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El Camino de Dios (Spanish Edition)
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El Camino de Dios (Spanish Edition)

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El Camino de Dios o Derej HaShem es sin duda la obra más conocida del genial cabalista Rabí Moshé Jaim Luzzatto. En esta verdadera suma del saber judío, Luzzatto examina de modo sistemático, entre otros temas, los fundamentos de la existencia, el propósito de la creación, el misterio de la Provide

LanguageEspañol
PublisherBNP
Release dateApr 22, 2020
ISBN9786809725108
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    El Camino de Dios (Spanish Edition) - Rabi Moshe Jaim Luzzatto

    Derej Hashem

    El Camino De Dios

    Rabi Moshe Jaim Luzzatto

    Copyright 2016 by BN Publishing

    © BN Publishing

    Contacto: info@bnpublishing.com

    www.bnpublishing.com

    Diseño y diagramación: Karen Sues. Diseño Portada: José Neuman Traducción: Rabi Israel Ben Abraham

    Reservados todos los derechos. Queda prohibida sin la autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento.

    TABLE DE CONTENIDOS

    Introducción

    SECCIÓN 1: FUNDAMENTOS

    SECCIÓN 2: LA PROVIDENCIA DIVINA

    SECCION 3: EL ALMA, LA INSPIRACIÓN DIVINA Y LA PROFECÍA

    SECCIÓN 4: EL SERVICIO A DIOS

    Introducción

    La superioridad del conocimiento específico de las cosas, en forma indiscriminada y comprendiendo su interrelación, es similar a aquella que existe al observar un jardín embellecido con sus plantaciones y surcado de atractivos senderos, o la visión de un bosque de enmarañada vegetación que crece en forma confusa.

    Pues el conocimiento individual de distintos detalles cuya relación y alcance real dentro de un sistema se desconoce, para el raciocinio ávido de saber, es una empresa sumamente embarazosa e indeseable, pues se esforzará y pugnará sin descanso, ya que la comprensión de cada cosa despertará en su ser el ansia por el conocimiento total, lo cual no le será posible alcanzar, pues desconoce la estructura en forma íntegra. Esto se debe a que una gran parte de la esencia de las cosas es la interrelación que poseen y el lugar que ellas ocupan, todo lo cual le es desconocido. Resultando así insatisfecha su ansiedad y frustrada su curiosidad intelectual.

    Exactamente lo contrario ocurre cuando se conocen las cosas detalladamente y dentro de su contexto, pues al tener acceso a la estructura general se podrán alcanzar otros conceptos relacionados extasiándose en el placer del conocimiento de dicha estructura.

    Por lo tanto, al estudiar un concepto se debe conocer el lugar real que ocupa el mismo dentro de su estructura general.

    Es decir, al analizar el conjunto de la existencia, tanto lo perceptible como lo que se capta por medio de la razón, lo cual en general conforma la totalidad de lo imaginable, resultará que no se trata de una sola especie y de un solo nivel, sino diversas e incontables categorías, así como son numerosos y diferentes los principios y las leyes que los controlan, todo lo cual nos obliga a discriminar las distintas categorías en forma racional para comprenderlas en su real dimensión y según sus principios básicos.

    Sin embargo, existen ocho diferencias básicas en cada categoría, las cuales se deben discriminar según su especie a fin de comprender la naturaleza del concepto.

    Lo que en principio es necesario saber sobre algo determinado, es si se trata de un todo o solo de una parte, una causa o un efecto, un objeto o una propiedad del mismo.

    Si se tratase de una parte, se deberá investigar el todo al que ésta pertenece. De tratarse de algo particular, se investigará su generalidad; si fuese un efecto, se buscará su causa o viceversa, y si es una característica asociada, indagará sobre su esencia.

    Deberá, asimismo, investigar el tipo de características que posee: si precede, continúa o acompaña al objeto; si está intrínsecamente ligado al mismo o en forma accidental, si se halla en potencia o de hecho. Distinciones éstas indispensables para obtener una imagen completa de las cosas.

