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La inhumanidad de las burocracias gubernamentales

por Hans Séller


traducido del Inglés por
Juan Gaynor

La atención de los medios centrada en los procesos electorales de los


funcionarios inclina a mucha gente a pensar en ellos como "el gobierno."
Tal pensamiento nos aparta del reconocimiento de una verdad crítica: la
articulación de las agendas políticas son transformadas (traducidas??. N del
T) a la realidad por los sistemas burocráticos. Las burocracias son los
medios dominantes por los cuales los gobiernos ejercen control e influyen
en la vida diaria de la gente a lo largo del mundo.

Debido a la posición prominente que las burocracias del gobierno tienen en


la sociedad, nosotros necesitamos comprender las fuerzas relacionadas con
el ejercicio de sus funciones. Esta necesidad es aumentada por la
observación común que los burócratas de la oficina del gobierno (Boureau
crats ) tratan rutinariamente a la gente de manera denigrante y que sería
percibido como inhumano por cualquier observador de la situación.

La devastación humana debilitada por los sistemas políticos pasados y


presentes no ha sido infligida personalmente por líderes tales como José
Stalin, Saddam Hussein, y Po Pot. sino por los miembros de sus
burocracias o de personas que actuaban con la aprobación de ellos.
Quienquiera que ellos sean o la posición que ocupen, los líderes políticos
solamente enuncian directivas de política general (Ellul 1965, 147). Estas
políticas son ejecutadas por los burócratas y, en un cierto grado,
consentidas por el público en general.

Adolfo Hitler, por ejemplo, no llevó a cabo la Solución final por si mismo. Ella
se hizo realidad a causa de la decisión independiente de varios millones de
europeos incluidos burócratas y profesionales, tanto participando
activamente como no haciendo algo para impedirlo (Ellul 1965). Por otra
parte un precio debe ser pagado, cualquiera cuya conciencia haya sido
golpeada por la inhumanidad de estos programas burocráticos tiene la
opción de no intervenir en su implementación (Betlleheim y Mayer). El éxito
de la protesta en 1943 en Berlín en la Rosenstrasse por parte de las mujeres
alemanas que persuadieron a la Gestapo a liberar a sus esposos y novios
judíos, ilustra cómo actuar de acuerdo a su propia conciencia puede tener
efectos positivos aún en las mas totalitarias condiciones y en tiempos de
guerra.(Stoltzfuz 1996)

Además el papel central de las burocracias gubernamentales en el


aseguramiento del éxito de las políticas es a menudo pasado por alto.
Aspectos conexos que contribuyen a la inhumanidad de estas burocracias
han sido expuestos en numerosos libros, diarios y revistas. En “El Proceso”
Frank Kafka inmortalizó la esencia de la falta de humanidad de la burocracia
desde el punto de vista de aquellos que la experimentan en carne propia.
Relata el enjuiciamiento de Joseph K., El Proceso simboliza la inmersión de
una persona en los procedimientos burocráticos que no puede ni entender
ni influenciar.
Tratado como el peón en el tablero de ajedrez, Joseph K. entra en estado de
confusión y desesperanza, después de haber sido arrestado, interrogado,
sentenciado y encontrado culpable sin siquiera haber visto al Juez, sin saber
quienes eran sus acusadores o conocer cual era el crimen por el cual se lo
acusaba. No obstante haber sido publicado en 1925. El Proceso
preanunciaba los sucesos de los juicios de Moscú del 36 al 38 (Koestler)

Los intensos sentimientos negativos que las burocracias gubernamentales


provocan en la gente capturada en sus “tramas” no solo provienen de sus
estructuras de imposición e impersonalidad y de las lóbregas leyes que los
guían. Están reforzadas por la equivocada magnitud del aparato: En los EUA
solamente, mas de veinte millones de personas son empleadas en alguno
de los entes de la burocracia gubernamental.
Cada una de estas organizaciones es parte de una entidad funcional más
grande. Directa o indirectamente cada una de estas entidades descansa en
el pasmoso poder de las agencias gubernamentales que se aseguran que
tengan recursos basados en el sistema impositivo, que sus regulaciones
sean obedecidas, y que sus actividades avancen sin impedimentos.
(Actualmente se aseguran también que sus actos no puedan ser enjuiciados
por tribunales fuera de los EUA. NdelT). Estas organizaciones terminan
constituyendo una especie de “hermandad burocrática”

