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CAPITULO I IDENTIDAD Y NARRATIVA

Por eso Bateson (1969), y la vida psíquica se puede entender como el resultado
de la organización individual de la experiencia relacional “la unidad de
supervivencia es el organismo en un ambiente”. Pero BAJTIN Y VYGOTSKY ya
coincidieron a la cultura como el medio natural de la existencia humana a través
del cual se constituye la conciencia. ACKERMAN (1958), para este la identidad,
referida a la dirección y contenido del “impulso” está asociada a la estabilidad,
entendida como organización y expresión del comportamiento en acción, y
consiste en la representación psíquica única que posee cualquier entidad humana
sea individuo, pareja o familia.

ETKIN SHVARSTEIN, (1989) atribuye una identidad de las organizaciones, un


metaconcepto que recoge todo lo que permite distinguir a cada una de estas como
singular y diferente de los demás, arrastrándola en sus cambios y no, digamos en
su eventual desaparición. Desde esta perspectiva la identidad se puede considerar
como el núcleo de la mente, el producto de la decantación de la experiencia donde
el ser permanece constante (Idem- Ente). Para E. H ERIKSON (1968) es una
instancia que no aparece en el yo individual hasta la quinta etapa del ciclo vital
que no es otra que la adolescencia en fase más avanzada implica déficit
psicológicos y morales.

El concepto de narrativa implica a la psicoterapia ha conocido una fusión


espectacular en los últimos años, principalmente de la mano de autores como
Carlos Sluzki (1992), o Michael White y David Epston (1990) Foucault (1966)
sobre la relación entre el relato y el poder y en las de Derrida (1987) a propósito
de los mecanismos de desconstrucción y constituye un importante desarrollo de la
corriente socioconstruccionista.

La identidad es el espacio donde el individuo se reconoce a sí mismo y como tal


e, extraordinariamente resistente al cambio, las narrativas sin embargo, resultan
ampliamente negociablemente, cuanto más armoniosa es la aceptación del sujeto
la identidad es más reducida y coherente y permite la diversidad narrativa es decir,
una buena contextualización de la experiencia y una propuesta relacional variada.
La narrativa individual se construye, pues en base a fantasmas que elaboran
imaginariamente la experiencia vivida en el dialogo del las ideologías sociales de
una encrucijada tan rica y compleja nacen múltiples narraciones que se ramifican
penetrando los diversos espacios relacionalmente significativos de la vida del
sujeto. La construcción de la identidad nace el misma encrucijada precedido al
surgimiento de la narrativa, la identidad está presente en cada narración aunque
es una proporción, cambiante de la que dependerá el equilibrio del conjunto.
Las narraciones tanto desde la narrativa como desde el núcleo de la identidad,
participan de su sustrato emocional común así como de uno mismo troquelado
epistemológicamente y de una verificación pragmática mutuamente
coherentemente, pero conservan también suficiente autonomía para poder
desarrollarse con cierta independencia. Otro concepto clave es una reflexión
psicoterapéutica sobre la expresión individual de la salud mental es la nutrición
emocional, la mencionada se produce cuando el individuo se siente reconocido,
valorado y querido.

La nutrición emocional es la responsable de la distribución de identidad y


narrativa y de sus respectivas proporciones tanto globales como en todas y cada
las narraciones, la nutrición emocional como proceso continuo de incorporación
por el individuo de anclajes afectivos con el ecosistema y con sus figuras
significativas comienza con la vida individual y dura lo que esta.

Sin tal dificultad se sitúa masiva y significante en la narración de la familia de


origen, es difícil que penetre en todas las demás tiñéndolas de tonos deficitarios,
incluso es posible que recurriendo, a un mecanismo próximo al de la novela
familiar freudiano, la narración de la familia de origen aparezca bloqueada y las
dificultades se trasladen a las otras narraciones

CAPITULO II LAS NARRACIONES FAMILIARES

Por otra parte las historias parentales que recogen, las vivencias de los padres en
relaciones con sus hijos, incluyen también conflictos y ambivalencias en parte
reflejo de las reverberaciones de un pasado filial y en parte del producto de una
interacción nueva sobre la cual ejerce igualmente su influjo la situación
comunicacional y organizativa de la pareja.

En otras ocasiones en las parejas establecidas sobre carencias emocionales


filiales pueden resultar frágiles y poco duraderas aunque no lleguen a incluir
síntomas en su dinámica de funcionamiento.

La intercomunicación de las narraciones familiares es tal como los cambios en


alguna de ellas puede generar trasformaciones espectaculares en las restantes.
Además puesto que las narrativas individuales convergen en la mitología familiar
es normal, que los cambios del individuo repercutan en la familia. La terapia
individual es un vehículo perfectamente adecuado para propiciar tales procesos y
a veces, las circunstancias las imponen como la más indicada. Sin embargo, la
terapia familiar que puede operar simultáneamente y coordinadamente sobre las
diversas narrativas individuales y sobre la mitología familiar posee una enorme
potencial generador de trasformaciones en esta.
INSTITUTO UNIVERSITARIO “CARL ROGERS”

FACULTAD DE PSICOLOGIA

MTRO. JOSE LUIS RAMIREZ VILLALBA

MARIA LUISA VAZQUEZ XICOTENCATL

TERPIA FAMILIAR IV

REPORTE DE LECTURA:

CAPITULO I IDENTIDAD Y NARRATIVA

CAPITULO II LAS NARRACIONES FAMILIARES

JUAN LUIS LINARES “IDENTIDAD Y NARRATIVA”

OCTAVO SEMESTRE “B”

12 DE ABRIL DE 2011

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