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CAPÍTULO NO. 58
DERMATITIS ATÓPICA
Dra. Xochitl Adriana Avalos Huízar
Dra. Gloria Rayas González
OBJETIVO TERMINAL:
Al final del capítulo el lector será capaz de diagnosticar, manejar y proponer medidas de control y
el pronóstico en un menor de 16 años con dermatitis atópica aguda o crónica.
OBJETIVOS CONDUCTUALES:
1.- Proponer diagnóstico en un menor de 16 años con dermatitis aguda o crónica, compatible con
dermatitis atópica.
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INTRODUCCIÓN:
Es primordial que el médico que atiende niños esté capacitado para efectuar diagnóstico y
tratamiento de los problemas en la piel para que así ejecute un manejo adecuado y oportuno de los
mismos.
DEFINICIÓN:
La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad inflamatoria de la piel, que se caracteriza por
alteraciones de morfología y topografía típicas, acompañadas de piel seca y prurito intenso, de
evolución crónica y recidivante (Kapp, 1995; Beirana, 1998). Es un padecimiento de etiología
multifactorial que usualmente inicia en la vida temprana y se asocia frecuentemente con
antecedentes familiares y/o personales de atopia (Izabal y Beirana, 1995; Simpson y Hanifin,
2006).
Por su naturaleza visual es difícil definir por su distribución variable, morfología, curso y
dificultad para el diagnóstico (Harper, et al., 2006). Es una enfermedad compleja en la que
interactúan múltiples factores tales como los genéticos, alérgicos, inmunológicos, ambientales,
metabólicos, neurovegetativos, infecciosos y psicológicos (Calderón, et al., 2007).
EPIDEMIOLOGÍA:
Esta enfermedad ha sido motivo de grandes investigaciones tanto por su frecuencia como por la
complejidad de su etiopatogenia. Según diferentes casuísticas, de 5% a 15% de la población
general padece de DA, afecta alrededor de 12% de los niños y ocupa el primer lugar de la consulta
de dermatología pediátrica, constituyendo una importante carga financiera, social y médica para
esos pacientes.
La gran mayoría de los pacientes presentan la forma leve (84%) o moderada (14%), siendo
muy bajo el porcentaje de casos graves (2%). Hay mínimas diferencias por sexo, con una ligera
prevalencia en mujeres, y afecta a todas las razas, aunque es más frecuente en la raza negra
(Báez Loyola et al, 2006). Ciertos tipos de DA son más prevalentes en ciertos grupos étnicos: la
dermatitis facial y de párpados es más común en infantes asiáticos y adolescentes femeninos; el
eccema folicular, es más común en individuos negros, mientras que la variedad numular, está
asociada a contacto de la piel con alergenos (Kiken y Silverberg, 2006).
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Del 20 al 60% de los casos desarrolla DA asociada a manifestaciones respiratorias (asma-
rinitis); 40-67% de los pacientes presentan antecedentes personales y/o familiares de atopia. No se
encontró relación entre la severidad de presentación de la DA y la historia de atopia familiar.
El 65 % de los casos comienzan en el primer año de vida. En el 85% de los pacientes las
lesiones se desarrollan antes de los 5 años de edad y tienden a mejorar en un 60% alrededor de
los 16 años. Los factores que indican peor pronóstico son: enfermedad severa en la infancia,
ataque en una edad temprana y una historia familiar de asma y rinitis alérgica. Asma y rinitis
alérgica están fuertemente asociadas, que los niños entre los 5 y 7 años con DA pueden
presentarlas. La presencia de asma confiere peor pronóstico.
En los adultos, las recaídas pueden ocurrir hasta en un 10% como eccema de las manos
irritativa. Existe mayor frecuencia de DA en zonas urbanas que rurales. En los últimos 30 años hay
un aumento de la prevalencia de DA en los países industrializados, observándose con más
frecuencia en clases sociales altas, familias poco numerosas, niveles educacionales altos y en
hijos únicos o primogénitos que en segundos hijos. (Pueyo, et al., 2004)
GENÉTICA:
Los aspectos genéticos de la DA son interesantes por la fuerte asociación familiar y la alta
concordancia en gemelos monocigotos que en dicigotos, de igual manera, su alta frecuencia en
familias con alergia respiratoria, compartiendo determinantes genéticos, por lo que los estudios se
han enfocado más en la asociación IgE/ Th2 que en la DA específicamente. Cuando los padres
tienen enfermedad atópica similar, el niño tiene riesgo de desarrollarla en un 70%.
Si los padres sufren diferentes enfermedades atópicas, la incidencia en el niño será del
30%. La DA puede ocurrir sola o combinada con otras entidades del síndrome atópico, en forma
simultánea o independiente del tiempo.
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Entre los predictores fetales, se ha observado que la hiperrespuesta de IgE está
relacionada con la alimentación en la etapa fetal, por inmadurez tímica. La exposición al ácaro del
polvo durante el embarazo y el primer mes de vida del recién nacido, predispone a la
sensibilización del alergeno; además, presentan disminución de INF gamma, lo que podría explicar
la razón por la que el sistema inmune postnatal puede desviar la inmunidad a las células Th2,
predisponiendo a la inflamación alérgica.
En los pacientes con DA se han identificado genes que se relacionan con la modulación de la
respuesta inmunitaria, que también se identifican en otras enfermedades cuya expresión está
determinada por factores ambientales.
Entre los genes reportados en la literatura implicados en la DA están los ligados a los
siguientes cromosomas:
1. Cromosoma 5q31-33 genes para citocina de células Th2 y para la severidad de DA.
6. Cromosoma 11q13 codifica para la subunidad del receptor de alta afinidad de la IgE.
8. Otros como polimorfismo genético, activación de transcripción (STAT)-6; IL-4, IL-4 R alfa y
factor de transformación de crecimiento (TGF)-
9. Cromosomas 13q y 20p fenotipos compuestos por genes para DA-asma combinados.
10. Cromosomas 3p, 4p y 18q para DA con aumento de niveles de IgE alergeno-específicas.
12. Cromosomas 5q, 13q y 14q tienen relación con el fenotipo de DA.
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La mastocitoquimasa 1 (MCC1): es codificada por el gen CMA 1, que está en el brazo largo del
cromosoma 14q11, una región que se ha demostrado está relacionada con la DA. Es una proteasa
sérica que se encuentra en altos niveles en los gránulos secretorios de los mastocitos y parece
operar en concierto con histamina y triptasa, dando lugar a efectos proinflamatorios una vez
liberados de células activadas.
RANTES: éste es codificado por el gen CCL5 en el brazo largo del cromosoma 17q11.2q-12.
Muestra diversas funciones como estimulación de secreción de histamina desde los basófilos, la
activación de eosinófilos y células Th de memoria (con preferencia por los subtipos CD45RO+ y
CD4+). Aunque todas las células nucleadas sanguíneas y titulares producen quimiocinas, éstas
provienen principalmente de los fibroblastos dérmicos.
