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Revisiones

Naturaleza de las influencias genéticas sobre la conducta:


lecciones de organismos «más simples»

Kenneth S. Kendler, M.D. Durante los últimos años se han realizado pro- En el reino animal, las diferencias individuales en
gresos sustanciales en la comprensión de las ba- la conducta casi siempre se hallan influidas por
ses genéticas de la conducta de organismos «más factores genéticos que, a su vez, son consecuen-
Ralph J. Greenspan, Ph.D. simples», especialmente del ratón y la mosca de cia de una gran cantidad de genes individuales,
la fruta Drosophila. Los autores examinan el grado cada uno de los cuales ejerce un efecto pequeño.
de similitud entre las bases genéticas de la enfer- Casi todos los genes que afectan a la conducta in-
medad psiquiátrica y las influencias genéticas so- fluyen en múltiples fenotipos. El impacto de los
bre la conducta en estos organismos más simples. genes individuales puede ser notablemente mo-
Se revisan seis temas: 1) el alcance de la variación dificado por otros genes y/o por experiencias con
genética natural, 2) la naturaleza multigénica de el entorno. Muchos animales modifican su en-
la variación genética, 3) el impacto de genes indi- torno, y la naturaleza de esta modificación está in-
viduales en rasgos múltiples, 4) las interacciones fluida por los genes. Para algunas conductas, el
gen-entorno, 5) los efectos genéticos sobre el en- camino que lleva desde los genes a la conducta es
torno y 6) las interacciones entre los genes y el significativamente diferente en los machos y en
sexo. Los resultados sugieren que el patrón de re- las hembras. En cuanto a los amplios tipos de in-
sultados observados en la genética psiquiátrica fluencias genéticas sobre la conducta, el Homo sa-
concuerda, en general, con los hallazgos de la ge- piens parece ser un caso típico de otras especies
nética de la conducta en organismos más simples. animales.

Am J Psychiatry (Ed Esp) 2007; 10:11-22 Am J Psychiatry 2006; 163:1683-1694

E n su obra El origen del hombre, Darwin (1) se esforzó por


demostrar el grado de continuidad existente entre los seres hu-
simples: la medición y manipulación en el laboratorio o en ce-
pas naturales de las variaciones que se producen natural-
manos y otros animales, a partir de la cual buscaba argumen- mente, y el aislamiento y el estudio de mutaciones inducidas
tar que «el hombre es el descendiente modificado de alguna recientemente. La primera estrategia evalúa el alcance de las
forma preexistente». De los siete capítulos de su libro, tres es- variaciones en las mutaciones típicamente leves que ocurren
tán dedicados a las similitudes entre los rasgos psicológicos y en la naturaleza y ejercen efectos sobre la conducta. Tales es-
conductuales de los seres humanos y de organismos «más sim- tudios son análogos a nuestras investigaciones de trastornos
ples». psiquiátricos en poblaciones humanas. La segunda estrategia
Este ensayo también pretende examinar el grado de conti- (que no tiene paralelismos en la investigación humana) iden-
nuidad entre animales humanos y no humanos en cuanto a tifica genes y mecanismos subyacentes a conductas concre-
rasgos psicológicos o conductuales. Sin embargo, nuestro foco tas, mediante la inducción de lesiones genéticas más drásti-
de atención es diferente del de Darwin. Tomando como punto cas que las que típicamente sobrevivirían a los rigores de la
de partida progresos recientes de la genética psiquiátrica y de selección en las poblaciones naturales. Ambos métodos pue-
la conducta animal, nuestro objetivo es examinar el grado de den clarificar la contribución de la variación genética a la con-
similitud entre las bases genéticas de la enfermedad psiquiá- ducta. Sin embargo, la mayor promesa para una comprensión
trica y las influencias genéticas sobre la conducta en otros or- más profunda de la relación entre los genes y la conducta re-
ganismos más simples. side en una síntesis de ambos, que es posible gracias a los pro-
En pocas palabras, intentamos responder a la siguiente pre- gresos recientes en biología molecular.
gunta: ¿Cuánto se asemejan, en líneas generales, los hallazgos Para este ensayo, identificamos seis áreas de investigación
de la genética psiquiátrica y la genética de la conducta de or- de la genética psiquiátrica en las que los resultados obtenidos
ganismos más simples? comienzan a resultar claros. Después de describir brevemente
Es indudable que existen discontinuidades entre las dis- estos hallazgos, revisaremos los conocimientos adquiridos so-
funciones mentales y conductuales humanas que conforman bre esta cuestión gracias a los estudios genéticos sobre la con-
la enfermedad psiquiátrica y las bien estudiadas conductas de ducta de organismos más simples. Cada una de estas «mini-
organismos más simples. Sin embargo, como Darwin sugirió, revisiones» pretende ser ilustrativa y no exhaustiva (p. ej., no
existen suficientes elementos comunes potenciales entre los intentamos revisar la genética del retraso mental o la demen-
mecanismos de las especies como para que una comparación cia). A continuación examinaremos dos importantes áreas en
de hallazgos resulte útil. Nuestra revisión se centrará en estu- las que los hallazgos de la genética psiquiátrica son demasiado
dios sobre la genética de la conducta en el ratón y la mosca de escasos como para extraer conclusiones amplias. En dichas
la fruta Drosophila, ya que éstas han sido las dos especies más áreas, los estudios sobre genética de la conducta de organis-
intensivamente estudiadas, pero no se limitará a ellos mos más simples están proporcionando datos claros que po-
Tradicionalmente se han seguido dos estrategias distintas drían presagiar los resultados que se obtendrán para los tras-
con respecto a la genética de la conducta en organismos más tornos psiquiátricos.

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INFLUENCIAS GENÉTICAS SOBRE LA CONDUCTA

