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7 de junio 2011

El hambre es un crimen

Semana de lucha por los chicos y las chicas

Documento:

Las personas abajo firmantes somos integrantes de organizaciones sociales,


gremiales, políticas, de Derechos Humanos, Colegios Profesionales,
comprometidas/os, ocupados/as y preocupados/as en impulsar el debate sobre
políticas públicas concretas para la niñez y la juventud, y su inclusión en la agenda del
Estado dentro del marco de la ley 13.298.

Venimos denunciando la ausencia de políticas de Estado efectivas que lleva a la


sistemática vulneración de derechos. Esto es encubierto por un imaginario que asume
como natural el incumplimiento de las leyes y estigmatiza a los niños, niñas y jóvenes
como sujetos potenciales de conductas peligrosas. De esto hay responsables, y son
los gobiernos, que orientan sus políticas en respuesta a las demandas de los sectores
dominantes y no de las necesidades reales del pueblo.

A 4 años de la sanción de la ley provincial 13.298 del Sistema de Promoción y


Protección de los Derechos de la Niñez todavía nos encontramos exigiendo su plena
implementación. Al día de hoy la ineficacia del Ministerio de Desarrollo Social de la
provincia, autoridad de aplicación en la implementación de la ley, está dando como
resultado que se sostenga en el tiempo la situación de debilidad de los sectores más
desprotegidos. El presupuesto total de la provincia de Buenos Aires en el año 2011 es
de 83 mil 318 millones 934 mil 733 pesos, de ese total se destinan al Ministerio de
Seguridad y Justicia social el 10% mientras que sólo el 3,7% es destinado al Ministerio
de Desarrollo social. Es decir, se destina tres veces más del presupuesto a Seguridad
que a Desarrollo Social.

En la ciudad de La Plata, el Intendente Pablo Bruera, luego de haber adherido a la ley,


ha mostrado una vergonzante ausencia de voluntad política para que el sistema de
promoción y protección de derechos funcione eficientemente. No ha realizado las
acciones correspondientes para destinar los fondos necesarios para el pleno
funcionamiento de los servicios locales. Tenemos hoy profesionales contratados en
situaciones de alta precarización laboral. Además se imposibilita el acceso de las
personas a estos servicios a causa del desconocimiento generalizado sobre su
existencia y funciones. Por otra parte, el intendente Bruera ha puesto en el límite de la
desaparición a los hogares de la ciudad que día a día cuidan a cientos de niños, niñas
y jóvenes.

En este marco se observa entonces, que no es posible avanzar en la implementación


de políticas inclusivas para la niñez y la juventud sin desarticular la complicidad que
existe entre el gobernador Daniel Scioli y el Intendente de la ciudad de la Plata. Las
políticas de descentralización, y por lo tanto de vaciamiento, que en los ‘90 atentaron
contra el sistema educativo y de salud, hoy afectan a las políticas de niñez,
posibilitando el desvío de fondos a los municipios que engrosan las cajas del
clientelismo político y abandonan con hambre a miles de niños, niñas y jóvenes.
Reivindicamos la aplicación de programas dentro de la ley de promoción y protección,
que tiendan a un proceso de real transformación. Pero además debemos cuestionar el
modo en que estos programas son llevados a cabo, dado que la falta de coordinación
entre las diferentes esferas del Estado lleva a ejercer violencias sobre los niños, niñas
y jóvenes como lo son la sobre intervención y la re victimización.

A la vez desde los medios de comunicación se difunde un discurso que se pretende


dominante. Se pone el énfasis en la conducta de los jóvenes y lo que “le hacen” a la
sociedad. Pero se ocultan sistemáticamente los padecimientos que sufren los y las
jóvenes, sus condiciones de vida y las marcas de la marginalidad a la que son
condenados y condenadas.