Eotaxina 1: codificada por el gen CCL11, está localizada en el brazo largo del cromosoma
17q21.1q21-2, adyacente a la región ligada a la DA, a la severidad de la DA y a fenotipos de
psoriasis. Esta quimiocina es un quimioatrayente selectivo y activador de eosinófilos y linfocitos
Th2 y puede operar como un regulador negativo indirecto del reclutamiento de neutrófilos.
Citosina agrupadora de genes: está localizada sobre el cromosoma 5q31-33 e incluye un grupo
de genes relacionados funcionalmente, que codifican mediadores intracelulares y de superficie
celular de la respuesta inmune. Estos genes incluyen ILs (IL-3, IL4, IL5, IL9, IL-12 e IL-13), el gen
GM-CSF. El antígeno CD14, la TIM1 y SPINK5 (que codifica la proteasa sérica inhibidora LEKTI).
Complejo de diferenciación epidérmica: el cromosoma 1q21 cubre a este complejo, que tiene la
colección de genes que se expresan durante la diferenciación terminal de la epidermis. La pérdida
de función en el gen que codifica filagrina, es el factor predisponerte a DA y asma. Las mutaciones
de este gen causan ictiosis vulgar (Báez Loyola et al, 2006; Nilesh y Saffron, 2006; Lipozenic y
Wolf, 2007).
INMUNOLOGÍA:
El 70% de los pacientes tienen una historia familiar de esta condición. Aunque es una
forma de atopia, la verdadera alergia no es la única razón para exacerbar la enfermedad, ya que
resulta de la interacción de defectos de barrera de la piel, genes susceptibles, susceptibilidad a
infecciones y factores inmunológicos.
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Hipótesis de la higiene:
Se tenía el concepto de que una pobre exposición a agentes infecciosos en etapas tempranas de
la vida, predispone al desarrollo de enfermedad atópica. Se hizo popular por la alta prevalencia de
atopia en recientes décadas, junto a la baja tasa de nacimientos. Las familias pequeñas, el alto
nivel social, residencia en un ambiente urbano y un incremento en el uso de antibióticos se han
implicado como factores de riesgo.
Sin embargo, las investigaciones demuestran que, aunque las reacciones alérgicas como
DA, son mediadas por respuesta TH2, las infecciones son mediadas por respuesta TH1, la que se
sabe, antagoniza a la respuesta TH2. Así, un individuo expuesto a infecciones febriles (respuesta
TH1) es propenso a desarrollar grandes respuestas alérgicas, como evidencia por el incremento de
la incidencia de DA. Realmente, las lesiones de DA crónica, pueden tener células TH1 y citocinas,
mientras que con infecciones por parásitos inician reacciones de TH2 con eosinofilia asociada. Por
lo tanto, la hipótesis de la higiene es imperfecta (Kiken y Silverberg, 2006).
En suma, los efectos paracrinos de estas citocinas sobre las células endoteliales en la
dermis papilar, lleva a sobrerregulación y flujo de leucocitos incluyendo monocitos y linfocitos. IL-18
es conocida como una quimiocina que mantiene estas células dentro del ambiente epidérmico.
Esta reacción induce la liberación de INF- , de IL-1 , IL-1ra, GM-CSF (factor estimulante de
colonias de monocitos y granulocitos) y FNT (Harper, et al., 2006).
Esta reacción fue TH2 e IgE independiente y el papel de antígeno específico es poco
claro; ellos sugieren un mecanismo básico general para la eccematización y disrupción de barrera,
resaltando la importancia de la interacción en la patogénesis de estas lesiones. Iordanov y col.,
confirmó la asociación de apoptosis y espongiosis, demostrando in Vitro, que la hiperproliferación,
tan prominente en DA, así como la liquenificación, pueden ser debidas a generación de receptores
de factor de crecimiento epidérmico (FCE), ligados por queratinocitos apoptóticos (Simpson y
Hanifin, 2006).
.
Agregado a la deficiencia de ceramidas, otra explicación de los cambios en la barrera
epidérmica, es en el metabolismo de los ácidos grasos escenciales. Una deficiencia de la actividad
de la -6 desaturasa, se ha postulado como origen de la cantidad de metabolitos de ácido linoleico
y ácido linolénico, los cuales tiene un papel importante en la estructura y función de la barrera
epidérmica.
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Son el sustrato de los mediadores inflamatorios prostaglandinas (PG) y leucotrienos. Dicha
anomalía puede vincularse a la piel seca y a las reacciones celulares inmunes a través de la
deficiencia secundaria de PGE1.
Anomalías inmunológicas:
En cambio, los clones de células T hapteno-específicas (ácaro del polvo, cándida albicans
y toxoide tetánico) producen INF y sólo en algunos casos producen un poco de IL-4. Los
individuos atópicos que producen clones de células T específicas para ácaro, tienen producción
aberrante de linfocinas, potentes inductores (in Vitro) de producción de IgE y de IL-4, en
comparación con la producción de IFN .
También son potentes inductores de eosinófilos, por secreción elevada de IL-5, por lo que
se le considera a la producción de linfocinas secreción aberrante como causal relacionada con DA.
Se ha postulado que las células dendríticas pueden proporcionar una tercera señal: los
subtipos DC1 y DC2, en los que pueden identificarse diferentes efectos sobre el resultado de TH0
y así determinar el resultado de una respuesta inmune (TH1, TH2). Antígenos enfocados por IgE
producida por células de Langerhans son una nueva evidencia de la presencia de receptores de
alta afinidad para IgE (Fc RI) en estas células.
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La exacta interacción entre las diferentes poblaciones celulares (queratinocitos, células
endoteliales, mastocitos, granulocitos eosinofílicos, CPA y células TH1 y TH2) permanece
establecida. Sin embargo, se cree que la atopia está determinada genéticamente y quizá el brote
preferencial mediado por CPA de TH2 cuando ocurre la estimulación por haptenos. La IgE se filtra
dentro de la circulación y se liga a través de Fc RI sobre mastocitos y CPA incluyendo células de
Langerhans.
Los defectos fundamentales en estas vías podrían demostrar una amplia variedad de anomalías
que son provocadas. Los primeros estudios de regulación celular, evolucionaron desde la
bioquímica del nucleótido cíclico y la evidencia para reducir AMPc, el cual inhibe la función
inflamatoria celular, proporcionando un concepto unificado que explique la hiperactividad inmune e
inflamatoria tan prominente en DA. Niveles subnormales de AMPc, resultan por incremento de la
hidrólisis de la AMPc-fosfodiesterasa (PDE) a la que se le ha encontrado en sangre de cordón
umbilical de bebés predispuestos a la DA.
La DA es un cuadro inmunológico complejo con una deficiencia inmune cutánea, selectiva, que
tiene dos facetas: 1) La deficiencia inmune que se refleja en la tendencia o susceptibilidad a
enfermedades como virus del herpes simple, virus vacunal, molusco contagioso y verruga vulgar,
como infecciones más prolongadas y extensas.