Alcance de la variación genética natural con ella que con cualquier otro animal, pero la conclusión
puede aplicarse por igual al ratón o a otras especies. Los ras-
Trastornos psiquiátricos en los seres humanos gos que responden a la selección incluyen la fototaxis (movi-
miento hacia la luz), la geotaxis (movimiento en respuesta a la
Para cada una de las entidades psiquiátricas que se han es- gravedad), los ritmos circadianos, la conducta de cortejo (una
tudiado seriamente se han encontrado factores de riesgo ge- conducta estereotipada e innata en la mosca de la fruta) y la
néticos (2, 3). Para la mayoría de los trastornos, la evidencia capacidad de aprendizaje (revisada por Greenspan [16]). Los
sobre los factores de riesgo genéticos se ha reproducido utili- estudios de selección en roedores han puesto de manifiesto
zando el mismo diseño de investigación (principalmente es- una variación genética intrínseca para un abanico de con-
tudios de gemelos) y, en el caso de algunos trastornos, utili- ductas igualmente amplio, que comprende el aprendizaje de
zando tanto diseños de gemelos como de adopción. También laberintos (17), la agresión (18), la preferencia por el etanol (19)
se han observado influencias genéticas significativas para ras- y la abstinencia (20), la ansiedad (21) y la respuesta al estrés
gos humanos más «normativos», como la personalidad (4), (22).
que también son factores de riesgo importantes de la enfer- En resumen, al igual que sucede con los trastornos psiquiá-
medad psiquiátrica (5). El potencial hereditario (la proporción tricos, las diferencias individuales en virtualmente todos los
de diferencias individuales en la predisposición a la enferme- rasgos conductuales examinados en organismos más simples
dad que se deben a las diferencias genéticas entre individuos están influidas por factores genéticos. Las estimaciones del
de una población determinada) varía de forma significativa potencial hereditario tanto de los trastornos psiquiátricos en
entre los trastornos psiquiátricos, y los resultados al respecto seres humanos como de las conductas en organismos inferio-
son relativamente coincidentes entre los estudios: 20-30 % res varían ampliamente, aunque para la mayoría de los rasgos
para la mayoría de los trastornos de ansiedad (6), 30-40 % para se sitúa dentro del intervalo del 10-50 % en la población exa-
la depresión mayor (7), 50-60 % para el alcoholismo (8, 9) y minada.
80 % o más para la esquizofrenia, el trastorno bipolar y el au-
tismo (10-12).
Naturaleza multigénica
La conducta en los organismos más simples de la variación natural
Para casi todos los rasgos, en todas las poblaciones, en todas Trastornos psiquiátricos en seres humanos
las especies, existe una considerable variación genética que in-
fluye en la conducta. En los animales puede estimarse el po- A pesar de que los estudios en gemelos y de adopción pro-
tencial hereditario de diversas maneras. Al igual que los estu- porcionan pruebas sólidas de la existencia de efectos genéti-
dios de gemelos o de adopción en los seres humanos, estos cos globales en los trastornos psiquiátricos, varias líneas de in-
estudios no proporcionan información sobre la actividad de vestigación sugieren que estos efectos son el resultado de la
genes concretos a nivel biológico, sino que calculan estadísti- acción de múltiples genes, cada uno de ellos con un efecto pe-
camente los efectos globales de todos los genes distribuidos a queño. En primer lugar, los genes individuales que influyen in-
lo largo del genoma sobre la población concreta en estudio. tensamente sobre el fenotipo producen un patrón de enfer-
Mousseau y Roff revisaron las estimaciones del potencial he- medad característico en la descendencia (p. ej., autosómico
reditario para una serie de rasgos derivados, en gran medida, dominante, recesivo ligado al sexo, etc.). A pesar de los es-
de las correlaciones progenitor-descendencia, primero de Dro- fuerzos de muchos investigadores por encontrar descenden-
sophila (13) y posteriormente de otras 75 especies de inverte- cias en las que los trastornos psiquiátricos se transmitan como
brados y vertebrados (14). De estos rasgos, 38 de Drosophila y los rasgos clásicos o «mendelianos», hasta la fecha han sido in-
105 de otros organismos eran conductuales. Se halló una va- fructuosos. En segundo lugar, los estudios de ligamiento pue-
riación considerable en el potencial hereditario de los rasgos den «barrer» el genoma humano buscando regiones genómi-
individuales, estimándose en 12, 25 y 43 % los percentiles 25, cas que incidan intensamente en el riesgo de enfermedad. En
50 y 75, respectivamente. En una revisión más reciente de 57 tales estudios, los genes con un gran tamaño de efecto tienen
estudios de conducta animal, Meffert y cols. comunicaron que una «firma» típica, que hasta la fecha no se ha encontrado en
el potencial hereditario medio era del 38 % (14a). ninguno de los trastornos psiquiátricos estudiados mediante
Otra estrategia para evaluar la variación genética en orga- ligamiento, entre ellos la esquizofrenia, el trastorno bipolar, el
nismos más simples se basa en la antigua estrategia de la cría trastorno de angustia o los trastornos de la conducta alimen-
selectiva. Los experimentos de selección artificial han sido taria. En tercer lugar, un meticuloso metaanálisis reciente de
practicados por granjeros y criadores de animales durante mi- 20 análisis genómicos para la esquizofrenia sugiere que, pro-
lenios, y prácticamente todos los rasgos parecen responder a bablemente, al menos 20 regiones genómicas contienen ge-
ella. Los estudios de selección dependen de la preexistencia nes de vulnerabilidad (23). Además, los datos actuales sobre
de variaciones genéticas en la población sometida a selección, el trastorno bipolar, el segundo trastorno psiquiátrico más es-
proporcionando así un ensayo del grado de variación natural tudiado mediante análisis de ligamiento, también sugieren la
existente. existencia de loci múltiples (24, 24a).
¿Cuál es el alcance de la variación genética natural evalua-
da de esta manera? El genetista poblacional Lewontin (15) ha Conducta en los organismos más simples
respondido de manera concisa a esta pregunta: «No parece ha-
ber ninguna característica (morfogenética, conductual, fisio- Se ha aprendido mucho sobre la cantidad y el tamaño del
lógica o citológica) que no pueda ser seleccionada en Drosop- efecto de los genes que influyen en la conducta de los orga-
hila». Este autor se refiere a la mosca de la fruta, simplemente, nismos más simples. La mayor parte de estos progresos pro-
porque se han llevado a cabo más experimentos de selección vienen de la aplicación de métodos de ligamiento al estudio

