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Según M. Forns, T. Kirchner y M. Torres, (1991), la obra de Cattell ha recibido una triple
influencia:
(P. Kline, 1985): “En sus esfuerzos por definir la esfera motivacional, cosa que resulta
necesaria, desde luego, antes de pasar a la toma de muestras, Cattell adopta el punto de
vista de Mc Dougall al concebir los impulsos como algo que posee tres componentes: la
(J. M. Tous, 1986): “Para Cattell el método de investigación comporta dos fases: una primera
Vemos que estos dos autores confirman en gran medida la argumentación de M. Forns, T.
Kirchner y M. Torres (1991) respecto a las influencias que ha podido recibir la obra de
Cattell.
componente básico de la personalidad son los rasgos. Ya vimos en un apartado anterior que
es lo que Cattell entendía por rasgo. A partir de ahora vamos a entrar a considerar la
clasificación que de los rasgos elaboró y que le sirvió para poder llevar a cabo la
J. M. Tous (1986) afirma “que toda la primera fase de la investigación de Cattell está basada
en un estudio taxonómico de los rasgos cuyo objetivo es evitar o por lo menos poner orden en
una estructura de la personalidad subyacente al lenguaje que describe los rasgos. Por ese
motivo creyó oportuno acudir al vocabulario que previamente habían elaborado Allport y
Cattell tenía la idea de que el lenguaje debía proporcionar la información sobre las
características del ser humano, como consecuencia debían escogerse éstas de entre los
echar mano de las 4.000 palabras del vocabulario ya citado, pretendió identificar los
componentes más relevantes de la conducta humana y, a partir de ello, generar escalas que
Digamos también que Cattell hace una distinción entre lo que denomina rasgo peculiar y
del que los sujetos diferirían más en grado que en forma. Esta idea también la apoya B.
Sandín y P. Chorot (1990), afirmando que “por rasgos comunes, Cattell entiende aquellos que
semejante... por ejemplo, la extraversión y la ansiedad. Los rasgos únicos son muchos más
rasgos dinámicos”. Estos autores nos hablan también de una clasificación de Cattell en
rasgos anormales o patológicos, por ese motivo se argumentó que Cattell se aproximaba al
modelo médico.
Finalmente, hace una distinción entre rasgos primarios y secundarios, esta última
clasificación posee una gran relevancia para nosotros, ya que los 16 factores del 16PF son
rasgos primarios y los obtenidos tras la factorización de los 16 primeros y que, en el 16PF,
se denominan con la letra “Q” seguida de un número romano, son los rasgos secundarios o de
segundo orden.
su método, como ya se ha venido diciendo, es el análisis factorial, como nos dice M. Forns
(1994): “Cattell es sin duda alguna uno de los representantes de la psicología científica que,
estudio de las características de personalidad”. Parece ser que entiende que es necesario un
experimento para, con el razonamiento inductivo, captar alguna regularidad que nos
inducción nos permitiera expresar nuevas hipótesis; es un proceso que se repite, pero que
con el cual cada vez poseemos mayor conocimiento sobre un determinado aspecto.
Cattell considera que tan sólo los experimentos multivariados permiten a los investigadores
RELEVANTES
En ningún momento nos hemos propuesto realizar un exhaustivo análisis del cuestionario
factorial de personalidad de Cattell que se conoce como 16PF. Nuestro propósito, en todo
momento, ha sido hacer una introducción a los antecedentes teóricos y metodológicos que
distintas formas y versiones y del modo de aplicación del 16PF, no hemos considerado
oportuno entrar a analizar estos aspectos que nos atrevemos a considerar más triviales de
más que nada desde el punto de vista metodológico, y para concluir trataremos de
aproximarnos a un nivel teórico al análisis de algunos de los factores más importantes que lo
componen.
Cuando Cattell acudió al vocabulario de Allport y Odbert se encontró con el problema de que
una lista de 4.000 adjetivos era un enorme número de conceptos en la práctica imposibles de
manejar. Razonablemente, esta lista podía ser reducida eliminando, en primer lugar, los
sinónimos.
