2º Lectura – Teoría de la Forma 2
La importancia de la visión en la cultura occidental
Chris Jenks (1995)
University of London
Tomado de: Jenks, Chris (1995) “ The centrality of the eye in western culture” en Chris Jenks (ed) Visual
culture (London: Routledge), pp.1-12 ; Traducción Rafael Lacruz Rengel (2001).
... A lo largo del tiempo, la sociedad
occidental que tenemos ha considerado a la
vista como aquello que nos permite acceder
de manera inmediata al mundo externo...
debido a esta creencia, la habilidad visual
se ha unificado con la cognición 1 en una
serie de formas muy complejas. Por una
parte la visión ha sido tratada como si fuese
una suerte de celebridad entre todos los
sentidos y como si fuese totalmente
autónoma, libre y pura. Sin embargo, por
otra parte, los símbolos visuales son
experimentados como mundanos y
necesariamente fijos, y su interpretación
considerada como totalmente contingente.
Como nos lo indica el trabajo de Mitchell
sobre imaginería, la idea de la visión y la
idea como visión tienen una historia. 2 La
“idea” se deriva del verbo griego “ver”.
Esta etimología léxica nos recuerda que la
manera en que concebimos la forma en que
pensamos en la cultura occidental está
guiada por un paradigma visual. Ver, mirar
y conocer se han vuelto peligrosamente
entretejidos. Así, la manera en que
entendemos el concepto de una “idea” está
profundamente ligada con cuestiones de
“apariencia”, de pintura y de imagen.
Como el joven Wittgenstein lo afirmó:
1
Nota del compilador: el término “cognición” es
tradicionalmente usado para referirse a actividades
mentales tales como el pensamiento, la
concepción de las cosas y el razonamiento, entre
otras.
2 4
W. Mitchell, Iconology: Image, text, ideology.
Chicago, University of Chicago Press, 1986.
Rafael Lacruz Rengel - Lecturas sobre teoría de la forma...1
“Una pintura es un hecho”. Y “una pintura
lógica de hechos es un pensamiento”. 3
Podremos sugerir [así] que el contenido y
forma de las cosas es para ser aproximado
en términos de cómo lucen... empezamos
por las formas visuales y hablamos,
teorizamos y alcanzamos un entendimiento
de esas formas a través de construcciones
mentales...
...El mundo moderno tiene mucho de
fenómeno “visto”...
Los problemas de teorización de la visión
como una práctica social comienzan,
quizás, cuando investigamos las bases de
nuestras formas de entender las cosas
dentro de nuestra moderna cultura
occidental. Rorty, al principio de su tesis
del “espejo de la naturaleza” nos da una
descripción del proyecto de la filosofía
moderna y un registro de su peculiar linaje
–ambos, afirma él, contribuyen claramente
al presente estado de confusión en torno a
lo “visto”- y establecen un punto de vista
común en el que las representaciones
mentales son esencialmente reflexiones de
una realidad externa... 4
Nuestros puntos de vista sobre la
epistemología fueron, según Rorty,
3
L. Wittgenstein, Tractatus Llogico-
Philosophicus. Londres, Routledge and Kegan,
1961, pp.15 y 19.
R. Rorty, Philosophy and the Mirror of Nature,
Oxford, Blackwell, 1980.
moldeados por una combinación de ideas
cartesianas sobre la “substancia mental” e
ideas de Locke sobre los “procesos
mentales”. El cogito 5 de Descartes centró
el entendimiento en una mente
independiente, localizada y subjetiva –una
capacidad y disposición finita- que
esperaba para ser unificada con la
concepción del “mentalismo” activo de
Locke, o lo que deberíamos describir como
las prácticas a través de las cuales sabemos.
Esta combinación poderosa, es decir la de
la “mente activa”, fue posteriormente
ubicada por la filosofía Kantiana dentro de
un cosmos total y unificado el cual fue
tanto organizado como conocido en
términos de la razón pura, en sí misma.
Las cuestiones metafísicas que abordaban
las características reales de la naturaleza
“externa” y de la mente “interna” fueron al
parecer mantenidos en estancamiento (o
simplemente dados por hecho) y el
proyecto de la filosofía se dedicó a la
