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JUEVES, 30 AGOSTO 2007

DAVID AIROB

“El miedo es peor


que lo temido”
Tengo 56 años. Nací en Zarza de Tajo (Cuenca), he trabajado en
Chicago y Londres, y vivo en Madrid. Soy catedrática de Personalidad
en la facultad de Psicología de la Universidad Complutense. Vivo en
pareja, sin hijos. ¿Política? Ni mandar ni que me manden. No soy
creyente, sí algo mística: me conmueven el arte y la naturaleza

PSICÓLOGA, EXPERTA EN HIPOCONDRÍAS DOLORES AVIA

BILIS NEGRA
ué es la hipocondría? –¿Cuándo se diagnostica una hipocondría? La medicina hipocrática, desde món, además, sufría hipersensibilidad al rui-

Q –Temor ante la enfer-


medad.
–Todos lo tenemos... ¡Y por
eso vamos al médico!
–Vamos al médico si sospe-
chamos padecer algo, pero si el médico lo des-
carta, nos tranquilizamos.
–Cuando alguien persiste durante más de
seis meses en su creencia, pese a sucesivas
pruebas médicas en sentido contrario.
–¿Hay mucha gente hipocondriaca?
–Es difícil saberlo, pues igual que unos
van de médico en médico, otros se niegan a
visitar jamás a un médico. Detrás de ambas
los antiguos griegos, señalaba el
hipocondrio, un órgano bajo el
esternón que producía bilis
negra, esto es, melancolía.
do: cambiaba continuamente de casa, siem-
pre aparecía algún sonido que le afectaba.
–Creadores, artistas...: los espíritus sensi-
bles ¿son más proclives a la hipocondría?
–No. Es muy habitual entre personas poco
instruidas. Y es algo universal. También Dar-
win fue hipocondriaco. Él... ¡y sus hijos! Su
–¿No sucede así con el hipocondriaco? conductas hay lo mismo: ¡miedo! Desde que sabemos que algún mujer, enfermera, los cuidaba a todos. La an-
–El hipocondriaco está tan convencido de –Faltan registros estadísticos, pues. siedad por no lograr que creyesen en su teo-
padecer una enfermedad, que sigue conven- –Lo que sí sabemos es que un tercio de las día moriremos, somos criaturas ría pudo fomentar su hipocondría.
cido ¡pese a análisis médicos en contrario! consultas médicas sirve para desmentir la pa- candidatas a la hipocondría. De –El hipocondriaco ¿se hace o nace?
–El hiponcondriaco es una persona objeti- tología temida. Consultas coronarias u onco- –Hay propensión, pero también actitudes
vamente sana, pues. lógicas, mayoritariamente. eso sabe mucho la doctora Avia, aprendidas. Suelen ser personas de personali-
–Está sana de lo que cree estar enferma, –Que son las dolencias más letales... dad perfeccionista. Pero quizá si la mujer de
pero está enferma de lo que cree estar sana: –La oncofobia es frecuente. Pero se dan po- que lo ha explicado en libros Darwin no hubiese cuidado tanto a su fami-
de la mente. La hipocondría es una enferme- quísimos casos en personas que con anterio- como ‘Enfermos imaginarios’ lia, por ejemplo, no habrían desarrollado esa
dad: una enfermedad mental. ridad han padecido realmente dichas dolen- patología.
–¡La del enfermo imaginario descrito por cias. ¡Lo escribió bien Carlos Barral!: “El mie- (Océano) o ‘Hipocondría’ –Habrá tratado usted casos extremos...
Molière! do es peor que lo temido”. El sufrimiento del –Una mujer creía morirse de frío, tiritaba,
–Ahí se describe el recurso a la queja para hipocondriaco es superior al de un paciente (Martínez Roca), y en una sentía que su cuerpo se congelaba... ¡y era ple-
alcanzar la atención de los demás, lo que a su de determinada dolencia diagnosticada. charla en la Obra Social de La no verano! Al final descubrí que anhelaba se-
vez estimula el recurso a la queja. –¿Hay casos famosos de hipocondría? pararse de su marido y, a la vez, temía dañar-
–¿Hay síntomas físicos que delaten al hipo- –Manuel de Falla se sentía tan vulnerable Caixa. Quizá alguna vez usted le por abandonarle... Expresaba así su angus-
condriaco? a cualquier microbio, que vivía aterroriza- tia. Al final se separó y se curó.
–Suelen sentir más dolores y más desarre- do. ¡Se hacía hervir el agua cada vez que iba
ha creído que un mal letal le –O sea, que hay cura.
glos gastrointestinales que la media. a beber! Su vida cotidiana era una odisea. acechaba agazapado en cierto –Terapias cognitivas y conductuales están
–¿Cuándo consideraría usted que alguien –¿Su hipocondría le incapacitaba? dando muy buenos resultados contra la hipo-
es hipocondriaco? –Sí, le impidió terminar su obra La Atlán- rincón de su cuerpo, con ganas condría. La hipocondría suele cimentarse en
–Cuando piensa que el médico se equivo- tida. ¡Cada mañana perdía cuatro horas lim- una mala gestión del estrés, en conductas
de enviarle al otro barrio. Es
ca al no encontrarle nada. ¡Hasta llega a creer piándose, siguiendo un ritual obsesivo! Y re- equivocadas e ideas erróneas.
que sus síntomas pudieran corresponder a huía corrientes de aire, evitaba hacer esfuer- que somos imaginación: la –¿Qué ideas erróneas?
una enfermedad aún no descrita! zos, se desplazaba en silla de ruedas. –La idea de que estar sano es no sentir do-
–¿Cómo alimentan estas creencias? –¿Era similar lo de Juan Ramón Jiménez? misma imaginación que nos lor alguno. O la idea de ser una persona dé-
–Suelen decir que mucha gente murió de –Sufrió también muchísimo: tenía tal mie- lleva a negros pensamientos... bil, vulnerable a cualquier cosa. ¡Y una edu-
sida antes de que se supiera qué era eso. Sue- do a morir, que procuraba vivir en casas de cación sobreprotectora puede fomentarla!
len pedir una segunda opinión médica –o amigos médicos, arrastrando con él a su espo- puede llevarnos a pensamientos –Así las cosas, ¿qué profilaxis es más útil
más–, y a veces se someten a pruebas peligro- sa, Zenobia, que dejó esto escrito, la pobre: contra la hipocondría?
sas, a cateterismos arriesgados... “No me quedan fuerzas para hacer lo que ha- luminosos. No se queje: si está –Persuádete a ti mismo de que tu salud es
–Esto me recuerda a la anorexia: ¡creer al- ce la gente normal: las derrocho intentando leyéndome, es que sigue aquí. fuerte. Y, sobre todo, ¡jamás permitas que
go falso acerca de tu cuerpo! convencerle de que no está enfermo”. un temor a enfermar altere tu vida cotidiana!
–Son trastornos cognitivos. También pue- –Qué mala vida. Y mañana seguimos, ¿vale? Empezarías a ser rehén de una idea, rehén
den padecerlos muchos estudiantes de medi- –Eso es lo dañino de la hipocondría: te in- del miedo. ¡Que una idea no te coma la vida!
cina de primeros cursos, transitoriamente... capacita para disfrutar de la vida. Juan Ra- VÍCTOR-M. AMELA
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