía con el Nombre de Jesús -y así
ritual rico y, sin embargo, extremadamente sim- parece, con la respiración- se encuentra ya en
ple. «Para parar el continuo atropello de tus San Juan Clímaco: «Hesiquía es mantenerse
pensamientos -dice el Obispo Teófano-, debes ante Dios en una incesante alabanza. Que se
atar tu mente con un pensamiento único, o el una el recuerdo de Jesús a tu respiración, y
pensamiento del Uno solo» -el pensamiento del entenderás el valor de hesiquía.» ¿Cuál es la
Señor Jesús. Según las palabras de San relación entre la oración de Jesús y hesiquía?
¿Cómo nos ayuda la invocación del Nombre
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para establecer la clase de silencio interior que volver nuestra atención lejos de ellos y mirar a
acabamos de describir? otra parte. Nuestra estrategia espiritual se hace
Se ha dicho que la oración es «dejar a un de esta forma positiva en lugar de hacerse
lado los pensamientos», una vuelta desde la negativa: nuestro objetivo inmediato no es va-
multiplicidad a la unidad. Ahora bien, alguien ciar nuestra mente de lo que es el mal sino más
que hace un serio esfuerzo para orar interior- bien llenarla de lo que es bueno. Este segundo
mente, manteniéndose ante Dios con la mente método lo recomiendan Barsanufio y Juan de
en el corazón, se hace inmediatamente cons- Gaza. «No contradigas los pensamientos su-
ciente de su desintegración interior -de su in- geridos por tus enemigos -aconsejan-, porque
capacidad de concentrarse en el momento pre- esto es exactamente lo que ellos quieren y no
sente, en el Kairos. Los pensamientos se mue- desistirán. Pero vuélvete al Señor, pidiendo su
ven sin parar en su cabeza, como «el zumbido ayuda contra ellos, mostrándole cuán indefen-
de las moscas» (Obispo Teófano) o «el saltar so eres; porque el Señor tiene el poder de ex-
caprichoso de los monos de rama en rama» pulsarlos y de reducirlos a nada.»
(Ramakrishna). Esta falta de concentración, Es ciertamente evidente para todos noso-
esta incapacidad para estar aquí y ahora con tros que no podemos parar el flujo interior de
todo nuestro ser, es una de las consecuencias las imágenes y de los pensamientos ejercien-
trágicas de la Caída. do simplemente nuestra fuerza de voluntad. Es
¿Qué hay que hacer? La tradición ascéti- de poco o ningún valor el decirnos: «Para de
ca oriental ortodoxa distingue dos maneras pensar»; podríamos también decir: «Para de
principales para vencer «los pensamientos». respirar». «La mente racional no puede per-
La primera es directa: «Contradecir» nuestros manecer ociosa», insiste San Marco el Monje.
logismoi, encararse con ellos, intentando ex- ¿Cómo, entonces, podemos lograr la pobreza
pulsarlos con un esfuerzo de la voluntad. Sin espiritual y el silencio interior? Aunque no po-
embargo, este método podría resultar contra- demos obligar a la nunca ociosa inteligencia a
producente. Cuando son reprimidas violenta- que desista completamente de su inquietud, lo
mente, nuestras fantasías tienden a volver con que podemos hacer es simplificar y unificar su
más fuerza. A menos que estemos muy segu- actividad por medio de la repetición continua
ros de nosotros mismos, es más seguro em- de una corta oración. El flujo de imágenes y
plear el segundo método, que es indirecto. En pensamientos persistirá pero nos será posi-
lugar de luchar directamente contra nuestros ble liberarnos de él gradualmente. La invoca-
pensamientos, intentando echarlos afuera con ción repetida nos ayudará a «dejar ir» el pen-
un esfuerzo de la voluntad, podemos intentar samiento que nuestro ser consciente o sub-

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