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2)
En el soneto “Encuentro”, Alfonsina Storni rompe el canon al asumir una
primera persona firme para enunciar desde una posición que se aparta del
verso sentimental que funcionaba como único territorio literario posible para
una mujer. Aquí hay cuerpos reales, que se deterioran, que se poseen, que se
tocan.
El cuerpo de esta voz que enuncia aparece sexuado lateralmente (Dos
largos años hubo poseído mi vida), a partir de la denotación del verbo y la
presión del contexto del poema. El poema remite al “Tú me quieres alba, (…)”,
pureza negada para el sujeto que enuncia y lo predica de otra mujer (el blanco
talle/ De alguna vagabunda que andaba por la vía), y también atribuido al
varón (Más pálido que nunca). Las palabras forman campos semánticos
diferenciados: el urbano (“esquina”, “Florida”, “calle”, “vía”, “muchedumbre”),
que habla de una Buenos Aires que se vuelve metrópoli; el del vestuario
(“guantes”, “manga”, “sombrero”), que remite al cuerpo por presión del contexto
y por la presencia de un campo semántico que refiere directamente a él
(“ojos”, “dientes”) y el de los colores (“pálido”, “amarillos”, “oscura”, “blanco”,
“herrumbre”). “Herrumbre”, por su posición evidenciada, establece diferentes
relaciones con otras palabras. Por un lado remite al óxido del hierro que se
crea a partir de la exposición al aire y la humedad (a la vida); por otra parte, en
una de sus acepciones denota a un hongo parásito que produce manchas
amarillas (-¿Por qué tienes ahora amarillos los dientes?, le pregunta al hombre
la voz que enuncia) que se relacionan por el color connotado en el título del
libro, “Ocre”. También se enlaza con la “espesa muchedumbre” que engulle al
hombre, donde el término espeso se remantiza y se relaciona con lo sucio.
Entonces: una mancha de herrumbre, una mancha del pasado, lo sucio del
pasado, una mancha “lejana”.
La utilización de los verbos en pretérito indefinido no indica si el encuentro
del título está terminado o no. Sólo una acción se indica como finalizada por el
uso del pretérito anterior (Dos largos años hubo poseído mi vida) mientras que
el presente irrumpe a través del uso del discurso indirecto (le dije de liviana
manera:/ -¿Por qué tienes amarillos los dientes?).
El ritmo se rompe en función del sentido; una posición evidenciada de
principio de verso realza el contraste con el “Encuentro” que da título al poema:
Me abandonó. De prisa le vi cruzar la calle.
Por su parte, Girondo rompe el canon a partir de la experimentación con el
lenguaje, los juegos de palabras, la utilización del verso libre, el ritmo errátil de
su poesía que se evidencia en la disposición gráfica del poema sobre el
espacio en blanco y en las relaciones que establecen palabras que se
remantizan por su posición en el contexto del poema.
El ritmo está puesto en primer plano. Las palabras se unen por la repetición
de sonidos (“absorto otro beodo lodo”, “tan tantas otras” con “tantos otros
otros”, “ser otro otro”, “mientras sigo y me sigo/ y me recontrasigo”, “concas
corolas erolocas”). Por la presión del contexto, muchos términos se remantizan
y forman un campo semántico que refiere a lo sexual. Las “fugaces muertes”
remiten a “la petit mort” del orgasmo; “desfondes” se relaciona con “fonda”, que
connota la idea de alojamiento pero al separar “fondes” de la partícula “des”
resuenan tanto el francés “fondis”, hundimiento (que se enlaza con “de un
extremo a otro estero”), como “fondre”, que denota la disolución del sujeto que
se expresa en “sin estar ya conmigo ni ser otro otro”; las “bellas concas
corolas erolocas”, connotan la idea un múltiple sujeto femenino cóncavo,
enloquecido y erótico. La posición evidenciada de “opan” permite relacionarlo
con “tonto” que resuena en “tan tantos”.
Aquí el sujeto que enuncia es un sujeto que se disuelve gozosamente. La
idea de sexualidad como mancha del pasado que flota en el poema de
Alfonsina Storni se opone a la idea de sexualidad como locura y disolución
(“horas opio”, un tiempo percibido de manera alterada) del texto de Girondo.
Esta diferencia en el tratamiento se debe a la posición de ambos en el campo
literario, donde a Storni se le imponía un discurso poético sentimental (del que
sin embargo se aleja en “Ocre”) mientras que a Girondo se le permitía decirlo
no sólo por ser hombre sino por estar legitimado por la publicación de sus
poemas en Francia.
3)
Para Deleuze, un libro no tiene objeto, sujeto ni ideología, es una máquina
que se conecta con otras para funcionar; no representa, no es una imagen del
mundo; por ser una multiplicidad no tiene medida; cualquier punto del libro
rizoma puede conectarse con cualquier otro, el rizoma conecta eslabones
semióticos, circunstancias relacionadas con el arte, las luchas sociales, las
ciencias.
Por su parte, para Lukács, las relaciones sociales fruto del capitalismo se
plasman en la literatura utilizando la descripción como procedimiento
dominante y han convertido al libro en mercancía y al escritor en un vendedor
de esa mercancía. Es necesario producir una literatura que sea el reflejo de la
realidad objetiva, de la práctica humana verdadera de los individuos, de sus
relaciones, que refleje la sociedad en términos de totalidad orgánica; es
necesario alejarse de la descripción superficial que no vehiculiza la acción y
transforma a los individuos en objetos, en naturalezas muertas, porque al
describir también describe la alienación. El escritor debe poseer una ideología
firme, debe ver las contradicciones del capitalismo y narrar su inhumanidad.
Para Lukács, el texto que se apoya en la narración es un medio para la
interpretación como totalidad del mundo fragmentado por el capitalismo. El
sujeto, tan alienado en la literatura naturalista como en su vida, a partir de una
literatura realista será consciente de la reproducción del sistema pero también
de las luchas y desengaños de la rebelión ante el capitalismo; será consciente
de su clase.
Para Deleuze, tanto texto como sujeto son máquinas, máquinas que se
conectan y funcionan para producir, que conectan enunciados. Sin embargo, y
a pesar de que no hay interpretación que transforme como en la concepción de
Lukács, el texto rizoma es político por la posibilidad de conexión para nuevos
usos, por su posibilidad de ser tallo de otro rizoma, por establecer relaciones
con otros textos que también funcionan como máquinas y maximizan su poder.