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Oferta y demanda

El postulado, principio o incluso ley de la oferta y demanda es el


modelo económico básico de la formación de precios de mercado de los
bienes,1 usándose para explicar una gran variedad de fenómenos y
procesos tanto macro como microeconómicos. Además, sirve como base
para otras teorías y modelos económicos.2 3

El modelo se basa en la relación entre el precio de un bien y las ventas


del mismo y asume que en un mercado de competencia perfecta, el
precio se establecerá en un punto —llamado punto de equilibrio— en el
cual el se produce un vaciamiento del mercado, es decir, todo lo
producido se vende y no queda demanda insatisfecha.

El postulado de la oferta y la demanda implica tres leyes:4

I.- Cuando, al precio corriente, la demanda excede la oferta, el precio


tiende a aumentar. Inversamente, cuando la oferta excede la demanda,
el precio tiende a disminuir.

II.- Un aumento en el precio tiende, más tarde o más temprano, a


disminuir la demanda y a aumentar la oferta. Inversamente, una
disminución en el precio tiende, más tarde o más temprano, a aumentar
la demanda y disminuir la oferta.

III: El precio tiende al nivel en el cual la demanda iguala la oferta.

Historia

A pesar que el modelo es generalmente atribuido a Alfred Marshall5


(debido a que ese autor formalizo, analizo y extendió su aplicación), el
origen del concepto es anterior.

En su La riqueza de las naciones Smith asume, en general, que la


demanda es relativamente fija en el plazo corto y mediano
(dependiendo últimamente de la cantidad de personas), y que,
consecuentemente, es únicamente la oferta la que hace que el precio
suba o baje. Conviene recordar que en aquellos tiempos las empresas
eran pequeñas, y solo podían contribuir, cada una, fraccionalmente a
satisfacer la demanda. Esto, junto a la existencia de libre competencia,
hacia que los precios de mercados disminuyeran al máximo posible,
tendiendo al costo de producción, el que, a su vez, depende de
consideraciones técnicas, no de la demanda.
Ricardo va aún más lejos afirmando: "Por abundante que sea la
demanda, nunca puede elevar permanentemente el precio de una
mercancía sobre los gastos de su producción, incluyendo en ese gasto la
ganancia de los productores. Parece natural por lo tanto buscar la causa
de la variación del precio permanente en los gastos de producción.
Diminuyase esos y (el precio de) la mercadería debe finalmente decaer,
auméntense y seguramente subirán. Que tiene todo eso que ver con la
demanda?"6

Durante los últimos años del siglo XIX surgió la escuela de pensamiento
marginal. Este campo fue iniciado por Stanley Jevons, Carl Menger y
Léon Walras. La idea principal es que el precio se establecía a partir de
la demanda: los consumidores solo pagan lo que consideran adecuado
por la utilidad que perciben reciviran de los bienes, cualquiera sea el
costo de producción. Esto fue un cambio sustancial respecto a las ideas
de Adam Smith sobre la determinación del precio de venta.

Este modelo fue criticado más tarde por Alfred Marshall en su Principios
de economía.7 Marshall re-introduce a la visión marginalista, a través de
la metáfora conocida como las tijeras de Marshall, la consideración
del efecto de la oferta, formalizando el modelo de la oferta y la
demanda.

Desde finales del siglo XIX, esta teoría de la oferta y la demanda se ha


mantenido prácticamente inamovible. La mayoría de los estudios
posteriores se han centrado en buscar adecuar el modelo a situaciones
mas reales, incorporando aspectos tales como los costes de transacción,
la racionalidad limitada o incluso el principio de no racionalidad, etc.
basados en la percepción que es el caso que la situación real del
mercado corresponde a una de competencia imperfecta.

Por ejemplo -desde las primeras décadas del siglo XX- una variedad de
autores -tales como Joan Robinson;9 Edward Hastings Chamberlin;10
Heinrich Freiherr von Stackelberg; Jan Tinbergen; Wassily Leontief, etc,
introdujeron una serie de adecuaciones o modificaciones parciales a la
formalización de Marshall. (ver oligopolio y oligopsonio, Teoría de la
Competencia monopolística, Competencia de Stackelberg; Teorema de
la telaraña, etc.)

