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LA PIRÁMIDE

La responsabilidad comienza por casa...

Al comenzar a poner en práctica la Responsabilidad Social Empresarial, existe un orden lógico y


una secuencia óptima de intervención que va desde lo más cercano a la empresa hacia lo más
lejano a ella (de lo interno a lo externo).

Dimensión Interna: Primero la empresa debe asegurarse de que está cumpliendo con la ley y está
teniendo una conducta ética guiada por los valores y la transparencia. Como siguiente paso, la
compañía debe ser responsable con sus colaboradores y debe asegurarse que está desarrollando
al máximo el potencial de su capital humano que es el que finalmente hace posible el negocio.

Dimensión Externa: Al salir de la “empresa” debe seguirse una secuencia lógica, de lo más
cercano a lo más externo y lejano a ella. Es decir, se debe comenzar a trabajar con aquellos
públicos interesados más cercanos a la empresa y su entorno cercano. Como primer paso, debe
pensarse en la proyección a las familias de los colaboradores para luego pensar en las
comunidades en donde se encuentran inmersas las empresas y finalmente en relación con el
estado.

Ambas dimensiones son importantes pero debe respetarse el orden de trabajar siempre “de
adentro hacia fuera”, ya que la dimensión interna es crítica para darle credibilidad y sentido a la
estrategia de RSE y a las inversiones sociales y ambientales que se realicen como parte de la
dimensión externa.

Para ilustrar el orden en que debe abordarse la estrategia de RSE, CentraRSE ha desarrollado una
Pirámide de RSE. Esta pirámide que incluye tanto la dimensión interna como la externa, se
muestra a continuación:
RSE

A partir de la década de los 80 y a raiz del fenómeno de la globalización, el concepto de


Responsabilidad Social Empresarial (RSE) ha ido cobrando fuerza y tomando forma hasta
convertirse en una práctica usual de grandes corporaciones internacionales, empresas locales y
hasta pequeñas y medianas empresas.

En muchos casos, la RSE se ha convertido en el principal criterio de inversión y han aparecido


fondos especializados en invertir en aquellas empresas que la practican. Existen índices bursátiles
que miden el desempeño de las empresas socialmente responsables y los empresarios más
visionarios y audaces son aquéllos que han logrado basar el éxito de sus negocios en su estrategia
de responsabilidad social.

Este no es un fenómeno extraño y su aparición obedece a múltiples factores, entre los que se
encuentran el creciente protagonismo que ha adquirido el sector empresarial en el escenario
mundial. En la actualidad, existen grandes corporaciones que operan a escala mundial y manejan
presupuestos y movilizan más recursos que varios estados-nación. El impacto que éstas generan
en las sociedades es mucho más visible con los avances tecnológicos y la velocidad de la
información. Con el paso del tiempo, las empresas han adquirido más poder y como contraparte
han asumido mayores responsabilidades.

Esas responsabilidades son las que las obligan a tomar iniciativa en el proceso de desarrollo de
mejores condiciones de vida para el entorno en el que operan. Su responsabilidad se ha expandido
desde el interior de la empresa, con los colaboradores y accionistas, hasta las comunidades, el
medio ambiente y los gobiernos locales y nacionales de los países en los que mantienen
operaciones. Por otra parte, los mercados que consumen sus productos son cada vez más
vigilantes del cumplimiento de estándares sociales y ambientales, e imponen cada vez con más
fuerza “aranceles éticos” para la entrada de nuevas empresas o para la permanencia en el
mercado.

El fenómeno no es exclusivo de las empresas grandes y las transnacionales, pues los beneficios
que han logrado las empresas que tienen políticas de RSE han motivado una corriente mayor en la
que los pequeños también tienen un rol y una responsabilidad que asumir, de lo contrario, pierden
un elemento fundamental de competitividad y se enfrentan a una inestabilidad autogenerada por
una gestión incompleta.

Los niveles de desarrollo de la RSE en cada país son distintos, sin embargo, es probable que nos
encaminemos hacia un estándar internacional que probablemente termine tan fuertemente
impregnado en la gestión de los negocios del futuro como lo está la contabilidad o el marketing en
nuestros tiempos.

La RSE implica que las empresas adopten una postura activa a favor de la sostenibilidad de sus
operaciones, preocupándose por el bienestar de sus colaboradores y las familias de estos, por la
transparencia de sus actividades, las buenas relaciones con sus clientes, proveedores y finalmente
con la comunidad y el medio ambiente. Las empresas no pueden permanecer como “islas de
riqueza en un mar de pobreza”, pues el riesgo que esto implica para sus negocios es muy grande
en términos de sostenibilidad. La RSE es el rol que le toca jugar a las empresas a favor del
Desarrollo Sostenible, es decir, a favor del equilibrio entre el crecimiento económico, el bienestar
social y el aprovechamiento de los recursos naturales y el medio ambiente. Este equilibrio es vital
para la operación de los negocios y las empresas deben pasar, de ser el problema, a formar parte
de la solución.
EJES

Considerando la amplitud y múltiples prácticas que existen de RSE, CentraRSE las ha clasificado
en siete ejes:

1. Valores y Transparencia: Principios y fundamentos éticos en cada uno de los aspectos


concernientes a la operación de la empresa, su transparencia interna y externa, así como su
cumplimiento con el régimen legal.

2. Actores internos (Calidad de Vida Laboral): Condiciones óptimas y adecuadas en términos


laborales, para lograr mayor productividad y desarrollo personal. También incluye las relaciones y
gobernabilidad interna de los accionistas y de los colaboradores a todo nivel organizacional.

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3. Proveedores: Es el principio que parte de la selección de los proveedores y de una


construcción de una relación responsable y sostenible. Una empresa responsable en su operación
también exige criterios acorde a sus lineamientos a toda su cadena productiva. Además construye
una relación basada en el intercambio transparente de información, tecnología e ideas. En la
medida que se beneficien mutuamente se generan incrementos en productividad, reducción de
costos de transacción y se adaptan mutuamente a sus necesidades más rápido.

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4. Consumidores / clientes: Es la responsabilidad de la empresa con sus clientes y/o


consumidores en términos de mejor servicio al cliente, claridad en sus transacciones comerciales,
mejores productos, cumplimiento con estándares de calidad, mercadeo responsable y mejor
respuesta a sus exigencias y necesidades. Esto fortalece la marca y da una mayor lealtad del
cliente.

5. Medio ambiente: Respeto y cuidado del entorno natural, en la forma como de hacen negocios,
logrando mejor uso de sus insumos, reduciendo emisiones y residuos, generando mayor eficiencia,
y produciendo mas con menos.

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6. Comunidad: Contribuir al desarrollo y superación de las comunidades inmediatas en donde


opera la empresa y donde tenga intereses comerciales. Esta relación debe de estar basada en una
contribución y responsabilidad compartida, ya que es una relación ganar-ganar para ambas partes
logrando así un desarrollo sostenible, reforzando la reputación de la empresa y logrando la
confianza por parte de la comunidad.

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7. Estado: Participar en el diseño de políticas estatales y hacer alianzas para ejecutar proyectos
conjuntos con gobiernos locales o centrales, para el propósito de ampliar el impacto de buenas
prácticas a nivel nacional.

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CICLO DE RSE

CentraRSE ha definido un ciclo de desarrollo el


cual cuenta con diferentes pasos para apoyar a
las empresas a asimilar y aplicar las prácticas
de Responsabilidad Social Empresarial. En
cada uno de estos pasos, CentraRSE brinda
herramientas como las descritas anteriormente
para que las empresas implementen estas
prácticas de forma sistemática y efectiva.

Las siguientes son las etapas que


conforman el Ciclo de Incorporación de la
Responsabilidad Social Empresarial:

1. Capacitación y promoción interna


El punto de partida debe ser la sensibilización
de los colaboradores con respecto al tema, de
tal forma que todos entiendan el concepto y
estén dispuestos y motivados a formar parte en
la iniciativa. Para ello es necesario desarrollar
un proceso de comunicación interna sobre qué
es RSE.

2. Medición y Evaluación
Es importante realizar un diagnóstico de cómo se encuentra la empresa en cada una de las áreas o
ejes de RSE. Los resultados de esta evaluación, permitirán a la empresa conocer el nivel de
desarrollo del tema dentro de la organización y el trabajo que se ha realizado a la fecha en cada
uno de los ejes de RSE.

3. Elaboración del Plan de Trabajo


Con base en los resultados de la evaluación y en los objetivos estratégicos de la empresa, se
definen los objetivos de RSE y un plan de acción que permita convertir estos objetivos en una
realidad.

4. Incorporación
Esta etapa se refiere a poner en marcha la estrategia de RSE y trabajar con los diferentes ejes de
acción.

5. Comunicación
Una vez se pone en práctica la estrategia de RSE, es necesario sistematizar las experiencias,
monitorear los logros, recopilar las lecciones aprendidas y comunicar todos estos hallazgos tanto a
nivel interno con los colaboradores como a nivel de los públicos interesados y la sociedad en
general.

>> Consulte nuestro Menú de Servicios que va de la mano con este ciclo de incorporación.

IMPORTANCIA

Para las empresas:

La RSE contribuye, en la manera que estén en óptimas condiciones los colaboradores de la


empresa a tener mayor atracción y permanencia de talentos y mayor productividad. Nuestra
relación con los proveedores, desde la comunicación, los términos de intercambio, y muchos otros
aspectos que determinan la forma como trabajamos con nuestros proveedores, también contribuye
a ser más productivos. Al ser más transparentes y ofrecer mejores productos y servicios a los
clientes, está comprobado que se logra mayor lealtad del cliente.