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(PAM). 2) La hiperrespuesta inmune en el que las células T activadas residen en la piel lesionada
en pacientes con DA y también, pueden originarse de estimulación irritante con respuesta de
queratinocitos como iniciadores y superantígenos y alergenos como posibles activadores.
En la piel se incrementa la respuesta TH2 así como en sangre, nódulos linfáticos, que
contribuyen a alergia respiratoria y alimentaria que acompañan a la DA. Las células dendríticas y
monocitos incrementan la producción de IL-10, la que inhibe la función de TH1 y acentúa la
respuesta de TH2. El incremento de células dendríticas, portadoras de IgE también están
presentes y como CPA pueden amplificar las respuestas TH2 a los alergenos que pasan a través
de la barrera del estrato córneo interrumpida.
Una hipótesis sugiere la presencia de TH2 como respuesta “aguda” seguida de inflamación
“crónica” mediada por TH1. Una debilidad de este concepto es la evidencia de iniciación de Fas
estimulado por IFN del eccema El estudio de células T reguladoras (Treg) en DA y enfermedades
atópicas, es sólo en estadios tempranos y un mecanismo regulador, IL-10, es confuso por la
prominente sobreexpresión de IL-10 de monocitos en DA. La relativa contribución de células T y
monocitos y su regulación inmune atópica permanece incierta (Simpson y Hanifin, 2006; Simpson y
Hanifin, 2005).
Ellos demuestran que tal sensibilización puede ser inducida por exposición a MnSOD
fúngico ambiental de Malassezia sympodalis, por mimetismo molecular, llevando a una reacción
cruzada. El desbalance de TH1 y TH2 depende del polimorfismo en el gen IL-18 sobre células
mononucleares, los cuales reaccionan después de estimulación con superantígenos a través de
sobrerregulación de IL-18 y bajorregulación de IL-12. La sustancia P (factor de crecimiento
nervioso) y polipéptido intestinal vasoactivo (PIV) están incrementados en sangre de pacientes
con DA.
En piel enferma existen dos tipos de receptores de alta afinidad para células dendríticas
portadoras de IgE, es decir, células de Langerhans y células dendríticas epidérmicas inflamatorias
(CDEI) y cada una jugando un papel en la función de la fisiopatología de DA, especialmente
células de Langerhans en la iniciación de la respuesta inmune alérgica y la conversión de células T
nativas a células TH2 con altas cantidades de IL-4.
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La estimulación del receptor de alta afinidad para IgE en la superficie de las células de
Langerhans por alergenos, induce la liberación de señales quimiotácticas y reclutamiento de CDEI
y células T in Vitro y lleva a la liberación de altas cantidades de señales proinflamatorias, las que
contribuyen a la respuesta inmune.
Las células T activadas que contienen ligando Fas soluble, inician la apoptosis. El ligando
relacionado a la apoptosis FNT (trail) miembro de la familia de FNT, induce la apoptosis de células
tumorales o infectadas por virus. La expresión de diferentes parámetros inmunológicos se ha
estudiado desde que la desregulación inmune se ha considerado posible como defecto clave. Las
células Treg o TH3 (CD25+/CD4+) pueden suprimir tanto TH1 como TH2.
Las moléculas de adhesión pueden jugar un papel importante en las series de células T del
huésped dentro de la piel expuesta al alergeno de individuos atópicos, las que se manifiestan con
alta expresión, especialmente, moléculas de adhesión intercelular (ICAM)-1 e ICAM-3, E-selectina
y L-selectina, en pacientes con DA, que tienen importancia clínica para manejo de la enfermedad,
sin olvidarnos de moléculas expresadas sobre células de Langerhans como E-cadherinas
(Lipozenic y Wolf, 2007; Simpson y Hanifin, 2005).
Inflamación neurogénica:
- Receptor activador de proteína (PAR) que emerge como el principal mediador del prurito
en DA, como oponente a la vía de la histamina.
Diversos estudios revelaron una piel atópica que exhibe niveles alterados de fibras
nerviosas, neuropéptidos, receptores de neuropéptidos y neuropeptidasas. PAR es una nueva
familia de receptores acoplados a proteína G que comienza a activarse después de dividirse por
proteasas y se ha encontrado en neuronas sensitivas, queratinocitos, mastocitos y células
endoteliales. De éstos, PAR-2 parece ser un importante mediador de inflamación neurogénica.
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INTERACCIÓN GENES-AMBIENTE:
Diversos factores ambientales se le han asociado: lavado con jabón y detergentes, lavado
con agua dura y exposición al ácaro del polvo. Todos estos agentes dañan la barrera de la piel
directamente, siendo un evento importante para la manifestación de dicha enfermedad.
Alain Taieb propuso que una predisposición genética a una barrera de piel defectuosa, es
un evento primario en el desarrollo de DA, permitiendo la penetración y aumento de respuestas
TH2. Se han identificado variaciones en genes reguladores de la descamación, demostrando fuerte
asociación con DA y con respuesta de barrera de la piel dando lugar a una barrera delgada.
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Se han definido dos tipos de DA: la forma extrínseca, que está asociada con niveles
elevados de IgE sérica total y niveles elevados de IgE específica a agentes ambientales. Mientras
que la forma intrínseca está asociada a niveles séricos normales de IgE dentro de rangos normales
para la edad y sin incremento de niveles séricos de IgE específicos para agentes ambientales. Se
ha postulado que ésta última puede ser considerada como pura, primaria y de forma transitoria.
El grosor del estrato córneo puede variar en diferentes regiones del cuerpo e incrementar
el nivel de protección en áreas que experimentan mayor fricción, tales como plantas de los pies y
palmas de las manos. Durante la formación de corneocitos, las células granulares derraman su
contenido dentro del espacio extracelular en forma de matriz laminar de lípidos, el cual fija a los
corneocitos como cemento.
La descamación también tiene un fino balance entre ruptura de barrera, suficiente para
permitir una continua renovación de células epidérmicas, manteniéndolo intacto para prevenir
alergenos e irritantes que penetren a través de las capas profundas de la piel.
Existe una red de proteasas degradadoras reguladas por inhibidores de proteasas, los
cuales rompen la adhesión que mantienen juntos a los corneocitos y permite a los mismos,
mudarse desde la superficie de la piel (las proteasas “oxidan la barra de hierro” hasta corroerla
completamente). Y lo hace a través de proteasas secretadas dentro de espacios extracelulares del
estrato córneo en la descamación, para facilitar el debilitamiento de los corneodesmosomas.
Las proteasas involucradas en este proceso son la enzima quimotripsina del estrato córneo
(EQEC) y enzima tríptica del estrato córneo (ETEC), las cuales son expresadas por queratinocitos
granulares y presentes dentro de espacios extracelulares del estrato córneo. EQEC hidroliza a la
córneo desmosina y desmocolina 1, y ETEC a la desmogleína 1 entre otras: catepsina L2/proteasa
tiol del estrato córneo y enzima del estrato córneo L-Like, etc.