Es preocupante cómo a Nivel Nacional se continúan promoviendo proyectos punitivos


como la baja de la edad de imputabilidad. En la provincia el Gobernador Scioli es un
ferviente promotor de la mano dura. Esto lo ratifica con la implementación de las
Patrullas Juveniles en nuestra ciudad, destinadas a reprimir la reunión de jóvenes
intentado “suavizar” ante la opinión pública el accionar policial. De este modo el
gobernador refuerza la criminalización de la niñez y juventud creyendo que con más
cárceles se soluciona la inseguridad. Nos preguntamos si conoce la situación
alarmante de los institutos de menores de la provincia. En estos lugares la tortura es
una práctica sistemática ratificada por las inspecciones realizadas por el Comité
Contra la Tortura, ¿es este el trato que le queremos dar a los niños, niñas y jóvenes?

El delito es liderado y protagonizado mayoritariamente por las personas adultas.


Necesitamos, urgentemente, medidas contra el narcotráfico, la trata de personas, el
tráfico de armas y los desarmaderos. Negocios millonarios que atentan contra la
integridad física de toda la ciudadanía y que solamente son posibles gracias a la
complicidad de poderes políticos, empresariales, judiciales y policiales.

Un conflicto social no se desarticula atacando al eslabón más débil. La gran mayoría


de los niños, niñas o jóvenes que cometen un delito poseen historias de vidas
marcadas por la vulneración de sus derechos. Es hipócrita reconocer rápidamente a
un pibe como victimario, y al mismo tiempo, desconocer la responsabilidad de una
sociedad que lo victimiza.

Contrariamente a lo que nuestra legislación establece tenemos jóvenes condenados a


cadena perpetúa. El 19 de mayo venció otra vez el plazo que la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos había dado al Estado para resolver la situación
de estos jóvenes, investigar las torturas que sufrieron, y la muerte de Ricardo David
Videla Fernández, e indemnizarlos como víctimas de una violación de derechos
humanos. Si el Estado no responde, ni resuelve, el caso va a la Corte Interamericana
de Derechos Humanos.

Nos manifestamos en contra de la baja de la edad de imputabilidad porque no es


cierto que sea el único modo de asegurar los derechos y garantías de los
adolescentes de 14 y 15 años que ya han sido contempladas con la incorporación a
nuestra Constitución de la Convención de los Derechos de la Niñez. No se trata de
sancionar más leyes sino de cumplir las que ya existen, porque decir que el único
modo en que una persona acceda a las garantías constitucionales es introducirlo en el
sistema penal es por lo menos una falacia. Las garantías las tenemos todas las
personas independientemente de las edades, el problema es que muchas veces no se
cumplen ni se respetan. Es responsabilidad de las y los jueces aplicar las leyes, y
velar porque todas las garantías de todas y todos los ciudadanos, se cumplan
conforme la ley.

Hoy estamos en esta plaza para gritar una vez más que el hambre es un crimen.

Los chicos y chicas de la provincia tienen hambre de educación, necesitamos escuelas


inclusivas, con enseñanza de calidad y capacitación para los niveles superiores en el
marco de la ley que se comprometan y garanticen la Inclusión, no basta con equipos
de Inclusión ,si los Inspectores y jefes Distritales de las distintos niveles y modalidades
no abren posibilidades que sostengan al joven o a la niña o niño escolarizado, los
lineamientos para la inclusión de jóvenes en la secundaria no son claros, dando como
resultados de cientos de ellos y ellas queden fuera del sistema educativo.

Los chicos y chicas de la provincia tienen hambre de una salud de calidad. Existe un
elevado porcentaje de niños y niñas sin cobertura de salud en la ciudad de La Plata
(40%) esto hace que reciban una atención médica deficitaria con esperas de hasta tres
meses para ser atendidos, sin medicación, sin prevención, sin seguimiento. Es
particularmente delicada la situación de aquellos afectados por el VIH/SIDA debido a
que no se han desarrollado medicinas específicas para la niñez y deben recibir el
mismo tratamiento que se da a la población adulta. Los niños y niñas necesitan
medicación pediátrica gratuita y de forma masiva para tener sus propios espacios, en
conjunto con la alimentación para que la adherencia sea plena. Además es
imprescindible la realización de testeos para poder saber cuántos conviven con el
virus.

