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Guía para

Ejemplar de cortesía
la educadora

Yolanda Carrillo Vázquez


Leticia T. Varela Ruiz

9 789702 901914
Santillana
Guía para
la educadora

Santillana
Preescolar
Caligrafía artística 4. Guía para la educadora fue elaborado en Editorial Santillana con la dirección
de Antonio Moreno Paniagua por el siguiente equipo:

Textos: Yolanda Carrillo Vázquez y Leticia T. Varela Ruiz.


Edición: Marcela Azpeitia Conde.
Asistente editorial: Patricia Eva Tlapanco Pedraza.
Corrección de estilo: Pablo Mijares Muñoz y Jacqueline Brieño Álvarez.
Coordinación de arte: Francisco Rivera Rodríguez.
Coordinación de autoedición: Óscar Tapia Márquez.
Diseño de portada e interiores: Humberto Ayala Santiago y Carlos Arturo Vela Turcott.
Diagramación: Gabriela Rodríguez Cruz.
Digitalización y retoque: José Perales Neria, Gerardo Hernández Ortiz y Arturo Linares Suárez.
Fotomecánica electrónica: Gabriel Miranda Barrón, Benito Sayago Luna y Manuel Zea Atenco.

D.R. © 2003 por EDITORIAL SANTILLANA, S.A. DE C.V.


Av. Universidad 767
03100 México, D.F.

ISBN: 970-29-0191-X
Primera edición: junio de 2003

Miembro de la Cámara Nacional de la


Industria Editorial Mexicana. Reg. Núm. 802

Impreso en México
Presentación
La idea general de esta obra es considerar los trabajos de los niños y niñas de cuatro años
como creaciones de arte pictórico y no como planas o aburridos ejercicios académicos. Los
ejercicios preparatorios para abordar cada tipo de trabajo –trazos, letras, figuras geométri-
cas– representan ensayos necesarios para culminar en una verdadera “obra de arte”.

Las actividades del libro Caligrafía artística 4 son un medio de integración, comunica-
ción y aprendizaje para los educandos, que establece hábitos de organización interna y
actitudes positivas. De esta manera se orienta el interés del niño hacia una actividad placen-
tera, y se justifica la práctica de ejercicios que lo preparen para la escritura. Las habilidades
que este cuaderno pretende propiciar facilitan al preescolar el acceso a la lectoescritura y, en
general, al trabajo ligado a la sensibilidad y la emoción.

La manipulación de los materiales diversos que aquí se proponen –lápiz de grafito Hb, lápi-
ces de colores, crayolas, gis compacto y pulverizado, pegamento con diamantina y pintura lí-
quida– permite renovar el interés del niño en la tarea diaria. Asimismo lo conduce poco a
poco a un dominio de la forma, del movimiento y de la expresión personal. Se establece así
un patrón circular de satisfacción-gozo-maduración-aprendizaje, que perdurará en etapas
posteriores y marcará la actitud del niño ante la vida.

La metodología propuesta en Caligrafía artística 4 tiene por objeto que el niño y la niña
experimenten conscientemente la percepción sensorial asociada con una actividad agrada-
ble, y que los estímulos se dirijan a todas las áreas cerebrales porque éstas son condiciones
propias de la actividad artística que suelen estimular el deseo de aprender.

La asociación de la música con la caligrafía artística, como aquí se propone, obedece a varias
razones. El concepto amplio de arte engloba diversas formas de expresión, que el niño debe
relacionar desde sus primeras experiencias. En el caso especial de la música, podemos hablar
de una disciplina especialmente armonizadora. Esta integración propicia un mayor desarro-
llo de las capacidades de atención y concentración del niño, a la vez que estimula su creativi-
dad, su estructuración mental y su equilibrio emocional.

Caligrafía artística 4 contiene un disco compacto con música elegida para optimizar los
procesos de aprendizaje, estimulación neurológica y para mejorar las habilidades de escu-
char y comunicar mediante el movimiento y la audición.

Particularmente, la música seleccionada para el cuaderno Caligrafía artística 4 procede del


acervo cultural mexicano de principios del siglo XX y del folclor latinoamericano. La variedad
de timbres instrumentales y ritmos poco difundidos en los medios de comunicación amplía la
información cultural de los niños y aporta elementos de identificación hispanoamericana.

Como se trata de la continuación de un proceso ya iniciado en el cuaderno anterior, no es ne-


cesario evocar estadios de vida previos, sino enfocarse a lograr paulatinamente el control de
movimientos cada vez más finos y precisos. Es por esto que la música que acompaña a esta
obra pretende mover el cuerpo, mientras el cuaderno propone las actividades concretas en
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las que se aplicará el movimiento.

Tenemos la seguridad de que la aplicación del libro y disco compacto Caligrafía artística 4
enriquecerá los aprendizajes de los niños y las niñas de cuatro años de edad y ayudará a
desarrollar sus habilidades motrices, auditivas y comunicativas.

Las autoras.
Fundamentos teóricos
Nuestra propuesta de Caligrafía artística constituye un concepto y un método nuevos, surgi-
dos de nuestra experiencia docente y de investigación en la Escuela de Disciplinas Musicales
(Edimus), de Hermosillo, Sonora.

La investigación bibliográfica nos condujo inicialmente a los trabajos de los pedagogos


musicales del siglo XX y a afiliarnos a los principios de algunos de ellos como Emile Jaques-Dalcroze,
Carl Orff, Zoltán Kodált y Edgar Willems, entre otros. También aplicamos parte de sus pro-
puestas metodológicas con estudiantes de todas las edades.

A esto sumamos un intento de comprender los procesos de aprendizaje del ser humano en
general y la influencia que ejerce en él el medio ambiente, la lengua y la cultura. En esta em-
presa fueron de valor inestimable los estudios realizados desde los años 40 por el otorrino
francés Alfred A. Tomatis, en torno al oído y su participación, no sólo en los procesos auditi-
vos, sino en el desarrollo, el aprendizaje y la comunicación en todas sus formas. Algunos de
sus discípulos aportaron también informaciones valiosas sobre sus propias experiencias en la
aplicación del método de audio-psico-fonología, del Dr. Alfred A. Tomatis.

El Dr. Tomatis fue un connotado otorrino francés nacido en Niza en 1920 y recientemente fa-
llecido (2001). En 1947 inició sus investigaciones experimentales en torno al oído, descubrien-
do funciones más diversas y mucho más complejas de las que normalmente se le adjudican.
Entre 1957 y 1960 presentó ante la Academia de Ciencias y la Academia de Medicina de su
país los principios que habrían de dar fundamento a toda su teoría, su método y su equipo
músico terapéutico, que él llamó “oído electrónico”.

Tomatis encontró que el oído posee tres funciones: la de control motriz y equilibrio, asenta-
da en el sistema vestibular del oído interno; la de percepción sonora, a cargo de la
cóclea, y la de energetización del cerebro, en la que participan ambos sistemas.

