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Llama la atención el poco interés de los historiadores, pues fue un período crucial para
el futuro de Guayaquil y Ecuador entero; tampoco es falta de documentación, ya que
existen documentos regados por todo el mundo. He logrado ubicar un centenar de
cartas entre Olmedo y San Martín, Olmedo y Sucre, Olmedo y Bolívar, y de otras
autoridades de la época. La mayoría de las correspondientes de 1821 y 1822 no han
sido publicadas. La biblioteca Lilly de la Universidad de Indiana en Estados Unidos
tiene un repositorio completo de la Gran Colombia.
Durante los 18 meses que Olmedo estuvo al frente de los destinos de Guayaquil, tuvo
que enfrentar serios problemas al tratar de defender una región que no cumplía las
condiciones para valerse por sí misma: tenía pequeña población, estaba rodeada de
dos ex virreinatos con mayor capacidad económica, experiencia política y cuyos líderes
querían apoderarse del puerto más importante del Pacífico sudamericano, además
tener al enemigo español a pocos kilómetros de distancia hacia el este y corsarios al
oeste atacando todo barco para robarse la carga y dinero de quienes navegaban. En
tiempos de guerra, la debilidad más importante de Guayaquil era no haber experiencia
militar entre los ciudadanos; estos no tenían destreza militar para enfrentar a los
enemigos. Olmedo tuvo que nombrar a militares extranjeros con el objeto de liberar las
demás provincias y defender a Guayaquil. No siempre acertó en los nombramientos.
Todos estos frentes tuvo que encararlos con limitados recursos económicos.
Adicionalmente enfrentó la intriga entre guayaquileños, los cuales habían asumido
diferentes posturas sobre qué hacer con Guayaquil y la proveniente del personal militar
de Colombia y Perú que se establecieron en la ciudad desde los primeros meses de
1821.
La presidencia del Gobierno Provisorio tuvo que enfrentar la adversidad desde el mes
siguiente de la Independencia de Guayaquil, con la derrota de Huachi donde Aymerich
aniquiló a la División Protectora de Quito, creada por Olmedo para liberar a las demás
provincias. A causa de la falta de experiencia en administrar una región, a Olmedo se le
abrieron varios frentes, pero él supo rectificar y tomar decisiones duras y oportunas
para consolidar su autoridad. Entre las medidas tomadas estuvo el destituir a Gregorio
Escobedo, militar peruano que actuaba como jefe militar, quien aprovechándose del
cargo había actuado dañando la imagen de Olmedo y las libertades por las que él
luchaba. En carta a San Martín fechada el 22 de Noviembre de 1820, Olmedo le
explicaba lo sucedido:
“Me vi precisado, a los seis días, a hacer dimisión de un empleo que yo no podía
ejercer en beneficio de mi Patria; pues el oficial Escobedo no correspondió a la
confianza que se le hizo; y, reuniendo toda la autoridad, hacía extrañar los días
del antiguo despotismo. Previendo yo estos males, hice yo convocar, desde el
principio de mi gobierno, a todos los pueblos, para que, por medio de sus
diputados, eligiesen, en esta ciudad, el Gobierno que más les conviniese”.
31 de Enero de 1821
5 de Marzo de 1821
17 de Marzo de 1821
A Bolívar:
A Bolívar
“Es verdad que Méjico, Lima, el Realejo y Cádiz extraían cerca de cien mil
quintales de cacao; pero también lo es que las cosechas pudieron duplicarse,
y más, si las trabas, la enormidad de derechos, la mezquindad de los
principios económicos adoptados, y el espíritu colonial de que estaba poseído
el Gabinete español, no hubieran puesto obstáculos insuperables. Hemos
creído indispensable hacer a Vuestra Excelencia estas indicaciones, para que se
tengan presentes en cualesquiera de los tratados, que deben ser conformes a la
libertad de comercio con todos los pueblos amigos y neutrales, que hemos
proclamado en la Constitución provisoria de esta provincia”.