    Sobre todo, analizará la naturaleza de las cosas a fin de determinar si se halla ante algo absoluto o limitado; y de ser limitado investigará sus límites. Pues todo concepto real se convierte en falso si se relaciona con una idea ajena a él o se lo lleva fuera de contexto.

    Sin embargo, es necesario saber que los detalles son innumerables para poder ser contenidos por la mente humana y es imposible conocerlos en su totalidad. No obstante, lo que es apropiado tratar de alcanzar es el conocimiento de los conceptos generales, pues cada generalidad contiene implícitos numerosos detalles y al alcanzar una de esas generalidades, automáticamente reconocerá una gran cantidad de fragmentos o pormenores.

    No obstante, se deberá poner suma atención en conocer los conceptos generales en todas sus áreas y aspectos, incluso aquellas cosas que en principio aparecen como superfluas deberán ser conservadas y dedicarles atención y no desdeñarlas, como lo expresaron N.S. (ver Sifri Haazinu 32-47): "No existe nada pequeño o grande en una estructura que no se refleje en sus componentes; y aquello que no sea relevante para determinados detalles, generará otras muchas particularidades. Y al ser la estructura quien contiene todo debe necesariamente poseer lo requerido por cada detalle.

    Por ello, debes ser sumamente cuidadoso y examinar los conceptos, sus relaciones y derivados en forma detallada y discriminar escrupulosamente su desarrollo y proyección, la forma en que se desenvuelven desde el comienzo hasta el final y sólo entonces prosperarás en tu cometido.

    De acuerdo a esta introducción, estimado lector, redacté esta pequeña obra cuya intención es la de exponer ante ti los fundamentos básicos de la fe y el servicio a Dios, de manera que puedas interpretarlos correctamente y se graben en tu mente de forma adecuada, libre de ambigüedades y confusiones. Y presentarte sus raíces y ramificaciones según los distintos niveles, en la forma más clara posible, a fin de que puedas asimilarlo intelectualmente de la mejor manera.

    Y a partir de estos conocimientos se te facilitará el hallazgo del pensamiento de Dios en las distintas áreas de la Torá y sus comentarios y comprenderás sus secretos de acuerdo a la Bendición que Dios te brinde.

    Asimismo, traté de ordenar los conceptos de la manera en que lo consideré más conveniente y utilizando el lenguaje más apropiado, a fin de ofrecerte una imagen clara de las ideas que acabo de exponerte.

    Por ello, también tú debes ahora analizar todo esto en forma detenida y conservarlo de la manera más positiva hasta hallar el momento en que te sea de utilidad.

    Titulé este libro El Camino de Dios (Derej Hashem), pues se halla conformado por los senderos que Dios reveló a sus profetas y nos manifestó en su Torá y con los cuales nos dirige y dirige a todas sus criaturas.

    SECCIÓN I

    Capítulo 1 EL CREADOR, BENDITO SEA

    Estos conceptos nos fueron transmitidos por una tradición que se remonta a nuestros Patriarcas y Profetas. Y los percibió la totalidad del pueblo judío en el monte de Sinaí donde concibieron su verdadera naturaleza. E instruyeron a sus hijos, generación tras generación, hasta el día de hoy. Y así lo encomendó nuestro patriarca Moisés, de bendita memoria, en nombre de Dios: cuídate de no olvidar aquellas cosas que vieron tus ojos...y las harás saber a tus hijos y a los hijos de tus hijos (Deuter. 4-9).

    Sin embargo, estos conceptos pueden ser verificados a partir de la lógica y demostrados probadamente. Esta verdad resulta fácilmente comprobable al observar la naturaleza y sus fenómenos, bajo el prisma de distintas disciplinas científicas como la física, la astronomía, etc., de las que obtenemos ciertos principios que nos ayudan a lograr clara evidencia sobre esta verdad.

    De momento no nos explayaremos ahora sobre este particular, sino que expondremos principios concretos y los presentaremos según la Tradición ancestral, ampliamente reconocida en nuestra nación.

