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POR UNA DEPURACIÓN DE EXPRESIONES ACTUALES

B. APL, 44. 2007 (87-104)

POR UNA DEPURACIÓN DE EXPRESIONES ACTUALES*

Ana María Gispert-Sauch Colls


Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Nuestra sociedad, la limeña, la peruana hispanohablante, ha


demostrado una gran deficiencia en cuanto al uso de la lengua escrita y
hablada. Ya lo sabíamos; pero, después de hacer el cotejo con otras
sociedades, hemos quedado apesadumbrados bajo la carga de una auténtica
vergüenza nacional. Arrastramos una gran carencia de conocimientos
respecto a potencialidades tan básicas como son el leer, escribir y hablar.
Son las herramientas fundamentales para cualquier actividad que deseemos
emprender.

En atención a esta grave carencia, juzgamos que resulta de especial


interés cuanto hagamos por mejorar el uso de la lengua castellana de las
mayorías. El presente humilde trabajo no tiene otra pretensión sino
colaborar para que éstas destierren definitivamente ciertos defectos básicos
de escritura y dicción oral.

Muchas palabras son torcidas en el habla cotidiana. Unas,


deformadas por el uso; otras, modificadas en su semántica. Así, escuchamos

* Comunicación presentada en el V Congreso Nacional de Investigaciones Lingüístico


Filológicas «La enseñanza de la lengua en el tercer milenio», realizado en Lima, del 8 al 10
agosto 2007.

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demasiadas veces cónyugue por cónyuge, aperturar por abrir, mencionar por
decir, preveer por prever o incluso por prevenir. Pero nuestro propósito
ahora, repetimos, no es insistir en lo que ya otros corrigen con acierto.
Hay trabajos conocidos, muy útiles, que llaman la atención sobre ciertos
errores morfológicos conocidos en nuestro medio

Lo que ahora nos proponemos es presentar un muestrario de otros


errores, esta vez sintácticos en sentido amplio. A través de su análisis,
induciremos reglas básicas que ayuden a su corrección. El habla y la
escritura correctos no consisten solamente en el empleo adecuado de las
palabras. Hace falta que esa corrección acompañe también las relaciones
que establezcamos entre ellas. Dicho de otra manera, si es preciso alcanzar
un nivel aceptable en ortografía y —digamos— ortomorfología, también la
ortosintaxis debe ser atendida.

La paradoja es que, en realidad, resulta más fácil atenerse a lo que


hemos llamado ortosintaxis que caer en una heterosintaxis, su contraria.
A pesar de esto, una ignorancia excesiva de las pautas que la lengua
castellana exige, o bien la simple falta de interés o atención a las mismas,
da como consecuencia los lamentables resultados que todos conocemos.

La facilidad a la que acabamos de referirnos está fundada en el


hecho de que el ordenamiento de las palabras para construir una frase
castellana que exprese nuestro pensamiento a cabalidad es, en sí mismo,
bastante simple. La sintaxis castellana puede requerir en ocasiones cierta
complicación, pero no hay necesidad de complicarla sin necesidad. Basta
con construir proposiciones sencillas, cortas, que sigan la estructura
conocida: sujeto, verbo, complemento directo, complemento indirecto y
complementos circunstanciales. Basta, asimismo, poner un poco de
atención a las normas de concordancia básicas.

Nos expresamos de una manera extrañamente desordenada y


complicada. No es infrecuente que nos acusen de este defecto los forasteros
castellanohablantes. ¿Poseemos un espíritu con tendencia a lo barroco?
Nuestra tendencia al desorden se manifiesta también, por ejemplo, en el
caos reinante en los servicios públicos de movilidad en Lima; un caos, en

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realidad, fácilmente corregible y extrañanamente todavía no corregido.


Los turistas lo acusan de inmediato. ¿Nos domina una especie de diablillo
libertino («criollo»...)?

