SEGUNDAS JORNADAS DE ARMAMENTO Y SEGURIDAD

Gary Robert Hayek versus Gobierno Argentino

o
La Necesidad de Trabajar con Equipos Interdisciplinarios

En esta segunda oportunidad en que la Universidad Tecnológica tiene la amabilidad de

invitarme a participar de esta Jornada, lo cual sin duda me llena de satisfacción personal, he
considerado conveniente poner a vuestra consideración un caso que utilicé como ejemplo
en oportunidad de inaugurar, durante el corriente año, la primera clase del curso Experto en
Armamento – Zona Litoral que dicta esta casa de altos estudios en la Fábrica Militar “Fray
Luis Beltrán”. Este episodio en el que me encontré involucrado, nos demostrará
fehacientemente la necesidad de trabajar con equipos interdisciplinarios en la resolución de
complejos e intricados casos.
Transcurría el mes de marzo de 1,994 cuando recibo la invitación a
participar de una reunión que se llevaría a cabo en las instalaciones de la hoy
lamentablemente desaparecida Fábrica Militar “Domingo Matheu”. A la misma, estaban
citados profesionales del área de ingeniería de esa querida fábrica, y sería presidida por el
Teniente Coronel que se desempeñaba en esos tiempos como Subdirector. El tema a
desarrollar, y que trataré de comentarles a través de estas líneas, involucraba a un fusil semi
atomático y a una serie de cartuchos del calibre 7.62 x 51 mm. El hecho se desarrolló en los
Estados Unidos de Norteamérica, y generó un conflicto de intereses de una magnitud de la
cual yo no tenía antecedentes.
Mi participación en esta comisión, se fundamentaba en la especialidad
que vengo desarrollando desde hace ya más de treinta y un años y pretendo, a través de este
relato, remarcar la importancia de utilizar materiales que se encuentren respaldados por
una firma seria y de trayectoria. Sobretodo en los últimos años donde han proliferado los
denominados “surplus”, materiales que llegan a ser una solución relativamente económica,
cuando se les han practicado todos los ensayos de estabilidad que resultan indispensables
para asegurar su plena utilización sin riesgos.
Como siempre es mi intención que los participantes de esta Jornada,
participen en el ensayo de un análisis progresivo, avanzando en la dirección de los
resultados. Resultados a los que no podría arribar, en este caso, un perito criminalista en el
área balística desempeñándose sin el apoyo de un grupo de trabajo con el conocimiento
profundo sobre los principios de funcionamiento, no solamente de las armas y las
municiones en general, sino de cada sistema arma-cartucho que se encuentre involucrado.
Si bien para la mayoría de los interesados el concepto o variable que
definiré a continuación les resulta conocida, con la finalidad de que todos hablemos el
mismo idioma, lo remarcaré como un aspecto central de esta historia.

Cota de Fijación: conocida como “espacio de cabeza” o “headspace”, es una de las

dimensiones más importantes de la vaina. Ella es la que relaciona a los dos componentes
del sistema ya que proporciona, junto con la correspondiente a la recámara del arma, las
condiciones para lograr un cierre adecuado de la cámara de combustión de la pólvora. En
la Figura 1, podrán apreciar los diferentes diseños utilizados, remarcando en cada caso la
cota de la cual nos estamos ocupando. El correspondiente al calibre 7.62 x 51 mm es el
indicado en el cuarto lugar. Como verán, éste obtura utilizando la zona comprendida entre

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la caña y la boca; la dimensión a verificar se identifica como la posición del diámetro

medio del espaldón, nombre que recibe la zona aludida.

Figura 1

Tan importante es esta característica, que de ella depende en gran medida el normal
funcionamiento del sistema. Si esta longitud esta por debajo de los valores tolerados, el
estiramiento del cuerpo será excesivo, y dependiendo del límite elástico y de rotura del
material, se presentará en el primer caso un anillado periférico (estricción) y luego, en el
segundo, la rotura de la vaina en el momento del disparo. Puede llegarse al caso extremo de
la separación en dos partes definidas, una de las cuales seguramente quedará pegada en el
interior de la recámara (encasquillado). Por otra parte si esta longitud es excesiva con
relación a la máxima admisible, no será posible cerrar la cámara de combustión (acerrojado

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del arma), sea cual fuere el tipo de acerrojado que posea el arma en cuestión. En la Figura 2
encontrarán imágenes de los fenómenos apuntados.

Figura 2

Los Protagonistas de esta Historia.

