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El acto médico y la cultura

EL ACTO MÉDICO Y LA CULTURA


Ricardo Teodoro Ricci *

Es frecuente en el marco de la relación médico distinto del que usan los llamados pacientes a pe-
– paciente (RMP) asistir a desencuentros, malas sar de compartir ambos el idioma español. Los
interpretaciones e incomunicaciones. Esta situa- modismos lingüísticos de uso cotidiano son expre-
ción es de sustancial importancia pues el ir y venir sión de profundas diferencias culturales. Estas di-
comunicativo constituye, sin dudas, la esencia del ferencias hacen de barrera operativa entre aque-
acto médico. El acto médico es, en realidad, un llos que reclaman ayuda y aquellos que están en
ámbito comunicativo, no existe fuera de la comuni- posibilidad de satisfacer ese reclamo.
cación. El referido desentendimiento provoca el Es por todos conocida la presencia en nuestro
caldo de cultivo propicio para el fracaso terapéuti- medio de sanadores o curanderos que cumplen el
co. En ese contexto acaecen frustraciones de ex- rol de satisfacer las demandas de salud de los que
pectativas y malentendidos que traen consecuen- a ellos recurren. La cantidad de personas que soli-
cias indeseadas para el binomio médico – pacien- citan su atención es notable y lo es más aún la
te. En muchos casos las razones que explican este satisfacción de los solicitantes por los logros con-
fenómeno son conocidas o por lo menos así lo pa- seguidos. Sin lugar a dudas debemos también des-
recen, en otros, por el contrario, permanecen ocul- tacar las conocidas catastróficas consecuencias
tas y van minando el vínculo hasta producir su com- de sus intervenciones. Es que como veremos, me-
pleto desgaste. dicina y curanderismo no son lo mismo con dife-
rentes nombres. Ambas prácticas se desenvuelven
El propósito del presente trabajo es efectuar una en ámbitos de entendimiento humano muy diferen-
consideración de los motivos culturales e te. El ámbito occidental y científico la una, y al
interculturales que vician la interacción, así como ámbito mítico, folclórico, ritual la otra.
proponer cambios cognitivos y conductuales que No obstante lo dicho, se da el caso de que cu-
ayuden a sanearla. Esto significa proponer modos randeros han sido incorporados a equipo de salud
alternativos de comprender la RMP, así como mo- para ayudar a salvar la brecha cultural. El éxito de
dos más saludables de llevar a la práctica el hacer esta actitud de parte del equipo médico de algunos
del médico. En este contexto cabe aclarar, que el hospitales zonales, ha tenido repercusión en la po-
acto médico se efectúa de todos modos al encon- blación en aspectos tan importantes como la asis-
trarse los constituyentes, se efectiviza siempre, esto tencia pediátrica, el control de la embarazada, la
es inexorable. asistencia de los partos y el cuidado de los ancia-
Es frecuente que nuestros estudiantes de me- nos.
dicina se “enfrenten”, en sus actividades de las La complejidad y profundidad de la situación
pasantías peri urbana y rural, a la impotencia fáctica excede largamente la posibilidad de hacer aquí una
de sortear la brecha intercultural, viéndose impedi- descripción exhaustiva, sirva lo dicho como una
dos de establecer un vínculo terapéutico eficaz. introducción a la parte de este trabajo que preten-
Nuestro medio – la región noroeste de la Ar- de ser más sustanciosa.