Teoría fundamental

El modelo establece que en un mercado libre, la cantidad de productos


ofrecidos por los productores y la cantidad de productos demandados
por los consumidores dependen del precio de mercado del producto. La
ley de la oferta indica que la oferta es directamente proporcional al
precio; cuanto más alto sea el precio del producto, más unidades se
ofrecerán a la venta. Por el contrario, la ley de la demanda indica que
la demanda es inversamente proporcional al precio; cuanto más alto sea
el precio, menos demandarán los consumidores. Por tanto, la oferta y la
demanda hacen variar el precio del bien.

Según la ley de la oferta y la demanda, y asumiendo esa competencia


perfecta, el precio de un bien se sitúa en la intersección de las curvas de
oferta y demanda. Si el precio de un bien está demasiado bajo y los
consumidores demandan más de lo que los productores pueden poner
en el mercado, se produce una situación de escasez, y por tanto los
consumidores estarán dispuestos a pagar más. Los productores subirán
los precios hasta que se alcance el nivel al cual los consumidores no
estén dispuestos a comprar más si sigue subiendo el precio. En la
situación inversa, si el precio de un bien es demasiado alto y los
consumidores no están dispuestos a pagarlo, la tendencia será a que
baje el precio, hasta que se llegue al nivel al cual los consumidores
acepten el precio y se pueda vender todo lo que se produce mejor.

La curva de oferta

La segunda ley enunciada (ver II arriba) establece que, ante un aumento


en el precio de un bien, y asumiendo un mercado competitivo, la
cantidad ofrecida de ese bien va a ser mayor; es decir, los productores
de bienes y servicios aumentarán la producción. Esto es generalmente
referido como “Ley de la oferta”11

La pendiente de esta curva determina cómo aumenta o disminuye la


cantidad ofrecida de un bien ante una disminución o un aumento del
precio del mismo. Se denomina elasticidad precio de la oferta al grado
de variación de la cantidad ofrecida a una modificación en el precio. Esta
va desde una respuesta totalmente inelástica (linea vertical)
significando que la producción no responde a cambios en precios a una
totalmente elástica (linea horizontal), significando que cambios en la
producción son mayores que cambios en los precios.

Las determinantes de esa elasticidad incluyen: facilidad o no de adquirir


Insumos. Existencia o no de capacidad excesiva de producción y/o
inventarios acumulados. Complejidad del proceso de producción, o
relativa dificultad de implementar extensiones o modificaciones a ese
proceso, incluyendo el tiempo y costo necesario para implementar esas
modificaciones. Consideraciones mas generales acerca de la posición de
la empresa en relación al mercado, incluyendo posible conveniencia de
simplemente tomar ventaja del aumento de precios, etc.

Debido a que la oferta es proporcional al precio, las curvas de oferta


son, generalmente pero no siempre, crecientes.13 Además, y debido a la
ley de los rendimientos decrecientes, la pendiente de una curva de
oferta suele ser también creciente (es decir, suele ser una función
convexa).

Sin embargo, las curvas de oferta no tienen necesariamente una


pendiente creciente. Un ejemplo es la curva de oferta del mercado
laboral. Generalmente, cuando el salario de un trabajador aumenta, éste
está dispuesto a ofrecer un mayor número de horas de trabajo, debido a
que un sueldo más elevado incrementa la utilidad marginal del trabajo
(e incrementa el coste de oportunidad de no trabajar). Pero cuando
dicha remuneración alcanza ciertos niveles, el trabajador puede
experimentar la ley de los rendimientos decrecientes en relación con su
paga. La cantidad de dinero que está ganando hará que otro aumento
de sueldo tenga poco valor para él. Por tanto, a partir de ese punto
podría dedicar menos horas al trabajo a medida que aumente el salario,
decidiendo invertir su tiempo en ocio. Encontramos un ejemplo de esto
en los sueldos de los miembros de los Consejo de administración.
Mientras es relativamente fácil motivar a trabajadores manuales o
profesionales a trabajar horas extras, es difícil motivar a los miembros
de esos consejos, cuyas “horas de trabajo” generalmente van desde una
reunión (matinal o de tarde) una ves al mes a cinco o seis, o incluso una
o dos veces al año14 15 con salarios que van desde, para empresas
pequeñas, “un salario de retención” de entre 5.000 a 10.000 dólares
anuales y “bonos de asistencia” entre 500 y 2000 por cada reunión que
se asista, mas “reembolsamiento” por "gastos de viaje", etc,16 a salarios
tales los 250.000 libras esterlinas anuales (el menor entre los directores
del grupo bancario Barclays), el cual, sin embargo, es aumentado por
“pago de buen manejo” (performance related pay) a 10,7 millones de
libras esterlinas anuales,17 eso, sin contar una variedad de bonuses por
"lograr objetivos", ganancias en "opciones" de acciones, etc. Es fácil ver
como remuneraciones a ese nivel no producen la motivación necesaria
para desempeñar funciones con la debida atención, lo que terminó con
la Crisis económica de 2008-2011.