El ejercicio latente del poder de la burocracia es analizado por Hannah


Arendt en el juicio de Jerusalén a A. Eichmann, donde explora cómo los
sistemas burocráticos permiten conductas inhumanas a personas
aparentemente normales típicamente asociadas con ellos. No obstante que
Eichmann era un burócrata de nivel medio en la burocracia de las SS, sus
fiscales Israelíes y la prensa mundial lo presentaron como Satán en su rol
dentro del régimen Nazi. Esta imagen mediática sin embargo no se
correspondía con la característica mas sobresaliente de Eichmann que era
un hombre normal que no exhibía ninguna perturbación
personal.(Bettleheim, Klem y Rappoport) Durante los 15 años posteriores al
fin de la segunda guerra mundial y su secuestro en argentina por parte de
agentes Israelíes, Eichmann vivió una simple y tranquila vida, con su
amante familia y yendo al trabajo todos los días como cualquier persona en
el mundo. Su normalidad fue confirmada por media docena de especialistas
psiquiatras que lo estudiaron en prisión durante el año que aguardó al
juicio. Arendt subtitula su libro “la banalidad del mal” porque precisamente
Eichmann era psicológicamente indistinguible de millones de habitantes del
mundo.

Las conductas inhumanas por parte de evidentemente normales miembros


de las burocracias es más una necesidad de estudio hoy que en los años del
dominio Nazi.
Anteriormente a las demostraciones Nazis del poder de la burocracia, la
destructividad de los escritorios gubernamentales no estaba claramente
percibida. Ahora sabemos cómo los intereses oportunistas pueden
transformar las burocracias en aparatos de destrucción de la humanidad.
Este potencial causa mucha preocupación por el panoplia de armas
nucleares ,biológicas, químicas ,mecánicas y psicológicas que están a
disposición y pueden ser usadas con relativa facilidad. En “Modernidad y
holocausto” Baumann explora la inherente capacidad de las burocracias
como instrumentos poderosos de destrucción y control. Muestra como los
modernos procesos de organización y producción masiva se aplican al
control burocrático y procesos de los seres humanos tan efectivamente
como se aplican a la producción masiva de automóviles.
Gente normal actuando dentro del marco de un sistema burocrático con
acceso a modernas técnicas de control y acción esos son los tres elementos
que combinados posibilitan a la burocracia a actuar como un horrible
entidad destructiva cuyos poderes pueden ser dirigidos contra la persona o
grupo que atraiga su atención.

Serias preguntas han sido hechas sobre varias facetas del problema de la
inhumanidad de la burocracia, pero ninguna explicación es suficiente para
explicar el fenómeno. En este artículo se presentan 10 factores, expuestos
sin orden particular como una guía preliminar para entender este
importante y amenazante aspecto de la vida moderna.

Ciega Obediencia a la autoridad.

La mayoría de la gente exhibe una temprana ciega obediencia a la


autoridad. Los experimentos de Stanley Millgrams hace casi cuarenta años,
en la Universidad de Yale, demostraron que casi dos tercios de un muestreo
representativo de Americanos, estaría dispuesto a dar tratamiento de
electroshock a alguien que ellos sabían era inocente aún cuando esa
persona se encontrara gimiendo y pidiendo piedad (Millgrams 1975 y
también Kerlman y Lawrence 1972). Todavía mas perturbador era saber que
este gran porcentaje de Americanos infligiría dolor a gente inocente
voluntaria y hasta entusiastamente bajo el mero requerimiento de una
persona cuya autoridad estaba establecida por vestir un guardapolvo
blanco de técnico de laboratorio y hablar con voz firme. Estas personas
prontamente sustituyen la obediencia a la autoridad por códigos de moral
personal. Estas personas pueden llamarse “escabullidores” porque pueden
escabullirse dentro y fuera de un estado de ceguera moral (Baumann)