gentina – presenta características culturales de
cierta homogeneidad, sin embargo, no son aisla- LA RAMA DORADA
dos los casos de incomunicación médico – paciente En la plenitud de la vigencia del Imperio Británi-
relatadas con detalle por los estudiantes. La practi- co en el siglo XIX, y en el marco del auge del posi-
ca médica, por nosotros llamada científica, se ve tivismo, James A. Frazer ciudadano inglés y
frecuentemente afectada a la hora de brindar aten- antropólogo de nota, efectuó un detallado estudio
ción médica a habitantes del peri urbano o de zo- de las diferentes culturas que en ese momento in-
nas rurales. Cabe destacar que las relaciones con tegraban ese vasto imperio. En su monumental obra
los habitantes del interior de la Provincia de San- “La Rama Dorada”, este autor describe e intenta
tiago del Estero, de los valles Calchaquíes o del dar una explicación a cada cultura con la que se
este salteño son particularmente difíciles. El len- pone en contacto, adoptando el punto de vista de
guaje empleado por los médicos parece ser muy moda en la época. Describe de ese modo, las ca-
racterísticas de estos pueblos “primitivos”, sus ri-
* Profesor de Epistemología de la Fac. de Medicina (UNT). tos, su lenguaje y costumbres, considerándolos ele-
Profesor adjunto interino de Antropología Médica, Fac. de mentales y necesitados de un adecuado desarrollo
Medicina (UNT). E-mail: ictus@arnet.com.ar cultural. Es decir, intenta explicar desde la pers-

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pectiva de un europeo civilizado los modos cultura- Cada sociedad o comunidad humana elabora
les de pueblos en camino de desarrollo cultural. sus propios contenidos significativos, sus símbo-
De acuerdo con las premisas del positivismo los y modos variados de comunicación. Cada co-
que destacan las tres etapas del desarrollo espe- munidad o grupo de hombres otorga a sus modos
culativo del hombre: 1) Etapa teológica ficticia, 2) comunicativos la capacidad de patentizar el imagi-
Etapa metafísica o abstracta y 3) Etapa positiva o nario común, su perspectiva de significados. Toda
real, Frazer intenta dar cuenta de las característi- la vida de las comunidades está regida y regulada
cas culturales de los pueblos que estudia. Obvia- por esta perspectiva de modo que consigue al fin
mente Frazer se sitúa en la tercera etapa, la del una especificidad y una originalidad incompara-
desarrollo científico positivo, “el único plenamente bles. La cultura no es una superestructura abs-
normal, es en el que consiste, en todos los géne- tracta, por el contrario constituye el entramado so-
ros, el régimen definitivo de la razón humana”. 1 cial en el que se expresan los particulares modos
Desde esta perspectiva, el análisis de este au- de vida. La trama social expresada en la comuni-
tor resulta altamente crítico de los pueblos por él cación pone de manifiesto el modo particular de
estudiados, de hecho los mismos se hallan sumi- vida de una sociedad y permite que sus integran-
dos en la precariedad cultural, a años de un desa- tes participen de esa trama de modo inteligible. Es
rrollo cabal. Estos pueblos aún no han desarrolla- necesario ser un integrante de ese grupo humano
do la ciencia, en cambio se hallan aún presos del para entender cabalmente sus códigos; toda tra-
pensamiento mágico, “el ‘salvaje’ es el antepasado ducción de los mismos corre el riesgo de significar
de los hombres de la cultura positiva, y los ‘erro- una traición. Toda interpretación del entramado
res’ que comete son la expresión de una mentali- cultural efectuada ‘desde afuera’ puede resultar una
dad que no ha llegado a la madurez intelectual, a la afrenta a los códigos, una imposición de criterios
etapa positiva”. 2 foráneos, una violación, una ‘barbaridad’ en el sen-
Estas reflexiones acerca de La Rama Dorada, tido más genuino de este término. Los antropólogos
tienen indirectamente relación con la actitud del se han dedicado a recopilar imágenes, cuentos y
médico que concurre a la atención de pacientes mitos procedentes de todo el planeta. Sin embar-
en el medio rural con un espíritu positivista. De ese go, “difícilmente podría decirse que la ciencia que
modo corre el riesgo de cometer profundos erro- se ocupa de interpretar tales materiales se haya
res de interpretación cuando considera que sus acercado un ápice a una psicología de la expe-
pacientes reúnen las características expuestas de riencia metafísica”. 4 La verdadera esencia cultu-
primitivismo cultural. Sin ir más lejos, en la activi- ral permanece vedada detrás de los modos y me-
dad de consultorio pueden darse, y de hecho se táforas de cada grupo humano. Esa esencia es la
dan, situaciones de la misma índole. Actitudes como que demanda nuestro respeto.
