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CRISIS DE LA FORMACIÓN

POR:
Sor Clara María Hernández Jaramillo
Sor Maricela Flórez Cano
Sor Sindry Martínez Curvelo

DOCENTE:
Jesús Adán Sánchez

INSTITUCIÖN EDUCATIVA ESCUELA NORMAL SUPERIOR


MARÍA AUXILIADORA
COPACABANA
2008
Para dar inicio a un proceso de investigación sobre la crisis de la formación, se
partirá desde un sondeo realizado que pretendía conocer qué se entendía por
formación y cuáles son los elementos que podrían ponerla en crisis.

Los resultados obtenidos son los siguientes:


Yomaira García Montaño:
• La formación es un proceso de crecimiento y maduración integral de la
persona, en el que se favorece el desarrollo y la aceptación de la
propia realidad.
• La formación como tal no está en crisis, lo que está en crisis son los
valores que favorecen la formación.
Judith Rivera:
♣ La formación es un proceso a través del cual una persona potencia sus
competencias y habilidades, no es adquirir un mar de conocimiento
puramente intelectuales, ésta debe favorecer el crecimiento integral de
las personas, por tal motivo la formación es un proceso gradual que dura
toda la vida e implica el interés y la motivación que tenga la persona
frente a su propio crecimiento.
♣ La formación sí está en crisis como está en crisis la educación. Esta
crisis tiene como fondo la dificultad en la asimilación de valores que
fundamentan y sostienen el proceso formativo, está en crisis porque en
algunos momentos se busca más alcanzar un proceso formativo
puramente intelectual y se descuida la realidad personal, social, política
y económica que rodea al mundo hoy.

Sor Olga Lucía Vélez Ciro:


 La formación es un proceso de personalización y de humanización de la
persona. Dentro del proceso formativo influyen muchos factores pero
uno de los más importantes es la apropiación que cada uno tenga frente
a su crecimiento personal, en la medida que el ser humano va tomando
conciencia de ésta realidad, se va humanizando y cada vez asume un
rol personal dentro de una sociedad que exige igualdad y consistencia
en los valores propios y colectivos.
 La formación está en crisis por dos motivos: El primero, por la falta de
conciencia frente al proceso y porque no lo asumimos como propio.
El segundo porque quienes tienen la posibilidad de favorecer los procesos
no comprenden o tienen claro el concepto y la forma.
Ambos elementos ponen en crisis la formación provocando un alto índice de
superficialidad y vacío frente al proceso formativo.

Teniendo en cuenta estas premisas se percibe que el concepto es abordado de


forma integral, enmarcándolo como un proceso que requiere la apropiación y el
interés personal frente al mismo.
Una constante interesante es la insinuación que se hace frente a la adquisición
de valores para favorecer la formación como tal, y como estos pueden
favorecerla o ponerla en crisis.
De igual forma es importante ver como conciben que el proceso formativo está
inmerso en una realidad social que lo toca profundamente ya por el entorno
social y personal es que surge el proceso formativo como tal, pero ¿Será cierto
que del entorno social depende el proceso formativo?
Todos estos diagnósticos permiten realizar un paralelo con los conceptos
obtenidos por el sondeo y los planteamientos pedagógicos propuestos por
diversas personalidades del mundo académico, de éstas se pueden destacar
las concepciones que tienen algunos pedagogos como:

La realizada por Rafael Flórez quien propone que la formación es lo que


queda, es el fin perdurable; así mismo plantea que a diferencia de los demás
seres de la naturaleza, "el hombre no es lo que debe ser", como decía Hegel, y
por eso la condición de la existencia humana temporal es formarse, integrarse,
convertirse en un ser espiritual capaz de romper con lo inmediato y lo particular,
y ascender a la universalidad a través del trabajo y de la reflexión filosófica,
partiendo de las propias raíces".1

Humberto Quiceno dice que la formación es tener conciencia, haber


comprendido en el pensamiento y en la imaginación, la educación del hombre,
antes que ella se realice.2

Fabio Gutiérrez concibe la formación como una búsqueda incesante e


interminable, es por eso que la formación deviene del ejercicio de la
imaginación creadora, de la creatividad problematizadora, del trabajo reflexivo y
sistematizador, del esfuerzo riguroso y sostenido.

Teniendo en cuenta estos planteamientos y los resultado obtenido se percibe


que ambas partes ven la formación como un elemento integral que favorece la
humanización y que depende en muchas ocasiones del entorno social,
económico, motivacional y familiar en que esté sumergida, de igual forma la
formación es concebida como una oportunidad para marcar la diferencia, para
explorar campos jamás tocados por el ambiente académico, para explotar lo
mejor que tenemos como seres humanos, nuestra creatividad, reflexividad, es
una oportunidad para tocar la realidad, el mundo y mostrar la desigualdad en
los proceso sociales, económicos, políticos y por qué no académicos.

A raíz de esto surge la siguiente pregunta: ¿Cómo puede tocar o incidir esto en
la crisis de la formación?

La incidencia de dichos conceptos es de suma importancia porque el


enriquecimiento o la crisis de la formación dependen en gran medida de la
concepción que se tenga de ésta, así mismo del desarrollo social, político,
económico, religioso u académico, etc.