Este tipo de curvas de oferta ha sido observado también en otros


mercados, como el del petróleo: después del récord del precio
provocado por la crisis de 1973, los EEUU disminuyeron su producción
de petróleo18

La curva de la demanda

La curva de demanda representa la relación entre la cantidad de un bien


o conjunto de bienes y servicios que los consumidores desean y están
dispuestos a comprar en relación al precio del mismo, suponiendo que el
resto de los factores se mantienen constantes. La curva de demanda es
por lo general decreciente, es decir, a mayor precio, los consumidores
comprarán menos. Esto es generalmente conocido como la “ley de la
demanda”19

Los determinantes de la demanda de un individuo son el precio del bien,


el nivel de renta, los gustos personales, el precio de los bienes
sustitutivos, y el precio de los bienes complementarios.

La pendiente y forma de la curva de la demanda representa la


Elasticidad precio de la demanda, con extremos en una linea vertical
(demanda totalmente inelástica, representando el caso en el cual el
cambio en la demanda es mayor que el cambio en los precios) y una
linea horizontal, o demanda totalmente elástica, con cambios en
demanda superiores a los cambios en los precios (por ejemplo, en un
mercado perfectamente competitivo, el aumento de precios por una
empresa puede llevar a que esa empresa pierda todo sus ventas)

Como se ha dicho antes, la curva de demanda es casi siempre


decreciente. Pero hay algunos ejemplos de bienes que tienen curvas de
demanda crecientes. Un bien cuya curva de demanda es creciente se
conoce ya sea como un bien de Veblen o bien de lujo; o como un bien de
Giffen o un bien inferior. El ejemplo clásico de estos últimos, proveído
por Alfred Marshall20 son los alimentos básicos, cuya demanda viene
definida por la pobreza, que no permite a sus consumidores consumir
comida de mejor calidad. Según aumenta los precios ya sea de
alimentos o generales, los consumidores no se pueden permitir adquirir
otros tipos de alimentos, por lo que tienen que aumentar su consumo de
alimentos básicos.

Cambios en la demanda y cantidad demandada

El gráfico muestra un incremento de la demanda desde D1 hasta D2,


provocando un aumento del precio y de la cantidad producida.

El precio de un producto del mercado está determinado por un equilibrio


entre la oferta (lo que se está dispuesto a producir a un precio
determinado) y la demanda (lo que se desea comprar a un precio
determinado). El gráfico muestra un incremento de la demanda desde
D1 hasta D2, provocando un aumento del precio y de la cantidad
producida relativas.

Cuando más gente desea algo, la cantidad exigida en todos los precios
tenderá a aumentar. Esto es un aumento en la demanda. La demanda
creciente se puede representar en el gráfico como la curva a la derecha,
porque en cada punto del precio, se exige una mayor cantidad.
Este aumento en demanda hace que la curva inicial D1 se desplace a la
nueva curva D2. Esto sube el precio de equilibrio de P1 al P2. Esto
levanta la cantidad del equilibrio de Q1 a Q2. Inversamente, si la
demanda disminuye, pasa lo contrario, se va de la curva D2 a D1. La
demanda es lo que desea el consumidor, cuando sube la demanda
aumentan los precios. EJ: la demanda de helados en un día común y
corriente puede ser 40 unidades, pero en día de calor la demanda de
helados puede ser 100, esto es porque hay más personas que desean
consumir helados debido al calor, aun cuando el precio del helado no ha
variado. Pero como aumenta la demanda de helados lo más probable es
que este suba su precio.

La cantidad demandada es lo que se está dispuesto a consumir a un


precio determinado EJ: si se tienen $30 y el helado vale $15, la cantidad
demandada a ese precio será de 2 helados, pero, si el precio del helado
disminuye a $10 ahora habrá un aumento en la cantidad demandada ya
que ahora se podrán consumir 3 helados (uno más que antes): la
cantidad demanda aumentó porque disminuyó el precio.

Resumiendo: si baja la demanda, bajan los precios y, por lo tanto


aumenta la cantidad demandada. De forma contraria, si aumenta la
demanda suben los precios y disminuye la cantidad demandada.