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KENDLER Y GREENSPAN

de la variación genética existente de manera natural. En los es- res a los que se habían observado en las conductas de roedo-
tudios de ligamiento de trastornos psiquiátricos, el centro de res, es decir, múltiples loci de rasgos cuantitativos, cada uno de
atención lo constituyen habitualmente las enfermedades. Sin los cuales explicaba el 3-10 % de la varianza fenotípica (28, 29).
embargo, en los estudios de ligamiento en animales es más Con la llegada de la tecnología de micromatrices de ADN
frecuente la utilización de una conducta cuantificable (p. ej., surgió una estrategia diferente para la identificación de genes
una actividad motora o la afectividad). Los genes que influyen implicados en rasgos conductuales en organismos más sim-
en tales rasgos se denominan «loci de rasgos cuantitativos». ples. Con estos métodos es posible examinar directamente las
En el análisis de loci de rasgos cuantitativos se cartografía una diferencias de los niveles de ARNm expresados en cepas se-
diferencia fenotípica entre dos cepas contrastándola con una leccionadas según diferencias conductuales. Este procedi-
extensa serie de marcadores genéticos que también difieren miento no mide directamente el número de diferencias aléli-
entre sí, y se cartografían las regiones cromosómicas que me- cas que dan lugar a la diferencia conductual, sino que indica
dian efectos significativos. A menudo, el poder del análisis de el grupo de genes cuya expresión se modifica como resultado
loci de rasgos cuantitativos en organismos más simples supera de esas diferencias alélicas. Seguramente, estas dos series de
ampliamente al que puede conseguirse en seres humanos, de- diferencias alélicas tienen solapamientos, pero no es proba-
bido a la posibilidad de diseñar cruzamientos específicos para ble que sean idénticas. Esté método se aplicó, por ejemplo, en
obtener la máxima información del ligamiento. cepas de Drosophila seleccionadas basándose en diferencias
Flint ha revisado exhaustivamente la bibliografía sobre es- en la geotaxis, y se hallaron alrededor de 250 genes cuya ex-
tudios de loci de rasgos cuantitativos en la conducta de los ro- presión difería en las dos líneas seleccionadas (30).
edores, y los rasgos estudiados con mayor frecuencia son el La cantidad de genes individuales que influye sobre un rasgo
ritmo circadiano, la preferencia o la respuesta a las drogas, la conductual también puede estimarse a partir de estudios ex-
afectividad, la actividad motora y el aprendizaje (21). El autor perimentales de genes individuales. Estos estudios se llevan a
concluyó que estas conductas se hallan influidas, típicamente, cabo mediante la inducción de mutaciones (p. ej., genes inac-
por muchos genes de efecto pequeño. Aunque el cálculo tivados o knockouts) o mediante cepas manipuladas genéti-
exacto de la cantidad de loci de rasgos cuantitativos involu- camente (transgénicos) en las que se altera la expresión del
crados resulta problemático (y probablemente las estimacio- gen. Aunque estos estudios no se han diseñado para una me-
nes disponibles son demasiado bajas), los datos actuales in- dición directa del número de loci implicados, pueden propor-
dican que la mayoría de los rasgos conductuales en los cionar un tipo de muestreo diferente del que se obtiene con
roedores están influidos por 6 a 24 loci de rasgos cuantitativos. búsquedas de genes más dirigidas. Además, la lista así obte-
En los estudios de loci de rasgos cuantitativos, el tamaño de nida, si fuera completa, sería considerablemente más larga
efecto suele medirse como la proporción de la varianza de un que la proporcionada por los estudios de loci de rasgos cuan-
rasgo que resulta de la varianza de un locus de rasgos cuantita- titativos, ya que muchos de los genes identificados mediante
tivos particular (probablemente, los tamaños de efecto disponi- esta estrategia no tendrían variaciones relevantes para los ras-
bles son sobrestimaciones, puesto que los genes que tienen un gos en poblaciones naturales. Aunque distan de ser comple-
efecto grande son los primeros en detectarse). Flint concluye que tas, investigaciones recientes han enumerado 33 genes iden-
–aunque existen excepciones– la mayoría de los rasgos conduc- tificados desde 1995 que influyen en la conducta agresiva del
tuales son influidos por genes que explican el 10 % o menos de ratón macho (31) y 14 loci de mutaciones que modifican la con-
la varianza fenotípica total. Con mayor frecuencia, los genes de- ducta guiada por el olor en Drosophila (32).
tectados tienen tamaños de efecto inferiores al 5 %. La combinación de estas dos estrategias podría proporcio-
En un reciente y exhaustivo análisis de loci de rasgos cuan- nar un cuadro más completo de los fundamentos multigéni-
titativos de 5 medidas relacionadas con la ansiedad en el ra- cos de la conducta. En un estudio exhaustivo de los genes que
tón, Henderson y cols (25) hallaron un total de 17 loci de ras- afectan a la memoria a largo plazo en Drosophila, Dubnau y
gos cuantitativos entre todos los rasgos y, habitualmente, de cols. (33) combinaron un cribado de mutaciones a gran escala
cuatro a seis por medida individual. Aunque alrededor de la con un análisis de los patrones de expresión genética. El cri-
mitad de los 17 loci descubiertos explicaban menos del 1 % de bado de mutaciones identificó 60 nuevas mutaciones que son
la varianza fenotípica, en cada una de las cinco medidas se en- defectivas selectivamente para la memoria a largo plazo y, en
contró al menos un locus de rasgos cuantitativos que expli- paralelo, el análisis con micromatrices de ADN identificó 42
caba el 5 % de la variación total. Utilizando una estrategia téc- genes expresados en los cerebros de las moscas en condicio-
nica diferente (cepas con sustitución de cromosomas), Singer nes que producen memoria a largo plazo. Ambos conjuntos
y cols. (26) confirmaron la presencia de múltiples loci que in- de genes dirigen el espectro de funciones biológicas (trans-
fluían en los modelos de ansiedad en ratones. En un amplio cripción, translación, transducción de señales, citoesqueleto
estudio genómico de asociación (genome-wide association y metabolismo).
study) en ratones genéticamente heterogéneos, Valdar y cols. ¿Hasta dónde llega la influencia multigénica sobre la con-
(26a) examinaron siete fenotipos conductuales divisibles en ducta en la escala filogenética de complejidad? En el nematodo
21 medidas más específicas. Utilizando un modelo estadístico C. elegans (que sólo contiene 302 neuronas) se impide la loco-
convincente, detectaron una media de nueve loci de rasgos moción con mutaciones en alrededor de 100 genes diferentes,
cuantitativos por medida. Estos loci de rasgos cuantitativos ex- mientras que en la respuesta al contacto ligero intervienen al
plicaban individualmente, en promedio, el 2,1 % de la varia- menos 18 genes (34). Muchos genes son capaces de influir so-
ción en estas conductas. bre la conducta, incluso en los organismos más sencillos.
En otros organismos se han llevado a cabo menos estudios En resumen, tres métodos diferentes (análisis de ligamiento
de loci de rasgos cuantitativos con rasgos conductuales (27). de loci de rasgos cuantitativos, examinación de animales
Dos ejemplos recientes exploraron la variación en una carac- transgénicos y con genes inactivados y comparación de ma-
terística fundamental de la canción de cortejo de Drosophila trices de expresión en líneas seleccionadas) sugieren que la
(el intervalo interpulso medio) y obtuvieron resultados simila- mayoría de los rasgos conductuales en los organismos más

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INFLUENCIAS GENÉTICAS SOBRE LA CONDUCTA

