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UNIVERSIDAD DEL ZULIA

FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN


CENTRO DE ORIENTACIÓN

EMOCIONES EN LA CIENCIA

Proyecto Condes Nº 0329-07


Adscrito al Centro de Orientación
de la Facultad de Humanidades y Educación

Autores: Dra. Leticia Prieto de Alizo


MSc. Lizyllen Fernández
MSc. Rosario Fonseca

Maracaibo, octubre de 2008


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I. Introducción

El presente estudio tiene como objetivo central identificar patrones en los

significados que asigna a su labor científica el investigador consolidado, en

términos de sus emociones. El interés se centra en la idea de que las

características emocionales, aspecto a considerar en el funcionamiento efectivo

de cualquier individuo, es clave en la ocupación de investigador y abriría

nuevas alternativas en el contexto de la formación de investigadores, incluso

desde los primeros años de formación académica. Bajo un enfoque

fenomenológico, se apoya en un encadenamiento de métodos cualitativos:

hermenéutica y etnografía, haciendo uso de métodos diversos tales como

grabaciones audiovisuales del campo, entrevistas en profundidad, observación

no participante, entre otros; la información recopilada será analizada a través

del análisis de contenido y el establecimiento de categorías. Se esperan

obtener resultados que definan mas acertadamente las competencias

emocionales y los valores que deben estar presentes en un investigador, de tal

forma que se oriente mas adecuadamente la formación personal de los

investigadores noveles.

Numerosos estudios han sido generados a todos los niveles de la

educación formal, así como en institutos dedicados a la investigación y

desarrollo en diversas áreas de aplicación (social, salud, técnica, entre otros).

Es clara la importancia de la generación de nuevos conocimientos y el

desarrollo de avances científicos en la evolución de la sociedad, en el


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mejoramiento de la calidad de vida del ser humano y, probablemente, en la

supervivencia de la humanidad.

Si se analizara la dinámica del proceso científico que ha orientado estas

investigaciones podrían encontrarse diversos sistemas de producción de

conocimiento. La corriente científica que guía al investigador o a la comunidad

científica de la cual forma parte, determina la base conceptual que soporta su

comprensión del fenómeno estudiado, los métodos y técnicas que utiliza entre

varias posibilidades a su alcance. Dada la importancia que ésta dinámica

posee sobre el modo de investigar y el producto resultante, algunos estudiosos

han procurado abordar el referente epistemológico que subyace en el

pensamiento del investigador y que asegura la credibilidad o defendibilidad del

conocimiento ante sus pares.

El interés que las instituciones científicas y educativas han tenido en el

área de la formación de investigadores, se ha fundamentado principalmente en

la necesidad de promover las competencias investigativas en todos los niveles,

incluso desde los primeros años de la Escuela Básica, entendidas éstas como

la preparación epistemológica y metodológica de quien se inicia en el proceso

de creación de conocimiento, propio o social.

El énfasis de la investigación acerca de la investigación se ha centrado

en los procesos y productos derivados, dejando a un lado el elemento clave de

quien hace investigación: el investigador, lo que corresponde al inicio de la

construcción de este estudio.

Desde una perspectiva diferente, en este estudio se hace énfasis en el

aspecto personal y social del investigador, entendiendo que la investigación, en

principio, es un hecho individualizado que se desarrolla dentro de una


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organización, y donde las individualidades comienzan a interaccionar y a

generar un círculo de influencias entre ellas.

De todos es conocido el llamado Índice TMT (Todo Menos Tesis) el cual

representa un grave problema que aqueja a las universidades venezolanas y

latinoamericanas. Este índice puede ampliarse al Síndrome TMI (Todo Menos

Investigación) el cual se conceptualiza como un conjunto de trastornos

impedimentos, obstáculos, sentimientos y conductas que presentan algunos

estudiantes, profesores o profesionales en general, cuando abordan la tarea de

planificar, desarrollar o publicar un proyecto de investigación, Tesis, Trabajo de

Grado, Trabajo de Ascenso o similar.

Estos argumentos evidencian uno de los aspectos que puede trastocar

en el fondo, al problema: el hecho psicológico, aún y cuando se asegure

reiteradamente que el obstáculo de la investigación es de tipo metodológico,

administrativo o epistemológico.

Son seres humanos quienes exploran sobre su ambiente para identificar

áreas deficitarias susceptibles de investigar; son éstos quienes organizan,

planifican, desarrollan y comunican los avances científicos a los que pudieran

haber llegado; son estas personas en las que se encuentran cifradas muchas

de las esperanzas de un futuro más óptimo para la humanidad. Cabe

preguntarse entonces: ¿tienen los investigadores algunas condiciones

psicológicas especiales que los diferencia de otras personas?; ¿existe algún

perfil psicológico particular que caracterice a quienes se dedican a la

investigación?; y si la respuesta a esta última cuestión fuera afirmativa, ¿sólo

podrían ser investigadores aquellos que nacen con las condiciones


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psicológicas y sociales pertinentes a esta labor?; y si por el contrario, la

respuesta fuera negativa, ¿sería posible formar investigadores?.

Volviendo al planteamiento central de esta propuesta, la disciplina

psicológica ofrece una gran variedad de enfoques que buscan explicar de qué

forma se estructuran y actúan las características psicológicas del ser humano;

las perspectivas son variadas: tendencias biológicas versus culturales;

unidimensionales contra plurales; habilidades generales enfrentadas con

habilidades específicas. Ya las llamemos inteligencias, facultades o

condiciones psicológicas es evidente que algunas personas dedicadas

activamente a la investigación (en cualquier disciplina) poseen una

combinación de condiciones (o inteligencias) o una condición particular que les

permite enfrentar exitosamente las dificultades administrativas, metodológicas,

procesales y sociales que se encuentran íntimamente ligadas al proceso

investigativo.

Las funciones de docencia, investigación y extensión, son inherentes a

la labor del docente universitario, a pesar de que la primera es considerada su

deber ser por excelencia. Sin embargo, es indudable la importancia que la

investigación posee en los índices de productividad de una universidad, hasta

el punto que la asignación del presupuesto a las universidades depende en

buena parte de la productividad académica, traducida en los programas y

proyectos de investigación concluidos o en proceso, las publicaciones

científicas realizadas, la participación en eventos y la formación de nuevos

investigadores, entre otros. A pesar de esta realidad, son poco los académicos

que hacen vida en el mundo de la investigación, limitándose a desarrollar sus

estrategias académicas en las aulas.


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El estudio de las características emocionales, aspecto a considerar en el

funcionamiento efectivo de cualquier individuo y, a nuestro juicio, clave en la

ocupación de investigador, permitiría introducirse en un ámbito hasta ahora

inexplorado y que abriría nuevas alternativas en el contexto de la formación de

investigadores, no sólo a nivel de quienes ejercen como académicos, sino

desde los primeros años de formación académica que es donde se encuentra

el semillero de los futuros hacedores de conocimiento y tecnología del país.

En el plano heurístico, esta investigación constituye el inicio de una

nueva línea de investigación sobre la investigación en la Universidad del Zulia,

que abre nuevos caminos de conciencia y reflexión en el campo de la

formación de investigadores, produciendo los insumos iniciales para generar un

modelo de la estructura mental del investigador consolidado, que alimente el

nivel de comprensión que hasta el momento se posee acerca del individuo que

investiga, en lo que quizás, en un futuro pueda llamarse la ciencia de la

investigación.

La importancia que hoy se da a la investigación, a la búsqueda del

conocimiento sigue aumentando de forma exponencial. El interés del Ministerio

de Educación, Cultura y Deporte, así como del Ministerio de Educación

Superior en la formación de habilidades investigativas, y los productos

generados de esta labor son evidentes y de allí la importancia de la formación

de competencias investigativas en quienes se están formando. El temor que

usualmente se encuentra hacia la actividad científica, probablemente esté

fundamentado en una emocionalidad negativa que es posible moldear, para

facilitar el proceso investigativo en vez de bloquearlo. Los resultados obtenidos

del proyecto permitirán definir las estrategias más idóneas para complementar
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la formación de los investigadores, con los mecanismos que técnicos y

metodológicos que hoy día se está implementado.

II. Objetivos de Investigación

Objetivo General

Identificar patrones en los significados que asigna a su labor científica el

investigador consolidado, en términos de sus emociones, como características

psicológicas.

Objetivos Específicos

- Identificar los rasgos y mecanismos emocionales que, según su propia

vivencia, permiten al investigador abordar sus procesos de investigación.

- Aproximar a la comprensión de las emociones, como un elemento del

modelo de la estructura de la mente del investigador, que represente los

más cercanamente posible, la realidad vivenciada por los científicos

abordados

Alcance
La viabilidad de este estudio se apoya en la posibilidad de contar con los

actores en su ejercicio profesional. Las investigadoras adscritas al proyecto son

profesoras de la Universidad del Zulia, tres de ellas pertenecientes al Programa

de Promoción al Investigador, lo cual les permite entablar una relación directa

con sus pares investigadores, quienes constituyen la planta de informantes. El

contacto con estos actores permite realizar las observación, análisis, discusión

y medición de los aspectos asociados a la investigación.

La aplicabilidad de los resultados de la investigación podrá ser utilizada por

la Universidad del Zulia, y en particular por su Vicerrectorado Académico, en la


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formación de su planta de investigadores (PEI), así como por todas aquellas

instituciones nacionales en las que la labor científica constituye uno de sus

principales objetivos.

Los indicadores que se establezcan como resultado de la triangulación

pueden ser utilizados por todas aquellas instituciones encargadas de formar

una actitud científica en sus estudiantes, a todos los niveles de la educación.

Más específicamente, el Vicerrectorado académico en la Universidad del Zulia

en su programa de entrenamiento en investigación (PEI) y, en general, por

todas aquellas personas que se decidan iniciarse en la labor de generación de

conocimiento.

Marco Onto-Epistemológico

A continuación se declaran algunas consideraciones de la visión onto-

epistemológica que orienta la presente investigación, desde la cual se expone, en

primera instancia, cómo se está viendo a la persona que investiga, en su contexto

social, en sus interrelaciones, en su intersubjetividad; en segundo término, se

expone la visión de la realidad que se estudia, es decir, cómo se entiende esa

realidad y los procesos lógicos que guiaron el camino epistemológico y

metodológico seguido durante la investigación, la cual deriva en la propuesta de

una investigación cualitativa que combine metódicas existentes para el logro de

los objetivos planteados.

La clarificación de estos aspectos permitirá comprender al lector el código

de lenguaje utilizado por el investigador, facilitando así la comprensión de la


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estructura del estudio y facilitando la socialización del conocimiento que pudiera

emerger del mismo.

IV.A. Visión Ontológica

El estudio se centra en la persona que hace investigación en el área

humanística, cuya labor profesional envuelve la conformación de equipos

interesados en determinados fenómenos sociales relacionados a su disciplina,

con un interés particular por su entorno, por comprender su realidad, y cuya

trayectoria es reconocida por sus pares como importante e influyente en el plano

social.

