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VIII Reunión de Antropología del Mercosur

Buenos Aires 2009


GT 5: Corporalidad y Subjetivación en el mundo contemporáneo

Cuerpos vibrantes. Sintonización corporal con el Todo a través


del mantra “Om” en grupos Sai Baba.

Rodolfo Puglisi1
CONICET-UBA

Presentación:

No obstante su mensaje ecuménico, cuya “Religión del Amor” aspira a ser válida para toda la
humanidad, la cosmovisión Sai Baba2 se halla fuertemente impregnada por las creencias de su
patria de origen, la India. Pues bien, en total consonancia con los saberes védicos que retoma,
concibe lo Divino como Energía, la cual se halla presente en todas las cosas y los seres,
incluyendo a los humanos. Acorde a esto, promueve prácticas tendientes a que la persona
pueda experimentar, al menos por unos instantes, esta co-pertenencia con un Todo más vasto
(estado de “Ananda”, Bienaventuranza o Unión), prácticas de entre las que destacan la
meditación, la celebración de cantos devocionales y la recitación de mantras. En el presente
trabajo nos dedicaremos a examinar una de estas performances, la recitación del mantra Om y
la simbología que lo sostiene. Los datos en los que nos basamos para realizar dicho análisis
proceden de nuestro trabajo de campo etnográfico, fundamentalmente de la información
colegida a través de entrevistas con devotos y de lo registrado en el Centro Sai Baba de la
ciudad de La Plata (Prov. Buenos Aires, Argentina) vía observación participante en diferentes
1
Email: rodolfopuglisi@gmail.com
2
Sai Baba, nacido en India en 1926, es un guía espiritual que se proclama, y así es considerado por sus devotos,
un “Avatar”, esto es, una encarnación divina (como Rama, Krishna, Cristo, etc.) cuyo objetivo en la Tierra sería
reencauzar a los hombres hacia la “senda correcta”. Esto implica, por tanto, que para los seguidores de Sai Baba,
Dios mismo bajo la forma (cuerpo) humana se encontraría viviendo hoy día entre nosotros. Si bien Sai Baba
retoma en sus enseñanzas elementos religiosos orientales —como las enseñanzas védicas y la creencia en la
reencarnación—, advierte, no obstante, que su misión no es establecer una nueva religión sino transmitir que la
vida debe basarse en el “Amor hacia todos los seres”, sin distinción alguna. Por este motivo sostiene que todas
las religiones existentes serían manifestaciones de una misma y única religión ecuménica, “la Religión del
Amor”, hecho por el cual comunica a sus seguidores que no deben abandonar sus antiguas creencias sino
volverse “mejores” cristianos, musulmanes, budistas, etc., promoviendo asimismo el respeto por la diversidad
cultural mundial, el Servicio (o “amor en acción”) y predicando la “no violencia, rectitud, verdad, amor y paz”
como los “cinco Valores Humanos Fundamentales”.
contextos de interacción. Quisiéramos asimismo señalar que nuestro foco de interés está
puesto principalmente en los aspectos performáticos del Om, razón por la cual, como podrá
advertirse en lo que sigue, hemos otorgado en este trabajo un espacio considerable a los
relatos de los practicantes. No estuvo dentro de los fines de la presente ponencia realizar un
rastreo bibliográfico de la literatura especializada que versa sobre dicho mantra, la cual, por
cierto, es extensísima, sino que hemos optado por centrarnos en la información que ha surgido
dentro de nuestro trabajo de campo.

“En el principio era el verbo”. Simbología del Om:

Toda actividad que se efectúa en el Centro Sai Baba, como por ejemplo el Taller de
Meditación en la Luz, la sesión de Cantos Devocionales, el Servicio, las elecciones políticas,
los satsangs (charlas ofrecidas por devotos que versan sobre diversos temas), etc., así como
en ciertos momentos de la vida privada de todo devoto Sai, el Om es pronunciado. Podríamos
decir que su omnipresencia en las prácticas es análoga aquella creencia que lo sitúa om-
nipresente en el universo.

David Le Breton expresa que “en diferentes sociedades humanas, la creación del mundo es
descripta bajo la forma de una acción sonora” y agrega “muchos mitos de creación del mundo
convocan a la palabra o al sonido como instancia primordial” (2006:129). Asimismo,
haciendo un repaso de algunos mitos cosmogónicos, Schneider expresa que “el abismo
primordial, las fauces abiertas, la caverna cantarina, el singing o supernatural ground de los
eskimos, la grieta en la roca de los Upanishads o el tao de los antiguos chinos, desde donde el
mundo emana „como un árbol‟, son imágenes del espacio vacío del no-ser, de donde se alza el
aliento apenas perceptible del creador. Ese sonido, surgido del Vacío, es el producto de un
pensamiento que hace vibrar a la nada y, al propagarse, crea el espacio” (1960:133. Citado en
Le Breton, op.cit.:129). Dentro de esta ontología sonora debemos ubicar al Om empleado por
los grupos Sai Baba, el cual, volvamos a decirlo, en este aspecto coincide absolutamente con
las tradiciones de la sabiduría hindú3. Claudia, devota de Sai Baba, me explica “se dice que el
Om es el primer sonido que hizo universo al expandirse, es el primer sonido de la creación.
¿Viste que cuando comienza la Biblia dice „Y Dios se hizo verbo‟? Lo primero que fue es un

