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Semana 8: Las virtudes morales

Conocimiento 1: Hábito, virtud y vicio

Los Hábitos

Un hábito es una cualidad adquirida libremente a través de la repetición de actos


libres.

Los hábitos pueden ser buenos o malos, dependiendo de si los actos libres realizados
nos acercan o nos alejan de la felicidad. Si son buenos, hablamos de virtudes y si son
malos, de vicios.

Virtud

Una virtud es un hábito operativo bueno.

Las virtudes son cualidades que hemos adquirido libremente a través de la repetición
de actos buenos. Ellas nos permiten acercarnos a la felicidad, en la medida en que
constantemente hacen plena a la inteligencia, que ve el bien al que la virtud se refiere,
y la voluntad, que lo quiere.

Vicio

Un vicio es un hábito operativo malo.

Los vicios también son cualidades adquiridas libremente, pero a través de acciones
malas. Nos alejan de la felicidad y dificultan el trabajo de la inteligencia, así como la
capacidad de la voluntad de sobreponerse a las dificultades. Podemos reconocer un
vicio porque nos quita algo que, ya por ser persona, nos pertenece.

Por ejemplo, el que es mentiroso, pierde la capacidad de comunicarse y la de


comprometerse, ambas propias de los seres humanos.

Hábitos, virtudes y vicios.

Hablar de ética y de personas virtuosas es hablar de poseer un hábito mediante el cual


hacemos bien las cosas en un determinado ámbito, por ejemplo, el ámbito del trabajo
donde el ser humano puede desarrollar sus virtudes profesionales. Los hábitos son
acciones voluntarias que se van forjando en las personas como inclinaciones y
predisposiciones; por ejemplo, la inclinación al orden en el trabajo que realizamos, es
decir, aquella inclinación por la que, en un principio, pensamos en todas las razones
por las cuales el orden es positivo, pero que poco a poco la reflexión sobre ellas va
desapareciendo y simplemente nos sentimos inclinados a trabajar con orden porque
siendo ordenados o habiendo repetido muchas veces actividades con orden, hemos
aprendido sus beneficios y ya no debemos pensar mucho antes de trabajar de esa
manera. Los hábitos surgen de la repetición voluntaria de acciones humanas, refuerzan
la voluntad de una persona y su intención respecto de aquellas acciones que pueden
ser buenas o malas. Aristóteles llama vicio al hábito que inclina a hacer una acción
mala. Al hábito que conduce a una buena acción lo llama virtud.
Virtud=Hábito bueno=Repetir muchas veces una acción buena, de forma conciente y
voluntaria=Hábitos que construyen y ayudan a construir humanidad.
Vicio=Hábito malo=Repetir un error muchas veces, de forma consciente o
inconsciente, voluntaria o involuntaria=Hábito que destruye la humanidad.

La palabra virtud viene del latín vir que significa fuerza. La virtud es una fuerza o una
potencia de la voluntad que se adquiere por repetición o por costumbre y que existe en
nosotros como un hábito. La fuerza de la virtud nos permite acostumbrarnos a hacer
bien una tarea, y con el tiempo, hacerla con mayor facilidad o con un cierto impulso.

La virtud se adquiere mediante un ejercicio previo, es decir, que aprendemos a ser


virtuosos haciendo. Por ejemplo, nos hacemos virtuosos de la puntualidad llegando a
tiempo, o virtuosos del respeto respetando a otros. Las virtudes no se tienen por
naturaleza, sino que se adquieren.

Ser virtuoso es mucho más difícil que ser vicioso y a fuerza de costumbre el ser
humano logra hacer bien las cosas. Una persona virtuosa, es aquella que ha logrado un
desarrollo moral muy alto, no por la exigencia de la ley o las normas de la empresa,
sino por principios. Una persona virtuosa es una persona de principios.