El investigador consolidado es visto, desde una perspectiva humanista

gestáltica, como un observador del mundo y de sus propias vivencias; es actor,

director y constructor del mundo en que vive (Perls, 1976). La persona del

investigador es concebida en este estudio como un constructor social activo de

los saberes sociales, quien no solo posee información y experiencias, sino que

durante el proceso de construcción agrega información, modifica hechos y

detalles de lo que subjetivamente está creando. Esta visión humanista mueve a

un esfuerzo investigativo centrado en el hombre y en su capacidad para aprender

individual y colectivamente.

La persona y el contexto son concebidos como indisolubles. El

investigador depende del medio en que vive y a su vez está integrado a él, se

entiende que su manera de pensar depende del entorno particular donde se

desenvuelve y, de su interiorización de que cada mentalidad es distinta y


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correspondiente a un tipo de sociedad, instituciones y prácticas propias, de la

heterogeneidad en el hacer investigación.

El investigador, en forma individual, es receptor y emisor, y la sociedad, en

conjunto, es un elemento activo del proceso, ya que la praxis colectiva de alguna

manera determina los hechos empíricos, generando una acción innovadora y

coordinada entre todos los actores sociales implicados (Senge, 1992). En su

quehacer, el investigador forma parte del fenómeno que estudia, influye sobre

éste, lo que, a su vez, lo afecta; el aislamiento de la persona y su entorno, por

tanto, se considera imposible.

Los objetivos planteados se fundamentan en el estudio de los significados

que el investigador asigna a su labor y la construcción que éste hace de los

saberes sociales; desde esta perspectiva, se considera la representación social

de la realidad como la creación que vincula el aspecto mental y material de la

elaboración personal como resultado de un diálogo permanente con sus pares y

el entorno en general (Spencer, 1982)

El conocimiento que se espera generar en la investigación, es considerado

como una construcción particular del investigador consolidado, en la que se

relacionan sus constructos personales con la interacción social, y esta

construcción de significados sólo es posible mediante el consenso interpersonal

que establece la manera de manejar, comprender y explicar los hechos de la

realidad de un conjunto social como lo es la comunidad científica.

Se intenta develar los significados que asignan los investigadores

consolidados cuando construyen su realidad, como construcciones sociales que

emergen de la red que se entreteje entre ellos, cuando se habla del tema de
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investigar. Representan modos de conceptualización que facilitan la comprensión

de la realidad vivenciada y comunicada en una red de interrelaciones sociales

para que la realidad estudiada adopte la forma de quienes la perciben y la viven.

Los significados construidos o las categorías de descripción y comprensión están

ligados a los procesos por los cuales fueron generadas (Glaser y Strauss, 1967).

La idea es comprender esas construcciones sociales.

El término comprensión es muy viejo, pero en este trabajo se centra en la

posición que Wilhelm Dilthey (1990) hace al respecto. La comprensión es un

método. La idea básica es la del investigador social que se pone en el lugar, que

reproduce el lugar de los sujetos investigados. La idea de que todo estado mental

real, en cierto sentido, produce un resultado. No hay esencia sin apariencia,

detrás de una apariencia se oculta una esencia. Lo que no siempre se ve y se

reconoce es que si hay dialéctica, a su vez la esencia necesita una apariencia, no

existe lo que no se muestra.

Para Dilthey (1990) comprender es comprender a otros sujetos; esta es

una idea constitutiva de la idea de comprensión. Comprender es comprender a

otro en tanto el otro es también un sujeto, no es un objeto, comprender

dimensiones subjetivas de otro sujeto.

El problema en el método es ¿cómo se llega a comprender? Es lo que

pareciera que se tiene que reconstruir, los estados psicológicos del otro. El

problema en la interpretación de contenidos subjetivos es el escollo de la

empatía, es decir, la capacidad de un sujeto de representarse, de tomar contacto

con otros estados mentales. El problema de la empatía es que efectivamente es

subjetiva en el sentido del investigador, es decir, que no parece posible


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reconstruir reglas metodológicas que permitan a cualquier investigador desarrollar

los mismos pasos para llegar a la misma situación empática de cualquier otro

investigador. La empatía es básicamente intuitiva y, por lo tanto, depende de

actos subjetivos del investigador, lo cual genera el serio problema de cómo hago

yo para que el otro investigador controle mi interpretación empática Dilthey

(1990).

IV.B. Visión Epistemológica

La visión epistemológica que orienta este estudio se enmarca dentro de la

fenomenología, la cual plantea que las realidades objeto de conocimiento pueden

o no existir en sí mismas, lo cual es irrelevante. Lo importante, en cuanto objeto

de conocimiento, es la reconstrucción mental que, a nivel de simbolismos

socioculturales compartidos colectivamente, hacen de dichas realidades los

miembros de una sociedad determinada en un momento histórico concreto.

Podría esperarse que la investigación fenomenológica rechace una

postura realista, contrariando los postulados vigentes en el modernismo, pero se

plantea que, si existe un estado real de las cosas, entonces es razonable

argumentar que aquellas posiciones de valor que toman los investigadores

pueden ser influenciados. Más aún, una realidad real requiere una aproximación

epistemológica objetiva para descubrirla, la que se ha elegido creer. La tarea del

investigador es, llevar a que la gente común obtenga un "conocimiento

verdadero" de su realidad y pueda actuar sobre su mundo, lo cual expresa una

dualidad entre una ontología realista asociada con una epistemología subjetivista
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-subjetivista porque investiga actos que están íntimamente relacionados con los

valores del investigador (Guba, 1991).

A nivel metodológico, se requiere de una metodología no intervencionista,

para lo cual se toma una aproximación dialógica1 que elimina el conocimiento

falso y reúne a los participantes alrededor de un punto de vista común (que se

asume como verdadero). En este proceso, las características de un mundo real

son aprehendidas y se hacen juicios acerca de cuáles de ellas pueden ser

alteradas. El resultado de una acción efectiva y coordinada es la transformación.

De acuerdo a esta visión epistemológica se asume que si existen muchas

interpretaciones que pueden ser hechas en una investigación y, si no existe un

proceso fundamentado por el cual puedan ser determinadas la verdad o falsedad

de estas construcciones, no hay otra alternativa que tomar una posición de

relativismo. El relativismo es la llave para la apertura y continua búsqueda para

construcciones más informadas y sofisticadas. Las realidades son múltiples, y

ellas existen en las mentes de las personas (Guba, 1991)

Poco importa la realidad como es en sí misma, ya que como tal, la gente

no interactúa con ella; importa como representación simbólica o construcción

psico-social, que es el modo en que la gente interactúa con ella: las personas no

actúan frente al mundo tal como éste es, sino tal como ellas lo ven.

Interpretar y comprender las representaciones que hace el investigador de

su labor, implica adentrarse en su mundo, en su ambiente, en su pequeña

comunidad y en sí mismo. La “realidad” a la cual es posible acercarse, será

1
Perteneciente a, o escrita en diálogo.
14

aquella que estos mismos ven; no la propia o la que se cree debe ser según una

teoría, sino la de ellos.

Este planteamiento lo reafirma Humberto Maturana (1997a). Desde la

perspectiva de la biología del amor propuesta por este autor, el investigador es

también un observador, que opera haciendo distinciones de su existencia desde

el lenguaje, socializa con la comunidad de observadores aquellas explicaciones

que él mismo da a su praxis del vivir, que será aceptada o rechazada según

comparta o no el mismo dominio explicativo que dé validez a sus argumentos. Lo

que investiga es entonces una explicación o descripción de la experiencia que se

encuentra observando y no una entidad independiente de él. En resumen, para el

investigador, el observar es tanto el punto de partida como la pregunta más

fundamental en cualquier intento de entender la realidad y razón como

fenómenos del dominio humano (Maturana, 1997b).

El investigador se autodenomina de esta manera, en función de su

dominio de acción en el proceso de investigar. Desde su perspectiva biológica, el

investigador es un observador, en tanto es un ser humano. Y cada cosa que este

observador dice, se lo dice a otro observador (que puede ser él o ella misma), lo

socializa en las coordenadas conductuales consensuales de coordinaciones

conductuales consensuales, que constituyen el lenguaje compartido. De allí la

complejidad del fenómeno que se pretende estudiar (Maturana, 1997a).

En el plano epistemológico, se considera necesario tomar una posición

subjetivista. La subjetividad no sólo es forzada en el individuo por la condición

humana, sino porque es el único medio de abrir las construcciones hechas por los
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individuos. Si la realidad existe sólo en las mentes de los respondientes, la

interacción subjetiva parece ser el único modo de abordarla (Guba, 1991)

Rodríguez y cols (1999) resumen el enfoque fenomenológico como sigue:

“En definitiva, la fenomenología busca conocer los significados que los


individuos dan a su experiencia, lo importante es aprehender el proceso de
interpretación por el que la gente define su mundo y actúa en
consecuencia. El fenomenólogo intenta ver las cosas desde el punto de
vista de otras personas, describiendo, comprendiendo e interpretando” (p.
42)

La subjetividad intrínseca de esta forma de ver y hacer las cosas, de

entender la realidad y relacionarse con ella, se constituye en sí misma, en una

fuente de conocimiento. Mientras se esté en capacidad de reconocer el papel

activo de los actores sociales que construyen su realidad, será más fácil la toma

de decisiones en cuanto a cómo se abordará este fenómeno en el proceso de

investigación.

Alfred Schütz (1932) incorpora a las ciencias sociales el método de la

fenomenología, abordando la intersubjetividad de una manera muy sencilla,

echando mano de los procesos de socialización.

Para el autor, los procesos de socialización hacen que el individuo sea un

individuo social y como tal, “la construcción de la conciencia individual es social,

nos hacemos individuos y, por lo tanto, distintos a los demás, en la medida que

nos hacemos sujetos sociales y, por lo tanto, semejantes a los demás.” (Schütz,

1932:26)

En esta visión, los otros no son solamente una representación de la

conciencia de quien investiga, sino que además son sujetos que tienen
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conciencia, por lo tanto con los cuales es posible interactuar. La solución al

problema de la intersubjetividad está dada porque todas las personas se hacen

sujetos en compañía de otros y si no hay otros sujetos no se puede hacerse tal.

Para hacerse individuo y formar la conciencia propia, se tiene que ingresar a un

mundo social, que socializa y la intersubjetividad es la condición de la subjetividad

individual. No se es sujeto individual si no hay otros sujetos, desde los padres,

familia, amigos, e instituciones.

Las conciencias se van creando juntas: no se sabe cómo es exactamente

el mundo el otro, pero en cierto sentido se conoce que no lo puede ver de

maneras absolutamente extrañas al modo en que uno lo ve (Schütz, 1932), por lo

que en términos de los individuos que se forman como individuos en el interior de

una misma cultura, la conciencia del otro no es totalmente ajena.