4 de Junio de 1821
A Sucre
29 de Abril de 1821
A San Martín
“Mientras que esperábamos con ansia los auxilios de V.E. apareció en esta ciudad el
Señor General Mires enviado del Gobierno de Colombia y hallando facilidad y
proporción de transportar a esta plaza tropas de aquella República entramos en un
convenio que se realizará a fines de Mayo…hemos participado a V.E. anteriormente
este plan y el número de tropas que ha de venir a este punto, y esperamos que habrá
hecho los últimos esfuerzos para que saliese la fragata de guerra que pedimos…”
13 de Junio de 1821
A Bolívar
“ No puedo ponderar a usted bien mi sentimiento, al ver que tantas fatigas y tantos
gastos para aprestar la expedición marítima que debía transportar las tropas no hayan
aprovechado a su comodidad y conducción; pues cuando ha tocado en las costas del
Chocó, ya habían salido en embarcaciones pequeñas y malas. De esto ha resultado lo
que necesariamente debía resultar: estropeo, fatigas, enfermedades…”
17 de Diciembre de 1821
Sucre
“Si Ortega detesta esta provincia, ¿para qué la busca? Si todos los guayaquileños son
unos pícaros, ¿por qué los quiere como conciudadanos? Si se jacta de que no
reconoce este Gobierno y de que, aunque se le mande, no ha de salir porque usted es
la única autoridad que sufre, ¿será justo que se le tolere para que difunda más semilla
de desunión, y vaya preparando una disolución que no tuvo efecto otra vez? Sí, amigo,
esto no tiene duda… Éste es, amigo, el punto de vista bajo el cual debe usted ver
este negocio, no los temores que en verdad nada valen. No sé cuáles sean los
españoles que acojamos y miremos con más consideración que a oficiales que han
combatido o quieren combatir por nuestra causa. ¿Quiere usted que, cuando en el
Perú y Colombia se están dando leyes benéficas y humanas, especialmente en la
última, sobre los españoles, nosotros adoptemos una conducta contraria, y sin
distinción arrojemos ancianos padres de grandes familias, cuando no nos han dado ni
sospechas de un mal comportamiento? No lo creo, pues usted nos ha dado siempre
pruebas de abrigar hermosos sentimientos. Por lo que hace a nosotros, le aseguro a
usted que se exagera más de lo justo, nuestra condescendencia en este punto, pues
por amor a la tranquilidad hemos separado hombres de bien, aun haciéndonos
insensibles al duelo y desolación de nuestras propias familias”.
29 de Abril de 1821
A Sucre
16 de Julio de 1821
“Las canoas grandes van llenas de los Dragones: en llegando usted dispondrá lo
que sea mejor. A esta hora ya estarán allí las balsas que salieron ayer con la
caballería. Usted estará impuesto por los inteligentes que a las dos horas de salir
de Samborondón pueden las embarcaciones llegar a la Boca de Baba,
hacienda de Baquerizo; y que desde este punto a Babahoyo hay camino de
tierra muy corto como de dos o tres horas. Me parece, pues, que sería bueno,
que en las balsas vayan hasta Boca de Baba caballos y caballeros, que allí
salten, monten y marchen a su destino. De este modo le quedan a usted
expeditas las canoas para conducir la tropa. Estas canoas pueden entrar por el
estero de Lagartos desembarcar en la hacienda de ese nombre que dista un
cuarto de hora de Babahoyo por tierra y ahorrar cuatro o cinco por el río; así
como desembarcando los Dragones en la hacienda de Boca de Baba y
navegando por tierra, ahorrarán ocho o diez horas de camino y quizá un día,
según esté el río de crecido y correntoso. En fin, usted con estas noticias y las
más que allí adquiera, y sobre todo según las circunstancias, que siempre dan
la ley, resolverá lo que convenga mejor. Van los 20000 cartuchos de operación y
los 10000 de instrucción, y demás municiones que usted pide”.