En el mundo globalizado que vivimos, cada vez existe mejor información y los clientes se vuelven
más sofisticados, y el “cómo” se vuelve tan importante como el “resultado final”, lo cual el cliente
premia o castiga. Una empresa que se perfila como responsable socialmente, logra mejor imagen
lo cual atrae más clientes y definitivamente como mencionamos anteriormente, resulta en una
mayor lealtad del cliente. Los mercados, y no solo los mercados internacionales de nuestros
productos que comienzan a exigir al RSE, sino los mercados financieros y otros proveedores de
servicios, ya ponen como requisito la RSE. Así que la RSE nos permite también, mejor acceso a
mercados.

Sin embargo, es importante mencionar que la Responsabilidad Social Empresarial no es un invento


nuevo, es más bien, una forma de actuar que todos debemos tener, pero que se ha reconocido
ahora más que nunca, por la importancia que tiene para la sostenibilidad de las empresas.

Para el país:

Cuando se habla de la prosperidad de un país, lo que buscamos es el desarrollo sostenible. ¿Que


entendemos por sostenibilidad? Según la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y El
Desarrollo (Comisión Brundtland) en su Informe Nuestro Futuro Común, se define como:
“Asegurar que se satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la
capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias”. En este
sentido la RSE, es una visión de trabajar por el futuro (del entorno y al mismo tiempo de la
empresa) y tendrá su mayor impacto en el mediano y largo plazo.

El desarrollo sostenible en su conjunto según Michael Porter requiere de tres pilares


fundamentales: Bienestar Social, Competitividad y Balance Ambiental.

Al analizar la RSE, podemos apreciar que ésta, es el eje que atraviesa estos tres pilares.
Promueve el bienestar social, iniciando por los colaboradores de las empresas hasta llegar a las
comunidades. La RSE se convierte en una ventaja competitiva para las empresas que la
implementan correctamente, y finalmente esa implementación requiere de la incorporación de
principios como la Eco-Eficiencia que van orientados a lograr un balance ambiental, al ser
responsables con el medio ambiente.
Podemos concluir que la responsabilidad social empresarial es la herramienta por medio de la cual
las empresas contribuyen al desarrollo sostenible en una conducta de mutuo beneficio.
¿QUE ES LA RSE?

1. ORIGEN DE LA RSE
2. ¿QUÉ ES LA RESPONSABILIDAD SOCIAL
EMPRESARIAL?
3. LA INTEGRACIÓN DE LA RSE EN LA ESTRATEGIA
DEL NEGOCIO EMPRESARIAL
4. EL MASTER DE RESPONSABILIDAD SOCIAL
EMPRESARIAL DEL IRSE

1. ORIGEN DE LA RESPONSABILIDAD
SOCIAL EMPRESARIAL

Son diversos los factores que concurren en lo


que se denomina como Responsabilidad Social
Empresarial (también denominada como Responsabilidad Social
Corporativa) en su acepción más moderna.
En su actual concepción, la RSE es el
resultado de diversos acontecimientos
tales como la crisis del modelo del
“Estado de Bienestar” y la consiguiente
necesaria reducción del déficit público por
parte de los gobiernos que hace que los
Estados se vean abocados a reducir su
intervención en la vida económica de las
sociedades, lo que sin lugar a dudas
repercute en muchos de los objetivos que la política del “Estado de Bienestar”
se planteaba satisfacer, tales como el pleno empleo, un sistema de seguridad
social que cubriera a la totalidad de la población, la generalización de un nivel
de vida mínimo para todos, incluido los más desfavorecidos, etc...

También otro factor influyente en el desarrollo de la RSE lo constituye el


surgimiento de un nuevo modelo económico marcado por la
“globalización” que hace que las empresas y especialmente las grandes
corporaciones aumenten su influencia y sus efectos tridimensionales en lo
económico, en lo social y en lo ambiental.

De otra parte y en dicho contexto, la crisis de confianza creada por la falta


de transparencia de determinadas corporaciones multinacionales
(provocada a finales del año 2.001 a tenor de las crisis empresariales
producidas por escándalos financieros y contables que consistían en la
realización de manipulaciones contables y exageración de los beneficios por
parte de algunas corporaciones para “seguir atrayendo” accionistas, tal fue el
caso de Enron, Worldcom, etc...; las acusaciones
de obstrucción a la justicia realizadas contra
consultoras de prestigio internacional, tales como
Arthur Andersen; y la falta de respeto por los
derechos humanos y por las normas
internacionales básicas de otro tipo de
corporaciones que empleaban “mano de obra” de
países del Tercer Mundo en condiciones
“infrahumanas”); ha venido favoreciendo el que
desde la sociedad civil se vaya cada vez
poniendo más énfasis en la exigencia a las
empresas de elaboración de Códigos de Ética o
de Conducta en el funcionamiento y desarrollo
de sus actividades, de Códigos de “buen gobierno” para regular el
ejercicio de acción de sus directivos y de toda una serie de exigentes
normas de “transparencia” para garantizar los derechos de los
accionistas y demás grupos de interés que pudieran verse afectados por
las actividades empresariales.

Junto a todo lo anterior, el consumidor actual probablemente fruto de la


libre competencia, de la concurrencia de multitud de ofertas y servicios por
parte de las empresas, del cada vez mayor acceso a la información que la era
de la informática ha hecho posible; posee un mayor conocimiento sobre el
mercado y las empresas que a él concurren, de sus actividades y de la
aportación que éstas realizan a favor de un entorno medioambiental
sostenible .

En tal caso, esa “forma de pensar” del consumidor, tiene asimismo un


importante “peso” en el necesario establecimiento de que sean desarrolladas
políticas empresariales que atiendan sus exigencias y se ajusten a su modo de
ver.

Todas estas cuestiones hacen que a lo largo del presente siglo XXI la
Empresa quedará configurada como la mayor institución social y el más
importante motor de cambio y de progreso de las sociedades . Ello hasta el
punto de considerar que en la realidad podría darse un “desplazamiento” hacia
la Empresa de muchas de las funciones que tradicionalmente habían quedado
atribuidas al Estado, lo que sin lugar a dudas pone en crisis el concepto
tradicional de la Empresa como entidad creada con la exclusiva misión de
lograr la maximización de los beneficios y de los excedentes empresariales.

La RSE desde una perspectiva moderna , constituye pues un importante


debate desde todos los sectores (desde las Administraciones, desde las
organizaciones sindicales y empresariales, desde las organizaciones civiles,
etc...) y es el resultado de todo un proceso de reflexión a escala
internacional sobre el modelo de desarrollo de la sociedad actual, el deseo
de las generaciones presentes a la mejora del nivel de vida racionalizando
los recursos del planeta mediante el desarrollo sostenible, de tal manera
que favorezca el respeto por el entorno sin comprometer el derecho de las
generaciones futuras a disponer de los recursos que garanticen al menos
el mismo adecuado nivel de vida en el equilibrio de sus dimensiones
económica, social y medioambiental.

En dicho contexto internacional, la RSE se presenta


como un término que hace referencia al conjunto de
obligaciones y compromisos legales y éticos, tanto
nacionales como internacionales que se derivan de los
impactos que la actividad de las organizaciones
pueden producir en el ámbito social, laboral,
medioambiental y de los derechos humanos y que las
empresas deben de valorar y tener en cuenta en sus
estrategias de negocio para la mejora del “Bienestar
Social” y la “Calidad de Vida” de los ciudadanos.

Pero, realmente ....

2. ¿QUÉ ES LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL?

Aunque existen diversas definiciones de la RSE, podría decirse que la RSE es


“ el desarrollo de una metodología que permite la asunción voluntaria por
parte de las empresas de responsabilidades derivadas de los efectos de su
actividad sobre el mercado y la sociedad, sobre las condiciones laborales, las
de seguridad y salud de sus recursos humanos y sobre el medio ambiente y
las condiciones de desarrollo humano ”.

Las teorías de la RSE propugnan la adecuada interrelación e interconexión


entre la Empresa como institución social y aquellos grupos de interés
interrelacionados con la misma, los denominados stakeholders (los
accionistas, los trabajadores y sus familias, los consumidores, los proveedores,
las comunidades locales y regionales, la Administración, y aquellos otros tales
como las organizaciones de consumidores, las asociaciones vecinales, etc...;
en conjunto: todos aquellos que pueden resultar afectados por la marcha
de la empresa y tienen un interés efectivo en el buen desempeño
empresarial).

El Foro de Expertos designado por el Gobierno Español que fue constituido a


comienzos de este año 2.005 para la definición del marco de la RSE en nuestro
país ha indicado que la RSE tiene como objetivo “ la sostenibilidad
basándose en un proceso estratégico e integrador en el que se vean
identificados los diferentes agentes de la sociedad afectados por las
actividades de la empresa. Para su
desarrollo deben establecerse los
cauces necesarios para llegar a
identificar fielmente a los diferentes
grupos de interés y sus necesidades,
desde una perspectiva global y se
deben introducir criterios de
responsabilidad en la gestión que
afecten a toda la organización y a
toda su cadena de valor ”. Asimismo dicho Foro de Expertos indican que “
las políticas responsables emprendidas desde la empresa generan unos
resultados, medibles a través de indicadores, que deben ser verificados
externamente y comunicados de forma transparente ”.

El citado Foro de Expertos afirma además en el ánimo de dar respuesta a una


definición más exacta de lo que es la RSE que ésta es “ además del
cumplimiento estricto de las obligaciones legales vigentes, la integración
voluntaria en su gobierno y gestión, en su estrategia, políticas y
procedimientos, de las preocupaciones sociales, laborales, medio ambientales
y de respecto a los derechos humanos que surgen de la relación y el diálogo
transparentes con sus grupos de interés, responsabilizándose así de las
consecuencias y los impactos que se derivan de sus acciones ”.

3. LA INTEGRACIÓN DE LA RSE EN LA ESTRATEGIA DEL


NEGOCIO EMPRESARIAL

En primer lugar, habremos de partir de una importante consideración: que la


primera responsabilidad social que ha de ser cumplida por toda empresa
es la de obtener beneficios , pues esa es la principal y fundamental razón de
su existencia. Ahora bien, para lograr atender esa primaria responsabilidad
debe asimismo desarrollar su actividad de forma sostenible.