Este enfoque aclara que no se puede reproducir exactamente cómo ve el

mundo cada uno de los investigadores consolidados, pero en el curso de la

investigación, esta posibilidad no es totalmente ajena al estudioso porque

comparte básicamente los modos de referirse al mundo de los otros sujetos,

porque se ha formado en ellos. El pensamiento propio, la conciencia, es una

conciencia compartida con los otros miembros de la sociedad, en ese sentido hay

posibilidad de interacción, la misma posibilidad de interacción que Schütz (1932)

ve en la vida cotidiana, se da en la ciencia.

La realidad social según este autor es la totalidad de las perspectivas

sociales, la totalidad de las maneras en que los distintos individuos perciben la

sociedad y la tarea del científico es tratar de de reconstruir los pedazos,

reconstruir las perspectivas de los demás. Lo importante es que lo que se tiene


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que comprender la perspectiva del otro, utilizando para ello las técnicas de

investigación que se tienen.

Las dimensiones de comprender, de comprender al otro son

absolutamente inmediatas y son parte de la experiencia, se pueden tomar como

elementos de la experiencia, de la misma manera que se toma como elemento de

la experiencia el control a través de los sentidos; el problema metodológico se

centra en cómo comprender a otro cuando los estados mentales del otro son

privados.

Para ello hace uso del lenguaje como construcción social. Schütz (1932)

asocia socialización con lenguaje (es decir pone a los dos elementos juntos y le

da fuerza al elemento del lenguaje), todo el problema de las conciencias,

comienza a diluirse en el intercambio con otros, porque compartimos el lenguaje.

Comprender al otro no es reconstruir algo previo al lenguaje en que el otro

expresa sus enunciados, sino reconstruir enunciados accesibles inmediatamente

a través del lenguaje. De allí la necesidad de plantear un enfoque de relación con

el mundo que privilegie el lenguaje como un medio para comprender las

construcciones sociales de los otros (Schütz, 1932).

Los criterios expuestos hasta ahora, sitúan este estudio en el campo de la

investigación cualitativa, entendida como una manera de observar la realidad

social, que no consiste sólo en mirar y describir fenómenos, sino en adentrarse

desde la perspectiva propia como investigadora, en la complejidad de esa

realidad social. Con ella se quiere alcanzar un sentido visionario, donde el

investigador desea involucrarse con la investigación; de esta manera, tanto la

teoría como el análisis de los datos lleva a interpretaciones basadas en la


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investigación que se ha cumplido sistemáticamente acerca de experiencias

vividas, comportamientos seguidos y la experiencia emocional producto de los

fenómenos socioculturales en los que se ha participado, descubriendo los

conceptos y relaciones, y organizando esta información en un esquema

teoréticamente explicativo (Strauss y Corbin, 1998).

Dentro del ámbito de la investigación cualitativa se prefirió un

encadenamiento de métodos que combina la hermenéutica y la etnografía. La

misma se considera como un proceso donde una determinada comunidad (en

este caso educativa) reflexiona sobre sus problemas, con el fin de profundizar en

las causas de los mismos y además generar explicaciones sobre ese proceso.

Bajo este matiz, se concibe la realidad en cuanto se imagina, crea, y

construye en la mente; la verdad es concebida en el ser del investigador, y no

fuera de él. Existe una realidad dialógica donde lo verdadero es lo simbólico y,

además, histórico y transitorio, por lo que una visión diferente del hacer científico

es posible en un contexto diferente al humanístico, e incluso institucional (Guba,

1991).

Esta perspectiva lleva a que la relación entre la persona del investigador

consolidado y la autora de este trabajo implique un orden en lo que observa, es

mucho más dependiente de su aparato perceptivo en general, que de la

estructura misma de algo objetivo externo a él, lo cual apoya la postura

fenomenológica de esta investigación.

La diversidad y heterogeneidad de pensamiento constituye el principal

valor que sustenta a esta investigación. El investigador parte del supuesto de que

cada investigador consolidado da una versión de su realidad, la que experimenta,


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la que vive y siente; por ello se buscan “otras versiones”, con la esperanza de

entretejer una red de significados que intente expresar la complejidad del

fenómeno, y que sólo puede ser corroborado por el consenso o disenso de los

mismos actores sociales.

III. Referencias Teóricas

A partir del descontento existente por la visión unidimensional con la cual

se tendía a evaluar las mentes de las personas, sustentada principalmente por el

conocimiento de un conjunto de hechos que todos deberían poseer, surge una

visión pluralista de la mente, que reconoce muchas facetas distintas de la

cognición, teniendo en cuenta que las personas tienen diferentes potenciales

cognitivos que contrastan diversos estilos cognitivos. En otras palabras, se

vislumbraba la concepción de una visión polifacética de la inteligencia.

En esta situación histórica social surge el planteamiento de Howard

Gardner (1995) acerca de las inteligencias múltiples abrazado a los recientes

hallazgos en el campo de las ciencias cognitivas (el estudio de la mente) y la

neurociencia (el estudio del cerebro). Bajo este enfoque Gardner (2001:45) define

la inteligencia como “un potencial biopsicológico para procesar información que

se puede activar en un marco cultural para resolver problemas, o para crear

productos que tienen valor para una cultura”.

Es importante resaltar que bajo esta perspectiva conceptual no se plantea

si la inteligencia es heredada o desarrollada posterior al nacimiento, o si existe

una dimensión o más de la inteligencia. El asunto primordial radica en la


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capacidad para resolver problemas y para elaborar productos, sea de la índole

que sea.

Bajo estas consideraciones Gardner (2001) desarrolló una serie de

investigaciones en niños normales y en otras poblaciones infantiles especiales

(niños prodigios, sabios idiotas, niños autistas, niños con problemas de

aprendizaje) organizando sus hallazgos en una lista de siete inteligencias:

Inteligencia lingüística definida como el tipo de capacidad exhibida en su

forma más completa, tal vez por los poetas; inteligencia lógico-matemática,

definida como la capacidad lógico y matemática, así como la capacidad científica;

inteligencia espacial es la capacidad para formarse un modelo mental de un

mundo espacial y para maniobrar y operar usando este modelo; inteligencia

musical; inteligencia corporal y cinética es la capacidad para resolver problemas o

para elaborar productos empleando el cuerpo, o partes del mismo; inteligencia

interpersonal que es la capacidad para entender a las otras personas: lo que les

motiva, cómo trabajan, cómo trabajar con ellos de forma cooperativa; y por último,

la inteligencia intrapersonal, es la capacidad para formarse un modelo ajustado,

verídico, de uno mismo y de ser capaz de usar este modelo para desenvolverse

eficazmente en la vida.

Posteriormente, agrega a esta lista tres inteligencias más (Gardner, 1998):

Inteligencia Naturalista, referida a la experticia para reconocer y clasificar

las numerosas especias –flora y fauna- de su entorno.

Inteligencia Espiritual, expresada en la inquietud por las cuestiones

cósmicas o existenciales, el logro de un estado del ser y el efecto de sus

acciones en los demás.


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Inteligencia Existencial, entendida como el aspecto cognitivo de lo

espiritual, refiere a la inquietud por las cuestiones “esenciales”, la capacidad de

situarse uno mismo en relación con las facetas más extremas del cosmos y con

determinadas características existenciales de la condición humana.

Se insiste en la pluralidad del intelecto. Los individuos pueden diferir en los

perfiles particulares de inteligencia con los que nacen y, sobre todo, difieren en

los perfiles que acaban mostrando. Las inteligencias son vistas por este autor

como potenciales biológicos en bruto. En las personas normales, las inteligencias

trabajan juntas para resolver problemas, y para alcanzar diversos fines culturales:

vocaciones, aficiones y similares. Sin ánimo de ser definitivo en esta lista, el

punto de vista que plantea el autor es el de desarrollar todas estas inteligencias y

ayudar a la gente a alcanzar los fines vocacionales y aficiones que se adecúen a

su particular espectro de inteligencias.

Es esta teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner, y en

especial su fundamentación acerca de la existencia de una inteligencia

intrapersonal, el detonante para la concepción de la actual teoría de Inteligencia

Emocional.

Últimamente se le ha dado a los factores emocionales la importancia

debida en el tiempo y espacio, incluyéndolos en el óptimo desempeño de las

actividades profesionales, donde las personas como individuos, como gerentes y

como líderes, con las diferencias que cada uno de ellos tiene en muchos

aspectos y áreas, como seres humanos, se comportan dentro de los principios de

la inteligencia emocional.
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La historia de la inteligencia humana puede explicarse como el empeño del

cerebro humano en buscar formas eficientes de comunicarse consigo mismo.

Cuando el primer ser humano trazó la primera línea, precipitó una revolución en

la conciencia humana; una revolución cuyo estadio evolutivo más reciente está

constituido por el mapa mental.

La tendencia a reunir información ha ido acelerándose a lo largo de los

siglos, hasta dar origen a la actual "explosión informativa". En épocas recientes,

esta "explosión" ha sido causada, en parte, por el supuesto de que la escritura es

el único vehículo adecuado para el aprendizaje, el análisis y la diseminación de la

información.

Si, efectivamente, escribir es la mejor manera de adueñarse de tal

información, de analizarla y de transmitirla, ¿por qué hay tantas personas que

tienen problemas en los campos del aprendizaje, el pensamiento, la creatividad y

la memoria? ¿Por qué se quejan de una incapacidad básica, de pérdida de la

confianza en sí mismas, de disminución del interés y de reducción de sus

poderes de concentración, memoria y pensamiento?

Entre las reacciones habituales ante tales problemas cabe incluir la auto

denigración, la disminución del rendimiento, la apatía y la aceptación de reglas

rígidas y dogmáticas, factores todos que obstaculizan aún más el funcionamiento

natural del cerebro.

Sin dejar de reconocer la importancia que tiene el cociente intelectual -C.I.-

y la pericia para el logro de los objetivos de desarrollo en cualquier empresa,

Daniel Goleman (1999), el principal estudioso y divulgador del concepto de


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inteligencia emocional, ha señalado que el éxito obedecería nada menos que en

un 80 por ciento a este importantísimo factor.

¿Por qué el tema de la emoción ha capturado la atención de los medios

científicos, académicos, empresariales, de comunicación y sociales en todo el

mundo? Puede haber varias razones que expliquen este fenómeno, pero quizás

la principal es la dramática comprobación a diario de los gravísimos problemas

sociales y humanos que se viven en todo momento en el mundo. La inteligencia

emocional en este escenario cotidiano de desencuentros y angustias no

representaría sino una necesidad de reencontrarnos con nosotros mismos y los

demás, además de una esperanza viva para la humanidad.

Se podría caracterizar la inteligencia emocional como la capacidad para

conocer y controlar las emociones propias y ajenas, con el fin de obtener

determinados fines. En ella se pueden discriminar claramente dos aptitudes

emocionales, entendidas, cada una de ellas, como una capacidad aprendida,

basada en la inteligencia emocional, que origina un desempeño laboral

sobresaliente. Estas son la aptitud personal y la aptitud social.