Aparte de innumerables ejemplos históricos la simple lectura de un


periódico en un día cualquiera puede darnos soporte para la observación de
que las burocracias están predominantemente sino exclusivamente
compuestas de personas que se carcterizan por una mezcla de ambigüedad
moral y obediencia ciega mostrada en el experimento de Millgram. Yendo
más lejos, este fenómeno no está restringido por lenguaje, geografía ,
sistema político o época. Existe tanto en EUA y otros países hoy como lo fue
en la Alemania de Hitler o en la Rusia de Stalin. La actitud de falta de
conciencia crítica y obediencia amoral exhibida por la gente en un entorno
burocrático, recuerda a la descripción de E. Hoffer de ”creyentes” en un
movimiento de masas político o religioso.

Comportamiento Estadístico.-

Las estructuras burocráticas incrementan el comportamiento (o las


conductas) estadísticas. Este efecto es producto de la disminución de los
frenos morales inherentes al ser humano. El profesor de Psicología de
Standford, Phillyp Zimbardo, en la experiencia de la Prisión del Condado de
Standford, encontró que colocando a gente en un ambiente en el cual ella
pueda ejercitar libremente sus impulsos sádicos puede tener un efecto de
potenciación de los mismos. Zimbardo condujo el experimento
construyendo una cárcel falsa en el sótano de un edificio y usando a
participantes del público en general que había sido seleccionado por su
normalidad. Ésos elegidos para participar fueron asignados aleatoriamente
al papel de un guardia o un interno. Zimbardo y sus investigadores vieron
con sorpresa que, una mayoría de los guardias comenzó a comportarse
sádicamente hacia los internos dentro de horas de la iniciación del
experimento (a 1973, a 87-97). Para gran sorpresa de Zimbardo y sus
investigadores los internos aceptaron mansamente su papel de sujeción y
maltrato.

Escribiendo sobre este experimento el sociólogo Zygmunt Bauman observó


una metaformosis repentina de personas como cualquiera y decentes en
los monstruos cercanos de la clase que solo era dable encontrar en
Auschwitz o Treblinka" (Bauman 1989, 167).

La universalidad de los hallazgos de Zimbardo ha sido confirmada por el


hecho de que la gran mayoría de los atroces actos realizados en Europa
durante la era Nazi no fueron perpetrados por fanáticos o personas
degeneradas. Por el contrario aquellos actos fueron “actuados” por
Alemanes comunes, Franceses, Polacos, checos y otros que se consideraban
asimismo estar legalmente autorizados a actuar en la forma que luego
retrospectivamente encontramos como inhumana. (Browning 1993, 159-89;
Kren and Rappoport 1994, 70, 81-83).

El experimento de la Cárcel del Condado de Standford había sido


programado para durar dos semanas, pero la reacción de los “reclusos” al
tratamiento a manos de los guardias forzó el final del experimento a los 6
días.

Los guardias habían devenido en tal psico-lógica inmersión en su rol de


señorío sobre los reclusos que sus conductas inhumanas terminaban
quebrando emocionalmente a los reclusos (Zimbardo, Haney, y Banks 1973,
89, 95). No obstante no haber sido nunca repetido por sus implicaciones
psicológicas y legales, el experimento de Zimbardo se repite diariamente en
las prisiones reales a través de América. La operación de estas prisiones
asegura que las conductas burocráticas del tipo de las realizadas por los
guardias de Dachau y Auchswitz florece en los Estados Unidos hoy.

