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Bioética: Aborto y eutanasia

PALACIO DE LAS CIENCIAS


http://www.xtec.es/~lvallmaj/palau/bioeti23.htm

1. Aborto

Una cuestión polémica

El aborto es la interrupción del embarazo o la expulsión del feto cuando éste aún no
es viable. Es cuestión ética y problema legal cuando, de forma voluntaria, se
interrumpe un embarazo no deseado.

Difícilmente se puede negar el carácter traumático del aborto y los riesgos que
comporta para la madre. Pero tampoco se puede negar que son muchas las mujeres
que prefieren el aborto a la continuidad del embarazo. A lo largo de la historia, las
mujeres han pagado un precio muy alto por la ausencia de métodos anticonceptivos
y de un aborto legal y seguro; a menudo han sido forzadas, y aún es así en muchos
países del Tercer Mundo, a tener muchos hijos en periodos cortos de tiempo,
provocando su debilitamiento físico y muerte aún jóvenes.

El aborto es una cuestión muy polémica porque implica un conflicto básico de


derechos o valores positivos: la autonomía y libertad de la madre y el derecho de la
vida que está en gestación.

El debate se centra en:

a. determinar si el principio de autonomía de la madre le otorga el derecho


a decidir con respecto a la continuidad o no de su embarazo,

b. determinar en qué medida el feto es una persona y

c. determinar el peso que debe tener, si viene al caso, la voluntad del


padre.
La no penalización del aborto durante los primeros meses, contemplada en la
legislación de la mayoría de países occidentales, se fundamenta, básicamente, en el
proceso gradual de formación de la vida humana.

La despenalización del aborto

El Código Penal español, de 1995, en sus artículos 144 y 145, castiga tanto a la
madre que aborta como a todas aquellas personas que, de un modo u otra, han
colaboran. Ahora bien, este nuevo Código mantiene en vigor el célebre artículo
417bis del anterior Código Penal: es el artículo que, el 1985 y en pleno debate público
sobre la conveniencia o no de despenalizar el aborto, concretaba los tres
circunstancias en las cuales se despenalizaba, circunstancias o supuestos hoy
vigentes.

Los tres supuestos o circunstancias en las cuales se despenaliza el aborto son:

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1. Que el embarazo suponga un grave peligro para la vida o por la salud física o
psíquica de la mujer embarazada.

2. Que el embarazo sea consecuencia de una violación.

3. Que se suponga que el feto tendrá que nacer con graves taras físicas o
psíquicas.

¿Como se fundamenta, legalmente, la despenalización del aborto?

Cuanto al primer supuesto o aborto terapéutico, se considera que el fallecimiento


de la madre es un mal de mayor entidad que la eliminación del feto. La ley siempre
ha castigado más severamente el fallecimiento de una persona que el fallecimiento de
un embrión.

Cuanto al segundo supuesto, el aborto ético o humanitario, se considera que la


mujer violada, ya víctima por este hecho, debe decidir, personalmente y libre, si
acepta o no la maternidad. Si el Estado le impone la maternidad, será víctima por
segunda vez.

Cuanto al tercer supuesto o aborto eugénico, se argumenta que si bien el derecho


valora y protege las personas con deficiencias físicas o psíquicas, se pretende evitar
el nacimiento de personas con muchas probabilidades de ser infelices y con una
calidad de vida bajo mínimos. Se pretende evitar, también, la perturbación de los
padres y del medio familiar. Por todo eso, el Estado no puede imponer, coactivamente,
la continuidad del embarazo.

¿Regulación suficiente? ¿Regulación excesiva?

El Código Penal castiga el aborto, no lo legaliza. La despenalización es sólo la


excepción a la regla. En rigor, no es una despenalización del aborto sino sólo una
declaración de no punibilidad de determinadas conductas. En este contexto:

• Unos piden la introducción de un cuarto


supuesto para el aborto: la situación socio-
económica. Un supuesto que consideraría el
número de hijos tenidos, las necesidades
familiares, la dimensión económica y social en
sentido amplio.

• Otros ven justificado un replanteamiento total


del tema: legalizar el aborto, no sólo no castigar
determinadas conductas. En cierto modo sería la
demanda de un aborto libre en base al derecho
de la mujer a la libre maternidad.

• Un tercer grupo considera injustificada la actual


despenalización del aborto identificando aborto
y homicidio y, consecuentemente, solicita la
anulación del artículo 417bis del anterior
Código Penal y que el actual mantiene en vigor.

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Problema de fondo

Estas diferentes posiciones llevan a reflexionar sobre una de los grandes cuestiones
de fondo: el ser humano en formación o nasciturus es absolutamente
equiparable o igual al ser humano nacido?

¿Absolutamente equiparable? Sí. La vida del nasciturus es ya vida humana. Éste


ser, esta vida humana es persona humana. Consecuentemente: a) el aborto es un tipo
de homicidio, b) el nasciturus tiene el derecho fundamental a la vida, c) hay igualdad
entre la vida del feto y de la mujer embarazada.

Razones a favor de la equiparación:

• Animación inmediata del feto. La creencia según la cual en el preciso


momento de la fecundación ya se constituye una vida plenamente humana. El
embrión recibe el alma en el preciso momento de la fecundación.

• Autonomía del embrión a partir de la fecundación. Se considera que desde su


fase inicial, el cigoto resultante de la fusión del óvulo y el espermatozoide es
una realidad biológica autónoma. La vida del feto no sólo es vida humana
desde la fecundación sino que es vida distinta de la vida de la madre. Desde
el momento de la fecundación se contiene el código genético completo.