Diversos genes se han relacionado con incremento de IgE, IL-4 y al receptor de alta
afinidad de IgE. Sin embargo, se ha encontrado una gran proporción de niños con DA que no
tienen incremento de niveles de IgE, sugiriendo que otros genes juegan un papel importante en el
desarrollo de la DA. Se ha encontrado una alta asociación entre el gen de EQEC y DA sin
incremento de IgE.
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La asociación no fue significativa en pacientes con altos niveles de IgE sérica; así, una
mutación en el gen EQEC, puede incrementar la producción de la enzima en la piel de individuos
con DA intrínseca. Su sobreexpresión puede causar lisis prematura de las proteínas
corneodesmososmas, con la consecuente descamación, dejando una barrera epidérmica
defectuosa y delgada, permitiendo la penetración de irritantes, y favoreciendo el desarrollo de
respuesta inflamatoria.
Las mutaciones dentro de los genes que codifican proteínas de adhesión, alteran la
habilidad de estas proteínas de preservar la integridad de barrera de la piel, desarrollando un papel
importante en el desarrollo de DA.
Las variantes dentro del gen de mastocitoquimasa, se han asociado a niños con DA que
se acompañó de niveles bajos de IgE sérica total. En cambio, en adultos con DA, un polimorfismo
en la región promotora de este gen, se ha asociado con altos niveles de IgE sérica total.
El ácaro del polvo es una de las más de 30 proteínas que pueden inducir respuesta
mediada por IgE, como son las proteasas cisterna y serina, dividiendo las proteínas de adhesión e
incrementando la permeabilidad del epitelio pulmonar.
Las pruebas de parche demuestran que dos proteínas con actividad proteolítica derivan
del ácaro del polvo (Der P1 y Der P2) que pueden provocar reacciones irritativas o inmunes de IgE
contra el ácaro, sugiriendo que estas proteínas causan irritación en la piel o activación inmune, a
través de actividad proteolítica directa.
La superficie de la piel o manto ácido, contribuye a una óptima función de barrera y este pH
fluctúa entre 5.4 y 5.9 en piel sana. El pH del recién nacido está cerca de lo normal (6.5) y alcanza
el pH del adulto a las pocas semanas de nacido.
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El manto ácido se origina de metabolitos exógenos microbianos, ácidos grasos libres de origen
pilosebáceo y productos derivados de glándulas ecrinas como aminoácidos y ácido láctico y de las
vías endógenas como productos de queratinización, síntesis de ácidos grasos libres, producto de
la hidrólisis de fosfolípidos, etc.
Los pacientes con dermatitis seborreica incrementan el pH de su piel, así como los de DA y
xeroderma, comparado con pacientes sanos. Muchas enzimas involucradas en la homeostasis de
la barrera epidérmica, se ha demostrado que son pH dependientes.
La proteasa EQEC se activa con un pH neutral. Un cambio del pH de 7.5 a 5.5 reduce la
actividad de EQEC hasta un 50%. EQEC/ETEC inician la degradación del corneodesmosoma de la
capa baja del estrato córneo, con un pH neutro (7.0).
Los más comunes agentes ambientales pueden incrementar el pH de la piel como jabones o
detergentes, causando adelgazamiento del estrato córneo, el cual consiste en aumento de la
actividad de las proteasas de la piel, tales como EQEC, resultando en ruptura prematura de los
corneodesmosomas y esto se explica por las variantes genéticas en el gen de EQEC expresado en
la piel.
Los surfactantes de los detergentes pueden dañar la piel, como uno de los irritantes de la
dermatitis por contacto de las manos y ser un disparador de la DA. Sus efectos agudos pueden ser
explicados parcialmente por liberación de citocinas proinflamatorias desde los corneocitos (Cork, et
al., 2006).
MANIFESTACIONES CLÍNICAS:
El eccema y la dermatitis fueron descritos por Bolos de Mendes en el año 300 a. de C; después, en
el año 600 d. de C, Aetius de Amida, definió los términos, pero fue hasta 1980 cuando Hanifin y
Rajka propusieron usar signos clínicos fácilmente detectables como criterios para el diagnóstico de
DA.
Estos parámetros se basan en la experiencia clínica, son aplicables a niños y adultos y son
especialmente útiles para clasificar esta enfermedad.
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Criterios mayores (tres o más):
Prurito
Morfología y distribución características de las lesiones
Liquenificación flexural en adultos
Afectación facial y de zonas extensoras en lactantes y niños mayores
Dermatitis crónica o crónica recurrente
Antecedentes familiares o personales de atopia (asma, rinitis alérgica o DA)
Xerosis (resequedad)
Ictiosis (resequedad y formación de masas epidérmicas semejantes a escamas)
Pruebas cutáneas positivas (hipersensibilidad tipo I)
IgE sérica elevada
Inicio en edades tempranas
Infecciones cutáneas más frecuentes (especialmente S. aureus y herpes simple, por
deterioro de la inmunidad mediada por células)
Dermatitis inespecífica de las manos y los pies
Eccema en los pezones (eritema, edema, vesículas, exudación, costras y descamación)
Queilitis (inflamación de los labios)
Conjuntivitis recurrente
Pliegue infraorbitario de Dennie-Morgan
Queratocono (deformidad cónica de la córnea)
Catarata subcapsular anterior
Ojeras atópicas
Palidez-eritema facial
Pitiriasis alba (también llamado impétigo seco)
Liquenificación en la parte superior del cuello
Prurito con la sudoración
Intolerancia a la lana y los solventes
Acentuación perifolicular-eccema
Intolerancia a los alimentos
Evolución modificada por factores ambientales-emocionales
Dermografismo blanco (Calderón, et al., 2007; Báez Loyola et al, 2006).
Aparece habitualmente en la infancia, en 80% de los casos antes del primer año de vida y en 95%
después de los 5 años. Las erupciones significativas, usualmente se detienen cuando los niños
llegan a la edad escolar. Su completa aclaración ocurre hacia la pubertad o adolescencia
temprana, entre un 40% a un 60% de los pacientes.
Los casos persistentes están asociados con ataque temprano de la enfermedad, con
menos probabilidad de que experimente remisión; enfermedad severa o generalizada, asma, fiebre
del heno concomitante, y una historia familiar de DA. Aunque en adultos, frecuentemente está
limitado a las manos, la sensibilidad persistente a químicos y fragancias, permanece y llega a
causar una dermatitis ocupacional (Kiken y Silverberg, 2006; Buys, 2007).
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Patrón de reacciones cutáneas
Fase aguda o leve: xerosis, microvesículas con costras, placas erosionadas, eritema
papular, eccema (piel llorosa y exudativa), prurito, afecta algún segmento del cuerpo.
