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Gramsci

División de poderes:
La división de poderes y toda la discusión surgida alrededor de su realización son el resultado de la
lucha entre la sociedad civil y la sociedad política de un determinado momento histórico, con un
cierto equilibrio inestable de clases, determinado por el hecho de que algunas categorías de
intelectuales están demasiado ligadas a las viejas clases dominantes.
Toda la ideología liberal puede ser comprendida en el principio de la división de los poderes y
entonces se pone en evidencia cual es la fuente de la debilidad del liberalismo: es la burocracia,
es decir, la cristalización del personal dirigente, que ejerce el poder coercitivo y que hasta cierto
punto se transforma en casta.
Hegemonía: combinación de fuerza y consenso
El ejercicio normal de la hegemonía en el terreno del régimen parlamentario se caracteriza por la
combinación de la fuerza y el consenso que se equilibran en formas variadas, sin que la fuerza
rebase demasiado al consenso, o mejor tratando de obtener que la fuerza parezca apoyada sobre
el consenso de la mayoría que s expresa a través de los órganos de la opinión publica que, con
este fin son multiplicados artificialmente.
Entre el consenso y la fuerza esta la corrupción-fraude que tiende a enervar y a paralizar a las
fuerzas antagónicas atrayendo a sus dirigentes, cuando existe un peligro inmediato y lleva así a la
confusión y al desorden a las filas enemigas.
Estado y Cultura:
Cada Estado es ético en cuanto una de sus funciones mas importantes es la de elevar a la gran
masa de la población a un determinado nivel cultural y moral, nivel que corresponde alas
necesidades de desarrollo de las fuerzas productivas y, por consiguiente, a las clases dominantes.
La escuela como función educativa positiva y los tribunales como función educativa represiva y
negativa son las actividades estatales más importantes en tal sentido.
Creación de consenso:
El Estado tiene y pide consenso, pero también lo educa por medio de las asociaciones políticas y
sindicales, que son sin embargo organismos privados, dejados a la iniciativa privada de la clase
dirigente. El Estado se convierte en “educador”.
Hombre masa, hegemonía, conciencia, concepción del mundo:
El hombre-masa activo opera prácticamente pero no tiene una clara conciencia teórica de su obrar
que, sin embargo, es un conocer el mundo en cuanto lo transforma. Su conciencia teórica, por el
contrario, estar históricamente en contraste con su obrar. Casi se puede decir que tiene dos
conciencias teóricas: una implícita en su obrar y que le une realmente a todos sus colaboradores
en la transformación practica de la realidad y una superficialmente explicita o verbal que se ha
heredado del pasado y ha acogido sin critica.
La conciencia de tomar parte de una determinada fuerza hegemónica es la primera fase para una
ulterior y progresiva autoconciencia en la que la teoría y la practica se unifican finalmente. Esta
unión es un devenir histórico que tiene su fase elemental y primitiva en el sentido de “distinción”,
de independencia, poco mas que instintivo, y avanza hasta la posesión real y completa de una
concepción del mundo coherente y unitaria. Por esto hay que poner de relieve que el desarrollo
político del concepto de hegemonía representa un gran progreso filosófico además de ser un
progreso político-practico.
Cambio de concepciones del mundo:
Las masas populares cambian con mas dificultad sus concepciones y que en todo caso no las
cambia nunca aceptándolas en forma “pura”, por así decir, sino siempre y únicamente como
combinaciones mas o menos heteróclitas y extrañas.
Estructura, superestructura, bloque histórico:
La estructura y las superestructuras forman un bloque histórico, esto es, el conjunto complejo,
contradictorio y discorde de las superestructuras es el reflejo del conjunto de las relaciones
sociales de producción. De esto se deduce: que solo un sistema de ideologías totalizador refleja
racionalmente la contradicción de la estructura y representa la existencia de las condiciones
objetivas para la inversión de la praxis.

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