las consignadas producen un vicio irreparable del
vínculo con el paciente. El médico imbuido de un En la pretensión de aproximarnos cuidadosa-
espíritu científico tiende a desestimar toda otra in- mente al dialogo intercultural con nuestros pacien-
terpretación de los procesos morbosos y se mues- tes adoptamos tres aspectos que Wittgenstein pro-
tra inflexible a la hora de excluir otros modelos de pone respecto de la tolerancia cultural:
enfermedad que no respondan al paradigma 1) No aceptar el reduccionismo explicativo
biomolecular en el que se encuentra inmerso. Es científico.
una característica de las culturas su tendencia a 2) No aceptar que los rituales se justifican
ser inconmensurables, es decir a comportarse en una creencia.
excluyentemente con otras. Sin embargo, también 3) No aceptar la explicación de la evolución
es cierto que entre las culturas se da un rasgo de cultural 5
porosidad e interpenetración variable, máxime en
países con las características del nuestro. Las épo- No aceptar el reduccionismo explicativo científico:
cas en que fue necesario una bula papal para que Se da el nombre de reduccionismo a la actitud
los aborígenes fueran considerados seres posee- metodológica de intentar conocer las cosas y los
dores de almas y no meros animales ya han sido fenómenos buscando un denominador mínimo co-
superadas. mún. Por ejemplo: el hombre es un ser anátomo-
Por supuesto la postura frazeriana ha sido blan- fisiológico, por lo tanto es reducible a la biología,
co de profundas críticas y es el filósofo vienés ésta a una particular disposición físico-química y
Ludwig Wittgenstein (1889-1951), en sus ‘Obser- por lo tanto a conceptos físicos. Efectuada esta
vaciones a la rama dorada de Frazer’3 , quien más reducción se puede decir que el hombre puede
nos puede ayudar a seguir adelante en nuestras ser explicado en términos de la física. Es una re-
reflexiones. ducción de tipo fisicalista. Hay otros tipos de re-

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ducciones al respecto del hombre, la espiritualista tuado en una consulta médica. A titulo de qué po-
y la vitalista entre otras. dría serlo. ¿De una superioridad cultural acaso?
La explicación científica consiste en la aplica- ¿Del saber científico con su reconocida
ción del método científico para dar razón de los provisoriedad y falibilidad? Debemos tener un res-
diferentes objetos o fenómenos. Según esta expli- peto reverencial por las creencias del otro, por su
cación lo que no puede ser empíricamente demos- forma de vida, por sus modos. La mujer talibán no
trado no es válido, lo que no puede ser reproduci- entiende de qué se está hablando cuando se hace
do en un laboratorio carece de precisión y valor, lo referencia a los derechos de la mujer, en el marco
que no puede ser observado por varios investiga- de los derechos humanos. En el encuentro
dores no existe como fenómeno científico. Según intercultural cabe mostrar testimonialmente las vir-
este proceder los casos únicos carecen de signifi- tudes de determinada forma de vida más que im-
cación y los fenómenos particulares de entidad cien- ponerla o hablar acerca de ella.
tífica. “Según Wittgenstein, si Frazer no hubiera so-
Wittgenstein propone que a la hora de efectuar metido todo a teorías su obra sería grandiosa”8 .
