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Aprender

y
Enseñar
los
Valores
El Valor del Respeto
“Actúa o deja de actuar, procura no
perjudicar ni dejar de beneficiarse a
sí mismo ni a los demás, de acuerdo
con sus derechos, con su condición y
con sus circunstancias.”

Psicopedagogía - Nivel
Inicial
II Bimestre - 2011
¿Qué es el Respeto?

“Actúa o deja de actuar, procura no


perjudicar ni dejar de beneficiarse a sí
mismo ni a los demás, de acuerdo con sus
derechos, con su condición y con sus
circunstancias.”
Cuando hablamos de respeto,
en primer lugar, tenemos
distinguir aquel respeto que
debemos tener cada uno a los
demás como hijos de Dios, y
el respeto que debemos a
cada uno, de acuerdo con su
condición y circunstancias; esto nos traer una
actitud abierta hacia comprensión y aceptación
hacia el prójimo.

La segunda significación está dirigida


a las circunstancias concretas, las
cuales estarían reflejas en cómo se
dan las relaciones humanas, por
ejemplo en la relación entre padres
con hijos. Las cualidades personales
de los padres son factores
secundarios en la motivación de
respeto de sus hijos hacia ellos, mas esto no quiere
decir que no haya una reciprocidad de respeto entre
ambos. El respeto intrínseco del ser humano va más
haya de una relación, simplemente el hecho de ser
seres humanos implica un respeto por el ser y la
persona del otro.

También existe un respeto hacia la


naturaleza u objetos, el expresar
un “respeto a la naturaleza” requiere que
entendamos que la “naturaleza” es de Dios, que el
ser humano disfruta de ella y que usando la misma
puede acercarse a Dios.

Este respeto está interiorizado como no realizar


coacción o imposición de algo; sin embargo, el
respeto abarca tanto la no acción como la acción. Y
esto tiene su fundamentación: en la sinceridad.
La sinceridad es una forma de respeto en sentido de
acción; el decir, brindar a los demás una información
clara y basada en la verdad es imprescindible para
no faltar el respeto al otro y demostrárselo.
¿CÓMO SE COMIENZA A ENSEÑAR EL RESPETO A
LOS NIÑOS PEQUEÑOS?

1. Deben respetar a sus


hermanos, amigos y personas
cercanas.
2. Enseñar el respeto sobre
los objetos tangibles,
refiriéndose en este sentido al
respeto por las pertenencias del
otro y a trasmitir o hacer sentir
malestar o disgusto del otro respectivamente. Este
no poder aprovechar las pertenencias del otro
desarrolla en sí la virtud de la fortaleza y se
superan los impulsos egoístas que puedan haber
en uno..
3. Enseñar el respeto sobre la afectividad del
otro: Aprende a reconocer lo que significa ser
dueño de algo y a las consecuencias que trae el no
reconocer como dueño a alguien (molestia, enfado,
incomodidad, etc. ), así aprende a conocer las
consecuencias de sus actos.
4. Utilice la pregunta ¿A ti te gustaría que te
hiciera eso?, fomentará el desarrollo de la empatía
(la capacidad de ponerse en el lugar del otro)
5. Ser ejemplo de respeto, demostrando respeto
por los demás en nuestras acciones diarias, esto
será un modelo a seguir para los hijos.

¿QUÉ IDEAS DEBEMOS INCULCAR A NUESTROS


HIJOS?

 Enseñar que cada uno es diferente y que por ello


se debe tratar a las personas de formas distintas.
 Enseñar a reconocer a cada uno por lo que es.
Esto trae consigo:
o Enseñar a comportarse de modo que no
provoque disgustos.
o Enseñar a no criticar a los demás.
o Enseñar a actuar positivamente a favor de los
demás.
o Enseñar a buscar lo positivo en los demás.
o Enseñar a agradecer los esfuerzos de los demás
a su favor.
Respeto, Aceptación Y Salud
Mental
El respeto es una virtud que ciertamente ha sido
inculcada al hombre por el simple hecho de ser hijo
de Dios y que, por tanto debemos dar y recibirlo
entre los nosotros; sin embargo, es importante
también puntuar cuando valioso es en el sentido
psicológico. El respeto hacia el otro, hacia sus
creencias, hacia su persona, su historia de vida o su
carácter nos hace crecer en la fortaleza y por tanto,
ser tolerantes ante situaciones, pero también nos
hace calar en nuestra capacidad de aceptación
incondicional por el otro y, desarrollar esta
capacidad, nos hace vivir de manera saludable y nos
permite brindar y tener relaciones interpersonal
saludables.

Asimismo, la aceptación
incondicional es posible si se
da en 3 estadios, tanto a
nosotros mismos, a los
demás y al mundo. El hecho
de ser capaces de
conocernos, de asumirnos y
de perdonarnos genera en
nosotros emociones
saludables, tanto positivas (alegría, entusiasmo,
etc), cuando las cosas ocurren como deseamos y
emociones negativas (tristeza, enfado, incomodidad,
etc). Así, la práctica de la aceptación incondicional
en los 3 estados hace genera una filosofía de vida
saludable y un equilibrio emocional, no tendiendo a
experimentar o sentir emociones desbordantes, que
en este caso, serían emociones no saludables
(depresión, ira, celos, culpa, etc.).
Así, el poder aceptar, tanto a nosotros, los demás y
el mundo, nos hace crecer en el respeto a nosotros
mismos y a los demás y a vivir de manera saludable
con nuestras emociones y por tanto, tener una
buena salud mental.

Fuente:
 Isaacs, D (2003) “La educación de las Virtudes
Humanas y su Evaluación” Editorial EUNSA. Navarra
– España
 Ellis, A. (2000) “Usted Puede ser Feliz” Editorial
Paidos. . Barcelona – España.

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