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Indicaciones
o Quemaduras
o Úlceras crónicas
o Heridas
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Permite extraer la pieza entera y permite saber si se ha extirpado en su totalidad.
Es la garantía de poder curar los tumores cutáneos malignos.
Fases del tratamiento quirúrgico
i. Muscular
iii. Epidermis
1. Sutura directa
2. Colgajos locales
b. Pedículo subcutáneo.
3. Colgajos a distancia
4. Injertos dermoepidérmicos
a. De piel total
Sutura directa: Es la preferida porque es más fácil, cómoda y rápida, con mejores
resultados estéticos la mayoría de las veces. Consiste en aproximar los bordes y
suturarlos y la realizamos, sobretodo, cuando extirpamos tumores pequeños.
Colgajos a distancia: Es una técnica que cada vez se utiliza menos, porque son
muy complicados de hacer. Se utiliza piel de zonas lejanas que necesitan un aporte
vascular propio (por ejemplo, para cubrir piel de una pierna se utiliza piel de la otra
pierna). La diferencia entre colgajo e injerto radica en que los colgajos tienen un
pedículo vascular propio, mientras que el injerto se vasculariza por el lecho vascular
de donde lo injertamos.
Sutura directa
Es la técnica más sencilla de hacer. La utilizamos para las lesiones lineales.
En otros casos, si el tumor es redondo, podemos transformar la lesión en forma de
huso con el fin de que podamos realizar sobre la herida una sutura directa y la
cicatriz sea plana
Colgajos cutáneos
Como hemos dicho anteriormente, esta técnica consiste en utilizar piel para
cerrar la herida quirúrgica. Los colgajos pueden ser locales, cuando utilizamos piel
de los alrededores de la herida quirúrgica para reparar el defecto; o a distancia,
cuando utilizamos piel de zonas alejadas entre sí. Dentro de los primeros, tenemos
varios tipos:
b) Por rotación: En este caso, lo que hacemos es rotar parte de la piel de los
alrededores para cubrir la herida. Para realizarlo, continuamos la incisión de
la herida con una curva para que después podamos utilizar la piel de
alrededor para acercar los bordes y suturar.