Mencionaré a continuación a uno de los protagonistas de ésta historia: Fusil F.S.L. Calibre
7.62 x 51 mm NATO. Esta es una versión del conocido y prestigiado F.A.L. de origen
belga; en este caso con sistema de alimentación semiautomático destinado a su
comercialización en el ámbito civil. La ex Fábrica Militar que ya citara en párrafos
anteriores, desarrolló este arma utilizando en su manufactura, materiales cuyo nivel de
calidad respetan las especificaciones de su antecesor militar, respondiendo a normas
internacionales. El tubo cañón, realizado a partir de aceros al cromo-níquel, se logra a
través del proceso de forjado en frío denominado martelado, con posterior cromado duro en
recámara y ánima.
Resulta importante destacar dos aspectos de esta arma en particular. En
primer lugar, que cada fusil salido de la línea de producción es sometido, entre otros
muchos ensayos y verificaciones, a una prueba denominada de “tormento” o
“sobrepresión”. En ella se alcanzan valores de 4,375 kg/cm², teniendo en cuenta para esto

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que la presión media máxima admisible para este sistema es de 3,500 kg/cm², según lo
establecido por las STANAG 2310 (normas NATO). El otro detalle destacable, se lo
confiere su cerrojo obtenido a partir de acero laminado, totalmente mecanizado por
arranque de viruta en un torno CNC, y posteriormente tratado térmicamente en hornos de
atmósfera controlada. Esta atmósfera libre de oxígeno (se emplea un gas inerte) impide la
decarburación superficial. Este detalle resultará de fundamental importancia en el análisis
de las hipótesis que se plantearán mas adelante.
Como último aspecto destacable que contribuirá a nuestro análisis, puedo
agregar que el diseño base de esta arma pertenece a la FN Herstal. Empresa que otorgó en
su oportunidad, la licencia correspondiente en el caso de la versión militar; galardón que
no ha cedido en muchas oportunidades. Esto sin duda describe la calidad verificada, en el
material que se lograba en la Fábrica Militar de Rosario, por parte de la afamada empresa
belga. Calidad que, a pesar de la desinformación que ha acompañado al sonado caso de la
venta de armas a Ecuador y Croacia, no cabe dudas la han verificado cada uno de los
usuarios de este noble sistema. En las imágenes de las Figuras 3 y 4 podrán apreciar un
esquema del fusil FSL (fusil semiautomático liviano) al cual me estoy refiriendo.

Figura 3

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Figura 4

A continuación les presentaré al segundo de los protagonistas: Cartucho Calibre 7.62 x 51

mm NATO de la Industria Checoslovaca. A nadie que haya tenido relación con la industria,
sobretodo la mediana o pesada, escapa reconocer en el ahora dividido estado del centro de
Europa una tradición en la exportación de bienes de capital de buena calidad. En la
industria de los armamentos, tradicionalmente ha sido un país exportador, con una variedad
importante de sistemas en diferentes calibres. El que nos ocupa en este momento,
estandarizado por la NATO pero de producción checa, según la opinión de reconocidos
autores, ha sido de baja calidad.
En nuestro mercado, últimamente permeable a productos de todos los
orígenes gracias a la llamada “aldea global”, se ha difundido la comercialización de
algunos concebidos en aquellas latitudes. Quizás el de mayor extensión sea el de la pistola
CZ 75 disponible en los calibres más divulgados. La empresa que la ha manufacturado, de
nombre difícil para los de habla latina, es de donde surgen sus iniciales: Ceska Zbrojovka
Brno. Los cartuchos a los cuales me referiré, fueron producidos por la firma Zbrojovka
Vlasin en el año 1,969.
Otro aspecto a tener en cuenta en nuestro análisis es que luego de la caída
del muro de Berlín, los países que fueran llamados satélites de la URSS se vieron
obligados, en su necesidad de obtener divisas, a liquidar su stock de armamentos y
municiones, muchos de ellos con período de garantía vencido. Es así como el mercado

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estadounidense se vio inundado de municiones de pequeño calibre de los llamados surplus

(sobrante o excedente).
Hasta aquí les he brindado una base de información que asumí como
fundamental como para comprender el incidente y poder llegar a la conclusión más cercana
a la realidad. A continuación pasaremos a los hechos.

Los Hechos
Durante el año 1,986, en la ya mencionada Fábrica Militar “Domingo Matheu”, se
iniciaron los estudios de factibilidad tendientes a lograr la producción de un fusil
semiautomático, apto para el uso deportivo del calibre 7.62 x 51 mm, teniendo como
objetivo fundamental la exportación a los Estados Unidos de Norteamérica. Con fecha 10
de agosto de 1,987 es aceptado para su importación por el Departamento del Tesoro,
Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego, Washington DC.
Dentro del lote n° 3 integrado por 500 fusiles, viaja hacia el país del norte
el FSL n° de serie 00245 que será uno de los protagonistas de este caso.
En el Cajón, estado de California, y transcurriendo el mes de agosto de
1,990, el Sr. Gary Robert Hayek adquiere el arma mencionada en la armería Wild Goose.
El 9 de diciembre del mismo año, esta vez en San Diego y en la armería The Gun Shack,
se adquirió la munición del calibre 7.62 x 51 mm la cual, como ya les mencioné, fue
vendida como sobrante de cartuchos militares Checoslovacos. Se presentaban en cajas de
color verde claro, conteniendo veinte tiros cada una de ellas e impresas con un código
alfabético. Parte de los cartuchos sobrantes, luego del siniestro, se pueden apreciar en la
imagen de la Figura 5. El estampado en el culote de las vainas tenían la sigla “Z V 7.62
69” lo que indica las siglas de la firma productora Zbrojovka Vlasin, el calibre y el año en
el que fue cargado el cartucho 1,969. En el momento del accidente ya cumplían veintiún
años.