En base a lo anterior, la propuesta de Caligrafía artística que aquí se presenta, busca


estimular simultáneamente la actividad de la cóclea por medio de la música, así como la del
vestíbulo, a través del trazo fino del dibujo y la caligrafía, y del movimiento grueso en las
actividades preparatorias.

Tanto el movimiento como la audición son recogidos


por los cordones nerviosos como impulsos eléctri-
cos que estimulan el trabajo de la corteza cerebral
y la recargan de energía. A esto es a lo que Toma-
tis llama “función dinámica del oído”. Y si logra-
mos además que el niño no sólo oiga, sino que
escuche con atención, estaremos propiciando
la capacidad de concentración necesaria para
cualquier aprendizaje.

El sentido del tacto y la visión se estimulan


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en los cuadernos de Caligrafía artística con la aplicación de distintas técnicas y materiales pic-
tóricos que además refuerzan la capacidad de concentración y agregan las de discernimiento
y elección desde el punto de vista estético.

Por si esto fuera poco, todos los estímulos captados sensorialmente y conducidos al cerebro por
el sistema nervioso, pasan primero por el oído, donde se organizan y combinan. De manera
que el oído se constituye así en la “central administrativa” de todo el sistema sensorial. Por eso

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el manejo adecuado de la música, como el que se pretende en estos cuadernos de Caligrafía
artística, puede propiciar el desarrollo armonioso de los niños y de los no tan niños.

Uno de los discípulos de Alfred A. Tomatis que ha aplicado su teoría para la creación de mé-
todos y programas educativos con un gran impacto y éxito es Don G. Campbell.
En su centro pedagógico de Colorado, en los Estados Unidos, Campbell aplica terapias, enseña
y conduce investigaciones permanentes con niños y adultos; sus resultados se publican siste-
máticamente libros, conferencias, discos y videos. De su libro Rhythms of Learning, escrito en
coautoría con Chris Brewer, extraemos y comentamos los siguientes resultados:

Patrones del aprendizaje. El aprendizaje en todas las edades del ser humano se da gra-
cias a su capacidad de establecer patrones. Establecer patrones significa crear hábitos de re-
spuesta a los estímulos. Estos patrones obedecen a un desarrollo físico, mental y emocional
de individuo, que prospera en cada una de sus etapas de crecimiento; si este avance no se da,
se habla entonces de inmadurez.

De ahí que estos cuadernos de Caligrafía artística se orienten a ese desarrollo físico, propicia-
do por las estimulaciones sensoriales; al desarrollo mental, dejando, página tras página, un
aprendizaje acumulativo de formas, conceptos y experiencias; y a la canalización positiva de
sus emociones y de su capacidad de relación social, a través del arte plástico y musical.

A decir de Campbell, un niño de 3 años ya es apto para establecer los patrones que le per-
mitirán descubrir, aprender y disfrutar de su capacidad de integrarse plenamente a su entor-
no. Por eso puede iniciar su formación preescolar.

La organización del aprendizaje empieza con los patrones de movimiento. El niño explora el
mundo a través del movimiento y éste crea patrones que, a su vez, modelarán la organiza-
ción del lenguaje y del pensamiento.

En los ejercicios y actividades preparatorios


para la realización de las “obras de arte”
que plasmará el niño en su cuaderno, insis-
timos justamente en crear esos patrones de
movimiento. La ejecución de trazos al aire
involucra un control del equilibrio y de la
ubicación en el espacio, una conciencia de
las dimensiones del entorno en relación
con el propio cuerpo y la coordinación ar-
moniosa del movimiento corporal. El ma-
nejo del lenguaje y de la música en estas
actividades conduce al desarrollo del senti-
do del ritmo, que es un sentido bastante
olvidado y atrofiado a pesar de ser funda-
mentalmente biológico.

Cuando el niño empieza a usar palabras, los patrones del lenguaje y del habla se convierten
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en herramientas para dirigir el comportamiento y la comunicación. Por eso el niño pequeño


sigue primero las instrucciones de movimiento: ir, venir, marchar, hablar, cantar, etcétera y,
por omisión comparativa, adquiere los conceptos opuestos: estar quieto, callar, no hacer.

Cuando las palabras adquieren mayor significado, los patrones de lenguaje pueden in-
teriorizarse y organizar las habilidades del pensamiento racional. Es el momento de pasar de
preescolar a primaria.

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Internalizar los patrones del lenguaje significa crear la voz interna, es decir, aprender a
escuchar mentalmente el sonido de las palabras y asentar sobre esta audición interna ele-
mental el desarrollo ulterior del pensamiento.

En este sentido, creemos que el empleo de “caritas” pronunciando cada vocal, tal como se pro-
pone en las páginas del cuaderno de Caligrafía artística 4, es un hallazgo afortunado. De hecho,
constituye una de las propuestas más fundamentales de la obra en favor de la lectoescritura.

El niño preescolar maneja el lenguaje a par-


tir de lo que escucha e imita, y su pensa-
miento se va forjando en torno a estas
sonoridades acústicas. No será sino hasta los
7 años aproximadamente cuando empiece a
crear su “voz interna” (que nada tiene que
ver con la conciencia moral). Su voz interna
es la capacidad de “escuchar” su propio
pensamiento sin necesidad de pronunciarlo
acústicamente. Esta capacidad debe desa-
rrollarse para que se convierta en una habili-
dad real, lo cual podría parecer muy natural,
pero no sucede así.

La lectura en voz alta nutre esta potencialidad durante los primeros años de primaria, pero
si no se realiza suficientemente o si se tienen dificultades de lectoescritura, la “voz interna”
no se desarrolla y puede callar para siempre. Una muestra inequívoca de que alguien tiene
activa su voz interna es que puede leer en silencio, sin siquiera mover los labios. Quien no
puede hacer esto, no tiene voz interna. El grave problema resultante está en el desarrollo
de las habilidades lógicas. Todos conocemos muchos profesionales egresados de universida-
des, incapaces de leer en silencio... incapaces de redactar con coherencia... incapaces de
encontrar soluciones...

¿Cómo funcionan las caritas? El preescolar, que por su edad carece aún de “voz interna”, es
un individuo más afincado sobre sus recursos visuales que sobre los sonoros, ya que el mundo
sonoro tarda más tiempo en estructurarse. Si aprovechamos el recurso visual y relacionamos
la imagen de la letra con el gesto para pronunciar su sonido, estamos entrenando al niño
en la observación y lectura labiofacial; estamos estimulando su capacidad de atención y con-
centración, y estamos sentando las bases para el desarrollo de su “voz interna” a través de la
audición atenta o “capacidad de escucha”.

Además, al proponerle diferencias tan nimias como las posiciones labiales de la E frente a la
I, o de la O frente a la U estamos estimulando su capacidad de discriminación visual fina. Fi-
nalmente, la escritura no es sino el símbolo del lenguaje sonoro ligado al pensamiento y
al sentimiento.