En el marco de una economía tan competitiva como la actual para que las
empresas logren un satisfactorio nivel de beneficios, hoy más que nunca
deben de estar en permanente “alerta” a las necesidades y tendencias que
el propio mercado demanda, haciendo “prospectiva” de aquellas que
pudiera demandar en el futuro . En un mercado de economía global, uno de
los principales requisitos para el crecimiento empresarial pasa sin lugar a
dudas por la mejora de la reputación de las empresas y su constante
modernización.

Por tales razones, resulta necesario que las empresas y en especial las
Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) que
constituyen el sector empresarial más
importante de nuestro país, vayan adaptando sus
estructuras mediante la realización de un
proceso de acercamiento y convergencia con el
resto de empresas de la Unión Europea , algo que
hoy día solo puede hacerse efectivo mediante la
puesta en marcha de las siguientes acciones:

• Avanzar en el camino de la Investigación ,


Desarrollo y Responsabilidad (I&D&R)

• Mejorar su Capital Humano mediante la cualificación y fidelización de


sus recursos humanos

• Avanzar en la aplicación de nuevos Modelos de Gestión Empresarial

• Identificar a sus Grupos de Interés (“Stakeholders”)

• Atraer Capital mediante herramientas de gestión y de transparencia que


garanticen la confianza de los Inversores

• Gestionar adecuadamente sus Activos Intangibles

Todos estos factores resultan mucho más fácilmente alcanzables mediante la


integración en las empresas de los Sistemas de Calidad, Medio Ambiente y
Prevención de Riesgos Laborales; y específicamente a través de la
implantación de un Sistema de Gestión Ético y Socialmente Responsable, esto
es: mediante la integración de la Responsabilidad Social Empresarial en
las estrategias generales del negocio empresarial .

La RSE contribuye como “Norma de Calidad de Tercera Generación” a


lograr que las empresas dispongan de una excelente “carta de
presentación” por su importante repercusión en la obtención de
beneficios y ventajas competitivas por las siguientes RAZONES:

• A nivel COMERCIAL :

Por cuanto que la RSE constituye una importante herramienta de “ Marketing


de Relaciones ” que repercute en la mejora de la Imagen Pública , la
Reputación Corporativa y el reconocimiento empresarial; en el aumento de
ventas porque facilita al consumidor el diferenciar entre productos y servicios
ofertados por “empresas socialmente responsables” respecto a aquellas que no
lo son; permite a las PYMES “anticiparse a las nuevas tendencias y exigencias
del mercado”; y especialmente facilita el acceso a los mercados globales
cuando precisamente en otros países la tendencia que predomina
(especialmente los de la Unión Europea ) es la de atender de forma prioritaria
aquellas ofertas que les llegan al mercado de empresas que llevan una
adecuada gestión de su responsabilidad ante sus grupos de interés.

• A nivel LEGAL :

Por cuanto que mejora el entendimiento de las PYMES y la valoración por


parte de todas las Autoridades Públicas, la Administración y las Comunidades
Locales en el cumplimiento por dichas empresas de los requerimientos y
exigencias legales, reduciendo las medidas de fiscalización y control de las
que pueden ser destinatarias.

• A nivel LABORAL :

Por cuanto que facilita el reclutamiento de personal de primer nivel y la


retención de talentos, generando y multiplicando el valor de sus recursos
humanos.

• A nivel FINANCIERO :

Porque incrementa la confianza de los accionistas al percibir con mayor


claridad los riesgos, facilitando el acceso a las fuentes de financiación y
coadyuvando a la obtención de socios estratégicos y la atracción de inversores
por el “buen gobierno” y la “transparencia en la gestión” que caracteriza a este
tipo de empresas.

Llegado a este extremo, habríamos de plantearnos las siguientes


CUESTIONES:

¿Cómo integrar la RSE en la estrategia general del negocio empresarial?

Existen muchas empresas que aún sin saberlo, conociendo las tendencias del
mercado vienen desde hace años realizando toda una serie de prácticas que
constituyen por sí mismas fuente de RSE. En muchos casos ni tan siquiera
dichas empresas son conscientes de que su actitud constituye un
comportamiento ético y socialmente responsable, tan solo percibían que este
tipo de actitud les daba sencillamente buenos resultados.

La integración de la RSE en las estrategias de toda organización o


empresa pasa inexorablemente porque en la misma se disponga de los
profesionales adecuados (internos o externos) para llevar a cabo toda una
serie de acciones, tales como:

• El Diseño del Plan Estratégico de la Alta Dirección de la organización y de


la publicidad del “ Compromiso Social y de los Valores Éticos ” de la
misma, así como la identificación de las “Partes Interesadas” o
“Stakeholders”.
• La Elaboración del “ Código de Conducta ” y del “ Código de Buen
Gobierno ”.

• El Nombramiento del “ Comité de Ética ” y el establecimiento de sus reglas


de funcionamiento.

• La Elaboración de un “ Sistema documentado de Gestión de Calidad,


Medio Ambiente y Prevención de riesgos Laborales ”.

• El Establecimiento de los “ Protocolos de actuación ” para la satisfacción


de las Partes Interesadas o “Stakeholders”.

¿Qué Sistema de Gestión de RSE es el más adecuado y efectivo para la


organización de la empresa?

Sin lugar a dudas, la respuesta es bien sencilla: El Sistema de Gestión


Empresarial de RSE más adecuado y efectivo es aquel que contemple la
posibilidad de establecer, implantar y evaluar la Responsabilidad Social
de forma compatible con la integración de otro tipo de Normas tanto
nacionales como internacionales , tales como la ISO 9001:2000, ISO
14001:2004, OHSAS 18001:1999, Social Accountability 8000, etc… de tal
forma que la organización que lo desarrolle pueda ofrecer ante terceros los
parámetros para su verificación interna y externa y su certificación. En tal
caso, al momento actual, la Norma por excelencia que goza de todos estos
requisitos es la denominada Norma SGE 21:2005 de la Asociación
Forética.

Por Bernardo Kliksberg (para Safe Democracy)

Bernardo Kliksberg analiza el papel que las empresas desempeñan actualmente en la


sociedad y señala por qué las conductas socialmente responsables reportan nítidos
beneficios no sólo a las compañías e instituciones sino a la sociedad en su conjunto. En este
sentido, Kliksberg explica cómo se ha fortalecido en muchos países desarrollados una
visión exigente de la Responsabilidad Social Empresarial –en un mundo cada vez más
desigual, con 3.000 millones de pobres– y revela por qué es imprescindible avanzar hacia
empresas que asuman un compromiso más elevado con las grandes problemáticas de la
sociedad. Con RSE todos ganan.

Bernardo Kliksberg es uno de los mayores expertos mundiales en lucha


contra la pobreza y dirige desde Washington la Iniciativa Interamericana de Capital
Social, Ética y Desarrollo patrocinada por el BID. Es asesor especial de Naciones Unidas,
UNESCO, UNICEF, PNUD y otros organismos internacionales, y autor de 40 libros, el
más reciente el best seller “Más ética, más desarrollo” (publicado en España por el
INAP), además de centenares de artículos técnicos activamente utilizados
internacionalmentede. Ha asesorado a más de 30 países en alta gestión, incuyendo a
diversos presidentes y a numerosas organizaciones públicas de la sociedad civil y
empresariales.

EL ANUNCIO SIGUE SORPRENDIENDO AL MUNDO ECONÓMICO: Warren


Buffet, el gurú de Wall Street que logró hacer subir las acciones de su fondo de inversiones
un 20 por ciento anual en los últimos veinte años, resolvió donar 30.000 millones de
dólares, gran parte de su fortuna, a la Fundación Gates. Es la mayor donación de la historia.
También fue el primero en no establecer una fundación con su nombre sino donarle a otra.

Buffet explicó que el sistema de mercado no ha trabajado en términos de la gente pobre. Y


que las grandes fortunas que vienen, en gran parte, de la sociedad deben ser devueltas a
ella. También indicó que quería que sus fondos fueran utilizados ahora, y del modo más
eficiente, y que por eso los daba a esa fundación. Con su aporte, la Fundación Gates
duplica su patrimonio de 30.000 millones de dólares, fruto de la donación de buena parte de
la fortuna de Bill Gates. Multiplica por seis el presupuesto de Naciones Unidas.

DE MICROSOFT A LA FUNDACIÓN
Gates, pionero de las nuevas tecnologías, anunció también que además de su dinero había
decidido aportar su tiempo. Se propone abandonar Microsoft y dedicarse totalmente a la
fundación, que está concentrada en combatir el SIDA, la malaria y la tuberculosis, y que ha
salvado cerca de medio millón de vidas en pocos años.

A sus nuevos aportes a institutos de investigación anti-SIDA del mundo les ha puesto como
condición que los investigadores colaboren entre sí y compartan informaciones y resultados
para apurar así la obtención de vacunas.

HAGA TANTO BIEN COMO PUEDA


¿Son casos aislados? No parece. Un estudio del Boston College (2005) dice que el 65 por
ciento de las personas entrevistadas con más de 30 millones planea donar sus fortunas
durante su vida y no a través de un testamento.

The Economist editorializa: si usted quiere ser un verdadero filántropo, gaste su dinero
rápido, haga tanto bien como pueda ahora, cuando está vivo, y deje de lado la posteridad.
El The Wall Street Journal (21 de agosto) refiere uno de tantos casos: Laifer, gerente de un
fondo de inversión sensibilizado por la malaria, que causa un millón de muertes anuales, el
75 por ciento de ellas de madres embarazadas y chicos en África, estimó que con 10.000
dólares podía protegerse una aldea típica de mil personas, dotándolos de redes, insecticidas,
medicamentos, etcétera. Y creó cinco zonas libres de malaria en Ghana, Nigeria y Kenya.
La ONG Civic Ventures encontró que el 60 por ciento de las personas de 50 a 70 años
quisieran emplear su próxima etapa de vida en mejorar la calidad de vida en sus
comunidades.