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No obstante, podríamos decir que la especificidad de lo Sai en este punto sería que todos los devotos ven en Sai
Baba al “Maestro” o guía o de sus caminos espirituales, algo que no ocurriría en hinduistas (que pronuncian el
Om) no seguidores del mencionado líder espiritual.
sonido, una palabra. Dicen los textos védicos, que son las escrituras más antiguas de todo el
mundo, en donde se funda el principio de repetir un sonido, que lo primero que hizo la
creación al expandirse, al manifestarse, fue „Om‟, como si hubiese bostezado. Se dice que en
el principio todo era quietud y el Ser, no lo llamemos Dios, sino la Conciencia Infinita,
Indivisible y Absoluta, permanecía, estaba. Y un día se sintió aburrido y entonces dijo „quiero
jugar y estoy sólo‟ y voy a jugar a que hay otro. Entonces creó un juego y sus reglas. Hizo
como que se estaba mirando, como si se hubiese sacado una parte de sí, que no hay nada que
sacar porque no había nada, y la puso frente a sí mismo, pero cuando la vio jugó a que no
reconocía4 esto que era una parte de sí. Para hacer eso dicen que lo primero que hizo fue
„Om‟. El Om sería ese sonido que ese Ser emite, „dice Om‟. Se dice que es el sonido más
sagrado, que tiene una vibración especial. Es el Maha Mantra, porqué es el más grande de los
mantras y es el Bija Mantra, bija quiere decir semilla, es decir, que es el primero de todos, es
el que nació primero. Por eso a cada mantra que nosotros hacemos siempre empezamos con el
Om, todos los mantras en el hinduismo empiezan con el Om. El Om es la primera
manifestación de la Conciencia Universal, Absoluta e Indivisible, es lo primero más puro y es
indivisible (a diferencia de otros mantras que si tendrían partes)”. Otro devoto, Diego, da una
explicación similar pero focalizando más en las características físicas del sonido y en el
carácter presente de este mantra: “El Om toma parte fundamental en la creación, se dice que
del sonido del Om emergió la creación. Se dice que es el sonido primordial. Se explica que
del Om emergió el universo y en ese contexto como del Om emergió todo, el Om, la
vibración del Om está presente en el universo, está presente en la creación, está ahí latente5
[hace un gesto con las manos para significar que lo abarca y que está en todo], es un sonido
que está permanentemente en todo lo que vibra. Sabemos que en un sentido todo este universo
es un conjunto de moléculas, átomos, moléculas que se juntan y hacen sus movimientos y

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Todo el camino espiritual para un devoto Sai consistiría en operar este “recuerdo” (el cual no es intelectual).
Recuérdese asimismo que dada la creencia en la reencarnación, esta parte que sale de ese Ser pasa por diferentes
formas previas (minerales, vegetales, animales) antes de encarnar como humano. En este punto no podemos
dejar de mencionar las similitudes que encontramos con el sistema de pensamiento hegeliano, en tanto que en su
filosofía del espíritu describe el recorrido que realizaría la Idea, alienándose de sí misma (literalmente “estar
fuera de sí”) “poniéndose” en la naturaleza y alcanzando luego, tras largo rodeo, el autoconocimiento al arribar
al espíritu.
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Le Breton expresa “El Oom o el om es un término sagrado de los vedas, el sonido que contiene todo el
universo, es el brahmán, el origen de toda actividad, de todos los datos. Este sonido no es una invención humana,
sino un sonido primordial, no creado, que escapa a cualquier temporalidad y que sólo pueden escuchar a veces
ciertos místicos, cuando sus espíritus se han retirado por completo de la sensorialidad profana. Para los hombres
comunes, el universo que entregan los sentidos es una pantalla tras la cual se halla el sonido de los orígenes, que
no es audible a los oídos” (op.cit.:129-130).
todo está interconectado general y directamente con el sonido6. El sonido es una parte
fundamental de la creación. ¿Y cuál es aquél sonido primordial, el primogénito, digamos, de
todos los sonidos? Es el Om”. Nos resulta significativo destacar aquí el carácter performático
otorgado a la palabra, en tanto que para los devotos de Sai Baba el Om constituye un mantra
(sonido al que se le atribuye poder) creador ni más ni menos que del universo, lo cual llevaría
la formulación de Austin (1971) acerca de “cómo hacer cosas con palabras” a su máxima
expresión.