Hemos escogido sesenta ejemplos; no tienen un orden establecido,


pues han sido recogidos de entre los diversos quehaceres de la vida
cotidiana, por tanto su ubicación no representa ninguna prioridad, y
algunos de ellos pueden ser discutidos pues sobrepasan el aspecto
normativo. Los dos últimos son errores de carácter tipográfico, pero que
están entrando con demasiada facilidad en la lengua escrita y es necesario
detener cuanto antes su veloz carrera.

Es una pequeña muestra que abre un camino para ser recorrido


por quienes tengan la voluntad de aprender, o enseñar a aprender, el útil
arte de hablar y escribir con propiedad la lengua materna.

ooooo

1. Habían cuatro personas. Han habido sólo cuatro.


Haber está aquí usado como impersonal, tanto como lo está en la forma
verbal del presente hay. No se nos ocurriría ponerle plural a esta forma,
aunque así lo hagan otras lenguas (la inglesa, por ejemplo, hace there were).
Hay ocasiones en que el verbo haber es conjugado y, entonces sí, concuerda
en número con el sujeto: Ellos han venido. No es aquí el caso.

Expresión correcta:
Había cuatro personas. Ha habido sólo cuatro.

2. Exactamente trescientos cincuenta y tres mil doscientas quince personas.


Si decimos espontáneamente doscientas, pues se trata de personas, ¿por
qué no ponemos atención y trastocamos el género diciendo trescientos?
Sin duda, por la lejanía existente entre ese adjetivo y el sustantivo que
modifica.

Expresión correcta:
Exactamente trescientas cincuenta y tres mil doscientas personas.

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3. Mayormente, eran empleadas domésticas.


¿Qué hemos querido decir con ese falso adverbio mayormente? Tal vez, «por
lo general, casi siempre, la mayoría de las veces». Digámoslo, pues, ya que el
sufijo -mente debe quedar reservado para acompañar adjetivos, muchos,
que lo acepten: suficiente, agradable, útil…

Expresión correcta:
Casi todas eran empleadas domésticas.

4. El 8% trabajaban en oficinas.
A pesar del contraste entre el singular del artículo el y el plural del verbo
trabajaban, tanto más notable cuanto ambas palabras se hallan tan
próximas, nos tentamos a pluralizarlo por un motivo evidente: la presencia
del número 8. Ahora bien, el sujeto no es el numeral cardinal 8, sino un
sustantivo singular, el 8%.

Expresión correcta:
El 8% trabajaba en oficinas.

5. Cada tarde un grupo de estudiantes se reunían.


De nuevo, una falta de concordancia en número entre un sujeto y su verbo.
Bastaría preguntarse cuál es, en esta oración, el sujeto del verbo reunirse.

Expresión correcta:
Cada tarde un grupo de estudiantes se reunía.

6. Allí viven multitud de personas ancianas, bien entrados en años.


La palabra entrados califica a personas. Otra cosa sería si se dijese «todas
ellas, varones bien entrados en años»; pues, entonces, «todas ellas»
funcionaría como aposición y habría un verbo «son» sobreentendido, tácito.

Expresión correcta:
Allí viven multitud de personas ancianas, bien entradas en años.

7. Se dejó establecidas las bases del proyecto.


El verbo dejar no está usado primordialmente como impersonal sino en

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su forma pasiva (quedaron establecidas), por lo que debe tomar el plural


de bases. Lo mismo debe decirse de esos innumerables letreros que abundan
en nuestras ciudades: «se vende marcianos», «se alquila habitaciones» y
otros, donde hay una impersonalización por ahora no tan usual al oído:
más grato a éste resulta «se venden».

Expresión correcta:
Se dejaron establecidas las bases del proyecto.

8. ¿Te quiso pegar? Le voy a reñir.


Esta manera de expresarnos, tan común, encierra un error fácilmente
identificable. El pronombre personal te ha sido cambiado de lugar. El
pronombre no es, en efecto, complemento directo del verbo querer, sino
del verbo pegar. El mismo error se repite con el pronombre personal le,
complemento del verbo reñir, no del verbo ir. («Arroz con leche, me quiero
casar…» Contiene el mismo error…)

Expresión correcta:
¿Quiso pegarte? Voy a reñirle.