Figura 5

El incidente se produce el mismo 9 de diciembre día en que fue adquirida la munición. El

Sr. Hayek llenó el cargador de su FSL con veinte tiros provenientes de una misma caja, y lo
colocó en el fusil, procediendo a dispararlo en posición de cadera, con la modalidad de

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fuego rápido. Percutó ocho tiros sin inconvenientes, y en el noveno ciclo, el cartucho
correspondiente estalló.
La fuerza de la explosión se canalizó por la zona del cargador
desarmándolo; esparciendo el elevador, resorte y tapa los cuales golpearon directamente la
pierna del Sr. Hayek. En la Figura 6 se encuentra una imagen detallada de las condiciones
en las que quedó el cargador luego del accidente.

Figura 6

La tapa del cajón de mecanismo, así como la manija de armado, también fueron
desprendidos del fusil. El alojamiento del cargador quedó totalmente deformado por debajo
de los bordes inferiores del cajón de mecanismo, como se puede ver en la Figura 7.

Figura 7

Las guías laterales del mismo, presentan una deformación permanente de importancia como
la atestigua la imagen de la Figura 8.

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Figura 8

Dentro de la recámara del arma, quedó alojada la mayor parte de la vaina incluida la caña,
espaldón y boca (encasquillamiento). Esta imagen la podrán apreciar en la Figura 9. Una
parte del culote permaneció alojada en la cara del cerrojo, el cual presentó un daño de
importancia significativa; Figura 10.

Figura 9 Figura 10

La corredera quedó acuñada en el cajón de mecanismos doblado, aproximadamente a 19.05

mm por detrás de la posición de acerrojado. El apoyo del cerrojo estaba por detrás de la
posición de cierre por menos de 1.58 mm.
Hasta aquí una descripción de los hechos como los conocí, cuando fui
consultado por la Fábrica Militar con la finalidad de colaborar en la investigación del caso;
la que se llevó a cabo en el transcurso del año 1,994, junto con un grupo de distinguidos
profesionales de diferentes ámbitos.
A continuación pasaré a describirles las posturas en contraposición las
que, en definitiva, resumen los aspectos de mayor gravitancia para el fin pretendido en esta
oportunidad.

La Posición Querellante
Se fundamenta en un informe realizado por un perito estadounidense de nombre Tem F. La
France maestro armero, como se denomina en aquel país a los idóneos en este metié, quién

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con fecha 23 de octubre de 1,991 desarrollaba una teoría de falla que pretendo hacerles
conocer en este apartado.
Comienza diciendo, bajo el título “Exámenes”, lo siguiente:
“Los exámenes preliminares revelaron las características clásicas de falla en la
cabeza (culote) del cartucho.”
“Luego de un minucioso examen del interior y exterior del cañón, el mismo no reveló
nada que pudiera indicar una obstrucción previa a la falla. No se realizó ningún intento
para quitar los restos de la vaina de la recámara, donde permanece firmemente alojada.”
“Del resto de los sesenta tiros adquiridos por el Sr. Hayek, una caja de veinte estaba sin
abrir y una segunda con solo diez unidades; los restantes de esta caja, habían sido
disparados por un asociado del comprador. La tercer caja estaba vacía y correspondía a
los cartuchos que se habían utilizado para cargar el FSL. Los once tiros no disparados,
recuperados en el lugar del incidente, tenían daños originados por la rotura del que había
fallado. El primer cartucho que se encontraba en la parte superior de la columna del
cargador, fue empujado sobre el que se encontraba en segundo lugar, desarmándolo. Los
siguientes en orden descendente, fueron progresivamente dañados en menor grado.”
Luego de este examen, el Sr. La France pasaba a realizar algunas observaciones diciendo:
“Como no se encontró ninguna causa aparente en los primeros exámenes, se imponía un
estudio más riguroso.”
“ La mayor parte de la munición remanente de la partida en cuestión, fue remitida
a un laboratorio para efectuar pruebas de presión y ser evaluados como posible
causa”
“Debido al diseño del mecanismo de este fusil, la única otra alternativa que podría
generar estos resultados, descartando una sobrepresión en la munición, sería la
iniciación a destiempo de la cápsula ”
A partir de esta apreciación, el perito La France pasa a realizar una
descripción, y minucioso detalle, respecto de las condiciones de cada una de los
componentes del fusil; involucrados en forma directa y no tanto en el incidente. Menciona
la presencia de:
“disturbios en el metal de los ángulos posteriores del percutor y del interior de su
alojamiento en la corredera. Se examinaron microscópicamente la corredera y el cerrojo,
con el objetivo de buscar posibles interferencias.”
También menciona lo que a su entender, fue un siniestro de similares
características al que nos ocupa, en fecha 13 de febrero de 1,991 en el estado de Utah, con
otro FSL de la misma partida (serie n° 00391). Llamativamente no se indican los datos de
la munición que se utilizó en tal caso, ni se profundiza en sus particularidades.
Además se cita la verificación de un correcto funcionamiento con otra
arma del mismo lote (n° 00174), a pesar de haber disparado una gran cantidad de
munición, obviándose mencionar que de los restantes cuatrocientos noventa y siete fusiles,
pertenecientes al mismo embarque, no se tenían noticias de mal funciones. A partir de la
última arma mencionada, y realizando un examen comparativo respecto del fusil
involucrado en el accidente del Sr. Hayek, se destaca como particularidad la diferencia en
el mecanizado del desahogo del percutor en la corredera. En la Figura 11 se puede apreciar
una imagen con las diferencias apuntadas.