Fase crónica o severa: xerosis, eritema, piel seca con escamas, liquenificación con o sin
pápulas fibróticas y costras hemáticas, prurito intenso (impide dormir) y afecta casi todo el
cuerpo.
1. Etapa infantil: que puede iniciar alrededor de las primeras semanas a los dos meses de
edad. Se distingue por lesiones eritematosas, pruriginosas, papulares, exudativas y costras
hemáticas que predominan en las mejillas, pero respetan el triángulo central de la cara
(lesión en servilleta). Las lesiones pueden extenderse a la piel cabelluda, pliegues
retroauriculares y de flexión, el tronco y las nalgas o pueden ser generalizadas; aparecen
en brotes. En general, las lesiones desaparecen a los dos años de edad sin dejar huella.
2. Etapa pre y escolar: las lesiones más comunes son pápulas pruriginosas sin exudación.
Puede haber placas engrosadas que muestran liquenificación y excoriación. Se alteran
diferentes áreas, pero las más afectadas son las zonas antecubitales y poplíteas, las
muñecas, los párpados o la región peribucal. En general, las lesiones surgen de los 2 a los
12 años de edad.
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Etapa de lactante y primera infancia (2 a 6 meses hasta los 2 años)
CLÍNICA:
Prurito. Es una sensación desagradable de la piel que provoca una respuesta motora de rascado,
que puede ser constante, de intensidad variable y generalmente cursa en brotes, lo que provoca
lesiones traumáticas secundarias. Se ha relacionado con la liberación de mediadores inflamatorios
como histamina, proteasas, interleucinas, etc.
Historia personal o familiar de atopia. Es la existencia de una enfermedad atópica (asma, rinitis,
alergia a los alimentos o la misma DA), generalmente existen antecedentes familiares de atopia
hasta en un 70% de los casos, lo que se correlaciona con el aumento de las concentraciones de
IgE hasta en 80% de los pacientes.
Xerosis. Se reconoce por la piel seca no inflamada con descamación fina y es el signo más
común, persiste toda la vida con variaciones estacionales.
Pruebas cutáneas positivas. Los pacientes con DA tienen respuestas positivas a diferentes
alergenos, incluso en 85% en las pruebas de punción (Prick).
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IgE sérica elevada. La concentración sérica total suele estar por arriba del intervalo de normalidad
para la edad.
Inicio en la edad temprana. Puede afectar a cualquier edad, en un gran porcentaje inicia en los
primeros tres meses y antes de los cinco años.
Eccema del pezón. Es una manifestación común a partir de la adolescencia (del 3 al 20%), se
distingue por piel seca, dura, íperpigmentación, eccema y aumento de la sensibilidad.
Hiperlinearidad palmar. La cual también ocurre en otros trastornos tales como queratodermia
palmoplantar y Síndrome de Down.
Pliegue nasal transverso. Conocido como saludo alérgico, causado por el rascado hacia arriba de
la nariz precipitado por los síntomas nasales como prurito.
Ictiosis vulgar. Es una genodermatosis que se presenta como “escamas de pescado”, en los
antebrazos y cara anterior de las piernas. La excesiva xerosis que la acompaña puede exacerbar a
la DA.
Pliegue de Dennie-Morgan. Son pliegues prominentes en los párpados inferiores, simétricos, que
se observan en 70% de los pacientes atópicos.
Ojeras atópicas. Oscurecimiento periorbitario que afecta a casi todos los pacientes, generalmente
concomitante con manifestaciones respiratorias alérgicas.
Eritema con palidez facial. El contraste de eritema en mejillas con palidez central es
característico en estos pacientes, particularmente en los lactantes.
Pitiriasis alba. Manchas hipocrómicas con descamación fina que se manifiesta en 30 a 40% de los
pacientes.
Prurito por la sudoración. La sudoración en estos pacientes desencadena prurito intenso, que se
convierte en un factor exacerbante.
673
Queratosis pilaris. La acentuación de hiperqueratosis folicular en áreas habituales (brazos,
muslos y glúteos) y su presencia en áreas no habituales, es un signo de DA.
Dermografismo blanco.
Normalmente la producción de una línea en la piel con un objeto romo produce eritema; en el
paciente con DA se produce una línea blanca en lugar de eritema.
Las formas atípicas o poco frecuentes pueden ocurrir de forma aislada, o alternar y coexistir con
formas clásicas. Para ello es importante interrogar sobre los antecedentes familiares o personales
de atopia, la presencia de estigmas de constitución atópica, la histopatología y el seguimiento
evolutivo.
Variedades morfológicas
Forma folicular: se caracteriza por pápulas foliculares cubiertas con escama o costra
serosa, con aspecto de “piel de gallina”, sin hiperqueratosis y con prurito intenso. Aparece
en invierno con curso cíclico, afectando principalmente tronco, cuello y superficies
extensoras de las rodillas. Responde efectivamente al tratamiento con esteroides tópicos.
Forma papular liquenoide: se distingue por pápulas liquenoides aplanadas que aparecen
en primavera y verano, afectando pliegues extensores de codos, rodillas, dorso de las
manos y en ocasiones, mejillas o superficies extensoras de antebrazos. Además, puede
haber prurito leve asociado con fricción. El grupo afectado es de niños entre 4 y 13 años.
Forma tipo prúrigo: son pápulas eritematosas, excoriadas con vesículas, que poseen
liquenificación localizada o perilesional. Afecta las superficies extensoras de las
extremidades aunque respeta las palmas y plantas. Puede haber prurito y rascado
continuo. La infancia temprana es el grupo más afectado.
Forma fotosensibilizada: ocurre principalmente en primavera y verano. Se caracteriza por
lesiones morfológicamente típicas. Es de tipo eccematoso o con placas liquenificadas. Lo
atípico de esta variedad es la localización (zonas fotoexpuestas). Afecta principalmente la
cara (donde se pierde el área centrofacial, V del escote), las caras externas de los
antebrazos y las caras anteriores de las piernas.
674
Eccema dishidrótico (pompholix): aunque la reacción dishidrótica también ocurre
independientemente de la atopia, creemos que los sujetos atópicos están predispuestos a
padecerla. Ocurre en un 7% de los niños menores de 5 años, 22% de niños entre los 6 y
los 10 años, 18% entre los 11 y los 15 años y cerca del 35% de los adolescentes entre los
16 y los 20 años.
Variedades localizadas
Queilitis atópica: forma localizada frecuente en escolares que se caracteriza por labios
secos con gran descamación. Por su cercanía con la cavidad oral puede infectarse de
forma secundaria. La aplicación repetitiva de saliva con la lengua y el retirar las escamas
buscando alivio provocan exacerbación de las lesiones.
DA invertida: es una forma atípica clásica de la edad escolar, que se manifiesta por
lesiones eritematosas, papuloescamosas excoriadas. Respeta las zonas antecubital y el
hueco poplíteo, pero afecta codos y rodillas.