¿Absolutamente equiparable? No. La vida del nasciturus es diferente a la del ser


humano ya formado. Consecuentemente: a) el aborto no es equiparable al homicidio,
b) la calidad de persona va unida al ser humano nacido, c) prevalencia de la vida y de
la salud de la mujer.

Razones en contra de la equiparación:

• Crítica a la animación inmediata del feto. La tesis de la animación del feto en


el preciso momento de la fecundación es vista como un postulado religioso,
no siempre aceptado por las mismas religiones; ha sido discutida y debatida
durante siglos en el seno del cristianismo. La postura tradicional de la Iglesia
es la de la animación retardada de feto; santo Tomás, por ejemplo, dice que
se implanta la alma cuando hay actividad cerebral. Sin embargo, la postura
actual de la Iglesia es la de la animación inmediata.

• Crítica a la tesis de la autonomía del embrión. El embrión o cigoto no es una


realidad biológica autónoma justo al instante de la fecundación. Es preciso
hablar de garrulidad en el proceso biológico de iniciación de la vida, no de
instantaneidad. La vida humana es un proceso en diferentes estadios. Si bien
el cigoto, el embrión y el feto son organismos vivos, el ser humano formato
sólo existe cuando concluye el proceso de gestación: el feto es una realidad
que depende de la madre.

2. Eutanasia

La eutanasia es la muerte de una persona causada por otra, en principio un


profesional de la medicina, a petición libre y expresa de la persona que va a morir.
Atendiendo a su sentido etimológico, eutanasia quiere decir «buena muerte», del
griego eu (bueno) y thánatos(muerto). Una persona pone fin, deliberadamente, a la
vida de otra considerando que eso le es un bien: la muerte le es preferible a una
vida excesiva en sufrimiento.

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Se distingue entre

• eutanasia activa o positiva, la que acabemos de indicar y más excepcional, y


• eutanasia pasiva o negativa, la interrupción de un tratamiento que mantiene
en vida a un paciente.

Se distingue, también, entre

• eutanasia voluntaria, cuando la persona afectada la solicita de un modo libre


y expresa, y
• eutanasia involuntaria, cuando se practica a una persona que es incapaz de
otorgar o no su consentimiento, por encontrarse en estado de coma
irreversible o en el caso de un recién nacido con señales inequívocas de
irreparables anomalías físicas.

El debate sobre la eutanasia está marcado por los graves acontecimientos del
siglo XX protagonizados por los nazis: la aplicación del llamado «programa de
eutanasia», un programa que condujo a la eliminación en masa de individuos no
deseados por el Estado. La eutanasia quedó asociada a crimen de Estado; la
eutanasia activa voluntaria, a suicidio, y los colaboradores, presuntos homicidas.

Por otro lado, en la historia del pensamiento, occidental o no, encontremos diferentes
filósofos que argumentan a favor de dejar que la vida se apague cuando se ha
perdido su cualidad o el sufrimiento es insoportable. Hoy el debate sobre la
eutanasia vuelve a estar abierto. Los avances de la medicina, ciertamente, permiten
alargar la vida humana, pero no siempre hacen posible mantener una mínima
calidad de vida.

A menudo se afirma que la diferencia entre eutanasia activa y eutanasia pasiva


equivale a la diferencia entre matar y dejar morir, es decir, entre iniciar unas
acciones que conducirán a la muerte de un paciente y permitir morir no
interfiriendo en el curso de unos acontecimientos que ocasionarán la muerte.
Ejemplo del primero sería la administración de una inyección letal; del segundo, no
conectar el paciente a una máquina de respiración. Esta diferencia, muy sostenida por
Asociaciones de Médicos de distintas partes del mundo, ha llegado a ser una
importante línea de demarcación legislativa: los códigos penales de muchos países
no penalizan la eutanasia pasiva pero sí la activa, considerando toda colaboración
como una inducción al suicidio o como una forma de homicidio (en el Código Penal
español, artículo 143).

Ahora bien, desde un punto de vista ético, la


diferencia entre eutanasia activa y eutanasia
pasiva, entre matar y dejar morir, no siempre
se ve una diferencia tan clara y
significativa. Ciertamente, da cobertura legal
al médico cuando deja de administrar ciertos
fármacos o desconecta ciertos aparatos, pero
parece ser que implica alguna incoherencia.
Si, como se suele argumentar para prohibir la
eutanasia activa, la vida es un valor absoluto
que se ha de mantener sea como sea,
entonces no se tendría que permitir ningún
tipo de eutanasia. Si, por otro lado, lo que
más importa es reducir el sufrimiento de la
persona, entonces tanto una como otra ¿Quién debe decidir?
eutanasia tendría que ser permitida. La
eutanasia activa prácticamente está prohibida en todo el mundo. Pero se dan casos

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concretos de personas con enfermedades irreversibles, con padecimientos poco
suavizables con fármacos, con total capacidad de decidir, en los cuales es difícil,
desde un punto de vista ético, oponerse a la petición de eutanasia. La
transformación de una persona en un vegetal, a fin de evitar el dolor, puede ser una
profanación de su identidad y de su dignidad.

En este contexto, documentos como el Testamento Vital o las Voluntades Anticipadas


son un valioso paso para asegurar el respeto a la autonomía y a la dignidad de la
persona. El Testamento Vital es un documento en el cual el firmante especifica las
pautas en seguir y decisiones en tomar en caso de encontrarse en una enfermedad
irreversible y de excesivo sufrimiento.
[Guía]

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