De igual forma estas concepciones nos muestran como dicha crisis radica en la
dicotomía sujeto- cultura ya que los avances que se han presentado a lo largo
de la historia favorecen más el crecimiento cultural y no tanto el personal,
ocasionando en el sujeto una cierta incapacidad para asimilar las diferentes
manifestaciones del mundo exterior, creando de tal forma un abismo entre el yo
interior y los elementos exteriores presentados por la cultura.
1
Hacia una pedagogía del conocimiento. MC Wright Hill. 1974. p.109
2
Rousseau y el concepto de Formación. Revista Educación y Pedagogía. Universidad de Antioquia. Nro.14 _
15. 1995.p.87
Es así que la formación se presenta como un punto de unión y de equilibrio
entre el yo y la cultura ya que ésta va a permitir una correcta articulación entre
el interior del hombre y el mundo sensorial, favoreciendo a su vez el desarrollo
de sentidos como: La corporeidad, y de elementos básicos como la
autodeterminación, que implica al ser humano como el artífice de todo su
proceso formativo, llevándolo a alcanzar su plena realización, manifestada en
el sano equilibrio del yo interior con los elementos presentados por la cultura.

Abarcando un poco más el campo social y mundial se puede plantear que la


crisis de la formación radica en la desigualdad, y el mal manejo del poder que
en vez de favorecer a todos las personas por igual, en muchas ocasiones
aventaja a los que más tienen y hace más mísera la vida de aquellos que no
tienen, esta realidad toca directamente el campo o el concepto de formación ya
que dependiendo de la realidad social, las personas más afectadas por el
manejo del poder pueden ingresar o permanecer lejos de los medios que les
ayudan a crecer integralmente, no obstante surgen estrategias que buscan
mostrar cómo la función formativa tiene que ser un proceso capaz de incidir en
el individuo para producir efectos adecuados en su existencia los cuales a su
vez deben permitirle el desarrollo de su autonomía, autodeterminación y
libertad como vía de transformación de la cultura y la sociedad.

Teniendo en cuenta esta perspectiva la verdadera formación es la que


trasciende el mundo de las cosas e introduce al ser humano en el orden de una
realidad compleja que está en manos de unos pocos y lo lleva a asumir la vida
desde una posición humana como sujeto individualizado y capaz de proponer
cada día estrategias que transformen la sociedad.

Sin embargo se debe tener en cuenta que la formación se transmite a partir de


los ideales culturales, reconociendo la cultura como el conjunto total de los
actos humanos en una comunidad dada, ya sean estos actos prácticas
económicas, artísticas o científicas; dichos referentes culturales se constituyen
en puntos de unión dando sentido al encuentro cotidiano del sujeto con lo que
vive y quiere.

Por tal motivo es necesario esclarecer que el fin de la formación lo alberga


cada individuo en sí mismo, potenciando su autonomía, sus vínculos, su
capacidad de reconocimiento, de creación de sus propias prácticas, de
determinarse, de liberarse, de llevar una vida independiente desde la cual
pueda cambiar o propiciar espacios de toma de conciencia que lleven a una
plena realización.

No obstante la realidad en la cual se circunscribe la crisis de la formación es


compleja puesto que desde el punto de vista ya mencionado y abordando un
poco más la formación (Bildung) desde la perspectiva alemana podemos decir
que estos buscan ver si el concepto es todavía utilizable, para analizar y criticar
los actuales desarrollos en el campo de la educación, los cuales están
relacionados también con transformaciones sociales, referidas como procesos
de globalización, abarcando profundamente el término poder, el cual es
interpretado como la habilidad de llevara cabo y hacer valer la propia voluntad
en una relación social.

Sin embargo según Foucault (1982, p. 222) el ejercicio de poder es una


manera mediante la cual ciertas acciones modifican las otras, en esta
perspectiva el poder no es sólo marginativo u opresivo, sino productivo.
Produce objetos, juegos de verdad y espacios políticos que determinan lo que
significa el individuo y su conocimiento y cómo el individuo se relaciona consigo
mismo y con los otros

En este contexto la idea de Bildung denota una tarea de autodeterminación


práctica en y a través del mundo; consecuentemente el Bildung se enfoca en la
relación del sí mismo marcando la posibilidad de una transformación social
mediante la formación y cultivo del individuo, ya que el ser humano como tal
está hecho para transformar la sociedad y no para estar subyugado a lo que
ésta propone y dejarse transformar deliberadamente por ésta.

Para finalizar es necesario resaltar que para hacer más eficaz la formación, el
ser humano debe tomar una postura crítica y mantener una posición reflexiva
sobre los mecanismos de poder, con miras a un verdadero cambio en las
prácticas educativas para poder encontrarle sentido a la formación académica y
al cambio social, que a su vez requiere una construcción consciente de un
individuo que está en constante crecimiento, de alguien que se hace a sí
mismo para alcanzar un nivel superior de humanidad a través del conocimiento.

“Zaratustra está
transformado,
Zaratustra se ha
convertido en niño,
Zaratustra es un despierto:
¿Qué quieres hacer ahora
entre los que duermen?”

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