Este papel en la creación que se le atribuye al Om se encuentra articulado con otras facetas de
la cosmogonía Sai Baba, las cuales pasaremos ahora a señalar. Se explica7 que el Om está
compuesto de las letras “A-U-M”. Refiriéndose a este tema, Diego comienza señalando que
“la creación siempre se da en tres modalidades: sattvaguna, tamaguna y rajoguna8, la
Santísima Trinidad en la que se cree desde el cristianismo al hinduismo (Padre, Hijo y
Espíritu Santo; Brahma, Visnu y Shiva9, respectivamente), etc.” y agrega que “ese es un
número muy importante en la creación de Dios”. Y dado el importante papel que hemos visto
que se le atribuye al Om, no es extraño que haya también una representación trinaria para la
palabra misma, la cual, como acabamos de decir, estaría compuesta por AUM. Diego
continúa explicando que “la A está representada por Brahma, la U está representada por Visnu
y la M está representada por Mahesvara o Visuara o Shiva”, es decir “Brahma, Visnu y Shiva
en las tres letras del AUM” y concluye expresando que en el Om “está implícitamente eso,
internamente [y recita „aummm‟]”. En este punto me señala como todo está correlacionado
“porque la A es Brahma y Brahma significa rajoguna, la U es Visnu y Visnu representa
sattvaguna y la M es Isbara o Shiva que corresponde a tamaguna” y me vuelve a expresar que
la creación está hecha por estas tres modalidades “rajoguna es la de la pasión, sattvaguna de la
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Esta entrevista la realizamos en presencia de un estudiante de astronomía y devoto Sai, Germán. En este punto
de la conversación Diego se dirige a Germán y dice “Acá Germán me corregirá, pero se sabe que muchos astros
celestes y descubrimientos se hacen a través del sonido, escuchando determinada frecuencia ¿no es cierto?, se
escucha constantemente una frecuencia [aquí Germán agrega „un ancho de banda‟], un ancho de banda [repite
Diego] y cuando hay variaciones ahí identifican los cuerpos, los identifican por sonido”. Germán agrega “se
traduce sonido. En radioastronomía, por ejemplo, son ondas de radio, entonces traducís las ondas de radio que
llegan a sonidos”.
7
En el libro comercializado en el Centro Sai Baba de La Plata llamado Meditación en la Luz. 1991. Editorial
Errepar S.A.: Buenos Aires. Registrado por la Fundación Sri Sathya Sai Baba de Argentina. La referencia al
AUM se encuentra en la página número 11.
8
Muy brevemente mencionemos que la concepción hinduista de la naturaleza, postula que todos y cada uno de
los aspectos del medio natural, poseen unas propiedades únicas, denominadas Gunas. Existen tres gunas
principales (Tamas, Rajas, Sattva) que se combinan en distintas proporciones en cada uno de estos elementos del
mundo natural. De esta forma, el predominio de uno de estos elementos sobre los demás, definirá a cada entidad
natural como Tamásica, Rajásica o Sattvica.
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En la cosmología hinduista la divinidad presentaría tres facetas, Brahma encargada del aspecto creador, Visnu
del preservador y Shiva del destructor, como más abajo veremos
pureza y tamaguna de la ignorancia”. De este modo señala que “el AUM está representado
por esa trinidad, está representado por esos tres gunas, está representado por las tres
modalidades”. Sentado lo anterior, me explica que la secuencia de la vida debe ser así:
“[pronuncia „aummm‟] uno comienza con la creación, nace en el mundo y empieza
naturalmente a tener una actividad de pasión, empieza a interactuar con el mundo, juega,
llora, come, bebe, se divierte. Nosotros de niños somos así. Esto es Brahma, creación, pasión
(que es la A). Después viene la U, que es Visnu y sattvaguna, la pureza. En esta etapa de la
vida hay que empezar a hacer actividades sattvicas, actividades puras, y siempre lo puro tiene
que estar relacionado con Dios, con el servicio, con el canto, con el conocimiento de Dios,
todo eso junto. Entonces uno debe querer empezar a descubrir a Dios, a empezar a descubrir
porque la existencia, porque nacemos, porque todo. Uno se debe preguntar en la parte media
de la vida todo eso, responderse esos interrogantes. Al final de la vida (la M que es Shiva y
tamaguna), ésta se vuelve tamásica y uno tiene que dejar el cuerpo” y remata “ahí lo vemos, el
cuerpo nace, se desarrolla y muere: Brahma, Visnu y Shiva. Brahma lo crea, Visnu lo
preserva y Shiva lo destruye. Y eso se da absolutamente en toda la creación. Se da en todos
los órdenes de la vida”. Luego de explicarme esto, me señala que lo que estamos haciendo
actualmente los hombres es repetir AMU en vez de AUM dado que “nacemos (A, rajoguna) y
luego entramos en ignorancia (M, tamaguna), empezamos a vivir una vida materialista, sin
pensar ni creer en Dios, no saber porque nacemos y morimos. Nos involucramos en la parte
media de la vida en un montón de actividades (comer y beber en exceso por ejemplo) que
desencadenan enfermedades prematuras. Y una vez enfermos ¿Qué hacemos? Empezamos a
rezar y decimos „Dios salvame, ayudame, sacame de esto‟ (volverse a Dios, que es una
actividad sattvica, la U). Estaríamos diciendo AMU AMU, AMU porque estamos haciendo
las cosas al revés”. Luego de todo este largo recorrido, Diego reflexiona unos instantes y dice
“cuando uno empieza a repetir el Om uno empezaría a repetirse y decirse „uno debe vivir la
vida de esa manera, uno no debe esperar al final de su vida para rezar, para pensar en Dios 10‟.
Es decir, que ejercitar el Om implicaría una reflexión de índole moral acerca de cómo
debemos conducirnos en la vida. Asimismo, es interesante señalar que Graciela, una persona
ampliamente versada en hinduismo y a la que más abajo hacemos nuevamente referencia en
lo tocante a la pronunciación del Om, me ha transmitido que existe también una
correspondencia entre las letras del AUM y las partes constitutivas del hombre (según la

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Aquí agrega que “Si uno va a una Iglesia, por ejemplo, ve toda gente grande ¿Por qué? Porque la gente se
quiere purificar al último momento de su vida”.
concepción trinaria que reina en los saberes orientales), a saber: A: cuerpo, U: mente y M:
espíritu.

Otra devota, Liliana, refiere otro sentido para el AUM y su repetición. Comienza con una
explicación que ya nos es familiar, expresando que “el Om fue la vibración original, que en
realidad es AUM. El Om es una síntesis de las letras. Al parecer, Dios emitió ese sonido y a
través de ese sonido el mundo se manifestó, por eso en todas las Sagradas Escrituras se dice
que „en el principio fue el verbo‟, donde el verbo es el sonido. O sea, esa vibración está en la
base de la creación del mundo”. A mi pregunta de si esta vibración aún hoy sigue estando, me
responde que sí y que, aunque nosotros no lo podamos entender, “el universo está creado y
des-creado simultáneamente11”. Y aquí explica “¿Por qué no decimos AUM? Porque AUM
nos volvería a llevar, al pronunciarlo de esa manera, hacia el estado de la creación y la
mayoría de nosotros está en el camino de vuelta, está queriendo salirse de todas las
películas12, está queriendo volver a la disolución de la materia. Pronunciamos el Om que es
una síntesis de eso [del AUM], pero digamos que es como que la vibración Om justamente
despierta la parte espiritual que tenemos. O sea, no nos lleva a crear más materialidad sino
que nos ayuda a elevarnos del plano material”. Por tanto, en esta explicación, el AUM sería el
sonido primordial de Dios que crea la materia y el universo y el Om, cuando lo pronunciamos,
es como un “camino de vuelta” en el cual intentamos desvincularnos de la materia. Según el
relato de Liliana, por lo tanto, el Om sería una síntesis del AUM, “extracto” que contiene
solamente lo que concierne a lo espiritual.

