Sunteți pe pagina 1din 9

PREMIO NACIONAL DE CRÍTICA DE ARTE

PRODUCCIÓN Y RECEPCIÓN DE LA GÁFICA POPULAR:


ENTRE LO INGENUO Y LO ABERRANTE

POPULAR

ENSAYO CORTO

 

PRODUCCIÓN Y RECEPCIÓN DE LA GÁFICA POPULAR:


ENTRE LO INGENUO Y LO ABERRANTE

Después de asistir a la exposición Sensacional del Diseño Mexicano, realizada en el

Museo del Banco de la República entre septiembre y noviembre de 2010, me quedé con

algunas inquietudes con respecto al interés que desde hace algunas décadas numerosos

artistas y diseñadores tienen hacia la cultura y la gráfica popular. La exposición resultó

sensacional: sensacional por la desmesura iconográfica y sensacional por la propuesta

de montaje que invitaba a sumergirse, literalmente, en la profusión de imágenes

excesivas que no resultan frecuentes en las galerías o los museos, salvo cuando los

invitados son la gráfica popular y urbana. Esto, desde luego, no es novedoso, ya que

desde hace décadas las fronteras entre la creación culta y popular son bastante borrosas.

Desde entonces, la gráfica popular ingresó legítimamente al museo. Y desde entonces,

los artistas, los diseñadores y los publicistas se deleitan con las posibilidades visuales y

plásticas procedentes de la cultura popular. Estas imágenes que no se crearon para una

contemplación museística adquieren, mediante la descontextualización de los modos de

producción y recepción, un valor cualitativamente diferente.



 

Siendo así, cabe tener presente lo siguiente: el gusto por esta gráfica no es homogéneo

si se piensa, por ejemplo, en los diferentes modos de recepción, bien sea el de un

receptor experto (artista, diseñador o publicista), o bien sea el de un receptor espontáneo

(el lector o consumidor habitual de esta gráfica). En este último caso coinciden el

contexto de recepción y el contexto de producción de la imagen, mientras que con el

primero, el contexto de producción de la imagen se desliga del contexto de recepción: la

gráfica se extrae de la calle para ser exhibida de modo aséptico en los muros del museo.

Esto no va en contravía de la gráfica popular aunque, desde luego, la asepsia museística

construye una gráfica cuya desmesura –por citar una de sus características– resulta

controlada; clave, en todo caso, para un receptor que busca no tanto lo que la imagen

comunica sino básicamente sus modos y medios de comunicación (textos, formas,

texturas y colores), es decir, un modo de recepción mediado por un conocimiento previo

(el del mundo del arte, el diseño y la publicidad). En este modo de recepción se da una

desviación interpretativa, es decir, el “contrato de lectura” espontáneo da paso a una

“lectura aberrante”1 en la que el receptor sobreinterpreta las imágenes. Ahora bien, ¿por

qué se busca tal desviación? ¿Por qué la ingenuidad creativa (no especializada o

profesionalizada) es valorada por artistas y diseñadores? ¿Por qué los artistas se

interesan tanto por la personalización de las busetas y los diseñadores por los avisos de

las zapaterías? Para responder estas preguntas tengamos como referencia las siguientes

categorías:

Producción y recepción de la gráfica urbana popular


producción recepción
Cultura popular Ingenua Espontánea
Mundo del arte, el diseño Experta Aberrante
y la publicidad

                                                            
1
Si bien tomamos la categoría de Umberto Eco, la utilizaremos de modo libre. Eco señala que “si no hay
reglas que permitan averiguar qué interpretaciones son las ‘mejores’, existe al menos una regla para
averiguar cuáles son las ‘malas’” (2002, 21); esas reglas permiten hablar de una lectura aberrante, una
“mala” interpretación. Para nosotros, simplemente, la lectura aberrante (expresión sugerente) nos indica
una desviación interpretativa sin valorar su correcta adecuación o no a una regla.

 

En primer lugar, debemos tener en cuenta que la gráfica popular cumple con unas

funciones comunicativas claras, no hay lugar allí para vaguedad. Un acierto de la

exposición “Sensacional del diseño mexicano” es el haber organizado la exhibición a

partir de las funciones que cumple esta gráfica: oficios y objetos, comida, estética y

mamacitas, lucha libre, sonideros y grupos, patria y religión. Si el principal objetivo es

la claridad comunicativa, esta gráfica se construye formalmente mediante las estrategias

de la centralidad, la frontalidad y las convenciones que fijan la interpretación. No es un

azar que los pintores “ingenuos” recurran a esas mismas estrategias visuales. El

gracioso autorretrato de Henri Rousseau titulado “Yo mismo” da cuenta de ello: el

protagonista del retrato ocupa el centro de la escena y se muestra de frente, pero además

-indica Bourdieu (2002: 364)- se acompaña de símbolos y emblemas que claramente

indican su rol (paleta, pincel, boina) y, para reforzar la identificación, París, el Sena, la

Torre Eiffel. Las mismas estrategias para representar a un charro mexicano: los

volcanes de Popocapetel e Ixtazigualt, la penca, el revólver, la serpiente.