Por otra parte, Campbell afirma que las células que coordinan el lenguaje interno tienen
dos funciones: una que regula propiamente el lenguaje y otra que controla las funciones
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motoras de alto nivel. Con el movimiento rítmico estimulamos los lóbulos frontales, lo que
favorece el establecimiento de un mayor control motor y un enriquecimiento de las capaci-
dades lingüísticas.

El establecimiento de patrones de aprendizaje es un proceso natural en el ser humano. Si es-


te proceso es adecuado, el niño manifestará el enorme gozo del descubrimiento, que sirve a
su vez de retroalimentación, propiciando un crecimiento en espiral.

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Se inicia el descubrimiento cuando el niño se da cuenta de que en su entorno hay algo nuevo
que estimula su curiosidad y lo incita a conocerlo. Al explorarlo, aprende a moverse, a verba-
lizar y a pensar sobre este nuevo descubrimiento. Desarrolla el proceso de análisis y pensa-
miento acerca de ese objeto en términos abstractos. Finalmente está en posibilidad de
apreciar plenamente las interconexiones entre su descubrimiento y su conocimiento previo.

Pero este ciclo puede verse interrumpido por diferentes causas. Para lograr su culminación es
necesario colocar al niño en circunstancias favorables, a saber:


que las experiencias perceptuales sean agradables,

que los procesos fisiológicos de nutrición sean correctos,

que los procesos endocrinos funcionen bien,

que haya un trabajo mental armónico.

Los hábitos de nutrición del niño son res-


ponsabilidad de los padres, así como la
vigilancia de los procesos endocrinos. Pero
para hacer que las experiencias perceptua-
les sean agradables y propiciar un trabajo
mental armónico todos tenemos acceso a un
óptimo recurso: el arte, y particularmente, la música. Esta es una función específica de los
cuadernos de Caligrafía artística y la música que los acompaña.

A este respecto, afirma Paul Madaule, otro de los grandes discípulos de Tomatis, en su libro
Escuchar, despertar a la vida (p. 90): “La música fomenta y refuerza el ‘diálogo’ entre el oído
del cuerpo (sistema vestibular) y el oído auditivo (sistema coclear). Este diálogo es importante
para la adquisición de las funciones motoras, la verticalidad, la conciencia del tiempo y del es-
pacio, el predominio lateral y el lenguaje. Uno de los propósitos de cantar canciones de cuna a
los niños es afinar estos dos ‘oídos’... La armonía entre los movimientos y los sonidos — entre
el cuerpo y la audición — es un prerrequisito para la adquisición del lenguaje y del aprendiza-
je académico en general. A esto se debe que la música debería tener una parte esencial en la
vida temprana y preescolar”.

La conjunción de la música y la Caligrafía artística, tal como se pro-


ponen en estos cuadernos, proporciona al niño experiencias
de percepción multisensorial que estimulan el trabajo ar-
mónico de los dos hemisferios cerebrales y el estableci-
miento de redes de neuronas interconectadas.

La percepción de un evento por uno de los sentidos da ori-


gen a una línea sináptica, es decir, deja en el cerebro una “hue-
lla lineal” de neuronas intercomunicadas por donde transita el
mensaje. La percepción de un evento por varios sentidos a la
vez establece varias líneas sinápticas, o sea, forma varios cami-
nos que se entrecruzan, dando lugar a una red. La integración
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del conocimiento consiste en reforzar las nuevas líneas sinápti-


cas y redes por medio de la repetición y conectarlas con otras redes pre-
existentes en la corteza cerebral.

Los cuadernos de Caligrafía artística con música han sido concebidos y diseñados para
facilitar este proceso natural de aprendizaje y maduración del niño, propiciando el estableci-
miento e integración de sinapsis y redes neuronales.

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Sabemos que la música ejerce además una poderosa influencia en el ser humano, al grado
de modificar la velocidad del pulso cardiaco y de la respiración, estimular o atrofiar la pro-
ducción de neurotransmisores y secreciones endocrinas, provocar la contracción o disten-
sión de los músculos y nervios y, como resultado, puede provocar estados de ánimo,
estimular la creatividad, el movimiento y el aprendizaje, inducir el sueño y diversos estados
de trance y meditación, etcétera.

En base a lo anterior, se ha seleccionado cuidadosamente la música que propicia un óptimo


rendimiento en el contexto de las actividades académicas de los cuadernos de Caligrafía ar-
tística. Esta selección musical se encuentra disponible en el disco compacto adjunto a cada
cuaderno de trabajo, para acompañar y estimular la creación de sus “obras de arte”, esto es,
para que el niño escuche la música mientras realiza su trabajo sobre el cuaderno.

De esta manera es posible:

crear un ambiente adecuado al tipo de trabajo que realiza el niño,

estimular la escucha y la creatividad del niño,

exponer al niño a una diversidad de estilos y timbres instrumentales que amplíen su expe-
riencia sonora,

acostumbrar al niño a una convivencia natural y cotidiana con el arte bajo el concepto in-
tegrador de las interrelaciones: oído-ojo-tacto-movimiento-pensamiento-emoción frente
a música-pintura-arquitectura-expresión personal-valor estético.

Como valor adicional de la música incluida en estos discos compactos está la posibilidad de
ofrecer al niño una gama de estilos, géneros y timbres musicales que con frecuencia quedan
excluidos del marco cultural en que se educa. Es, pues, una forma de ampliar sus horizontes
hacia una apreciación musical más universal.

Hasta aquí hemos ofrecido un marco teórico que fundamenta


nuestra propuesta académica presente. ¿Pero cuál es nuestra
aportación personal específica? ¿Cómo se insertan los cuadernos
de Caligrafía artística en el seno de un sistema que pretende-
mos sea innovador y eficaz?

Para responder a lo anterior, empecemos por definir nues-


tro sistema como un conjunto de principios teóricos, meto-
dología educativa y materiales didácticos orientados al
desarrollo y la integración de la personalidad del individuo
a través del arte.

Nuestra divisa se resume en el lema “placer, conocimiento y disci-


plina”. Placer en el descubrimiento de sí mismo y del mundo; pla-
cer en la integración del ser humano que somos con la naturaleza a la
que pertenecemos; placer en la comunicación recíproca con los demás, es decir en la rela-
ción social; placer en la contemplación de la belleza en todas sus formas; placer en la con-
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ciencia de nuestras propias capacidades, en el hecho de poder afirmar con plena convicción:
“yo sé”, “yo quiero”, “yo puedo”.

Si logramos realizar todo lo anterior, el resultado implícito es el conocimiento. Todo des-


cubrimiento, toda toma de conciencia, toda contemplación, toda interacción social con el
entorno aporta una información y provoca una actitud en respuesta, esto es, constituye un
conocimiento formativo.

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Y si todas estas experiencias son placenteras y satisfacen nuestra curiosidad de investigadores
natos del universo, la voluntad de permanecer en contacto y comunicación con todo y todos se
identifica con el deseo de aprender, de conocer, de saber, de poder, de encontrar, de crear siem-
pre más y compartir. Así llegamos a la formulación de estrategias para alcanzar lo que busca-
mos, y estas fórmulas no son otra cosa que disciplina, plenamente justificada y aceptada.