Pues bien, hasta aquí hemos dado cuenta de las representaciones en torno del Om. Como ya
hemos adelantado, en toda actividad a llevar a cabo en el Centro así como en ciertos contextos
privados de los devotos, se lo recita. Ahora veremos que la cantidad de veces que se lo recite
está articulada a las representaciones simbólicas que del hombre tiene la cosmovisión Sai

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Aquí explica que “nosotros estamos en una dimensión espacio-temporal, Dios no. Dios está en la eternidad y
es infinito. Lo que pasa es que nosotros no concebimos esas dimensiones. Pero vos imaginate que es como que
Dios está en todo momento creando y destruyendo. Y proyecta, como el dueño del cine, todos los mundos y
todas las posibilidades. Pero vos y yo estamos en esta película, en una de las películas de las infinitas películas
que existen simultáneamente, porque el pasado y el presente también son simultáneos, otra cosa que nos cuesta
entender. Entonces vos y yo estamos en esta película pero simultáneamente hay otras. El poder de Swami es tal
que puede cambiar la película”.
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“Película” es en este contexto una metáfora empleada para aludir a la situación en la que nos encontramos los
hombres encarnados y mundanos, atrapados en la ilusión (maya) del juego divino que mencionáramos al
comienzo, el Ser que se saca de sí y juega a que no reconoce lo que es. Liliana continúa “Es un juego de El [de
Dios]. Desgraciadamente nosotros somos marionetas perfectas que El creó con las que El se divierte. Es un juego
divino todo esto”.
Baba y nos permitiremos bosquejar ciertas cuestiones básicas en torno a estas últimas.
Claudia me explica “¿Por qué repetimos 3 veces el sonido del Om al empezar cualquier
actividad? Se dice que es cómo una manera de tocarle el timbre a Dios. Cuando vos haces
„Om‟ estás invocando a esa fuerza divina que está dentro tuyo y que está dentro de todos los
seres y que permea todo el universo. Es como que lo estás convocando13. Lo repetimos tres
veces por qué nosotros todavía estamos con una conciencia dualista que en realidad, según el
hinduismo, es triple14. Lo repetimos una vez para el cuerpo, una vez para la mente y una vez
para el alma. Entonces: me acuerdo15 que soy un cuerpo, me acuerdo que también soy la
mente y me acuerdo que soy un alma. ¿Y viste qué al final repetimos una vez el Om y
decimos tres veces shanti? Repetimos el Om como un saludo último al señor, a la divinidad o
como lo quieras llamar y decimos tres veces shanti para desear paz para nuestro cuerpo, para
nuestra mente y para nuestra alma”. Esta explicación es generalizada dentro de los devotos
Sai y no he encontrado puntos de divergencia importantes. Asimismo, adviértase la
concepción tríadica del individuo que aquí subyace (constituido por cuerpo, mente y espíritu)
y como esta lógica trinaria de clasificación ya la hemos encontrado en la explicación que del
AUM más arriba se nos ha dado (Brahma, Visnu y Shiva; rajoguna, sattvaguna y tamaguna) y
la correspondencia de cada letra del AUM con una parte del hombre. A mi pregunta de cómo
se relacionan estas tres esferas constituyentes del individuo humano, Claudia me explica
“Dice Swami que nosotros somos tres: el que creemos nosotros que somos, que es la mente, el
que los demás creen que somos, que es el cuerpo, y lo que somos realmente, que es el ser o
alma. Dicen que uno es un ser humano normal cuando puede moverse entre esos tres con
mucha comodidad. Ahora bien, si yo me creo lo que vos crees de mí [cuerpo] o lo que yo creo
de mí [mente], ahí estoy en apuros. Cuando entras al camino espiritual te das cuenta de esto,
de no aferrarte ni al yo que los demás creen que sos ni al yo que vos crees que sos. Hay que
tratar de buscar ese lugar donde está el yo verdadero que no es ninguno de los dos anteriores.
Yo no soy el cuerpo ni soy la mente”. Y respecto de la búsqueda de este lugar, explica: “Ni

13
Aquí me explica detalladamente que esta idea de convocar a la divinidad, como algo externo a mí, se debe a
que todavía no comprendimos desde el lugar que debemos comprender (que no es intelectual) que el Universo es
Uno.
14
Como podemos apreciar, el andamiaje simbólico de la cosmovisión Sai Baba, en consonancia con los saberes
védicos, no se encuentra edificado sobre una estructura dualista del tipo cuerpo-mente o cuerpo-alma, sino que
descansa en una lógica trinaria cuyos términos son cuerpo, mente (ambos mundanos y transitorios) y espíritu
(caracterizado como la esencia de nuestro ser, el cual es divino y, por ende, trascendente y eterno). En otro lugar
(Puglisi, 2009) partiendo de esta concepción tríadica del hombre, hemos expuesto ciertas limitaciones que
percibimos en el paradigma “holismo vs. dualismo” presente en la antropología del cuerpo tal y cómo
actualmente se halla planteado.
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Aquí nos parece interesante destacar que al pronunciar el Om estaríamos “recordando” o emitiendo el mismo
sonido de la creación, es decir, uniendo el pasado con el presente. Téngase en cuenta también lo que refería
Liliana de que pasado y presente son simultáneos.
somos el cuerpo, ni somos la mente, ni somos el alma individual sino que somos un Ser
Supra. Este último es el Atman. El alma o atma, sin „n‟ final, son pequeñas partes de ese Ser.
Yo no soy la chispita sino el Ser grande, el Atman, la Conciencia Universal, Absoluta e
Indivisible. Ahora, si desde el alma individual me puedo instalar, recordar16 que soy el
Atman, ahí vamos por el camino”.

