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CALISTO
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dama de aquella época, en que estaba apartada de toda la vida social. Calisto, por otro
lado, es perfectamente descripto, dibujado, hermoso, pulcramente vestido. Constantemente
nos da muestras de su poca voluntad y de estar dominado por su pasión. Calisto pasa del
papel de enamorado débil al de enamorado cínico, desprovisto de cualquier dignidad, y
este proceso acabará con su muerte, con lo cual el mensaje del autor aparece claramente
MªRosa Lida (1) añade otras notas muy acertadas al carácter de Calisto:
egoísmo que condiciona su concepción de la realidad, su juicio ético y su conducta social.
En cuanto se enamora, Calisto pierde conciencia del tiempo y de la realidad cotidiana,
olvida la moral y se desentiende de familia y sociedad; el egoísmo de su amor le hace
desentenderse de todo lo demás. Otras características de Calixto son su pesimismo, la falta
de confianza en sí mismo que le hace abandonarse a Celestina y justificarse ante los
criados, la exaltación repentina. Calixto y Melibea han sido comparados repetidamente con
otras parejas famosas de la literatura, como con Romeo y mi Julieta.
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amplio, no sólo Calisto y Melibea giran en torno al amor, sino que todos los personajes
están dentro de su órbita.
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Y así, desde la perspectiva pesimista que impregna toda la obra, el
personaje, dominado por sus pasiones —lujuria o codicia—, va a sufrir las
consecuencias e incluso la muerte. Como enamorado, embobado en su amor,
encuentra la muerte, culpable es el azar, además es irónico, pues sucede cuando sale
por una vez de su ensimismamiento y trata de actuar como un caballero en ayuda de
sus criados.
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ANÁLISIS DE LOS DICHOS DE CALISTO
ACTO PRIMERO
En este acto Calisto entra en escena con un halcón; animal se utilizaba para cazar, y
lo interpretamos como una personificación, de sus intenciones con Melibea. Empieza
hablar con ella, en ese lugar que el cree conveniente, pues en ese huerto están ocultos de la
mirada indiscreta de los demás. El nivel de su conversación es elevado, lo que concuerda
con su rango y con la situación en que se encuentra. Utiliza algunos latinismos, lo que da
un aire culto a su conversación, al tiempo que contrasta con lo bajo de sus intenciones.
En esta primera intervención de Calisto, el autor ya nos está diciendo que algo
trágico le va suceder.
Luego entra en escena Sempronio, y el autor en el diálogo de Calisto nos ubica
espacialmente, pues no hay que olvidar que esta obra no fue escrita para ser representada,
sino leída, entonces es necesaria esta ubicación. En este diálogo, el vocabulario de Calisto
cambia, surgen las maldiciones y las ofensas.
“... el qual en grado incomparablemente a la penosa e desastrada muerte, que
espero, traspassa. ... En este pasaje es interesante ver la forma en que el autor colocó la
pausa, para darle un doble sentido a la frase, este es un ejemplo de la ironía que está
presente a lo largo de la obra, pues el personaje sin saber está diciendo lo que en verdad
le ocurrirá. Nombra a personajes de la antigüedad griega, lo que demuestra su erudición,
fruto de su origen.
Durante el diálogo con Sempronio, Calisto se muestra bajo los efectos de su
enamoramiento, que lo enferma y lo hace sufrir. Pero Sempronio trata de hacerle ver la
realidad y le hace ver lo tonto de sus dichos. Incluso utiliza la ironía cuando compara la
las intenciones de Calisto con los pecados de Sodoma, pues aquellos pecaron con los
ángeles y quiere pecar con su dios (Melibea). (2) La risa de Calisto, no hace más que
develar al lector lo que realmente él está sintiendo.
El hecho a resaltar es que no solo comparara a Melibea con Dios, sino que la coloca
en un sitio por encima de este. Esto constituye, como se lo dice Sempronio, una herejía.
Pero todas sus artimañas no dan resultado pues, ella se ha enojado y lo desprecia.
En el diálogo de Calisto con Sempronio se ha realizado una evolución en la forma de
pensar del enamorado. Partimos de una postura muy romántica, y de cierta forma
pesimista, luego con la intervención de su siervo, quien le dice unos cuantos consejos
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sobre las mujeres, Calisto va mostrando lentamente sus intenciones. Melibea ya no es la
figura celestial sino que es una mujer con ... “el pecho alto; la redondez e forma de las
pequeñas tetas, ¿quién te la podría figurar? ¡Que se despereza el hombre quando las
mira! .... Incluso desea que Melibea sienta la misma atracción carnal, que el
experimenta por ella.