    3] Asimismo, se debe saber que la existencia de Dios es imperiosa y es absolutamente imposible sin Su presencia cualquier realidad.

    O sea (para entender esto por medio de un ejemplo), la mente humana posee diferentes facultades, a cada una de las cuales les compete un área específica de acción. Por ejemplo, la memoria, la voluntad, la imaginación son facultades diferentes y ninguna de ellas invade el terreno de la otra. Pues la memoria, por ejemplo, posee un dominio, y la voluntad otro y no penetra ésta en el área de la memoria, así como aquella no lo hace en la de la voluntad; y así actúan todas las demás capacidades humanas.

    Sin embargo, Dios, Bendito Sea, no posee facultades diferenciadas; y aunque existen en Él cualidades que en el ser humano se hallan claramente diferenciadas, pues Él tiene voluntad, posee el saber, el poder y es perfecto en el mayor grado concebible. Sin embargo, la real naturaleza de Su existencia incluye, por definición, toda la perfección posible. O sea que posee la perfección no como algo externo a Su existencia, sino como una parte integral de Su ser, cuya esencia incluye todo tipo de perfección; siendo imposible que Su existencia no incluya implícitamente la perfección.

    En realidad, esta idea se halla sumamente alejada de nuestro entendimiento e imaginación y es prácticamente imposible hallar la forma de expresarlo o verterlo en palabras; pues nuestro intelecto y nuestra imaginación conciben exclusivamente conceptos definidos dentro de los límites de la naturaleza creada por Dios, - que es todo aquello que nuestros sentidos captan y transmiten a la mente. Pero en las criaturas, los conceptos se multiplican y difieren entre sí (lo cual les impide concebir diferentes conceptos en una esencia intrínsicamente simple)

    Con este prólogo, aclaramos que la real existencia Divina se halla fuera de la comprensión humana; y no podemos inferir aspectos del Creador a partir de la observación en las demás criaturas, pues la naturaleza de éstas y su esencia son absolutamente diferentes y no existe paralelismo posible entre ellos.

    Sin embargo, este concepto se halla entre aquellos que podemos comprender desde la tradición original, como ya lo citamos. Es asimismo verificable a partir del estudio de las leyes y principios de la naturaleza, en la que es imposible hallar una existencia divorciada de las leyes naturales y sus principios. Es también imposible una existencia sin omisiones o deficiencias, sin adiciones o complejidad en su estructura, que no se relacione o compare con las cualidades de las otras cosas creadas.

    Finalmente, Él es la causa definitiva de todo lo que existe y ocurre, pues de otra manera la existencia y continuidad de todo aquello que observamos se tornaría absolutamente imposible.

    6] Entre las cosas que también es necesario saber, es que Dios es absolutamente Uno. O sea, es imposible hallar más de un ser cuya existencia sea intrínsicamente imperiosa. Solo un Ser puede existir con una naturaleza esencialmente perfecta e imperativa. Y si existen otros seres, ello es posible pues Él decidió su existencia. Y todo lo creado depende de Él sin que haya nada cuya existencia sea intrínsicamente independiente.

    Podemos deducir de todo lo dicho seis principios básicos, a saber:

    La verdad de Su existencia, Bendito Sea.

    Su perfección.

    Lo imperioso de Su existencia.

    Su absoluta independencia.

    Su simplicidad.

    Su unicidad.

    Capítulo 2

    EL PROPÓSITO DE LA CREACIÓN

    Dios, exclusivamente, Es la total y absoluta perfección, libre de toda deficiencia, no existiendo ninguna perfección comparable a Él. Y por lo tanto, cualquier perfección imaginable fuera de la perfección de Dios no es una perfección real; sino se lo denomina perfección en relación a algo inferior a ello, empero, la perfección absoluta se halla exclusivamente en Dios.

    Por ello, al ser la voluntad de Dios irradiar el bien, no le es suficiente beneficiar en forma parcial sino brindar el bien en la mayor medida que les es posible a las criaturas recibir. Y siendo que Él es el único Dios verdadero, no se colma Su voluntad de beneficiar sino al brindar el

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