Ejemplo: oferta y demanda en una economía de 6 personas

El modelo de oferta y demanda se puede estudiar mediante individuos


que interactúan en un mercado. Supóngase una economía simplificada
en la que participan los seis individuos siguientes:

• Alicia está dispuesta a pagar 10 euros por una habitación.


• Fernando está dispuesto a pagar 20 euros por una habitación.
• Cristina está dispuesta a pagar 30 euros por una habitación.
• Nuestra empresa está dispuesta a ofrecer una habitación por 5
euros
• Hoteles Place está dispuesta a ofrecer una habitación por 15 euros
• Hoteles Master está dispuesto a ofrecer una habitación por 25
euros.

Hay muchas transacciones posibles que agradarían a las dos personas


implicadas, pero no todas ellas sucederán. Por ejemplo, hoteles Place y
Master estarían interesados en hacer su negocio a cualquier precio entre
25 y 30. Si el precio fuese superior a 30, Cristina no estaría interesada,
ya que es un precio demasiado alto. Si el precio bajara de 25, entonces
sería Hoteles Master al que no le satisfaría la transacción. Sin embargo,
Cristina descubrirá que hay otros productores en el mercado que están
dispuestos a vender por debajo de 25, con lo cual no negociará con
Fernando. En un mercado eficiente, cada vendedor percibirá el precio
más alto posible, y cada comprador pagará el precio más bajo posible.

Imagínese que Cristina y hoteles Master están discutiendo sobre el


precio. Hoteles Master ofrece un alquiler por 25. Antes de que Cristina lo
acepte, hoteles Place lo ofrece por 24. Fernando no está dispuesto a
vender a 24, así que se retira. En ese instante, nuestra empresa se
ofrece por 12. Place obviamente no va a vender a ese precio, con lo que
parece que la venta está decidida. Sin embargo, aparece Bruno y ofrece
14, pero sólo una persona está dispuesta a vender a ese precio (nuestra
empresa). Cristina se entera y como no quiere perder esta gran
oportunidad, ofrece 16 a nuestra empresa por habitación. Ahora Place
también está dispuesta a vender, con lo cual tenemos dos compradores
y dos vendedores a ese precio (nótese que podría haberse establecido
cualquier precio entre 15 y 20). Aquí parece que los cuatro están de
acuerdo. Pero ¿qué ocurre con Hoteles Master y Alicia? Ambos no están
dispuestos a negociar entre ellos, debido a que Alicia sólo está dispuesta
a pagar 10 y hoteles Master no desea aceptar nada por debajo de 25.
Alicia no puede mejorar las ofertas de Bruno y Cristina para comprar a
nuestra empresa, con lo cual Alicia no puede negociar con ellos. Master
no puede rebajar el precio de venta tanto como nuestra empresa u
hoteles Place, con lo cual ahora ya no puede negociar con Cristina. En
otras palabras, se ha logrado un punto de equilibrio.

Se puede dibujar un gráfico con sendas curvas de oferta y demanda a


partir de estos datos.

• Una persona está dispuesta a pagar 30 euros (Cristina).


• Dos personas están dispuestas a pagar 20 euros (Cristina y
Bruno).
• Tres personas están dispuestas a pagar 10 euros (Cristina, Bruno y
Alicia).

La oferta sería:

• Una persona está dispuesta a alquilar por 5 euros (nuestra


empresa).
• Dos personas están dispuestas a alquilar por 15 euros (nuestra
empresa y hoteles Place).
• Tres personas están dispuestas a alquilar por 25 euros (nuestra
empresa, hoteles Place y hoteles Master).

La oferta y la demanda coinciden cuando la cantidad negociada son dos


habitaciones y el precio se establece entre 15 y 20. Tanto si nuestra
empresa vende a Cristina, y Place a Bruno, o bien si nuestra empresa
vende a Bruno, y Place vende a Cristina, se podrá llegar a un acuerdo.
Sin embargo el precio exacto acordado no puede determinarse. Esta es
la única limitación de este modelo simplificado. Si se traslada este
ejemplo a un mercado de competencia perfecta, con suficientes
participantes, entonces el precio sí que se podría establecer de forma
exacta. Por ejemplo, si la última transacción se hizo entre alguien que
estaba dispuesto a vender a 15.50 y alguien dispuesto a pagar 15.51,
entonces el precio podría determinarse con una precisión de un céntimo.
Cuantos más participantes entren en el mercado, más probable será que
se encuentre un precio lo más cercano al punto de equilibrio.