Por eso proponemos estrategias, actividades, procedimientos y recursos materiales para lle-
gar al conocimiento y a la maduración en cada etapa del crecimiento, a través del juego pla-
centero y de la satisfacción personal de saberse capaz, creativo y productivo.

Concretamente en el caso de estos cuadernos de Caligrafía artística, sus discos compactos y


las actividades que los acompañan, nos proponemos, con la participación entusiasta y creati-
va de las educadoras, que cada niño logre lo siguiente:


Definir su imagen corporal,

adquirir conciencia de su ritmo natural biológico,

desarrollar el control del ritmo del movimiento, la palabra y la música,

desarrollar su percepción y discriminación visual y táctil,

desarrollar su capacidad de escucha y concentración,

desarrollar su creatividad y fantasía,

desarrollar su sensibilidad estética,

establecer estructuras mentales lógicas,

desarrollar el lenguaje: léxico, habla, comprensión,

desarrollar sus capacidades de abstracción y re-
presentación simbólica,

enriquecer su capacidad y deseo de relación social.
Con estos antecedentes, no dudamos en afirmar que el arte es una maravillosa herramienta
formativa del ser humano. Pero también es cierto que se requiere de una visión pedagógica
especial para utilizar el arte como un recurso revitalizador y no como mera disciplina técnica.

El juego y el arte, particularmente la música, constituyen un aglutinante que vincula ar-


moniosamente las funciones de los dos hemisferios cerebrales: el izquierdo, pensador y
ordenador; y el derecho, creativo y juguetón.

Los cuadernos de Caligrafía artística constituyen una propuesta para establecer ese vínculo
desde el momento en que el niño inicia su experiencia escolar. Es nuestra intención crear
un hábito permanente que convierta el aprendizaje en un viaje de descubrimientos siem-
pre estimulante y disfrutable.

Creemos firmemente que el éxito más completo en la tarea educativa estaría garantizado si, al
pasar a la primaria, los niños continuaran aprendiendo a través del juego y de la actividad ar-
tística, que más que distractores del “intelecto”, constituyen sus mejores aliados.
© Santillana

Objetivos generales del libro Caligrafía artística 4


Estimular en los preescolares el desarrollo de habilidades preparatorias para la lectoescritura.

La lectoescritura es una actividad que exige el dominio de habilidades motoras, táctiles, vi-
suales y auditivas, pero sobre todo, requiere integrar formas de estructuración mental con
audición interna y trabajo cerebral interhemisférico.

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El signo escrito en sí –establece el Dr. To-
matis en su libro Escuchar el Universo– no
es más que un sonido a reproducir: nada
hay de extravagante en comparar la escri-
tura con un registro sonoro. La escritura
constituyó la única “grabación” técnica-
mente posible desde aquellas épocas anti-
guas en que se inició. Supone el primer
“almacenamiento” de sonido que el ge-
nio humano acertó a conseguir en toda la
historia de las civilizaciones.

Esta consideración fundamental impone


admitir que el signo gráfico es un soni-
do que recobra su valor al ser recreado
por la restitución de sus elementos dinámicos, sonoros, fonéticos y lingüísticos. La escri-
tura sólo tiene sentido si puede reproducirse, restituirse acústicamente, resonorizarse.

Consideremos que para descifrar el grafismo los ojos son unos lectores, o, mejor, una “cabeza
de lectura”; en ese caso, el oído será el primer micrófono conectado para recoger el sonido
en el aparato de la fonación; el sistema nervioso integra la información recibida por medio
de ese micrófono auditivo y la archiva en la memoria. Por supuesto que este esquema se ha
simplificado, ya que sólo pretende señalar cómo la totalidad del cuerpo humano está impli-
cada en el acto de la lectura.

Continuar el proceso que se inicia en el libro Caligrafía artística 3, para entrenar al niño en el hábi-
to de armonizar sus hemisferios cerebrales por medio del arte.

El dominio de habilidades artísticas constituye un trabajo físico afinado por una intención
volitiva, las cuales caen bajo el control del hemisferio cerebral izquierdo y los lóbulos fronta-
les. Pero la creación de una obra artística no depende solamente de estas habilidades, sino
de la fantasía y emoción con que se crea.

Las ideas artísticas brotan, espontáneas, del hemisferio cerebral derecho. Hacer caligrafía ar-
tística con música es introducirse en un mundo de actividad creativa que conjuga las funcio-
nes de los dos hemisferios.

Estimular en el niño una actitud receptiva ante el conocimiento y de confianza en sus capacidades.

El descubrimiento desencadena un proceso que lleva al conocimiento y reporta una gran sa-
tisfacción, siempre y cuando se dé en circunstancias favorables. La caligrafía artística, al susti-
tuir las engorrosas planas de ejercicios por arte pictórico y actividades preparatorias para su
realización, crea el ambiente propicio para que perdure el deseo de descubrir y aprender;
objetivos primordiales de la educación.

Por otra parte, al tomar en cuenta los objetivos del niño, estamos reconociendo su dignidad
© Santillana

humana y su individualidad, reforzando su confianza en sí mismo.

El ser humano es un receptor del cosmos y emisor del microcosmos que es él. Todo lo que el
hombre posee y necesita en sí mismo está en función de su naturaleza comunicativa y partici-
pativa. Si esta función se enfrenta a un entorno agresivo, desagradable, demandante en exce-
so, la comunicación termina por agotarse o limitarse. De ahí que el niño persiga naturalmente
los siguientes objetivos:

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a) Descubrir todo lo que lo rodea y su propia identidad.
b) Aprender a conformar su pensamiento con los objetos de conocimiento que descubre.
c) Jugar, o sea, interactuar amablemente con su entorno y, por medio de esta actividad,
sentir los beneficios de los impulsos eléctricos generados por movimiento y sensaciones
que dinamizan su corteza cerebral.
d) Sentirse capaz de transformar su entorno de manera satisfactoria para él.
e) Expresarse, es decir, manifestar mediante sus gestos, sus movimientos, su habla, sus trazos
y su ánimo, lo que él concibe como ideas, imágenes, pensamientos, sentimientos y deseos.

Permitir al docente optimizar y disfrutar su trabajo.

La educadora es la primera persona que debe disfrutar de su trabajo. Con entusiasmo y amor
a los educandos se logran los mejores aprendizajes; también la educadora debe darse el gus-
to por aprender y permitirse algunos errores.

Estructura de la obra y objetivos particulares


El cuaderno Caligrafía artística 4 contiene 85 imágenes que se agrupan en tres partes. En ellas
se dosifica tanto el manejo de materiales como las técnicas de ejecución de manera progresiva
y acumulativa. A estas partes corresponden 25 pistas musicales en el disco compacto adjunto.