Eccema escrotal y vulvar: afecta a ambos sexos y a cualquier edad. En etapa pediátrica es
más común en varones, las lesiones en el escroto se caracterizan por xerosis, costras
hemáticas, huellas de rascado y liquenificación. En edad prepuberal, afecta más a las
niñas y se manifiesta por lesiones en labios vaginales, que muestran placas de
liquenificación consecutiva al rascado crónico.
Dermatitis plantar juvenil: inicia en los primeros años de vida con mayor incidencia en la
edad escolar y se agrava principalmente en invierno. Los calcetines sintéticos, la
sudoración y el uso de calzado plástico son factores de riesgo. Se manifiesta con xerosis,
eritema brillante, escamas blancas y fisuras con dolor profundo. El prurito es intenso
aunque puede no estar presente. El dorso de los dedos (primer dedo) se ve afectado con
mayor frecuencia.
Tipo acropustulosis infantil: es una modalidad rara y puede darse desde la edad pediátrica
hasta la adolescencia, como única manifestación o concomitante con lesiones en otros
sitios. Hay múltiples pápulas excoriadas, vesículas y micropústulas.
Liquen simple crónico: es más frecuente en adultos jóvenes con o sin antecedentes de DA
en la infancia. Puede afectar cualquier sitio, con mayor frecuencia surge en la región
cervical posterior. Muestra placas redondas, liquenificadas, escamosas, muy pruriginosas
(Harper, et al., 2006; Calderón, et al., 2007; Báez Loyola et al, 2006; Buys, 2007).
675
Complicaciones
Infecciones bacterianas: más del 90% de las lesiones de DA son colonizadas por S. aureus
y arriba del 75% están colonizados en piel no lesionada. Son portados en las narinas,
seguidos por repetidas infecciones, a pesar del uso de antibióticos sistémicos y pueden
llevar a franco impétigo, El S. aureus puede potenciar la inflamación por secreción de
superantígenos y toxina , resultando en estimulación de células T, macrófagos y
eosinófilos.
Infecciones virales: en niños con DA, son difíciles de contener y frecuentemente llevan a
erupciones muy extensas. Se han observado extensión y generalización de enfermedades
como varicela y viruela y una minoría de pacientes con DA pueden terminar con eccema
vaccinatum o erupción variceliforme de Kaposi; si se exponen al virus del herpes simple,
pueden desarrollar eccema herpético doloroso, asociado a un riesgo de deshidratación y
superinfección bacteriana. El uso de aciclovir e hidratación curan rápidamente y reducen la
extensión de la enfermedad. El virus del papiloma humano (VPH) puede resultar
prolongado, gracias al procesamiento inmune anormal. Asimismo, pueden contagiarse con
el virus del molusco contagioso y desarrollar lesiones extensas llamadas dermatitis por
molusco. Es importante el tratamiento de las dos enfermedades ya que una puede
exacerbar a la otra.
Trastornos del sueño y anomalías del crecimiento: ya que el prurito empeora por la noche,
por disminución de la humedad y la muda de ropa. El sueño nocturno es requerido para
liberar la hormona de crecimiento. Por lo tanto, la familia sufre cuando el niño no duerme y
ellos tampoco lo logran, resultando en una gran frustración. Recientemente se ha
demostrado que la disfunción de sueño en niños afectados, tiene padres frustrados con
afectación física y emocional en ambas partes.
Alergia alimentaria y DA: que puede ocurrir desde los primeros tres meses de vida en
pacientes con predisposición a desarrollar alergia alimentaria y asma. Ocurre en una
tercera parte de los pacientes, aunque sigue siendo tema de debate. Cuando el estado de
la enfermedad es severo con extensión de > del 30% de superficie corporal, prurito
persistente y pobre respuesta a terapia tópica, particularmente niños pequeños, deben
evitarse alergenos comunes: leche, cacahuates, pescado, soya, huevo y chocolate, así
como prolongar la alimentación al seno materno (Kiken y Silverberg, 2006).
676
SCORAD:
B: INTENSIDAD
C: SÍNTOMAS
677
DIAGNÓSTICOS DIFERENCIALES:
678
TRATAMIENTO:
La DA es una enfermedad para la cual no hay cura ni tratamiento único ideal. Cada paciente
requiere de un plan de cuidado individual que tenga la combinación adecuada. El propósito inicial
del tratamiento es aliviar los síntomas y mantener húmeda la piel. Esto se logra con el uso de
emolientes, fortalecer la disminución del prurito, tratar infecciones secundarias y el uso de
corticosteroides o inhibidores de la calcineurina como agentes antiinflamatorios.
Baño y emolientes
Durante muchos años se ha enfrentado el conflicto sobre el beneficio del baño, debido a que el uso
ordinario de jabones y detergentes, remueve lípidos y aceites de la superficie de la piel,
ocasionando un efecto secante y es contraproducente en los casos de eccema. Actualmente, lo
aceptable en el baño diario del paciente con DA, es el uso de emolientes oleosos y el uso de
sustitutos de jabón, tales como cremas acuosas o ungüentos emulsificantes.
En los casos de eccema severo, se recomienda el baño dos veces al día y con este
régimen, se eliminan o remueven las escamas de la piel que son excelente medio para las
bacterias. El uso de aceites en el baño permite formar una fina película lipídica en la piel.
Otro de los usos en el baño es asegurarse de que el agua no sea muy caliente, ya que
puede intensificar el prurito; si además, se agrega aceite en el baño, puede mejorar la terapia. El
tiempo de baño debe ser de 10-15 minutos y posteriormente secado cuidadosamente, evitando
frotar su cuerpo, ya que precipita la sensación de picazón. Inmediatamente después del baño viene
el mejor tiempo para tratar el eccema con un esteroide tópico apropiado o un inhibidor de la
calcineurina, aplicados específicamente en áreas de inflamación.
Para prevenir los efectos de evaporación que también son dañinos para la función de
barrera de la piel, enseguida del baño deben aplicarse cremas humectantes o de los
medicamentos tópicos requeridos. La hidratación-humidificación cotidiana y frecuente de la piel,
mejora su función de barrera y disminuye su susceptibilidad a toda clase de irritantes. Con
frecuencia las mismas cremas son utilizadas como vehículos para los medicamentos tópicos.
Las compresas húmedas son útiles en casos agudos en que aun el baño es molesto.
Deben utilizarse jabones que no tengan fragancias ni colorantes. Los productos de avena tienen
efecto suavizante y antipruriginoso en algunos pacientes, pero no favorecen la hidratación de la
piel. Debe evitarse el uso excesivo de jabón, cosméticos, perfumes, talcos y aceites.
La ropa nueva debe lavarse antes de usarse la primera vez, a fin de eliminar residuos
químicos (formaldehído), los residuos de detergentes en la ropa, deben removerse con un
enjuague más intenso o prolongado y no con suavizantes de tela. La ropa ideal es la de algodón
(evitar ropa de lana). Las prendas de vestir deben ser de textura suave, holgada, que permita la
ventilación de la piel, evitando prendas que causen sudoración (Báez Loyola et al, 2006).