un acercamiento intercultural no debemos aceptar
el reduccionismo explicativo científico. Esta acti- No aceptar que los rituales se fundan en creencias:
tud parece actuar en salvaguarda del acontecimien- Esta aseveración resulta un poco más difícil de
to cultural en sí. ¿Cómo explicar científicamente entender. Tendemos a justificar los ritos que practi-
los sacrificios humanos entre los aztecas? Si se camos mediante las creencias que tenemos. Pare-
hace el intento de explicarlos, sin dudas efectua- ce contraintuitivo a primera vista hacer una afirma-
ríamos implícitamente el juicio de primitivismo ri- ción en contra de esto. Lo cierto es que una creen-
tual. Sin embargo, los familiares de la jovencita que cia implica un conocimiento, una creencia signifi-
no resultaba elegida para ser sacrificada al dios, ca apostar por la verdad o falsedad del significado
sufrían una profunda decepción pues no había sido de las mismas. Asignar significado a algo implica
reconocida como una ofrenda válida. el hecho de darle un contenido concreto y válido
La explicación científica no resulta adecuada en el terreno de lo cognitivo. En la asignación de
para dar cuenta de los fenómenos culturales pues significado debemos pensar, y todos nuestros ritos
en su intento de describir trastoca la esencia del no provienen de un pensamiento previo. En cuanto
acto cultural. La riqueza simbólica, el mensaje que definimos creencias, inmediatamente nos compro-
se transmite en el entramado cultural, la significa- metemos por su verdad o falsedad. “Un símbolo
ción del hecho cultural son destruidos en el intento religioso no se basa en creencia alguna. Sólo don-
de explicación. Lo propio de la cultura es el planteo de hay creencia hay error”9 Es en ese contexto en
de un horizonte de significación para los hombres el que hallamos el acierto nuestro y el error ajeno.
que a ella pertenecen. Si eso resulta manoseado, En una tribu los familiares del fallecido se comen
trastocado, el sentido se pierde. Cometen un ver- su cerebro, esto a un europeo le parece escanda-
dadero error aquellos “que piensan que todo pue- loso. Cuando los integrantes de esa tribu le pre-
de ser reducido a la explicación científica cuando guntan qué hace él con el muerto, éste les contes-
en realidad las reacciones humanas básicas son ta que lo queman totalmente. El ‘primitivo’ no pue-
irreductibles y escapan al modelo explicativo”6 . de menos que escandalizarse también. ¿Cuál de
Según Wittgenstein lo que cabe es describir, los dos ritos es verdadero? Esta es una pregunta
no explicar. “Allí donde los mitos siguen siendo sím- sin sentido pues no tiene respuesta posible. El rito
bolos vivos, las mitologías pueblan el mundo oníri- esta más allá del conocimiento lógico. ¿Cómo de-
co con este tipo de imágenes. Pero donde prolife- cidimos científicamente cuál es el proceder verda-
ran los teólogos sistemáticos y las personas de dero y correcto ante la realidad de la muerte? No
mentalidad estricta han ganado la batalla, las imá- es propio de la ciencia echar luz en este terreno.
genes han terminado anquilosándose en proposi- Es menester que estudie los fenómenos asociados
ciones”. 7 Los hechos vividos por los hombres, como a la muerte y la mortalidad humanas, no así la acti-
el nacimiento, la enfermedad, la muerte, no pue- tud y el proceder delos hombres ante ella. “Los
den ser explicados científicamente en tanto repre- rituales tienen que ver con el sentido, no con el
sentan hitos culturales. Las sensaciones humanas significado”. 10 El ritual se fundamenta en el alivio
como la alegría o la expectativa ante el nacimiento, de las preguntas que no tienen una explicación cien-
el dolor y abandono de la enfermedad y el temblor tífica, que están más allá de los criterios de ver-
ante la muerte no son explicables, acaso sólo dad. No podemos hablar del error de los símbolos
describibles. religiosos. Como dice Wittgenstein “al error lo co-
Lo mítico, las creencias, lo que los ancestros mete Frazer cuando cree que los salvajes tienen
nos han enseñado, no puede intentar ser desvir- creencias erróneas”11 . Las cuestiones más pro-

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fundas del espíritu humano tienen que ver con el dos, teológico, metafísico y científico son propues-
sentimiento, el sentido y sólo caben ser mostra- tos como una sucesión inexorable, es decir, en un
das, no dichas ni declamadas en las tribunas. Cuán- planteo cuasidarwiniano, las sociedades evolucio-
ta razón tiene aquel viejo refrán que dice que las nan ‘seleccionando’ en si mismas sus característi-