simples están influidos por una cantidad relativamente gran- Una segunda estrategia para estudiar la pleiotropía se basa
de de genes. Las variantes de estos genes que existen en las po- en los estudios de selección. Una y otra vez, los estudios han
blaciones naturales tienden a tener efectos moderados sobre mostrado que, al seleccionar un rasgo, también se observan
el fenotipo. cambios en otros rasgos. Aunque algunos de estos cambios no
se deberán siempre a la pleiotropía (la selección puede arras-
trar variantes vinculadas en otros loci que afectan a los dife-
Impacto de genes individuales rentes fenotipos), cuando se analizan de manera adecuada, a
en rasgos múltiples menudo se constata que estos rasgos correlacionados tienen
su origen en efectos pleiotrópicos. Las moscas seleccionadas
Genética psiquiátrica en los seres humanos según la preferencia geotáxica, por ejemplo, también presen-
tan un incremento en la estereotipia conductual (46), una al-
En los estudios de adopción y de gemelos, a menudo los fac- teración de la conducta de puesta de huevos (47) y alteracio-
tores de riesgo genéticos no son específicos de trastornos psi- nes de las preferencias por el apareamiento (48). En los
quiátricos o por abuso de sustancias individuales, sino que in- numerosos experimentos de selección llevados a cabo en Dro-
fluyen en la predisposición a una serie de trastornos. Un sophila sobre la conducta de cortejo y apareamiento también
reciente estudio a gran escala llevado a cabo en gemelos so- se han encontrado respuestas correlacionadas en las conduc-
bre siete trastornos psiquiátricos o por abuso de sustancias ha- tas en campo abierto (análogas a la prueba de afectividad en
lló un factor de riesgo genético común que aumentaba el roedores) (49, 50), la actividad locomotora general (51) y la sen-
riesgo de abuso de sustancias, dependencia del alcohol, tras- sibilidad aumentada a las perturbaciones (49). Un ejemplo con
torno antisocial de la personalidad y trastorno disocial, y un más fenotipos cognitivos procede de la selección experimen-
segundo factor de riesgo genético común que influía en la pre- tal de un aumento en la sensibilización («estado excitador cen-
disposición a la depresión mayor, el trastorno de ansiedad ge- tral») del moscardón Phormia regina. Estas moscas presenta-
neralizada y la fobia (35). Otros estudios en gemelos también ron respuestas correlacionadas tanto en el condicionamiento
han hallado indicios de factores genéticos que tienen un im- asociativo (52) como en la conducta de búsqueda de alimen-
pacto en el riesgo de trastornos múltiples (p. ej., referen- tos (53).
cias 36-38). A menudo esta relación se cuantifica con un esta- Los efectos pleiotrópicos de los genes individuales pueden
dístico denominado «correlación genética», que refleja el demostrarse con la máxima potencia mediante el estudio de
grado de solapamiento de los factores de riesgo genéticos de mutantes individuales en los que una diversidad de efectos fe-
dos rasgos o trastornos. notípicos ha demostrado ser la regla más que la excepción (43,
Utilizando los métodos de ligamiento y de asociación tam- 44). En la tabla 1 se exponen varios ejemplos y se analizan otros
bién se han acumulado datos sobre regiones genómicas o ge- dos casos un poco más detalladamente. Un locus en el nema-
nes individuales que confieren riesgo para más de un tras- todo C. elegans que codifica una proteína similar al receptor
torno. Cierto solapamiento en los análisis de ligamiento del del neuropéptidoY de los vertebrados, originalmente identifi-
genoma de regiones positivas para el trastorno bipolar y la es- cado a través de su efecto en la conducta alimentaria (54, 55),
quizofrenia ha llevado a algunos autores a argumentar que más tarde demostró estar implicado en la hiperactividad ali-
esto refleja la existencia de genes compartidos por estos dos mentaria, la conducta de cavar en el agar, la acumulación en
trastornos (39). Un par de genes solapados en el cromoso- el borde del césped [lawn] bacteriano y en una mayor resis-
ma 13q (denominados G30 y G72) podría asociarse tanto con tencia al etanol (56). El gen dunce en Drosophila epitomiza la
el riesgo de esquizofrenia como con el de enfermedad bipo- pleiotropía. Identificado por primera vez en un cribado de
lar (40). Se ha postulado que varios genes funcionales candi- moscas con deficiencias en el aprendizaje, valoradas por el
datos (p.ej., transportador de la serotonina, transportador de condicionamiento de evitación olfatoria (57), y posterior-
la dopamina, receptor D2) se asocian con un amplio espectro mente involucrado en la codificación de una de varias formas
de trastornos psiquiátricos y/o rasgos relevantes desde el de la fosfodiesterasa del AMPc (58), en un principio se consi-
punto de vista psiquiátrico (41, 42). deró que el fenotipo dunce era «limpio» e incidía sólo sobre el
aprendizaje. Sin embargo, al examinarlo en profundidad se de-
Conducta en los organismos más simples mostró que tenía efectos sobre la fertilidad de las hembras, los
ritmos biológicos (59), la receptividad de las hembras al apa-
Treinta años de análisis de genes que influyen en la conducta reamiento (60), el desarrollo embrionario anómalo (61), la dis-
de ratones, moscas de la fruta y nematodos han dado un apoyo minución de la longevidad (60) y defectos en la transmisión
sólido a la opinión de que los genes que influyen en la con- sináptica (62).
ducta son pleiotrópicos (es decir, afectan a más de un ras- En resumen, todos los datos obtenidos a través de estudios
go [43, 44]). En los estudios que presentan más analogías con de cría, experimentos de selección y mutantes para un único
las investigaciones en seres humanos es posible calcular las gen sugieren que los genes que modifican la conducta en los
correlaciones genéticas entre dos rasgos cuando ambos se es- organismos más simples a menudo influyen en una serie de
tudian en animales relacionados genéticamente entre sí (p. ej., conductas dispares.
los progenitores y la descendencia o los hermanos). Revisando
estos estudios, Roff (45) halló informes sobre 166 correlacio-
nes genéticas entre las conductas de seis especies animales di- Interacciones gen-entorno
ferentes. Los valores medio y mediano absolutos de estas co-
rrelaciones genéticas eran de +0,59 y +0,56, respectivamente, Genética psiquiátrica en los seres humanos
lo que indicaba que la mayoría de los pares de conductas exa-
minadas estaban influidas de manera decisiva por conjuntos Los modelos etiológicos comunes en Psiquiatría consideran
de genes comunes. que los efectos de los factores de riesgo genéticos y ambienta-

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KENDLER Y GREENSPAN

TABLA 1. Pleiotropía de mutaciones conductuales en drosophila


Mutación Fenotipo específico inicial Producto del gen Alcance final de la pleiotropía
Dunce Condicionamiento asociativo Fosfodiesterasa del AMPc Formación del patrón embrionario;
fertilidad femenina; ritmos biológicos;
longevidad
Cacofonía Canción de cortejo masculina Canal de calcio Agudeza visual; convulsiones
Latheo Condicionamiento asociativo Homólogo ORC (origen de la replicación) Imaginal disc formation, proliferación
celular en el SNC
Optomotor-blind Respuesta optomotora, desarrollo Factor de trascripción T-box Desarrollo del lóbulo general óptico;
de motion detecting neurons formación del patrón de las alas, patas
y abdominal
Potencial de reposo Conducción nerviosa Homólogo de la ARN-helicasa Viabilidad masculina, regulación de genes
ligados a X
No-receptor-potential-A Potencial del fotorreceptor Fosfolipasa específica del fosfoinosítido C Ritmos circadianos; olfato