La aptitud personal es la que determina el dominio de uno mismo. Allí

pueden destacarse tres tipos de aptitud: el autoconocimiento, la autorregulación y

la motivación. La aptitud social determina el manejo de las relaciones.

Comprende las siguientes aptitudes: la empatía y las habilidades sociales.

Estas cualidades o aptitudes podemos relacionarlas: por ejemplo, la

conciencia de uno mismo tiene que ver con la posibilidad del sujeto de poder

conocer las emociones propias. La teoría de Goleman (1998) propone controlar

las emociones, ya sea reduciendo las emociones desfavorables a un mínimo


24

deseable, o inducir las emociones favorables, como en el caso de la curiosidad

investigativa.

A continuación se procura una explicación de cada una de estas

cualidades.

1. Conciencia de uno mismo, referida a la habilidad para reconocer y

comprender los estados emocionales, sentimientos y rasgos propios, así como su

efecto en las demás personas. Las competencias que se miden y desarrollan en

esta categoría son: la auto-confianza, la capacidad para despertar estados

emocionales alegres y el buen humor.

Las emociones tienen diversos grados de intensidad: algunas son tan

intensas como para percatarnos de ellas en forma consciente, pero otras están

por debajo del umbral de percepción consciente. Por ejemplo, si a un docente se

le exige elaborar su trabajo de ascenso, probablemente afirmará que puede

llevarlo a cabo en poco tiempo, pero enumerará tantas limitaciones provenientes

del entorno que le impedirían, con seguridad, realizar la tarea (signo de

ansiedad).

Desarrollar esta primera cualidad implicará la posibilidad de poder

modificar este umbral que separa las emociones conscientes de las no

conscientes, haciendo que éstas últimas puedan ser percibidas.

La importancia de conocer las emociones reside en el hecho de que a

partir de allí es posible controlarlas, pudiendo modificar los estados de ánimo

desfavorables. Las emociones no conscientes suelen delatarnos, y si estamos

bajo su influjo, sin ejercer sobre ellas un cierto control, podremos fracasar

cualquier situación que represente un escalón hacia el éxito. Las tres cualidades
25

siguientes se refieren, precisamente, a la posibilidad de controlar los estados de

ánimo.

2. Equilibrio anímico, que es la habilidad para controlar y redireccionar

impulsos y estados emocionales negativos, unido a la capacidad para bloquear

juicios y pensar antes de actuar. Las competencias que se miden y desarrollan en

esta categoría son: Auto-control, confiabilidad, conciencia, adaptabilidad,

orientación a resultados e iniciativa.

Goleman (1998) cita cuatro recursos de la inteligencia emocional que nos

permitirían controlar las emociones más difíciles como la ira o la cólera: a)

Reconsideración: lo que implica interpretar la situación de una manera más

positiva. b) Aislamiento: alejarse de la situación y estar unos momentos a solas,

con el fin de obtener serenidad. c) Distracción: hacer otra cosa. d) Técnicas de

relajación como la respiración profunda o la meditación. Estos recursos son

también útiles en otros casos de sentimientos y emociones igualmente

indeseables, como la ansiedad o la depresión.

3. Motivación.- Es la capacidad para autoinducirse emociones y estados

de ánimo positivos, como la confianza, el entusiasmo y el optimismo y, para sentir

y palpar las necesidades de otros y de la propia organización, unida a la apertura

para servir y cubrir las inquietudes de quienes le rodean. En esta categoría se

miden y desarrollan: la empatía, la conciencia organizacional y la orientación al

servicio.

La predisposición al optimismo o al pesimismo puede ser innata, pero la

práctica puede revertir esta situación si la persona es capaz de detectar el

pensamiento derrotista y reconsiderar el problema desde un ángulo menos


26

sombrío. Debe advertirse, entonces, la diferencia entre esta cualidad y la anterior:

en el equilibrio anímico el problema que debe resolverse es una emoción intensa,

mientras que en la motivación debe resolverse el problema de un sentimiento de

pesimismo y autodesconfianza. En ambos casos se impone un control del estado

de ánimo correspondiente.

4. Control de los impulsos, entendida como la capacidad de aplazar la

satisfacción de un deseo para lograr un objetivo. En términos psicoanalíticos, de

lo que se trata es que el aparato psíquico pueda funcionar bajo el régimen del

principio de realidad a través del aplazamiento de la descarga.

5. Sociabilidad, contrario a las cualidades anteriores que tienen relación

con el conocimiento y el control de las propias emociones, ésta tiene que ver con

el conocimiento y control de las emociones y estados de ánimo de los demás.

Abarca el dominio de estrategias y formas de relacionarse afectiva y

efectivamente con las demás personas, creando redes de relaciones,

construyendo climas agradables, abiertos y efectivos en sus conversaciones. Las

competencias en esta categoría son: desarrollo de persona, liderazgo, influencia,

comunicación, gerencia del cambio, manejo de conflictos, construcción de redes y

la cooperación en equipo. Cuanto más hábiles seamos para interpretar las

señales emocionales de los demás (muchas veces sutiles, casi imperceptibles),

mejor controlaremos las que nosotros mismos transmitimos.

Como puede observarse el papel que las emociones cumplen en la

cotidianidad del ser humano es expresado desde ámbitos muy diversos, de allí la

complejidad a la cual se hacía referencia y la necesidad de comprender el

significado que el investigador asigna a éstas.


27

Tradicionalmente, la psicología ha enfocado su estudio, casi

exclusivamente sobre la patología, dando como resultado “un modelo de seres

humanos carentes de características psicológicas que hacen a la vida merecer

vivirla.” (Seligman y Csikszentmihalyi, 2000:5), en donde la esperanza, sabiduría,

creatividad, mentalidad futurista, coraje, espiritualidad, responsabilidad, y

perseverancia son ignorados o explicados como transformaciones de impulsos

negativos más auténticos. Se ha concentrado en la reparación de los daños

dentro de un modelo de enfermedad del funcionamiento humano. La atención ha

sido en las patologías, desatendiendo al individuo realizado y a las comunidades

prósperas.

La psicología ha logrado conocer muy poco acerca de lo que hace valiosa

la vida, en realidad sólo conoce una parte de cómo la gente sobrevive y perdura

bajo condiciones de adversidad. Pero el conocimiento acerca de cómo la gente

prospera bajo condiciones benignas es aún menor.

La inserción de la humanidad en un nuevo milenio, significó para la

psicología asumir una posición disciplinaria que se alejara de la perspectiva

remedial instalada en su seno y articulara una visión de la buena vida, lo cual

implicaba no sólo su adecuada comprensión, sino que también fuera atractivo.

Esta perspectiva puede mostrar acciones que guíen hacia el bienestar, a

individuos positivos y a comunidades prósperas. En nuestro propósito, la

psicología debe ser capaz de ayudar al Estado y a sus instituciones educativas

en la formación científica de nuestros niños, jóvenes y adultos, satisfechos de su

labor y comprometidos con su quehacer científico.

El campo de la psicología positiva a un nivel subjetivo es acerca de la

valoración de las experiencias subjetivas: bienestar, contento, y satisfacción (en


28

el pasado); esperanza y optimismo (para el futuro); y florecimiento y felicidad (en

el presente). Al nivel individual es acerca de rasgos individuales positivos: la

capacidad de amar y vocación, coraje, habilidades interpersonales, sensibilidad

estética, perseverancia, clemencia, originalidad, mentalidad futurista,

espiritualidad, talento elevado, y sabiduría. Al nivel grupal, es acerca de las

virtudes cívicas y las instituciones que mueven los individuos hacia una mejor

ciudadanía: responsabilidad, educación, altruismo, civilidad, moderación,

tolerancia y trabajo ético. (Seligman y Csikszentmihalyi, 2000)

En esta época de grandes y constantes cambios en todas las esferas de

nuestra existencia, se nos exige estar preparados para enfrentar a estos ya que

cada día son mayores, más rápidos, más violentos y mucho más traumáticos.

Esta situación crea un ambiente de gran incertidumbre, de una competitividad

que no se había tenido antes, motivada a la globalización que le impone todo tipo

de exigencias a las organizaciones, ocasionando riesgo a su personal (a veces

sin tomar conciencia de él), a la salud física y emocional, buscando el desarrollo y

talento como tal; podríamos decir que es el tema clave dentro de organizaciones

protagonistas, como las universidades. Esta visión de la psicología positiva abre

un abanico de posibilidades, de procesos y características de dimensión

psicológica sumamente amplias.

V.A. Una mirada plural a las emociones

Las emociones permiten al ser humano liberar estados ansiosos y

comunicar el mundo de vivencias internas que experimenta como resultado del

acercamiento que el individuo hace a los hechos sociales, por lo que tratar de

entenderlas es una tarea difícil de emprender, debido a la cantidad de


29

conocimiento implícito que debe manejarse para referirnos a su implicación en la

explicación del comportamiento humano. En el caso de los investigadores, su

actividad productiva es tanto cognitiva como conductual, lo que le permite

construir continuamente conocimiento nuevo sobre la realidad. Estas

permanentes construcciones están asociadas a experiencias emocionales que

forman parte de las interpretaciones y afectan el modo en el que el conocimiento

es transmitido y la forma en la que se dan las relaciones interpersonales, con su

equipo de investigación y con la comunidad científica, en general.

La experiencia emocional que resulta del trabajo realizado puede

convertirse en factor estimulante o inhibidor de la productividad científica de los

investigadores. Las emociones afectan de manera relevante, el significado

construido sobre el éxito o fracaso en la labor investigativa; dirigen la actividad

cognitiva que domina la tarea de producir conocimiento útil para la comunidad

científica y para la solución de los problemas de la sociedad.

Las emociones se comunican a través del comportamiento vocal, corporal

y facial y forman parte de los significados que construyen los individuos cuando

participan en una relación interpersonal. Investigar supone siempre establecer

contacto y generar procesos relacionales con otros. Todo el proceso investigativo,

requiere de la permanente interacción con grupos de investigadores para

producir, comunicar y para transformar la realidad a partir de los hallazgos. Las

emociones también forman parte de los resultados que se obtienen en esos

procesos; afectan otros estados internos que también están involucrados en la

tarea de interpretar los datos recogidos y permiten o facilitan la comunicación de

significados que son difíciles de expresar en palabras.


30

Las posturas que existen para explicar el papel que juegan las emociones

en la compresión del comportamiento humano, son muy variadas. Muchas de

esas posturas colocan a la interpretación en dominios explicativos diferentes y,

por lo tanto, contradictorios, pero también es posible contrastarlas y encontrar

espacios de complementariedad que puedan contribuir a la descripción

aproximada de las características que poseen los investigadores, las cuales

deben incluir los aspectos de carácter psicológico que movilizan y dinamizan la

actividad investigativa.