Ahora bien, al profundizar sobre los vínculos entre estas dimensiones constituyentes del
hombre, se revelará una concepción energética universal, la cual nos permitirá comprender
más cabalmente la performance del Om. Claudia continuará explicando que “El alma y el
cuerpo se relacionan, son lo mismo, sólo que más burdo. Es la misma energía, pero el cuerpo
es una concentración más densa17. El Ser del principio es totalmente inmaterial y de a poco va
adquiriendo materia. Es algo muy sutil, de a poco, porqué necesita un vehículo va adquiriendo
formas cada vez más complejas y eso que era al principio un átomo, luego fueron dos y así
hasta formar un cuerpo humano, por ejemplo. Nosotros somos energía básicamente y si
empezamos a separar y nos miramos en un microscopio electrónico [veremos que] somos
átomos juntos. No hay diferencia entre lo sólido y lo que no lo es. La misma ciencia dice que
si descomponemos esta mesa vemos que son átomos juntos. No hay diferencia entre lo que es
físico y no lo es. Todo es energía, los átomos se mueven, los tenemos nosotros, la mesa, los
mosquitos. Y esta energía es la Conciencia Universal, Absoluta e Indivisible, que está
formada por átomos más o menos agarrados. Es ese Ser que al principio decide jugar”. Otra
devota, Miriam, explicó “todos los objetos materiales que vemos y tocamos, e incluso nuestro
cuerpo, son energía hecha materia”, es decir, que “todo el universo estaría constituido por
Energía”. En la misma dirección Diego señaló “todo vibra en un mismo nivel de frecuencia,
nuestro cuerpo también, todo es sonido, en un sentido es todo sonido. Einstein decía „todo es
energía‟. La teoría de Eisntein era esa. El dijo que si bien vos experimentas que está todo
separado, en realidad la energía es una. Es todo uno esto. Lo simplificó. Pasa que no lo pudo
seguir desarrollando”. Y consultado respecto de si, en función de lo que acababa de enunciar
sobre Einstein, podríamos decir que Dios es energía, responde “Si, Dios es Energía. Y los más
poéticos, y Sai Baba, dicen „Dios es la Energía del Amor‟. La energía más fuerte es la del
Amor”.

16
Porque seríamos parte de ese Ser que decide jugar, se separa de sí y olvida su naturaleza.
17
En el mismo sentido Diego expresaba “Uno tiene que ver la Unidad en la Diversidad: si hay mente, hay cuerpo
y hay alma, pero también es todo uno”
Pasaremos ahora a examinar cómo los adeptos se conectan a través de la performance del Om
con esta Energía que mantiene todo lo existente vibrando.

“Y el verbo se hizo carne”. Poniendo “On” para hacer el Om:

Como hemos visto, en tanto que considerado el “Sonido Sagrado Primordial”, el Om sería la
vibración que se halla en todos los seres y las cosas, la palabra creadora de todo lo existente.
Ahora examinaremos algunas facetas de la performance de recitación del Om: cómo se lo
debe pronunciar, qué postura corporal es la indicada para hacerlo y el fin por el cual se lo
realiza.