Refuerzo de actitudes conductistas

Las burocracias refuerzan actitudes conductistas aprovechando la idea de


que las personas no son entidades autónomas. El conductismo promueve la
idea de que las personas pueden ser condicionadas a responder
automáticamente y en manera predecible a estímulos específicos. Por
consecuencia el Conductismo justifica la forma inhumana del punto de vista
burocrático de tratar a la gente. Las normas inflexibles, las regulaciones y
mandatos son justificados en la proposición de que las personas son tan
experimentales como ratas y pichones (McConnell 1970; Koestler 1968, 3-
18).

En otras palabras, la explícita negación de la autonomía humana y del rol de


la conciencia en la conducta está germinada en el sistema burocrático y en
el pensamiento de aquellos que lo administran. Uno de los mas claros
exponentes del conductismo, el profesor de Harvard BF Skinnner acuña este
concepto en el título de su libro de 1971 “Mas Allá de la Libertad y la
Dignidad”

No es por coincidencia que la burocracia perversa tenga paralelo con los


principios conductistas en psicología. En 1913 un artículo de la “Psicología”
presentaba lo que puede ser caracterizado como el manifiesto del
conductismo. John B. Watson generó la fundación psicológica de la
incrementada burocratización de la sociedad que siguió al estallido de la
primera guerra mundial en 1914. el escribió: “ Ha llegado el tiempo en que
la psicología debe abandonar toda referencia a la conciencia... y su función
en el control y predicción de la conducta ( Koestler 1968, 6).

Inicialmente abrazada por la burocracia soviética que formuló las


investigaciones de I. Pavlov, las técnicas conductistas de manipulación de
grandes poblaciones por el recursos de la amenaza o el infligimiento de
castigos ha sido perfeccionada durante los últimos 80 años (Koestler
1968,3-18).

Tales técnicas han sido tomadas en principio por los países de occidente a
tal punto que el conductismo domina todas las relaciones entre los
miembros de las burocracias y el pueblo, con la subrepticia pero muy real
implicancia de la fuerza constructiva implícita.Esta fuerza constructiva
opera en la mente y se intenta que produzca el mismo resultado psíquico y
tenga el mismo efecto sobre las personas como si fuera una fuerza actuante
sobre sus cuerpos.

Cuando las condiciones prevalecientes sugieren el uso potencial de la fuerza


a través de lo hablado, lo escrito y lo psíquica o psicológicamente implicado
la amenaza actual existe en todo encuentro entre alguien y cualquier forma
de representación de gobierno, tanto en un burócrata en persona como en
una carta u otro mensaje recibido de su parte. En otras palabras, no hay
encuentros voluntarios entre el gobernante y las personas consideradas
sujetos de su jurisdicción.

Conformidad con procedimientos versus responsabilidad individual

Las burocracias substituyen conformidad (avenencia) con procedimientos


técnicos para la responsabilidad individual (Bauman 1989,98).

Esta sustitución expresa el motivo dominante durante el S XX. El reemplazo


de la idiosincrasia humana, la artesanía y la ingenuidad por la predictibilidad
de los métodos técnicos (Ellul 1964, 3-14). Henry Ford perfeccionó la
primer línea de montaje en serie en 1913 . Esto fue rápidamente reflejado
en los procedimientos de línea adoptados por las burocracias para inducir
aprobación política a las conductas humanas. No es sorprendente, entonces,
el constreñimiento de las técnicas burocráticas conductistas aplicadas
sobre las personas en un deseo de ajustar sus conductas a los
requerimientos de los mandatos políticos y las especificaciones técnicas

Consecuentemente los burócratas llevan adelante sus tareas en una forma


“mecánica” (Bettelheim 1960, 45) Este fenómeno se extiende más allá de
las burocracias mismas. La prevalencia de la gente que exhibe una actitud
“mecánica” a través de la sociedad, ha crecido a medida que la presencia
de las burocracias se ha incrementado. Correlativamente, la gente que
requiere las mas fuertes correcciones en la atención burocrática son los
individualistas, libres de espíritu, y valientes hombres, mujeres y niños que
se resisten a conformar los moldes preestablecidos. Estas personas son
trivializadas y consideradas no funcionales a la despersonalización y
anonimato de los sistemas y procedimientos de las agencias.