LA DESIGUALDAD CRECIENTE EN EL MUNDO


Gates y Buffet fueron francos con las limitaciones de su acción: La Fundación Gates va a
desembolsar 3.000 millones anuales: en el mundo hay 3.000 millones de pobres, eso
significa un dólar por persona, lo que no arregla los problemas.

Por otro lado, la explosión de millonarios forma parte de un cuadro de desigualdad


creciente en el mundo. Según Forbes, hace 20 años había 140 multimillonarios. Ahora son
792, y sólo el último año se sumaron 102. El 20 por ciento más rico de la población
mundial tiene el 86 por ciento del producto bruto mundial y el 95 por ciento del crédito. El
20 por ciento más pobre, en cambio, menos del uno por ciento de ambos.

Se necesitan, claramente, cambios de fondo, a través de una gran alianza por una economía
mundial inclusiva y con oportunidades para todos.

LAS VENTAJAS DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL


Personalidades de Wall Street y de las nuevas tecnologías han hecho un fuerte llamado a la
Responsabilidad Social Empresaria (RSE). Lo han hecho, como dice una conocida
expresión estadounidense, poniendo su dinero donde están sus palabras.

Hoy, bajo la presión de la opinión pública, los consumidores y los pequeños inversores, se
fortalece en muchos países desarrollados una visión exigente de la RSE, que está dando el
salto de las relaciones públicas a políticas efectivamente protectoras del medio ambiente:
certificaciones de RSE, empresas familiarmente responsables, balances sociales, diversidad
cultural en la fuerza de trabajo, inversión en la comunidad. Tener RSE reporta ventajas
nítidas a las empresas.

CLAVE PARA LA COMPETITIVIDAD


Las multinacionales buscan proveedores y socios con RSE garantizada. Los exportadores a
mercados desarrollados deben mostrar RSE. Si no hay RSE los consumidores sancionan. El
Banco Mundial refiere, entre numerosos ejemplos, que los consumidores europeos se
negaron a comprar alimentos estadounidenses genéticamente modificados por estar contra
ellos. Estados Unidos, a su vez, prohibió la importación de atún de México por presión de
sus consumidores, porque dicho país no previno la matanza de delfines durante la pesca.

Con razón dice Michael Porter que la RSE es clave para la competitividad, alinea objetivos
sociales y económicos y mejora los proyectos de largo plazo de una compañía. En efecto:
el 90 por ciento de la población de Estados Unidos opina que las empresas deben ser
conscientes de su impacto en el medio ambiente y el 70 por ciento de los europeos, que la
RSE es importante al comprar un producto.

POR QUÉ IR MÁS ALLÁ EN AMÉRICA LATINA


En América latina el reclamo de la sociedad por RSE crece a diario. Va desde las
rebeliones ante empresas mineras que destruyen el medio ambiente y dejan muy poco a la
comunidad hasta las encuestas. El 84 por ciento de los consumidores en Brasil
recomendaría productos que destinaran un porcentaje de sus ventas a una causa social o a
una ONG. En Chile, el 40 por ciento de los consumidores ha castigado o está dispuesto a
castigar a empresas irresponsables. En la Argentina, el 51 por ciento de los consumidores
está dispuesto a pagar más por productos de empresas con RSE probada.

En la región hay muy meritorios esfuerzos en esta dirección, pero falta muchísimo, y frente
a las graves cifras de deuda social acumulada las empresas deberían profundizar la acción
de RSE, articular alianzas estratégicas y apoyar sólidamente las políticas públicas de
desarrollo social, salud, educación, y otras áreas clave para enfrentar la pobreza y mejorar
la equidad. Para ello será necesario ir más allá de los modelos tradicionales.

VISIÓN A CORTO PLAZO


Un estudio sobre la filantropía en Argentina (Berger, Ducote, Reiss) concluye: el enfoque
filantrópico preponderante en las personas de alto patrimonio se caracteriza por una
mirada de corto plazo, orientada a apoyar proyectos específicos y puntuales, y con escasa
atención al fortalecimiento de las capacidades institucionales de las organizaciones de
bien público.

Es imprescindible avanzar hacia empresas que asuman un compromiso en términos


financieros y de políticas empresariales más elevado con las grandes problemáticas de la
sociedad. Será para el bien del continente, de la ciudadanía y de las empresas.

Con RSE todos ganan de verdad.


Integración de la RSE en la cadena de valor
Integrar los indicadores de RSE en la cadena de valor de una empresa permite optimizar su
productividad, adquirir ventajas competitivas y mejorar su posición en mercados cada vez
son más exigentes. Al mismo tiempo, agrega valor a sus procesos y servicios, lo que mejora
su desempeño y la valoración por parte de los stakeholders.

Ser una empresa socialmente responsable implica


una revisión de cada una de las partes de su cadena
de valor con el enfoque de RSE, de forma de que se
puedan constituir fuentes que generen ventajas
competitivas y agreguen valor al negocio.

El primer desafío es velar porque cada una de las


partes de la cadena de valor sea social y
ambientalmente responsable. Y el segundo, es
disminuir costos.

Lo primero que se debe realizar es evidenciar las consecuencias sociales y ambientales de


cada etapa de la actividad empresarial, incluyendo las actividades primarias (logística,
operaciones, marketing, ventas y servicios) así como las de soporte (abastecimiento,
desarrollo tecnológico, gestión de recursos humanos, infraestructura de la organización).
De esta identificación es posible distinguir los efectos que por sus impactos negativos se
deberán revisar.

Considerar la RSE en la cadena de valor fortalece no sólo al negocio, sino también las
capacidades de sus proveedores y clientes para que sean socialmente responsables. Porque
la cadena empieza y termina con ellos, desde la consecución de materias primas para
proveedores hasta el producto terminado que se entrega al cliente final.

Desde este punto de vista se genera valor para el consumidor, porque se tienen en cuenta
sus derechos como tal, la información sobre los efectos colaterales del consumo, si es
reciclable o no, los contenidos del etiquetado, las prácticas de marketing, difusión y venta
que se utilizan, así como el postconsumo.
Lo segundo es tener en cuenta la importancia de la comunidad, ya que en ella se encuentran
los clientes, empleados, quienes entregan las licencias para operar. De una forma u otra
forma, toda actividad en la cadena de valor de una compañía impacta a las comunidades en
donde se encuentra instalada. Sin embargo, no sólo la actividad de la compañía tiene
efectos en la sociedad, sino también a la inversa. En este escenario, según Porter, “la mutua
dependencia entre las corporaciones y la sociedad implica que las decisiones
de negocios deben seguir el principio de valor compartido”. La idea es que el
beneficio para la empresa, también genere valor para la sociedad. Porque si
sólo una de las partes se favorece a expensas de la otra, las ganancias a corto
plazo serán por un tiempo para la primera, pero no prosperarán en el largo
plazo.

Por otra parte, el criterio para que la empresa se involucre con temas de la
comunidad es la identificación de problemas y su intención de colaborar, lo
que podría constituir una oportunidad para que la empresa logre una ventaja
competitiva. Por lo tanto, este reconocimiento de la empresa depende no sólo
de la gestión de la cadena de valor, sino también de la colaboración que
puedan aportar a la comunidad y a los demás grupos de interés de la empresa.

Para que los miembros de una empresa no se queden sólo en palabras y buenas intenciones,
es necesario que tengan en cuenta que cada uno de los procesos de la producción debe estar
en línea respecto del concepto de RSE.

Beneficios de la RSE en la Cadena de Valor

En los últimos años, la mayor consideración de la responsabilidad social y ambiental por


parte de empresarios, está permitiendo que tomen consciencia de los beneficios que
produce integrar la RSE en su cadena de valor. Y esto se relaciona con que está siendo
considerada una herramienta útil que puede dar cuenta del impacto que producen sus
actividades.

Incluir la RSE en la cadena de valor también permite diagnosticar las fortalezas y


debilidades referidas a cómo se están cumpliendo las buenas prácticas en la empresa, lo que
hace posible realizar una planificación estratégica, con objetivos y acciones claras. El fin de
esto es adquirir ventajas competitivas y maximizar la creación de valor, mientras se
minimizan los costos.

Así mismo, la creciente consideración de la RSE en la cadena de valor está permitiendo


considerar que, lograr la adhesión de los grupos de interés sobre las políticas y acciones que
en materia ambiental implemente la empresa, puede producir buenos resultados. Es decir,
gestionar y velar por un equilibrio entre el ámbito social, ambiental y económico, puede
permitir a la empresa el logro de mejores y nuevos beneficios.

En una compañía, la estrategia debe trascender la mera intención de mejorar sus prácticas,
es necesario que realice algo que la distinga de su competencia de modo que reduzca sus
costos y satisfaga mejor a sus clientes. Es por eso que la implementación de la RSE en la
cadena de valor, puede ser una oportunidad que surge a partir de la incorporación de
indicadores económicos, sociales y ambientales en toda ella. Y esto puede ser un aporte
estratégico para la innovación en la empresa, porque “la RSE más estratégica ocurre cuando
una empresa añade una dimensión social (y ambiental) a su propuesta de valor,
convirtiendo el impacto social (y ambiental) en una parte integral de la estrategia” (Porter,
1985).
Fuente: PrOhumana.cl

La comunicación responsable
La importancia de la comunicación reside en su capacidad de generar valor. De hecho, es el
instrumento que permite que algo se conozca y se comercialice.

Algunas herramientas de comunicación pueden ser


la publicidad, el marketing, las Relaciones Públicas
o comunicación de prensa, entre otras, lo
importante es que éstas deben ser responsable.

Si a través de la comunicación -en cualquiera de sus


acepciones- somos capaces de generar valor
económico, también debemos ser capaces de crear
valor social y ambiental a través de ella. No basta
con hacer efectiva la comunicación de manera
transversal a todos los procesos de una organización. Es necesario que ésta aporte valor y
construya -o reconstruya- el entendimiento entre todos los actores, sean estos de una
organización empresaria o de una sociedad. No es necesaria una comunicación
exclusivamente “efectista” y vacía que sólo dé lugar a los fines comerciales o de
recordación.