Comencemos con los aspectos vinculados a su pronunciación. En primer término, como nos
lo ha señalado Graciela, en sánscrito la A-U (del AUM) forma un diptongo y se pronuncia
“O”. Diego me explica que “Sai Baba dice que se debe repetir la A en la garganta, en la parte
de la boca la U y la M en la parte de la lengua” [y recita „aummm‟ pronunciando cada letra en
la parte correspondiente]. Aquí me explica que cuando uno lo repite así, de esa manera “lo
que vos escuchas es „ooommm‟, pero en realidad es „aummm‟, no es una A latina, española,
pero en realidad lo que encierra es ese secreto, el AUM, entonces ahí vos lo pronuncias
correctamente al Om. Tiene que estar ahí, juntito a esa, pero uno no tiene que hacer „a-u-m‟
[lo pronuncia exagerando cada letra y separándola de las restantes] sino „aummm‟ y ahí se da
la sonoridad más correcta”. En el ya citado libro Meditación en la Luz encontramos una leve
diferencia con lo anterior puesto que dice “la A emerge de la garganta, la U vibra sobre la
lengua y la M termina en los labios” (1991: 11). Esta última descripción coincide, punto por
punto, con la de Nikhilananda “A es el sonido raíz, la clave, y es pronunciado sin que la
lengua toque el paladar; es el menos diferenciado de los sonidos. Del mismo modo, todos los
sonidos articulados se producen en el espacio entre la base de la lengua y los labios. El sonido
de la garganta es la A y M es el último sonido, que se pronuncia al cerrar los labios. U
encarna el movimiento, parte desde la base de la lengua y concluye en los labios. Om
representa toda la gama de sonidos, en una forma que ninguna otra palabra es capaz de
contenerla, y es el símbolo más justo del Logos, de la Palabra «que se encontraba en los
orígenes»” (1957:83. Citado en Le Breton, op.cit.:130). Un tanto diferente es el relato de
Claudia quien, por otra parte, nunca mencionó la palabra AUM durante nuestras
conversaciones. Explicó que “cuando vos empezas a recitar el Om, tenés que empezar con la
„O‟ [y recita „ooo‟], empezás a recitarlo medio como en el paladar, lo bajas a la garganta
[vuelve a pronunciar „ooo‟ ahora en la garganta] y después lo volvés a la boca con la „M‟ [y
pronuncia „ooommm‟]”. Ahí le pregunto si se trata de efectuar un movimiento de ida y vuelta
con el sonido y me responde que sí, pero agregando que “igual, lo mejor es recitarlo con
devoción, con confianza”. En este punto quisiéramos señalar algo que nos resulta
significativo. En las anteriores descripciones de pronunciación, el AUM experimenta un
movimiento unidireccional desde el interior al exterior corporal (garganta→lengua→labios)
donde verificamos una correspondencia unívoca entre letra, órgano y “una” unidad de
movimiento. En el segundo caso, el movimiento es bidireccional dado que parte de un punto
medio hacia el interior para regresar al mismo (paladar→garganta→paladar) y no puede haber
correspondencia unívoca entre letra-órgano y “una” unidad de movimiento dado que en este
caso sólo hay dos letras (“O” y “M”). Sin embargo, y lo que nos resulta interesante, es que
también en este caso se da la “ley”, por así decir, de la pronunciación en tres movimientos, lo
cual implica que estos no se encuentran determinados por la cantidad de letras a pronunciar
sino que su existencia debe explicarse por otro camino. Aquí no importa, claro está, que se
tilde la descripción de Claudia como “errada” o “incompleta”, explicando que “desconoce”
que en el Om anida el AUM. Lo importante es que ella “operando” con sólo dos letras se vio
“forzada” a desdoblar una de ellas (la O) para lograr la pronunciación en tres pasos. Al punto,
recuerdo las palabras de Diego ya citadas al principio de este trabajo respecto del tres “ese es
un número muy importante en la creación de Dios”. Sin lugar a dudas, la lógica trinaria que
percibimos en los Sai Baba no se circunscribe al plano simbólico sino que parece cristalizar
tanto en sus representaciones como en sus prácticas, guiando, como en este caso, sus formas
enunciativas.
Otro punto que quisiera destacar vinculado a la pronunciación es que frente a mi pregunta de
si percibían diferencias en la manera de pronunciarlo, Claudia, por ejemplo, respondió “Si.
Tiene que ver con la actitud interior18” y ante el interrogante de si había alguna manera de

18
Aquí agrega “Dicen que cuando uno recita un mantra hay varias cosas que son importantes. Primero saber que
quiere decir el mantra, pronunciarlo correctamente y la actitud interior, que es lo más importante. ¿y cuál es la
actitud interior correcta? Es una actitud de respecto, de confianza en lo que estás haciendo. Si vos confías en que
si vas a recitar ese mantra, les estás pidiendo a Swami que te dé luz, vas a ver que Swami te da luz. O sea, vos
recitas el mantra con la convicción desde que lo empezas a recitar que eso que estás pidiendo ya te fue dado. Eso
es la confianza”. Recordamos aquí las puntualizaciones de Le Breton “para ciertas sociedades, el poder de
penetración del sonido lleva su energía transformadora al corazón del sujeto o de los acontecimientos. En la
cultura popular hindú, un mantra es una fórmula sagrada a la que se le otorga una eficacia en la transformación
del mundo […] La repetición del mantra engendra vibraciones que desembocan en la producción de los efectos
esperados para el adepto” (2006:133).
mejorar su pronunciación dijo: “Si, escuchar a otros que sepan19”. En función de estos hechos,
en los cuales se imparten instrucciones precisas para recitar correctamente el Om (la
asignación de cada sonido, y cómo debe ser éste, a un órgano bucal preciso, la audición de los
otros para mejorar la locución y la postura corporal adecuada de la que más abajo hablamos)
creemos poder caracterizar este aspecto20 de la performance del Om como una técnica
corporal en el sentido dado a este término por Mauss “la forma en que los hombres, sociedad
por sociedad, hacen uso de su cuerpo en una forma tradicional” (1979:337) y, dado que se
trata de una técnica, “como toda técnica, lleva en sí un aprendizaje” (op.cit.:338).

Pues bien, de momento hemos visto que el Om es considerado la vibración universal y


primigenia, la cual no se restringe a una entidad meramente simbólica sino que se encontraría
presente en todo lo físico. Asimismo, acabamos de describir el acto de locución del Om por
parte de los devotos. No es ocioso recordar aquí que desde un punto de vista anatómico el
aparato de la fonación humana se halla constituido por cuerdas vocales, las cuales producen
sonido al vibrar. Es decir, que al pronunciar el Om, el cuerpo de los devotos vibra
físicamente. ¿Y con qué objeto los devotos devienen cuerpos vibrantes? Es de lo que nos
ocuparemos a continuación.