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Figura 11

Teniendo en cuenta todo lo dicho, el Sr. La France llega a las siguientes conclusiones:
“La causa de la falla del fusil FMAP-FSL n° 00245 fue un desahogo
inadecuado del percutor, de la abertura mecanizada en la parte posterior de la
corredera; esto provocó que el percutor se pusiera en contacto con la cápsula
iniciadora, antes que el cerrojo se encontraran en posición de fuego.”
Sobre la base de las conclusiones del peritaje realizado, el 6 de diciembre de 1,991 y ante la
Corte del Distrito de los Estados Unidos, Distrito Sur de California, el Sr. Gary Hayek,
Sandra Rose Hayek y Robert Hayek, presentan una demanda en contra del gobierno
Argentino y la Fábrica Militar “Domingo Matheu”, por una cifra varias veces millonaria en
dólares.

Analizando la Hipótesis La France

Dejando de lado toda posibilidad de parcialidad en el análisis realizado por el perito
estadounidense, creo necesario destacar una falencia fundamental quizás originada en el
hecho de que su especialidad son las armas y no los sistemas arma-cartucho. Me estoy
refiriendo a que realiza una pormenorizada evaluación del FSL y todas sus partes
componentes; efectuando incluso exámenes comparativos con otros fusiles. Por otro lado,
le asigna a la munición un segundo plano, a pesar de que tuvo el mismo grado de
participación en el hecho.
En este particular, se limitó a remitir los cartuchos restantes, de la partida
adquirida por el Sr. Hayek, a un laboratorio con el fin de “efectuar pruebas de presión y
ser evaluadas como posible causa”. El laboratorio en cuestión, al cual no pude identificar
ya que no se brindan sus datos y mucho menos sus antecedentes, se limitó a realizar un
análisis superficial de las características macro externas y sus componentes, para luego
realizar ensayos de presión y velocidad. Los datos que este laboratorio destacó como los
más importantes para los fines de la pericia realizada, son los siguientes:

Característica Sistema Ingles Sistema métrico

Diámetro del proyectil .3080/.3075” 7,836/7,8105 mm
Masa promedio del proyectil 143,8 grains 9,319 grs

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Dispersión de masa verificada 24 grains 1,555 grs

Camisa de acero plaqueado en cobre
Núcleo de plomo
Propelente tipo estrudado de corte oblicuo y diámetro irregular.
Promedio de masa del propelente (carga) 44,2 grains 2,864 grs
Dispersión verificada en la masa del propelente 0,6 grains 0,038 grs
Material de la vaina: latón
Masa de la Vaina 169 grains 10,95 grs
Dispersión verificada en la masa de la vaina 7 grains 0,453 grs
Todas las vainas presentan signos de corrosión en la parte interna delantera.
Las cápsulas iniciadoras están en buen estado.
Todos los cartuchos iniciaron instantáneamente (sin retardos de iniciación).
Se verificó el correcto “headspace” máximo utilizando un calibre Wilson.

Para los ensayos de velocidad utilizaron un equipo Oehler modelo 33, con cronógrafo
Skyacreen II y sensores colocados a corta distancia del tubo. La presión se verificó, según
lo establecido por las normas SAAMI para el calibre .308 winchester (7.62 x 51 mm), con
tacos Crusher. Los valores obtenidos fueron los que siguen:

SERIE 1 SERIE 2
[m/seg ] 861,97 861,36
VELOCIDAD
[pie/seg] 2.828,0 2.826,0

[Kg/cm²] 3.677,0 3.670,0

PRESION
[CUP] 52.300 52.200

Como se puede deducir, el análisis no tiene la profundidad que el caso amerita. Para
fundamentar esta apreciación, me baso en el hecho de que no se han agotado las diferentes
alternativas de las distintas causas que pueden generar la falla de un cartucho y con ella, un
accidente como el que nos ocupa.
Además se afirman algunos hechos, sin brindar los resultados de las
evidencias objetivas que lo confirmen. Por ejemplo cuando se dice que las cápsulas
estaban en buen estado y que todos los cartuchos iniciaron instantáneamente. En ningún
caso se mencionan los ensayos particulares, sobre las técnicas conocidas, para determinar
estas características. Ensayos de regularidad del iniciador y evaluación de los tiempos de
iniciación, de presión máxima y tiempo total del disparo. Nada se dice respecto de las
características de las vainas, su resistencia mecánica determinada con ensayos de dureza,
las dimensiones de su estructura (espesores de pared). No se han realizado ensayos de
estabilidad de la pólvora. En resumen considero demasiado superficial el estudio, como
para descartar de plano la posibilidad de encontrar, en el cartucho, la causa de la falla.