les se suman para producir predisposición a la enfermedad. Sin ambientales. El 6 % de las interacciones evaluadas (un total de
embargo, la genética y la biomedicina clásicas proporcionan 10) cumplieron criterios rigurosos de significación estadística.
muchos ejemplos en los que los efectos genéticos son modifi- Dos series de estudios en roedores sobre la interacción ge-
cados por la exposición ambiental, produciendo por lo tanto notipo-entorno contienen analogías especialmente próximas
una «interacción gen-entorno». Los estudios de adopción y de a los estudios en seres humanos (63, 66). Las investigaciones
gemelos han proporcionado pruebas de estas interacciones con variantes del cromosoma Y y el gen de la oxitocina mues-
para la depresión mayor con la exposición a acontecimientos tran que su efecto fenotípico sobre la conducta agresiva en
vitales estresantes (63, 64), y para la esquizofrenia, el trastorno ratones era modificado sustancialmente por el entorno ma-
disocial y la agresividad con la exposición a un entorno de terno (31). Los efectos del estrés social que producen el haci-
crianza disfuncional (65, 66). En estudios de gemelos también namiento y el cambio frecuente de jaula sobre la agresividad
se han observado interacciones entre el genotipo y el entorno y sobre la hipertensión variaban notablemente entre diferen-
para un espectro de rasgos psiquiátricos relevantes que inclu- tes cepas de ratones (71).
yen la agresividad, la desinhibición y el tabaquismo (3). En mu- Henderson (72) estudió el potencial hereditario de una ta-
chos de estos estudios, el potencial hereditario de los rasgos rea motora compleja de obtención de alimentos en ratones
aumenta en entornos más permisivos. Caspi y cols han en- criados en jaulas de laboratorio estándar o enriquecidas. El
contrado pruebas de interacciones entre factores ambientales potencial hereditario fue mucho mayor en las condiciones en-
y polimorfismos en la asociación de la monoaminooxidasa con riquecidas (40 %) que en las estándar (10 %), quizá porque el
el riesgo de conducta antisocial (67) y en la asociación del trans- entorno enriquecido era más «permisivo», es decir, permitía a
portador de la serotonina con el riesgo de depresión (68). los ratones con mayores habilidades innatas poner en prác-
tica las complejas conductas motoras necesarias.
Conducta en los organismos más simples Como se ha observado en un espectro más limitado de si-
tuaciones en estudios de trastornos psiquiátricos humanos, el
En los estudios sobre la genética de la conducta en los or- estudio de la conducta en los organismos más simples sugiere
ganismos más simples se han puesto de manifiesto claros que a menudo los efectos genéticos pueden ser modificados
ejemplos de la interacción genotipo-entorno. Al contrario de por la exposición ambiental.
lo que sucede en los ejemplos precedentes, muchos de éstos
proceden del trabajo sobre la ecología conductual de varias
especies que inicialmente se estudiaron en la naturaleza y más Efectos genéticos sobre el entorno
tarde se llevaron al laboratorio.
Por ejemplo, una serie de cepas híbridas del pez tropical Ma- Genética psiquiátrica en los seres humanos
cropodus opercularis fueron expuestas a cuatro entornos que
se diferenciaban en su grado de novedad y amenaza, los cua- Según la visión tradicional de la acción de los genes, la expre-
les proporcionaron una prueba etológicamente válida de «an- sión genética se manifiesta en su totalidad en un «medio interno»
siedad». Se observaron interacciones gen-entorno significati- fisiológico o «bajo la piel». El entorno, por el contrario, existe
vas, con grandes variaciones de la ordenación de las cepas fuera de la piel, y la relación causal entre el organismo y el en-
(desde las más a las menos «ansiosas») en los diferentes en- torno fluye únicamente desde el entorno hasta el organismo. Sin
tornos (69). embargo, cuando se considera la conducta, es necesario recon-
En una investigación similar realizada en ratones, Wahlsten siderar esta visión de la acción de los genes. A través de su in-
y cols. (70) examinaron sistemáticamente 8 cepas diferentes fluencia sobre la conducta, los genes también pueden tener un
con cinco pruebas conductuales en tres laboratorios. Entre es- impacto sobre el entorno externo. En los seres humanos, este
tas pruebas, tres proporcionaron datos sólidos sobre la inte- efecto se observa en el entorno social a partir del cual surge una
racción gen-entorno (lo que significa que las diferencias ge- serie de factores de riesgo de trastornos psiquiátricos y por con-
néticas entre las cepas variaban en función del laboratorio en sumo de sustancias. Actualmente, los estudios en poblaciones
el que se efectuaban las pruebas) En el detallado estudio de de gemelos sugieren que, a través de vías «fuera de la piel», los
ratones genéticamente heterogéneos mencionado antes, Val- factores genéticos influyen en la exposición a un espectro de fac-
dar y cols (70a) examinaron las interacciones en las conduc- tores de riesgo ambientales, que incluye los acontecimientos vi-
tas entre la predisposición genética de fondo y 10 covariables tales estresantes (73-75), bajos niveles de apoyo social y de cali-

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INFLUENCIAS GENÉTICAS SOBRE LA CONDUCTA