(B. Sandín y P. Chorot, 1986): “En su intento por dimensionalizar la esfera total de la
personalidad, Cattell partió del trabajo de Allport y Odbert (1936). Estos autores observaron
Cattell redujo este número a 171 denominaciones, eliminando los sinónimos posibles”.
advertimos que no todos los autores de nuestra bibliografía están de acuerdo. Para unos
Cattell utilizó el vocabulario que previamente Allport y Odbert redujeron a 4.000 o a 4.500
a 171 o 180 palabras (tampoco aquí se llega a un “consenso”), para otros fue Cattell el que lo
Veamos algunas citas apoyando a la primera cita de B. Sandín y P. Chorot (1990), tenemos:
R. Lanyon y L. Goodstein (1977): “Allport y Odbert (1936) pudieron entresacar casi 18.000
edición, elaboró una lista de más de 40.000 características. Aun cuando ambos pudieron
problema, Allport y Odbert rastrillaron en 1936 el diccionario y listaron todos los adjetivos
hallados que se referían a la personalidad humana. Por tanto, con las aproximadamente
4.000 palabras obtenidas por Allport y Odbert, tenemos un buen muestreo de todas las
formas con que puede describirse la personalidad de un individuo", y en otra parte: “de
cualquier modo, cuando Cattell comenzó sus investigaciones, tuvo que agrupar sus 4.000
Lanyon y L. D. Goodstein (1977), vemos que hay otro desacuerdo en el número de adjetivos
que recogieron en primera instancia Allport y Odbert, cuando otros autores hablan de 18.000,
Pero ahora veamos las citas en las que Cattell aparece como el “autor de la selección” de
(M. Torres, 1994): “En una primera fase de su investigación (Cattell) eligió un total de 4.500
En esta afirmación parece, incluso, ignorarse la existencia de una lista previa, y ahora
(J. M. Tous, 1986): “El origen o la fuente de los diferentes rasgos de personalidad (Cattell) la
buscó en el vocabulario de Allport y Odbert. Trabajó este vocabulario para eliminar del mismo
adjetivados”.
He incluido esta extensa cita porque sirve bien a nuestro propósito de aproximarnos a la
dimensión teórico-metodológica que subyace al 16PF. Además he valorado el hecho de, que
aunque este autor no coincida en un primer momento completamente con otros autores en el
origen de los 4.000/4.500 adjetivos que utilizó Cattell, sin embargo, hace un planteamiento
claro, bastante exhaustivo y sistemático del proceso llevado a cabo por Cattell en la primera
fase de su investigación.
Para describir la segunda fase del proceso, seré más breve, y siguiendo a B. Sandín y P.
Chorot, (1990); M. Torres, (1994) y S. Karson y J. W. O’Dell, (1989) podemos decir que
primera fase, logró aislar 36 fuentes de rasgo o rasgos de superficie. Cattell añadió 10 más
Las 45 (otros autores postulan 46) categorías ya podían ser manejadas con los métodos
disponibles en aquella época, y fueron factorizadas. (S. Karson y J. W. O’Dell, 1989). Este
análisis factorial permitió identificar 15 factores más uno de inteligencia que se estimaron a
En una última fase, Cattell elaboró una serie de ítems que representaran a estos 16 factores,
denominaron de “A” a “Q” y al ir avanzando en el orden del alfabeto los factores disminuyen
Cabe mencionar, antes de pasar a otra cuestión, que los factores de primer orden
denominados “Q” son dimensiones que Cattell observó en los inventarios de papel y lápiz, no
aparecidas en el análisis del lenguaje, y que Cattell consideró oportuno incluirlas en el test.
A medida que se ha ido trabajando el cuestionario han resultado ser de una importancia
primordial.
Ahora, para concluir, vamos a tratar de analizar algunos de los factores, concretamente los
de Ansiedad y Extraversión (que son los más relevantes en las pruebas de personalidad) del
16PF, ya que no está en nuestro ánimo entrar a profundizar más en otros aspectos. De estos
factores vamos a tratar de encontrar posibles antecedentes teóricos y/o analizar los
diferentes tratamientos que le han dado Cattell y otros autores, siempre de un modo muy
breve.
Leyendo a P. Kline, (1985) a menudo nos ha sorprendido el hecho de que en los factores, e
del modelo psicométrico, busca y/o encuentra antecedentes provenientes del psicoanálisis o
Así podemos leer en su libro en un apartado sobre los trabajos de Cattell: “Cattell y Child
(1975) enumeran setenta y ocho índices que engloban medidas fisiológicas y variables tales
como un elevado nivel de información, la habilidad perceptual, una memoria mejor para el
material preferido y menor distracción... ...los resultados de factorizar esas pruebas han
arrojado cinco factores claros, de primer orden, que tratan del vigor de la actitud, y dos
Estos tres factores no son diferentes del ego, id y super-ego de la teoría psicoanalítica”.