Diego explica “Está ahí todo el tiempo, el Om es una vibración que está constantemente
vibrando en todo lo material, en todo. Entonces repetir y meditar en el mantra del Om es una
forma de que uno sintonice con esa frecuencia. Cuando vos repetís el Om estas sintonizando
en esa frecuencia y si vos sintonizas en una frecuencia, transmitís eso, como la radio. Ese
sonido está constantemente en todo”. En este punto le pregunto si este sonido se restringe a lo
mundano y responde “No, no. Es espiritual” a lo cual repregunto si está también en las cosas
materiales. Contesta: “Permea, permea. Está ahí, está ahí, latente. Ahora está. Así como está
el aire, así como está el oxígeno aquí, cada molécula, así está el Om. Entonces si uno va y

19
Aquí me referencia otro mantra muy recitado por los devotos Sai, el mantra Gayatri, y explica que como hay
un disco donde éste es recitado por Sai Baba lo que hay que hacer es „escúchalo a Swami y hace lo que dice
Swami‟, es decir, que tomemos como referencia la manera en que lo recita Sai Baba. Asimismo ténganse en
cuenta las palabras de Diego quien respecto de cómo pronunciar el Om comenzó con la expresión “Sai Baba
dice”. En ambos casos se tomó como referente para la correcta pronunciación a Sai Baba.
20
Entendiendo en este caso a la oralidad como corporalidad. Merleau-Ponty se refiere a la palabra como “una
de las funciones del cuerpo” (1985:177), a los vocablos como “uno de los usos posibles de mi cuerpo”
(op.cit.:197). Asimismo, la recitación de mantras no se reduce a una mera transmisión de información, pautas
programáticas neutras a seguir por los devotos, sino que, lejos de ser un detalle accesorio, la manera de transmitir
el discurso constituye una pieza esencial para la efectividad de dicha práctica. Como expresa el filósofo francés
al que acabamos de aludir “la palabra significa no solamente por los vocablos, sino también por el acento, el
tono, los gestos y la fisionomía” (1985:167)
repite „ooommmm‟ uno sintoniza con esa frecuencia. Y si vos sintonizas con eso te
armonizas. Entonces lo que se busca en la repetición del Om, generalmente, en la repetición
de los tres Pranam Om al comienzo prácticamente de cualquier actividad es sintonizar con esa
fuente, que es otra manera de identificar a Dios. El Om se repite para armonizarse y es
también como una especie de pedido y plegaria”

En el relato que acabamos de presentar, para dar cuenta de la “sintonización” se hacía alusión
a un electrodoméstico, la radio. En el que sigue, se apelará a la metáfora de la TV destacando
la importancia de la postura corporal al recitarlo. Respondiendo a mi pregunta acerca de qué
sensaciones experimentaba al pronunciar el Om, Claudia responde que “a nivel energético
siento como una vibración muy especial y una paz muy particular. Siento que es una
bendición21” y en este punto me aclara que “para las prácticas espirituales es muy importante
estar alineado” sino “no es lo mismo”. Agrega que si lo hacemos nos va a hacer bien igual
“pero si uno está derecho, estar derechos es como tener la antena si vos queres sintonizar una
señal, agarrar una señal. Si vos tenes la antena y te dicen „la antena tiene que estar recta‟,
como la columna, que tiene que estar recta como una flecha, y vos por ahí estas así [pone su
cuerpo torcido, “caído”] y haces el Om, está todo bien, por ahí agarras el Om como cuando
pones la tele y hace rayas. Pero si te pusiste derecho, en la pantalla se ve todo claro y
precioso. Entonces, si vos estas derecho es mejor. Es como estar conectado. Te pusiste
derecho y como que pusiste „ON‟ [presiona la mesa con un dedo, como apretando una tecla22]
y ahí se prendió y está todo así [gesto de que se ve bien], por qué es importante [la postura
corporal]”. Resaltada la relevancia de la postura corporal, continúa “cada vez que vas a hacer
el Om estás generando una energía, que es tu energía y que es la energía de la divinidad y es
como que la estás poniendo en sintonía. Vos pensá qué —siempre pensando que uno está
como siempre distraído y pensando que Dios está afuera o que la parte del Ser está afuera o
que está dentro pero que está desconectada— que entre lo que estamos siendo todo el día y
nuestro ser hay un divorcio. Y vos lo que queres hacer es que se rompa ese divorcio. Entonces
cuando pronuncias el Om estás produciendo esa sintonía, estás haciendo que todo vibre y que
todo se vuelva a juntar y que todo encaje”. Aquí le pregunto si, por tanto, el hacer el Om con
confianza sería un momento de sintonía-unión con ese Ser y me dice que “Si, es así. Es el

21
“Por ejemplo, cuando bendigo la comida repito tres veces el Om y cuando cocino y estoy haciendo la comida y
sobre todo cuando me estoy bañando, repito el Om debajo de la ducha y siento como el agua se carga de esa
energía y además de limpiar el cuerpo estoy limpiando otras partes de mí, como si esa agua estuviese
consagrada”
22
Recuérdese que en este caso como en el anterior se apeló a metáforas electrónicas (radio y TV) aparatos que
tienen una tecla de encendido (ON).
momento de unión. La unión, el yoga, yoga es unión, la unión. Por eso es alinearse, estar
derecho, alinearse. ¿Alinearse que es? Es estar en sintonía, tener los pies en la tierra para
poder hacer el sendero y la cabeza en el cielo recordando quienes somos. Entonces vos repetís
el Om y está todo en sintonía: tu cuerpo, tu mente y tu espíritu. Está todo en sintonía, que en
realidad, en lo cotidiano, tenemos el cuerpo por un lado, la mente por el otro y el espíritu por
el otro. Entonces ese momento es un momento en el que todo se junta23”.
Es el cuerpo pues, con su oralidad y su postura, el que pone “On” para hacer el Om. El acto
de “sintonización”, de indudable carácter corporal, al que explícitamente se refieren los
practicantes nos recuerda, en ciertos aspectos, al “mutual tuning in” o “mutually tune”, aquél
fenómeno de sintonización mutua descrito por Crossley (2004:46) donde los agentes se
ajustan a una práctica corporal grupal, a una “armonía24” ambiente, por medios corporales no
téticos (percibiendo los movimientos de los otros, los ritmos de la música, etc.).