Cuando su siervo sugiere que existe un método para lograr este objetivo, él se
interesa inmediatamente en el asunto y sin saber cual es el mismo, ofrece una paga
importante por que se lleve a cabo y se pone impaciente.
En el primer encuentro con Celestina, pese haber sido advertido por Pármeno de
las “virtudes” de Celestina, este se torna totalmente sumiso, y pone su vida en sus
manos, para crear un sentimiento de compromiso. Primero acude al corazón de
Celestina, pero ella solamente quiere su dinero.
ACTO SEGUNDO
ACTO ONCE
Como siempre vemos a Calisto, secundado por sus siervos, y siempre preguntando y
pidiendo un consejo. Por otro el autor creó todo un ambiente de complicidad por el horario
en que irá realizar la entrevista. Luego que Melibea le responde y lo reprocha vemos en la
palabras de Calisto, que está lleno de temor, pues se hace muchas preguntas.
Ante las tontas excusas de Melibea, Calisto ofrece soluciones también tontas, pues
creo que no haya entendido el mensaje, cuando ella nombra las puertas, seguramente no
son puertas físicas.
CALISTO. -¡O mi señora e mi bien todo! ¿Por qué llamas yerro aquello, que por los
sanctos de Dios me fue concedido?
Trata de convencer a Melibea de sus honrados y casi santos intereses, vemos aquí
como Calisto cree en Dios cuando le conviene y frente a quien esté.
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ACTO TRECE
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infantiles, como no salir más de su casa, o darse por loco. También vemos como se quita
de encima la responsabilidad de los bajos tratos conformados con Celestina, es como si
tratara de hacerse el desentendido. Justifica su muerte, pues según él, ellos sabían lo que
estaban tramando. Le da una cierta lógica a la muerte de los tres, es como un castigo,
castigo que caerá sobre él también. Todo esto lo hace porque ya ha conseguido lo que
quería, no necesitaba más de ellos, y había cumplido su misión.
Por último justifica su actuar mediante la figura de Ulises y su acción, pero no
debemos olvidar que Ulises amaba realmente a su mujer, y Calisto solamente desea los
deleites corporales.
Aquí también está presente la ironía, cuando dice que según el proverbio de las
alturas grandes caídas se dan, esto es aplicable tanto a la caída de sus siervos, pero también
los para el lector que sabe que su muerte será por una caída.
Vemos lo trágico, en el hecho de que nombra que llevarán las escalas, y desde éstas
caerá hacia la muerte.
ACTO DIECINUEVE
CALISTO. -Señora, el que quiere comer el aue, quita primero las plumas.
CALISTO. -No ay otra colación para mí, sino tener tu cuerpo e belleza en mi poder.
Comer e beuer, donde quiera se da por dinero, en cada tiempo se puede
auer e qualquiera lo puede alcançar; pero lo no vendible, lo que en toda la
tierra no ay ygual que en este huerto, ¿cómo mandas que se me passe
ningún momento que no goze?
CALISTO. -Jamás querría, señora, que amaneciesse, según la gloria e descanso que mi
sentido recibe de la noble conuersación de tus delicados miembros.
Quise transcribir éstos tres diálogos de Calisto pues creo que en ellos se resume
concepto de amor que el personaje tenía, o por lo menos del amor que sentía por
Melibea. Usa en el primero una imagen muy clara, la de comer, y no de comer un
animal cualquiera, es un ave. Por lo tanto indefensa, le estará privando de su libertad,
pero primeramente de sus plumas, y ello implica un dolor muy fuerte, dolor que vendrá
después con la muerte de Calisto.
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En el segundo también, claramente están dichas sus intenciones y lo único que
pretende de ella. El sabor no está en ella, sino en lo prohibido, en el alcanzar lo
prohibido.
Finalmente en el tercero, el autor nos describe la serie de caricias que espera el
personaje, pues nos habla de la “conversación” de los miembros, particularmente me
pareció hermosa y oportuna la utilización de esta palabra.
Pero el gozo no es perfecto, pues vemos la ironía de la escena, Calisto pide que
nunca amanezca, y efectivamente esto no ocurrirá para Calisto.
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CONCLUSIÓN
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BIBLIOGRAFÍA
Lida de Makiel, Maria Rosa - Dos obras maestras españolas: El Libro de Buen Amor y La
Celestina – Editorial EUDEBA – 1966
Cejador, Julio Versión de La Celestina Edición Vigo 1900, prologada por,
NOTA:
(1) Lida de Makiel, Maria Rosa Dos obras maestras españolas: El Libro de Buen Amor
y La Celestina – Editorial EUDEBA – 1966
(2) Cejador, Julio Notas de La Celestina
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