palabras conmueven, pero son los ejemplos los que cas para acercarse al estado de explicación cien-
arrastran. tífica ideal. Esta es la postura positivista a la que
Al error lo cometemos nosotros cuando desde se tiende considerar como una reliquia histórica,
la perspectiva científica juzgamos erróneas las pero a la vez, permanece presente en el razona-
creencias de nuestros pacientes. No entender lo miento y la conducta de la mayoría de los occiden-
que el otro practica, no entender su forma de vida, tales de hoy. Desde esta perspectiva, la de los de-
es efectuar una profunda negación de su realidad sarrollados y globalizados, se pretende explicar
amparándonos en la primacía de nuestra verdad. reductivamente los mas variados fenómenos cultu-
El hombre es cultura, negar su realidad y su forma rales. Para Wittgenstein eso constituye una falacia
de vida es negarlo. inaceptable. No cabe dirigirse a los ‘primitivos’ con
Lo sostenido hasta ahora no pretende de nin- una intención ‘comprensiva’, no cabe tratarlos
gún modo ser una apología del relativismo y del condescendientemente mientras ‘aprenden’ y ‘evo-
“todo vale”. De ninguna manera. Estoy convencido lucionan’. ¿A quien se le ocurriría sentir lástima
de que las formas de vida son igualmente valiosas por los cultores de la Pachamama, por la actitud
y útiles para quien las practica. Es en la práctica, del Mahatma Gandhi o por el esquimal que
en el hacer concreto, en donde esas formas de gentilmente ofrece su esposa al visitante. Por el
vida se muestran más o menos satisfactorias de contrario, las diferentes culturas han recorrido el
las realidades humanas. La figura de la tierra en la camino de resolución de los problemas de la exis-
que mana leche y miel, es decir un oasis es válida tencia humana del mejor modo posible. Eso mere-
como tierra prometida para un pueblo esclavizado ce un profundo reconocimiento y una atención res-
que vive en el desierto. No es en cambio una bue- petuosa de las partes pues es mucho lo que nos
na figura para presentarles a los indios guaraníes. queda por aprender a todos. La mentalidad
Estos se habían criado con la posibilidad de ali- cientificista no es el máximo grado de la evolución
mentarse con sólo extender el brazo, vivían en una cultural. Ésta carece de una graduación como la
tierra pródiga. Ellos creían en una “tierra sin mal” referida. La figura del médico omnipotente en su
a la cual llegarían después de la muerte. Los cientificidad que acude en ayuda del ‘pobre’ y pri-
evangelizadores jesuitas se percataron rápidamente mitivo paciente resulta intolerable. La ciencia es un
de ello y en su prédica insistieron con la presenta- modo genuino de desvelar la verdad de las cosas,
ción del reino de Dios en el sentido guaraní de no el único. La ciencia no extiende su alcance a
tierra sin mal. Eso no es sincretismo ni relativismo, las áreas más profundas del padecer humano, sus
es saber escuchar al otro y respetarlo por encima soluciones son ineficaces a la hora de satisfacer
de todo. Como dice Serrat en la canción: “Tu ha- el ansia del hombre por trascender. Como dice
blas en swahili, yo en catalán…, yo blanco y tu Wittgenstein, no se puede evaluar la magia desde
como el betún...” Diferencia y semejanzas, en el la ciencia y - agrego - al curanderismo o al
fondo todo hombre tiene las mismas necesidades chamanismo desde la medicina, pues pertenecen
y temores. “Tenemos el mismo miedo a morir…” a ámbitos totalmente diferentes. Los distintos mo-
Con nuestros rituales genuinos no sostenemos delos de salud y enfermedad se proponen incon-
creencias que nos separan, obtenemos satisfac- mensurables como las culturas que los han desa-
ciones existenciales comunes. Quizás la más ge- rrollado; la relación intercultural surge del respeto,
nuina muestra de esto lo provean el respeto, admi- la solicitud y el intercambio de experiencias. Una
ración y comunión que poseen entre ellos los mís- vez más podríamos decir que la eficacia y el éxito
ticos de los diferente credos. “Creer en el ámbito diagnóstico y terapéutico, deben mostrarse, su elec-
de lo religioso tiene que ver con el sentimiento, ción asume carácter puramente pragmático. Para
porque la religión es un sentimiento que anhela lo ello es necesario el diálogo intercultural, la toleran-
que no posee y que no puede ser explicado con la cia. Es necesario, antes de criticar el concepto de
formalidad de la inteligencia.”12 ‘culebrilla’, mostrar la eficacia del tratamiento del
Herpes Zoster con el aciclovyr.