Primer bloque
Páginas 5 a 28


Trazos rectos.

Trazos curvos.

Figuras geométricas.

Vocales mayúsculas script.

Materiales:
Lápiz Hb, lápices de colores, crayolas y gis compacto.


Objetivos

a) Identificar visualmente las formas y dirección de los trazos y de las vocales mayúsculas de
imprenta.
b) Controlar el movimiento fino de sus manos para realizar trazos precisos e iniciarse en la
lectoescritura.
c) Reconocer las formas geométricas básicas que se relacionan más estrechamente con la
forma de las vocales mayúsculas de imprenta.
d) Diferenciar el sonido de cada vocal.
e) Mantener su atención y concentración en el trabajo, apoyado por la música y juegos verbales.
© Santillana

Segundo bloque
Páginas 29 a 59


Trazos curvos y rectos.

Vocales minúsculas script.

Números del 1 al 5.

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Recapitulación de las vocales mayúsculas.

También se incluyen 5 textos de rap o canto


para el aprendizaje de los números.

Materiales:
Lápiz Hb, lápices de colores, crayolas, gis compacto,
pintura líquida, diamantina y pegamento.

Objetivos

a) Identificar visualmente las formas de las voca-


les minúsculas script.
b) Afinar el movimiento y la visión orientados a
la lectoescritura.
c) Asignar el mismo sonido a la mayúscula y a la minúscula correspondiente.
d) Identificar visualmente las formas de los números del 1 al 5 y escribirlos.
e) Manejar el concepto de cantidad según el número.

Tercer bloque
Páginas 60 a 96

Trazos rectos y curvos.

Vocales mayúsculas y minúsculas cursivas.

Números del 6 al 10.

Recapitulación de todo lo anterior.

Como continuación del aprendizaje de los nú-


meros, se incluyen aquí canciones y textos en
rap para los números 6 al 10.

Materiales:
Lápiz Hb, lápices de colores, crayolas, gis compacto y pulverizado y pintura líquida.

Objetivos

a) Identificar visualmente las formas de las vocales mayúsculas y minúsculas cursivas.


b) Dar fluidez a sus movimientos en beneficio de la escritura continua.
c) Asignar el mismo sonido a las vocales de imprenta que a las cursivas.
d) Afinar su escucha para la discriminación de fonemas en contextos más amplios que pala-
bras sueltas.
e) Identificar visualmente las formas de los números del 6 al 10 y escribirlos.
f) Manejar los conceptos de orden y cantidad del 1 al 10.
g) Conjugar la escucha con el orden lógico para mejorar su comprensión del lenguaje.
© Santillana

Metodología
Al igual que en el libro Caligrafía artística 3, es conveniente que la educadora conozca
bien los fundamentos teóricos de esta propuesta educativa antes de empezar a trabajar con
este cuaderno, y siga muy de cerca las orientaciones que se ofrecen para cada una de sus
partes y páginas.

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Para que el niño realice con éxito las actividades propuestas en su cuaderno de Caligrafía
artística se requiere un trabajo previo equivalente al cuaderno mismo. Es decir, hay que eje-
cutar cada rasgo, cada letra, cada figura repetidas veces en otras superficies, en el aire, con
diversos juegos, en un cuaderno de dibujo, en hojas grandes de papel, cartulina o plástico
pegadas en la pared o en el pizarrón hasta que el niño adquiera el concepto de la forma y el
control de movimiento necesarios para trabajar en su libro.

Sobre la música

También se recomienda que la educadora escuche todo el disco antes de utilizarlo en el aula;
que ponga atención especial a cada pista, mientras la confronta con las páginas correspon-
dientes en el cuaderno.

Al llevar la música al salón de clases, puede dejar correr todas las pistas asignadas como com-
patibles con las actividades que se realizan.

Guía para uso del disco

Pistas Para acompañar Páginas


1, 2 Trazos en zigzag 5, 6.
2, 3, 4, Trazos y figuras geométricas rectos 7, 8, 12, 16, 41.
5, 6, 7, 8 Trazos y figuras geométricas curvos 20, 24, 29, 34, 46, 53, 60, 68, 75,
82, 89, 91, 95, 98.
1, 3, 9, 10, 11 Letras script 9, 10, 11, 13, 14, 15, 17, 18, 19,
21, 22, 23, 25, 26, 27, 28, 30, 33,
35, 36, 42, 45, 47, 48, 54, 57, 59.
5, 6, 12, 13, 14 Letras cursivas 61, 62, 65, 69, 70, 73, 76, 79, 80,
83, 84, 87.
16 a 25 Números 31, 32, 37, 38, 43, 44, 49, 50, 55,
5, 14, 15 56, 63, 64, 71, 72, 77, 78, 85, 86,
92, 93.
39, 40, 51, 52, 58, 66, 67, 74, 81,
88, 97.

La educadora puede seleccionar para cada página cualquiera de las pistas asignadas a cada tipo
de actividad. Las pistas 16 a 25 acompañan el aprendizaje del número al que aluden, por ejem-
plo: pista 16 para las páginas 31 y 32; pista 17 para las páginas 37 y 38, y así sucesivamente.

Atención: Las pistas cantadas son inadecuadas para acompañar la realización de las letras.
Puede repetir la música cuantas veces crea conveniente. Es muy posible que los niños le pidan
que la vuelva a poner. En algún momento, después de haberles creado el hábito de escuchar,
puede hacer el experimento de dejarlos trabajar sin música. Observe su actitud y los resulta-
dos gráficos y obtenga sus propias conclusiones.
© Santillana

El disco compacto de este cuaderno, como continuación de algo ya iniciado, no requiere


evocar estadios de vida previos, sino abocarse a los objetivos específicos de las actividades
del cuaderno: desarrollo paulatino del control de movimientos cada vez más finos y preci-
sos. Por tan to, la mú si ca pre ten de mo ver el cuer po, mien tras el cua der no pro po ne las
actividades concretas en las que se aplicará el movimiento. Por supuesto, la alegría es el
ingrediente indispensable.

13
En principio, la música se ha seleccionado para acompañar la ejecución de las “obras de arte”
y no para los ejercicios preparatorios –salvo los que se indican–, ya que, tratándose de activi-
dades de grupo, la algarabía en su realización es inevitable y además propician un ambiente
de libertad y diversión muy positivos, pero también muy ruidosos. En estas circunstancias, es
difícil que los niños escuchen y aprovechen la música grabada.

En el caso de los números, deben quedar positiva y ama-


blemente impresos en la memoria afectiva del niño
para que en las matemáticas de la primaria no los
conviertan en los villanos del saber, por ello, las
canciones y los textos en rap han sido creados es-
pecialmente para propiciar su aprendizaje al ha-
blar, cantar y jugar.