15 de Agosto de 1821
“Si el enemigo ataca sólo por Sabaneta, es preciso recibirlo como está usted
resuelto. Si la división de Cuenca viene por Naranjal, no es posible su pronta
reunión con la de Guaranda. El mismo movimiento indica que no intentan
reunirse, pues de venir a Naranjal, o de ir a Yaguache, van a decir 8 días de
marcha por caminos fragosísimos. Situados en Naranjal, sólo por el río pueden
invadir la Ciudad; y esto es difícil, imposible. Mingrot está hecho cargo de dos
cañoneras situadas en la boca del río de Naranjal y que rondan la costa. A pesar
de la circunstanciada relación de este último espía no puedo resolverme a creer
que el enemigo dirija toda su fuerza por Naranjal, porque de ese modo no se
unen. Si se unen, es forzoso retirarse antes de su reunión, y la retirada debe
ser por tierra, dirección de Babahoyo. Don Sebastián Baquerizo y el señor
Campos conocen ese terreno a palmos, saben los saltos y los ríos y los lugares
en donde y por donde se debe situar y transitar... Quizá según las noticias que
se tengan se encuentre la oportunidad de batir la división de Cuenca si viene a
Yaguache”.
“Haga usted que se dé orden a don José Garaycoa para que haga retirar cuanta
embarcación haya en los ríos de Caracol, Juana de Oro y Pueblo Viejo. Hace
días que dimos nosotros esa orden general a todos los pueblos de esa comarca
para que retirasen todo, luego que supiesen que se acercaba el enemigo. Esta
orden va a renovarse. Los mismos señores Campo y Baquerizo indicarán a
usted los medios y modos de retirar los ganados de esos campos; pues la
operación es dificultosísima. Hace dos días que salió una balsa para Yaguache
a recoger y traer todos los arroces que allí hubiere. En Samborondón
hacíamos un acopio para que se fuese proveyendo Babahoyo; ahora mismo va
orden para que venga a la Ciudad”.
“No sé qué decir a usted, pero creo que, preparado todo para la retirada, no
debe emprenderse hasta que no haya noticia segura de que los enemigos están
en Yaguache. Pero la suprema ley es salvar la división, pues en ella se salva la
provincia y se prepara la libertad de todo el Departamento. Repito que si la
retirada es inevitable, debe hacerse por Baba, y de allí a Daule: en este tránsito
hay posiciones ventajosísimas, y sobre todo se impide que el enemigo se
apodere de toda la provincia en el momento y sin embarazo”.
“La mayor parte de municiones está en el río. Una lancha costea por la boca
del río de Yaguache. Veo que nos cercan grandes atenciones; pero es poco
gloriosa una victoria sin peligros”.
Olmedo fue la fuente de información de San Martín, de lo que sucedía en los diferentes
frentes de batalla en Ecuador y Colombia. La mayoría de sus cartas, tienen
comentarios sobre los movimientos del enemigo, los éxitos y fracasos de las batallas.
A San Martín
29 de Abril de 1821
19 de Agosto de 1821
“El enemigo no pudiendo aún atacarnos en todo este mes de abril, parece
intenta hostilizar la provincia de Piura, sin duda con el deseo de aprovecharse
del Puerto de Paita para su correspondencia. V.E. verá si está en su poder
auxiliarla o atacar por Cuenca con mil o más hombres, mientras la otra
expedición ataque a Quito por Babahoyo”.
“Las tropas de Quito han ocupado a Babahoyo según se nos avisa en este
momento con más de mil hombres, la mayor parte de la caballería. Las tropas de
Cuenca han invadido la provincia de Yaguache con 800 hombres de infantería¨.
28 de Agosto de 1821
“El benemérito señor general Sucre abandonó la posición que ocupaba en Babahoyo
con intención de batir primero la columna de Cuenca, que era la esperanza y orgullo
de los enemigos; y fueron tales sus disposiciones, y tan bien concertados sus
movimientos, que logró encontrarla y derrotarla completamente en los campos de
Yaguachi. El adjunto boletín de operaciones impondrá a Vuestra Excelencia de este
glorioso triunfo, en que ha perdido el enemigo mil hombres de sus escogidas tropas,
resto la mayor parte de las que mandó Calzada… El general Sucre después de la
acción de Yaguachi, se dirigió por el río con toda su división a Babahoyo para cortar
la retirada a los enemigos”.
