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Es un hecho, consistente en el señorío efectivo sobre una cosa, que conlleva unos
efectos jurídicos y que lo configuran como un derecho real provisional. La ley valora
y protege el hecho posesorio con independencia de la causa del poder de dominación
del poseedor sobre la cosa poseída (propiedad, usufructo, etc.). La protección legal se
proyecta sobre un hecho que puede ser la apariencia de un derecho. La posesión no
prevalece sobre la propiedad u otros derechos reales; de ahí que la posesión ejercida
por un no propietario no es un gravamen de la cosa poseída, ni la transmisión de la
posesión equivale a un acto dispositivo de la cosa.
Se dice que hay posesión clandestina cuando se adquiere o conserva una cosa o bien
de forma oculta o reservada, especialmente en relación con los que puedan tener
interés en conocer el hecho posesorio.
Del mismo modo, hay que admitir que si yo entregó la cosa a un representante mío
(por ejemplo, un depositario de una cosa mueble, un administrador de una estancia)
conservó la posesión de la cosa. Hay posesión en estos casos, no obstante que la cosa
ya no se
tiene in manu, que no hay aprehensión física. Ya resulta claro que
la posesión no es una mera situación de hecho. En estos supuestos que hemos dado
como ejemplo, resulta indispensable elevarse por encima de lo que es una mera
aprehensión física y pensar la posesión como una institución jurídica; pues solamente
por una conceptualización jurídica podemos llamar posesión a lo que físicamente no
se detenta.
Reconocer que hay posesión en este caso, supone admitir que estamos en presencia de
una institución jurídica que no requiere necesariamente la aprehensión, el contacto
físico aunque esa manus este en el alma de la institución y, sobre todo, en su origen
histórico.
De todo lo cual surge que, por un lado, la tenencia física explica históricamente la
posesión y le da su sentido profundo; pero al propio tiempo la ley protege no tanto a
quien tiene efectivamente la cosa en su poder, como a quien tiene derecho a tenerla.
Con lo cual se plantea una contradicción y un motivo de confusión con relación al
concepto y naturaleza de la posesión.
Todavía más. Puede haber un conflicto entre quien tiene efectivamente la cosa
(simple detentador) y quien tiene derecho a detentarla (poseedor).
Sostiene este autor que la posesión supone la existencia de dos elementos esenciales:
el corpus y el animus. El corpus es el elemento físico de la posesión, sin el cual ésta
no se concibe. En su forma típica, supone el contacto material o manual; pero en la
práctica, ese contacto no es indispensable. Más aun, sólo se produce accidentalmente,
porque una persona puede ser
poseedora de múltiples bienes y sólo tiene posibilidad de tener contacto directo e
inmediato con muy pocos de ellos.
Quien puede tomar en todo momento una cosa, colocada frente a él, es tan
completamente señor de ella como si la hubiera en realidad aprehendido.
Pero no basta con el corpus. Para que realmente una persona sea reputa/ da poseedora,
es necesario que posea con ánimo de dueño. Por el contrario, si tiene la cosa
reconociendo en otro el derecho de propiedad, si la tiene en representación de otro o
para otro, es un simple detentador. Es necesario insistir en este concepto por la
trascendencia que ha tenido en nuestra legislación:
si se posee con ánimo de dueño, hay posesión propiamente dicha; si se tiene la cosa
reconociendo en otro el derecho de propiedad, hay simple tenencia.
Agreguemos, para aclarar las ideas, que el corpus no es simple inmediatez física; así,
por ejemplo, una persona dormida o ebria o demente no posee la cosa que se ha
puesto en su mano.
Como puede apreciarse, las ideas de corpus y animus domini no han hecho sino
complicar innecesariamente el concepto de nuestra institución; se trata simplemente
de proteger ciertas situaciones de disfrute, ciertas conductas del hombre respecto de
las cosas. El presupuesto fáctico de la posesión no es por consiguiente la aprehensión
de la cosa ni la posibilidad de aprehenderla, sino un cierto señorío de hecho sobre ella.
La ley determina que debe entenderse por tal señorío o, para decirlo con mayor
precisión, en qué casos la conducta de una persona respecto de una cosa merece la
protección posesoria.
Conforme con el código civil argentino (arts. 2375 y siguientes), la posesión se puede
adquirir por ocupación, usurpación o tradición.
tercero que tome la cosa con ánimo de poseerla; 6) por dejar que otro la usurpe o la
posea durante más de un año; 7) por pérdida de la cosa sin esperanza probable de
encontrarla; 8) por actos del tenedor de la cosa contra el poseedor y que produzcan
ese efecto; y 9) por quedar la cosa fuera del comercio.
[PRESCRIPCION]
La ley contempla y regula la posibilidad de que el mero transcurso del tiempo traiga
consigo modificaciones en el patrimonio de una persona; concretamente la
adquisición de un derecho o bien la liberación de una obligación. En los supuestos
apuntados, se está ante la figura de la prescripción; esta puede ser de dos especies, la
positiva si con esto se adquiere un derecho y la negativa si trae consigo la liberación
de una obligación.