Es fundamental acompañar siempre los trabajos


gráficos con música de intensidad suave, la más
suave posible, para llenar el aula de una sonoridad
amable y, a la vez, estimulante. El oído se ve obliga-
do a funcionar mejor para percibir los sonidos suaves
que los fuertes y, en consecuencia, se mantiene más sa-
ludable. No hay enemigo más destructivo para el oído que
las altas intensidades sonoras. Una buena recomendación es
colocar las bocinas de tal manera que la música llegue más directamente al oído derecho de
los niños, que es el rector de una buena escucha.

Pudiera presentarse el caso de que algún niño reaccione negativamente ante una pieza mu-
sical. Es posible que esté asociando estos sonidos a alguna experiencia personal dolorosa. La
educadora deberá observarlo detenidamente y, de ser necesario, reportar su actitud ante
quien convenga, ya que quizá el niño requiera alguna ayuda especial.

En todo momento, la educadora debe recordar:


a) que el niño persigue sus propios objetivos: descubrir, aprender, jugar, sentirse
capaz, expresarse;
b) que es importante vigilar que estos objetivos esenciales se conserven con el paso del
tiempo –incluso durante toda la vida– aunque el universo de objetos del conocimiento
cambie en cada etapa y las habilidades se diversifiquen; y
c) que para que estos objetivos permanezcan vigentes y se logren, el niño necesita:


ser reconocido como una persona con formas de expresión propias y únicas,

que se valore positivamente cada uno de sus trabajos,

que no se le compare ni se le ponga en competencia con nadie más,

que no se utilicen criterios de adultos para emitir juicios estéticos,

saber que sabe y que puede hacer bien las cosas,

saber que sus intereses personales son válidos,
© Santillana


saber que los demás niños también tienen estos derechos.

Dosificación del tiempo


Si se distribuyen regularmente los 85 cuadros que realizará el niño durante el ciclo escolar,
pueden asignarse de dos a tres por semana a lo largo de 36 semanas. No obstante, recomen-

14
damos programar cotidianamente un tiempo especial para la caligrafía artística. Se puede
dedicar uno o dos días a los ejercicios preparatorios de cada página, otros dos o tres días –al-
ternando con los anteriores– para la realización de la “obra de arte” y uno más, semanal o
quincenal, para montar una exposición o darle algún otro seguimiento al producto artístico.
Si no se programa de este modo, será necesario hacer los ejercicios preparatorios y la obra
en el cuaderno el mismo día, lo cual puede resultar menos eficaz.

Actividades
Enseguida ofrecemos algunas actividades preparatorias para guiar a los niños en la realiza-
ción de los trabajos del cuaderno. Todas ellas constituyen juegos que permiten al niño aso-
ciar el arte y el gozo lúdico con el desarrollo de sus habilidades y el aprendizaje. Pero este
propósito sólo es posible si la educadora comparte el mismo ánimo, la misma intención, si
puede también jugar, divertirse y contemplar junto con los niños la belleza del cuerpo huma-
no en movimiento, de las agrupaciones coreográficas, de los dibujos sobre las paredes, de las
voces en los parlamentos rítmicos y del canto.


Simplemente motora

1. Al son que me toquen


Permitir que los niños caminen o se muevan según les sugiera la música. Déjelos en completa
libertad y respete sus decisiones. Muévase y baile con ellos.


Para letras

1. Letras de aire
Trazar las letras en el aire para que los compañeros adivinen cuál es.

2. Caras vemos - letras sabemos


© Santillana

Imitar la expresión de cada carita para pronunciar la vocal correspondiente.


Observar la forma de los labios del compañero que pronuncia la letra y adivinarla.

3. El avión cargado
Pedir a los niños que digan nombres de personas y objetos que inicien con la vocal en turno.
Por ejemplo: jugar a que “ahí viene un avión cargado de... “, para que cada niño responda:
“uvas” o “uñas” o “útiles”, si se trata de palabras con u.

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4. Adivina la letra
Escribir en el pizarrón palabras cuyas vocales estén sustituidas por figuras geométricas aso-
ciadas a ellas. Los niños deberán encontrar las vocales correspondientes a cada figura. Esta
actividad puede utilizarse como evaluación para figuras geométricas y letras.

Para trazos

1. Rayas y rayas
Realizar todos los trazos posibles en el aire y sobre materiales diversos. Después de lograr a
satisfacción el ejercicio anterior, lo cual incluye que los niños sepan referirse verbalmente a
cada trazo, podrán realizar el juego que sigue.
2. Adivina qué rayé
a) Dibujar diversos trazos en el pizarrón a manera de consignas: rectas verticales de arriba
hacia abajo, rectas verticales de abajo hacia arriba, rectas horizontales a derecha y a iz-
quierda, rectas diagonales, curvas diversas y combinaciones.

b) Dividir al grupo en dos o tres equipos para que cada uno decida secretamente qué tra-
zos va a realizar en el aire. Por turno, cada equipo realizará sus trazos y los demás adi-
vinarán qué trazaron.

3. Vuelo musical
Ejercitar trazos diversos al aire, con sus pistas correspondientes según el instructivo.
Después de lograr a satisfacción el ejercicio, pasar a los siguientes.

4. En vuelo libre
Escuchar la pieza musical que la maestra haya elegido para el caso y permitir que los niños
elijan el trazo que, a su juicio, corresponde a esa pista.
Permítales dibujar los trazos en el aire y en superficies diversas en completa libertad; no los corrija.

5. El color de la música
Permitir que los niños escuchen el inicio de una pieza y decidan qué color le va mejor. Con
ese color podrán hacer trazos libres sobre hojas en blanco.

Para figuras geométricas

1. Mi forma preferida
Permitir que cada niño y niña dibuje sobre cartulina, con materiales de su elección, la figura
geométrica que le guste más.
Después se pasearán con ella por todo el salón como en un desfile, acompañados de la músi-
ca que elija la maestra o el grupo.

2. Recuerdos geométricos
Después de la actividad anterior, los niños y niñas jugarán a recordar qué figura portaba cada
compañero. El que recuerde más figuras, encabezará el siguiente desfile.

3. Encuentro la figura
© Santillana

Observar los objetos que hay en el salón y relacionar cada uno con alguna de las figuras conocidas.

Para números

1. Desfiles
a) Marchar en el salón portando un objeto, si se está trabajando con el número 1, o dos ob-
jetos, si se trabaja con el 2, etcétera, hasta llegar a 10 objetos. Este juego puede volverse

16
más divertido a medida que aumenta el número de objetos que deben cargar mientras
caminan. El desfile termina en la meta, que es donde cada niño depositará su carga.

b) Marchar en una sola fila si se trabaja con el número 1, a ritmo del rap. Marchar de dos
en dos, de tres en tres, de cuatro en cuatro, etcétera, según se aborden los números, y
a ritmo de la música o rap correspondientes. Aquí también aumenta la diversión según
se incrementa el grosor de la fila.

2. La búsqueda
En torno a las páginas de conjuntos y números escondidos, realizar búsquedas en el salón para
encontrar conjuntos de objetos semejantes al que señale el número en turno: dos pizarrones,
dos borradores, dos sillas, etcétera, para el número 2; tres mesas, tres ventanas, tres crayolas,
etcétera, para el número 3… diez gises, diez lápices, diez pinceles, etcétera, para el 10.