dad marital (76, 77), tanto la obtención como la provisión de una de campo de la pradera a ratones, creando así una distribución
paternidad de mala calidad (78-80) y los grupos de compañeros anatómica similar a la de la rata de campo de la pradera, los ra-
desviados de la norma durante la adolescencia (81). Para los tras- tones empezaron a manifestar conducta afiliativa en respuesta
tornos psiquiátricos y por cosnumo de sustancias, una vía desde a la vasopresina. Este resultado indica que la modificación del
el gen hasta la enfermedad implica la autoselección en entornos patrón según el cual se distribuye V1a es suficiente para alterar
de alto riesgo que a continuación provocan una retroacción que esta conducta social. Esta interpretación es también avalada por
aumenta el riesgo de enfermedad. el hecho de que los genes del receptor V1a son virtualmente idén-
ticos en las dos especies de rata de campo que se diferencian en
Conducta en los organismos más simples la conducta afiliativa, excepto por la presencia, en las ratas de
campo de la pradera, de un pequeño segmento en la región del
En lo que se conoce como «construcción de nichos», los ani- gen que probablemente regule su expresión. La presencia de
males modifican sus entornos físicos mediante la construcción este segmento de ADN se relaciona bien con características con-
de madrigueras, telarañas y ambientes para criar a su prole (82). ductuales y anatómicas de otras dos especies, el ratón de los pi-
Aunque las diferencias entre cepas y entre especies en estas con- nos Microtus pinetorum, que es similar a la rata de campo de la
ductas están bien demostradas, pocas de ellas se han analizado pradera tanto a nivel conductual como por las características
genéticamente. Además del entorno físico, en los animales so- anatómicas y moleculares de V1a, y el ratón de pantano Micro-
ciales, los genes de un organismo también pueden, a través de tus pennsylvanicus, que se parece a la rata de campo de la mon-
la conducta, tener un impacto en aspectos fundamentales del taña en todos estos aspectos. Por lo tanto, parece que altera-
entorno social como las relaciones entre los progenitores y la ciones sutiles en el patrón de expresión del receptor V1a de la
prole, entre compañeros adultos y en las parejas sexuales. vasopresina podrían explicar estas acusadas diferencias en la
Lynch (83) llevó a cabo un estudio de selección para la cons- conducta social de estas especies de roedores.
trucción del nido en ratones hembra y, tras 15 generaciones, Este interesante caso es una excepción a nuestra afirmación
obtuvo una divergencia en la conducta de casi 10 veces de anterior de que las variantes genéticas naturales tienden a te-
magnitud, con un potencial hereditario efectivo del 28 %. Ma- ner efectos moderados sobre un fenotipo y tienden a actuar
estripieri y cols. (84) observaron que en los macacos de cola de manera conjunta con muchos otros genes. La gran mayo-
de cerdo el abuso infantil «venía de familia», pero no pudie- ría de los ejemplos estudiados concuerda con nuestra afirma-
ron diferenciar la transmisión genética de la familiar-ambien- ción previa pero, como en todas las cuestiones biológicas, hay
tal. En los roedores se observan efectos genéticos tanto en la excepciones. Otros dos ejemplos de grandes efectos de genes
provisión como en la obtención de atención parental. Hurnik únicos sobre la conducta compleja son el gen de la familia de
y cols (85) llevaron a cabo un experimento de selección para receptores del neuropéptido Y en el nematodo C. elegans y el
la velocidad de la conducta de recuperación materna en dos gen de la proteincinasa dependiente del GMPc en Drosophila,
cepas de ratones endogámicos. Tras sólo cinco generaciones que afectan a la conducta de forrajeo (54, 91).
se observó una divergencia sustancial en los grupos seleccio- La agresión es otra conducta social importante sobre la cual
nados para recuperación rápida y lenta. Eisen y cols (86) lle- se ha demostrado, en los organismos más simples, la influen-
varon a cabo un experimento de selección para el peso a los cia de factores genéticos. Mediante experimentos de selección
12 días de vida de la camada y concluyeron que el 11 % de la se ha conseguido potenciar la agresividad en Drosophila (92)
varianza de este rasgo se debía a los genes de la madre que, a y ratones (18). Para acabar, la variación en un gen que influye
través de la calidad de la atención y la alimentación, influían en el color de los ojos en Drosophila influye en la preferencia
en el aumento de peso de su descendencia. Roubertoux y cols. de las moscas por distintos microambientes que se diferen-
(87) estudiaron las influencias genéticas en las vocalizaciones cian en las condiciones lumínicas ambientales (93). Este es-
de ratones recién nacidos, un método fundamental con el cual tudio muestra cómo la variación genética puede tener un im-
los recién nacidos comunican el sufrimiento a sus madres. Se pacto en la selección activa de entornos.
observaron diferencias sustanciales en el espectro de vocali- En resumen, dadas las sólidas pruebas previas de las in-
zaciones en siete cepas endogámicas. También se han cons- fluencias genéticas en un amplio espectro de conductas, no
tatado efectos de un único gen en la conducta materna. Por resulta sorprendente que cada vez se disponga de más datos,
ejemplo, los ratones hembra homocigotos o heterocigotos tanto en poblaciones animales humanas como no humanas,
para la deleción de su receptor de prolactina presentan defi- que indican que los genes también influyen en el entorno so-
ciencias relativamente específicas en la conducta materna (88) cial y físico de un organismo. Por lo que respecta a la conducta,
Se ha estudiado el efecto de genes individuales en la con- la acción de los genes no se detiene en la frontera fisiológica
ducta afiliativa en dos especies de rata de campo. La rata de del organismo, la piel.
campo de la pradera Microtus ochrogaster es monógama, bi-
parental y altamente social. La rata de campo de la montaña
Microtus montanus, por el contrario, es promiscua, maternal Interacciones entre los genes y el sexo
y poco social (89). Las hormonas oxitocina y vasopresina ejer-
cen efectos complementarios sobre estas conductas en la rata Genética psiquiátrica en los seres humanos
de campo de la pradera, como parecen hacer en las ratas y los
ratones. Además, la distribución anatómica de los receptores Los estudios de gemelos han sugerido que los factores de
de oxitocina y vasopresina en el cerebro es notablemente di- riesgo genéticos generales de la depresión mayor (94), algunas
ferente en cada una estas dos especies de rata de campo (90). formas de fobia (95) y el alcoholismo (96) no son idénticos en
La administración de vasopresina estimula la conducta afi- varones y mujeres. De los dos estudios de ligamiento con aná-
liativa en las ratas de campo de la pradera, pero no lo hace ni en lisis genómico realizados en la depresión mayor, uno de ellos
las ratas de campo de la montaña ni en los ratones. Cuando se proporcionó datos sobre la existencia de un locus específico
transfirió un gen del receptor de la vasopresina (V1a) de una rata de los hombres (97), mientras que el segundo reveló varios loci