Dentro de estas distintas posturas podemos encontrar los planteamientos

de Paul Ekman (1994), quien propone que todas las emociones son básicas

(alegría, tristeza, miedo, rabia, disgusto y sorpresa), por lo tanto, universales e

independientes de factores socioculturales. Luego, admite la posible existencia de

otro tipo de emociones que termina llamando, emociones complejas que sí

estarían afectadas por la cultura. En este sentido, los investigadores

experimentan emociones básicas producto de su actividad, que además los

prepara o predispone para sus acciones futuras. La felicidad por el éxito o la

tristeza por los fracasos, son experiencias emocionales que podemos tener todos

los seres humanos. Sin embargo, las características que asumen la vivencia

emocional y su expresión estarán siempre asociadas al hecho social que las

produce o en el que se manifiestan. El uso que Ekman (1994) le da al término

básico es para referirse al papel que juega la evolución en la formación de

características únicas y comunes que expresan las emociones.

Para Ekman (1994), el intervalo entre el estímulo y la respuesta emocional,

algunas veces, es extraordinariamente corto; el mecanismo evaluador opera

automáticamente y sin conciencia. Sin embargo, algunas otras veces, la


31

evaluación no es tan automática, sucede lenta, deliberada y conscientemente,

aunque la persona tenga dificultad para especificar el tipo de emoción que está

operando, por lo que la experiencia es bastante difusa. Emociones como la culpa,

los celos y el rencor pueden ser experimentados cuando se investiga y se

establecen relaciones interpersonales, donde la producción compromete el

estatus y la imagen científica del investigador. Este tipo de emociones tienen un

componente fisiológico, pero también logran ser dirigidas por las evaluaciones y

los juicios que se emiten como resultado de las significaciones que se construyen

en el proceso.

Las características más esenciales de las emociones básicas expuestas

por Ekman (1994) son las siguientes: permiten una evaluación automática,

coinciden con eventos antecedentes, están presentes en otros primates, son de

inicio rápido, de poca duración, ocurren espontáneamente y son fisiológicamente

distintivas.

La mayoría de las propuestas teóricas que se manejan y las

investigaciones realizadas, plantean la relación que puede establecerse entre

experiencias emocionales y expresiones faciales y corporales de la emoción. En

estas nuevas tendencias teóricas la expresión facial sobre todo, se convierte en

la máxima evidencia de la vivencia interior de la emoción, aún cuando dicha

relación también es cuestionada en el estudio de algunos tipos de emociones.

El vínculo entre expresiones faciales y emoción es analizado también

desde una perspectiva instintiva debido a que se considera que las expresiones

faciales son no conscientes y ocurren automáticamente, por lo que se piensa

están relacionadas con procesos emocionales de la misma naturaleza.


32

Las expresiones faciales pueden ser tomadas en consideración como

señales ineludibles de las emociones, más que cualquier otro tipo de señal,

siendo la vocal la que probablemente le siga en orden de correspondencia con la

experiencia emocional vivida por la persona.

Es importante señalar que una vez que es posible pensar en la relación

entre las emociones y algunas actividades de orden mental se puede afirmar que

las emociones regulan la forma en la cual pensamos y, en este sentido, las

emociones pueden diferir en su capacidad para dirigir este tipo de relación de

acuerdo a las características o señales distintivas. Lo cierto es que las emociones

son al mismo tiempo, disparadas por el resultado de la actividad realizada por el

investigador, pero también afectan y dirigen la actividad mental que orienta el

trabajo de los investigadores al producir conocimiento nuevo.

Mientras existen autores como Ekman (1994), que afirma la existencia de

emociones básicas, universalmente aceptadas como categorías discriminables

de experiencia directa a pesar del lenguaje, la cultura y la historia otros autores

como Johnson-Laird y Keith Oatley (citado por Lewis, 2004), dan una

explicación sociocultural de las emociones al afirmar que ellas son construcciones

sociales y cognitivas, y el resultado de nuestra interacción con otros; para ellos, la

vida emocional es enteramente una construcción social, oponiéndose a la tesis

de que las emociones son naturales e innatas. También se oponen a la idea de

que existen continuidades entre las emociones de los animales y los humanos y

entre los niños y los adultos. Niegan entonces, la creencia de que las emociones

estén basadas en programas neurales y hormonales determinados

genéticamente, incluyendo procesos psicológicos involuntarios, expresiones

faciales, cualidades distintivas en el habla y urgencias al actuar.


33

En este sentido, la experiencia emocional que caracteriza a los

investigadores es el resultado de aprendizajes y significaciones construidas en el

seno de la comunidad científica. No se es investigador, ni se experimentan las

emociones consecuentes porque exista una predeterminación fisiológica para

esto; las emociones que dirigen la actividad cognitiva del investigador y las que

se experimentan como efecto de los resultados alcanzados, son construidas en la

experiencia misma con la realidad estudiada.

La tesis de que las emociones están construidas socialmente y son

adquisiciones culturales está apoyada por Solomon (2003), al igual que Geertz

(2000) cuando afirmó que las emociones son como las instituciones políticas y

culturales que están definidas por el comportamiento normativo que ha sido

previamente aprobado, convirtiéndose en criterio de excelencia y evaluación de la

actuación de los investigadores en las comunidades científicas.

Averill (1985) también ha defendido la construcción social de las

emociones apoyado en la postura de Finck (1887) quien coloca el amor como un

ejemplo paradigmático de emociones socialmente construidas. La cultura no solo

afecta la intensidad de las emociones, sino que le da surgimiento a emociones

diferentes. Ellos niegan cualquier conexión entre las emociones de los humanos y

de los animales pues los estados emocionales dependen de creencias culturales

y los animales no las tienen.

Algunos piensan que las emociones no tienen ningún propósito, otros las

consideran como peores que inútiles, impedimentos para gobernar racionalmente

la vida; incluso desde Platón a Freud se piensa que las emociones conducen a la

autodestrucción. Sin embargo, todos los seres sociales parecen tener una vida

emocional, lo que es una fuerte insinuación de que las emociones tienen


34

funciones. ¿Cómo entonces, podemos tener en conjunto lo innato, lo social y

componentes determinados de las emociones? Una respuesta alternativa es que

las emociones son comunicaciones. Al formular tal teoría, se considera que las

emociones son centrales para el procesamiento cognitivo. Según Oatley y

Johnson-Laird (1989), “ellas son parte de un sistema director para coordinar los

planes y metas múltiples de los individuos bajo limitaciones de tiempo y otros

recursos limitados” (p.31), por lo tanto, las emociones son un sistema de control

más flexible y más eficiente computacionalmente, en tiempo y en demanda de la

memoria operativa, que el razonamiento deliberado y los patrones de acción fijos

característicos de los invertebrados. Esto también permite hacer la distinción

entre emociones básicas, orientadas al objeto y las complejas.

Las emociones básicas son innatas y comunes a todas las sociedades.

Ellas se refieren a la felicidad y la tristeza, la cólera y el miedo; corresponden a

señales internas no simbólicas que pueden propagarse de un módulo de

procesamiento en el cerebro al otro. Por la propagación de la emoción, estos

módulos son cuasi-autónomos. También es cierto, que muchas otras emociones,

las llamadas complejas, dependen de una evaluación cognitiva (que no necesita

ser consciente) que coloca algún módulo de procesamiento dentro de un estado

emocional particular. Si la señal emocional, pero no el contenido de la cognición,

afecta la conciencia entonces el individuo se sentiría feliz, triste, enfadado o

asustado sin ninguna razón aparente. Sin embargo, las cogniciones son

conscientes y culturalmente dependientes.

Siguiendo esta clara distinción entre emociones básicas y las complejas,

las socialmente construidas, es de esperar que las experimentadas por los

investigadores, al ser el resultado de la interacción normativa establecida en los


35

grupos de investigadores y la consecuencia de los resultados de su trabajo, estén

relacionadas a evaluaciones cognitivas y, por lo tanto, consciente que con la

práctica pueden llegar a automatizarse pero que siguen una ruta lenta de

procesamiento y elaboración.

Las emociones orientadas hacia un objeto están necesariamente

relacionadas a un objeto conocido, pero pueden ser reducidas a dos, según

Fridja (1996): una emoción de atracción (que incluye el apego y el cuidado

parental) y una de repulsión (incluyendo el disgusto y el rechazo personal), y

parecen ocurrir en todas las culturas. El trabajo investigativo puede producir estos

dos tipos de emociones: apego por las tareas que recurrentemente realiza un

investigador o repulsión o disgusto por los esfuerzos que puede representar

culminar una investigación o mantener las redes interpersonales que se requieren

en los equipos multidisciplinarios e incluso, por las labores administrativas que

supone una investigación que está apoyada y regulada normativamente por una

institución.

Las emociones complejas son elaboraciones de las emociones básicas y

las orientadas al objeto, pero dependen de las evaluaciones conscientes que son

sociales y que hacen referencia a modelos mentales del propio yo o al de otros;

por lo tanto, no pueden ser experimentadas por ninguna razón aparente e

incluyen emociones tales como remordimiento, indignación, orgullo y

desconcierto. Por ejemplo, se puede sentir remordimiento o tristeza acerca de

una acción, cuando se juzga a sí mismo por haber actuado en contra del código

moral desarrollado en su propio modelo mental. Así, las emociones complejas

integran una señal emocional no semántica y una evaluación cognitiva

consciente. Los componentes existen separados en diferentes sociedades, pero


36

su integración dentro de una estructura compleja reconocible es una realización

cultural. La construcción social de las emociones por consiguiente, tiene que ver

con la adquisición de interacciones sociales de evaluaciones cognitivas y su

correspondiente emoción.

Inevitablemente las emociones están involucradas en cada acto que

realiza el individuo y cuando la persona persigue metas de desarrollo personal

como sería el caso de los investigadores, lo hace en busca de la experiencia

máxima de realización personal, que está asociada a la felicidad y a emociones

como la alegría, el amor, el orgullo por el éxito obtenido, pero también estará

relacionado a experiencias frustrantes que generan tristeza, decepción, culpa y

otras emociones negativas que afectarán las significaciones y las construcciones

sociales que realice la persona acerca de su actividad investigativa

VI. Metódica

VI.A. Encadenamiento de Métodos

Las teorías elaboradas para explicar el funcionamiento de la mente,

coinciden en la importancia de una visión sistémica del fenómeno. La mente no

es más que una composición o agregado de facultades que interaccionan entre sí

y se expresan en un todo unificado. En función de esto es necesario el uso de un

pensamiento dialéctico, donde el significado emerge por la interacción de varias

entidades.

Esta perspectiva lleva a la adopción de una metódica interdisciplinaria para

poder captar la riqueza de la interacción entre los diferentes subsistemas. La

interdisciplinariedad exige respetar la interacción entre los objetos de estudio de


37

las diferentes disciplinas y lograr la integración de sus aportes en un referente

coherente y lógico. El conocimiento sólo se logrará como resultado de la revisión,

reformulación y redefinición de las estructuras lógicas de cada disciplina, y de la

interrelación de todas ellas en un todo congruente.