3. Tarjetas numeradas
Para realizarse a partir del número 2. Cada niño elegirá un número y recibirá una tarjeta pa-
ra escribirlo. La maestra pegará esta tarjeta en el pecho del niño para que todos vean su nú-
mero; luego dirá una consigna diferente para cada quien, por ejemplo: “el número 1
brincará”, “el 2 girará sobre un pie”, “el 3 se sentará en cuclillas”… Entonces tomará un
tambor o cualquier otro instrumento de percusión y golpeará una vez para que el 1 ejecute
su consigna, dos veces para el 2, etcétera. Todos los niños deberán estar atentos para ejecu-
tar oportunamente su consigna. El juego ganará en complejidad y diversión según ascienda
la numeración.

4. La marcha de los números


Mientras la maestra toca sobre el cuero de un tambor, los
niños, alineados en una fila, marchan en una dirección di-
ciendo: “uno, uno, uno...”. Cuando la maestra golpea el
aro o la madera del tambor, la fila da media vuelta y mar-
cha en dirección contraria, diciendo: “dos, dos, dos...”. Un
nuevo golpe del aro señala un nuevo cambio de direc-
ción: “tres, tres, tres...”, etcétera, hasta llegar al número
con el que se esté trabajando. Como en el caso de los jue-
gos anteriores, éste se puede repetir hasta el 10, cada vez
que se introduzca un nuevo número.

5. Cantar y rapear
Aprender las canciones y textos en rap incluidos en el
disco, mientras se dibujan los números en el aire, en
diversas superficies y en el cuaderno de trabajo. Para
ello conviene representar con el propio cuerpo la fi-
gura del número en turno, ejecutar las acciones que
indica el texto del número 9, formar coros y conjun-
tos antifonales (de propuesta-respuesta); en fin, ju-
gar con las pistas 16 a 25.
© Santillana

6. Móvil numérico
Un recurso más para aprender los números es dibujar cada uno en una hoja de cartulina y re-
cortarlo. Cada niño irá guardando sus números en un expediente o archivo personal hasta com-
pletar los 10. Con ellos hará un móvil, para el cual emplearán los materiales que la educadora
considere apropiados, como popotes, alambre, palillos, etcétera. Al final, el niño podrá llevar
su móvil a casa, obsequiarlo a quien desee o utilizar todos los móviles como parte de la esceno-
grafía del festival de los números.

17
Los números
Número 1

Rap Propuesta: Respuesta:


La colita para arriba. ¡Sube!
El palito para abajo. ¡Uno!

Número 2

Rap El dos son dos ranas que están en dos lagos.


El dos son las ruedas de mi bicicleta.
Ven y verás, iremos al campo.
Veremos las ranas saltar en el agua.

Número 3
Canción: Melodía del vals Sobre las olas, de Juventino Rosas.
Tres olas del mar balancean mi barca feliz.
Pronto llegaré a mis playas de luz y calor.
Tres palmas al sol ya me esperan meciéndose así,
al suave cantar de las aguas y el viento del mar.

Número 4

Rap El cuatro se dobla formando una cruz


de arriba abajo y vuelta hacia afuera
y el último trazo de arriba cayó.

Número 5

Canción: Cinco son los dedos que tiene mi mano.


El cinco tiene rectas y curvas por igual.
Lunes, martes, miércoles, jueves y viernes
son los cinco días que vamos a estudiar.
© Santillana

Número 6

Canción: Baja la curva y cierra la pancita


sólo un movimiento requiere el seis.
Uno-dos-tres, cuatro-cinco-seis.

18
Número 7

Canción: El siete se ha dormido en la línea de arriba


parado en una pata con gran resolución.
Uno-dos-tres-cuatro, cinco-seis-y-siete.
El siete es una línea con pata de rehilete.
Uno-dos-tres-cuatro, cinco-seis-y-siete.
El siete está parado con gran resolución.
Uno-dos-tres-cuatro, cinco-seis-y-siete.

Número 8

Canción: El ocho son dos círculos, uno sobre el otro


dos círculos gemelos cantando una canción.
Ocho, ocho.
Uno-dos-tres-y-cuatro.
Cinco-seis-siete-ocho.

Número 9

Rap Uno, dos, tres, levantas las manos,


cuatro, cinco, seis, avanzas un pie,
siete, ocho, nueve, el otro se mueve,
camina hacia adelante y vuelves a empezar.

Número 10

Canción: Un, dos-tres, cuatro, cinco y seis,


siete, ocho, nueve y diez.
© Santillana

A todos los números vamos a jugar.


Y todas las notas vamos a cantar.
Un, dos-tres, cuatro, cinco y seis.
Siete, ocho, nueve y diez.
Do, re, mi, fa, sol, fa, mi, re,
do, sol, do, sol, do, do, re, mi, do,
do, sol, do, sol, do, re, mi, re, do.

19
Actividades especiales
En este apartado se proponen algunas actividades que permitirán a los niños encontrar una
aplicación práctica a lo aprendido y mostrarlo a sus compañeros de otros grupos, maestros,
padres y público en general. Incorporar sus habilidades en eventos que rebasen las paredes
de su aula puede resultar una motivación muy importante para que los educandos deseen
continuar con su preparación.

Expoletra

Realizar exposiciones de objetos cuyo nombre empiece con la vocal en turno. Por ejemplo:
mientras se trabaja con la A, la exposición contendrá objetos tales como aviones, autos, arañas
(de hule o plástico), anteojos, aretes, fotografías de personas o flores cuyo nombre empiece
con A: Antonio, Alicia, alhelí, azalea, etcétera.

Expotrazos

Cuando los niños hayan alcanzado un dominio aceptable de los trazos, pueden montarse
exposiciones de trazos variados y con técnicas diversas, de la siguiente manera: Cubra con
papel manila o kraft un amplio espacio de las paredes y delimite un área para cada niño.
Déjelos en libertad para realizar los trazos que prefieran.

Escenógrafos en acción

Propiciar que los niños colaboren en eventos escolares pintando mamparas decorativas con trazos
y materiales diversos acordes con la ocasión. La maestra puede sugerir los trazos más adecuados.

Expoforma
© Santillana

Los niños traerán de casa objetos cuya forma se identifique con la figura geométrica en tur-
no. Con ellos montarán una exposición.

Festival de los números

Cada una de las canciones y textos rapeados de los números son en sí mismos un recurso para

20
organizar un espectáculo. Las pistas del disco compacto, del 16 al 25, sugiere un baile, una
coreografía, que se puede seguir como un juego mientras se aprende el número. Después de
aprender el número que sigue se podrán recordar las coreografías anteriores, con lo cual se
irá montando, durante el ciclo escolar, un verdadero espectáculo para presentarlo en público
en alguna ocasión como el día de las madres o la fiesta escolar de fin de cursos. Se recomien-
da reproducir el acompañamiento en vivo. Si la educadora no tiene formación musical, quizá
pueda pedir apoyo al maestro de música, o a alguna persona calificada.

