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EN SOCIEDAD
INTERES INDIVIDUAL E INTERES SOCIAL
Desde el sentido de alteridad, que nos lleva a preocuparnos por “el otro”, vamos
a preguntarnos por nuestra responsabilidad frente al todo social. La sociedad
es algo más que la simple suma de miembros. Aunque se proponga lograr el
bienestar de todos y cada uno de sus integrantes, ella, como conjunto
estructural, posee una realidad distinta a la realidad de sus miembros y una
finalidad diferente a los fines que estos se puedan proponer.
De ahí que hablar de un interés social común, de un bien común a todos los
ciudadanos, no sea algo tan simple como a primera vista pudiera parecer, ni algo
tan evidente como podría deducirse de los discursos políticos con orientación
social. La división de la sociedad en clases de algo que Marx puso de relieve con
gran acierto hace más de un siglo, estemos o no de acuerdo con la teoría
marxista, es un hecho evidente que la sociedad política está integrada por
grupos diferentes, cuyos intereses chocan y crean frecuentes conflictos
sociales. Los intereses de los grandes capitalistas no pueden coincidir con los
de los obreros y mucho menos con los de los desocupados. Los intereses de las
poblaciones indígenas son antagónicos a los de los colonos que, generación tras
generación, han ido arrebatándoles sus tierras; los intereses de los campesinos
propietarios de las pequeñas parcelas o incluso desposeídos de tierra son muy
distintos a los de los grandes terratenientes.
¿Cómo podemos hablar entonces del bien común? ¿Existe el bien común? Y si
existe, ¿en qué consiste? ¿Es un valor utópico o una pura idea de filósofos?
¿Será posible definirlo y aceptarlo como interés prioritario de todos los grupos
sociales? ¿se trata de una simple recomendación para mejorar la convivencia o
de una verdadera exigencia de derecho? ¿Tiene alguna relación con esos
valores sociales tan deseados hoy por todos, como la paz, el bienestar, la
seguridad, el orden, el desarrollo?.
Este bien común podemos entenderlo ya sea como un ideal o fin a alcanzar, ya
como una condición o medio posibilitan té. En este sentido hay quienes
distinguen entre bien común teológico y bien común instrumental. Expliquemos
la diferencia existente entre ambos sentidos, que nos ayudara a distinguir los
medios y los fines en la vida social y a identificar el concepto exacto de bien
común.
En sentido teológico o fina listico del bien común aparece cuando se entiende la
sociedad como una agrupación de personas, con carácter duradero y eficaz, en
orden a realizar un fin o valor común. Así se habla a veces de la misión
histórica o del destino de un pueblo: la sociedad se siente llamada hacia una
meta, que debe alcanzar con el esfuerzo de todos los miembros, generación
tras generación. Esta meta, este valor, fin o destino colectivo es el bien común:
se trata de un bien para todos, es decir, de algo apetecido por todos los
miembros de la sociedad.
No obstante, algunas gentes con mucha suerte habían encontrado agua. Era
como encontrar un oasis en el desierto. Pero en lugar de repartirla, la
almacenaban avaramente. Por esto la gente comenzó a llamarlos los agua –
tenientes.
Un día el pueblo fue a donde los agua-tenientes para pedirles un poco de agua
que tenían almacenada, con el fin de calmar la sed. Pero los agua-tenientes
respondieron al pueblo bruscamente: ¡váyanse de aquí, ignorantes! ¿Cómo les
vamos a dar nuestra agua? ¡Como se les ocurre! ¿Acaso quieren que nos
muramos de sed?
Como los agua-tenientes eran gente muy hábil y astuta, organizaron al pueblo
para que les sirviera. A unos los pusieron a buscar más agua, a otros a trabajar
en los manantiales y a otros a cargar y descargar el líquido precioso, en un gran
depósito que se llamo “mercado”.
Con el fin de estimular al pueblo, los agua-tenientes les dijeron: ¡escuchen! Por
cada balde de agua que nos traigan. Les pagaremos un peso. Y si ustedes
necesitan, nosotros les podemos vender con mucho gusto, pero a dos pesos
cada balde. La diferencia será nuestra ganancia y nos servirá para pagarles a
ustedes su trabajo.
Como el pueblo tenía que llevar dos baldes de agua para poder comprar uno
solo, los agua-tenientes tenían cada vez más agua, y el pueblo en cambio, cada
vez, compraba menos agua. Con este sistema, el depósito se lleno pronto, e
incluso comenzó a derramarse.
Entonces, claro, vino el desempleo general: como el pueblo no podía traer más
agua, no podía recibir ningún sueldo. Y sin plata no podían comprar ni siquiera
un poco de agua. Comenzó entonces la sed, y no sabían qué hacer. No hay
trabajo, no hay plata, no hay agua…
Por todas partes y a todas horas el pueblo comenzó a oír y a ver la propaganda
que decía: tome agua, tome más agua, consuma agua, usted debe consumir
agua…
Los habla paja eran muy hábiles. Eran expertos en finanzas y sabían a la
mayoría la economía. Cuando los agua tenientes les preguntaron a que se debía
la crisis, respondieron: quizá se deba a los abstencionistas, dijeron unos, lo que
pasa es que la gente no quiere entender por las buenas, dijeron otros: en fin,
dijeron que era la sur población.