La reducción de las personas al estatus de cosas por su clasificación como


conglomerados por sus caracteres visibles y predictibles ha sido concebida
en el mundo moderno en Alemania por primera vez. Esta condición fue
llamada vida “de tarjeta perforada” (Bettelheim 1960, 54). Expresada en
Estados Unidos por el pasaje al acta de Seguridad social en 1935, esta
actitud ha crecido al punto de que la supervivencia de grandes burocracias
gubernamentales dependan en la expansión de la categorización y trato
inhumano de seres humanos como números.

Categorización de las personas por su grado de conformidad

Las burocracias típicamente categorizan a las personas que no pertenecen a


ellas en grupos basados en cuanto están de acuerdo con sus estándares. El
mayor inconformismo o desviación de un grupo o persona es considerada
fuera de sus normas, la mas alta probabilidad es que esta persona o grupo
sea tratado en un proceso de deshumanización conocido como
“distanciamiento” que los termina separando del conjunto de la sociedad.
Estas personas son demonizadas y trasformadas en extraños, aún cuando
no signifiquen una amenaza pública. Es lo que se ha llamado “caza de
brujas” (McWilliams 1950, 3-23,235-340).

Uno de los resultados del proceso de distanciamiento es que provoca que


gente aparentemente decente actúe barbadamente contra aquellos que han
sido deshumanizados. Un ejemplo está en los judíos que en 1930 fueron
tratados como ratas por la propaganda nazi. Esto permitió justificar el
tratamiento ilegal y la aprobación de los integrantes de la sociedad
alemana.

Del mismo modo en Vietnam los soldados americanos no asesinaron seres


humanos sino que mataron “basura”. Y también cuando se lanzaron las
bombas sobre Hiroshima y Nagasaky no fueron hombres mujeres y niños los
Exterminados sino los Japos, el “enemigo”. (Keen 1991).

El distanciamiento es un procedimiento activamente empleado en los


Estados Unidos a través del uso del proceso criminal como un ritual de
exclusión poniendo una etiqueta de “criminal” a hombres ,mujeres y niños y
expulsándolos fuera de la sociedad americana. (Blumberg 1973, 77).

El distanciamiento de las personas a través de la criminalización justifica la


acción de la burocracia como un “mal necesario”, provocando miedos e
inseguridades sobre grupos, minorías e individuos considerados enemigos
domésticos. (Becker 1975, 96-127).

El fin justifica los medios


La idea de que el fin justifica los medios es justamente la antítesis de la
moralidad y su institucionalización es una de las características centrales de
los sistema burocráticos
Yendo más allá, las burocracias reflejan la imagen de las instituciones
políticas que las sostienen. Miles de años de experiencia sostienen la idea
de que las instituciones políticas son fundamentalmente amorales
Esta inmoralidad aparece en el manifiesto Nazi después de la segunda
guerra mundial de que ellos no podían ser personalmente responsables por
sus acciones porque ellos tenían el mandato legal de cumplir con sus
misiones sin importar los métodos utilizados para lograrlo.

Durante el juicio de Nuremberg los Nazis ofrecieron los siguientes tres


argumentos de defensa justificando su preocupación para lograr el fin de
una misión burocrática con exclusión de considerar erróneos los medios
empleados para lograrlo. 1.- Obediencia a las órdenes., 2.- Obediencia a las
leyes y 3.- Desconocimiento de las consecuencias de sus acciones.
Los jueces americanos y fiscales a cargo de los juicios de Nuremberg
sumariamente rechazaron la defensa Nazi usada.