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Tratando de suplir la falta de este análisis veamos ahora un resumen, bajo

el punto de vista del cartucho, de algunas de las causas principales que podrían originar un
fenómeno como el que estamos estudiando, mencionando en cada caso bibliografía
respaldatoria de tales presunciones.

a.- Considerando la antigüedad de la munición involucrada (año 1,969), se puede

presumir la factibilidad de que la pólvora presente cierto grado de degradación, causada
por la migración de la sustancia empleada para el tratamiento superficial del grano,
generando picos de sobrepresión inadmisible para el sistema. Informe técnico del Ing.
Rodolfo Garra (FM Azul) y artículo “Estabilidad de las Pólvoras” del Lic. Fernando
Bonaterra (FM Villa María).

b.- Incompatibilidad del iniciador con la pólvora, generando picos de presión similares a
los tratados en el punto que antecede. Manual Lyman 46 th edition y American Rifleman
de setiembre de 1,973.

c.- Suciedad en la recámara como por ejemplo aceites o grasas de alta densidad y/u otros
cuerpos extraños. Hatcher’s Notebook Cap. XIV.

d.- Errores geométricos en el perfil de la vaina que pueden generar un incorrecto

recamarado (error en el headspace). Manual Lanza Gutierrez Edición 1,978 y American
Rifleman de setiembre de 1,964.

e.- Defectos en la curva de dureza pueden provocar encasquillamiento parciales de las

vainas en las zonas blandas, originando un alargamiento que, dependiendo de la
magnitud del defecto, podrían ocasionar la falla. Estudio sobre Anillados en Vainas de
Fusil Automático, Comisión Nacional de Energía Atómica.

No es descabellado pensar en algunas de estas alternativas teniendo en cuenta lo

mencionado respecto de la baja calidad de los cartuchos calibre 7.62 x 51 mm de origen
checoslovaco.
Otro aspecto a tener en cuenta, y que no surge de la investigación de La
France es que, en el supuesto caso de que la iniciación del cartucho se hubiese producido
estando aún la recámara abierta, el “headspace” sería mayor que el conveniente. Esto sin
duda habría originado, además del colapso de la vaina, un estiramiento de la zona del
espaldón. En la Figura 12 se puede apreciar una vaina que ha fallado con las condiciones
que, según hipótesis del perito norteamericano, se produjeron el día del accidente.

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Figura 12

Luego, para confirmar el hecho que fundamenta la postura de la parte querellante, solo era
menester recurrir a un endoscopio sin necesidad de extraer la parte encasquillada de la
vaina, del tubo cañón. Con este equipo se puede verificar las condiciones de recamarado de
la vaina y la existencia de la situación apuntada recientemente. Cabe preguntarse el porque
de un perito del primer mundo, con mayor tecnología a su alcance que la que se puede
recurrir en nuestro país, no realizó esta verificación tan simple que no hubiera dejado lugar
a dudas respecto de la situación que generó el accidente.
Hasta aquí la descripción de los hechos y circunstancias más importantes
la que espero nos permita, en conjunto, llegar a determinar las causas que originaron este
incidente internacional.
Trataré a partir de este momento de definir, en primer lugar, cual fue el
criterio que se siguió con la finalidad de brindar los argumentos técnicos, que le permitiera
a los representantes legales en Estados Unidos de Fabricaciones Militares, defender los
intereses de esta empresa nacional en la querella iniciada por el Sr. Hayek. Luego las
razones que según nuestro criterio, fundamentado en una serie de estudios y
determinaciones prácticas, provocaron el incidente en el cual se vio involucrado el
ciudadano norteamericano.
A diferencia de la postura adoptada por la pericia de la parte querellante,
el equipo de trabajo argentino que se abocó a la tarea de analizar las diferentes posibles
alternativas, comenzó a estudiar las fallas que hipotéticamente podría tener el fusil como
para generar las consecuencias ya mencionadas cuando se trataban “Los Hechos”. Por esto
se planteó la necesidad de reproducir las condiciones que según el Sr. La France,
provocaron el accidente.
Si recuerdan cada uno de los detalles planteados por el idóneo
norteamericano, los podrán relacionar con los ensayos que a continuación describiré.

a) Se colocó un suplemento de 11.9 mm en el frente del cajón de mecanismo, para

evitar ex profeso el acerrojado, en un FSL n° de serie 00776 que puede observarse en la

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imagen de la Figura 13 el que pertenecía al mismo lote de producción del arma

cuestionada.

Figura 13

Se tomó luego una corredera a la que se le eliminó, por aporte de soldadura el desahogo
del percutor. En la Figura 14 imagen izquierda pueden apreciar la modificación aludida
y comparativamente, una normal a su derecha.