Adicional a la perspectiva particular del investigador, es vital la

consideración de la interrelación con sus pares (otros investigadores) y con el

entorno social en el cual se encuentra inmerso. La visión del mundo va a

depender de la interpretación que el investigador haga al relacionar los

componentes externos con los internos (objeto y sujeto); es de este diálogo que

emerge la posibilidad de construir el mundo, por lo que habrá tantos mundos

como sujetos y objetos estén presentes.

De allí se deriva que las acciones humanas deben ubicarse en sus

contextos específicos para su interpretación; no es posible aislar la intención con

la cual los actos son llevados a cabo, así como el significado que éstos tienen

para el sujeto. Igualmente, deben ser considerados el propósito y la meta que

persigue, para comprender la función que desempeña en la estructura de la

personalidad y en el grupo humano en que vive.

La metódica de esta investigación consistirá en el encadenamiento de los

elementos metodológicos propuestos por la hermenéutica y la etnografía. Para

comprender lo que se intenta hacer, se expondrá brevemente aquellos aspectos

que sustentan este trabajo y que permitirán la comprensión de las construcciones

individuales de los investigadores.

A. Hermenéutica
38

El concepto de hermenéutica proviene de la palabra griega hermeneúcin,

que significa el arte de interpretar, en su acepción más extensa. La esencia de la

hermenéutica es la sustentación de una ciencia cuya propósito es la

interpretación y la comprensión, en otras palabras, “el entendimiento crítico y

objetivo de las cosas en su generalidad” (Gutiérrez, 1986:139).

Efectivamente, Martínez (2004) plantea que toda ciencia se fundamenta,

inicialmente, en la observación de los datos o hechos de cualquier fenómeno y

en la interpretación de su significado. Observación e interpretación constituyen

dos caras de una misma moneda, son indisolubles y necesarios para la

comprensión de la realidad que viven y experimentan los seres humanos en sus

diferentes ambientes.

Metodológicamente, la fenomenología procede con el objetivo de

identificar la variedad de construcciones que existen en la mente del individuo y

hacerlas tan conscientes como sea posible.

La hermenéutica expresa la universalización del fenómeno interpretativo

desde la concreta y personal historicidad. Sin embargo, para Wilhelm Dilthey

(1989) la interpretación está contenida en un concepto más amplio que es el de la

comprensión, el cual a su vez, cae bajo el concepto general de conocer como

“proceso en el cual se busca un saber de validez universal” (citado por Gutiérrez,

1986:140)

En su libro “Introduction to the Human Sciences”, Dilthey (1989) declara

seis proposiciones que a su juicio hacen un bosquejo de lo que debe ser la

hermenéutica, no considerada como un todo acabado, sino como una


39

metodología de contrastación incesante, o de análisis comparativo como lo

expresan y Strauss (1967), que incorpora la genialidad creadora del autor en su

metódica.

Desde esta visión filosófica de la hermenéutica, las dos primeras

proposiciones expresan, primero, que se llama comprender al proceso en el cual

se llega a conocer la existencia sicológica de la persona, partiendo de sus

manifestaciones sensiblemente facilitadas, lo cual le da un carácter psicologicista

a esta posición. En segundo lugar, por muy variadas que sean estas revelaciones

sensiblemente captadas de la vida interna, su comprensión debe poseer las

características comunes impuestas por el contexto de este modo de conocer.

En una tercera proposición, se define a la interpretación como la

comprensión técnica de las manifestaciones de vida fijadas por escrito, lo cual va

a depender en buena medida de la agudeza del intérprete y de su afinidad al

fenómeno estudiado, fortalecida por la familiaridad con la persona que genera los

datos primarios o documentos y por el estudio constante.

La orientación de esta interpretación con fundamento en las reglas

contenidas en sus métodos constituye la cuarta proposición. Se denomina

hermenéutica a esta técnica para la comprensión de las revelaciones de vida

psíquica que son plasmadas por escrito.

Como quinta proposición, se declara comprender como el método

fundamental para todas las operaciones de las ciencias del espíritu, lo que orienta

a la sexta proposición, que el análisis epistemológico, lógico y metódico del

comprender representa una de las tareas principales para la fundamentación de

las ciencias del espíritu.


40

El procedimiento de la fenomenología hermenéutica tiene dos aspectos:

hermenéutica y dialéctica. El aspecto hermenéutico consiste en representar

construcciones individuales tan certeramente como se pueda, mientras el aspecto

dialéctico consiste en la comparación y contrastación de estas construcciones

individuales existentes (incluyendo las del investigador), para que cada

respondiente deba confrontar las construcciones de otros y llegar a acuerdos con

ellos (Martínez, 2004)

Según este mismo autor, el objetivo de la metodología

hermenéutica/dialéctica es producir una construcción (o, más probablemente,

construcciones) tan informada y sofisticada como sea posible. Simultáneamente,

el objetivo de la metodología es mantener los canales de comunicación abiertos

para que la información y sofisticación puedan ser continuamente mejoradas.

Con el uso de este método, la fenomenología hermenéutica entonces no intenta

predecir y controlar el mundo real y tampoco transformarlo, sino la comprensión a

través de un modo de ser y la reconstrucción del "mundo" en el único punto en el

cual existe: en la mente de sus constructores. Es la mente la que será

transformada, no el mundo "real" (Heidegger, 1998)

B. Etnografía

La etnografía quizás constituye la forma más básica de investigación

social. Su propósito principal es identificar patrones que regulan el

comportamiento de ciertas poblaciones. En palabras de Rodríguez y cols. (1999,

p.44) es el “…método de investigación por el que se aprehende el modo de vida

de una unidad social concreta.” A través de este método se intenta describir y

comprender la forma como se presentan las características personales en la labor


41

de investigación, construido a partir de las vivencias e interpretaciones

comentadas por quienes se dedican a esta tarea. Su finalidad no es comprender

ni verificar, sino descubrir, generar teorías y explicaciones que involucren muchas

respuestas.

Al hacer etnografía del investigador consolidado como unidad social, lo

que se pretende es construir un esbozo teórico que recoja y revele las

percepciones, acciones y juicios de esa unidad social, en la medida de lo posible.

Hammersley y Atkinson (1996) plantean algunas características que

prevalecen y diferencian a la investigación etnográfica de otro tipo de métodos

cualitativos. En primer lugar, no interesa la comprobación de hipótesis sobre un

fenómeno social, sino la exploración, comprensión e interpretación de la

naturaleza de ese evento. En segunda instancia, el método carece de la rigidez

propia de la metodología cuantitativa; por el contrario, la acumulación flexible de

datos no estructurados acerca al investigador a la realidad real del fenómeno que

vive la unidad social participante. Esta flexibilidad no permite el estudio de gran

cantidad de informantes claves, prefiriendo la investigación de pocos casos, pero

en profundidad. Por último, el tipo de dato recogido, expresado mediante el

lenguaje en su mayor parte, exige el uso de la interpretación de los significados y

funciones de las acciones del ser humano para obtener descripciones verbales

que ayuden a la comprensión del fenómeno.

Desde esta perspectiva, entonces, la realidad es entendida como la

construcción que hace de esa realidad el investigador consolidado,

fundamentándose para ello en la percepción de su ser, de su hacer y de su

entorno.
42

El trabajo del estudioso es tratar de ver el mundo con los cristales del

investigador consolidado, introduciéndose en sus pensamientos para descubrir

patrones significativos válidos para la situación del quehacer investigativo,

producto de su historia, su presente en términos de tiempo y su expectativa del

devenir. El investigador acá es visto, no como un ente aislado, sino entrelazado

con su contexto, con sus congéneres, como una sola unidad de análisis y como

un individuo igualmente multideterminado y multideterminante en su vida y en su

entorno.

Esta posición epistemológica permite entretejer una red de relaciones de

factores y variables que brinden sentido y ubicación al fenómeno estudiado: la

persona del investigador haciendo investigación.

Entre los aspectos distintivos de la etnografía que deben destacarse, ya

que inciden directamente en la manera como se piensa abordar la situación, se

tiene que la situación problema nace en la propia vivencia del investigador, de

otros investigadores o de la institución. Por esta razón el tiempo en que ocurre, el

contexto donde se vivencia y los participantes mismos, se constituyen en los tres

elementos claves que deben ser abordados para generar una aproximación

teórica a este fenómeno.

Descubrir la teoría a partir de los datos2 –obtenidos y analizados

sistemáticamente en investigación social– constituye un método general de

análisis comparativo, donde se descubren, en forma inductiva, categorías e

hipótesis a través del examen de los datos recogidos. Generar una teoría supone

un proceso de investigación (Glaser y Strauss, 1967).

2
Grounded Theory en inglés (Glaser y Strauss, 1967)
43

El análisis comparativo es un método general para generar teoría que

puede ser utilizado para unidades sociales de cualquier tamaño. Entre los varios

propósitos para los cuales puede ser utilizado este método están (a) generar un

concepto a partir de un hecho, el cual se convierte en uno del universo de

posibles indicadores del concepto y (b) generar una teoría.

Respecto a este último, el método se enfoca en presentar un conjunto de

proposiciones o una discusión teórica, utilizando categorías conceptuales y sus

propiedades (Glaser y Strauss, 1967), para generar dos clases básicas de teoría:

sustantiva o formal.

En este estudio, se pretende generar una aproximación teórica sustantiva,

en el entendido de que se desea desarrollarla para un área empírica o sustantiva

de la investigación social, la de los investigadores consolidados en el área

humanística, en un grado muy básico de generalización. Su adhesión al hecho

empírico permite que cualquier público, involucrado en el área en la cual la teoría

aplica, sea capaz de comprenderla.

Es medular hacer énfasis en la teoría como proceso. Al respecto los

autores de la Teoría Fundamentada expresan que “…that is, theory as an ever-

developing entity, not as a perfected product” (1967:32). Esto dirige la mirada

hacia una idea de la teoría como un producto momentáneo, la cual es escrita

asumiendo que aún se encuentra en desarrollo, reflejando así en buena medida

la realidad de la interacción social y su contexto estructural.


44

VI.B. Técnicas e Instrumentos de recolección de información

Martínez (1999) sugiere varias técnicas para obtener información

congruente con la posición epistemológica que aquí se sigue. Fundamentado en

estas sugerencias, el abordaje específico a cada uno de los informantes claves

se sustentará en:

- La recopilación de la información académico-científica necesaria para

conocer este aspecto del perfil de quienes son considerados elementos claves (a

través de la exploración de sus documentos o en forma directa, mediante

entrevistas estructuradas).

- La exploración del ambiente en el cual normalmente realiza su actividad

el científico, lo cual incluye la interrelación con su equipo de trabajo y la grabación

en vídeo del contexto natural en el cual se desarrolla la labor científica. Estas

impresiones audiovisuales permitirán observar en forma más concienzuda las

interacciones sociales que se producen entre los integrantes del equipo de

investigación y de estos con el informante clave, así como la aparición de eventos

emergentes que profundicen en el estudio de la dinámica del grupo y de cómo el

investigador acciona sobre su labor científica.