9. Es por esto que afirmamos el valor de la democracia.


Decir es por esto que es echar mano de un galicismo (c´est pour ça que).
Aprovechar un préstamo de otra lengua no presenta problema especial;
pero, en este caso, no hay motivo para hacerlo, pues podemos expresar lo
mismo en castellano, incluso de una forma más concisa.

Expresión correcta:
Por esto, afirmamos el valor de la democracia.

10. Lo haría si quisiere hacerlo.


Aunque cada vez sea más extraño, el uso del futuro de subjuntivo es correcto:
esa forma verbal existe para ser utilizada. Pero hay personas que recurren
al futuro de continuo en lugar de utilizar el presente o imperfecto de
subjuntivo, como es costumbre entre nosotros.

Expresión correcta:
Si quisiera hacerlo, lo haría.

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11. Más que nada, deseo fijarme ahora en el aspecto ético.


El sentido de esta introducción (más que nada) a lo que sigue en el discurso
parece ser «entre todos los aspectos, quiero resaltar el ético». Si es así, no
resulta congruente la expresión..

Expresión correcta:
De manera especial, deseo fijarme ahora en el aspecto ético.

12. Es así que, estando reunidos todos a la mesa, decidió confesarlo.


Es muy difícil precisar qué indica la expresión es así que: ¿una frase hecha?, ¿un
modismo vacío de contenido? Uno se siente tentado de decir que, en demasiadas
oportunidades, nada significa. Sin embargo, se encuentra una y otra vez en los
escritos producidos en nuestro medio. Vale la pena buscarle substituto.

Expresión correcta:
Por lo tanto, (vistas, pues, las circunstancias,) estando reunidos todos
a la mesa, decidió confesarlo.

13. Aquella noche servía para otro tipo de presencias.. Los testimonios
fueron entonces impresionantes... Cada cual habló a su manera…
Algunos se ven obligados a intervenir… Al final, el director decide
cerrar el acto con el himno, que todos cantaron con entusiasmo como
siempre han hecho.
Son a todas luces inadmisibles estos cambios de tiempos verbales en una
misma narración. Sencillamente, el narrador debe elegir, desde el inicio,
un tiempo —sea el presente histórico, el imperfecto, el pretérito perfecto o,
especialmente, el indefinido— y mantenerlo a lo largo del relato. Los
escritores caen fácilmente en este tipo de error cuando la narración es
prolongada. Se produce entonces un comprensible, pero intolerable, olvido
del tiempo en el que han comenzado a situar la acción.

Expresión correcta:
Aquella noche sirvió para otro tipo de presencias… Los testimonios
fueron entonces impresionantes… Cada cual habló a su manera…
Algunos se vieron obligados a intervenir… Al final, el director
decidió cerrar el acto con el himno, que todos cantaron con
entusiasmo como siempre lo habían hecho.

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14. Le dijo a él todo lo que hasta entonces había silenciado.


Reiteración innecesaria del pronombre personal de tercera persona (le y él),
creando así una duplicación del mismo complemento indirecto. Con todo,
queda abierta como aceptable esa duplicación para el caso en que se desee
remarcar ese complemento por algún motivo. Incluso, cabe hacer uso de signos
gráficos, en ese caso, para producir ese efecto: «le dijo -¡a él!- todo lo que…»

Expresión correcta:
Le dijo todo lo que hasta entonces había silenciado.

15. Quisiera aprovechar esta ocasión.


Esta manera de hablar pretende ser humilde, guardar respetos. Pero el
hecho es que ya no produce el efecto deseado. El repetido uso meramente
formal del imperfecto de subjuntivo ha hecho que suene a formulismo.
Por añadidura, entra en contradicción con la actitud asertiva tan
recomendada en la actualidad.

Expresión correcta:
Quiero aprovechar la ocasión. Aprovecho la ocasión.