1 de Septiembre de 1821
“Conseguida esta victoria, el General marchó por el río a Babahoyo para cortar la
retirada a la división de Quito que, ignorante de la derrota, se avanzaba a Yaguache
para reunirse con la de Cuenca. Pero como retrocedió luego que tuvo la fatal noticia, no
ha sido posible embarazarle su retirada a Sabaneta, con lo cual evitó el encuentro y
aun tuvo el arrojo de mantenerse algún tiempo firme en su posición. El valiente
general Sucre le provocó muchas veces con diversos movimientos para que
emprendiese el ataque, pero el 26 del pasado se puso en una retirada vergonzosa y
tan precipitada como de una derrota, dejando parte de sus bagajes, municiones y
armas y un crecido número de dispersos que se presentan cada momento a la
caballería que los persiguió”.
Conociendo Olmedo que necesitaba de los dirigentes militares para liberar las otras
provincias y proteger a la suya, no dudo en elogiarlos y tratarlos bien para ganarse su
aprecio.
Al Coronel Luzuriaga:
18 de Diciembre de 1820
“No hay persona que venga de ese pueblo que no hable de los milagros de
usted con el tono con que los predicadores hablan del milagro de los cinco
panes. Usted con las miajas de una división dispersa y derrotada está cubriendo
la provincia, y conteniendo el movimiento de los enemigos: y este importante
servicio merece... lo que merece. Hacemos los mayores esfuerzos por remitir
a usted siempre lo que pide y necesita…”
3 de enero de 1821
17 de Marzo de 1821
A Sucre
4 de Junio de 1821
“Ya estará usted contento rodeado de sus compañeros de armas. ¡Vaya!, que
usted y ellos han hecho una navegación como la de Ulises. Probablemente no
encontrará usted una Circe en esos pueblos”.
14 de agosto de 1821
“¡Qué sereno está usted! Éste es para mí el más seguro presagio de la victoria”.
19 de Agosto de 1821
15 de Septiembre
“Pensar que los pueblos puedan reconquistar su libertad sólo con triunfos y sin
hacer grandes sacrificios es un delirio, desmentido en cada página de la
historia”.
Olmedo conoció el fracaso pero jamás se dejó vencer por él; frente a la más dura
derrota, mostró espíritu optimista y elevó la moral de sus subalternos.
A Sucre
15 de Septiembre de 1821
“El Gobierno está dispuesto a hacer todos los esfuerzos y todos los sacrificios por
salvar la patria. En esta virtud no dude usted un momento de que se allanarán todos los
inconvenientes para reponernos, que estén en nuestro poder”.
17 de Septiembre de 1821
“La hermosa perspectiva que presentaba la provincia cuando dirigimos a V.E. las
últimas comunicaciones después de la victoria de Yaguachi, se ha mudado
repentinamente por una de las vicisitudes de la guerra. Acabamos de recibir
parte del General Sucre en que nos anuncia la total derrota de su división el día
12 del presente en las llanuras de Ambato, de donde el mismo escapó herido.
29 de Septiembre de 1821
17 de Marzo de 1821
14 de Abril de 1821
A Simón Bolívar
“Pero a pesar de esta situación no desmayamos; antes bien nos son dulces
todos los sacrificios, y hemos ofrecido prestar a las tropas de Colombia que
obren por esta parte contra Quito, las provisiones de boca que necesiten
mientras se sitúan en el país que deben libertar”.
27 de Febrero de 1821
14 de Abril de 1821
A Bolívar
A Sucre
“Usted sabe nuestra situación; la estagnación del comercio nos inhabilita aun para los
gastos ordinarios; para los extraordinarios hacemos esfuerzos continuos acudiendo a
empréstitos y donativos” (4 de Junio de 1821).
6 de Julio de 1821
“El teniente de Albión Jorge Noyes ha estado enfermo y se cura en casa de una
parienta mía. Está mejor: pide algún sueldo; diga usted lo que se debe hacer, y si debe
seguir luego que esté restablecido”.
9 de Julio de 1821
“Por comisaría deben pagarse los gastos de espías y los extraordinarios con orden de
usted”.
“Desde antes de ayer salió el oficial Pellicer con dos mil pesos para Babahoyo y con
encargo de recibir otros dos mil de aquel Ayuntamiento”.