Figura 14

Esta característica, es mencionada por La France como determinante en la ocurrencia de

la falla. Con esta variables, junto con el cerrojo y cajón de mecanismos originales del
FSL, se preparó el sistema con una cartucho elaborado por la Fábrica Militar “Fray Luis
Beltrán”.
Se abrió el arma dejando el mecanismo de cierre (corredera y cerrojo)
detenidas por el retén del cerrojo. Con el fusil sobre un potro adecuado y con un
comando de disparador a distancia, se accionó el retén provocando su cierre impulsado
por el resorte recuperador; imagen de la Figura 15

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Figura 15

Como resultado de este ensayo, el sistema de iniciación no funcionó y extraído el

cartucho de la recámara, se observó una leve impronta originada por el percutor sobre la
copita de la cápsula iniciadora, cuya profundidad no superaba los 0.3 mm.
Este valor descarta de plano la posibilidad de una iniciación prematura
motivada por las modificaciones provocadas ya que, si el cartucho cumple con normas
internacionales, con una deformación de hasta 0.4 mm correspondiente a una energía de
0.083 joule y con un sistema de iniciación como el que detallaré en la próxima figura, no
puede producirse la detonación.
El método de ensayo utilizado por la mayoría de los fabricantes de este
tipo de productos se fundamenta en el aprovechamiento de la energía potencial que
posee una bola, generalmente de acero, que se encuentra a una altura determinada
respecto del cuerpo de un punzón que hace las veces de falso percutor.
Como se puede apreciar en el próximo gráfico, el falso percutor se
encuentra libremente apoyado sobre la cápsula iniciadora. Al incidir la bola, de una
masa determinada, sobre la cabeza del percutor hace que éste se desplace hacia abajo
con una energía acorde al ensayo que se está realizando.

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Las características principales del sistema se pueden apreciar en el siguiente cuadro.

Percutor Altura Masa

de de la
Masa Diámetro Radio Saliente Caída Bola
[grs.] [mm] [mm] [mm] [mm] [grs.]

Ensayo de 1,47 406

Sensibilidad 11.5 2 1 a 112
Ensayo de 1,73
Seguridad 76

En estas condiciones, las energías puestas en juego en cada caso serán:

Ep = m . g . h

Donde Ep = energía potencial

m = masa de la bola
g = aceleración gravitacional
h = altura de caída de la bola
Tomando los valores volcados en el cuadro anterior, nos queda:

Ep1 = 0.112 kgr x 9.80665 m/seg² x 0.406 m = 0.4459 Joule Sensibilidad

Ep2 = 0.112 kgr x 9.80665 m/seg² x 0.076 m = 0.083 Joule Seguridad

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Estos valores resultan ser, para la cápsula del cartucho 7.62 x 51 mm las umbrales en la
determinación de cada una de las variables apuntadas. Por un lado, el de sensibilidad
asegura que todo ingenio que detone con él u otro inferior, iniciará en cualquier arma en
condiciones de buen funcionamiento. Por otro lado, el correspondiente a seguridad
cumple una función similar pero en sentido contrario; si la cápsula no inicia con este
valor, nos brinda la certeza de que no existe riesgo que una detonación se produzca, con
una percusión de dicha magnitud o cualquiera inferior. La impronta que ambas
percusiones originen en la copita de la cápsula dependerá, además de los valores de
energía, de las características mecánicas del conjunto que forman con la vaina y del
material del cual esta constituida. Sobre la base de este razonamiento, si mantenemos
constante estas variables mencionadas en último término, podremos deducir en función
de las improntas que se manifiesten en la copita, si la energía que lo produjo fue la
suficiente como para iniciar la combustión del iniciador. En esta línea de pensamiento
se fundamenta la afirmación anterior respecto de que con una impronta de 0.3 mm
como la originada en el ensayo con el FSL, no resulta posible que se produjera el
disparo.

b) Con la finalidad de verificar las condiciones de funcionamiento, con la misma

corredera modificada utilizada en el ensayo anterior, se realizaron tres series de
disparos de un modo rápido en modo semiauto, con munición de producción normal de
la misma fábrica mencionada en el punto que antecede. Estas condiciones son
similares a las empleadas por el Sr. Hayek el día del incidente.
En primer lugar, se comenzó con cuatro cartuchos en cargador,
ordenando el descenso del retén de corredera a distancia. El fusil alimentó
normalmente, pero contrariamente a la teoría expuesta por el Sr. La France en la
descripción del accidente, el disparo no se produjo.
Como aún restaba considerar las condiciones al sumar los efectos
dinámicos producto de una serie de disparos rápidos, se continuó accionado el
disparador en estas condiciones. El arma disparó los cuatro tiros sin ningún tipo de
inconvenientes. Idéntico procedimiento se siguió con la serie de diez y veinte tiros, con
funcionamiento sin novedad.

c) Dado que no nos fue posible reproducir los efectos del accidente, bajo las
condiciones que según La France lo originaron, realizamos un cálculo de cual debería
ser la presión interna de un cartucho para que, a pesar de tener todas las características
dentro de especificaciones, sucumbiera ante esta variable importante.
Teniendo en cuenta las dimensiones del sistema, la zona crítica se
encuentra donde la vaina no cuenta con el respaldo de la recámara. Por este motivo es
la zona más reforzada como se puede apreciar en la Figura 16, ya sea por sus
dimensiones (espesores) como por sus características mecánicas (dureza). En la misma
figura, se aprecian las condiciones de recamarado del sistema bajo análisis.