 

En segundo lugar, para que la comunicación gráfica resulte efectiva se recurre a algunas

estrategias narrativas como la oralidad y el humor, un modo de decir particular que

elimina las distancias entre productores y receptores de la imagen. Guillermo Sunkel

construyó unas matrices narrativas que permiten comprender la eliminación de la

distancia en los modos de decir populares; estas son la “racional-iluminista” y la

“simbólica-dramática”. Si la primera es racional, científica, abstracta, impersonal,

mesurada y seria; la segunda es pasional, supersticiosa, concreta, personal, excesiva y

burlona. Si la estética de la primera es puritana y distanciada, la estética de la segunda

es hedonista y próxima. Las estrategias gozosas del humor y el doble sentido funcionan

como un recurso de identificación popular y nacional: el “Polvo del esposo cumplidor”,

el perfume “Yo domino a mi mujer”, la recomendación “Confía en la seguridad… es

una gran compañera”, identifican con el mero macho y con las mamacitas del

melodrama mexicano. Los manuales de seguridad industrial parecen más efectivos si

van acompañados de comicidad: “No toque máquinas que no conozca”, “Con

seguridad… nunca perderá una mano”, exageran algunas normas anormalizándolas, una

“insurgencia semiótica” que, según John Fiske, invita abiertamente a que los receptores

 

tengan una participación interpretativa mediante la risa y el placer carnavalescos; placer

corporal y vulgar que va en contravía de una estética ilustrada para la que el único goce

legítimo es el de la apropiación contemplativa de las creaciones. La distancia y el

silencio en el museo construyen el modelo disciplinar de ese modo de apropiación ¿Por

qué tienen cabida entonces la vulgaridad y el exceso en el lugar consagrado para la

contemplación distanciada? Tal vez la cabida de la gráfica ingenua en el museo se

posibilita mediante las desviaciones o las lecturas aberrantes de los conocedores

expertos.

Una muestra de esta desviación la encontramos en la propuesta del colectivo

colombiano Popular de Lujo –similar a Sensacional del Diseño Mexicano-, no sólo en

su interés por los aspectos formales y comunicativos de la gráfica popular sino por tratar

de construir como artístico un trabajo visual realizado con fines prácticos. El trabajo

gráfico de Roberto Ayala, por ejemplo, participó en la Feria de Arte Contemporáneo La

Otra de Bogotá (2009). Allí se decía lo siguiente sobre su “bota-dama-en-cuero”:



 

En lugar de cubrir superficies con ambiciosas composiciones gráficas Roberto


prefiere pensar en términos de elementos muy concretos –un texto, un dibujo–
que se recortan claramente sobre fondos de color plano (…) Dibujos casi
técnicos diríamos, si no fuera porque a menudo su simplicidad es compensada
con la audacia que le dan líneas expresivas heredadas del cómic (gran influencia
para Roberto) y una intrigante paleta de colores que salta de los pasteles a los
fosforescentes sin detenerse de a mucho en los puntos medios.2

Esta bota nos da pie para una última reflexión. Las desviaciones interpretativas hacen el

tránsito del humor propio del decir popular al humor involuntario presente en la gráfica

popular: la ingenuidad y la incorrección no buscadas por los productores de las

imágenes. El gusto por lo ingenuo y lo incorrecto es un gusto desviado y no sin cierto

aire de afectación. Un gusto que busca la excitación de la imaginación (lo picante e

interesante) mediante algo que se salga de la norma y la rutina creativa. Friedrich

Schlegel hizo una reflexión que acaso dos siglos después aún tenga vigencia para el

caso que nos ocupa: “Lo picante es lo que excita vivamente una sensibilidad embotada;

lo fragante es parecido a una espina para la imaginación (…) El dominio de lo


                                                            

2
http://populardelujo.wordpress.com

 

interesante es absolutamente sólo una crisis transitoria del gusto, pues al final tiene que

aniquilarse a sí mismo (tiene un valor estético provisional)”. Porque para la recepción

aberrante estas imágenes son, básicamente, interesantes: interés por la incorrección

formal en un mundo en el que no hay lugar que no haya sido colonizado por la

corrección desteñida de la publicidad en high definition, de ahí que el colorido ingenuo

sea altamente valorado en un entorno creativo embotado y afectado (la afectación del

extendido “interesante”). Si la experimentación creativa es constreñida por los

imperativos del mercado, lo alternativo (que no es una categoría fija) parece encontrase

menos en la práctica creativa que en los modos de recepción. La desviación no es

buscada ni en el diseño ni en el arte sino en las lecturas aberrantes que los diseñadores y

los artistas hacen de las imágenes nacidas al margen de la corrección formal.

Sensacional del Diseño Mexicano y Popular de Lujo construyen un espacio en el que se

despliega un gusto que en el fondo resulta culpable.



 

Referencias

Bourdieu, Pierre (2002) Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo literario,

Barcelona: Anagrama.

Eco, Umberto (2002) Interpretación y sobreinterpretación, Cambridge: University

Press.

S-ar putea să vă placă și