- El método de observación, el cual podría definirse como la captación,

registro y categorización de aquel conjunto de datos, eventos y ambientes

familiares relativos a organismos, que tiene como finalidad algún objetivo


45

empírico (Weick, 1968). Esta última característica muestra la utilidad y beneficios

de la observación en cualquier investigación, más aún en aquellas donde la

complejidad del fenómeno, que se desarrolla en un ambiente interactivo e

interpersonal, exige una perspectiva más amplia de parte del investigador.

Según María Teresa Anguera (1992), las definiciones en términos

conductuales bastante detalladas de las conductas, propias de la investigación

cuantitativa, hace posible el logro de una buena correspondencia entre lo medido

y lo que se deseaba medir, pero no hay que olvidar, y esto es lo importante para

este estudio, que los observadores pueden y efectivamente aplican términos

similares a observaciones semejantes o iguales, lo que implica que el observador

tenga una mayor carga interpretativa.

Un elemento central de la observación de eventos naturales es el

observador, ya que éste forma parte del método mismo. El observador debe mirar

con atención la situación, analizarla e interpretarla como una manifestación del

fenómeno que investiga. Sus poderes deductivos constituyen la fuerza y la

debilidad de este procedimiento, por lo que un observador competente,

observaciones bien hechas y adecuado registro son cruciales en el estudio.

La posición epistemológica de este trabajo permite al investigador decidir

más fácilmente el método observacional que mejor se adapta al fenómeno

estudiado, en éste caso los métodos no estructurados, que consisten en resumir,

sintetizar y simplificar la representación de un suceso, en donde la selectividad y

estructura de la situación por parte del observador es mínima, aunque pudiera

ocurrir en forma no intencionada. Algunas de las ventajas de este método son

(Martínez, 1999; Anguera, 1992):


46

− Proporciona una consideración más rica y directa del fenómeno objeto de

investigación, pues el observador trata de conseguir un análisis de las

verdaderas complejidades halladas en la situación.

− Existe flexibilidad para modificar las hipótesis a medida que se obtienen

conocimientos sobre la situación.

− Existe mayor profundidad en la información obtenida.

La observación participativa es el método menos estructurado, ya que el

observador no posee restricción en cuanto a la información a recoger ni una

unidad de análisis concreta. Este método está formado por un conjunto de

técnicas que pueden ser: observación directa, entrevista, estudio de archivo y

participación real.

Una buena observación implica la consideración de los siguientes tópicos:

el ambiente físico, humano y social, las actividades e interacciones estructuradas,

así como las informales, el lenguaje o argot particular de los participantes, las

comunicaciones no verbales, los registros de eventos (en especial los incidentes

claves) y las omisiones importantes. En resumen, es importante considerar quién

está en escena, qué hacen o dicen las personas del grupo, cuál es el contexto

donde ocurre el evento, cuándo interactúa el grupo, cómo se interrelacionan los

elementos identificados y porqué el grupo opera de esa forma (Martínez, 2004)

- Entrevista etnográfica con los informantes clave, grabada en audio y

vídeo. Ésta constituirá la principal herramienta para este estudio. La dimensión

dialéctica del enfoque epistemológico que orienta este estudio, privilegia la


47

técnica de la entrevista sobre otros métodos similares, dada la importancia,

posibilidades y significación del diálogo entre los seres humanos.

A través de la comunicación verbal y no verbal, el individuo es capaz de

transmitir, no sólo un contenido explícito e intencional sobre algún tema, sino

también expresar, de forma implícita, sus características funcionales.

Deben tomarse en cuenta algunos lineamientos generales, al momento de

utilizar la entrevista como método en la investigación cualitativa, algunos de los

cuales se explicitarán a continuación.

El ambiente donde se realiza el encuentro debe ser apropiado. Su

adecuación va a depender de cuan cómodo se sienta el entrevistado para

conversar acerca de la temática y de profundizar en la misma. El contexto de

trabajo (por ejemplo, un laboratorio) añade elementos de validez a la entrevista,

puesto que el investigador se mantiene en la situación donde habitualmente se

encuentra y respecto al cual se dirige la materia de estudio. Sin embargo, la

decisión del informante de disponer de un espacio diferente para la entrevista,

como lo puede ser su hogar o un lugar público, añade una sensación de confort y

libertad que podría permitir el logro de un nivel de profundidad y expansión en el

encuentro, suscitado por la poca posibilidad de que ocurran las interrupciones

propias del medio laboral.

La entrevista en sí misma debe ser dinámica, flexible y no directiva.

Aunque el investigador puede preconcebir algunas preguntas generales o temas

a tratar que sirvan de guía para la exploración del tópico de la investigación, el

uso de preguntas debe ser disminuida a su mínima expresión, permitiendo al

entrevistado hablar libremente acerca del tema, en el orden y tiempo que lo


48

desee, facilitando así la libre expresión de su experiencia vivencial y su

personalidad (Martínez, 1999).

El investigador-entrevistador debe hacer gala de sus habilidades en la

escucha activa, deslastrado de juicios a priori o hipótesis preconcebidas; por el

contrario, su mente debe estar fresca, receptiva y sensible a los planteamientos

del entrevistado. En la medida de lo posible, debe hacer notas rápidas sobre

intuiciones o puntos que deben ser revisados con posterioridad y contrastados

con el entrevistado. Al finalizar la entrevista, el entrevistador (y sin la presencia

del entrevistado) puede grabar las ideas o pensamientos concluyentes acerca de

lo ocurrido, evitando así recurrir en forma posterior a sus habilidades

memorísticas, ayudando así a elevar la validez de la metódica. (Glaser y Strauss,

1967).

Las intervenciones del entrevistador deben ir dirigidas a reflejar lo que dice

su interlocutor. Solicitar que profundice, explique, clarifique o diga algo más sobre

aspectos de relevancia en el estudio, mejorará la comprensión que se obtendrá

del tema en estudio y permitirá hacer una mejor interpretación de lo ocurrido.

Estas intervenciones jamás deberán interrumpir el curso del pensamiento del

entrevistado; por el contrario, deberá esperarse hasta que éste agote las ideas

que tiene en su mente (Martínez, 2004).

La derivación del coloquio del entrevistado hacia otros temas,

aparentemente no conectados con la investigación, lejos de ser considerados

sesgos aparentes en el curso de la temática podrían ser más provechosos que

los temas planeados por el investigador. La dirección que tome el entrevistado


49

podría llevar a dimensiones no esperadas, pero muy ricas en información que

entretejen la red de significados del individuo en su quehacer investigativo.

Busot (1991) sugiere una clasificación del tipo de preguntas que deberán

realizarse en una entrevista etnográfica:

-Descriptivas: las cuales estarían dirigidas a explorar los conocimientos del

informante en la temática que se aborda.

-Estructurales: las cuales facilitan el descubrimiento de las categorías

fundamentales que explican la manera como se organiza el conocimiento y la red

de significados creados por la unidad social.

-De contraste: son aquellas destinadas a clasificar el significado exacto de

los términos usados por el informante.

El manejo eficiente que haga el entrevistador de estas preguntas

redundará en la riqueza y profundidad de los elementos informativos que se

obtengan, así como el análisis posterior que desemboque en una aproximación

teórica del funcionamiento del investigador consolidado.

Debe recordarse que el marco teórico referencial en este tipo de

investigación, no puede constituirse en una limitante, las preconcepciones del

investigador están en su propio referente, pero no necesariamente en el referente

empírico o teórico del entrevistado.


50

VI.C. Tratamiento de la Información

En etnografía, la recopilación de información se encuentra principalmente

orientada hacia la teorización y, es por ello que, el acopio y análisis de la

información es paralelo al diseño de la investigación.

En este estudio existen dos grandes grupos de datos que deben ser

analizados. En primer lugar, los datos primarios o de primer orden, expresados en

la trascripción de la información recopilada de las entrevistas y verbalizaciones

observadas durante las interrelaciones entre los grupos de trabajo; estos portan

significados relevantes que deben ser cuidadosamente analizados.

Los datos o conceptos de segundo orden son aquellos que el etnógrafo

utiliza para explicar los datos primarios y para construir su teoría acerca de lo

ocurrido (Busot, 1991); comprende el análisis de las imágenes, mapas de

interrelación y comunicación no verbal captadas en las grabaciones de vídeo

realizadas durante la observación.

Estos conceptos expresan algún tipo de relaciones entre los hechos,

basados en las interpretaciones del investigador para dar sentido a la secuencia

de acciones observada en los datos de primer orden.

El análisis de estas informaciones implica un proceso gradual de

focalización progresiva, como una especie de embudo que va filtrando aquellas

categorías que poseen significación para la situación investigada, y que va

ocurriendo a medida que se avanza en la investigación (Hammersley y Atkinson,

1994).
51

Es importante destacar que, todas las fuentes utilizadas para proporcionar

información etnográfica, deben ser examinadas desde tres ángulos diferentes:

− Lo que se dice.

− Lo que se hace o se deja de hacer.

− Los objetos y artefactos de que se vale la gente en su cotidianidad.

Estas aristas conforman una visión más holística del proceso de

observación y comprensión de la persona del investigador.

Según Glaser y Strauss (1967) generar una teoría basada en los datos se

traduce en la emergencia de dos elementos básicos:

Primero, las categorías conceptuales y sus propiedades conceptuales.

Segundo, las hipótesis o relaciones generalizadas entre las categorías y

sus propiedades.

Martínez (2004) ofrece un procedimiento operativo práctico para analizar la

información ya recabada, el cual se divide en siete pasos generales:

Trascripción de la información recogida mediante entrevistas, grabaciones

y descripciones: Este paso debe ser completado y revisado, tanto por el

investigador como por los informantes, antes de culminar con el trabajo de

campo. El autor sugiere que esto se escriba en los dos tercios derechos de la

página, para dejar el tercio izquierdo restante para la anotación de las categorías

formuladas y cualquier otra anotación importante.


52

Dividir los contenidos en unidades temáticas: Para ello es necesario

revisar el texto y dividirlo en porciones amplias que articulen una idea o un

concepto central para el fenómeno estudiado.

Categorizar: Este paso es quizás el más crucial dentro del análisis de

contenido. La idea se centra en codificar, a través de una palabra o frase clara y

específica el contenido central de cada unidad temática identificada en el paso

anterior; esta es la llamada categoría descriptiva. Aunque pueden utilizarse

categorías ya previamente establecidas en las teorías existentes o en otras

experiencias de investigación, es recomendable no dejarse llevar totalmente por

éstas, sino de manera transitoria; el descubrimiento de nuevas categorías por

parte del investigador podría orientar el estudio hacia nuevos referentes teóricos,

que de otra manera podrían obviarse u omitirse.

Sub-categorizar: La posibilidad de que algunas categorías sean

nombradas similarmente, aunque sus propiedades o atributos sean diferentes,

lleva a la necesidad de derivar categorías aun más específicas (sub-categorías)

que permitan generar la definición de las categorías que las incluye.