Si lo que se les da a los niños, niñas y jóvenes solamente es hambre, entonces se


está cometiendo un crimen. Si este Estado no garantiza, a todos y todas, el
cumplimiento de sus derechos y establece leyes punitivas y de castigo, entonces está
criminalizando a las víctimas de sus propios crímenes. Estos son los chicos, chicas y
jóvenes que nacieron durante el auge del menemismo, con padres sin trabajo y en
medio del quiebre sistemático de la educación y la salud pública que expresan sus
efectos y continuidades en la actualidad.

Mientras continuemos teniendo a este Ministro de Seguridad, Ricardo Casal, que


dirige a esta policía bonaerense patrullando nuestras calles y barrios, reclutando
jóvenes, niños y niñas para el robo, ejerciendo la pena de muerte a través del gatillo
fácil como hicieron con Darian Balzábal en Los Hornos, desapareciendo a jóvenes
como Luciano Arruga, torturando en las comisarías, amenazando e incumpliendo las
órdenes judiciales de protección de la niñez, es imposible hablar de seguridad en la
provincia y es imposible hablar de Estado de derecho.

La única solución a la violencia urbana es el achicamiento de la brecha de desigualdad


social y una real distribución de la riqueza. Es imperioso garantizar el acceso universal
a la alimentación, la salud y la educación, derechos básicos de cualquier sociedad
democrática. La Asignación Universal por Hijo es una lucha histórica que venimos
sosteniendo desde el campo popular, pero es necesario profundizarla, garantizando su
real universalización y reglamentación legislativa, para que los fondos partan de un
presupuesto destinado por el Congreso Nacional. Sin estos puntos la Asignación
Universal por Hijo resulta insuficiente. Además exigimos un plan de documentación
provincial que posibilite el derecho a la identidad y el acceso a la Asignación Universal
por Hijo, teniendo en cuenta la precaria situación a la que son condenados centenares
de familias inmigrantes en la provincia.

Compartimos la convicción de que la manera de enfrentar los problemas sociales que


sufrimos cotidianamente es mediante la organización y la construcción colectiva. Es
nuestro aporte por una sociedad sin excluidos ni excluidas, sin explotados ni
explotadas, sin hambreados ni hambreadas. Debemos dar el sincero debate sobre la
corresponsabilidad de los distintos actores políticos que por acción u omisión permiten
que la ley de Promoción Y Protección no se instale.

Necesitamos políticas que promuevan la vida digna de estos miles de niños, niñas,
jóvenes y sus familias. Sólo promoviendo sus derechos podemos construir alternativas
de vida, sin violencia y sin privaciones. Hablar de derechos de los niños, niñas y
jóvenes es referirnos a promover su autonomía y brindarles el cuidado que necesitan.
El castigo no educa. No podemos permitir que se profundice la brecha entre aquellos
niños, niñas y jóvenes que poseen oportunidades y posibilidades de desarrollo y
aquellos sólo pueden aspirar a ser víctimas de todo abuso.

Por eso decimos:

No a la baja de edad de imputabilidad

Plena implementación de la ley 13 298

Sanción de la ley que garantice la Asignación Universal por Hijo

Acceso universal al DNI

Políticas de inclusión escolar

Medicamentos pediátricos para enfermos de HIV/SIDA

Aparición con vida de Luciano Arruga

Basta de gatillo fácil y corrupción policial

Por la plena vigencia de los derechos humanos en las instituciones de encierro

Ningúna piba ni pibe nace chorro.

Las chicas y chicos no somos peligrosos, estamos en peligro.

El hambre es un crimen

Firmas:

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