16. Si hubieran estudiado, hubieran aprobado.


Juntos los dos verbos, resalta la incorrección. Pero tomemos conciencia de
que, con frecuencia, se da la misma incorrección, aunque exista una
distancia entre los mismos. De hecho, aun escritores de fama caen en este
error. Cualquiera puede comprobar, tanto en el lenguaje escrito como en
el oral, cómo se substituye continuamente en nuestro medio el modo
potencial por el imperfecto de subjuntivo.

Expresión correcta:
Si hubieran estudiado, habrían aprobado.

17. Lo logró un promedio de 34 estudiantes.


La expresión es acertada, si se trata de proporcionar un dato estadístico.
La oración, en cambio, es confusa e inexacta cuando —por desgracia no
pocas veces sucede— lo que se pretende expresar con ella es indicar el
número de estudiantes que lograron el objetivo en referencia.

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Expresión correcta:
Lo lograron 34 estudiantes.

18. A nivel de política. A nivel de nación.


He aquí un giro utilizado, estos últimos años, una y otra vez en reuniones
y discursos «cultos». En rigor, debe emplearse sólo en temas relacionados
con la altura. Por más que nadie pueda prohibir que el giro ingrese al
ámbito metafórico, su abuso debe invitarnos a restringirlo a la esfera
física…al menos por un tiempo.

Expresión correcta:
Respecto a la política. En el ámbito nacional.

19. Nos tomaría mucho tiempo hablar de todo lo que es el tema


empresarial.
La circunlocución todo lo que es reclama a todas luces un cambio. En
cuanto a tema, es un término últimamente demasiado empleado que no
siempre ocupa el lugar adecuado. Es hora de acordarse de sus sinónimos
(por ejemplo, «asunto», «cuestión», «materia», «problema»).

Expresión correcta:
Nos tomaría mucho tiempo hablar de los asuntos referentes al
empresariado.

20. Habiendo nacido en una aldea, llegó a ser presidente.


El gerundio tiene funciones de adverbio, especialmente modal. Es muy
común encontrarlo fuera del lugar que le corresponde, debido a intentos
inadmisibles de obligarlo a cumplir otras funciones: en el ejemplo, la
concesiva.

Expresión correcta:
Aunque había nacido en una aldea, llegó a ser presidente.

21. El programa está siendo ejecutado en la región.


No hay motivo especial para echar mano de esa paráfrasis, ya que se puede
decir lo mismo de manera más simplificada sin apelar al gerundio.

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Expresión correcta:
Se está ejecutando el programa en la región.

22. Te vi entrando al teatro.


El mal empleo del gerundio torna equívoca la proposición: ¿quién entraba
al teatro?

Expresión correcta:
Te vi mientras entrabas al teatro.

23. El ómnibus cayó al abismo, muriendo veinte pasajeros.


¿Acaso murieron mientras caía el vehículo? Peor aún: ¿fue ese el modo
como caía el ómnibus?

Expresión correcta:
El ómnibus cayó al abismo, a consecuencia de lo cual murieron
veinte pasajeros.

24. Me entregó un escrito conteniendo todo lo hablado.


En este caso, se ha intentado por la fuerza que el gerundio substituya una
oración de relativo, adjetiva.

Expresión correcta:
Me entregó un escrito que contenía todo lo hablado.

25. No había ninguno que ignorara la noticia.


Ejemplo de oración torturada, en la que se acumulan las negaciones: no,
ninguno; incluso el verbo elegido, ignorar, entraña otra negación, no saber.
La oración, además, acentúa el «defecto» de la lengua castellana, que permite
doblar una negación sin destruirla (ejemplo, «nadie dice nada»). La
acumulación torna confuso lo que se desea decir. ¿Por qué no convertir la
oración a su forma positiva?

Expresión correcta:
Todos sabían la noticia.

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26. El ministro habría dicho que se construiría un puente.


Uno se siente tentado a decir que esta imprecisión, la cual afecta la
semántica, forma parte del genio nacional, reflejado en frases como «más
o menos», «regular». En definitiva, ¿cuál es la noticia?

Expresión correcta:
El ministro (o bien, NN afirmó que el ministro) dijo que construirían
un puente.