De cualquier manera, en un irónico giro del destino, fiscales, jueces y


policía en los EEUU ahora de “todo corazón” adhieren a aquella defensa
nazi. Estos son precisamente los que dirigen el pavoroso poder de la
legalizada burocracia y los que están mas necesitados de ser llamados a
rendir cuentas por sus malas conductas. Una de las evidencias de estas
actitudes es la reconocida frase, “Yo solo estoy haciendo mi trabajo”

Beneficio Personal

La gente espera obtener algún beneficio por su asociación con una


burocracia.
Consecuentemente, las declaraciones públicas de los burócratas de que
ellos están dedicados a la defensa del interés público es apenas mas que un
delgado velo de juego de relaciones públicas.
Las personas que han tratado con las Agencias Gubernamentales por algún
tiempo están ciertamente persuadidas de esta realidad
Los autollamados servidores de la sociedad civil no son ni civiles ni
servidores públicos
En vez de servir a la mítica entidad conocida como “el pueblo”, los
burócratas son de hecho mercenarios sirviendo sus propios intereses
profesionales y financieros.
Preservando sus posiciones típicamente pasan por encima las
consideraciones sobre el impacto que sus acciones pueden tener sobre las
personas afectadas por ellas. Este auto servicio ha remarcado hasta los más
extremos casos de lealtad burocrática que nosotros hayamos conocido,
tales como aquellos sucedidos entre los nazis.
El Dr. Joseph Mengele, cometió tantos actos aberrantes durante el ejercicio
de su jefatura de Médicos en Auschwitz que se lo llamó “el ángel de la
muerte”. No obstante su apelativo, Megele era percibido por sus amigos, su
familia y colegas como un hombre reflexivo y considerado
Lejos de actuar inconscientemente, Mengele se embarcó en sus diabólicos
experimentos médicos por su deseo de progresar en la burocracia nazi.
Un médico que trabajó en Auchwitz explicaba: “ El era ambicioso hasta el
punto de ser completamente inhumano. El estaba alienado por la ingeniería
genética. Por sobre todo yo creo que lo que hacía era...por su carrera. Al
final yo creo yo creo que hubiera matado a su madre si eso lo hubiera
beneficiado” (Fischer 1997, 516).
Adolf Eichmann exhibió los mismos desenganches con las consecuencias
humanas de sus actos. Después de presenciar su juicio Anna Arendt escribió
“Excepto por una extraordinaria diligencia en cuidar su progreso personal, el
no tenía ningún otro motivo” (Arendt 1994,287).
La amoral ceguera mostrada por devotos y concienzudos servidores
públicos como Mengele y Eichmannn, no es inusual entre personas
involucradas con una burocracia. Ellos esperan beneficiarse personalmente
adhiriendo a inhumanas y descuidadas políticas burocráticas
Por esto no es inusual para los burócratas actuar en su propio beneficio en
el ejercicio de el poder crudo de la burocracias en las que sirven.

Falta de control externo.

Los burócratas están protegidos por una casi completa ausencia de


contralor. Pueden hacer casi cualquier cosa con la excusa de estar actuando
como agente gubernamental sin miedo a las consecuencias legales o a
rendiciones de finanzas personales por parte de aquellos a los que dañan.
Este estatus de “libre de riesgo” está expresado en la doctrina política de
“calificada y absoluta inmunidad” la cual protege a los burócratas por
consecuencias civiles o responsabilidad criminal de su actos dañosos
personales, no importa lo horrible que pudieran ser (Imbler v. Pachtman
1976).

El Juez de la corte de distrito de los EEUU, Eduardo Lodge confirmó esta


doctrina en Mayo de 1996 cuando liberó los cargos criminales del estado de
Idaho contra Lon Horiuchi un tirador especial del FBI. El había sido acusado
de tirar sobre una mujer desarmada, Vicky Weaver, durante una
manifestación. El juez dictaminó que un agente federal no puede ser
acusado por el Estado por cumplir con tareas encargadas por el mismo
gobierno.
Así los burócratas gozan de protección legal al encontrarse fuera de los
controles externos en una situación privilegiada similar a aquella que
anteriormente tenía la aristocracia (Ellul 1990, 26). Anteriormente existía
una definida característica auto contenida en el mundo aristocrático de que
sus miembros estaban escudados de la aplicación de las leyes que
regulaban al público en general. Las burocracias entonces pueden ser vistas
como constituyendo una nueva aristocracia