Pero en otro punto nos dice: “En términos de nomenclatura, los factores primarios de Cattell
(pese a los problemas de su claridad factorial) parecen apoyar las hipótesis de Freud
concernientes a la dimensión de la mente (esto es, el id, el ego y el super-ego) dado que hay
tres factores con tal nombre: C, intensidad del ego; G, Super-ego; y Q4, tensión del id. Ahora
bien no debemos dejarnos confundir por esos nombres, dado que el propio Cattell estaba
relación a la teoría freudiana, puede decirse que surge un cierto grado de respaldo a partir
conceptualización de la actitud mental que queda subsumida en tres estructuras, id, ego y
super-ego no anda absolutamente fuera de lugar; aún así, está claro que las hipótesis
parecen obtenerse”. “En conclusión, pues, la evidencia a partir del análisis factorial de los
test mencionados, respalda las observaciones de Freud acerca de que cabe anotar los
diversos síndromes de personalidad; sin embargo, las afirmaciones que enlazan estos últimos
con el erotismo pregenital, de donde justamente se derivan sus nombres, no han quedado
Ahora vamos a analizar brevemente, como ya dijimos, los factores de segundo orden
Extraversión y Ansiedad, los cuales son claves en las distintas teorías de la personalidad.
La Extraversión
El primero de los factores de segundo orden (en el 16PF) es la dimensión tan conocida
Intraversión-Extraversión, identificada por Jung hace muchos años (S. Karson y J. W. O’Dell,
1989). Pero para Jung esta dimensión corresponde a una tipología, un individuo es
categorías, sin embargo en los trabajos de análisis factorial, como el desarrollado por Cattell
de una distribución normal. Para evitar éste y otro tipo de confusiones, Cattell prefirió utilizar
Basándonos en J. M. Tous (1986) hay modelos, como el que este autor propone, que se
cualquier modo la manera de tratar el factor de extraversión, como el resto de los factores,
fiable y replicable, Cattell, sin embargo, considera que semejante enfoque va a desperdiciar
información. (P. Kline, 1985). Concluye este autor diciendo que Cattell “prefiere extraer un
estructura simple, combinando los mismos para alcanzar factores más amplios”.
Ansiedad (o Neuroticismo)
Este factor de segundo orden frecuentemente resulta ser el primero en importancia entre las
dimensiones secundarias del 16PF, además de ser el índice principal de patología. (S.
Este factor es sin duda alguna una de las principales dimensiones en cualquier teoría de la
“emerge de la mayoría de los tests de personalidad donde entran en juego los factores, y
cabe poca duda de que buena parte de la varianza en el MMPI, un test orientado al criterio,
Los tests de Eysenck, como no, el de Guiltord y otros, amén de por medios indirectos, miden
Todos los factorialistas están de acuerdo en medir lo mismo cuando están midiendo este
rasgo. Aunque Eysenck prefiere hablar de neuroticismo porque tal es el rasgo que
Cattell considera, aunque no niegue este punto, que los neuróticos difieren de las personas
normales en otros factores, por tal motivo prefiere utilizar el término ansiedad por ser, para
(P. Kline, 1985): “No cabe duda de que en el terreno de lo temperamental, extraversión y
fácil llevar a cabo tan ingente trabajo. Los textos existentes se centran, fundamentalmente,
en analizar los aspectos metodológicos y de aplicación del 16PF, en analizar los resultados
algunos muy interesantes como el de S. Karson y J. W. O’Dell (1989). Pero ha sido harto
difícil hallar material, sobre todo en lengua española, que realizase un análisis conceptual
del trabajo de Cattell. Hemos encontrado algún texto en este sentido, como el de P. Kline
(1985), el cual no deja de tener un cierto interés, amén de metodológico, conceptual pero, de
cuestiones, y nunca ha estado tampoco en nuestro ánimo hacer un análisis ni mucho menos
exhaustivo. Llevar a cabo una revisión más profunda de los aspectos que hemos tratado de
esclarecer sería un arduo trabajo pero ni por ello menos interesante. Encontraríamos de gran
Por otro lado, advertimos que ni tan sólo existe acuerdo entre los diferentes autores en cosas
como los 4.000/4.500 conceptos de Cattell/Allport y Odbert, entre otras cuestiones, como en
primarios. Otro motivo no menos interesante de investigación sería desentrañar las causas de
A pesar de todo concluimos este trabajo con la idea de que detrás de toda elaboración
humana subyace una teoría latente. Aunque, a menudo, es tan difícil desentrañarla que, como
punto final, nos quedaríamos con la cita de R. I. Lanyon y L. D. Goodstein (1977): “En un
- Karson, S.; y O'Dell, J. W. (1989). 16PF. Guía para su uso clínico. Madrid: TEA
Ediciones.
Manual Moderno.
Barcelona: autora.