27. Que no sea la primera vez que nos visitan.


Esta evidente estupidez puede tomarse por su lado cómico. La registramos,
a beneficio de inventario, ya que hay personas poco instruidas que hablan
así.

Expresión correcta:
Que no sea la última vez que nos visitan.

28. La paz todos la buscan.


Hay una reiteración del objeto directo, como nombre (la paz) y como
pronombre (la). Se puede argüir que, mediante dicha reiteración, se
pretende resaltar ese objeto poniéndolo a la cabeza de la oración.
Personalmente no la encuentro justificada.

Expresión correcta:
Todos buscan la paz.

29. Hablemos de Einstein, que su fama llegó a todo el mundo.


Sorprenderá esta oración, pero no es raro encontrar construcciones
similares en el lenguaje hablado. El pronombre relativo cuyo ha caído en
desuso para el lenguaje coloquial, pues se considera preciosista. (El francés
mantiene vivo el uso del utilísimo dont; el inglés, whose, aunque reservado
para personas). Este hecho pone en aprietos que pueden derivar en
disparates lingüísticos. En el lenguaje coloquial es mejor no intentar una
oración compuesta; concretamente, es preferible renunciar a la oración
subordinada y armar otra principal a continuación.

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Expresión correcta:
Hablemos de Einstein, cuya fama llegó a todo el mundo.
(O bien) Hablemos de Einstein. Su fama llegó a todo el mundo.

30. En el evento, que hubo un homenaje a Colón, se recordó también a


Américo Vespucio.
Hay cierta semejanza con el caso anterior; pero, en éste, el pronombre
relativo que usurpa la función de sujeto cuando le corresponde la de un
complemento circunstancial.

Expresión correcta:
En el evento, en el cual hubo un homenaje a Colón, se recordó
también a Américo Vespucio.

31. Les aplican a las palabras significados que creen que las palabras
tienen.
La oración fue formulada, desde el estrado, en una reunión formal de
especialistas en lengua castellana.
Aplican tiene como sujeto tácito a ellos. El relativo que tiene como
antecedente significados y cumple al mismo tiempo la función de objeto
directo de tienen. Creen, cuyo sujeto tácito es también ellos, tiene como
objeto directo una oración subordinada substantiva. La confusión se origina
al utilizar como bisagra el relativo que entre dos oraciones que tienen el
mismo sujeto. Por añadidura, hay una duplicación del complemento
indirecto (les y estas palabras).

Expresión correcta:
Aplican a las palabras los significados que, según ellos, tienen.

32. No sólo rompieron los vasos sino también los platos.


Aparentemente no hay incorrección alguna en esta información, nadie
objetaría su estructura gramatical; pero, si se presta atención, las partes de
la oración contrapuestas no son las que aparecen precedidas de los adverbios
no sólo – sino también. No es correcto, en efecto, contraponer un verbo
(romper) a un nombre (platos).

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Expresión correcta:
Rompieron no sólo los vasos sino también los platos.

33. No hay mayor satisfacción que el deber cumplido.


Tampoco en esta oración está bien expresada la contraposición, pues el
deber no es una satisfacción grande o pequeña. Si se desea construir una
proposición lógica, es inevitable alargarla o, mejor, reconstruirla.

Expresión correcta:
No hay mayor satisfacción que la que produce el deber cumplido.
Nada satisface más que el deber cumplido.

34. Se apersonaron muchos, especialmente las personas sin recursos.


Se trata de un ejemplo donde el verbo está mal escogido.

Expresión correcta:
Acudieron (vinieron, llegaron) muchos (muchas personas),
especialmente las personas sin (aquellas que carecían de) recursos.

35. Tuve la suerte de poder trabajar con él.


Si se analiza lógicamente, el objeto directo del verbo principal no es poder
sino trabajar. En efecto, la suerte no consiste en disfrutar de la posibilidad,
sino del hecho consumado.

Expresión correcta:
Tuve la suerte de trabajar con él.

36. Debe(n) haber 5 000 en total.


Con la proposición se desea manifestar, tal vez, un imperativo; tal vez,
una suposición. Si no se modifica, es ambigua.