Secreto Burocrático y supresión de los informantes

Un código de silencio de hecho contribuye a escamotear las acciones


inmorales o ilegales cometidos por los miembros de una burocracia.
Cualquier clase de crisis que amenace la burocracia o a sus miembros
gatilla una serie de procedimientos para protegerla del escrutinio externo, la
interferencia y la vigilancia legal. Por ejemplo, por 6 años el FBI, El
Departamento para el Alcohol, tabaco y armas de fuego, y el departamento
de Justicia de los EUA ocultaron al público importantes hechos relacionados
por posibles malversaciones de estas agencias durante las acciones de
Waco en Texas en 1993. (Shapley 1999a, 1999b; Boyer 1999).
Incontables ejemplos locales revelan como el código de silencio protege a
las conductas erradas de los burócratas. Asuntos Internos de las Policía de
Seattle, retuvo por tres años un reporte de robo por mas de $ 10.000
efectuado por un policía en la escena de un crimen
El velo del secreto burocrático protegiendo acciones erróneas de sus
miembros de la exposición y el escrutinio público es horadado
ocasionalmente por informantes valientes. (Glazer and Glazer 1990). Frank
Serpico fue uno de estos informantes cuando en público testificó a fines de
los 60 en un gran caso de corrupción dentro de la Policía de N. York (Maas
1973). El fue condecorado por su honestidad por un tiro en la cara después
de haber testificado.
Una insidiosa forma de repeler la acción de los informantes es el
requerimiento por parte de sus superiores de someterlos a exámenes
psicológicos
Algunos informantes potenciales son presionados a guardar silencio
mediante la amenaza de ser a su vez enjuiciados o a tener que afrontar las
costas del juicio que ellos originan contra la agencia al fallarse a favor de
ella . (Gavin 1999).
Los informantes también son silenciados cuando mueren en circunstancias
misteriosas, tal como las que rodearon la muerte del ex Director de la CIA
William Colby en 1996 60 minutos antes de efectuar sus declaraciones ante
el congreso.
Otros informantes son obligados a renunciar o son transferidos,
democionados y expulsados.
Dados los riesgos de sus carreras, de sus bienes y de sus vidas no
sorprende la escasez de casos de informantes, tan raro es que se han
creado leyes dando la impresión de proteger a los informantes, cuando en la
práctica hacen poco más que permitir a los informantes sobrevivientes
reclamar un retiro en caso de ser forzados a salir de sus empleos.
La peor gestión origina la mas inmoral gente involucrada en una burocracia
tratando de llegar a tope y convertirse en sus líderes
Algunas de las razones para este fenómeno fueron exploradas por Hacker y
Glazer en un ensayo en 1990. ”Por qué los peores llegan arriba” Las
burocracias están perfectamente diseñadas para favorecer la falta de
principios de influencia y de poder porque a los inescrupulosos les da una
ventaja en el avance de sus carreras
Las burocracias gubernamentales son agencias de poder político, y el
cumplimiento de sus misiones típicamente depende del manejo irreflexivo
del poder realizado por sus administradores. De tal manera, una
inmisericorde voluntad de manejo del poder es un requerimiento
ocupacional para quien quiera llegar a los altos estamentos.(Hayek 1944,
159-67). Como ha dicho Frank H. Knight “La posibilidad de que las personas
en el poder no gusten de la posesión y ejercicio ilimitado del mismo está al
mismo nivel con la probabilidad de que una persona de buen corazón sea el
capataz de una plantación de esclavos” (Citado en Hayek 1944, 152)
La atracción de los hambrientos de poder por la posesión de la autoridad en
una burocracia puede llevar a trágicas consecuencias para los afectados. En
algún grado todos en la sociedad está afectado cuando la orientación al
poder
De aquellos con influencia y control del desarrollo de las burocracias
expresan sus mas oscuros e inhumanos prejuicios.
El ejemplo lo da el hecho de que mas de uno en diez de los miembros del
congreso así como jueces federales provienen de haber sido Abogados
oficiales del Estado. El poder de compulsión y penabilidad disponible en su
profesión anterior infecta completamente sus nuevas tareas judiciales o
legislativas con corrosivos prejuicios antisociales.
Conclusión