Muchos niños con DA tienen, generalmente, piel seca con fina descamación y grietas. La
aplicación de humectantes mejora la integridad de barrera de la piel. Hay que evitar los emolientes
muy grasosos, ya que pueden causar sobrecalentamiento de la piel y foliculitis. Los emolientes
oleosos en crema son más aceptables.
679
La aplicación de emolientes debe ser dos veces al día, en cantidades suficientes, sobre
todo, en áreas expuestas como manos y cara, las que tienden a secarse más rápidamente que las
partes cubiertas, aunque algunos pacientes prefieren por la noche ungüentos lubricantes, por sus
propiedades humectantes superiores. Las prendas de algodón como guantes y calcetines
aumentan este beneficio (Harper, et al., 2006; Buys, 2007).
Sin embargo, el uso de humectantes grasos, disminuyen su uso por la poca aceptación
cosmética. En un estudio no controlado, se agregó ceramidas a un emoliente utilizado en la terapia
de rutina y fue superior a los tratamientos standard (Simpson y Hanifin, 2006).
Las recaídas deben tratarse en forma agresiva cuando se presenten erupciones para
inducir remisión (baño seguido de corticosteroides tópicos) y buscar la causa de la recaída, como
pueden ser infecciones bacterianas o virales, piel seca, stress psicológico, irritantes no específicos
como el tipo de ropa, jabón y agua caliente durante el baño y el no cumplimiento de la terapia de
mantenimiento. La falla para reconocer los factores disparadores inhibe el control rápido de la
enfermedad, llevando a exposición prolongada de terapias antiinflamatorias.
El uso regular de emolientes debe ser continuo aun cuando no exista piel inflamada
aparente. Los emolientes con polidocanol son efectivos para reducir el prurito. La urea es utilizada
para hidratación intensiva, mientras que el ácido salicílico puede adicionarse al emoliente para el
tratamiento de lesiones hiperqueratósicas crónicas (Simpson y Hanifin, 2006; Lipozenic y Wolf,
2007).
Prurito
Es uno de los más estresantes e intensos síntomas de la DA. Esto resulta en trastornos del sueño
para el niño y la familia. La sensación de prurito es seguida de rascado, la que causa daño a la
piel, y en consecuencia, infección secundaria.
Un rascado inicial lleva a otro, comenzando un círculo vicioso, por lo que es importante
minimizarlos. Los niños deben ser distraídos, involucrando sus manos en otras actividades. Es
importante que el niño no se sobrecaliente, ya que se intensifica este síntoma (evitar
sobrecalentamiento de la habitación, uso de pijamas y cubrecamas no muy pesadas) y debe usar
prendas de algodón (la lana aumenta la comezón).
La evidencia de prurito severo es vista con excoriaciones y liquenificación, así como uñas
pulidas (brillosas), por lo que deben cortarse y limarse. El prurito puede reducirse con la aplicación
de emolientes tópicos, vendaje con cremas, compresas húmedas, esteroides tópicos, inhibidores
de la calcineurina tópicos y antihistamínicos. Estos últimos no deben aplicarse tópicos porque
pueden inducir alergias.
680
Los antihistamínicos sedantes pueden ser útiles para el tratamiento de las comorbilidades
(v.gr.: rinitis alérgica, dermografismo, urticaria) y trastornos del sueño, reservando la dosificación
para la noche. Los antihistamínicos no sedantes pueden agregarse en el día aunque son de
beneficio limitado, pueden ayudar en caso de pacientes con alergias. Como pueden ocasionar
taquifilaxia, se recomienda rotar por distintas drogas para evitar este problema. Entre los
antihistamínicos recomendados se encuentran los siguientes:
Oxatomida 2 mg/kg/día dividido en 2 dosis (Harper, et al., 2006; Pueyo, et al. 2004;
Buys, 2007).
Infección
Los niños con DA generalmente tienen colonización de la piel con S. aureus, algunos productores
de exotoxinas que actúan como superantígenos, incrementando la activación del eccema. Dicha
colonización se ha encontrado hasta en más del 90% de los pacientes. La secreción y costras del
eccema, son fuertes indicadores de infección bacteriana secundaria.
Las áreas de infección localizada pueden ser tratadas con antibióticos tópicos como
mupirocín en pulsos cortos para evitar resistencia bacteriana o ácido fusídico, por periodos no
mayores de dos semanas, en lugar de antibiótico oral. Si la infección está limitada y el eccema está
activo, se puede utilizar una combinación de antibiótico y esteroide tópicos.
Corticosteroides tópicos
Los corticosteroides tópicos son el estándar del cuidado de la piel atópica, aunque se carece de
datos que examinen sus efectos en uso prolongado tanto en la curva de crecimiento como en la
densidad ósea en los niños. Las complicaciones cutáneas tales como estrías, atrofia,
telangiectasias, acné, petequias, adelgazamiento de la piel, limitan el uso por largo tiempo de estos
agentes. Sus limitaciones van de acuerdo a la concentración óptima, duración y frecuencia de la
terapia y cantidad de aplicación.
En una gran revisión sistemática, se encontró que usando dos aplicaciones diarias no
fueron más efectivas que una aplicación al día. La propuesta de usos cortos con esteroides
potentes comparados con el uso a largo tiempo, no ha demostrado diferencias en niños con DA de
leve a moderada.
681
Los efectos de supresión del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal por esteroides tópicos
potentes, se ha investigado en pacientes pediátricos, en pocos estudios, sin hallazgos
concluyentes. Tales efectos, se cree, están asociados a la absorción percutánea en pacientes con
enfermedad severa y en menores de 2 años de edad. Además, esto teóricamente nos permite
recordar que la aplicación tópica en el párpado se puede acompañar de incremento de riesgo de
catarata y aumento de la presión intraocular.
En dos ensayos al azar, durante 16-24 semanas, con dosis intermitentes, no demostraron
evidencia clínica de adelgazamiento de la piel, atrofia o supresión del eje hipófisis-hipotálamo-
suprarrenal (Buys, 2007).
1. Inducción de remisión
2. Estabilización y mantenimiento
3. Rescate de erupciones
Las erupciones súbitas de DA son mejor tratadas con 5-7 días con ungüento de esteroides
tópicos de mediana y alta potencia, cuando se aplican en los 3 primeros minutos después del
baño, dos veces por día, para inducir la remisión parcial de la actividad de la enfermedad, con un
excelente resultado (acercándose a la eficacia de la prednisona oral), aún los casos más severos.
También son efectivos los periodos largos con esteroides de baja potencia para controlar
las erupciones hasta que la enfermedad se estabilice. Recientes ensayos han demostrado la
seguridad y eficacia de corticosteroides tópicos de potencia media, 2 veces por semana,
previniendo recaídas, cuando es aplicado en sitios sanos (Simpson y Hanifin, 2006; Simpson y
Hanifin, 2005; Hanifin, et al., 2004).
