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Unidad Patrocinante: Centro de Estudios Paraguayos Antonio Guasch (CEPAG)

País patrocinante: Paraguay

DATOS DEL DOCUMENTO


Título: EDUCACIÓN IGNACIANA Y CAMBIO SOCIAL
Autor (es): MONTERO TIRADO, Jesús
Lugar de edición: Sao Paulo-Brasil Editorial: Ediçoes Loyola
Año: 2003
Número de páginas: 197págs
Documento anfitrión:

ANÁLISIS DEL DOCUMENTO


Palabras CLAVES: EDUCACIÓN IGNACIANA, CAMBIO SOCIAL, ESPIRITUALIDAD
IGNACIANA, PEDAGOGÍA IGNACIANA, FE Y JUSTICIA, HUMANISMO SOCIAL,
EJERCICIOS ESPIRITUALES, REPETICIÓN, CONTEMPLACIÓN, APLICACIÓN DE
SENTIDOS, RECURSOS O ESTRATEGIAS PEDAGÓGICAS, EDUCACIÓN SOCIAL,
CAMBIO CULTURAL.

Descripción del documento: Es un libro fruto de la experiencia del autor y del


desafío del III Congreso Ignaciano de Educación celebrado en Sao Pablo-Brasil,
marco para el que construye su ponencia. El autor parte preguntándose si la
educación puede contribuir al cambio, a la que responde positivamente, aún
cuando no desde todo tipo de educación, haciendo su propuesta desde la
pedagogía ignaciana, la cual considera una pedagogía de la esperanza. Contiene
165 referencias bibliográficas

Resumen: La dramática situación de la humanidad constituye un desafío educativo


y la pedagogía ignaciana tiene posibilidad de dar respuesta válida y sólida a las
debilidades de la mentalidad postmoderna, a la profunda crisis de fe y de justicia.
Ante la secularidad de la modernidad y el neoconservadurismo se reducen cada vez
más los espacios de solidaridad y gratuidad; la espiritualidad ignaciana toma posición
inequívoca y es transformadora por lo que la presenta como una pedagogía de
esperanza. El autor considera que los recursos pedagógicos empleados por la
Pedagogía Ignaciana (incorporación de la realidad o composición de lugar,
contemplación, repetición y aplicación de sentidos) contribuyen al discernimiento y
tienen una potencialidad para sensibilizar, comprender, encontrar las relaciones
verdaderamente significativas con lo que crean hábitos que contribuyen a superar la
secularización abriendo caminos humanizantes y humanizadores al enriquecer con
calidad las vivencias personales de todo lo que nos rodea.
Atribuye a la educación social la adquisición de competencias necesarias para
producir el cambio en cuanto anima a tener una solidaridad social con los demás,
sobre todo con los pobres, como compromiso de trabajo para el bien de todas las
sociedades. Establece como actitudes de toda educación verdaderamente ignaciana
el servicio, la compasión, la solidaridad con los más pequeños y necesitados de
nuestros hermanos, la gratuidad, el perdón, el sacrificio, el compromiso, el don de sí
sin retorno, el amor. Una educación que promueva la fe que realiza la justicia y una
justicia que viene de la fe. Atribuye a los educadores la responsabilidad de evidenciar
las injusticias que amenazan la vida y la convivencia y comprometerse con la
constitución de una nueva sociedad justa exponiendo varias estrategias de educación
para la justicia. Resalta la importancia del estudio y promoción de los derechos
humanos de manera integrada cuyo fundamento es la dignidad de la persona, el
reconocimiento de su condición humana, lo cual debe ser el núcleo de toda
educación, que está ligado a educar para la democracia. Reseña la educación de los
alumnos para la vida política en tanto que el poder es entendido como herramienta
para la contribución y el desarrollo organizado e integrado en la comunidad del bien
común, como medio para el servicio a los demás; facultarlo como ciudadano para
que recupere la soberanía. Expresa la necesidad de restaurar la ética a nivel
personal, social, político y hace consideraciones sobre cómo educar en ética. Resalta
el carácter axiológico y las pautas de valoración que genera, lo que convoca una
educación que estimule la creatividad y capacidad inventiva que pueda incidir en la
promoción de los cambios culturales y apunte a una transformación creativa en
beneficio de todos. Concede un espacio a la cibercultura como emergente cultural
que debe poner en marcha nuevas políticas de desarrollo social y reserva un espacio
a la cultura infantil señalando los espacios abarcados por la cultura dominante.
Concluye con la capacidad flexible y adaptativa para promover cambios sociales y
culturales que ofrece la espiritualidad y pedagogía de San Ignacio.

Analista: Janette Pinaud Fecha: junio 2004

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