No aceptar la explicación por la evolución cultural: “Cada cultura elabora y legitima sus propios jue-
Debemos recordar lo que sostenía Comte acer- gos de lenguaje en la roca de la vida en sociedad;
ca de los tres estados sucesivos y evolutivos por ninguna se asienta en otro espacio, el espacio de
los que pasan las especulaciones de los hombres la exterioridad metafísica absoluta y perfecta más
y las sociedades. Cabe mencionar que los esta- allá de las formas de vida, por lo tanto atacar y

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avasallar una cultura es atacar y avasallar la vida mente no ahorra caminos hacia las respuestas, no
misma”13 . cesa abrir frentes de combate contra lo incierto.
Sin lugar a dudas los problemas surgidos en las Las culturas, los hombres mismos, han hecho por-
pasantías rurales y en la actividad de los médicos tentosos esfuerzos para satisfacer el apetito por la
en espacios culturales diferentes, tenga su funda- verdad, y los seguirán haciendo. Vivir en clave de
mento en algún modo de avasallamiento de la vida tolerancia es el único modo de rescatar de lo bue-
misma de esas comunidades. no lo mejor. Ejercer la propia profesión en clave de
De hecho no se puede lograr un espacio co- tolerancia, es el camino más seguro para servir al
mún para desarrollar el acto médico partiendo de congénere haciéndonos bien a nosotros mismos.
situaciones de ese tipo. Cualquier intento en este
sentido esta a priori, condenado al fracaso. REFERENCIAS
1. Augusto Comte, “Curso de Filosofía”, Primera parte:
CONCLUYENDO “Superioridad mental del espíritu positivo”
Siempre digo que no hay que confundir el ase- 2. Griselda Barale, “Tolerancia cultural: una mirada
rrín con el pan rallado. El presente escrito corre wittgensteniana” en “Wittgenstein. Los hechizos del
ese riesgo, pues se ha desarrollado en varios pla- lenguaje” coordinado por Roberto Rojo. Instituto de
nos que a veces pueden resultar confusos. La com- Epistemología de la Fac. de Fil. y Letras de la UNT,
binación de filosofía, medicina y antropología en Tucumán, 2000.
un mismo trabajo puede atentar contra la cabal in- 3. L. Wittgenstein. “Observaciones a la rama dorada
terpretación del mismo. Lo dicho es sin dudas cierto, de Frazer”, Madrid: Edit. Tecnos, 1992
sin embargo e insistido en escribirlo pues en la 4. Joseph Campbell. “El vuelo del ganso salvaje”. Edit.
vida misma las cosas se dan de esa manera, mez- Kairos. Barcelona. 1977.
cladas, embarulladas. El entramado cultural no co- 5. Griselda Barale, en obra ya consignada.
noce de disciplinas ni de compartimientos estan- 6. Idem
cos. Creo que la vida, afortunadamente, no es como 7. J. Campbel. Obra citada
la ciencia. Las culturas y sus interrelaciones son 8. Idem.
en definitiva las interrelaciones de quienes las cons- 9. Ludwig Wittgenstein. “Observaciones a la rama
tituyen. Los hombres viven sus vidas buscando res- dorada de Frazer.” México. FCE, 19995. Pág. 54
puestas a sus preguntas de siempre, sin escatimar 10. G. Barale. Obra citada.
ni desechar modos. La ciencia es uno de esos 11. Idem
modos, uno valioso sin dudas. Sin embargo la eterna 12. Idem.
búsqueda del hombre consciente o inconsciente- 13. G. Barale. O. citada

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