Las lociones carecen de propiedades hidratantes para tratar la DA. Una adecuada cantidad
de corticosteroide tópico es esencial para el tratamiento efectivo y adherencia al tratamiento,
tomando en cuenta que los corticosteroides no curan la DA (Buys, 2007).
682
Potencia de los corticosteroides
Inhibidores de la calcineurina
Mecanismo de acción
683
Aplicación: dos veces al día, en periodos no muy prolongados.
Efectos adversos: sensación de ardor local o prurito. Se desconocen los efectos adversos
locales y sistémicos a largo plazo.
Efectos adversos: sensación de ardor local y prurito. Se desconocen los efectos adversos
locales y sistémicos a largo plazo.
Contraindicaciones y precauciones: No administrar a pacientes con estados de
inmunosupresión, infecciones sistémicas o cutáneas y neoplasias. No asociarlo con otro
medicamento inmunosupresor. No está autorizado su uso durante el embarazo y la lactancia.
Existe riesgo de carcinogenicidad, por lo que recientemente la FDA en Estados Unidos advirtió que
debe evitarse el uso prolongado de pimecrolimus en niños. Presentación en crema al 0.1% (Báez
Loyola et al, 2006; Rodríguez, et al., 2005).
Ambos agentes son efectivos, con un buen perfil de seguridad para un tratamiento por un
periodo de 2 años o más con pimecrolimus y arriba de 4 años con tacrolimus. Las guías actuales
de la FDA recomiendan su uso por periodos cortos o largos pero intermitentes, en pacientes de
dos años de edad o mayores, que no respondan a la terapia convencional (Lipozenic y Wolf, 2007).
684
El resultado de un estudio con tacrolimus al 0.03% y 0.1% indica que el tratamiento a corto
plazo en niños de 2 a 15 años de edad, es inocuo (no produce daños adicionales) y concluyen que
con el tratamiento en áreas restringidas y durante un tiempo límite de tres semanas, es
aceptablemente inocuo y sugieren que es importante contar con estudios de administración en
áreas más extensas por periodos prolongados, a fin de evaluar la inocuidad a largo plazo
(Rodríguez, et al., 2005).
Terapia sistémica
A pesar de todas estas modalidades terapéuticas, algunos pacientes permanecen sufriendo esta
enfermedad en forma severa y resistente, afortunadamente, son la minoría.
Fototerapia
685
Esteroides sistémicos
Esta modalidad en niños se evita excepto en pacientes excepcionales con enfermedad severa o
erupciones agudas y que no responden favorablemente a otros tratamientos. Sin embargo, está el
riesgo de reducir la tasa de crecimiento mientras los niños toman el medicamento.
Ciclosporina
Es un macrólido con potencia inmunosupresora que actúa a través del bloqueo de la calcineurina y
se utiliza en DA aguda cuando el paciente no responde al tratamiento convencional y si existe
riesgo con el uso de dicho medicamento.
Debe monitorizarse medición de presión arterial (al menos dos registros), peso, talla y
descartar embarazo. Exámenes de laboratorio que incluyan hemograma, función renal y hepática,
sedimento urinario, magnesio y ácido úrico. Deben repetirse controles cada dos semanas y luego
del segundo mes cada cuatro semanas. Debe monitorizarse la ciclosporinemia.
1) Comenzar con una dosis de 2.5 a 5 mg/kg/día por vía oral, dividida en dos dosis. El
beneficio se observa en los primeros dos meses, por lo que no se recomienda como tratamiento de
exacerbaciones.
686
2) Una vez obtenida la mejoría, se inicia reducción gradual del medicamento para evitar o
retrasar la eventual reactivación de la enfermedad. Se aconseja que la duración máxima del
tratamiento en niños sea de 6 meses.
Azatioprina
Deben medirse niveles de tiopurina metiltransferasa para identificar a pacientes con riesgo
de toxicidad. Algunos reportes concluyeron que puede proveer un mejor valor al tratamiento de
esta enfermedad.
Interferón gamma
Su uso está indicado en una minoría de pacientes adultos y niños con DA grave, cuando no
reaccionan o no toleran otros tratamientos. Actúa inhibiendo la secreción de IL-4 y, por lo tanto, de
IgE.
Dosis y esquema de tratamiento: La dosis utilizada es de 50 g/m2, diaria o tres veces por
semana en inyección subcutánea.
Metotrexate
687
Está contraindicado en el embarazo. Se usa una dosis de 2 g al día, por vía oral (Báez
Loyola et al, 2006; Simpson y Hanifin, 2005).
Gammaglobulina endovenosa a dosis altas
Antagonistas de leucotrienos
La función de los cisteinil leucotrienos no está bien definida en la DA; sin embargo, por ser
mediadores de la respuesta inmunoalérgica y cuyo bloqueo disminuye la cantidad de eosinófilos,
se puede recomendar su uso.
Los estudios en pacientes con asma y DA han demostrado su utilidad clínica en ambas
enfermedades. El montelukast permanece como una opción útil en asma leve y moderada. Su
limitada utilidad en DA refuerza el hecho de que aunque estas enfermedades están relacionadas,
la enfermedad de fondo claramente difiere y requiere futuras investigaciones para dilucidar su uso.
Zafirlukast está aprobado en asma y DA en adolescentes y adultos (Báez Loyola et al, 2006;
Lipozenic y Wolf, 2007).
Factor de transferencia
Anticuerpos monoclonales
Los anticuerpos quiméricos anti-IgE, bloquean el receptor Fc de alta afinidad de la IgE, reduciendo
sus niveles séricos y bloqueando la unión de IgE y mastocitos, basófilos y células presentadoras
de antígenos, por lo que previenen cambios inflamatorios mediados por IgE y son una forma de
tratamiento no específica a un alergeno sin riesgo de anafilaxia, fue aprobado recientemente por la
FDA para el tratamiento del asma grave alérgica.
Está por definirse su papel en DA, probablemente dirigido a pacientes con altos niveles de
IgE y en quienes la IgE sea un factor etiológico para su enfermedad (Lipozenic y Wolf, 2007;
Graves, et al., 2007).
Timopentín
688
Aunque la timopentin sola no es más efectiva que los corticosteroides o ciclosporina, tiene
un buen perfil de seguridad y por lo tanto, se sugiere su uso en adición al manejo conservador. El
costo, sin embargo, puede ser una limitante (Harper, 2006).
Miscelánea
En recientes estudios basados en evidencias para el manejo de DA, no revelaron buena respuesta.
Estos son suplementos alimenticios como aceites de prímula, borraja, pescado, piridoxina, vitamina
E o zinc. Algunas evidencias sugieren que las hierbas chinas pueden ser benéficas, pero se ha
documentado datos de cardio y hepatotoxicidad, así se encontró presencia de corticosteroides en
las mismas. Los probióticos tampoco reportaron beneficios en la mejoría de la DA (Simpson y
Hanifin, 2006; Hanifin, et al., 2004).
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