Es esencial reflexionar acerca del valor social que generan las diversas comunicaciones,
independientemente de que sean externas o internas. La aportación de valor que conlleva la
comunicación se hará siempre efectiva si le damos respuestas a aquellas preguntas que nos
hace. Obviamente, hablamos de efectos positivos que promuevan aspectos tales como el
respeto a la diversidad, al pluralismo, a la condición humana.

Orientar la comunicación hacia esos aspectos no contradice los fines comerciales de una
organización, de una empresa. Más bien los refuerza y promueve más allá del corto plazo.
La publicidad, el marketing; las Relaciones Públicas planificadas y practicadas en esa
dirección son herramientas muy eficaces que, además de contribuir a la generación de
valor, posicionan al emisor de una manera clara y sin dudas diferente.
A medida que la RSE avanza en su conocimiento y aplicación surgen algunas dudas con
relación a la difusión que las empresas deben o no hacer de su política en tal sentido.

Por temor a que las acciones de RSE sean tomadas como acciones publicitarias, muchas
compañías optan por mantener un perfil bajo y no comunicarlas. Consideran que es mejor
que estas acciones “hablen por sí solas” o que “las cuente un tercero”, en lugar de que sea
la propia empresa quien dice de qué manera gestiona y aplica la RSE.

Podríamos decir que la RSE se transmite “sola”, ya que con ella va toda la empresa como
una unidad indivisible. Una firma no es solamente su marketing, su publicidad, ni su
relación con la prensa. Tampoco es exclusivamente el producto o servicio que ofrece. La
empresa es todo lo que hace y todo lo que, por hacer, transmite. Así es percibida y aceptada
por los clientes y sus públicos.

No obstante, una empresa deberá dar a conocer lo que hace con RSE. Primero deberá
reconocerse en este camino: así, respondiéndose aquellas seis preguntas, seguramente
encontrará el momento y determinará los públicos a quienes comunicar y los medios más
idóneos para hacerlo.

La Responsabilidad Social Empresaria debe comunicarse. Y quien gestiona con esta mirada
debe comunicar que así lo hace. La RSE es ante todo un modelo de gestión y, si
consideramos que tiene que ver con todos los públicos con los que la empresa se relaciona
y que produce valor al generar cambios en el entorno, seguramente será bueno intentar
contagiar estos conceptos y prácticas.
Fuente: IARSE

La RSE y la cultura social de la ciudadanía


La injerencia que poseen actualmente las empresas en las sociedades en las que se
encuentran insertas es inmensa, por lo mismo estas deben preocuparse por el entorno físico
y poblacional que las rodea.

Las organizaciones tienen una responsabilidad


social importante que cumplir adicional a la de
mantenerse activas, rentables, competitivas y
productivas. La RSE es una combinación de
aspectos legales, éticos, morales y ambientales que
se entrecruzan de forma voluntaria dentro de una
institución determinada.

Los escenarios económicos de todo el mundo


demandan un compromiso mayor que las gerencias
de las empresas deben desarrollar. Una buena ética empresarial va de la mano con una
eficaz responsabilidad social para con la comunidad, los consumidores y el entorno, por lo
tanto la RSE adquiere un valor, alcance y repercusión de gran importancia.

Una empresa socialmente responsable no sólo realiza acciones que afectan positivamente a
su mundo interno, sino que también genera consecuencias benéficas para toda la sociedad.

Aplicando una política adecuada de RSE desde dentro de la misma organización se pueden
lograr cambios internos que afectan, de una u otra forma, al ámbito externo, por ende a toda
la sociedad.

Propiciar el trabajo en equipo, mantener un ambiente laboral agradable, capacitar a los


empleados en temas profesionales, aplicar criterios de igualdad, emplear de forma justa los
derechos del trabajador, entre otros tantos puntos, hacen la diferencia tanto dentro de una
empresa como fuera de ella.

En este contexto, la gerencia de una organización no debe olvidar nunca que sus
trabajadores son parte fundamental del negocio, y que por lo mismo, la preocupación por
ellos es trascendental.

La capacitación profesional dentro de una empresa debe ser constante, sin embargo los
altos mandos no tienen que olvidar que el crecimiento personal y educativo de un empleado
también es importante y va más allá del aspecto laboral.

En la actualidad muchas empresas alrededor del mundo no sólo capacitan profesionalmente


a sus trabajadores, sino que también implementan cursos y programas que estimulan el
aprendizaje sobre temas sociales culturales como el ahorro de energía, el reciclaje, la vida
saludable, entre otros.

Estas actividades tienen por objetivo fomentar una sociedad responsable, y la idea de
educar a los empleados en torno a estos temas, es que, primero aprendan lo enseñado y lo
practiquen, y segundo, que sean capaces de traspasar los conocimientos adquiridos a sus
familias y entorno.

De esta forma se genera una reacción en cadena que parte con la empresa que se preocupa
de enseñar temas sociales culturales; posteriormente pasa por el trabajador quien adquiere
estos conocimientos, y finalmente lo aprendido es adoptado por su familia, completándose
el círculo con el traspaso de la información a la comunidad.

En conclusión, una empresa socialmente responsable no sólo debe preocuparse por la


capacitación profesional de sus trabajadores, sino que debe propiciar la realización de
actividades paralelas que aporten a la educación de una sociedad responsable.
Fuente: Monografías.com
Empresas y aplicación de la RSE
Un concepto que ha tomado fuerza en los últimos años, dentro de la estrategia de las
organizaciones.

La Responsabilidad Social Empresarial ha tomado


fuerza en los últimos años. El concepto, aunque tiene
diversas definiciones, se entiende siempre como las
buenas prácticas de las organizaciones hacia su
entorno, no en el corto plazo, sino implantada como
referencia base en su actuar.

Para lograrlo hay muchos puntos que se deben seguir


y aplicar. La necesidad de realizar una estrategia con
la finalidad de lograr una real inserción del concepto
RSE, como modo de “hacer empresa”, se va
haciendo cada vez más necesaria.

La tarea hoy día no es fácil, ya que es un concepto más bien actual que está tomando forma
de a poco, y que se está posicionando a través de los muchos esfuerzos de organismos que
permanentemente se refieren a ella.

Sabemos que la RSE es un modo que interrelaciona la comunidad, los trabajadores y el


medio ambiente, entre otros aspectos, y que a través de la misión y visión de las compañías,
se pueden ver reflejados los principios del planeamiento estratégico de la empresa en este
ámbito.

Es por ello que surge la necesidad de diseñar estrategias de RSE para cada empresa, sea
grande, mediana o pequeña, la cual debe estar bien enfocada.

Si bien no es una tarea sencilla cuando se tiene un espectro tan amplio de temas albergados
bajo el paraguas de la responsabilidad social de la empresa, existen diversas entidades que
cumplen con la labor de guiar de la mejor manera las prácticas de RSE.

Las asesorías, las capacitaciones, entre otras, son las herramientas a través de las cuales las
empresas pueden acceder a tener una idea más clara de cómo se aplica la RSE, pero más
aún, aportan las líneas para mantenerla como concepto central a largo plazo dentro de la
compañía.

Pero lo más importante y de donde surge el papel de la empresa, es en la concepción de que


la RSE es algo que debe nacer en el alma de las compañías, que es un impulso que se
genera por la convicción de las mismas de hacer algo por el desarrollo de la sociedad en
general, y que no debe surgir sólo como una inquietud, sino que también como una forma
de hacer negocios responsables.
Fuente: Fundación PROhumana

La responsabilidad de las empresas de incentivar la


nivelación educacional de sus trabajadores
La motivación es uno de los instrumentos más recomendados, debido a que se cree
firmemente que al incentivar al individuo se pueden lograr resultados sorprendentes y
concretos. Por ello, en condiciones ideales, las empresas deberían poseer un personal
altamente motivado e identificado con sus labores, para una buena relación
trabajador/empresa.

Las organizaciones a través de sus gerencias,


poseen la responsabilidad de generar los escenarios
adecuados para impulsar e incrementar el nivel
educacional de sus trabajadores, proporcionándoles
las condiciones, ya sea de financiamiento,
flexibilidad horaria, etcétera, si es que existe el caso
de algún trabajador que tenga sus estudios
secundarios incompletos.

Fortalecer el camino hacia la formación educacional, significará tener a empleados más


capacitados y aptos para superar las limitaciones que vayan surgiendo de manera más
preparada y positiva, ya que se producirá su desarrollo integral, que incidirá directamente
en el mejoramiento de las relaciones con sus pares y jefaturas, y contribuirá a alcanzar los
objetivos definidos por las distintas organizaciones para sus puestos de trabajo.

Además de los beneficios laborales que significa tener escolaridad completa, los beneficios
personales son los que priman, ya que aumentará el autoestima, se desarrollaran nuevos
conocimientos, habilidades personales y sociales, y, por ende, existirán trabajadores más
felices y conformes consigo mismos.

Por otra parte, el potenciar que toda persona tenga acceso a terminar sus estudios
secundarios, constituirá un elemento central para el logro de la disminución de la
desigualdad social.

Es importante, entonces, que las empresas tomen un rol protagónico a la hora de apoyar a
sus trabajadores en lo que a nivel educacional respecta, ya que es una vía apropiada para
aumentar los logros en la productividad y competitividad, acordes al buen desarrollo
económico de las empresas.

Si se logra establecer como parte de la responsabilidad de las empresas el colaborar con sus
trabajadores a tener un mayor acceso a la escolaridad o término de ésta, sin duda que se
potenciarán las capacidades de los empleados, las que les permitirán adquirir, fomentar y
reorientar sus competencias personales, sociales, económicas y culturales, a fin de
facilitarles su inserción y participación eficiente y responsable en los procesos de cambio,
tanto de las empresas como de la sociedad en general.
Fuente: Fundación PROhumana

RSE: ¿Una acción posible?