Conclusiones:

A partir de lo expuesto podemos decir que el fin al que aspiran los devotos al pronunciar el
Om es “sintonizar” con esta vibración cósmica divina, ubicarse, al experimentarla
corporalmente, en esta frecuencia de onda universal. Se busca con el cuerpo (como la radio
que “barre” el espacio electromagnético en busca de longitudes de onda) a la vez que se lo
ubica dentro de aquella frecuencia. La performance del Om arroja al cuerpo a una actividad
de búsqueda experiencial no intelectual, búsqueda ésta que se detiene sólo cuando se halla la
frecuencia buscada, la cual no consiste sino en hallarse en armonía con el Todo25, en el
sentido más acústico que esta palabra tiene. Es el cuerpo del devoto el que vibrando,
deviniendo un cuerpo vibrante al recitar el OM, se sitúa en la frecuencia de onda universal, el
Atman, que como toda frecuencia es vibración. Pronunciar Om es sumarse, como individuo, a
una vibración cósmica universal y, por tanto, abolirse como individualidad. La performance
23
De todas formas, Claudia aclara que “Para seguir a Swami y para seguir su mensaje no hace falta ni saber los
Vedas, ni saber hacer el Om, por qué no importa eso. Porque vos para comunicarte con la divinidad no necesitas
decir Om, o sea, es un sonido que tiene una energía particular y con esa energía particular vos estás invocando a
la fuerza que tiene la divinidad, sí, seguro. Pero los que no hacen el Om, también se van a iluminar igual, si sos
buena gente ¿viste? por qué es lo más importante en esto, sacar las impurezas del corazón. Y hay muchos
caminos de purificación”.
24
En este sentido es interesante destacar que Liliana, si bien reconociendo la potencia especial que tiene el Om,
señaló que “cualquier vibración repetida, aunque no fuera esa (la del Om), establece, te va calmando por una
cuestión de ritmo ¿Por qué la mamá cuando quiere hacer dormir al nene „na na na‟ [canta]? Le da el ritmo y eso
es lo que lo pone en orden. Por eso es tan importante, por ejemplo los africanos con el „tan tan tan‟ [canta la
percusión], porque eso también te armoniza, te saca de la mente”.
25
Y Todo aquí en el estricto sentido, porque nosotros no seríamos sino una parte de aquél Ser que decide jugar y
olvida su verdadera naturaleza.
del Om le permite al individuo, más no sea de manera harto fugaz, experimentar su relación
energética con el entorno. Y esta com-unión (yoga como refería una devota) con el ambiente
circundante es una experiencia corporal que se juega por debajo de la conciencia tética, a
nivel prerreflexivo, donde sujeto y mundo se hallan fundidos, experiencia del ser-en-el-
mundo que tan bien ha sabido describir la fenomenología de Merleau-Ponty (1985).

En un pasaje de su Tratado de las pasiones del alma (1989), René Descartes se abocó a
reflexionar sobre la unión del alma y el cuerpo, resolviéndose a localizar su punto de
articulación en la glándula pineal26, órgano corporal en el cual el alma tendría su sede
principal, su asiento. Asimismo, sugirió que sería el alma, infundida por Dios, quien dirigiría
los movimientos de la “máquina” corpórea. Podríamos decir, por tanto, que en el sistema de
pensamiento cartesiano, Dios, alma y cuerpo hallarían su punto de comunicación, cuando no
de unión, en la mencionada glándula. Algo que hemos destacado en el presente trabajo, a
pesar de su crasa obviedad, es que al pronunciar el Om los devotos Sai Baba ponen sus
cuerdas vocales a vibrar. A partir de lo expresado por ellos mismos (“el Om es una vibración
que está constantemente vibrando en todo lo material, incluso en nuestro cuerpo”) podemos
decir, por tanto, que la materialidad misma de las cuerdas vocales humanas, como toda
materia, estaría vibrando por el Om, el cual no es sino el sonido creador pronunciado por el
Supremo. De este modo, creemos que en este último caso sería en las cuerdas vocales, y no en
la glándula pineal, donde confluiría la voz de Dios con la de los hombres27.

26
Claro está que Descartes no se refiere a la glándula como “pineal”, sino solamente a una “glándula muy
pequeña” situada “en el medio del cerebro” (1989:101-102). Será la investigación biomédica posterior la que la
nominará de este modo.
27
El pensamiento occidental de Descartes situaría, por tanto, la “Unión” en el cerebro, mientras que el Sai Baba,
oriental, en la garganta. Esto nos habla, sin lugar a dudas, de dos maneras diferentes de valorizar las partes
corporales.
Bibliografía:
●Austin, John. 1971. Cómo hacer cosas con palabras. Buenos Aires: Paidós.
●Crossley, Nick. 2004. “The circuit trainer´s Habitus: reflexive body techniques and the
sociality of the workout”. En: Body & Society Vol. 10 (1): 37-69.
●Descartes, René. 1989. Tratado de las pasiones del Alma. Barcelona: Planeta-Agostini.
●Le Breton, David. 2006. El sabor del mundo. Una antropología de los sentidos. Buenos
Aires: Nueva Visión.
●Mauss, Marcel. 1979. Sociología y Antropología. Madrid: Tecnos.
●Merleau-Ponty, Maurice. 1985. Fenomenología de la percepción. Barcelona: Planeta
Agostini.
● Nikhilananda, S. 1957. “Aum: the word of the words” En: Nadda Anshen (ed.) Language:
an inquiry into its meaning and function. Nueva York: Harper.
● Puglisi, Rodolfo. 2009. “La ceniza vibhuti. Cuerpo, persona y cosmos en grupos Sai Baba”
En: Revista Ciencias Sociales [Chile] nº 22, pp. 95-112.
● Schneider, M. 1960. “Le rÔle de la musique dans la mythologie et les rites de civilisations
non européennes” En: Histoire de la musique. Gallimard: París.

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