En los artículos 1135 1136 del código civil así lo disponen. Su texto es el siguiente.
Art.1135,-prescripcion es un medio de adquirir bienes o de liberarse de obligaciones,
mediante el transcurso de cierto tiempo y bajo las condiciones establecidas por la ley.
Art.1136,-la adquisición de bienes en virtud de la posesión se llama prescripción
positiva; la liberación de obligaciones por no exigirse su cumplimiento, se llama
prescripción negativa.
Como podrá observarse, el articulo 1135 transcrito alude expresamente a la
prescripción como un medio para adquirir bienes, la que el articulo siguiente es
calificada como prescripción positiva; por ello la prescripción es considerada como un
medio para adquirir la propiedad.
Ahora bien, cuando se desplaza en el transcurso del tiempo para alcanzar la
propiedad, es la posesión del bien relacionado, como el segundo de los preceptos
citados lo indica.
La posesión indica en principio el poder físico ejercido por una persona sobre una
cosa, que le permite retenerla y ejecutar con ella actos materiales de aprovechamiento,
sea con derecho o sin él; conforme con el articulo 1151 del código civil, la posesión
apta para prescribir requiere las características siguientes:
A) debe ser en concepto de dueño(articulo826), es decir, debe provenir de un hecho o
de un acto jurídico que en condiciones normales de realización fuere traslativo de
propiedad; en todo caso, con comportamiento dominical.
B) ha de ser pacifica; el poseedor debido haber entrado en posesión sin
violencia(art823), más tiene la posibilidad de defenderla aun con actos violentos, pero
ya como poseedor.
C)así mismo, la posesión debe ser continúa sin interrupción en su desplazamiento
temporal(art824).la interrupción de la posesión hace cesar el plazo requerido par
allega a prescribir: su reanudación la hacer renacer de nueva cuenta, pero con la
pérdida del tiempo poseído antes de la interrupción(articulo1175).
D)es requisito también que la posesión sea publica, a ósea, cuando se disfruta de
manera que pueda ser observada por todos o este inscrita, en su caso, en el registro
público de la propiedad(art825).
La determinación del tiempo que debe transcurrir para traer consigo la prescripción
adquisitiva a favor de quien posee la cosa, también es requisito para la adquisición por
prescripción .dicho lapso será menoro mayor según que la buen a o mala fe del
poseedor.
“es poseedor de buena f- estable el primer párrafo del art 806 del código civil-el que
entra en posesión en virtud de un título suficiente para darle derecho de poseer.
También es el que ignora los vicios de su título que le impiden poseer con derecho”.
“es poseedor de mala fe- señala el según párrafo del mismo precepto en que entra a la
posesión sin título alguno para poseer; lo mismo que el que conoce los vicios de su
título que le impiden poseer con derecho.”
El último párrafo del artículo citado aclara que por título debe entenderse la causa
generadora de la posesión
En los artículos 1152 al 1155 del código civil se contiene los plazos legales
establecidos para poder adquirir por prescripción, según que el poseedor haya sido de
buena o de mala fe. De ello destaca que los inmuebles prescriben en 5 años si la
posesión fue de buena fe ye n 10 años fue de mala fe los bienes, muebles por su parte,
requieren ser poseídos por tres años cuando la posesión ha sido de buena fe y por 5 si
ha sido de mala fe.
Supuesto a lo anterior las consecuencias son las señaladas en los articulo1156 y 1157
con el respectivo texto siguiente.
“art,1156.-el que hubiere poseído bienes inmuebles por el tiempo y con las
condiciones exigidas por este código para adquirirlos por prescripción, puede
promover juicio contra quien aparezca como propietario de esos bienes en el registro
público, a fin de que se declare que la prescripción sea consumada y que ha adquirido
por ende la propiedad,”
“art1157.-la sentencia ejecutoria que declare procedente la acción de prescripción se
inscribirá en el registro público y servirá de título de propiedad al poseedor.
Puede darse el caso respecto de muebles en particular, de que el bien poseído con la
satisfacción de los requisitos anotados no está inscrito en el registro público de la
propiedad y, en consecuencia, no pueda realizarse la acción señalada en el artículo
1156 transcrito.
En ese supuesto conforme al artículo 3047 de nuestro ordenamiento civil el poseedor
podrá probar su posesión ante el juez competente y satisfechos los requisitos el
precepto, la autoridad judicial declarará la propiedad a favor de aquel, también por
prescripción.
De todo lo anterior se desprende que la prescripción como medio para adquirir la
propiedad, es a título particular, oneroso y gratuito según la causa por la que se haya
entrado en posesión y a título originario o derivado bien por la falta del propietario
anterior, o, bien por el contrario, por su existencia.1
1
(BORJA MARTINEZ MANUEL,DERECHO CIVIL POSESION, PRESCRIPCION,)
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