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Cultura

La melancolía aristocrática
19.12.2010 | Recuperan la obra ensayística y periodística de Jorge Barón. Su vida estuvo
marcada por una seguidilla de suicidios familiares, que hasta a él mismo lo llevaron por
ese camino. En el libro "Por dentro todo está permitido" se rescatan algunos de sus textos
más destacados desde 1980. Título: Bajada: Su vida estuvo marcada por una seguidilla de
suicidios familiares, que hasta a él mismo lo llevaron por ese camino. En el libro "Por
dentro todo está permitido" se rescatan algunos de sus textos más destacados desde
1980.
El libro "Por dentro todo está permitido" recupera la labor ensayística y periodística de Jorge Barón Biza
(1942-2001) o la faceta más luminosa del autor de "El desierto y su semilla", un texto lírico que recurre a la
belleza como posibilidad de exorcizar el dolor.

Contra la fascinación morbosa que generaron los hechos allí narrados -el tempestuoso vínculo de sus
padres y una serie de suicidios familiares- este libro rescata textos invariablemente poéticos que Barón Biza
escribió a partir de 1980.

HISTORIA TRAGICA

Con la mirada de un crítico de arte, "El desierto..." repasa las sucesivas reconstrucciones de rostro a las
que se sometió su madre Clotilde Sabattini, hija del gobernador cordobés, luego de que su padre, el político
multimillonario Raúl Barón Biza, le arrojara ácido tras firmar el divorcio, delante de sus abogados y
simulando ofrecer un whisky, una tarde de agosto de 1966.

Al día siguiente su padre se suicida y en esa carrera lo siguieron años más tarde su hermana adolescente
María Cristina, Clotilde (1978) y finalmente él. Una carta que le responde al periodista Enrique Sdrech luego
de publicar esta historia en la sección Crímenes de Famosos del diario Clarín se reproduce en este libro.

Enterado de la existencia de los otros textos de Barón Biza, el historiador Martín Albornoz comenzó a
buscar obra periodística, crítica y ensayística; sabía que existía porque la revista Artefacto -que dirige un
antiguo amigo del escritor, Christian Ferrer- había publicado un pequeño dossier que se llamó "Acerca de la
belleza".

El objetivo era hacer un libro que alumbrara una zona de su producción que no estuviese tan atrapada por
elementos trágicos: "En su novela (la única publicada) daba cuenta de los mecanismos del arte y la
literatura para narrar la tragedia, estos escritos dan cuenta de los mismos mecanismos pero
independizados del drama autobiográfico", dice Albornoz.

LO QUE SE RESCATO

Hay un registro mítico de la cantidad de textos escritos por Barón Biza -"que yo nunca vi", aclara el
compilador-, de cuando daba clases en la carrera de Ciencias de la Información de la Universidad de
Córdoba.

La anécdota es que para demostrar su pertinencia al ámbito de la enseñanza juntó una pila de textos que
los que dicen haberla visto describen como de un metro; Albornoz pone la mano a la altura de la mesa
donde ofrece la entrevista para dar una idea.

Para el volumen editado por Caja Negra y el Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA) "hemos
reunido unos cinco centímetros de papel", ironiza, sólo textos firmados, "él debe haber juntado todos,
incluso los que decía que escribió para revistas porno", especula volviendo a la mítica pila de papel.

Los que aparecen aquí son artículos escritos para el periódico La Voz del Interior; reflexiones de la vida
cotidiana reunidas en "Los cordobeses en el fin del milenio", apuntes de cátedra y crónicas de ricos con
alguna voluntad filantrópica publicadas en una revista de Atlántida.

"Barón Biza escribía para vivir así que tenía que producir necesariamente, y lo hacía desde un lugar
totalmente enciclopédico, en el sentido de registro universal del conocimiento", indica Albornoz.
ENTRE DOS MUNDOS

Ocurre que, educado y criado por una hiperaristocracia "es a su vez un alcohólico que tiene una
sensibilidad lumpen muy marcada y su prosa naturaliza esos vínculos, muestra su pertenencia a ambos
mundos", señala el joven catedrático de la UBA.

Los irónicos sobreviven, los melancólicos se suicidan decía Barón Biza y en estas páginas se juega la
vitalidad de esa ironía: "El sabe mirar una obra de arte -notable en las reseñas Frida Kahlo y Unos tragos
con Manet-; a la vez que analiza el set jet ochentoso -El rancho en el parque- o el mundo de los "trapitos",
los pibes que limpian parabrisas -Toreros de radiadores-".

"Por dentro..." puede leerse como un díptico que compone la percepción de cierta totalidad de obra, "un
libro manso, con textos suaves y escritura amable", sentencia Albornoz.

El mito incluye algo más: Barón Biza habría escrito otra novela cuya suerte final se desconoce, el hermano
que lo sobrevivió, Carlos, la habría destruido después de que su primo Marcelo Scelso -que también
colaboró con esta recopilación- la leyera.

"Dicen que la novela era sobre unos pibes de la aristocracia cordobesa que se iban a debutar a Salta,
llamativa o buscadamente ligera, como si hubiera intentado clausurar algo", dice Albornoz, que realizó
varios viajes a Córdoba para reunir el material aquí expuesto.

EXTRAÑO HABITO

En esos viajes se contactó con familiares de Barón Biza, que "daban cuentan de un tipo muy alegre de ver,
increíblemente buen humorado, que leía y en vez de subrayar arrancaba las hojas de los libros que le
gustaban".

"Armaba ataditos de hojas y regalaba los libros, no tenía biblioteca, tenía montañitas de libros: por eso
llegué a la edición de "Viaje al fin de la noche", de Celine, que tenía él. De ahí sale el título, un subrayado
que había hecho en esas hojas -señala-, "por dentro todo está permitido".

"No disimular nada ni ocultar nada, escribir sobre las cosas más cercanas a nuestro dolor y a nuestra
felicidad", con esa frase de Cheever comienza el libro, esa cosa de "beautiful loser" podría definir su obra:
"textos de una pulsión extrema e increíblemente suaves, nunca resentidos, de un hombre que intenta dotar
de sentido una vida y que para eso necesita escribir".

http://www.laprensa.com.ar/Note.aspx?Note=368967

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