La virtud perfecciona la condición de aquello de lo cual es virtud y hace que ejecute


bien su operación; por ejemplo, la excelencia del ojo hace bueno al ojo y su función,
asimismo, la excelencia del caballo hace bueno al caballo y lo capacita para correr. Del
mismo modo, la virtud del hombre será el hábito por el cual el hombre se hace bueno
y por el cual ejecuta bien su función propia. Por ejemplo, las virtudes de Juan harán
que Juan sea mejor en lo que hace. De aquí se desprende que podamos decir: Juan es
bueno.

En principio, las acciones de Juan son buenas. Posteriormente, por la costumbre que
tiene Juan de hacer bien las cosas, el juicio de valor no será para las acciones, sino
para quien realiza la acción.

Virtud Hábito

Acción Buena
Mejor Persona

Acción Mala

Peor Persona Vicio Hábito

La virtud se adquiere como un justo medio. Según Aristóteles lo que destruye la


virtud es el exceso o el defecto, como ocurre con la salud: el exceso y la falta de
bebida y comida arruinan la salud, mientras que usadas con medida la aumentan y
conservan. La virtud como término medio se considera relativo a nosotros, es decir, no
es el mismo para todos.

La virtud, por tanto, comparada a sus dos extremos, es un término medio, pero en sí
misma es una cima que significa la máxima perfección de la voluntad:
VIRTUD

+
Voluntad
-

VICIO VICIO
(Defecto) (Exceso)

Si esto es así, se comprende que una actuación mala aislada no causa tanto daño si
está en un conjunto de acciones virtuosas. Pero una actuación viciosa, es decir, un
hábito operativo malo, sólo puede contribuir, a medio y largo plazo, a aumentar el
desorden y la ineficacia, lo que significa que una sola acción buena en medio de
muchas malas, no es suficiente para que la persona pueda ser llamada virtuosa.

La virtud organiza; el vicio hace de la vida un caos. Esto significa que cada persona
debe hacer un balance constante de sus acciones y tendrá que hacer muchas cosas
buenas para ser llamado bueno y evitar las malas para evitar ser llamado malo.

Esto lleva a la verificación y después a la convicción de que la actitud sostenida de la


virtud es rentable; por el contrario, el vicio, a la larga, no lo es. Puede ocurrir con el
vicio que a corto plazo no se vean las desventajas y se camufle entre las virtudes,
pues su condición de parásito así se lo permite, es decir, que el vicio se aprovecha de
la situación mayoritariamente virtuosa, hasta que las acciones malas comienzan a
sobresalir por sobre las buenas.

Si un trabajador tiene el hábito de llegar temprano a su trabajo, se le “perdona” que


llegue una o dos veces tarde, pero si, por el contrario, tiene el vicio de llegar tarde, a
la larga, terminará perdiendo su empleo.

De otro lado, la virtud dice relación importante con el placer. La virtud significa hacer
lo correcto y sentir placer por ello. Virtuoso será el que se sirve bien del placer y del
dolor, convirtiendo este último en una oportunidad para valorar las cosas buenas y
evitar las cosas malas. Tener en cuenta que el virtuoso se sirve del placer y del dolor,
pero no los busca como fin, sino como medio, pues sus metas son más altas.

En las cosas malas se encuentra también el placer, pero en un corto plazo, porque, a la
larga, se convertirá en dolor. No hay mayor felicidad para el ser humano, que saber
que está haciendo las cosas bien y que, de esa manera, la sociedad, la empresa, la
familia y todo cuanto lo rodea mejora.

A mayor virtud, menos vicio, mayor felicidad y, en el largo plazo, menor dolor.
A mayor vicio, menos virtud, menor felicidad y mayor dolor.

En resumen, la acción éticamente buena se traduce en la acción virtuosa, consecuencia


de poseer la virtud. Gracias a la virtud el hombre desarrolla una potencia operativa de
la voluntad, por medio de la cual aquello que hace, lo hace bien. Tener una virtud es,
por tanto, un saber hacer y hace bueno al que la adquiere.

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