Pautas de observación y valoración


La valoración continua de los resultados está implícita en la concepción de esta obra. El mero
hecho de insistir en los ejercicios preparatorios para cada página y no abordarla hasta que el
niño sea capaz de crear una “obra de arte” es en sí una garantía de éxito. Si algún niño pre-
senta problemas especiales en su realización, esto será la pauta para saber que requiere al-
guna ayuda adicional y habrá que canalizarlo en este sentido.

La organización de las imágenes, trazos, ma-


teriales y técnicas de aplicación contenidas en
el cuaderno de trabajo obedece a una secuen-
cia natural de habilidades que puede desarro-
llar un niño de 4 ó 5 años. Además, se han
incluido algunas páginas especialmente desti-
nadas a evaluar:

28 Para la evaluación del aprendizaje de las


vocales mayúsculas de imprenta en lo refe-
rente a su trazo, su sonido y la posición la-
biofacial para su pronunciación.

59 Para una evaluación semejante a la anterior,


pero de las vocales minúsculas script. También se valora aquí la capacidad de movimiento fino del
niño en el trazo de la línea que une cada vocal con la carita correspondiente.

62, 70, 79, 84, 93 Para evaluar y afianzar el aprendizaje de la relación letra-sonido.

40, 52, 67, 81, 88, 95 Para valorar el aprendizaje de los nú-
meros en cuanto a su representación gráfica y a su significado
ordinal y cardinal.

89 Para valorar el dominio del trazo a lápiz.

La educadora podrá observar y valorar diariamente los


progresos de sus alumnos en la ejecución de cada hoja del
cuaderno de trabajo. Pero el mejor indicador es el propio
niño. Cuando los niños muestran desaliento, disgusto o cualquier
otra actitud adversa, se debe a que se sienten confrontados más allá
© Santillana

de sus capacidades o a que se aburren por falta de estímulo o de di-


ficultades que sí pueden resolver. Si los resultados son los deseados,
la educadora podrá constatar lo siguiente:

1. Tienen una actitud de gozo y expectación cada vez que


se inicia la clase.

21
2. Insisten en repetir y repetir su trabajo hasta que les satisface el producto.
3. Muestran sus obras con orgullo y satisfacción.
4. Conservan el deseo de aprender.
Aparte de estas valoraciones en torno a los objetivos particulares de la caligrafía artística, la
educadora puede observar hasta qué punto esta actividad ha estimulado al niño en su desa-
rrollo general y su maduración. Proponemos enseguida una técnica y un formato para cuan-
tificar estas observaciones.

En la realización de las actividades preparatorias, así como en los trabajos sobre el cuaderno
de Caligrafía artística, la educadora pondrá atención a los diferentes aspectos que se señalan
en el formato de evaluación mensual y que podrá utilizar de la siguiente manera:

1. Fotocopiar la hoja de evaluación para cada niño y niña.



2. Observar el desempeño cotidiano en clase y anotar una en el cuadro correspondien-
te del formato de evaluación al final de cada mes.
3. Interpretar las anotaciones de la siguiente manera y actuar en consecuencia:


Las anotaciones verdes ✓van en la línea superior e indican que el niño se desempeña
satisfactoriamente y hace progresos.

Las anotaciones amarillas ✓van en la línea de en medio e in-
dican que el niño le está pidiendo más atención personal.

Las anotaciones rojas ✓van en la línea inferior e indican que
el niño está pidiendo ayuda especial.

En el transcurso de los meses, usted podrá observar si el


niño continúa progresando o solicitando atención o ayu-
da, o bien, si estas solicitudes se han ido resolviendo sa-
tisfactoriamente, es decir, si de anotaciones rojas en un
mes pasa a las amarillas y/o de éstas a las verdes en los
meses posteriores.

Si el niño avanza, es decir, si permanece o llega a resultados ver-


des, es un buen indicador, pero si retrocede o persiste en resulta-
dos no muy alentadores, es posible que tenga problemas, ya sea
con él mismo, en su medio ambiente o en su familia. En este ca-
so, infórmelo a quien corresponda: director, psicólogo escolar
o padres.
© Santillana

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© Santillana
Puntuación final:
Alumno (a):

Grado: Grupo: Ciclo escolar:

Área 1 Ánimo. Se muestra habitualmente… Área 5 Lenguaje y habla. La dicción / voz es…
Mes 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Total Mes 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Total
Contento Clara / firme
Serio / triste Confusa / voz monótona
Indiferente / molesto No habla / voz seca

Área 2 Movimiento grueso. Se mueve de manera… Área 6 Atención y concentración. Termina sus trabajos…
Mes 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Total Mes 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Total
Ágil / precisa Habitualmente
Lenta / insegura A veces
Torpe / confusa Nunca

Área 3 Movimiento fino. Realiza trazos, dibujos, grafías… Área 7 Sociabilidad. Participa en las actividades de grupo…
Mes 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Total Mes 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Total
Muy controlados Con gusto / siempre
Poco controlados Con timidez / a veces
Sin control Con renuencia / nunca

Área 4 Lenguaje y escucha. Sigue instrucciones…


Mes 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Total
20 a 18 puntos = Excelente
Fácil / prontamente
17 a 14 puntos = Bueno
Con dificultad / a veces 13 a 10 puntos = Aceptable
Con renuencia / nunca 9 a 0 puntos = Necesita atención especial

23
Bibliografía recomendada:
Brewer, Chris y Don G. Campbell. Rhythms of Learning, Zephyr, Tucson, 1991.

Campbell, Don. El efecto Mozart para niños, Urano, Barcelona, 2001.

Cramer, Edith. El arte como terapia infantil, Diana, México, 1985.

Cratty, Brian J. Desarrollo intelectual. Juegos activos que lo fomentan, Pax, México, 1999.
Juegos escolares que desarrollan la conducta, Pax, México, 1999.

Habermeyer, Sharlene. Cómo estimular con música la inteligencia de los niños, Selector,
México, 2001 (Col. Familia).

Madaule, Paul. Escuchar, despertar a la vida, Promexa, México, 1996.

Tomatis, Alfred. Educación y dislexia, CEPE, Madrid, 1988.


El fracaso escolar, La Campana, Barcelona, 1989.
Nueve meses en el paraíso, La Campana, Barcelona, 1990.
El oído y el lenguaje, La Campana, Barcelona, 1992.

Torbert, Marianne. Juegos para el desarrollo motor, Pax, México, 2000.

Tourtet, Lise. Jugar, soñar, crear, Sociedad de Educación Atenas, Madrid, 1973 (Col. Conocer
al hombre).

© Santillana

24
Guía para
Ejemplar de cortesía
la educadora

Yolanda Carrillo Vázquez


Leticia T. Varela Ruiz

9 789702 901914
Santillana

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