Expresión correcta:
¡Que sean 5 000 en total! Deben ser 5 000 en total. Debe haber
5 000 en total. (IMPER.)
Debe de haber 5 000 en total. (SUPOSICIÓN)

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37. Se debe de haber caído.


Esta vez no hay duda: se trata de una suposición. El error consiste en la
función asignada al pronombre reflexivo se. En efecto, no modifica al
verbo deber sino al verbo caer.

Expresión correcta:
Debe de haberse caído.

38. Un tumulto es cuando un gentío se pone a gritar.


El predicado nominal que, con razón, esperamos encontrar tras el verbo
es quedó aquí frustrado al adoptar la forma de una oración circunstancial.
Se trata de un ejemplo típico de definición defectuosa, por desgracia todavía
muy usual entre nosotros.

Expresión correcta:
Un tumulto es aquel que se forma cuando un gentío se pone a
gritar.

39. En ese sentido, habría que decir lo siguiente.


Lamentablemente nos hemos acostumbrado a que la frase en ese sentido
no tenga un antecedente que la justifique. Si se apremiara a quien la formuló
preguntándole «¿en qué sentido?», quedaría sin respuesta posible y se
pondría de manifiesto el vacío de la misma.

Expresión correcta;
Así pues, habría que decir lo siguiente.

40. En ningún lugar del mundo, en ningún país, nunca se ha visto ese
fenómeno.
La lógica elemental enseña que una proposición universal negativa debe
ser empleada con la máxima cautela: bastaría encontrar un lugar del mundo,
un país, un momento de la historia en el que se haya visto el fenómeno
cuya existencia ha sido negada para demostrar que la proposición es falsa.

Expresión correcta:
Rara vez se ha visto ese fenómeno.

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41. Vista la potencialidad de sus capacidades y fortalezas, se hace


viable el desenvolvimiento de fuerzas capaces de poner en
movimiento toda una serie de energías y dinamismos, cuya acción,
una vez desencadenada, puede dar lugar a cantidad de proyectos
y programas a favor del desarrollo de sociedades que viven en
necesidad.
La evidente verborrea desplegada en oraciones similares a ésta debe ser
desterrada para siempre de nuestro medio.

Expresión correcta:
Su comprobada capacidad puede traducirse en proyectos que
favorezcan el desarrollo de las sociedades que lo necesitan.

42. Digo, pienso, considero de que... Con tal de que no te eches atrás. Caer
en la cuenta que…
Mucho se ha criticado el «dequeísmo», pero persiste en varios de nuestros
países. Por el lado opuesto, hay que reclamar el debido empleo de la
preposición de con los verbos que lo requieren.

Expresión correcta:
Digo, pienso, considero que… Con tal que no te eches atrás. Caer
en la cuenta de que…

43. Volviste en sí.


La incorrecta afirmación tiene una causa: cuando utilizamos el verbo modal
volver en sí, normalmente limitamos su conjugación a la tercera persona.

Expresión correcta:
Volviste en ti.

44. Si llovería, nos (mojáramos) mojaríamos.


Por más que esta defectuosa construcción de la forma condicional no se
cometa en nuestro país tanto como en otros (Argentina, por ejemplo), no
deja de presentarse entre nosotros en forma recurrente.

Expresión correcta:
Si lloviera, nos mojaríamos.

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45. Está relacionado a los problemas ecológicos.


En ésta y las siguientes oraciones y frases, damos cuenta de usos incorrectos
de varias preposiciones. Con frecuencia, la clave se encuentra en la
preposición/prefijo del verbo en cuestión: esa misma será también la que
rige el verbo.

Expresión correcta:
Está relacionado con los problemas ecológicos.

46. Es un asunto a tratar.


Galicismo muy usado en nuestro medio.

Expresión correcta:
Es un asunto por tratar.

47. En memoria a mi madre.


Es común el uso de esta, o parecida, leyenda en muchos vehículos.

Expresión correcta:
En memoria (a la memoria) de mi madre.