Las burocracias gubernamentales carecen de la fuerza vital de la conciencia


humana.
Son el equivalente institucional a un psicópata (amado, 1995) y contribuyen
a lo que el sociólogo Montagu ha llamado el “Síndrome de deshumanización
de este siglo”." (Montagu and Matson 1983).
La solución final fue el triunfo del trabajo institucional sobre la moralidad y
la responsabilidad personal.
Como dice el historiador C. Browning en “La burocracia alemana y el
holocausto” (1983) El asesinato masivo de judíos europeos por parte de los
Nazis no fue solo el logro de una sociedad industrial, sino también el logro
organizacional de una sociedad burocrática. Esto fue logrado por un modo
burocrático de operación en el cual la despersonalización y las conductas
desapasionadas sin prejuicios de emociones humanas fueron valores
fundamentales y positivos del servicio civil”

Es un error, mientras tanto, considerar a la solución final como el único


programa burocrático aberrante. Bien programadas y bien calculadas
atrocidades están siendo llevadas a cabo por burocracias en muchos países,
incluidos los Estados Unidos . (Rummel 1994, Courtois y otros 1999).

La gente correctamente percibe que tiene poco o nada para defenderse de


las burocracias gubernamentales. Los mas terribles y predictivos aspectos
de novelas tales como Brave New World, We, Nineteen Eighty-Four, The
Trial, and The Rise of the Meritocracy pueden ser sus apropiados retratos
del sentido generalizado de desprotección que tienen los pueblos. Con la
continua proyección de los tentáculos de las burocracias gubernamentales
en cada vez más aspectos de la vida pública y privada, es casi redundante
observar que nosotros vivimos en una jaula de acero de la dictadura
burocrática contra la cual el sociólogo Max Weber nos advirtió hace cerca
de 100 años. (Mitzman 1970, Beetham 1996).

Una vez emplazada, una burocracia proyecta una influencia peculiar en si


misma. Como una consecuencia, las actitudes deshumanizantes de
conformidad que están enraizadas, se trasmiten y absorben por parte de
una cada vez mayor proporción de la población en general. La mas
distinguible característica sobre las poblaciones afectadas es la capacidad
de minimizar los efectos de las burocracias. (Lein- berger y Tucker 1991, 16-
18). Como los perros entrenados de Pavlov, los pueblos condicionados
burocráticamente obedecen a las regulaciones políticamente autorizadas,
leyes y ordenanzas en una forma casi robótica , porque ellos han aceptado
su obligación de hacerlo. Ellos están dentro de la gran mayoría identificada
en el experimento de Millgram como valorando conformidad y obediencia a
la autoridad, mas que la posibilidad de inquietarse por el remordimiento.

La burocratización de la vida moderna está directamente vinculada al vasto


proceso de politización de la sociedad ocurrido en el S. IXX. (Templeton
1979, Higgs 1987), desplazando las moderadas influencias de las relaciones
sociales, voluntarias y personales. La imposición de soluciones políticas a
perceptibles problemas sociales y personales han devenido más y más
aceptados.
Porque las políticas son meras palabras a menos que un grupo grande de
gente obediente esté esperando dispuesto a obedecerla y a hacerla
cumplir, las actividades y las mentalidades burocráticas han proliferado al
tiempo con el proceso de politización. En la estela de estos desarrollos , la
inhumanidad burocrática ha crecido necesariamente, y los procesos
actuales dan poca razón a poder lograr pronto una cesación de ese
crecimiento.

Referencia

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