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Figura 16

Como nuestro objetivo era provocar la falla, tomamos diez vainas de producción
normal de las cuales se obtuvo un perfil de dureza de la zona crítica recientemente
aludida. Como sabemos existe una relación directa entre resistencia mecánica y dureza.
Los valores obtenidos se detallan a continuación:

Dureza Brinel 10/0.625/10 Máxima

A Partir Vaina n°
del Culote 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

a 4.5 mm 174 174 175 176 183 174 191 179 170 174
a 6 mm 169 160 166 164 160 155 155 150 160 160
a 8 mm 150 135 150 142 150 150 146 142 150 150
a 10 mm 121 131 133 124 131 130 128 135 130 131

Luego tomando el valor máximo obtenido de las diez vainas ensayadas, nos
encontramos con una resistencia máxima de:

HB 191 ≈ 68 Kg/mm²

Esto significa que con una tensión de esta magnitud nos aseguramos que cualquiera de
las seleccionadas manifestará la rotura.
Como la tensión la generaremos a través de una presión interna, producto
de la combustión de la pólvora, asumimos que si ésta se eleva a un valor equivalente al
de la tensión de rotura se producirá el efecto pretendido. Luego:

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68 kg/mm² = 6.800 kg/cm²

Para lograr este valor tuvimos que recurrir a una pólvora de mayor vivacidad que la
utilizada habitualmente para este cartucho ( A 27 de la Fábrica Militar “Villa María”).
Esto resultó indispensable en razón de que, aun saturando la cámara de combustión
disponible en la vaina, no se lograba arribar a los valores de presión pretendidos. De
esta manera es como se seleccionó como carga de proyección a la pólvora A 2
producida por el mismo establecimiento nacional. En el gráfico de la Figura 17, podrán
valorar las diferencias en el desarrollo de las presiones de los propulsantes indicados.

Figura 17

Una vez seleccionada, determinamos la curva de la evolución de las presiones en

función de diferentes cargas utilizadas. Luego interpolando, se calculó el taraje
necesario para lograr el valor pretendido (6,800 kg/cm²).
Determinado este valor, se cargaron las diez vainas cuya dureza
describimos en el cuadro anterior, con una carga de 1,9 grs. (29,3 grains) de pólvora
A 2, y con el resto de los componentes correspondientes a cartuchos normales.
Utilizando el mismo fusil empleado en los ensayos anteriores, previa
inspección de todas sus partes, particularmente su cota de acerrojado, saliente de
percutor e interior de corredera en correspondencia de las especificaciones disponibles,
se instaló en dicha arma un cargador conteniendo cinco cartuchos; los dos primeros
eran de fabricación estándar, el tercero cargado con la sobrecarga de pólvora para
lograr la sobrepresión determinada por cálculo y por último, los dos restantes similares
a los primeros.
Colocando el fusil sobre potro conveniente, se alimentó el primer
cartucho en recámara y se accionó a distancia la cola del disparador en modo rápido.
Los dos primeros tiros funcionaron sin novedad; el tercero de sobrepresión originó las
siguientes consecuencias:

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1.- Desprendimiento de la tapa del cajón de mecanismos hacia atrás, superando en

algo la altura promedio de un tirador.
2.- Abarrilamiento de la caja del cargador con desprendimiento y expulsión violenta
de sus componentes, por su abertura inferior; base, resorte y elevador con sus
consecuentes deformaciones.

3.- Deformación del cajón de mecanismos y manija de armado.

4.- La corredera se detuvo aproximadamente a los 12 mm del frente del cajón,

distancia que coincide con el comienzo del programa de apertura. En consecuencia
el cerrojo permanece con su talón apoyado; vale decir en su condición de cierre
bloqueado.

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5.- El cuarto y quinto cartucho, que en el momento del disparo permanecían en el

cargador, fueron impulsados hacia el piso junto con los componentes de este último.
El cartucho n° 4 se desarmó perdiendo la carga de pólvora con deformación de la
vaina y la bala. El quinto cartucho presenta una torcedura con debilitamiento del
vínculo vaina y bala.
6.- Por último nos falta analizar lo que sucedió con el cartucho. Como podrán
apreciar en la próxima figura, la vaina se seccionó en dos partes quedando, la
comprendida por caña, espaldón y boca, alojada en la recámara (encasquillada), y
la posterior correspondiente al culote, desperdigada en trozos los que se pueden
visualizar en la imagen mencionada.

En la descripción e imágenes obtenidas a partir de los resultados de este último ensayo, se

reflejan fielmente las consecuencias del accidente sufrido por el Sr. Hajek. Se debe tener en
cuenta que la única forma de lograrlo, fue originando una falla del cartucho.