Esta simplificación muestra como el precio de equilibrio y la cantidad


pueden determinarse fácilmente mediante una situación fácil de
entender. Los resultados son similares a los que se obtienen cuando se
considera que el número de participantes es ilimitado y otros supuestos
establecidos por los mercados de competencia perfecta.

Críticas

El modelo de Marshall se sustenta en varias asumciones sin las cuales,


se sugiere, carece de validez. Estas asumciones pueden ser resumidas
de la siguiente manera.

• Se asume la existencia general de un estado de equilibrio


económico.
• Se asume es posible obtener los datos económicos necesarios
para efectuar el cálculo requerido para tanto sugerir a nivel teórico
el modelo como para derivar a nivel práctico sugerencias de
acción.
• Se asume un mercado en competencia perfecta, con acceso
general a información.

• Se asume que tanto la demanda como la oferta son variables


independientes entre sí.

• Se asume que la oferta es constreñida sólo por la existencia


(cantidad) de recursos económicos.

Esas asumciones han sido cuestionadas desde varios puntos de vista,


que se extienden desde críticas globales, que cuestionan la existencia
misma de una posible ley de la oferta y la demanda a las que críticas
parciales, que sólo cuestionan algunas de sus asumciones y,
consecuentemente, adecúan la aplicación y o extensión del modelo.

Hay una variedad de criticas parciales, que se basan en la percepción


que la condición general del mercado no es la de competencia perfecta
sino una de competencia imperfecta. Autores tales como Joan Robinson21
y otros introdujeron el análisis en condiciones de oligopolio y
oligopsonio, con teorías y modelos tales como la Teoría de la
Competencia monopolística,22 la Competencia de Stackelberg y el
Teorema de la telaraña, etc.

En adición, hay también una variedad de criticas mas generales. Así, por
ejemplo, el filósofo y sociólogo positivista Émile Durkheim, en su libro
'Las reglas del método sociológico', en el capítulo tres, habla de la
creación de leyes en las ciencias sociales y critica el alcance empírico
que se le ha dado a la ley de la oferta y la demanda.23 Durkheim va tan
lejos como a sugerir que la oferta y la demanda carece de validez dado
que “la celebrada ley de la oferta y la demanda nunca ha sido
establecida inductivamente como una expresión de la realidad
económica.24

Otra aproximación que cuestiona la validez de la propuesta proviene de


la escuela austriaca. Desde este punto de vista se ha escrito: “Para
Mises, y de acuerdo con la cita que encabeza este artículo, no tiene
sentido la construcción de la Ciencia Económica basada en el modelo de
equilibrio y en el que se supone que toda la información relevante para
construir las correspondientes funciones de oferta y demanda se
considera "dada". y “para los austríacos en economía, y a diferencia de
lo que sucede en el mundo de la física y de las ciencias naturales, no
existen relaciones funcionales (ni, por tanto, funciones de oferta, ni de
demanda ni de costes ni de ningún otro tipo).25

Desde un punto de vista económico, Piero Sraffa (192626 critico la


inconsistencia (excepto en circunstancias excepcionales, tales como la
de competencia perfecta) de la sugerencia de un equilibrio económico y
la lógica que lleva a la sugerencia que la curva de oferta tendría una
pendiente ascendiente en un mercado para bienes de consumo. Esta
critica aun se considera valida desde el punto de vista de la lógica
económica.27 Paul Samuelson,

El punto central de esta critica se puede resumir de la siguiente manera:


en el modelo “estándar” (marshalliano) de oferta y demanda, las lineas
de oferta y demanda se cruzan y se cruzan en un solo punto. Sin
embargo el Teorema de Sonnenschein-Mantel-Debreu muestra que eso
no es necesariamente el caso. Sigue ademas que el modelo de oferta y
demanda mismo no se puede derivar con rigurosidad del modelo
general del equilibrio económico.29

Sin embargo, Goodwin, Nelson, Ackerman y Weissskopf sugieren que:


“Es importante no poner demasiada confianza en la aparente precisión
de gráficos de oferta y demanda. El análisis de la oferta y la demanda es
una herramienta conceptual útil y precisa que gente inteligente han
creado para ayudarnos a ganar una comprensión abstracta de un mundo
complejo. No nos da -y no se debería esperar que nos diera- en adición
una descripción fiel y completa de cualquier mercado del mundo real.”.30

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