16 Am J Psychiatry (Ed Esp) 10:1, Enero 2007 30


KENDLER Y GREENSPAN

con efectos específicos en las mujeres (98). Un análisis genó- ros. La primera de ellas, denominada interacción gen-gen o
mico para el rasgo de la personalidad neuroticismo (relacio- «epistasia», tiene lugar cuando dos alelos en loci genéticos dis-
nado genéticamente con el riesgo de depresión mayor [99]) re- tintos interaccionan de manera no aditiva en un fenotipo (115).
veló tres loci en los cromosomas 1q, 12q y 13q que parecían Aunque existen grandes sospechas sobre su importancia en la
ser específicos de las mujeres (100). genética psiquiátrica, las interacciones gen-gen han sido poco
estudiadas. Esto se debe en parte a que los «caballos de bata-
La conducta en los organismos más simples lla» habituales de la epidemiología genética (estudios de ge-
melos y adoptados) resultan muy poco adecuados para detec-
Sabiendo que las diferencias sexuales durante el desarrollo tar tales efectos (116).
comienzan como diferencias en la expresión genética en las A pesar de que se han desarrollado métodos para detectar
vías de determinación del sexo, no resulta sorprendente que interacciones gen-gen con estudios de ligamiento (117), estos
muchas influencias genéticas sobre la conducta también ten- no han sido validados extensivamente, podrían tener un po-
gan efectos diferenciales sobre las hembras y los machos. Al der bastante pequeño, y sólo raramente se han aplicado al es-
principio, en los experimentos de selección sobre rasgos con- tudio de rasgos conductuales humanos (118). Teóricamente,
ductuales, se obtuvieron resultados específicos del sexo. Se ob- los estudios de asociación proporcionan un poder para de-
servó que un sexo mostraba una mayor respuesta a la selec- tectar estas interacciones notablemente mayor. Sin embargo,
ción que el otro, y en algunos casos esa respuesta diferencial todas las dificultades de los estudios de asociación del efecto
estaba presente en un extremo del fenotipo y no en el otro. principal de los genes (p.ej., bajas probabilidades a priori,
Esto puede ilustrarse mediante dos experimentos diferentes, pruebas múltiples, valores alpha generosos, y tasas de falsos
uno en Drosophila en el que se selecciona para una respuesta positivos [119, 120]) se acentúan aún más cuando se estudian
geotáxica diferencial (101), y uno en el moscardón Phormia en las interacciones. Se han observado interacciones en cierta
el que se selecciona para una respuesta condicionada a un es- cantidad de estudios de asociación, pero no sabemos de nin-
tímulo con sucrosa (102). Cuando se crían estas cepas selec- guno que haya sido replicado extensamente o que haya reci-
cionadas para producir varios tipos de progenie, a menudo bido el apoyo de metaanálisis. Mediante la aplicación de mo-
pueden observarse interacciones entre el sexo y el gen al nivel delos estadísticos al riesgo de enfermedad en varios tipos de
de los genes agregados, tal como se ve en un estudio de res- parientes, Risch sugiere que las interacciones gen-gen tienen
puesta a un estímulo no condicionado en Drosophila (103). importancia en la etiología de la esquizofrenia (121).
Se ha demostrado que, en varios casos, las respuestas con-
ductuales específicas de un sexo reflejan diferencias subya-
centes en la expresión genética. Este es tan solo un aspecto Conducta en los organismos más simples
más reducido de los resultados que están obteniéndose a par- En contraste con los estudios en seres humanos, se dispone
tir del análisis de la expresión del genoma completo, que ha de métodos robustos para detectar interacciones entre dos ge-
demostrado que el 50-60 % de los genes se expresa de manera nes en los organismos más simples. Una estrategia potente
diferencial en los sexos (104, 105). En un estudio, el sexo de- consiste en observar los efectos de mutaciones inducidos que
mostró tener el efecto único más intenso sobre la varianza en influyen en la conducta en diferentes cepas de laboratorio. Es-
la expresión genética (106). Aunque muchos de estos son ge- tas cepas proporcionan «trasfondos genéticos» variables que
nes directamente implicados en la determinación del sexo y podrían modificar los efectos del gen mutado.
el desarrollo sexual y muestran una diferencia de todo o nada, Hace tiempo que los genetistas que trabajan con ratones
con mayor frecuencia esto no es así. Las moscas de la fruta han advertido la sensibilidad al trasfondo genético de las mu-
también presentan respuestas sexualmente dimórficas a la co- taciones (122). En un ejemplo notable, una mutación en el
caína (107, 108), y esto se refleja en una sensibilidad diferen- transportador de la serotonina (5-HTT) tuvo efectos absolu-
cial a la inducción de conducta locomotora estereotípica. tamente diferentes en dos cepas. En ratones B6, la mutación
Tales efectos específicos del sexo no se encuentran en abso- del 5-HTT provocó un aumento de las conductas de ansiedad
luto limitados a la mosca de la fruta. Por ejemplo, hay estudios y redujo la locomoción exploratoria. Sin embargo, la misma
que han revelado LCC específicos del sexo para varios rasgos mutación en ratones 129S6 no provocó alteraciones en nin-
relacionados con el alcohol diferentes en ratones, incluyendo guna conducta (123). (Cabe señalar que la mutación del 5-HTT
la preferencia (109), la duración de la pérdida del reflejo de en- en la cepa 129S6 produjo los cambios previstos en la unión y
derezamiento (110), y la gravedad de la abstinencia (111). Otros la función del receptor de la serotonina, demostrando así que
estudios en ratones han mostrado efectos específicos del sexo la mutación era «activa», pero que sus efectos conductuales
sobre la expresión genética basal en el cerebro (112, 113) así eran «suprimidos» por el trasfondo genético de los ratones
como en respuesta a la administración de cafeína (114). 129S6.) Asimismo, la inactivación de la enzima óxido nítrico-
En resumen, la evidencia sobre los trastornos psiquiátricos sintetasa 1 (NOS1) incrementó la conducta de ataque en una
y de abuso de sustancias en poblaciones humanas y un aba- cepa de ratones (C57BL/6By). pero no en una subcepa rela-
nico de fenotipos conductuales en animales más simples su- cionada (C57BL/6J) (31). El efecto de la inactivación de NOS1
giere que probablemente la modificación de los efectos gené- sobre la conducta agonista debe depender esencialmente de
ticos por el sexo sea un fenómeno común. uno o varios de los pocos genes que diferencian a las dos sub-
cepas de ratones.
La epistasia también puede examinarse utilizando un con-
Las interacciones gen-gen junto definido de genes mutantes. Esta estrategia fue ilustrada
en Drosophila para la conducta guiada por el olor. Se identifi-
La genética psiquiátrica en los humanos
caron 14 líneas mutantes distintas con discapacidades olfati-
Ahora dedicaremos nuestra atención a dos áreas en las que vas (124). Se evaluaron las interacciones entre los 14 genes me-
la genética psiquiátrica todavía no ha obtenido resultados cla- diante la creación de combinaciones de parejas de mutaciones