48. Lo firmó de acuerdo a los herederos.


La expresión de acuerdo rige la preposición con

Expresión correcta:
Lo firmó de acuerdo con los herederos.

49. Solicitó comentarios a su ponencia.


No se piden comentarios a una ponencia, sino sobre la ponencia, o acerca
de ella.

Expresión correcta:
Solicitó comentarios sobre su ponencia.

50. Consultó a un perito.


El verbo consultar significa deliberar con alguien, y rige la preposición con

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Expresión correcta:
Consultó con un perito.

51. Heredó a su padre.


La herencia no es el padre, el cual no es el objeto directo del verbo.

Expresión correcta:
Heredó de su padre.

52. Los dos ingresaron a la escuela.


El prefijo latino in- está indicando ya la preposición que debe ser utilizada.

Expresión correcta:
Los dos ingresaron en la escuela.

53. Eso sucedió bajo el gobierno de Odría.


La preposición bajo significa debajo de; por ello no es correcta en este
contexto.

Expresión correcta:
Esto sucedió (en) durante el gobierno de Odría.

54. Se mostraba halagada por las cartas recibidas.


En esta frase, «las cartas recibidas» no es el complemento agente pues no
se trata de un verbo en voz pasiva.

Expresión correcta:
Se mostraba halagada con las cartas recibidas.

55. Cuando perdió el puesto, fue abandonado de todos.


En este caso todos sí es el complemento agente y debe usar la preposición
«por».

Expresión correcta:
Cuando perdió el puesto, fue abandonado por todos.

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56. A la noche, toda la familia se sienta en la mesa.


Expresar así el hecho resulta claramente defectuoso, pues la familia no
utiliza la mesa para sentarse

Expresión correcta:
A la noche, toda la familia se sienta a la mesa.

57. ¿Qué es bueno para los zancudos?


La preposición para es indicativa de utilidad y finalidad, por lo que su
uso, en este caso, no es pertinente.

Expresión correcta:
¿Qué es bueno contra los zancudos?

58. Se aficionó por la Internet en exceso.


He aquí un último ejemplo en el que la preposición elegida (por) no está
en concordancia con el prefijo del verbo en cuestión (ad latino).

Expresión correcta:
Se aficionó a la Internet en exceso.

59. Eran 06 hermanos.


Sin duda, se trata de una fea intromisión en el lenguaje literario de los
estilos propios de los libros de contabilidad.

Expresión correcta:
Eran seis hermanos.

60. Los adultos(as). Los adult@s. Los adultos y las adultas.


La intención, inclusiva, es loable; pero su realización no logra tener éxito. En
realidad, la lengua castellana no cuenta, por ahora, con medios para hacer
justicia a la mujer de forma consecuente. Sería ridículo e insoportable escribir
—peor aún, leer— «los(as) niños(as) educados(as) son respetuosos(as)». De
momento al menos, no hay sino atenerse a las normas tradicionales establecidas.

Expresión correcta:
Los adultos (varones y mujeres).

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ANA MARÍA GISPERT-SAUCH COLLS

BIBLIOGRAFÍA

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Esbozo de una nueva gramática de la lengua


española. Ed. Espasa-Calpe. Madrid 1986.

LÁZARO CARRETER, Fernando. El dardo en la palabra. Ed. Galaxia


Gutemberg – Círculo de Lectores. Madrid 1997.

HILDEBRANDT, Martha. El habla culta (o lo que debiera serlo). Ed. Peisa.


Lima 2000.

CISNEROS V., Luis Jaime. El funcionamiento del lenguaje.Fondo Editorial


PUCP. Lima 1995.

GATTI MURIEL, Carlos. / Huyese Rebagliati, Jorge Técnicas de Lectura y


redacción. Lenguaje científico y académico. Ed. Universidad del Pacífico.
Lima 1997.

MARINA, José Antonio. La selva del lenguaje. Introducción a un diccionario


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LINARES, Mario. La redacción correcta. Ed. Paraninfo. Madrid. 1992.

104 B. APL, 44(44), 2007

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