Integrar o agrupar categorías: Opuesto al paso anterior, en algún momento

será necesario concentrar dos o más categorías en “una categoría más amplia y

comprensiva” (Martínez, 2004:269), producto de la conexión entre las categorías

menores.

Agrupación de categorías de acuerdo a su naturaleza y contenido: La

manera como se realiza este paso dependerá en gran parte de la creatividad y la

habilidad del investigador, para definir categorías que integren elementos del

fenómeno en estudio.
53

Despliegue de la matriz de datos y categorías: La organización de estos en

un cuadro de doble entrada (filas y columnas) esbozará la red de relaciones y

nexos que puedan descubrirse en la investigación.

Martínez (2004:271), plantea acertadamente:

“Una buena categorización debe ser tal que exprese con diferentes

categorías y precise con propiedades adecuadas lo más valioso y rico de

los contenidos protocolares, de tal manera que facilite, luego, el proceso

de identificar estructuras y determinar su función,…, todo lo cual nos

encamina con paso firme hacia el hallazgo de teorías e interpretaciones

teóricas sólidas y bien fundamentadas en la información protocolar”

VI.D. Planta de Informantes

El estudio de la estructura mental en sus elementos constitutivos,

representa una totalidad fenoménica que difícilmente puede ser operacionalizada;

por el contrario, la opción ontológica asumida en esta investigación requirió de un

abordaje sistémico y holístico, por lo que la selección de su grupo de estudio

debe implicar un todo sistémico con vida propia. Por ello se impuso la elección de

una planta de informantes que poseyeran características especiales que definían

una unidad social particular, partiendo de la consideración de que los significados

que el investigador consolidado asigna a su experiencia y vivencia en la labor

científica, constituyen un referente importante para entender las características

personales que deberían estar presentes en un investigador del área.


54

La importancia de la selección de estos informantes claves requiere un

gran cuidado. Por esta razón, se estimó que, eligiendo los casos considerados

“excepcionales” permitiría el contacto con personas originales, paradigmáticas,

con status quo dentro del entorno de la investigación, que permitirían extraer y

abstraer las condiciones más resaltantes de esa unidad social.

Para la selección de estos individuos se utilizó una selección en cadena,

también llamada “bola de nieve”, la cual se fundamenta en el contacto inicial con

grupos previamente identificados para extraer otros miembros de la población. El

proceso requiere identificar unos pocos sujetos que poseen características

relevantes al estudio y, durante el proceso de recolección de los datos primarios,

preguntar a éstos el nombre de otros que ellos conozcan y que poseen las

mismas características relevantes (Chadwick y cols, 1984).

Para ello, se utilizó la base de datos de los centros de investigación del

área humanística de la Universidad del Zulia, estableciendo contacto electrónico

con los mismos, solicitándoles la enumeración de aquellos investigadores que a

su juicio resultaban más productivos y emblemáticos en su área de estudio. El

procedimiento supone que los mismos miembros que conforman el grupo de

interés identifican a otros individuos pertenecientes a la población, resultando en

una cadena de referencia.

Se envió un correo electrónico a cada una de las personas indicadas

solicitando su colaboración con el estudio y, en caso de aceptación (sólo uno no

aceptó aduciendo falta de tiempo), se concertó la cita para el levantamiento de la

información necesaria.
55

El concepto clave para determinar el número de investigadores

consolidados que fueron entrevistados en el estudio obedeció al concepto de

saturación de la categoría o “saturación teórica” (Glaser y Strauss, 1967). De

acuerdo a este principio, se logra la saturación de una categoría cuando (a) no

parecen emerger datos nuevos o relevantes en lo que se refiere a una categoría,

(b) la categoría está bien desarrollada en términos de su propiedades y

dimensiones, y (c) las relaciones entre las categorías están bien establecidas y

validadas; al lograr agotar las categorías y conformar una red de categorías de

información, el investigador se da cuenta de que no obtiene nuevas

informaciones; por lo tanto, ya no será necesario seguir haciendo entrevistas.

La planta de informantes claves estuvo constituida por nueve

investigadores (cinco del sexo femenino y cuatro del sexo masculino), que

poseen una amplia experiencia en el estudio de su disciplina particular en el área

humanística (educación, filosofía, orientación, comunicación social, sociología y

derecho) y que son considerados por sus pares como investigador consolidado,

todos profesores jubilados de la Universidad del Zulia, activos en la labor de

investigación, siete activos en la docencia de postgrado y ocho de ellos con título

de doctor.

VII. Resultados de la Investigación

Tratar el tema de las emociones es una tarea difícil de emprender debido a

la cantidad de conocimiento implícito que permite explicar su injerencia en el

comportamiento humano. En el caso de los investigadores, su actividad

productiva es tanto cognitiva como conductual y le permite a la persona construir


56

perennemente conocimiento nuevo sobre la realidad que estudia, asociado a

experiencias emocionales que le dan forma a las relaciones interpersonales con

su equipo de investigación y la comunidad científica en general, dando forma a

las interpretaciones, que afectan el modo en que el conocimiento es producido y

transmitido.

El concepto de la emoción puede ser definido en este contexto como la

reacción emotiva que se expresa al estar inmerso en la labor de investigar o ante

la evaluación cognitiva que se realiza sobre el hacer de los otros.

La experiencia emocional que resulta del trabajo realizado puede

convertirse en factor estimulante o inhibidor de la productividad científica de los

investigadores. Las emociones afectan, de manera relevante, el significado

construido sobre el éxito o fracaso en la labor investigativa; dirigen la actividad

cognitiva que domina la tarea de producir conocimiento útil para la comunidad

científica y la solución de los problemas de la sociedad.

Es posible visualizar en los significados que el investigador asigna a su

experiencia diferentes elementos a nivel psicológico y social que interactúan para

dar forma a su emocionalidad.

El ser social implica la construcción social de las emociones, y ésta tiene

que ver con la adquisición de interacciones entre evaluaciones cognitivas y su

correspondiente emoción. En la mutua influencia presente entre el investigador y

su equipo, sus pares, la institución y la sociedad, inevitablemente las emociones

están involucradas.

El enamoramiento o pasión expresada por éstos, implican un elevado

compromiso emocional con la tarea, metas de desarrollo personal donde se


57

busca la experiencia máxima de realización personal, que está asociada a la

felicidad y a emociones como la alegría, el amor y orgullo por el éxito obtenido.

Los investigadores consolidados coinciden en que su trabajo es

apasionante, y esta emoción los impele a seguir, buscar los significados que los

motivan, hablar acerca de lo que hacen. Investigar no es algo que se impone,

sino que hay que querer lo que hace, ser feliz con eso, lo cual lleva

inevitablemente a la permanencia en este quehacer.

La alegría con la cual hablan estas personas acerca de la investigación, se

refleja no sólo en su discurso oral, sino también en sus expresiones faciales y en

el lenguaje corporal en general que utilizan cuando se refieren a lo que hacen.

Para ellos ser investigador es un privilegio y los diferencia de otros que no lo son.

Son capaces de recrearse en sus logros y compartir estos con sus pares, e

incluso con sus amigos y familiares, y lo gozan.

Pero también las experiencias frustrantes generan tristeza, decepción,

culpa y otras emociones negativas que afectan las significaciones y

construcciones sociales que realiza la persona acerca de su actividad

investigativa o la de otros.

De esta manera, existe una gran decepción y tristeza por la falta de debate

académico que hay actualmente en la Universidad. Al margen de que haya

esfuerzos reconocidos y muy valiosos, la investigación sigue teniendo poca

importancia dentro de la Institución, en especial la investigación humanística y

social.

Aún cuando se apoya a los académicos en la realización de cursos de

cuarto y quinto nivel, las políticas de formación e ingreso siguen favoreciendo la


58

docencia, muy por encima de la investigación. A nivel de los alumnos de pregrado

y postgrado, la situación se percibe de la misma manera. Los jóvenes no le ven

utilidad práctica a la investigación, prefieren su profesionalización, lo cual

decepciona, entristece y duele profundamente a estos investigadores.

Las emociones pueden funcionar como un índice de progreso hacia la

meta: la felicidad conduce hacia ella, la frustración lleva a evadirlas y las

reflexiones melancólicas vienen cuando no se puede retomar ninguna de ellas.

Por consiguiente, la actividad en investigación logra ciertas experiencias

en quienes participan en ella; producto de la interacción que se establece en los

grupos científicos, se van construyendo modos particulares de experimentar las

satisfacciones o los fracasos, de allí que los investigadores consolidados

compartan modos de sentir con respecto a sus logros y también, modos

particulares de expresar sus emociones convirtiéndose en códigos de

comunicación entre investigadores.

Las construcciones cognitivas que realiza el investigador están

inevitablemente afectadas por la consecuencia emocional que se presenta ante

los resultados de la investigación, relacionados estos al producto mismo del

estudio, a la concepción de investigación que tiene la institución, e incluso,

reconocimiento que ésta hace al propio investigador, pero también, resultados

personales que deviene de la experiencia social de estar en contacto con el

hecho estudiado y todas las personas involucradas con él.

Muchas acciones sociales, como la toma de decisiones están basadas en

esquemas mentales que se han formado a través de la experiencia y son

socialmente aprendidos e internalizados. Los intelectuales han formado a través


59

de su acercamiento a la investigación, ciertos patrones y esquemas relacionados

con su actividad, sobre la interacción entre investigación y docencia, sobre la

obtención de metas personales a partir de ésta y las características que definen a

quien se reconoce como investigador dentro de una comunidad científica

particular.

Ellos pueden experimentar emociones complejas por combinar una

emoción básica como lo es la felicidad por el éxito alcanzado o, la cólera o

tristeza ante el fracaso con la evaluación del éxito, bajo circunstancias

académicas e institucionales propias de la comunidad científica donde labora.

La institución puede provocar autorreflexión en los grupos de investigación

y en el investigador mismo a través de los criterios de excelencia científica que

propone y serán inevitablemente utilizados en las evaluaciones cognitivas que

terminarán afectando sus emociones.

Conclusiones

Desde un ángulo afectivo las emociones de amor y tristeza emergieron

como propias de los entrevistados. La felicidad y el amor son una reacción

emotiva expresada en la labor de investigación y en la pasión que ésta les

produce; mientras la tristeza resulta de una evaluación cognitiva negativa de la

manera cómo otros “investigadores” hacen su trabajo o la decepción ante

complicaciones u obstáculos con las que pueden encontrarse en el camino y

que coarta sus objetivos. La empatía, tolerancia a la frustración, manejo de

conflictos y la adaptación a las normas se constituyen en habilidades que

permiten mantener relaciones interpersonales armoniosas, llegar a acuerdos


60

consensuados en los equipos de investigación, superar los obstáculos de los

entes institucionales que la administran y lograr un compromiso mental y ético

con la sociedad a la cual sirve.

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