16 de Julio de 1821
“Van los 20000 cartuchos de operación y los 10000 de instrucción, y demás municiones
que usted pide”.
12 al 14 de Agosto de 1821
Con esta marea van 44 mulas que mandamos traer de Balao; de Yaguachi sé que
fueron 14. Hemos comprado la bayeta para fresadas. En primera ocasión irán con
algún dinero.
15 de Agosto de 1821
16 de Agosto de 1821
Ayuntamiento de Guayaquil
“Los enemigos están sobre nuestras fronteras y el Gobierno está tomando todas las
providencias que exigen las circunstancias. El movimiento que ha hecho nuestra
división sobre Yaguache, abandonando Babahoyo, debe entrar en el plan militar que
se habrá propuesto el General en Jefe; pero esta situación exige en la Ciudad
disposiciones y medidas activas. Para este efecto, y hallándose exhausto el erario, es
indispensable que se abra un empréstito extraordinario de cincuenta mil pesos que
deben estar colectados dentro de cinco días, y cuya distribución deberá hacerla el
Ayuntamiento, a cuya disposición estarán todos los recursos del Gobierno y del brazo
militar para la realización de este indispensable servicio”.
29 de Septiembre de 1821
“La Goleta Estrella construida en este astillero para el servicio de esa escuadra sale
mañana de este puerto mandada por el Teniente Bell. Este oficial ha hecho servicios
importantes a este Gobierno en el apresamiento de las cañoneras sublevadas y
persecución de los traidores, y no puede dejar de recomendarlo a V.E. ya que no
puede por sí recompensar sus buenos servicios¨.
A San Martín
14 de Julio de 1821
18 de Julio de 1821
Sucre
“El oficial ayudante del amigo Morales que sale dentro de horas, llevará mil pesos y
la quina. Repito que el botiquín que existe en Samborondón fue provisto
bastantemente y es preciso que se pidan los artículos que no tengan y sean precisos”.
29 de Septiembre de 1821
“La Goleta Estrella construida en este astillero para el servicio de esa escuadra sale
mañana de este puerto mandada por el Teniente Bell. Este oficial ha hecho servicios
importantes a este Gobierno en el apresamiento de las cañoneras sublevadas y
persecución de los traidores, y no puede dejar de recomendarlo a V.E. ya que no
puede por sí recompensar sus buenos servicios¨.
Olmedo aprovechó de diferentes medios para motivar a los soldados, resaltar sus
méritos y agradecerles por su trabajo pro de la libertad del resto de Ecuador, como se
aprecia en una comunicación enviada al capitán Antonio Farfán:
“El Patriótico Ayuntamiento de esta Ciudad desde los primeros días de nuestra feliz
transformación decretó diez medallas de oro para distinguir a los que más se hubiesen
señalado en promover y realizar la independencia de este Pueblo, dejando al arbitrio
del Gobierno conferir a los beneméritos esta pequeña pero honrosa muestra con que
Guayaquil desea premiar a sus Libertadores. Y siendo usted uno de los que más se
distinguieron en tan memorable acontecimiento, el Gobierno con la mayor satisfacción
concede a usted una de esas medallas en reconocimiento de tan importante servicio a
la Patria, y en memoria de la gratitud pública”.
A través de las numerosas cartas de Olmedo, se puede uno dar cuenta de que, a pesar
de no haber buscado el cargo, fue un hábil estadista y supo conducir a la Provincia de
Guayaquil por el camino correcto. Demostró ser amante de las libertades; los
desencuentros con Bolívar, Sucre y luego Flores fueron por defenderlas y criticar su
actitud autoritaria. Él conocía sus limitaciones y las hizo públicas en una carta a Sucre
fechada el 18 de Octubre de 1821: “Yo no he nacido para este puesto: el retiro, la
soledad y la comunicación con las musas eran convenientes a mi genio y
carácter; mandar, regir, moderar un pueblo y en revolución no es para mis fuerzas
intelectuales y físicas personaje de muchas facetas”. El Olmedo descrito por nuestros
historiadores, no es el Olmedo de sus cartas, al final tuvo que ceder, no por ser débil,
sino por práctico, se encontraba en desventaja frente a Bolívar.