adivinación “rigurosa” y “científica” del
paso de lo “externo” a lo “interno” en la
forma más precisa y apropiada. 6 La
autopista convencional para este paso ha
sido la de los sentidos, pero principalmente
la de la “vista”. Estas teorías del
conocimiento, más empíricas que
intuitivas, han marcado la época de la
modernidad: un período que podemos
describir como de “apertura de la visión”.
...La “observación” se ha convertido en la
metáfora básica dentro de la investigación
social y cultural, y un extenso vocabulario
de la “visibilidad”, aplicado de una forma
casi irreflexiva, se ha vuelto algo
instrumental en nuestras maniobras por
ganar acceso y entendimiento de las
5 8
Cogito: expresión latina que significa “pensar”
6
P. Feyerabend, Problems of Empiricism,
Cambridge, Cambridge University Press, 1981; y
D. Willer y J. Willer, Systematic Empiricism,
New Jersey, Prentice-Hall, 1973.
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prácticas concertadas por las comunidades
humanas. 7 Como Lowe lo ha afirmado: “el
campo perceptual así constituido... fue
fundamentalmente irreflexivo, visual y
cuantitativo. 8 La implementación del
concepto de “observación” en la
investigación socio-cultural y su obvia
aceptación general no son de ninguna
manera accidentales o arbitrarios. Dicho
uso y su institucionalización son
refinamientos del convencional
“ocularcentrismo” difundido dentro de una
cultura mas amplia. 9 Diariamente
experimentamos y perpetuamos la
conflagración de lo “visto” y de lo “sabido”
en la conversación -a través del usual
apéndice lingüístico de “¿lo ves?” o “¿ves
lo que quiero decir?”, para expresiones que
parecen requerir confirmación o que
buscan una opinión preguntándole a la
gente acerca de sus “puntos de vista”...
La “observación”, aunque sutil en sus
significaciones, se ha convertido
irónicamente en un concepto instructivo.
La “observación”, como metáfora para un
método o técnica dentro de las ciencias
sociales y estudios culturales, ha arrastrado
detrás de ella un exceso de equipaje en
asumpciones ontológicas y
epistemológicas que, aunque inexplícitas,
nos pueden dirigir a los orígenes de
“nuestras formas de ver” a lo largo de la
modernidad... En gran medida estas
asumpciones pueden ser inscritas dentro de
la postura analítica que se ha estereotipado
y generalizado bajo el término paraguas del
positivismo....
7
Cfr. M. Phillipson, “Stratifying Speech” en B.
Sandywell, D. Silverman, M. Roche, P. Filmer y
M. Phillipson, Problems of Reflexivity and
Dialectics in Sociological Inquiry, Londres, RKP,
1975.
D. Lowe, History of Bourgeoise Perception,
Chicago, University of Chicago Press, 1982, p.26.
9
M. Jay, “Scopic Regimes in Modernity” en S.
Lash y J. Friedman (eds.) Modernity and Identity,
Oxford, Blackwell, 1992.
El positivismo, en su variedad de formas,
es mejor entendido como una actitud hacia
el conocimiento. Este no investiga las bases
psicológicas, históricas o políticas del
conocimiento –todas estas serias
preocupaciones son asumidas en términos
de “percepción pura”, que como sabemos
es el canon fundamental del “empirismo”...
Así, las instrucciones positivistas para el
“buen ver” esencialmente nos remiten a
una “visión parcial”, que nunca reconocerá
el carácter de “visión limitada” que tiene,
debido a que el positivismo se legitima a
través de la ideología de la percepción
pura. [Es por ello que] Dentro de lo que
ahora estamos describiendo como una
ideología de la cognición del ver está el ser
informada mediante la experiencia. Así se
nos presenta un orden oficial donde “solo
aquello que puede ser visto puede ser
creido”...

...Los sentidos, a lo largo de la modernidad,

se han convertido en exagerados
indicadores de lo real, pero ningún sentido
más que la visión. Como consecuencia
directa de esta sobre-estimación, la óptica
de la mirada fija de la humanidad actúa
como el arbitro final de la verdad, la
belleza, el deseo y la bondad...

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