En nuestro país se ha hecho cada vez más común, en círculos empresariales, académicos y
públicos, hablar de RSE, su importancia, la necesidad de difundirla e incorporarla en la
gestión de las organizaciones.

Después de casi una década desde que el tema


comenzó a ser estudiado y discutido en Chile, se
hace necesaria una reflexión acerca de la viabilidad
de gestionar exitosamente organizaciones según
parámetros de RSE en un país como Chile.

La RSE, al igual que muchos otros modelos


provienen de Europa y USA, donde el debate
acerca de los impactos económicos, sociales y
ambientales de las empresas en su entorno ha
devenido como parte de un proceso natural de
madurez, que busca aprender de los errores
cometidos por el modelo clásico de empresa, que
perseguía maximizar sus ganancias sin considerar
los daños colaterales.

Hoy los empresarios con una visión más amplia del mundo y del lugar que ocupan sus
organizaciones en él, buscan redefinir el rol de las empresas en la sociedad actual, más
exigente e informada, con una capacidad de presión cada vez mayor.

En Chile, diversas instituciones han liderado la tarea de difundir los conceptos


fundamentales de la RSE, Fundación PROhumana, Acción Empresarial (actual
AcciónRSE), Vincular.

Los gobiernos corporativos y distintos niveles gerenciales están siendo bombardeados con
directrices, normas, estándares y guías de RSE que pueden ser aplicados en la gestión de
sus negocios. Grandes empresas crean gerencias de RSE, otras tantas incorporan el tema en
las gerencias de comunicaciones o marketing, los medios de comunicación prestan cada vez
más atención a esta temática y hasta los premios y ranking relacionados con un desempeño
socialmente responsable se ponen de moda.
Este escenario nos puede llevar a pensar que los líderes empresariales han entendido
cabalmente el espíritu de un modelo de empresa sustentado en la RSE. Sin embargo,
también es posible pensar que estos líderes estén cometiendo el error que siempre se
comente en sociedades menos desarrolladas como la nuestra, copiar modelos, en su forma
pero no en su fondo.

¿Es posible pedirle a empresarios locales pensar en el bien común?, cuando vivimos en una
sociedad cada vez más individualista, ¿es posible esperar que las empresas erradiquen
prácticas discriminatorias?, si vivimos en una sociedad profundamente clasista y
discriminadora, ¿es posible esperar que en las empresas se premie con ascensos o mejores
condiciones salariales a los trabajadores según sus méritos?, si vivimos en una sociedad
donde la meritocracia no se premia y el lugar donde se vive, el apellido o la apariencia son
los factores que siguen influyendo en el éxito profesional.

¿Es posible exigirle a las empresas liderar la protección medio ambiental?, si la ciudadanía
no tienen consciencia del impacto que provocan las actividades humanas sobre el medio
ambiente.

El panorama parece poco alentador, sin embargo, más que buscar respuestas categóricas,
estas interrogantes nos deben llevar a pensar cuánto trabajo y tiempo nos tomará la
construcción de empresas que efectivamente den cuenta y se gestionen según parámetros
económicos, sociales y ambientales.

Al parecer estamos aún en el punto de partida........


Fuente: rse.blogspot.com

Comunicación Estratégica y RSE


Los tiempos han cambiado y además de las exigidas prácticas de buen gobierno corporativo
en lo interno, y de hacerse más competitivos como empresa; está el rol como actor social.
Dar dinero no es necesariamente una acción de responsabilidad social. Lo que la
comunidad valora en el tiempo es la actuación y no
en momentos coyunturales.

“Las empresas se preocupan mucho de la imagen y


se ocupan poco de la identidad, de la personalidad
de la empresa, y es allí donde deben estar de hecho
y no palabras la filosofía de la empresa; cultura
corporativa caracterizada por su involucramiento
con todos aquellos públicos que esperan la mayor
coherencia y consistencia entre aquello que dicen
sus folletos de promoción y las actuaciones de el personal m sea cual sea el área donde
trabajan”.

Las compañías deben redescubrir las virtudes de la transparencia y el comportamiento ético


hacia el interior del país en el que operan. “Ninguna empresa puede ser exitosa y en
consecuencia ninguna nación puede ser competitiva, si la opinión pública desconfía de su
comunidad de negocios.”

De esta forma, comunicar lo que se está haciendo en términos de responsabilidad social


ayudará notablemente a que sus públicos interesados confíen en la empresa y, como no hay
nada más real que una percepción, ellos son los que deciden cuáles empresas sirven y
cuáles no. Cuando se comunica, se debe estar consciente del riesgo que se está asumiendo,
del objetivo que se está persiguiendo y hacia dónde va a influir el mensaje.

La sociedad tiene problemas, razón por la cuál no quiere promesas sino soluciones, sin
importar de dónde vengan. Tomando esto en cuenta, es fundamental asumir que la
responsabilidad social no es una nueva forma de relaciones públicas. Ella requiere de una
gerencia inteligente que lleve a cabo acciones antes de comunicarlas.

Es necesario entender la comunicación estratégica como un esfuerzo sostenido para


generar confianza, armonía de intereses y respeto de equilibrio, tanto en las comunidades
como dentro de la empresa propiamente. “Mientras la empresa busca hacer más eficiente su
operación y reducir agresivamente sus costos, el consumidor-ciudadano está dispuesto a
reclamar activamente sus derechos y defenderlos, a exigir el respeto al medio ambiente,
denunciar el irrespeto al ser humano cuando es explotado y hasta organizar bloqueos a
plantas industriales y supermercados donde se venden productos que cree no cumplen con
su visión del rol social y ciudadano de una empresa.”

“La nueva realidad empresarial, pública y privada, se enfrenta a múltiples audiencias que
utilizan los medios de comunicación, las organizaciones no gubernamentales, la academia y
las autoridades entre otros grupos de presión para hacer escuchar nacional e
internacionalmente su opinión e influir en la conducción empresarial. Por ello, el desafío
hoy, es hacer de la competitividad una ventaja sostenible y ello sólo es posible si le
incorporamos al concepto de competitividad, una visión responsable” La misión de una
empresa sustentable es la creación del bienestar y ello exige descubrir la sincera
sensibilidad por las inquietudes de la comunidad y el país.

Las claves para comunicar las estrategias de responsabilidad social están en tener un
objetivo y un territorio definido, una actitud positiva, vale decir, es tratar temas que
atraigan a los medios, lograr cambios radicales y no mercadeo de la empresa. Es necesario
diseñar un modelo de organización y gobierno de la empresa, simétrico y consistente con la
actuación, orientado a la ejecución del plan de negocios de la empresa pero armonizado con
los intereses de la sociedad a la que pertenecemos, “No sólo la motivación debe ser
altruista. Para que tenga sostenibilidad debe estar combinado con el mundo interior de la
empresa”
Las empresas deben abrir una cuenta de ahorro y depositar confianza, hechos tangibles de
reputación. El proceso de comunicar las estrategias de responsabilidad social es un
seguro de vida porque generan confianza en la sociedad donde ella opera. “El trabajo
está en generar más cantidad del recurso “confianza” para colocarlos en la cuenta de ahorro
de nuestra reputación”.

Las estrategias de responsabilidad social se deben comunicar para motivar a otros


empresarios a sumarse a estas iniciativas, promover la cooperación entre la empresa y
el gobierno, y por último, pero no menos importante, para motivar a los integrantes de
los programas a continuar creyendo en ellos.
Fuente : Plaza Nueva

La RSE y las normas para regularla


A partir de octubre de 2008, en todo el mundo, se comenzará a aplicar la norma ISO
26.000, la cual pretende regular la responsabilidad social en las organizaciones.

Para Fundación Prohumana, la Responsabilidad Social Empresarial, RSE, es la


contribución al desarrollo humano sostenible, a través del compromiso y la confianza de la
empresa hacia sus empleados y las familias de éstos, hacia la sociedad en general y hacia la
comunidad local, en pos de mejorar el capital social y la calidad de vida de toda
comunidad.

A través de los años las sociedades han comenzado a exigirle a las empresas mínimos en su
actuar, y se han dado cuenta también, que las empresas exitosas no necesariamente son
aquellas que generan grandes ganancias, sino que son las que demuestran su liderazgo a
través de un manejo adecuado de los aspectos sociales, ambientales, laborales, etcétera.

Como una forma de avalar esta aseveración y de entregarle a la RSE un papel fundamental
dentro de las sociedades y economías de todo el mundo, la evaluación de organismos
internacionales ha establecido estándares de calidad que se han ido formalizando mediante
certificaciones como la SA 8000 o el WRAP.

En este contexto es fundamental que las empresas entiendan que el éxito que puedan lograr
va más allá de las ganancias que generen, sino que aplicando políticas de RSE adecuadas
pueden destacar dentro de los mercados altamente competitivos.

Las empresas deben ser responsables socialmente, no sólo porque una norma o ley se los
impone, sino porque dentro de este tema es necesario entender concientemente los efectos
positivos que la RSE puede generar.

Intercambiar y aprender nuevas experiencias; implementar estrategias y herramientas que


sean efectivas; e innovar permanentemente en el tema de RSE, son claves que las empresas
deben desarrollar y llevar a cabo con el fin de generar efectos positivos dentro y fuera de
las mismas.

En la actualidad, no todos los sectores de la economía han logrado dimensionar los alcances
que posee la RSE, por lo mismo ha sido necesario crear e implementar normas que regulen
el tema en el ámbito nacional e internacional.

Es así como se informó que a partir de octubre de 2008, en todo el mundo, se comenzará a
aplicar la norma ISO 26.000, la cual pretende regular la responsabilidad social en las
organizaciones.

Claramente la implementación y ejecución de esta norma permitirá que, en primera


instancia, la RSE sea aplicada eficazmente por las empresas, y en segundo lugar y con el
tiempo, llevará a que los líderes empresariales tomen real conciencia de la importancia de
la aplicación de estándares sociales dentro de una organización.