31 Am J Psychiatry (Ed Esp) 10:1, Enero 2007 17


INFLUENCIAS GENÉTICAS SOBRE LA CONDUCTA

y se valoró su sensibilidad olfativa. En la mayoría de las com- cuantitativos (análogos a los grupos de ligamiento en la in-
binaciones de parejas de mutaciones, las interacciones gen- vestigación en seres humanos). En muchos casos, cuando se
gen produjeron un efecto fenotípico mayor del previsto a par- examina detalladamente, un único locus de rasgos cuantitati-
tir del efecto medio de cada mutación por separado (125). vos se divide en múltiples loci de rasgos cuantitativos ligados.
La base molecular de las interacciones gen-gen puede ilus- En una revisión reciente, Mackay (130) señala estudios de loci
trarse mediante el siguiente ejemplo. Empezando con el gen de rasgos cuantitativos para los rasgos «resistencia al hambre»,
dunce de la fosfodiesterasa del AMPc, introducido por tener «conducta olfativa» y longevidad en Drosophila que sólo pre-
efectos pleiotrópicos tanto sobre el aprendizaje como sobre la sentan este resultado. En uno de los estudios, dos loci de ras-
puesta de huevos, se cribaron las mutaciones para hallar una gos cuantitativos que influían en la longevidad resultaron ser,
que suprimiera los efectos del dunce. Se halló una mutación en con cartografía fina, 8 grupos distintos. Yalcin y cols (131) re-
el gen que codifica la enzima que sintetiza el AMPc: la adenil- alizaron la cartografía fina de un locus de rasgos cuantitativos
ciclasa (61), que ya era conocida como la mutación del apren- en el ratón que demostró influir en las conductas de ansiedad
dizaje rutabaga (126, 127). Un gen mutante podría enmasca- y constataron que también «se separaba» en tres grupos dis-
rar el efecto del otro, aparentemente gracias a la restauración cretos. Si esto es cierto, estos resultados tienen dos implica-
de un equilibrio entre el grado de síntesis y degradación de ciones. En primer lugar, estudios de loci de rasgos cuantitati-
AMPc cuando las mutaciones impedían la función de ambas vos y de ligamiento previos han infravalorado sustancialmente
enzimas. la cantidad de loci que tienen impacto sobre los fenotipos con-
En conclusión, el impacto de las interacciones gen-gen so- ductuales. En segundo lugar, la tarea de realizar la cartografía
bre la conducta resulta mucho más fácil de estudiar en los or- fina de los rasgos humanos que subyacen a los grupos de li-
ganismos más simples que en los seres humanos. Los datos gamiento, para la que disponemos de menos métodos y de me-
disponibles indican que ciertamente tales interacciones ocu- nor potencia que en los animales inferiores, podría resultar in-
rren y que podrían ser relativamente habituales. Los datos pro- cluso más difícil de lo que se consideraba previamente.
cedentes de seres humanos, sin embargo, sugieren indirecta-
mente que, para los trastornos psiquiátricos, los efectos
genéticos no se limitarán únicamente a las interacciones gen- Conclusiones
gen. Esta inferencia se basa en la siguiente línea de razona-
miento: cada vez que se genera un óvulo o un espermatozoide, Siguiendo el espíritu de la obra de Darwin El origen del hom-
habitualmente el conjunto específico de genes que podría es- bre, en este ensayo nos hemos propuesto establecer el grado
tar interaccionando en un rasgo se separará [broken up] de- de continuidad en los amplios patrones de las influencias ge-
bido a la recombinación. Si la mayoría de los efectos genéti- néticas sobre la conducta desde los «organismos más simples»
cos estuvieran mediados por tales interacciones gen-gen, la hasta los seres humanos. Nos hemos planteado la cuestión del
semejanza entre familiares en cuanto a los trastornos psi- grado de similitud entre el esbozo general de los resultados ob-
quiátricos estaría restringida a los gemelos monocigotas que tenidos por la genética psiquiátrica y la investigación sobre la
tienen en común todos sus genes. Sin embargo, todos los tras- genética de la conducta en los organismos más simples. To-
tornos psiquiátricos que se han estudiado en profundidad «se mando como base esta revisión, nuestra respuesta a esta cues-
transmiten en la familia». Este patrón de hallazgos sugiere que tión sería «bastante similares». Habríamos obtenido una res-
al menos una proporción razonable de los efectos genéticos puesta análoga si hubiéramos examinado rasgos complejos no
son los que los genetistas estadísticos denominan «aditivos», conductuales, como la presión arterial o la función inmunoló-
lo que significa que los genes tienen unos efectos medios se- gica. A lo largo del reino animal, las diferencias individuales en
guros que no dependen en gran medida de la presencia o au- la conducta son, casi sin excepciones, influidas por factores ge-
sencia de otros genes. néticos. La mayoría de las veces, estos efectos genéticos tienen
una importancia moderada y, en ocasiones, la magnitud de las
influencias genéticas es bastante modesta. A lo largo de una
Que hay bajo los grupos de ligamiento amplia variedad de especies, incluido el hombre, las influen-
cias genéticas sobre la conducta suelen ser el resultado de una
Genética psiquiátrica en los seres humanos cantidad moderada o grande de genes, cada uno de los cuales,
por separado, tiene un efecto pequeño sobre la conducta. Tanto
Para los complejos síndromes humanos como los trastor- en seres humanos como en organismos más simples, es pro-
nos psiquiátricos, los «grupos» [peaks] de ligamiento a me- bable que la interrelación entre los genes y el entorno en su im-
nudo comprenden decenas de millones de pares de bases y pacto sobre la conducta sea, al menos para algunos rasgos,
cientos de posibles genes (128). En los últimos años se ha pro- compleja. Las interacciones gen-entorno, aún poco investiga-
ducido cierto éxito inicial (sobre todo en la esquizofrenia) en das, podrían tener efectos de amplio alcance. Igualmente es
lo que se ha denominado «cartografía fina»: la utilización de probable que los genes, a través de «vías externas a la piel», de-
diferentes técnicas para localizar un gen específico de vulne- sempeñen papeles esenciales al influir sobre importantes as-
rabilidad bajo el grupo de ligamiento (40, 129). Sin embargo, pectos del entorno social al que el organismo está expuesto.
esta tarea ha resultado ser más complicada de lo que se había Para numerosas conductas en la mayoría de los organismos, la
pensado inicialmente. Además, algunos de los genes hallados vía que va desde los genes hasta la conducta podría ser signi-
podrían no explicar la totalidad de la señal de ligamiento. ficativamente diferente en los machos y en las hembras.
Los estudios de los organismos más simples sugieren que
Conducta en los organismos más simples las interacciones gen-gen podrían tener un papel etiológico
importante en muchos rasgos conductuales. El interrogante
En los organismos más simples se ha realizado un mayor de si esto es así también para rasgos humanos influidos gené-
progreso en la cartografía fina de los grupos con loci de rasgos ticamente permanece abierto; parece una expectativa razo-

18 Am J Psychiatry (Ed Esp) 10:1, Enero 2007 32


KENDLER Y GREENSPAN

nable, dadas todas las otras similitudes entre la genética de la 14. Mousseau TA, Roff DA: Natural selection and the heritability of
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disponemos de datos. Los estudios en Drosophila y en ratones
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sugieren que probablemente nuestra suposición previa de que S213
los grupos de ligamiento o de loci de rasgos cuantitativos son 15. Lewontin RC: The Genetic Basis of Evolutionary Change. New
el resultado de un único gen de vulnerabilidad sea incorrecta York, Columbia University Press, 1974
para una cantidad importante de estos grupos. 16. Greenspan RJ: The varieties of selectional experience in behav-
Dado que Darwin tenía razón al argumentar hace 130 años ioral genetics. J Neurogenet 2003; 17:241–270
que «el hombre es el descendiente modificado de alguna 17. Tryon RC: Genetic differences in maze-running ability in rats.
forma preexistente» (1), nuestros resultados no son sorpren- Yearbook of the National Society for the Study of Education
1940; 39:111–119
dentes. Sin embargo, deberían promover el diálogo y la cola-
18. Miczek KA, Maxson SC, Fish EW, Faccidomo S: Aggressive be-
boración entre aquellos que tratan de comprender las bases havioral phenotypes in mice. Behav Brain Res 2001; 125:167–
genéticas de los trastornos psiquiátricos y aquellos que estu- 181
dian las influencias genéticas sobre la conducta en los orga- 19. Grahame NJ, Li TK, Lumeng L: Selective breeding for high and
nismos «más simples». low alcohol preference in mice. Behav Genet 1999; 29:47–57
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Recibido el 28 de agosto de 2004; revisiones recibidas el 31 de diciembre de 2004 21. Flint J: Analysis of quantitative trait loci that influence animal
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rosciences Insititute, San Diego. 640:129–132
El Dr. Kendler y el Dr. Greenspan declaran no tener ningún conflicto de interés.
23. Lewis CM, Levinson DF, Wise LH, Delisi LE, Straub RE, Hovatta I,
Este estudio fue financiado por el Fritz Redlich Fellowship en el Center for Advan-
ced Study in the Behavioral Sciences al Dr. Kendler. El Dr. Greenspan es el Dorothy y Williams NM, Schwab SG, Pulver AE, Faraone SV, Brzustowicz
Lewis B. Cullman Fellow en The Neurosciences Institute, que es financiado por la Neu- LM, Kaufmann CA, Garver DL, Gurling HM, Lindholm E, Coon H,
rosciences Research Foundation. Moises HW, Byerley W, Shaw SH, Mesen A, Sherrington R,
Los autores agradecen a Jonathan Flint, M.D., y a Robert Karp, Ph. D., sus comen- O’Neill FA, Walsh D, Kendler KS, Ekelund J, Paunio T, Lonnqvist
tarios a una versión anterior de este manuscrito. J, Peltonen L, O’Donovan MC, Owen MJ, Wildenauer DB, Maier
W, Nestadt G, Blouin JL, Antonarakis SE, Mowry BJ, Silverman
JM, Crowe RR, Cloninger CR, Tsuang MT, Malaspina D, Harkavy-
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