Las Conclusiones
Ten la France cometió un error apresurándose a obtener conclusiones definitivas sin
consultar a un especialista en cartuchos. De hacerlo, abría profundizado en las
características particulares de la vaina utilizada en el 7.62 Checo, y descubierto que no se
cumplía con una de las condiciones base del funcionamiento del sistema arma-cartucho.
Si recordamos el gráfico de la Figura 16 donde se esquematiza la recámara y su posición
relativa respecto de la vaina, podrán ver que ésta última se encuentra respaldada en toda su
geometría; el cuerpo, espaldón y boca, por la recámara del arma; el frente del culote, por el
cerrojo; por último, la zona por donde ingresa el extractor, por el refuerzo que significa el
espesor del culote.
La teoría que sostuvo el equipo interdisciplinario argentino, es que la rotura se produce por
una deficiente geometría de la vaina, con un espesor de culote fuera de las especificaciones
internacionales reconocidas, agravadas por valores de presión interna elevada y una calidad
media deficiente del producto. Si tenemos en cuenta el siguiente cuadro, veremos que la de
menor valor es la de la vaina que el Sr. Hayek tuviera la mala fortuna de utilizar en el
momento del incidente.

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ORIGEN DE LA VAINA ESPESOR DEL CULOTE

[MM]

Zbrojovka Vlasin 4.06

Winchester 4.21 a 4.80
FN Herstal 4.30 a 4.70
FM “FLB” 4.35 Mínimo

Además, si la comparamos con el esquema de la Figura ya mencionada, encontraremos que

disminuye considerablemente la rigidez del sistema, en la zona donde finaliza el respaldo
de la recámara, dejando una sección de al menos 0.15 mm de longitud, sin ningún tipo de
contención.
En definitiva es nuestra creencia, fundamentada en las evidencias
objetivas obtenidas, que la causa de la falla se centra en los cartuchos utilizados, y no en el
arma producida por el establecimiento nacional.

Si el idóneo Ten la France hubiese trabajado en equipo con un

especialista en cartuchos, no habría cometido el error de olvidar la verificación de esta
importante variable.

Luego de concluido este relato espero haber sumado, a los participantes

de Las Segundas Jornadas de Armamento y Seguridad, un ejemplo más que ratifica y
demuestra acabadamente la necesidad de trabajar en equipos interdisciplinarios,
despidiéndome de todos ustedes hasta las próximas jornadas.

El Autor:

Eduardo Julio Rodi

Fecha de nacimiento: 20 de diciembre de 1.956

Formación: Técnico Mecánico electricista, y tercer año aprobado de la carrera de Ingeniería
Mecánica de la UTN FRR
Estado Civil: casado. Un Hijo.
DNI: 12.773.905
Actividad: Jefe Planta de Municiones. Fábrica Militar “Fray Luis Beltrán”. Coordinador y
Docente de la Carrera Experto en Armamento de la UTN FRA - Zona Litoral

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Antecedentes:

Responsable de la Ingeniería del Producto, de la Ingeniería de Procesos de Manufactura
y de la Producción de la munición de pequeño calibre. Responsable de la Ingeniería de
Manufactura y de la Producción de la munición y artificios de gran calibre.

Socio activo de la AACAM (Asociación Argentina de Coleccionistas de Armas y
Municiones).

31 años de trayectoria profesional en el diseño y producción de munición de pequeño
calibre.

Autor de notas técnicas en revistas y sitios web de la especialidad.

Responsable del área mecánica en las Misiones Técnicas Argentinas (FM”FLB”) en la
república del Perú (año 1.991) y en la república del Paraguay (año 1.993).

Autor de trabajos científicos y disertante en las Primeras Jornadas Latinoamericanas de
Criminalística (Mar del Plata 1.993), Séptimas y Octavas Jornadas Nacionales
(Mendoza 1.994 y Buenos Aires 1.995) y Segundas Jornadas Latinoamericanas (Mar
del Plata 1.997).

Disertante en ARMAS `93 y Armas `97. Exposición de Armas y Municiones. Buenos
Aires – Argentina.

Disertante en cursos de capacitación sobre Balística Interior, Exterior y de Efectos,
teniendo como destinatarios las Fuerzas Militares, Policiales, Penitenciarias, Grupos
Especiales y de Seguridad, de nivel nacional e internacional.

Disertante en las Primeras Jornadas de Tiradores Deportivos organizadas por la Fábrica
Militar “Villa María” Córdoba Noviembre de 2.002

Responsable de la Misión Técnica Argentina (FM”FLB”) en el Reino de España,
República de Francia, Reino de Bélgica y República Federal de Alemania (año 2003).

Disertante en las Primeras Jornadas de Armamento y Seguridad de la República
Argentina, organizadas por la UTN FRA Noviembre de 2003

Disertante en las Segundas Jornadas de Tiradores Deportivos organizadas por la
Fábrica Militar “Fray Luis Beltrán” Santa Fe, abril de 2.004

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