Esta norma no sólo generará beneficios directos dentro de las empresas, sino que además,
su ejecución provocará beneficios reales en la población, en la calidad de vida de las
personas, en el medio ambiente, entre otras variables.

En conclusión, y teniendo en cuenta que el tema de la RSE a pesar de ser importantísimo no


se ha aplicado globalmente, la creación de la ISO 26.000 entrega buenas señales de que en
el mundo entero la responsabilidad social empresarial sí se está tomando en cuenta, y que
será considerada como un factor más que las empresas deben tener en cuenta si quieren
convertirse en organizaciones realmente exitosas.
Fuente: Gestiopolis.com

Inversión social por parte de la empresa


Además de ejercer negocios rentables, productivos y sustentables, tienen que generar una
actitud de responsabilidad hacia su entorno, e invertir en proyectos sociales y comunitarios
que beneficien el desarrollo sustentable.

Las empresas en su rol proactivo hacia la comunidad,


deben tener integrado como concepto primordial, que
además de ejercer negocios rentables, productivos
y sustentables, tienen que generar una actitud de
responsabilidad hacia su entorno, e invertir en
proyectos sociales y comunitarios que beneficien el
desarrollo sustentable.
Si bien las empresas tiene que producir bienes y servicios, crear empleos, pagar impuestos
y con lo cual obtienen ganancias, simultáneamente deben adquirir un compromiso o
“contrato” social, que tiene que ver con la participación del desarrollo social de la
comunidad en la cual se actúa, y el cuidado del medio ambiente, obteniendo así legitimidad
social.

No sirven los aportes monetarios o las donaciones que atiendan a carencias específicas
y que no tengan una conciencia real de aporte, ya que éstas generalmente producen
limitaciones debido a que se puede producir una dependencia por parte de la comunidad, y
así las empresas pasarían a tener un rol más paternalista.

La inversión social por parte de la empresa va más ligada a una inversión dirigida a generar
capacidades en los individuos que conforman la comunidad, que les permita acceder a
mayores posibilidades en mejorar su calidad de vida, y que además estén acordes al
cuidado del medio ambiente, y que sean perdurables en el tiempo.

Pero más fundamental aún es que la inversión social debe tener un seguimiento por parte de
la empresa, ya que la pieza esencial para que esta inversión sea provechosa, material,
económica o social, es que exista una constante observación en el tiempo, sobre los
resultados y las metas que se impusieron en un comienzo.

Las formas por medio de las cuales las organizaciones pueden invertir socialmente en una
comunidad son variadas.

Los materiales representan las cosas físicas que pueden producir grandes cambios en la
vida cotidiana de un cierto grupo de personas, mejorando su calidad de vida.

Las económicas, que tiene relación con la inversión monetaria, con sumas de dinero, a
través de las cuales las compañías hacen un mayor esfuerzo, ya que a veces esta inversión
les significará pérdidas en lo financiero, pero grandes logros que irán directamente en
beneficio de la comunidad; y también están las inversiones comunitarias, directamente
sociales, las que se representan en actividades ligadas a entregar beneficios relacionados
con en el bienestar personal, las cuales favorecen a la comunidad en un ámbito más
personal.

Sea cual sea la inversión, las empresas deben adquirir como parte de sus responsabilidades
dirigidas a lo social, el hecho de que de algún u otro modo, todas sus actividades afectarán
a la comunidad, y por ende deben invertir y preocuparse por ella.
Fuente: Fundación PROhumana

Pymes y Responsabilidad Social


Aplicar prácticas de RSE en una pyme supone mejorar su competitividad y asegura su
futuro a mediano y largo plazo.

La Responsabilidad Social, pese a ser voluntaria, no


ha de ser vista como algo accesorio o como una
moda pasajera, sino como políticas que han de
adoptar las empresas, ya que generan credibilidad y
confianza entre los consumidores y que, al mismo
tiempo, también mejoran la motivación y la lealtad
de los empleados.

Responsabilidad Social Empresarial (RSE) significa


garantizar el éxito de una empresa integrando consideraciones sociales y medioambientales
en sus actividades. Tomar conciencia de estas prácticas y comenzar a aplicarlas lo antes
posible permite a las empresas y, en especial a las pymes, establecer las bases de una
competitividad sostenible a medio y largo plazo y les ayuda a ser más rentables.

Reinalina Chavarri, subdirectora ejecutiva de PROHumana, cree que en la práctica existen


muchas empresas pymes que han estado desarrollando iniciativas de RSE, y que también
las han ido incorporando en la gestión de su negocio sin saberlo ni sistematizarlo o
publicitarlo", dice.

Respecto de las causas que han influido en esta apertura, Chavarri otorga gran mérito a la
difusión mediática del concepto, a experiencias y casos concretos que han servido como
"espejo" para muchas empresas. "No obstante, lo más significativo obedece a exigencias
efectuadas por sus clientes, inversionistas o consumidores.

Para el caso de las Pymes exportadoras la influencia viene de la mano del cumplimiento de
estándares ambientales y laborales nacionales e internacionales, como también de la
exigencia de certificaciones o normas ISO y, muy especialmente, de las exigencias de los
clientes y consumidores de los destinos de nuestras exportaciones hacia países más
desarrollados", afirma la subdirectora ejecutiva de PROHumana.

Por lo tanto, en el caso concreto de las pymes, sería incorrecto pensar que son ajenas a estas
prácticas, ya que ellas también se pueden beneficiar de un aumento en su competitividad al
incorporar prácticas de RSE a su organización.
Fuente : PROhumana

Resultados Encuesta Mori 2008: Un llamado de atención


Hace poco fueron dados a conocer los resultados de la encuesta anual que realiza la
empresa de estudios de mercado Mori para medir la percepción y el conocimiento que
tienen los chilenos sobre la Responsabilidad Social Empresarial (RSE).

Este año, Lider, Coca Cola y Codelco se ubicaron a


la cabeza de las compañías más socialmente
responsables. En tanto, la calificación general
obtenida por las empresas nacionales respecto de su
cumplimiento de la responsabilidad social se
mantuvo en un escaso 4,5 promedio sobre un total
de 10, al igual que el año pasado.

El mayor llamado de atención, sin embargo, sucede


en la categoría Premios y Castigos hacia las
Compañías, ya que sus resultados muestran el escaso empoderamiento de los chilenos
frente a la posibilidad de hacer valer su poder como consumidores, ya sea para penalizar o
recompensar a las empresas de acuerdo a su observancia de la RSE.

Frente a la pregunta “¿Puede influir como consumidor en la manera como una empresa es
socialmente responsable?”, los resultados no han mostrado grandes avances en los últimos
seis años. Quienes dicen que sí aumentaron levemente desde el 2002 (51%) hasta el 2008
(58%), mientras quienes no creen poder influir fluctuaron desde un 39% a un 37% en el
mismo período.

En tanto, enfrentados a la posibilidad de castigar a alguna empresa por no ser socialmente


responsable, la opción “no ha considerado hacer eso” -que iba descendiendo desde un 56%
el 2004 a un 39% el 2006-, creció a un 53% en el 2008.

Además, al preguntar en forma abierta sobre los motivos por los que castigaría a alguna
empresa, un 16% respondió espontáneamente “no castigaría nunca”, convirtiéndola en la
opción más mencionada. Finalmente, y en línea con la pasividad mostrada en las preguntas
anteriores, un 65% de los chilenos “no ha considerado” premiar a una empresa socialmente
responsable.

Estos resultados debieran llamarnos la atención sobre hacia dónde estamos dirigiendo
nuestros esfuerzos y por qué ellos no han sido suficientes para concretar un cambio cultural
significativo en la mente de nuestros consumidores. ¿Qué pasa? ¿Qué nos falta? Debemos
reflexionar entonces sobre el rol que hemos jugado y que debiéramos jugar, tanto como
empresas como organización dedicada al tema, en el impulso del consumo responsable.

Esta pasividad reflejada en los números de la encuesta Mori 2008 es un dato muy relevante
a tomar en cuenta en nuestro próximo actuar.

No debemos olvidar que son las personas, especialmente en su rol como consumidores,
quienes están llamadas a “hacer carne” los esfuerzos de las compañías que trabajan por
lograr la sustentabilidad económica, social y ambiental.
Por: León Guzmán G.
Gerente General
Acción RSE

Empresa y Reciclaje
Para nadie es novedad el concepto de reciclaje. De alguna u otra manera se ha intentado
insertar en los actos cotidianos, el hecho de re utilización de los materiales nobles, y de los
no tanto, para no continuar con la sobre explotación de estos.

La comunidad en conjunto con algunas autoridades,


han tratado de gestionar y desarrollar diversos
programas e iniciativas en relación al reciclaje, para
crear conciencia sobre el tema.

Pero quienes tienen más incidencia y


responsabilidad en incluir el reciclaje como forma
de respetar el medio ambiente, son las empresas ya
que son éstas las que manejan grandes cantidades
de materiales y residuos, y por ello su impacto al
deshacerse de ellos es mayor.

La idea de reducir, reciclar y reutilizar materiales,


debe ser una meta para las compañías, las cuales
deben buscar nuevas ideas y tecnologías con el
propósito de disminuir residuos, así como usar de
forma adecuada el agua y la energía eléctrica.

De hecho, mediante la aplicación de programas innovadores es posible reciclar el 97 por


ciento de los residuos generados, pero para ello las organizaciones deben invertir y estar
atentos a que sin reciclaje, afectarán directamente el medio ambiente causando daños
irreversibles.

Desde un punto de vista práctico, los trabajadores deben contar con diferentes contenedores
para depositar y separar los residuos sólidos, mismos que pueden reciclarse y reutilizarse en
forma productiva, de manera que se transformen y re utilicen. Con ello además, se crear
conciencia en los que forman parte de la empresa.