Los habla paja, sin embargo, no tuvieron éxito con el pueblo. El pueblo no
entendía porque tenía que morirse de sed habiendo tanta agua. Y se indigno
contra los habla paja y les dijo: no sean brutos. ¿Cómo va ser la escasez
consecuencia de la abundancia? Y les arrojaron piedras.
Ante su fracaso, los habla paja intentaron ganarse a los agua tenientes con
estas explicaciones: creemos conveniente hacerles regalitos al pueblo,
especialmente en ropa y comida, para que nos escuchen. Como esa gente tiene
el estomago vacio no quieren escucharnos, se burlan de nosotros y nos tiran
piedras.
Pero los agua tenientes indignados respondieron: ¡nada de eso! Ustedes tienen
que cumplir el contrato, tienen que seguir convenciendo al pueblo, ustedes
verán cómo. Tienen que solucionarnos este problema, para esto les estamos
pagando.
Como los regalitos no dieron resultado, y los del pueblo cada vez estaban mas
sedientos, la paciencia del pueblo comenzó a agotarse. Entonces amenazaban
con asaltar el depósito de agua y sacarla a la fuerza para saciar su sed y la de
sus familias.
Entonces los agua tenientes llamaron a algunos jóvenes del pueblo, físicamente
fuertes y muy bien entrenados y les dijeron: ustedes tienen que evitar este
desastre. Esta gente violenta está amenazando y corremos el riesgo de perder
toda nuestra agua. Si tienen éxito, les daremos el agua que necesiten.
Aquellos muchachos, acosados mas por su propia sed que por las razones de los
agua tenientes, aceptaron el encargo y tomando palos comenzaron a golpear a
todos los que manifestaban intenciones de llegar hasta el depósito para sacar
el agua por la fuerza.
Todas las mentiras son un insulto contra Dios. Si somos sus hijos, todos
debemos ser hermanos. Y no puede haber verdadera fraternidad cuando los
unos son esclavos de los otros. Por tanto es necesario luchar contra la
esclavitud.
Por otra parte tenían un respeto casi reverencial por todos los aliados y
servidores de los agua tenientes. Casi los consideraban representantes de
Dios. Estaban demasiado acostumbrados a creer que los males que sufrían eran
voluntad de Dios. Ahora, sin embargo, también entraban en la duda. Realmente
era muy difícil que todo aquello fuera responsabilidad de Dios.
Por fin se hizo la luz en sus mentes y resolvieron hablar con los agitadores y
les dijeron: estamos de acuerdo con la explicación que ustedes nos han
hablado, pero lo que necesitamos es la solución al problema. Dígannos como y
les colaboramos.
Entonces los agitadores les dijeron: todas las cosas tienen remedio, a veces
son difíciles, pero no imposibles. Pero ¿Por qué piensan ustedes que los agua
tenientes son tan fuertes? Pues sencillamente porque están organizados.
Hagan ustedes otro tanto y verán los resultados. La unión hace la fuerza.
El pueblo entonces con los ojos bien abiertos, con inteligencia, con disciplina y
organización, comenzó a construir un deposito nuevo y de un hombre nuevo.
Cada hombre comenzó a llamar a su vecino “mi hermano” , y cada mujer decía a
su vecina “mi compañera”. Todos unidos comenzaron a construir el porvenir.
Por primera vez, comprendieron que para realizar una nueva sociedad era
necesario dar muerte en la tierra a la injusticia de los poderosos.
Me parece que todo lo que nos rodea en nuestra sociedad solo son paradigmas
que a veces no sabemos ni de donde salieron, pero igual seguimos manteniendo
la tradición casi a modo de superstición.
Por otra parte, nuestra sociedad nos habla del bien común, pero todos
queremos hacer de ese bien común un bien privado, para así cuidarlo
verdaderamente; y si alguien quiere defender ese bien común, los demás
“usuarios” de ese bien común lo juzgan como alguien que se quiere adueñar de
dicho bien.
Es casi como un vicio que tenemos todos los seres humanos de ser
territoriales: De convertir algo que por naturaleza es de todos y que cada ser
de este planeta debe tener acceso a ello en nuestra propiedad, en algo de
acceso restringido.
El problema no radica solo en que unos pocos monopolizaron la vida y el planeta
y sus recursos sino también en que lo poco que es de bien común no lo cuidamos
precisamente porque es de uso o bien común; lo tomamos de manera que; ah si
es de todos yo porque tengo que cuidarlo, que otro lo haga; somos egoístas con
nuestro patrimonio porque es de todos, es ese egoísmo que hace que pensemos
solo en el bien de lo que por derecho
Lo real de la situación es que alos pcos que tienen mucho, les conviene que la
inmensa mayoría siga siendo indiferente consigo misma y no se de cuenta del
inmenso poder que tienen todos los seres humanso unidos por una causa.
Como una colectividad que trabaja unida para solucionar los problemas
que surjan y como una reunión de personas que se preocupan por los
demás en el sentido de garantizar el bienestar y apoyo para todos.