Ejemplo de reutilización es, por ejemplo, que con los residuos de madera se elaboren
muebles y utensilios de limpieza, con el vidrio se formen nuevos envases, el metal se funde
y se pueden crear nuevas piezas metálicas y el aluminio se convierte en latas de diversos
productos.
Por otra parte, estas acciones mínimas de conciencia con el medio ambiente, la pueden
realizar todas las empresas, sin distinción de tamaño ni cantidad de trabajadores o ingresos,
ya que sólo se trata de ir gestionando y ejecutando actitudes que marcarán la diferencia en
el futuro.

La relevancia de incluir al reciclaje dentro de las actividades de una organización puede


llegar a tal punto, que la puede convertir en una empresa sustentable, esto basado en el
hecho de unir dos aspectos: productividad y calidad, a seguridad y respeto por el medio
ambiente, demostrando así, que es posible combinar resultados técnicos y económicos
exitosos, con un compromiso social y ambiental sólido.
Fuente: Fundación PROhumana

Empresa y Calentamiento Global


Cada vez más, las empresas deben asumir un rol activo y estar concientes de que juegan un
papel fundamental en el proceso de revertir el Calentamiento Global.

Hace un par de años que de alguna u otra forma,


venimos escuchando sobre el Calentamiento
Global, incluso se han publicado muchos artículos
en diversos medios de comunicación, en los cuales
se trata de despejar las dudas sobre el tema y la
incidencia de nuestros actos en el problema.

Sabemos que este es un inconveniente que se ha


generado a diversos niveles en el mundo,
influyendo directamente el grado de desarrollo de
un país, ya que los que están al tope del progreso tiene más responsabilidad porque
producen más CO2, componente que destruye la capa de ozono y produce el Calentamiento
Global.

Se traduce entonces que las empresas tienen una relación estrecha con el tema del
Calentamiento Global, ya que son parte importante en su desencadenamiento o detención.

Por tanto son éstas, o más bien quienes las dirigen, quienes deben asumir un rol activo y
estar concientes de que juegan un papel fundamental en el proceso de revertir el
Calentamiento Global.

No pueden tomar un camino pasivo, el cual consiste en esperar la evolución de los


acontecimientos y reaccionar ante los hechos consumados. Quizás este camino no tiene
costos en el corto plazo, pero en un futuro no muy lejano se verán múltiples efectos
negativos para todas las personas.
Los ciudadanos, además, esperan que las empresas se involucren en esta lucha de
protección al medio ambiente, ya que es visible que la comunidad está más activa y se hace
más responsable del tema, de lo que lo asumen las mismas empresas.

Las grandes compañías, entonces, tienen un gran reto por delante: demostrar que les
interesa nuestro planeta y que harán sus mayores esfuerzos por cuidarlo y defenderlo,
velando por el bienestar de toda la sociedad.

Ésta es la oportunidad para que el empresariado demuestre que es una pieza más del
engranaje social, y que por ello se hará cargo del rol que le corresponde para el buen
funcionamiento de éste, tomando decisiones a tiempo y sobre todo desinteresadas de
ganancias propias.

El calentamiento global es real y es ocasionado por las actividades empresariales y


humanas, y claramente si no actuamos con diligencia ya, será imposible detener su avance,
mucho menos darle marcha atrás.
Fuente: Fundación PROhumana

El sector privado puede liderar la reducción de la


pobreza
A nivel regional, los expertos en RSE adelantan que cada día se discutirá más sobre el rol
del sector privado en el desarrollo de negocios inclusivos. El green business es otro de los
temas que marcarán el debate de los próximos meses.

No hay duda de que 2007 marcó un giro en materia


de Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Las
crisis que sufrieron empresas públicas y privadas
consolidaron transversalmente el debate sobre la
necesidad de profundizar la preocupación por
las buenas prácticas y la sustentabilidad. Esta
vez, no como iniciativas desarrolladas
individualmente por ciertas organizaciones y
entidades, sino más bien como un círculo virtuoso
que exige la participación del Estado, de la
sociedad civil y de las empresas. Los expertos
coinciden en que es precisamente esta necesidad de asociatividad uno de los puntos que
marcarán la agenda 2008.

Un ejemplo de ello es que en materia regional el foco está puesto en la integración de las
buenas prácticas en la cadena de valor de las empresas, dice León Guzmán, gerente general
de Acción RSE. "Se está discutiendo fuertemente cómo instalar modelos de RSE en las
pymes. Este tema se cruza transversalmente con otro: los negocios inclusivos o en la base
de la pirámide. En Acción RSE estamos trabajando en esta materia, revisando el
aprendizaje de las experiencias exitosas, ya que estos negocios tienen una mecánica
distinta. Y, sin duda, constituyen una oportunidad para enfrentar la pobreza".

Durante la V Conferencia Interamericana de Responsabilidad Social, organizada por Banco


Interamericano de Desarrollo (BID), en Guatemala, se conocieron las tendencias más
avanzadas en materia de alianzas exitosas. Bajo el título "Responsabilidad Compartida", el
encuentro convocó a más de 600 personas pertenecientes a los ámbitos empresariales y a
organizaciones que trabajan en la difusión de la RSE. El rol de los empresarios en la
reducción de la pobreza fue uno de los temas que marcaron el debate, abierto por Luis
Alberto Moreno, presidente del BID, quien expresó que la RSE es una de las formas en que
el sector privado puede contribuir a ayudar a que más de 200 millones de latinoamericanos
salgan de la situación de vivir por debajo de la línea de la pobreza.

A nivel global, asegura León Guzmán, actualmente se está revisando el concepto de RSE.
"Existe mucho mayor conciencia en que esta mirada ética de los negocios está generando
una discusión sobre qué es lo que significa hacer empresa. Dos grandes preocupaciones son
la reducción de la pobreza y el calentamiento global, temas que seguirán muy fuerte en los
próximos meses".

Según Guzmán, el año 2007 deja una mayor conciencia sobre la necesidad de cambiar la
manera en que se estaban haciendo los negocios. En este sentido, acota, hay importantes
desafíos. "Una parte importante de las empresas no se ha movido con la velocidad que el
mercado demanda. Por otra parte, pienso que el sistema financiero chileno está en deuda en
esta materia, como también el Estado, que está bastante lento y aún no encuentra su rol para
promover la RSE".

Agenda 2008

Los temas que marcarán el debate de la RSE a nivel global en 2008 se concentrarán en los
aspectos laborales, tanto del empleo directo como los que tienen relación con la cadena de
negocios. Así lo afirma la presidenta ejecutiva de Fundación PROhumana, Soledad
Teixidó. "En relación con lo ambiental, seguramente el uso del agua y su consumo
responsable será otro tema que dominará la agenda global. También todo lo que está
relacionado con los green business".

Soledad Teixidó también señala que surgirán temas que se vinculan con las alianzas
estratégicas entre los negocios, gobiernos y ONG, para dar solución a la pobreza, tanto
local como global. "Otro tema que aún lo sentimos lejano, pero que estoy segura marcará el
2008, serán las migraciones que se están dando a nivel global, las que influyen tanto en lo
político local como global, y en la sustentabilidad de los negocios. Por último, todo lo
relacionado con la tecnología también será relevante, tanto como un medio para ser más
eficientes como para mejorar las comunicaciones y generar mayor participación; pero
también será protagonista en la generación de empleo, especialmente en lugares menos
urbanos, ya que ésta permitirá generar trabajo en zonas de más difícil acceso".
En opinión de Teixidó, los desafíos para las organizaciones vinculadas a la RSE serán
comprender desde una mirada más estratégica lo que significa el desarrollo de mercados
competitivos, pero sustentables y responsables. "Por otro lado, pasar de una etapa de
sensibilización y reflexión más primaria a un análisis más complejo dentro de lo que es el
contexto global, en el que se desarrollan los negocios, y qué rol juega en esta etapa la
RSE".
Fuente: Desafío 2008

Códigos de ética empresarial


Debido a los grandes esfuerzos y a la constante integración de una conciencia de
Responsabilidad Social Empresarial por parte de diversos sectores, el mundo empresarial
está comprobando que de nada sirve la capacidad técnica, administrativa y financiera de
una compañía, si ésta carece de principios o de un sustento ética que lo avale.

En este sentido el empresariado ha sentido, o más


bien debería sentir, la necesidad de elaborar su
propio código de ética, el cual reúna todas las
directrices de buen comportamiento que debe llevar
a cabo la misma organización y sus propios
integrantes, con el fin de establecer internamente
una actitud de responsabilidad social.

Si bien el empresario debe reconocer la


heterogeneidad de sus trabajadores, y entender la
difícil misión de adaptarlos a un mismo orden de
responsabilidad social, de él depende el
cumplimiento de los deberes éticos, ya que es un
elemento esencial para fomentar el desarrollo del
sector privado sobre bases sólidas.

Estos deberes éticos constituyen un común denominador que deberían poseer todos los
miembros del empresariado en su ejercicio profesional y de negocios, por lo cual es
necesario que todos tomen conciencia de su importancia.

Esta compilación tiene por objetivo definir la ética que debe primar en el empresariado en
general, como una forma de autorregulación que genere un clima de negocios cada vez más
seguro y estable a nivel macro.

Es por ello que se debe derribar la creencia que los códigos y deberes éticos son sólo para
empresas grandes, que tienen gran cantidad de empleados y que facturan grandes sumas; o
que por otro lado, son solamente las empresas de países desarrollados o con altos
estándares laborales las que deben llevarlos a la práctica.
Las empresas, al margen de su tamaño, facturación, procedencia, industria, entre otras
características, deben estar concientes de la importancia de la contribución que significa
generar sus propios códigos de ética, al margen de que existan códigos generales para tosas
las organizaciones por igual.

Se debe generar entonces una necesidad en el sector empresarial de formular sus propios
códigos de ética con el fin de generar un mayor desarrollo sustentable y una permanencia
de las buenas prácticas dentro de sus actividades.
Fuente: El Mercurio

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